Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Los textos introductorios son una herramienta para atraer la atención de tu lector. Veamos
ahora un ejemplo: imagínate un evento en el que esperas la intervención de un personaje
famoso cuya identidad no se ha revelado aún. La persona encargada de introducir el
discurso de este personaje, da un resumen tan atractivo de quién es, que tus ansias de
revelar el personaje aumentan cada vez más.
Seguramente, esta persona escribió antes un buen ejemplo de texto introductorio que luego
convertiría en un discurso. Aquí también se pueden emplear las famosas técnicas de
persuasión para convencer y atraer.
Tan importantes como cualquier parte del texto, los textos introductorios son todos aquellos
que advierten y dan un preámbulo de lo que se está por leer, para que así el lector tenga un
conocimiento previo de la información que se quiere transmitir en una novela, libro, o
cualquier tipo de texto.
Y si te has preguntado para qué sirven los textos introductorios: su función es evidenciar el
principal motivo por el cual fue creado la obra y el conjunto de ideas que se está por
exponer en esta.
Según Social Media Pymes, dejar este texto para el final es una buena idea, pues “es
probable que tengas más clara la esencia del artículo y, por lo tanto, podrás saber cómo
redactar una introducción con más facilidad”.
Características de los textos introductorios
Como todos los tipos de textos, los introductorios también tienen una serie de
características que los diferencian de los demás. Así puedes reconocerlos:
8. No tienen spoilers
Los textos introductorios deben funcionar como un abrebocas que incite a continuar la
lectura, mas no como un resumen con spoilers de lo que leerá. Esto quiere decir que, si
desde la introducción ya el lector encuentra lo principal de la trama, se perderá la magia del
texto. ¡Ten cuidado, a nadie le gustan los spoilers!
Con las características que acabas de conocer, ya puedes ir esbozando un excelente
ejemplo de texto introductorio. ¡Saca a relucir tus talentos para la escritura! Usa estos
ejercicios de redacción creativa para fortalecer esta importante habilidad que te servirá para
muchas áreas de tu vida.
Dependiendo del tipo de texto introductorio que desarrolles, su estructura puede variar en
mayor o menor proporción, pero siempre manteniendo una ruta. Los tipos de textos
introductorios son:
Prólogo.
Prefacio.
Nota preliminar.
Introducción.
Presentación.
Cuál escoger? ¡Dependerá de ti y de la obra que vas a desarrollar! En todo caso, los textos
introductorios será una pieza clave para dar al lector un vistazo de lo que verá a
continuación, y en términos generales tienen los siguientes elementos:
1. Título
Es la parte externa y visible del libro u obra literaria. Hacen parte del todo, pero también
cumplen un papel fundamental en los textos introductorios, pues aportan al principal objetivo
de estos: mostrar de qué se trata la obra.
2. Resumen
El resumen puede ser uno de los mejores ejemplos de texto introductorio en sí mismo, pues
en él se abrevia y precisa el contenido de la obra.
Esta sección no debe ser muy larga, se estiman entre uno y dos párrafos para ella. Y
siempre recuerda: un resumen es completamente imparcial y objetivo, en este no se deben
incluir spoilers u opiniones personales. Este es un aspecto crucial de todo buen texto
introductorio.
3. Abstract
Si también te has preguntado qué es el abstract exactamente, hoy te contamos que no es
más que el mismo resumen, pero en inglés. Se utiliza para que las personas de esa lengua
puedan ver de qué trata el libro y, en caso de interesarse, recurran a una traducción. Su uso
es especialmente importante en los ámbitos académicos para investigaciones y tesis.
4. Dedicatoria
No es obligatoria. Pero si el autor desea escribirla, puede ir en la página siguiente al título.
En los textos introductorios, las dedicatorias suelen incluir líneas cortas dirigidas a
personas, instituciones o quien el autor estime pertinente según su relevancia en la creación
o inspiración de la obra.