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La noche que los Beatles


conocieron la marihuana
gracias a Bob Dylan: una
habitación de lujo, vino
barato y el "papelón" de
Ringo
Hace 55 años, el 28 de agosto de 1964, en la suite del sexto
piso del célebre hotel Delmonico en Manhattan, se produjo
el encuentro entre los Fab Four y el gran Dylan. Los detalles
de una reunión increíble

PorMatías Bauso
28 Ago, 2019 01:33 a.m. EST
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Los Fab Four: John Lennon, Ringo Starr, Paul McCartney y
George Harrison. Los chicos de Liverpool se reunieron con Bob
Dylan en el lujoso hotel Delmonico de Manhattan (Shutterstock)
-Hola. Habla la Beatlemanía.

Cada llamada que entró a esa habitación de hotel durante la noche


fue respondida de la misma manera por la misma voz grave y
ácida. De fondo, cada vez, se escucharon las risotadas de los otros.

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Hace 55 años, Bob Dylan y los Beatles se encontraban por


primera vez. Y el encuentro tendría algunas consecuencias
inesperadas. Esa noche los Beatles tocaron una de las dos fechas
que tenían programadas en Forest Hills. Bob Dylan, que vivía en
Woodstock, a 50 kilómetros de Nueva York, fue a visitarlos a su
hotel.

El Delmonico era un hotel lujoso en pleno Manhattan. En su


historia había recibido muchos visitantes célebres. Sin embargo
nunca como esos días de 1964 en que se alojaron allí John
Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr, sus
empleados vivieron algo igual.

Eran los días, como decía Dylan al teléfono, de la Beatlemanía.


Ese fenómeno que mezclaba histeria juvenil con devoción
intergeneracional ya llevaba varios meses de vigencia y no parecía
que fuera a decrecer.

En la vereda del hotel miles de jóvenes esperaban para ver a sus


ídolos. Se quedaron varios días, esperando y aullando, con la
ilusión de verlos, aunque sea unos pocos segundos, de paso hacia
el auto. En el lobby y en los pasillos del hotel decenas de policías
y de empleados de seguridad privada vigilaban que no hubiera
intrusos.

Los cuatro músicos estaban encerrados en una habitación del


sexto piso. Pasaban gran parte de las horas juntos, riéndose y
bebiendo. Sólo unos pocos accedían a ellos. Brian Epstein, su
manager, y algunos asistentes. Nadie más.
El Hotel Delmonico en Nueva York, donde se produjo el histórico
encuentro el 28 de agosto de 1964
En el mismo piso en el que se encontraban había una habitación
que funcionaba en "modo limbo". Allí algunas celebridades
aguardaban su turno de ser atendidas, de ser recibidas al
menos unos minutos por los cuatro jovencitos de Liverpool. La
gran mayoría, después de varias horas de estar sentados en la
soledad del cuarto esperando alguna noticia, se cansaban y se
retiraban. Figuras del deporte, de la música y del cine, o groupies
(aunque faltaban unos años para que se las llamara así) adineradas
y con contactos quedaban en la antesala de conocer a los cuatro
jóvenes más codiciados del planeta.

A los que llamaban por teléfono no les iba mejor. Dicen que en
esos tres días en que estuvieron alojados ingresaron decenas de
miles de llamadas al conmutador del Delmonico. A la habitación
sólo pasaban las que venían precedidas por una contraseña creada
a tal fin.

Al Aronowicz, un periodista con casi medio siglo de carrera y con


miles de notas publicadas, tiene un hito insuperable en su
trayectoria. Es quien posibilitó que ese 28 de agosto de 1964 se
encontraran Bob Dylan con los Beatles.

Esa intermediación fue el clímax de su vida. Lo pasó a buscar por


su casa e hizo que sorteara todas las trabas para llegar hasta ellos.
Las ganas de encontrarse y conocerse eran mutuas. Los Beatles
admiraban a Dylan. Habían escuchado hasta el hartazgo los dos
primeros discos de Bob y estaban fascinados por ese nuevo
lenguaje que introducía en la música popular.
“Era nuestro ídolo, lo admirábamos”, reconoció Paul muchos años
después (Shutterstock)
"Era nuestro ídolo, lo admirábamos", reconoció Paul
en Anthology. John también recordó el primer contacto con su
temas: "Un DJ francés le pasó el segundo disco de Dylan a Paul.
No paramos de ponerlo; creo que lo gastamos. Nos enloquecía".

Y a Bob, por su parte, le intrigaba esta nueva aparición y


reconocía en ellos algo que los demás no tenían. Quería ver de
cerca el fenómeno, estudiarlo. Entender por qué en sus recitales
todos escuchaban quietos y en silencio, y en los de los Beatles
sólo había frenesí y griterío.

Ya en la habitación, luego de intercambiar algunas


formalidades, Dylan preguntó si había algún vino barato para
tomar. Los Beatles sólo tenían champagne francés y whisky
escocés. John Lennon mandó de inmediato a Mal Evans a
comprar varias botellas. Del interior de su campera, Dylan sacó
una bolsa con marihuana. Los Beatles se miraron entre
sí. Alguno confesó que ellos no fumaban. Dylan se mostró
sorprendido. "Yo estaba convencido que sí. Entonces ¿De qué
trata su canción?". La suposición provenía de un malentendido.
Bob creyó escuchar que en I want to hold your hand cantaban: "I
get high, I get high". Le aclararon que la letra decía: "I can't hide,
I can't hide".

Los Beatles se entusiasmaron con el ofrecimiento. Bob,


conocedor de los problemas que podían caerle encima a un músico
en esa época si lo encontraban con droga en su poder, les pidió ir
hacia otro cuarto dónde no hubiera tantos desconocidos. Cerraron
las cortinas y pusieron toallas bajo las puertas para que no se
filtraran ni el humo ni el olor.
Dylan comenzó a armar un cigarro pero su torpeza motriz
complicaba la operación. Lugo de unos minutos terminó y le
ofreció el primero a John, que se lo pasó a Ringo. Justificó su
decisión con una humorada: “Él es nuestro catador, nuestro
conejillo de indias”, dijo
Así, Aronowitz, el manager de Dylan, el mismo Bob, los Fab
Four y Brian Epstein se mudaron hacia una habitación
interior de la enorme suite.

Dylan comenzó a armar un cigarro pero su torpeza motriz


complicaba la operación. Lugo de unos minutos terminó y le
ofreció el primero a John, que se lo pasó a Ringo. Justificó su
decisión con una humorada: "Él es nuestro catador, nuestro
conejillo de indias", dijo.

Ringo, desconocedor de las reglas de etiqueta del consumo de


marihuana no lo compartió y lo consumió como si se tratara
de un cigarrillo de tabaco. Pronto sus carcajadas inundaron la
habitación.

Así cada uno de los Beatles fumó porros armados por Bob
Dylan. Rieron y se divirtieron por horas. Esa noche quedó
registrada en la historia como la noche en que los Beatles
descubrieron la marihuana gracias a Bob Dylan, futuro Premio
Nobel de literatura.

A lo largo de los años, los cinco principales protagonistas dieron


sus versiones del hecho.
Los cuatro dieron su versión de lo ocurrido aquella noche. Todos
coincidieron: “Nos reímos mucho” (Shutterstock)
Ringo dijo: "Esa fue nuestra primera vez con la marihuana. Me
reí, me reí y me reí. Sin parar. Fue fabuloso".

John, por su parte, contó que "fumamos y nos reímos toda la


noche. Bob se la pasó contestando el teléfono. Era ridículo. No
recuerdo muy bien de qué hablamos, sólo estábamos ahí siendo
roqueros, fumando marihuana, tomando vino y pasando un buen
rato algo".

Paul contó algunos detalles más: "Bob inició a los Beatles en la


marihuana. Fue muy divertido. Yo creí que por fin había
encontrado el sentido de la vida. Quería contarle a la gente de qué
se trataba. Yo era el más grande descubridor, en ese mar de
marihuana en Nueva York. Le pedí a Mal Evans que me
consiguiera papel y lápiz. Y lo escribí y le dije a Mal que guardara
bien ese papel. Cuando nos despertamos vi que sólo había
escrito: 'Hay siete niveles'. No resumía exactamente todo lo que
había pensado pero al menos nos divertimos mucho".

Un año y medio más tarde Lennon citaría esta situación en su letra


de And your bird can sing. Y pareciera que se dirige a Paul
cuando canta: "Decís que viste las siete maravillas y tu pájaro es
verde pero no podés verme".

George Harrison, por su parte, fue el que desmitificó esa noche


recordando que ya habían probado en Liverpool provistos por
un baterista amigo.

Bob Dylan, cuando años después fue consultado por esa noche,
fue escueto, no se vanaglorió de lo hecho y minimizó la dimensión
legendaria del encuentro. "Es cierto nos vimos una noche. Y la
pasamos bien. Mucho mas no recuerdo".
Play

Los Beatles, unos años después, evidenciaron la admiración por


Dylan al situarlo en ese canon moderno que es la tapa de Sargent
Pepper. Bob compartió algunos momentos con Lennon pero su
Beatle preferido, fue George Harrison. Se convirtieron en
amigos, compusieron alguna canción juntos, George grabó una
gran versión de If not for you (preciosa canción de amor) e
integrarían más de dos décadas después el súper grupo The
Travelling Wilburys.

Hasta ese noche en el Delmonico los Beatles bebían alcohol y


tomaban pastillas. El hábito de las anfetaminas lo habían
desarrollado en las largas noches de actuaciones en Hamburgo. A
partir de ahí un nuevo mundo se abriría para ellos. Pocos años
después experimentarían con el ácido. John de la etapa
lisérgica pasó a la heroína.

Lennon reconoció, años después, que Rubber Soul había sido su


disco "del porro", el que había sido compuesta y grabado bajo
los efectos de la marihuana. El homenaje más explícito fue Got to
get you in my life, tema que bajo el ropaje de una canción de
amor, esconde una oda a la marihuana compuesta por Paul.
Cuando el grupo ya estaba separado y la relación entre McCartney
y Lennon era tirante, John reconoció que ese era un gran tema,
uno de los mejores de Paul.

Play

En 1967 el grupo pagó una solicitada a página completa en


The Times londinense solicitando la legalización de la
marihuana en la que firmaban otros importantes personajes del
mundo de la cultura y las ciencias. A principios de 1980 Paul
permaneció nueve días detenido en Tokio porque en su valija le
encontraron una generosa bolsa de marihuana.

El encuentro de esa noche de agosto de hace 55 años en el sexto


piso del Hotel Delmonico quiso ser visto como "un momento que
cambió la historia de la música moderna". Se trata de una
hipérbole, de esas a la que son tan afectos los norteamericanos;
rápidamente sindican un evento como histórico, como el que
cambió las reglas de juego. El episodio tiene su innegable interés.
Las dos fuerzas musicales más importantes y revolucionarias de su
tiempo se encontraron por primera vez cara a cara. Y como si eso
fuera poco, Dylan introdujo a los Beatles en el consumo de la
marihuana.

Muchos afirman que a raíz de ese encuentro, de ese cruce, los


Beatles profundizaron el costado poético de sus canciones,
comenzaron a prestarle atención a las letras. Y que como
contracara, Dylan decidió seguir el ejemplo de los Beatles
musicalmente y electrificó sus creaciones, lo que le valió que
un año después le gritaran el famoso "Judas" desde el público.
Muchos afirman que a raíz de ese encuentro, de ese cruce, los
Beatles profundizaron el costado poético de sus canciones,
comenzaron a prestarle atención a las letras
Los Fab Four se juntaron con Dylan de la misma manera que los
hicieron en ese tiempo con Elvis Presley o Muhammad
Ali (otros dos que están en la tapa de Sargento Pepper): se
encontraban con personajes que admiraban, que ellos
consideraban que estaban a su altura, con los íconos culturales
de su época.

Que la obra de Dylan influyó en los Beatles es evidente, lo dijeron


ellos en varias oportunidades; que la influencia Beatle sobre
cualquier músico popular de los últimos sesenta es palpable
tampoco se puede negar. Sin dudas el ejemplo del grupo de
Liverpool hizo reflexionar a Dylan y lo hizo probar nuevos
caminos musicales.

Pero la doble influencia hubiera sucedido de todas maneras, aún si


no se hubieran encontrado en esa noche de Nueva York después
del concierto en el estadio de tenis. Los Beatles se estaban
cansando de las chicas gritonas que no los escuchaban y Bob
quería probar musicalmente algo más que su guitarra y su
armónica.

Los Beatles y Dylan estaban ejerciendo su poder, esparciendo su


influjo a todo el campo artístico. Y, como no podía ser de otro
modo, ellos se influían y se mejoraban entre sí mucho antes de
encontrarse a fumar marihuana. Dylan y sus letras existían; los
Beatles y su revolución también. Ya habían cambiado la historia
de la música aunque todavía a ambos les quedaban por producir
sus grandes obras maestras: lo harían en los meses siguientes.

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