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Un niño, que correteaba por una exposición, perseguido por su madre que le recriminaba su mal
comportamiento, tropezó contra uno de los cuadros y lo tiró al suelo. Entonces la gente
contempló cómo las flores salían del marco y quedaban desperdigadas por la sala. “oh, es
increíble, las flores han cobrado vida, que grande es flora”. Dijo un ingenuo seguidor de la pintora.
Pero es resto de dio cuenta del fraude. Flora no era una gran pintora, lo único que hacía era
enmarcar las flores que iba encontrando a lo largo del mundo. Por eso solo mostraba sus
supuestas pinturas durante un tiempo y después ya no se sabía más de ellas, porque las flores se
marchitaban.
El desenmascaramiento del arte de Flora fue todo un escándalo. Se la insultó en los periódicos, se
la retiró de los museos y en el mundo del arte se la conoció como “la gran impostora”. Flora
parecía estar relegada al olvido y a la vergüenza, hasta que un periodista entrevistó al niño que de
modo casual reveló el engaño de la pintora. Cuando le preguntó si estaba orgulloso de ser la
persona responsable de que Flora ya no engañase a la gente con sus creaciones, el niño respondió
no, ya que no comprendía por qué la pintora ya no la dejaban exponer. “A mí me parecía
maravilloso lo que hacía” declaró el niño. “Pero era mentira” dijo el entrevistador. “¿Y eso que
importa?” A mí me hacía muy feliz. ¿A usted no?” contesto el niño, dejando al entrevistador sin
una respuesta. Y a partir de ese día Flora volvió a exponer sus obras y a nadie parecía importarles
si las flores eran reales o pintadas. Solo se quedaban con la boca abierta. Así: “ah”.
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1.- En un principio, ¿qué es lo que más le gustaba a la gente de los cuadros de flora?
SI
NO
¿Por qué?
LA CREACIÓN DE LA ISLA
El Dios Kóoch había creado el mar, el sol, el viento, las nubes, los truenos, y los
relámpagos, sentía que algo le faltaba por hacer.
Se le ocurrió que debía hacer una isla muy grande
Dicen que hizo surgir un enorme trozo desde las profundidades del mar y sobre esa tierra,
modeló llanuras y montañas separadas por profundos valles.
Sus primeras creaciones, el viento, el sol, y las nubes, decidieron ofrecerle sus más
hermosos regalos.
Y así fue como Xáleshen, el sol, envió su luz y calor con los que entibió la tierra y las rocas.
Teo, la diosa de las nubes, le realo nubarrones que, correteados por xóchen, el viento,
rozaron las altas cumbres de sus montañas y se desgarraron en forma de lluvia. Se dice
que las lluvias al tocar la tierra se convirtieron en ríos y arroyos, que corrieron apurados
de vuelta hacia su padre Arrok, el mar.
Cuentan que todas esas aguas, cayeron desde las nubes y corriendo por ahí, formaron
lagos que se llenaron de peces y también regaron la madre tierra, en donde muy pronto
nacieron las primeras plantas con nutritivas hojas que sirvieron de comida a los animales
terrestres. Y esas mismas plantas crecieron hasta convertirse en árboles, en los que se
posaron y anidaron bellas aves.
No paso mucho tiempo antes de que esos mismos hijos de Kóoch- el sol, el agua, el viento,
las nubes, los truenos y los relámpagos-, se sintieron un poco celosos de toda esa nueva
creación. Fue entonces cuando Teo hizo caer demasiada lluvia y anego la tierra ahogando
a los animales y xóchen sopló con toda su fuerza arrancando árboles y plantas…
Dicen que al ver aquello, kóoch se puso firme. Reunió a sus primeros hijos y les habló con
voz muy recia: ustedes – les dijo- deben dejar de perturbar a la isla.
Ellos le hicieron caso. El viento dejó de molestar a las nubes. Estas no descargaron sus
aguas sobre la isla ni oscurecieron más al sol, y así este pudo seguir abrigando y
alimentando a todas las cosas vivas que kóoch había creado.
Entonces el Dios hacedor, ahora sí, satisfecho, se alejó de esa isla cruzando el mar. Con su
poder hizo surgir otra tierra, allá en el horizonte, y se marchó hacia ella, desde nunca más
volvió.
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5.- ¿Qué personajes decidieron ofrecer a kóoch sus más hermosas ofrendas?
A. Cruzó el mar.
B. Anegó la Tierra.
C. Arrancó árboles.
D. Oscureció el sol.
7.- Al final del texto, ¿Por qué Kóoch se le alejo de la isla completamente satisfecho?
8.- Al final del texto, ¿Qué hizo Kóoch después de alejarse de la isla?
EL MISTERIO DE LA
ISLA DE PASCUA
Aún existen importantes incógnitas sobre el sistema que ocuparon los nativos para
transportar y erigir sus misteriosas estatuas pétreas.
12.- En la segunda página, ¿crees que la imagen que acompaña la sección 3 es suficiente
para ilustrar las teorías sobre el transporte de moáis?
SI
NO
¿Por qué?
Justifica tu respuesta a partir de la información que entrega el texto.
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Lee el siguiente texto y responde las preguntas 13 a 16
Viluma era una pequeña aldea ubicada a la entrada del Valle de Elcum, llamado después
Elqui. Allí vivían los thiakitas o diaguitas, es decir, “los que venían de lejos”. En el año 1000
después de Cristo. Toda esa zona sufrió una gran sequía.
La lluvia había escaseado año tras año y las montañas de la cordillera de los Andes estaban
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En esa, misma época vivía en la Viluma una joven llamada Amancay, menuda, de cabello
castaño y rizado, rostro delicado y con unos ojos alegres y soñadores. La muchacha tenía
grandes aptitudes para el dibujo, le gustaba pintar, especialmente las vasijas que han
hecho famosos a los diaguitas: los jarros Patos.
Un día, la niña llegó hasta la orilla del escuálido río cercano, donde mezclaba las pinturas
en menudos huecos pulidos hechos en una piedra. Cerca de allí, unos llamos comían
semillas de un algarrobo, árbol de diez metros de altura, de tronco grueso, hojas
pequeñas y ramas con espinas. Amancay levanto su mano y cogió una larga, delgada y
encorvada vaina que contenía tres semillas, alimento preferido de las vicuñas, llamas y
alpacas. La partió en dos y sobre una piedra la machacó hasta dejar un polvo ocre. Lo
miró se quedó pensando y rápidamente recogió varios puñados de vainas. Corriendo
llagó hasta su casa de piedra con techo de ramas y en cuclillas en la chancoana – o
mortero- molió todas las semillas. Vació en una fuente de greda esta especie de harina y
la puso sobre unas brasas. Pasaron unos minutos y la harina comenzó a endurecerse.
Entonces retiró el cuenco y al dar vuelta su contenido sobre el mortero apareció ante sus
ojos una apetitosa tortilla que partió y llevó a su boca, encontrándole un agradable
sabor.
Llamó feliz a su madre y le dijo:
- Prueba, prueba, la preparé yo misma y la he llamado patay.
Después de incontables y eternos días, las montañas se llenaron de nieve, el agua bajo
por los ríos Turbio y Claro para juntarse con el Elcum, el cual humedeció nuevamente el
valle dándole vida. A ese lugar –Viluma- se llamó posteriormente algarrobito, en
recuerdo a ese hecho.
Cuentan que esta niña iluminada por los dioses, que tanto ayudó a su pueblo, se
convirtió en una bmella flor que desde entonces cubre montes y desiertos cuando llueve
que hasta hoy lleva su nombre Amancay.
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13.- En el tiempo de sequía, ¿Qué tenían los habitantes de la Viluma para intercambiar
con los habitantes del mar?
A. Maíz, porotos y calabazas.
B. Mariscos, pescados y algas.
C. Carne de vicuñas, llamas y alpacas.
D. Plumas de loros y piedras preciosas.
14.- Ante el problema de sequía, ¿Qué actitud tuvieron los aborígenes costeros hacia los
habitantes de la ribera de la montaña?
A. De admiración
B. De generosidad
C. De desconfianza
D. De desesperación.
15.- ¿De qué se trata el texto?
A. De un árbol con poderes sobrenaturales.
B. De la creación de famosas vasijas diaguitas.
C. De una niña que salvo del hambre a su pueblo.
D. De las formas de traslado que tenían los aborígenes.
16.- Según el texto, ¿En qué se convirtió la niña Amancay?
A. En una semilla.
B. En un árbol
C. En un pez.
D. En una flor.
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Aunque sea difícil de imaginar, ese delicado picaflor que cada primavera se alimenta de
flores en nuestro jardín no siempre fue pequeño.
Dicen los antiguos aymaras que hubo un tiempo en el que era grande, tan grande como
de avestruz, y que por culpa de un cóndor enamorado se volvió pequeño, tan pequeño
como la mano de un niño. La historia es más o menos así.
La única manera – pensó- era siendo tan humano como ella. Se disfrazó entonces de
hombre para poder aproximarse sin que sintiera miedo. Así se hicieron los mejores
amigos, jugaron varios días a trepar el uno sobre la espalda del otro, corriendo por la seca
tierra del altiplano, riendo, correteándose en medio de las piedras.
Planeó por volcanes y montañas hasta llegar a su guarida; una grieta en un lejano
acantilado. No eran malas las intenciones del cóndor. De tan enamorado, quería casarse
con la pastora, pero mientras más la quería y la cuidaba, más crecía la pena de la pastora
por estar cautiva lejos de su tierra.
Todos los días el cóndor bajaba a las lagunas y salares donde encontraba animales
muertos. Juntando los trozos de su estómago volvía con carne cruda para darle a la
pastora. Pero la joven no podía comerla y lloraba pensando en su familia, en su ganado,
en los cultivos, en el olor de los platos humeantes de su cocina. El cóndor no entendía
porque la pastora enfermaba de tristeza e insistía en traerle más y más alimentos crudos.
El antiguo picaflor emprendió rumbo hacia los nevados volcanes y tras días y noches de
deambular por cerros y cumbres, ubicó la grieta donde alojaba la joven. Allí pacientemente,
esperó que el cóndor volara en busca de carne para llevársela de vuelta hacia las planas tierras.
Todos estaban contentos. El padre abrazó a la pastora emocionada por su regreso a casa y
dejó que el picaflor gozara libre del néctar de las flores. Todos felices menos el cóndor, quien
durante días y noches completas planeó sobre la casa de la joven, enojado, adolorido,
alborotado en busca de su amor.
La familia la cuidó durante mucho tiempo que no se atreviera a descender. Así pasaron varios
meses hasta que el cóndor dejó de verse en las alturas y todos retomaron a sus trabajos
habituales, quedando solo el picaflor en la cercanía de la siembra picando de flor en flor el
prometido.
Una tarde cualquiera el cóndor, que no había olvidado lo sucedido, se abalanzó sobre el gran
picaflor desde lo alto para atacarlo. Rabioso, se ensañó con su cuerpo cortándolo a picotazos,
pero para su sorpresa, en vez de causarle daño vio que el ave no moría, y que de cada trozo
aparecían miles de pequeños picaflores que huían hacia los oasis, los pueblos y los valles
precordilleranos.
Así la siguiente primavera, como todas las que vinieron, retornaron pequeños los picaflores,
aleteando incesantes en el jardín de la pastora para seguir cobrando año a año su recompensa.
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Poesía
“Los niños despiertan las palabras”
21.- Para ser parte del festival, ¿Qué información es importante solo para niños de otros
países?
A. La fecha de entrega del poema.
B. La participación por teleconferencia.
C. La contribución a la conservación del planeta.
D. La entrega de datos del establecimiento educacional.
Puedes escribir grande la palabra “MAGIA” en un pizarrón o cartulina y hacer que todos
juntos la deletreen varias veces. Cada vez que lo hacen puedes decir algo chistoso como:
“está mal porque lo dijeron muy despacio” o “recuerden que esta letra (señalándola) se
llama G , no me vayan a decir J porque pierden”.
A medida que los espectadores abren sus sobres, puedes ponerle un poco de suspenso o
de humor. Por ejemplo, apoyar la oreja en el sobre como si escucharas algo o poner cara
de duda, o preguntarle a la personas qué harían con el dinero si se ganaran el billete, o
anunciar con gran entusiasmo un ganador equivocado.
Si escribiste frases divertidas en los papeles que guardaste dentro de los sobres, haz que
los participantes las lean en voz alta.
24.- ¿Qué hace el mago para identificar el sobre que contiene el billete?
25.- ¿Qué de hacer cada espectador al decir la última letra de la palabra MAGIA?
A. Quedarse con el sobre que le tocó.
B. Pasar los sobres al siguiente espectador.
C. Mezclar los sobres como si fueran naipes.
C. A la 6
D. A la 7
Había una vez un granjero, Gopi, que vivía en un pueblito. Tenía muy pocos metros de
Tierra. Una calurosa tarde, el granjero estaba cavando en su terreno. De repente, su
pala golpeo contra algo. Entonces continuó cavando. “Es una gran olla de metal”, dijo
Gopi. Era lo suficientemente grande como para hacer arroz para más personas. “Esto no
parece ser útil de ninguna manera…voy a cavar más profundo, quizás encuentro algo
más”. Pensó Gopi. Así que continuó cavando.
Después de cavar por mucho tiempo, Gopi se cansó, “no tiene sentido, no hay nada en
este terreno”, pensó. Entonces, lanzó la pala dentro de la olla, muy frustrado. Se sentó
bajo un árbol para dormir.
Después de un rato, cuando se despertó para volver a casa, no podía creer lo que sus
ojos veían: había cien palas dentro de la olla. “Es una olla mágica… pondré este mango
dentro de la olla y veré que pasa”, pensó Gopi. Entonces Gopi puso un mango dentro de
la olla. Para su gran sorpresa, encontró cien mangos dentro de la olla. Gopi llevó la olla a
su casa y la guardó en un lugar secreto, así nadie sabría de su existencia.
Después de esto, puso dentro de la olla muchas cosas y todas se multiplicaban por cien.
Gracias a la olla, se convirtió en un hombre rico. El rey finalmente se enteró de la olla y
quiso saber dónde estaba. El rey tenía mucha curiosidad por ella y además era un
hombre avaro. “Quiero encontrar el secreto de la olla mágica. Si es valiosa, debería estar
en mi tesoro real”, pensó el rey. Por lo que ordenó inmediatamente que le llevaran al
palacio al granjero y su olla.
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Cuando la olla mágica y el grajero fueron enviados a la cámara del rey, el no supo qué
hacer con ella. “¿Qué es lo que está adentro de esta olla que la hace tan mágica?”, dijo
el rey mientras asomaba su cabeza dentro de la olla. Inadvertidamente, se resbaló y
cayó dentro de ella. Cuando empezó a escalar para salir se dio cuenta con terror de que
había otros cien reyes más haciendo lo mismo.
Todos los reyes comenzaron a luchar para llegar al trono. Pelearon entre ellos y
murieron. La olla mágica permanecía en el suelo de la cámara del rey. “Este tonto rey
me quitó la olla por curiosidad y ahora está muerto. La olla mágica ha matado al rey”,
dijo el granjero, quien, para cuidarse a sí mismo, decidió dejar la olla mágica ahí mismo,
en el tesoro del rey.