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QUILINO
UNA NUEVA VISITA AL PUEBLO DE LAS BRUJAS

Por

Fernando Jorge Soto Roland*

Quilino (Córdoba), “La Capital Nacional de la Brujas” – fotos del autor

COSAS DE VIEJOS

Llegamos a Quilino un tormentoso 25 de mayo de 2023 a las ocho de la mañana, tras un viaje de once
horas en colectivo desde Retiro (Buenos Aires). Descendimos en el Parador La Posta, que hace las veces de
terminal, junto a la estación de servicio de YPF, a la vera de la Ruta 60. Nos calzamos las mochilas y
empezamos a transitar por un largo camino de tierra en dirección al casco urbano, en busca del hospedaje
que habíamos contratado una semana antes.

El cielo, por completo encapotado con nubes de color azul oscuro, amenazaba con descargar un
aguacero del cual, a esa altura de la caminata, en pleno campo y con apenas algunas casas desperdigadas a
un lado y otro de la calle, sería imposible zafar. Verónica, mi esposa y compañera inseparable de aventuras,
a sabiendas de que estábamos relativamente cerca de Capilla del Monte, anunció (jocosa) que iba a entonar
un mantra para que los Hermanos Superiores del Uritorco y de Erks impidieran que el sospechado diluvio
se descargara sobre nosotros.

Al parecer tuvo éxito. Arribamos secos al hospedaje. Vero había sido escuchada. Y no era para menos.
Después de más de una década yendo dos veces por año al principal centro ufológico del país, los
extraterrestres de la ciudad intraterrena inventada por Ángel Acoglanis a principios de la década de 1980,
parecían haber entendido su reclamo. De hecho no llovió prácticamente en todo el día. Apenas una garúa,

*
Profesor en Historia por la Facultad de Humanidades de la UNMdP (Argentina).
2

por espacio de unos quince minutos, a media mañana, cuando festejamos con toda la comunidad un nuevo
aniversario de la Revolución de Mayo

Estábamos en Quilino una vez más. Cumplía con la promesa de regresar. Deseaba indagar sobre
algunas de sus interesantes creencias, esta vez con más tiempo e investigar en especial aquellas que hacían
referencia a las muchas brujas que acosan —se dice— a sus habitantes.

Fueron casi setenta y dos horas de caminatas interminables y charlas con vecinos; quienes, para mi
sorpresa, no se tomaron a broma el tema que me intrigaba. Nadie esbozó sonrisa escéptica alguna cuando les
comenté que mi viaje tenía por objetivo recabar historias sobre salamancas, presencias misteriosas y la
actividad brujeril de la región. Ninguno tomó el tema a la ligera o me advirtió de estar perdiendo el tiempo
con anécdotas falsas y paparruchadas de viejos. Sus rostros, incólumes ante mis preguntas, eran prueba de
ello.

“Algo hay”, dijo Ezequiel, un remisero de veinticuatro años de edad, nacido y criado en el pueblo.
“Pero los niños de hoy no le prestan atención a esas historias. Están metidos en sus celulares. Ése es su
mundo”, aseveró mientras nos conducía al anochecer hasta un lago artificial de trescientos metros de largo
por cien de ancho, construido en la década de 1990 y conocido como el Tajamar (único espejo de agua
artificial que hay en el norte de Córdoba).

El Tajamar, Villa Quilino (Córdoba) – Fotos del autor

No era la primera vez que oía ese desencantado argumento. Un año antes (julio de 2022), en mi
primera y muy corta incursión al pueblo (apenas un par de horas), Mariana López, miembro del
destacamento local de bomberos, había dejado deslizar el mismo motivo: “los chicos estaban en otra”. Las
historias que buscaba eran patrimonio de los más viejos. De todos modos, tampoco detecté en ella
descreimiento, ni un tono recriminatorio a las nuevas generaciones; en principio ajenas al sistema tradicional
de creencias que hizo famosa a la localidad entre los estudiosos del folclore y su historia. Como ya escribí en
3

un trabajo anterior, Mariana era también (a pesar de su juventud) una de las depositarias de los muchos
relatos sobrenaturales que circularon recientemente en Quilino.1

Así pues, todo indicaba que “La Capital Nacional de las Brujas”, título que le fuera conferido al
pueblo por el diario la Voz del Interior en 2005, había sido desplazado por cuestiones mucho más mundanas,
como el Festival Provincial del Cabrito y las Artesanías (celebrado en enero desde 1974) o la Fiesta de la
Mandarina (cuyo festejo, comúnmente organizado en julio, en 2023 se había adelantado al mes mayo).

Los cítricos, los caprinos a la parrilla y las artesanías de paja y plumas teñidas de gallinas, parecían
exorcizar a las viejas salamancas y a los vuelos nocturnos de las Señoras de la Noche. El accionar del
Zupay, a primera vista, estaba acotado. Reducido a una franja etaria a punto de dejar este mundo. Ignorado.
Sin publicidad. Tal vez con cierto dejo de vergüenza; muy ajeno al de ciertas poblaciones españolas que han
convertido la creencia en brujas en uno de sus principales atractivos turísticos. La localidad granadina de
Soportújar es uno de sus mejores ejemplos.2

Fiestas locales de Quilino y Villa Quilino (Córdoba)

No hay promoción en Quilino que se refiriera al tema. Las brujas no son una cuestión del estado
municipal. Ni una sola mención gráfica. Ni un cartel. Nada. Pocos se sienten identificados con el mote que
le dieron al pueblo desde Córdoba capital.3 Incluso un inmigrante colombiano, instalado en la zona desde
hace más de siete años, desconocía por completo la extraña fama que arrastraba el sitio que había elegido
para vivir.

“¿Capital de las Brujas? ¡Mire, usted! Lo ignoraba por completo”, dijo con una mezcla de sorpresa e
interés. Acto seguido me aconsejó —como todos— charlar con los quilinenses más viejos. “Ellos, seguro,
sabrán relatarle las historias que busca”.

Todo conducía a los veteranos. Para el imaginario de los más jóvenes, eran sus abuelos y padres
(personas de mi edad, ¡joder!) los depositarios de los eventos extraordinarios que jalonaban parte de la
historia de Quilino. Aún así —insisto— nadie los descalificó por acarrear esas creencias. No hubo sonrisas,
1
Véase del autor: El “hombre pájaro” de Quilino: una visión que anidó entre brujas, salamancas y maleficios, en Factor
302.4 El Blog de Alejandro Agostinelli. Disponible en Web: https://factorelblog.com/2022/08/26/el-hombre-pajaro-de-quilino-
una-vision-que-anido-entre-brujas-salamancas-y-maleficios/
2
Rojas, Patricia, La ruta de la hechicería: 7 pueblos de brujas en España, 8 de enero de 2021. Disponible en Web:
https://lacosmopolilla.com/7-pueblos-de-brujas-en-espana/ Véase en YouTube: El Pueblo de las brujas, Soportújar, Granada.
Disponible en Web: https://www.youtube.com/watch?v=AifU68NI8KY
3
Véase: Córdoba X. Misterios, mitos y fantasmas del imaginario popular, La Voz del Interior, 2005, pág. 132.
4

sarcasmo o ironía. Es que los muchachos y muchachas del pueblo, sin darse cuenta, siguen transmitiendo a
curiosos como yo, los mismos “sucedidos” que vienen circulando desde hace décadas.4 Aunque sin la
romántica parafernalia que tuvieron sus antecesores, es sólo cuestión de tiempo para que ellos mismos sean
los futuros viejos, emisores de esas historias extraordinarias en las que se conserva el acervo mitológico que
enriquece el patrimonio intangible de una sociedad. El condimento ideal que adereza la monotonía y el
aburrimiento de aquellos pueblos en los que nunca parece ocurrir nada.

Aún así, basta con entrar en confianza para advertir que siguen pasando cosas raras en Quilino. Nadie
se las toma a la chacota (como en Soportújar, España), y es muy posible que por ese motivo esas cuestiones
no se hayan oficializado en festejos o recorridos turísticos. “El miedo y el respeto a la brujería son
sinceros”, me dijo un informante del que más adelante hablaremos. “Es algo que le dio identidad al pueblo
y sigue muy vivo entre nosotros”.5

EL ABANDONO COMO REFUGIO DE LO SOBRENATURAL

ESTACIÓN QUILINO – foto del autor

Un aspecto del pueblo de Quilino que me llamó profundamente la atención fue la gran cantidad de
casas abandonadas que hay desperdigadas por todo el casco urbano. Viejas construcciones de ladrillos,
algunas de adobe, que por estilo arquitectónico deben datar la mayoría de principios del siglo XX.

Desconozco los motivos de tal desidia. Hay que reconocer que detrás de cada de esas casas hay una
historia particular, única e intransferible. Aún así, un vecino del pueblo generalizó: “Lo que pasa es que los

4
“Se conoce como ‘sucedidos’ a los relatos con trasfondo legendario o fantástico que se cuentan en las zonas rurales del
país, por lo general durante una ronda de mate, un fogón o algún asado. Se trataba de la ocasión en que una persona contaba a
sus oyentes lo que le había ‘sucedido’.” Véase: Olivera, Fernanda (coordinadora), Bestiario Nacional. Criaturas del Imaginario
Argentino, Biblioteca Nacional Mariano Moreno, mayo de 2023, pág. 40.
5
Archivo oral del autor.
5

dueños se fueron y no volvieron nunca más. Después se murieron y ahí quedaron sus casitas. Creo que ni
los descendientes saben que tienen esas taperas de propiedad”.6

Casas abandonadas en Quilino (Córdoba) – Fotos del autor

Algunas pocas parecieran estar usurpadas. Individuos y grupos familiares que, sin título alguno,
usufructúan de un espacio que les da cobijo. Pero son los menos. La mayoría esas casas que vimos y
fotografiábamos, sólo atesoran yuyos, mugre y soledad. Una profunda tristeza y desazón que, al caer el sol,
transmutan en un sentimiento de macabra inseguridad, gestándose un lúgubre clima de miedo, al que no es
extraño asociar con historias sobrenaturales.

Hay en esas casas una extraña belleza. Todas las decadencias la tienen; ya que reflejan la inagotable
fuerza del entorno natural, que no duda en volver a colonizar aquellos espacios previamente controlados por
el hombre.

Las taperas de Quilino son otras de las tantas pruebas tangibles de lo efímero. Construcciones
quebradas, descascaradas, crujientes. Una fantasía de perennidad devenida en maderas podridas, clavos
oxidados, techos venidos abajo y columnas semidestruidas. Un amasijo de paredes sumidas en el ocaso y
devenidas en el contexto ideal para que por ellas se paseen o busquen refugio entidades extrañas, producto
de la imaginación tradicional y mestiza de un pueblo que arrastra su existencia desde la segunda mitad del

6
Quilino es un pueblo que ha sufrido profundos altibajos a lo largo de toda su historia. A las crisis generales del país debe
sumarle las particulares que, desde mediados de 1960, con la suspensión de la parada del tren en la localidad y su consiguiente
impacto en la débil economía local asentada en la venta de artesanías, se profundizó en los ’90 y principios del siglo XXI por el
cierre de una fábrica de damajuanas que le daba trabajo a más de 240 familias, lo que produjo un elevado éxodo de vecinos. Véase
los siguientes documentales en YouTube: Quilino (1966) de Raymundo Gleyzer y Jorfe Prelorán. Disponible en Web:
https://www.youtube.com/watch?v=FSOLWNTqgPQ y Así se vive en Quilino, un pueblito maravilloso (2023). Disponible en
Web: https://www.youtube.com/watch?v=r1BFG2bZaGs
6

siglo XIX. Al menos esta parte, porque cruzando la Ruta 60 y a escasos cuatro quilómetros de Quilino está
Villa Quilino, el núcleo originario fundado por los conquistadores españoles promediando el siglo XVI.

Y así, en ese clima por momentos tétrico, las historias descabelladas, irracionales y truculentas (no
exentas de enseñanzas morales), irrumpen sin previo aviso trayendo como protagonistas a espectros, luces
malas, animales sobrenaturales, entidades demoníacas y/o anónimos participantes de cultos y ceremonias
heréticas, celebradas y resguardadas por las sombras de la noche.

Me resultó muy difícil permanecer inmutable ante esa arquitectura derruida y decadente; prueba
visible a lo que todos estamos condenados. Y a esa nostalgia extraña le siguió el misterio. Y al misterio un
hilo de temor. Uno que atraviesa las barreras levantadas por la modernidad, conduciéndonos a escenarios
nocturnos donde todo puede resultar posible. Brujas, hechiceras, curanderas, hombres alados y aterrorizantes
enanos, perros negros y chanchos con cadenas. Por todo ello, no es de extrañar que las historias que circulan
en Quilino nos hablen de esas taperas como refugios y guaridas.

Nocturnidad quilinense – Fotos del autor

Pero de todos los edificios derruidos y abandonados, el de la estación de trenes es uno de los más
emblemáticos e impactantes del pueblo. Con sus 148 años a cuesta y un deterioro apenas contenido, este
reducto de arquitectura británica del norte cordobés es uno de los reservorios más famosos del folclore
nacional; citado más de un vez en los bestiarios de seres sobrenaturales que pueblan el imaginario argentino.
Y no es para menos. Cuentan los viejos habitantes de la zona que a lo largo de su hoy anacrónica trocha
angosta solía aparecer por las noches una endemoniada Chancha con Cadenas, de la que ya hemos hablado
en un trabajo anterior.7

7
Véase del autor: El “hombre pájaro” de Quilino: una visión que anidó entre brujas, salamancas y maleficios, en Factor
302.4 El Blog de Alejandro Agostinelli. Disponible en Web: https://factorelblog.com/2022/08/26/el-hombre-pajaro-de-quilino-
una-vision-que-anido-entre-brujas-salamancas-y-maleficios/
7

Adolfo Colombres escribe al respecto:

“En el norte de Córdoba, especialmente en Quilino, hay una chancha diabólica que se pasa arrastrando cadenas. Se
aparece de noche en los alrededores de la estación ferroviaria, y a veces echa a correr por las vías. Produciendo un infernal
ruido con las cadenas. Es fácil oírla, pero no verla, pues cuando se la busca desaparece” .8

Estación Quilino – Fotos del autor

Desde 1993 sólo pasan por su andén trenes de carga (los lunes y los viernes). Ya no arriban pasajeros.
El menemato de los noventa los proscribió, condenando a una gran parte de las viejas artesanas que
sobrevivían vendiendo sus trabajos de paja de trigo y plumas, a vera de las vías. 9 Es una pena ver a la
Estación en su estado actual. Usurpada por una familia, desde hace muchos años y en franco deterioro
edilicio. Y aunque hay una estación mucho más antigua, un poco más alejada y también ocupada, sólo las
antiguas leyendas que nutren parte de sus historias las vuelve más atractivas. En especial a cazadores de
cuentos y tradiciones.

8
Véase: Colombres, Adolfo, Seres Sobrenaturales de la Cultura Popular Argentina, Ediciones del Sol, Buenos Aires,
1984, Pág. 149.
9
Nota: Un vecino de Quilino informó que hace muy pocos menes se llevó a cabo una prueba de rieles. Parecería que está el
proyecto de volver a conectar con el ferrocarril el norte de Córdoba y la provincia de Salta. De hacerse realidad, se reactivaría
muchísimo la economía del pueblo. Además de abaratar los costos del viaje a la localidad. Pero, por el momento (mayo de 2023)
hay que seguir esperando.
8

“Más allá de las vías” – La trocha angosta y la estación más antigua del pueblo - Fotos del autor

Pero ya no son las estaciones de trenes las que concentran actualmente las historias más espeluznantes.
Otro es el inmenso edificio en ruinas que acapara la atención y los rumores del pueblo: la vieja Cristalería
Quilino.

Ex Cristalería Quilino – Fotos del autor

Famosa por sus damajuanas y botellas protegidas por esterillas de paja de trigo, primero, y más tarde
preservadas por cestos plásticos, la Cristalería Quilino fue durante mucho tiempo el pilar de la economía
local. Un espacio querido y recordado por los vecinos más viejos. Un lugar que aún despierta una profunda
nostalgia y que tuvo una zigzagueante evolución, de éxitos y fracasos, desde fines de la década de 1960.
Lamentablemente, su producción nunca pudo insertarse en el mercado nacional, lo que se tradujo en un
devenir de cierres y reaperturas a lo largo de los años. En 1979, la dictadura la reabrió tras una de sus
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primeras crisis. En 1985, el gobierno radical de Córdoba pudo sostenerla por un tiempo; pero en 1996,
convertida en cooperativa, no soportó el embate neoliberal y cerró, dejando sin trabajo a unas ciento
cincuenta familias. En 2003 volvió abrir su producción, pero las esperanzas duraron sólo dos años. En 2005
fue cerrada y abandonada definitivamente. Esta vez fueron 247 los empleados que perdieron sus fuentes de
ingresos. Hoy, tras dieciocho años de abandono y en ruinas, está siendo reutilizada como corralón
municipal, pendiendo sobre ella el esperanzador proyecto (desde 2020) de convertirla en un predio abierto a
todos los habitantes, soñando con transformarse en un nuevo polo productico y espacio para la práctica de
deportes.

Pero fueron muchos años de abandono. Suficientes para que el predio, invadido por la incertidumbre y
el desasosiego, terminara siendo absorbido por el imaginario regional; y sus rincones, antes habitados por
trabajadores, vieran como la domesticidad del lugar era violada por la incursión de fuerzas oscuras y
desestabilizadoras. La Cristalería es un lugar, actualmente, infestado. Un espacio de miedo, de presencias
espectrales, de sonidos extraños, sombras misteriosas y entidades que la visitan, ensuciándola cada vez más.

Cuesta de día entender lo anteriormente dicho. Pero basta con que baje el sol para que toda la manzana
ocupada por la vieja fábrica se transforme en un espacio liminal. En una frontera que combina lo cotidiano
con lo extraordinario.

La desolación, la tristeza, el abatimiento y la frialdad, recrean el escenario propicio para “lo raro” y “lo
espeluznante”. Entendiendo por “raro”, como dice Mark Fisher, “aquello que no debería estar allí” pero
que aún así está. Y por espeluznante, “aquella sensación que emana de los paisajes serenos y desprovistos
de humanos”.10 La noche recrea la Cristalería. Abre una puerta a otro mundo. El de las brujas y demás seres
demoníacos del imaginario quilinense.

“Desde siempre se escuchan historias referidas a la Cristalería”, nos dijo Iván N., un hombre de 26
años (nacido y criado en Quilino) y con inquietudes intelectuales suficientes como para haber recolectado
muchos de los sucesos más famosos y misteriosos de su pueblo natal. Tiene en imprenta una antología de
cuentos, pronto a ser publicada. No pudimos encontrar mejor informante que él en nuestro viaje.11

“La vieja fábrica está en el barrio San Cayetano, que es el epicentro de un montón de cosas —dijo—.
Siempre han pasado cosas muy extrañas en esa zona. Convengamos que el pueblo en sí, de mucho tiempo
antes, es muy conocido por todos estos temas. Inclusive en los relatos de la época de la colonización, los
españoles comentaban que los indios agarraban y atraían al demonio. Lo invocaban. Hacían fila y lo

10
Véase: Fisher, Mark, Lo raro y lo espeluznante, Alpha Decay, Barcelona, 20156, pp. 12-13-16.
11
Nota: Si bien tengo la autorización para citarlo con su nombre completo, he preferido obviar el apellido por una simple
razón: Quilino es un pueblo muy chico en el que todos se conocen y dado que Iván no tuvo ningún reparo en referenciar a muchos
vecinos (fácilmente identificables por los propios quilinenses), creo que el anonimato le evitará tener problemas en el futuro.
10

llamaban. De ahí nace todo el misticismo de este lugar. De ahí fue saliendo todo esto. Pero sí, justamente
de la fábrica se cuentan historias que vengo escuchando desde chico… y hasta el día de hoy se siguen
escuchando”.12

Poco tardaron en aparecer las brujas. Brujas aladas, como consignamos en un trabajo anterior.13

“En Quilino, como en casi todo el norte de Córdoba, existe esta bruja que se transforma en un pájaro.
Siempre en esta fábrica se asienta una. Siempre, la gente dice que baja y se mete adentro. La fábrica es
gigante y es tétrica. Vos entrás y tiene sótanos en los que, literalmente, no te ves ni las manos. Los sótanos
están abiertos. No tienen tapa, ni nada. Hay una escalera muy profunda y mientras más bajás, menos luz
hay. Y ahí, siempre han aparecido brujas todo el tiempo. Viven apareciendo brujas. Muchos dicen que
escuchan a gente llorar o, también dicen, que ven enanos. En realidad, están mal nombrados. Serían como
duendes o algo por el estilo. Porque, aunque muchas personas cuentan historias parecidas, los detalles van
cambiando. Todos dicen que son chiquititos y muy agresivos; pero cambian sus vestimentas. Algunos los
ven vestidos de negro y otros vestidos de marrón. Hay cambios. Pero en ese lugar siempre han pasado
cosas muy raras. Desde que cerró pasan cosas raras”.14

Enanos chiquitos y agresivos son los que dicen que aparecen en Quilino

A sabiendas de que los vecinos habían cortado un árbol muy grande que había en la cuadra de la
fábrica, por sostener que de él “salía” una sombra que asustaba, le pregunté a Iván qué sabía al respecto. Si
conocía la historia,

12
Véase archivo oral del autor.
13
Véase del autor: El “hombre pájaro” de Quilino: una visión que anidó entre brujas, salamancas y maleficios, en Factor
302.4 El Blog de Alejandro Agostinelli. Disponible en Web: https://factorelblog.com/2022/08/26/el-hombre-pajaro-de-quilino-
una-vision-que-anido-entre-brujas-salamancas-y-maleficios/
14
Véase archivo oral del autor.
11

“Sí, claro —respondió—. De la fábrica salía ese pájaro. Pero al árbol, por lo que sé, lo sacaron por
otro motivo. Estaba muy viejo y tenían miedo que se cayera”.15

Cuando inquirí de qué pájaro me hablaba y qué es lo que veía la gente, contestó:

“Mirá, el común denominador siempre es: primero escuchan una risa escalofriante. Una risa que te
eriza la piel y después aparece este famoso pájaro. Mi papá, por ejemplo, lo describía como una especie de
cuervo, pero muy gigante. Fácil de un metro y medio de altura, me dijo. Con alas grandes que las
arrastraba cuando caminaba. Caminan como un pingüino, de un lado a otro, pero no tiene cara de pájaro.
Tiene la cara de la persona y siempre se aparece en luna llena. Esta es una cosa en la que todo el mundo
coincide. Yo le pregunté a mi papá porqué en luna llena y respondió porque, supuestamente, al haber
mucha más luz puede volar, pueden andar. Y una vez que sale el sol se desconvierten y quedan
completamente desnudas (porque por lo general son mujeres)”.

Las brujas de Quilino se transforman en pájaros enormes

Quise saber su opinión sobre si esas historias eran sinceramente creídas por los vecinos de Quilino y,
de nuevo, emergió un argumento previamente oído.

“Sí, sí… A ver, hay una generación (la del 2000 para adelante) que está perdiendo mucho esa
costumbre de creer. Pensá que todo esto le dio identidad al pueblo, pero se está perdiendo. La gente más
vieja (del 2000 para atrás) sí cree muchísimo en esto. Es que en Quilino tenés un montón de curanderos,
brujas, gente que hace cosas buenas, gente que hace cosas malas. Tenés mucho… En el barrio San
Cayetano, por ejemplo, vive una mujer que, se dice, se dedica a todas esas cosas. Hace magia negra y es

15
Véase archivo oral del autor.
12

muy visitada por muchísima gente que vienen de muchos lados para verla. Ella también, supuestamente,
tiene la capacidad de convertirse (en pájaro)”.16

Cuando le pregunté por su nombre, titubeó: “Mmmm…, no. Mirá, no sé su nombre. Te lo puedo
averiguar”.17 Y regresando al relato del pájaro y la luna llena, agregó:

“Mi papá me cuenta que son muy duros. Porque él les quiso pegar. Le dio un latigazo. Mi papá antes
era carrero, trabajaba con el carro, y le dio un latigazo. Dice que era como pegarle a un cuero seco,
Porque mi papá sí se enfrentó al pájaro. Y mucha gente lo ha enfrentado. Me acuerdo que una vez hubo un
caso en el que la policía encontró uno. Todo el pueblo estaba alterado. La policía lo encontró. Lo lograron
atrapar y lo metieron en la cárcel, pero al otro día, cuando fueron a verlo, era una mujer. O sea, el bulto
negro, pájaro, o lo que haya sido, terminó siendo una mujer. Y ellos no la habían agarrado. Es una historia
muy loca...”.18

¿Cuándo había ocurrido?

“No, lo sé —respondió—. Te lo puedo averiguar. De todos modos, los que participaron en la captura
murieron, pero murieron de cosas… No sé, se enfermaban de la nada misma. A unos les tuvieron que
amputar extremidades. La pasaron muy mal y murieron todos. ¡Loquísimo! —exclamó—. Tengo un amigo
que es pariente de una de esas personas y sabe la historia perfecta. Mirá, todo esto se vive como algo muy
real. Y no solamente el hecho de brujas. También hay mucha actividad paranormal…”.19

No quise salirme del tema y le pregunté sobre los extraños sucesos ocurridos en agosto de 2015; que
los medios porteños y extranjeros (desconocedores de las creencias quilinense) habían asociado con el
famoso Mothman de Point Pleasant. Me refiero al “hombre alado” que un bombero —Carlos Sánchez—
había visto descender de un árbol de moras justo detrás del cuartel de bomberos en donde desempeñaba sus
funciones.20

“Sí, lo conozco a ese muchacho —afirmó Iván—. Pero todo ese caso se originó primero con la
aparición del sátiro en el Barrio Tigre. Generó mucha polémica. Me acuerdo que era invierno cuando
apareció ese pájaro. Yo estaba en Quilino. Estábamos todos traumados. El rumor empezó a aparecer en el
pueblo de la nada misma. Es como que pasan cinco años, no sé, y aparecía el rumor de que mucha gente lo
veía. Este del 2015 fue el más controversial. Se les aparecía a todas mujeres solteras que vivían solas. Se

16
Véase archivo oral del autor.
17
Véase archivo oral del autor.
18
Véase archivo oral del autor.
19
Véase archivo oral del autor.
20
Véase la entrevista que le realicé en El “hombre pájaro” de Quilino: una visión que anidó entre brujas, salamancas y
maleficios, en Factor 302.4 El Blog de Alejandro Agostinelli. Disponible en Web: https://factorelblog.com/2022/08/26/el-hombre-
pajaro-de-quilino-una-vision-que-anido-entre-brujas-salamancas-y-maleficios/
13

les aparecía enfrente de la casa y empezaba a dar indicios de actividad, caminando en el techo, golpeando
paredes, cosas así… Y cuando miraban por la ventana lo veían enfrente de la calle.”21

¿Qué aspecto tenía?, pregunté.

“Siempre contaban que era un hombre con capucha. Que no se le veía la cara, Siempre la misma
historieta… Primero empezó a pasarle esto en las casas, después muchas mujeres lo empezaron a ver en la
calle. Por ejemplo, hubo un caso, en la fábrica, que venía una chica caminando y cuando se da cuenta el
tipo estaba parado delante de ella. La chica, habrá dicho, ‘Es alguien de acá’, y siguió caminando. Y este
tipo o cosa como que la espanta y ella empieza gritar. Y cuando grita… ¡desapareció! Como que se esfumó
Y ahí fue cuando empezó a salirle a chicas en la calle. Se les aparecía de la nada misma. Todo esto fue
antes de lo de Carlos Sánchez. Y empezaron las denuncias. Pero todo se volvió más turbio cuando en la
misma noche, tres o cuatro personas denunciaron, a la misma hora, haber visto a esa misma cosa.
Imaginate —me dijo— ¡todo eso en el pueblo en ese momento! Creo que éramos unos siete mil habitantes.
¡Todos muertos de miedo! Nadie salía. Nadie quería salir. No queríamos ir ni a los boliches. A ningún lado,
por miedo a eso. No sabíamos qué podía ser. Inclusive, había una chica que contaba que ella iba en moto y
cuando se dio vuelta lo tenía sentado atrás”.22

El evanescente sátiro de Quilino aterrorizó a la población en julio/ agosto de 2015. ¿Qué era?

Le pregunté sobre el radio de acción de esa “cosa”.

“Ocurrió tanto en Quilino como en Villa Quilino. En varios lados. Siempre en lugares como el Barrio
San Cayetano o en el camino que va a la Villa, especialmente en la ruta que se dirige al cementerio. Ahí

21
Véase archivo oral del autor.
22
Véase archivo oral del autor.
14

también pasaba muy seguido y siempre atacaba a mujeres solas. Aunque nunca llegó a lastimar a nadie.
Cuando las chicas gritaban desaparecía”.23

No pude contener mi duda y le lancé: ¿Pero nadie se tomó todo esto en joda?

“No, no, no…porque era algo que generaba miedo, preocupación. No se sabía… A lo último se
rumoreó que era como una especie de secta. Que por eso estaba en distintos partes al mismo tiempo. Pero,
del dicho al hecho hay mucho trecho. La cosa terminó cuando este chico Sánchez, el bombero, lo vio en el
patio de una casa que colinda con el cuartel… Habían escuchado ruidos, o algo así, y cuando ellos van a
ver, observaron (no me acuerdo bien) al hombre que va trepando el árbol…”.24

Sánchez dijo que era como un pájaro grande, como un cuervo. Algo parecido a lo que te dijo tu papá.
Pero no voló, le informé.

“¡Ah, mirá vos! Lo que yo me acuerdo es que se fue volando… Creo haber leído la noticia que se fue
volando o algo así…Pero eso no fue todo. Hubo otro año, por ejemplo, que todos teníamos miedo porque
aparecían esos famosos enanos. ¡Todo el mundo con pánico! Siempre en invierno. Se aparecían enanos de
la nada misma. Mirá, hay un barrio muy grande que se llama San Martín. Ese barrio tiene mucha conexión
con la Ruta 60. Bueno, ahí, mucha gente los veía por la zona. Aparecían mucho por esa parte,
aparentemente… Esto ocurrió hace años. Yo habré tenido doce o trece años y ahora tengo veintiséis. Y
siempre fue en invierno. Lo del pájaro de Sánchez también fue en invierno”.25

La noche: escenario propicio para las apariciones de brujas, enanos espectrales y pajarracos gigantes

Todo parecería indicar que la luna llena, el frío y su consiguiente encierro exacerban las misteriosas
apariciones de brujas aladas y espectrales enanos del universo quilinense. Y aunque el imaginario del pueblo
pareciera a primera vista original y único, nada de eso es cierto. Ni en el tipo de seres extraños que asustan a
los vecinos, ni en el comportamiento de los mismos. “Señoras de la noche” y diminutas entidades

23
Véase archivo oral del autor.
24
Véase archivo oral del autor.
25
Véase archivo oral del autor.
15

perturbadoras han sido denunciadas en todas las provincias del país y son parte de un dilatado acervo
folclórico que hunde sus raíces en miedos y creencias, muchas veces prehispánicas. Pero no es el objetivo de
este trabajo profundizar en el complejo proceso de mestizaje y sincretismo de creencias celebrado desde el
siglo XVI. Esta crónica sólo pretende preservar del olvido las maravillosas historias locales que pude
escuchar y encontrar en ellas algunas semejanzas con otros eventos extraordinarios ocurridos en nuestros
días y que fueran previamente investigados por quien escribe. Y es ahí en donde se advierten patrones
comunes de conducta, relatos muy parecidos en todos los supuestos testigos y una especie de guión que hace
las veces de molde en el que todo encaja perfectamente, estemos tratando con brujas, enanos, lobizones,
vampiros, hombres-gato o payasos asustadores.26

En todos esos casos, las apariciones son estacionarias. Surgen sin previo aviso (“de la nada misma”,
como repite una y otra vez nuestro informante quilinense) y desaparecen del mismo modo, después de un
crescendo de tensión, cuando la comunidad afectada se ve seriamente desestabilizada en lo emocional,
corriendo muchas veces peligro la integridad de los vecinos. Hay que recordar que las batidas de personas
armadas ha sido un comportamiento bastante común en los casos mencionados. Del mismo modo que el
protagonismo de vecinos corajudos, a los que no les tiembla el rebenque o el facón a la hora de enfrentar lo
inasible.

Otro procedimiento que se repite, como producto del pánico social desencadenado, es el encierro
voluntario de los vecinos en sus hogares a horas tempranas, especialmente en los atardeceres invernales,
cuando el sol se pone pronto y la oscuridad exacerba la posibilidad de la ubicuidad de lo raro. Ese
encapsulamiento actúa como un catalizador de fantasías, reinterpretando imágenes y sonidos difusos en
función de la sincera angustia experimentada por todos. Y no es de extrañar que, en ese contexto, viejos
relatos, leyendas y rumores ancestrales cobren vida de una manera inusitada en el imaginario de la
población. El prestigio del pasado, que permite explicar y avalar esos eventos misteriosos, no se hace
esperar, Y si bien es cierto que en el caso de Quilino y todo el norte cordobés hechos históricos
comprobados —relacionados con la persecución y enjuiciamiento de brujas en Santiago del Estero, durante
los siglos XVII y XVIII27— han tenido un profunda influencia, también es cierto que la gente participa de
una recreación de la historia, en parte ficticia, y en la que las “maldiciones indias” y los efectos sangrientos
de la conquista ibérica no dejan nunca de hacerse presente.

26
Véase del autor los siguientes artículos: El Lobizón de Carlos Casares, La Marciana, Centro de Investigaciones
Fantásticas Editores, Buenos Aires, 2023. // El vampiro de Barriales. 50 años después (1972-2022). Disponible en Web:
https://www.calameo.com/books/00540601843e841111533 // Garras, ataques y maullidos. La leyenda del Hombre-Gato en el
imaginario argentino como construcción social en contextos de crisis y transición. Disponible en Web: http://letras-
uruguay.espaciolatino.com/aaa/soto_fernando/garras_ataques_y_maullidos.htm. // El payaso asustador. Carcajadas de terror.
Disponible en Web: https://www.calameo.com/books/0054060188d9f06d83b04
27
Véase: Farberman, Judith, Las salamancas de Lorenza. Magia, hechicería y curanderismo en el Tucumán colonial,
Editorial Siglo XXI, Buenos Aires, 2005.
16

SALAMANCAS, SACRIFIOS, CASAS ENCANTADAS Y POSESIONES DIABÓLICAS

Suele ocurrir que ciertos eventos, a primera vista en extremo ridículos, se terminen convirtiendo en
fuente de miedos difíciles de describir. Circunstancias que a la luz de sol nos producirían risa, cambian su
status ontológico al ponerse la tarde, trasladándonos a una realidad alternativa en la que es posible reconocer
que “lo raro” puede irrumpir en el momento menos pensado.

“Mucha gente ha tenido sucesos muy extraños —afirmó Iván—. Hay un caso famoso. Es el de la
gallina con los pollitos. Pero primero hay que recordar algo importante: estas historias pasaban antes.
Como mucho, diez años atrás. Cuando no había luz pública en el pueblo y era sólo un foquito el que daba
algo de claridad, no sé…, cada un kilómetro —dijo sonriendo—. Todavía hay muchas calles muy oscuras.
Las que están bien iluminadas son recientes. Hará unos cuatro años. Antes era todo una boca de lobo…
Pues bien, la cosa era así: La gente contaba que vos salías caminando por la noche, en una oscuridad
plena, y de la nada, miraban sus pies, y veían que salía una gallina con pollitos y se les paraba delante de
ellos. Pero cuando empezaban a avanzar, la gallina avanzaba. Seguía un poco y se paraba, con los pollitos
y todo. La gente caminaba y la gallina caminaba. ¡Rarísimo! Eso le pasaba a mucho. Todos cuentan lo
mismo.”28

¿Era acaso una bruja acompañada con sus animales “familiares”, también ellos transmutados en aves?
No lo sé. Iván no brindó hipótesis alguna al respecto. Aunque dejó entrever que detrás de semejante
espectáculo merodeaba una energía maligna a la que todos temían. Pero esta historia del imaginario
quilinense tampoco es original. El mismo relato circula en México y Colombia, con los ribetes
sobrenaturales muy parecidos.29

La gallina y sus pollitos: atemorizante presencia nocturna del imaginario quilinense

28
Véase archivo oral del autor.
29
Véase: Molina, Juan José, “La gallina y sus pollitos, leyenda de Chipalcingo”, en El Sol de Acapulco, 31 de octubre
2022. Disponible en Web: https://www.elsoldeacapulco.com.mx/local/estado/la-gallina-y-sus-pollitos-leyenda-de-chilpancingo-
9122844.html // Véase caso Colombiano en la zona del cerro Pacande: https://www.calameo.com/read/006999388a3475e4b6817
17

“Otra cosa que pasaba muy seguido era un perro que se aparecía con una cadena y que todo el
mundo le quería robar. Es que era una cadena muy gruesa. Pero el perro caminaba y caminaba. Pero
cuando vos querías sacársela, se terminaba metiendo en el monte. Hubo personas que lo siguieron, pero
llegaba un punto en el que el perro desaparecía como por arte de magia y vos te quedabas perdido en
medio del monte”.30

Imposible fue no preguntarle por la famosa chancha de la que hablan los libros de folclore.

“Sí, he escuchado. Es muy similar a esto del perro. Dicen que también le querían sacar la cadena y,
otra vez, se escondía en el monte… Creo que esta historia habla de la avaricia. Por ahí va la cosa. Siempre
se comentaba que era el demonio que te ponía a prueba”.31

Sea chancha o perro, la versión de Iván era diferente a las que había escuchado y leído antes, denotando
una clara enseñanza moral. Pero un elemento era el que ambas versiones compartían (amén de las cadenas,
claro): el monte.

“Antes había mucho más monte que ahora — señaló Iván—. ¡Muchísimo! Vos has visitado un pueblo
muy renovado. Como te dije: recién hace unos cuatro años empezaron a iluminar todo… Antes, diez años
atrás, era monte, monte, monte y monte… Muchas de las casas actuales no estaban. Se ha ido poblando.
Antes no había nada de eso. Talaron mucho. Por tal motivo pasaban esas cosas raras todo el tiempo”.32

No era la primera vez que me topaba con ese escenario tan propicio para que cocinaran historias
extraordinarias. El monte, el bosque, la selva, han sido a lo largo de toda la historia los calderos ideales del
imaginario. De allí han surgido seres y monstruos de todo tipo, y varias páginas les dediqué a lo largo del
tiempo.33

Con relación al monte santiagueño (y por añadidura, al quilinense) durante la época colonial, la
historiadora Judith Farberman escribe:

“Espacio venerado y temido, territorio violento pero indudablemente cotidiano, el monte será el lugar
privilegiado de la salamanca colonial, como en otro tiempo lo había sido de los rituales prehispánicos”.34
“(…) Las superficies boscosas son y han sido siempre el lugar para ocultarse, el refugio de la libertad y el
reino de la magia. (…) El monte había revestido desde siempre una importancia insoslayable en la vida
material y social de las comunidades indígenas. (…) Pero además, el monte había sido un lugar de culto.

30
Véase archivo oral del autor.
31
Véase archivo oral del autor.
32
Véase archivo oral del autor.
33
Véase del autor: El bosque, la imaginación y el miedo (2004). Primera versión en diario La Capital de Mar del Plata
(1995). Disponible en Web: http://letras-uruguay.espaciolatino.com/aaa/soto_fernando/bosque.htm
34
Farberman, J., op.cit. pág. 36.
18

(…) Eran espacios temidos y buena parte de los personajes míticos del folclore santiagueño (el alma-mula,
el duende, el condenado, el sachayoj, etcétera) vagan por sus espesuras”.35

Todo parece indicar que lo siguen haciendo (o lo hicieron hasta hace muy poco).

Misteriosos perros y chanchas con cadenas encuentran en el monte del norte cordobés sus imaginarias guaridas

En un entorno con tantas brujas, pájaros oscuros, perros negros, chanchas demoníacas arrastrando
cadenas y la omnipresencia del diablo detrás de cada uno de ellos, era inevitable que dirigiera la charla hacia
las salamancas, las famosas universidades de las tiemblas en donde las acólitas del demonio acudían a
embeberse de saberes oscuros y los salamanqueros a buscar habilidades extraordinarias para ganar fama,
fortuna y éxito social.

Pero, ¿hay salamancas aún en la región?

“Supuestamente, campos más arriba era todo tierra de indios —me dijo Ezequiel (el remisero citado al
principio) mientras nos dirigíamos hacia el borde urbano de Villa Quilino, en dirección a la únicas lomas
que hay en la zona; totalmente cubiertas de monte, más allá de la ruta 60—. Y por eso es que ha quedado el
nido de las brujas —afirmó—. Esa es la historia que hay acá. Lo escuché desde siempre. La gente grande
cuenta esas historias. Como la del Alma-Mula, que aparece por acá y que, supuestamente, dicen que es un
hombre con la mitad para debajo de caballo y la mitad para arriba con cuerpo humano. (…) Sobre la
salamanca, lo que sería la historia del diablo, también escuché… Pero historias concretas, no. Mis abuelos
contaban que había una en dirección de esas sierras bajas”, y señaló las nada imponentes elevaciones.36

Afortunadamente, Iván resultó mucho más explícito al respecto. Y no me sorprendió que también
hiciera alusión a los antiguos habitantes prehispánicos de la zona.

35
Ibídem, pp. 173 y 174.
36
Véase archivo oral del autor.
19

“Eso ocurre por el lado de la Villa (Quilino). Es que la Villa fue el primer asentamiento del pueblo.
Sólo después, con la llegada del tren, se crea Quilino. Villa Quilino es en donde estaba asentado el pueblo
aborigen original. Para que te ubiques: si vas donde está la iglesia, todo lo que tiene detrás es una zona de
lomas. Hay muchas. Bueno, supuestamente en esa zona es donde está la salamanca. Se rumorea eso, pero
nadie la puede encontrar. Claro que dicen que la salamanca se te va a aparecer cuando necesitás algo… Y
siempre te llama con música. Por ejemplo, mucha gente que ha estado por ahí escuchó música de la nada
misma. Y es como que se sienten muy atraídas por ella. Ahí es donde se dan los ritos. Donde las mujeres
hacen pactos para ser brujas, o los curanderos o el que quiere ser famoso. La salamanca está entre las
lomas. Yo he ido por curiosidad, pero nunca escuché nada. He ido con otras personas y tampoco hemos
escuchado nada o visto algo raro… Lo que pasa es que hay mucho monte y muchas lomas. Si vas, tenés que
recorrer bastante. Hay un mundo muy oscuro por ahí, relacionado con el satanismo…”.37

Santuario de San Roque de Villa Quilino. Hacia el fondo, el “nido de las brujas” y las lomas de la salamanca

En Quilino “hay muchas historias locas”, me dijo Iván. Pero de todas las que me contó, una fue la que
me llamó poderosamente la atención. Está referida a cierto sacrifico que una vecina del Barrio San
Cayetano llevó a cabo en una fecha incierta, aunque por causas que todo el pueblo afirma conocer.

“Hay una señora que conozco, cuya madre se dedicaba a todo lo que era satanismo (…). Hay que
saber que en Quilino todos los que se inician en artes negras tienen que entregar el alma de un ser querido.
Esa es la promesa que le hacen al diablo. Pues bien, en el pueblo hubo un caso verídico en el que una
madre mató de un disparo a su propia hija por eso. Porque se la había ofrecido como tributo al demonio.
(…) Esto ocurrió hace muchos años atrás. La verdad es que, exactamente cuándo, no lo sé. (…) Pero
ocurrió realmente. Yo conozco a la familia. Fue la abuela de una conocida mía la que mató a su hija para
hacer el pacto. (…) ¿Presa, me decís? Mirá… creo que esa vieja murió hace poco. Qué pasó en el medio,
tampoco lo sé. Es que antes las cosas eran distintas. Y más en los pueblos. Vos matabas a alguien y nadie se

37
Véase archivo oral del autor.
20

enteraba. Nadie hacía mucho. Pero fue una historia que trascendió y hasta el día de hoy la familia es
conocida por ese hecho”.38

Creo que no resultaría nada difícil encontrar a la familia referida y buscar una explicación lógica a lo
que supongo (sólo supongo) debió ser un lamentable accidente o un crimen producto de alguna pelea. Pero
acá lo que interesa no son los hechos reales sino lo que mucha gente cree e interpreta de tragedias como la
que acabo de transcribir.

El diablo asoma su cola en cada esquina.

“Acá, en Quilino, hay mucha gente metida en cuestiones diabólicas. Tenés que andar con mucho
cuidado”.39

Supuestos sacrificios y pactos con el Maligno

Ya sea con la apariencia de un gaucho engalanado con fina ropa negra, rastra y espuelas de plata,
montando en un caballo azabache, o en su tradicional y europea representación de chivo, con grandes
cuernos y mirada centellante, el Diablo, Satanás, El Malo, el Zupay o como quiera que lo hayan llamado en
diferentes lugares, la presencia de lo siniestro es un lugar común en el imaginario quilinense. Su influencia
asoma la cabeza en cada relato, directa o indirectamente. Es como si toda la región siguiera arrastrando
aquella etiqueta que los doctrineros de la colonia le impusieron en el siglo XVII durante sus visitas de
extirpación de idolatrías. Por tal motivo, era sólo cuestión de tiempo para que emergieran los “sucedidos”
relacionados con posesiones y exorcismos.

Hace un año, en julio de 2022, me habían contado —al pasar— algo sobre el tema. Ahora, Iván
ampliaba la información, dándome garantías de autenticidad por haber sido, dijo, “vivido en persona”.

38
Véase archivo oral del autor.
39
Véase archivo oral del autor.
21

“Cuando cursaba el colegio secundario ocurrió un caso de posesión entre algunas de mis compañera.
Resulta que una de ellas (la típica estudiante que quiere portar la bandera) empezó a ver cosas súper
extrañas. La trataron psicológicamente y aún así tuvo que dejar de cursar porque no estaba en sus cabales.
En Tulumba sabía haber un cura que hacía exorcismos, así que la llevaron. Después la llevaron a
Tucumán (a otra persona). Pero no la podían contener. Tenía una fuerza increíble. Le daban ataques…
Más tarde, cayó otra chica (esa sí era mucho más cercana a mí). Una noche, chateando con ella por el
celular me empezó a mandar mensajes que decían: ‘¡Por favor, no te vayas! No me quiero dormir porque
viene’. ¿Quién viene? Y me dice: ‘No sé lo que es, pero viene y me hace cosas’. No me contó mucho más.
Dio detalles muy fugaces. Decía que era un hombre que venía a la noche y le hacía cosas. Nada más…
Esta chica vivía en el campo con su mamá sola, en un área muy rural. La tuvieron que llevar a un montón
de lados. Terminó no quedando muy bien y hará como un par de años que empezó a retomar su vida de
nuevo. Creo que sigue viviendo en el campo”.40

Y cuando creí que había terminado, agregó:

“Después había otra chica, que compartía conmigo y otros amigos un espacio neocatecumental, y a
ella también le pasaron cosas raras. Un día estábamos en misa y me dice, agarrándome muy fuerte: ‘Tengo
mucho miedo porque ahora, cuando terminemos, tengo que ir a casa y no hay luz en la calle. Y siempre que
no hay me sigue un hombre. Nunca supe quién es porque nunca le veo la cara y, cuando te das vuelta, a
veces, no está’. Yo no sabía cómo reaccionar o qué decirle —prosiguió Iván—. Entonces me contó que de
noche, cuando se pone los auriculares para escuchar música antes de dormir, escucha un perro que ladra y
ladra. Se saca los auriculares, se asoma por la ventana para ver si está el animal y… no hay ninguno. Se
vuelve a poner los auriculares y cuando da PLAY se reprodujo el ladrido de un perro… En eso, mientras
terminaba de contarme la historia, miro para el piso y entre sus pies salió una víbora… Estábamos en plena
misa, en un salón lleno de gente. Nunca me olvido de su cara… Empezó a llorar, aterrada. Quedamos todos
helados, porque de la nada misma salió ese bicho y ni siquiera estábamos cerca de la puerta”.41

Creo que lo más interesante de estas breves historias es la forma en que los vecinos involucrados las
interpretan. Podríamos encontrarles explicaciones mucho más racionales, si acudir a la presencia de lo
maligno o sobrenatural. Pero en Quilino, la cosmovisión que flota en ciertos ambientes tiende a orientase a
resoluciones muy alejadas de las mías. El contexto cultural y las mentalidades vigentes le otorgan a
cualquier desequilibrio psíquico una causa, en principio, demoníaca

“A muchas más chicas le pasaron cosas re-locas, aunque sólo dos terminaron en posesión. Las otras
quedaron como que veían cosas sobrenaturales. Pasa que la abuela de la primera se dedicó mucho tiempo a
la brujería. Esa mujer estuvo poseída. Fue un caso muy famoso en el pueblo. Lo conocen todos, más que

40
Véase archivo oral del autor.
41
Véase archivo oral del autor.
22

nada los hombres. Mi papá siempre me cuenta que cuando iban a ver a esa mujer, no la podían tener… Y
eso que ellos eran como cuatro o cinco hombres, queriéndola agarrar. Ella gritaba y jadeaba como un
perro. Incluso el cura del pueblo, el Padre Pedro, que presenció todas esas cosas, contaba que esa mujer se
ponía como ese animal y soltaba una lengua gigante, deformándose toda. Que caminaba con la punta de
los dedos, asentándolos en el piso y andando en cuatro patas. Un montón de gente ha presenciado a esa
mujer…”.42

Sombras misteriosas, posesiones demoníacas, pactos, vecinos y sacerdotes que luchan contra el mal

En un universo tan rico en “cosas raras”, no podían faltar las casas encantadas y los fantasmas.
Quilino, como era de esperarse, los posee.

“El cementerio tiene una historia increíble —me comunicó Iván—. En realidad hubo dos cementerios.
El que está ahora, camino de Villa Quilino (doblando hacia la izquierda, por una calle de tierra) no es el
primero. Antes, vos hacías cinco o seis cuadres y llegabas al cementerio más antiguo, que ya no está. No sé
en qué año decidieron trasladarlo más al fondo, para poder agrandarlo. Supongo que eso habrá ocurrido
hacia el año 1910, ya que en esa fecha se creó el cementerio actual. Pues bien, te cuento que todos los
terrenos en donde estaba el más antiguo se vendieron y, muchos años después, unos cuantos lotes fueron
comprados por una familia de Córdoba (Capital). Construyeron una casa en ese lugar, en gran parte con
los ladrillos que allí encontraron. Ladrillos de los viejos nichos. La familia se fue a vivir y estuvieron sólo
un mes. Se tuvieron que ir. Le pasaron un montón de cosas. Creo que hasta se murió un bebé. Yo ya había
nacido cuando todo eso ocurrió. La casa está hasta el día de hoy, pero no se puede vender. Sigue estando.
Existe, completamente abandonada. Todos aquellos que la alquilaron se han tenido que ir por las cosas que
pasan adentro. Yo nunca entré, pero recorrí todo el terreno. Si hacés unos pasos, atrás de la casa, empezás
a ver piedras y pedazos de ladrillos, donde estaba el cementerio, ahora todo cubierto por el monte”.43

42
Véase archivo oral del autor.
43
Véase archivo oral del autor.
23

Como había escuchado que en el nuevo cementerio ocurrían rituales misteriosos, le pregunté que sabía
al respecto.

“Es cierto. Hay muchos restos de rituales. Cuando vas, ves que hay tumbas en las que hay velas
negras y rojas, trabajos raros y estatuas de santos decapitados. La mamá de una amiga se acercó a una de
esas tumbas y vio un montón de cosas extrañas encima. No tuvo mejor idea que tocarlas. Hasta el día de
hoy está re-mal. Tiene pesadillas, siente que algo la persigue… Ya no saben cómo tratarla. Y sí, esas cosas
pasan mucho en Quilino”.44

Cementerios varios del valle de Punilla

Unas pocas horas antes de dejar el pueblo, tuve la suerte de entrar en conversación con Christian
Acevedo, un simpático, generoso y exitoso empresario local, que me regaló una experiencia por él vivida en
primera persona. Las señoras de la noche querían regalarme, como despedida, una última “prueba” de su
real existencia.

“Que las hay, las hay”

“Antes había muchas más brujas que ahora —me dijo parado en el frente de la panadería de la que es
propietario—. Pasa que se fueron muriendo. Pero algunas quedan y como prueba de eso te voy a contar
algo que me pasó hace unos dos meses. Resulta que, siendo de noche, empiezo a oír a los perros ladrar

44
Véase archivo oral del autor.
24

como locos, en una casa que tengo cerca de la estación de tren. Salgo para ver que sucedía y veo a los
animales acovachados a un costado, ladrando, sin moverse. Entonces miro para arriba y veo que algo
pasaba volando. Al principio pensé que era un drone, pero al mirar mejor… ¡tenia forma humana! Pasó
volando y observé que fue bajando y bajando hasta que desapareció detrás de un monte. Cuando salieron
unos vecinos y les comenté lo ocurrido, sugiriéndoles ir a investigar, me dijeron: ‘Andá vos solo, nosotros
no vamos’. Es creer o reventar”.45

PALABRAS FINALES

¿Cuántas historias como éstas hay en Quilino? Seguramente, miles. Pero permanecen relegadas más
allá de las fronteras del pueblo; corriendo el riesgo de ser olvidadas y perderse para siempre (por más que la
tradición oral tenga una sorprendente resistencia). Con cada viejo que se muere, con cada vecino que
reniegue de ellas públicamente, enmascarando cierto prurito (en mi opinión inapropiado), el patrimonio
intangible de la región se empobrece. La magia retrocede y ese encanto que uno encuentra, aderezando con
cuestiones imposibles a un pueblo poco menos que común y corriente, se diluye. Los fantasmas, demonios,
brujas y seres del averno que —dicen— recorren sus oscuras calles, sólo sobrevivirán si se los convoca y
recuerda. Y es necesario que ello ocurra. Sería una pena que este verdadero Gravity Falls del norte de
Córdoba quede olvidado.46 De ocurrir, perderíamos un material valiosísimo. Uno que nos hace soñar,
especular, analizar cosmovisiones que creíamos desaparecidas (al menos en las grandes ciudades) o volver a
sentir miedo, como cuando éramos chicos, al advertir que la experiencia de lo real es mucho más compleja
de lo que creemos y está condicionada cultural e históricamente.

Símbolo de ansiedades, repulsiones y deseos colectivos, temores, esperanzas y normas de conductas,


las “historias quilinenses” cuentan mucho más cosas de lo que aparentan a primera vista. Son el reservorio
actualizado de viejas creencias que se niegan a morir, permitiendo explicar, fuera del discurso académico,
las desgracias, enfermedades, sinsabores y también golpes de fortuna (de alto costo) que la gente
experimenta a lo largo de la vida, e incluso después de la muerte.

45
Véase archivo del autor.
46
Véase: Gravity Falls. Disponible en Web: https://es.wikipedia.org/wiki/Gravity_Falls
25

El viaje a Quilino fue, en parte, un viaje al más allá. Una viaje más allá del sentido común. Más allá de
la realidad cotidiana en la que me muevo. Resultó un chapuzón en el universo maravilloso del norte
cordobés y un darse cuenta de que la larga duración en historia es en verdad muy larga. De no ser así no me
hubiera topado con creencias que están vivas desde la Edad Media y la Moderna. Hay cosas que cambian
muy lentamente, que perduran. Y que, como escribió Julia Carreras en un estudio sobre las brujas y la
otredad, “(…) siguen reinando en el territorio de lo inefable y en lo más profundo de nuestras mentes,
habitando nuestros miedos”.47

“Dicho ha sido, dicho queda

que todo lo que tiene nombre existe”.

FJSR

Buenos Aires, junio 2023

47
Carreras Trot, Julia, Vienen de Noche. Estudio sobre las brujas y la otredad. Disponible en Web:
https://planetadelibroscom.cdnstatics2.com/libros_contenido_extra/50/49755_Vienen_de_noche.pdf

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