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Las plantas susceptibles (r1r2) que carecen de genes de resistencia son atacadas por todas las
razas del patógeno, incluso los que carecen de genes de virulencia específicos (A1A2).
Segundo, las razas del patógeno o los individuos que contienen genes de virulencia (a1a2)
específicos para cada gen de resistencia del hospedante (R1R2) pueden infectar a todas las
plantas que tengan cualquier combinación de estos genes (R1R2,R1r2,r1R2). Cuando un
patógeno tiene uno de los dos genes de virulencia (a1 o a 2) puede infectar a las plantas que
tengan el gen de resistencia correspondiente (R1 o R2, respectivamente), pero no a las plantas
que tengan un gen de resistencia distinto al gen de virulencia correspondiente (los patógenos
que tienen genes A1a2 infectarán a las plantas que tengan genes r1R2 pero no a las que tengan
genes R1r2 debido a que el gen a2 puede atacar al gen R2 pero el gen A1 no puede atacar al
gen R1).
Este concepto se aplica para tipos de resistencia monogénicas.
La naturaleza de la resistencia a enfermedades
Es posible que para la producción de una enzima inducible o una sustancia
fungitóxica, un estimulante (inductor) secretado por el patógeno inactive una molécula represora,
la cual es el producto de un gen regulador. La función del represor consistiría en combinarse
con un punto operador específico y prevenir la transcripción del operón, bloqueando así la
síntesis y acción de proteínas en ausencia de infección. Sin embargo, seguida de la infección y
posterior a la inactivación del represor por el estimulante patogénico, se puede llevar a cabo la
transcripción del operón, produciéndose la sustancia en particular, y si ésta es lo suficientemente
tóxica para el patógeno, la infección cesará y la variedad será resistente. Por otra parte, si
aparece un mutante en el patógeno que no secreta un estimulante en particular que inactive la
molécula represora, no se producirá la reacción de defensa, el patógeno infectara al hospedante
sin que éste pueda ofrecer resistencia, y originará la enfermedad.
Producción de variedades resistentes
El reconocimiento reciente de los peligros de la contaminación causada por el control
químico de las enfermedades de las plantas ofreció un ímpetu y una importancia adicionales a
la producción de variedades resistentes
Efectos del mejoramiento genético de las plantas sobre su variabilidad
Los pasos iniciales en el mejoramiento genético de las plantas por lo general hacen
que aumente la variabilidad de las características genéticas de las plantas de determinada
localidad, al combinar en dichas plantas genes que anteriormente se encontraban muy lejanos
uno de los otros. Sin embargo, con los avances de los programas de mejoramiento genético y
puesto que se pueden identificar mucho de los genes útiles, los pasos subsecuentes en el
mejoramiento tienden a eliminar la variabilidad, al combinar los mejores genes en algunas
variedades de plantas cultivadas y al descartar las líneas vegetales que parecen no tener
rentabilidad real. Debido que las plantas de importancia productiva se cultivan de una forma tan
amplia, llevan consigo no sólo el beneficio sino también el peligro de la uniformidad. El más
grave de éstos, es la vulnerabilidad de grandes plantaciones uniformes a brotes repentinos de
epifitias de graves consecuencias.
Mejoramiento genético de las plantas para obtener resistencia a las enfermedades
Fuentes de genes de resistencia
Con frecuencia, los genes de resistencia existen en las variedades o especies que
normalmente crecen en el área donde la enfermedad es severa y en la cual hay una gran
necesidad de variedades resistentes. Si no es posible encontrar plantas resistentes dentro de la
población local de la especie, se prueban con otras, ya sea silvestres o cultivadas, con el fin de
determinar si son resistentes, y en caso de serlos se cruzan con variedades cultivadas para
incorporar los genes de resistencia de las otras especies en plantas cultivadas.
Técnicas que se utilizan en el mejoramiento genético clásico para obtener resistencia a
enfermedades
El mejoramiento para obtener variedades resistentes es un proceso complejo. Las
técnicas utilizadas son:
1) Selección masiva de semillas. Proveniente de las plantas con la más alta resistencia que
sobreviven en un campo donde la infección natural ocurre regularmente. El proceso el lento
2) Selección de líneas puras. Las plantas individuales altamente resistentes y sus progenies
se propagan por separado y se inoculan varias veces para probar su resistencia a las
enfermedades (complicado para las especies de polinización cruzada)
3) Selección recurrente o retrocruza. Es aquella en la cual la variedad útil pero susceptible de
un cultivo se cruza con otra variedad cultivada o silvestre que es resistente a un patógeno en
particular. La progenie se prueba para verificar su resistencia al patógeno y los individuos
resistentes se retrocruzan para obtener la variedad deseada.
Vulnerabilidad de cultivos genéticamente uniformes en las plantas
El cultivo intenso de una variedad simple, antes resistente, proporciona un excelente
sustrato para el rápido desarrollo y distribución de la nueva raza del patógeno y por lo general
conduce a una epifitia. Así, la uniformidad genética en los cultivos, muy aconsejable en lo
referente a las características productivas, es indeseable y a menudo catastrófica cuando se
efectúan en los genes de resistencia a las enfermedades. Otro caso es en el que las variedades
con resistencia genéticamente uniformes a las enfermedades parecen no sufrir severas epifítias,
es cuando está dirigida a patógenos de lento movimiento en el suelo como Fusarium y Verticillum
(carecen del potencial de dispersión de los que viven en el aire). Como consecuencia una nueva
raza de un patógeno del suelo estará limitada a un área relativamente pequeña por mucho
tiempo y aunque pudiera producir una enfermedad severa en la localidad, no se dispersaría con
la rapidez suficiente y en forma extensiva como para ocasionar una epifitia.
Las variedades, se siembran de forma tan extensa debido a la resistencia a ciertos
patógenos dentro de esa área. No obstante, esa resistencia ofrece extrema presión de
supervivencia sobre los patógenos de esa área. Se requiere tan solo un cambio apropiado en
uno de los innumerables millones del patógeno para producir una nueva raza virulenta que
ataque a la variedad. Cuando esto sucede, es cuestión de tiempo antes de que la raza se
disemine y se desarrolle la epifitia y sea destruida la variedad. La mayoría de las variedades
deben ser reemplazadas a los 3 o 5 años de su distribución.
CAPÍTULO 8: EPIFITIOLOGÍA
Cuando un determinado patógeno se disemina e infecta a un gran número de individuos de
una población en un área relativamente amplia y en un periodo relativamente corto, el fenómeno
recibe el nombre de epifitia. El estudio de las epifitias y los factores que influyen sobre ellas se
denomina epifitología.
Elementos de una epifitia
Las epifitias de las plantas son el resultado de la combinación oportuna de los 3 elementos
que intervienen en las enfermedades: plantas hospedantes susceptibles, patógeno virulento y
condiciones ambientales favorables. La magnitud de cada uno de los tres componentes de las
enfermedades de las plantas, así como su efecto entre sí, y por lo tanto, sobre el desarrollo de
la enfermedad, son afectados por un cuarto componente: el tiempo. Esta figura se conoce como
el tetaedro de la enfermedad. El efecto del tiempo sobre el desarrollo de la enfermedad se
hace evidente cuando se considera la importancia de la época del año (condiciones climáticas
y etapa de crecimiento cuando el hospedante y patógeno coexisten), la duración y frecuencia de
la temperatura y lluvias favorables, el tiempo de aparición del vector, etc.
El desarrollo de las enfermedades en las plantas de cultivo también es afectado en gran
medida por un quinto componente: el hombre. El mismo afecta el tipo de plantas que crecen en
un área, su grado de resistencia, su número, época de siembra. También, modifica el efecto que
tiene el medio sobre el desarrollo de las enfermedades al retrasar o acelerar la siembra o la
cosecha, al sembrar surcos más o menos espaciados, al proteger la superficie de las plantas
con agroquímicos, etc.
- Una curva bimodal es propia de las enfermedades que afectan a diferentes órganos (flores
y frutos).