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Acto Mariano 2 de dic 2023

Canto: ven señor no tardes


Ven, ven, Señor, no tardes
Ven, ven, que te esperamos
Ven, ven, Señor, no tardes
Ven, pronto, Señor
El mundo muere de frío
El alma perdió el calor
Los hombres no son hermanos
El mundo no tiene amor

INTRODUCCION
Durante estos momentos con la virgen María nos sumergimos en la
presencia de Dios a través de la contemplación de la vida y los
misterios de Jesús y María. Es un espacio de conexión profunda con
nuestro ser interno y con el amor infinito de Dios.
abramos nuestro corazón a la gracia divina, experimentando una
renovación espiritual y fortaleciendo nuestra relación con Dios y con
María. Es un tiempo para ofrecer nuestras intenciones,
preocupaciones y agradecimientos, confiando en la intercesión
maternal de María.
Los momentos con la virgen María nos invita a sumergirnos en la
contemplación ,permitiéndonos que el Espíritu Santo nos transforme
interiormente. Es un espacio sagrado donde podemos encontrar
consuelo, sanación y dirección en nuestra vida.
Canto: La fe de María

Guía: María de Nazaret es la Virgen de la escucha y la acogida. Con


su confianza absoluta en Dios transformó la espera en presencia y la
promesa en don. La Iglesia quiere vivir, como María, hacer presente a
Cristo, en el mundo de hoy, reavivando la esperanza, alentando los
desánimos, consolando la tristeza y abrazando con ternura todo dolor.
Guía: María es la mujer nueva, llena de gracia, escogida por Dios y
con un sí total en su corazón. La discípula que acoge la Palabra, la

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rumia en su interior y nos enseña cómo esperar al Señor. La mujer con
dolores de parto, grávida de Dios, que huye al desierto para alumbrar
la vida nueva en Cristo Jesús. La Madre que nos cobija y adentra en
los misterios de Dios, donde nace la Iglesia, hermosa, la Iglesia
sinodal, en comunión, participación, misión.
Se les invita a cerrar los ojos y se introduce… (Acompañada de
Música tranquila)
Gesto entrega del corazón: se les invita abrir las manos.
MARÍA, MUJER LLENA DE GRACIA, MADRE DE TERNURA

Lector 1: Dios elige a María, la llama. La confía la misión de ser la


Madre de su Hijo, Jesús. El amor de Dios fecundó sus entrañas en la
Anunciación; por eso todos podamos acercarnos a Ella. Es la mujer
llena de Gracia, la Madre de ternura que está al pie de la cruz de todos
los que se sienten abandonados y maltratados.

Pausa breve de silencio

Lector 1: María vivió en el silencio de su corazón. Su oración, como la


de Jesús, es: aquí está la esclava del Señor.

Lector 2: Nos dice Santa Isabel de la Trinidad: «Si conocieras el don


de Dios». Hay una criatura que conoció ese don de Dios; una criatura
que no desperdició ni una sola partícula de ese don; una criatura tan
pura y luminosa, que parecía ser la misma luz; una criatura cuya vida
fue tan sencilla y tan perdida en Dios, que apenas puede decirse algo
de ella. Es la Virgen fiel, la «que guardaba todas aquellas cosas en su
corazón»

Lector 1: La riqueza de María no está fuera, sino dentro. María refleja


la belleza divina.

Lector 2: “Cada vez que miramos a María volvemos a creer en lo


revolucionario de la ternura y del cariño… María sabe reconocer las
huellas del Espíritu de Dios en los grandes acontecimientos y también
en aquellos que parecen imperceptibles. Es contemplativa del misterio
de Dios en el mundo, en la historia y en la vida cotidiana de cada uno
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y de todos. Es la mujer orante y trabajadora en Nazaret, y también es
nuestra Señora de la prontitud, la que sale de su pueblo para auxiliar a
los demás «sin demora» (Evangelii Gaudium 288).

Lector 1: El adviento de María consiste en recoger en su corazón


todas las lágrimas y esperanzas de los hombres y ponerlas junto a
Jesús, a quien lleva dentro. Esta es su oración permanente de
intercesión. En la interioridad de María se dan cita dos miradas: una
mirada al mundo que la rodea y una mirada a su Hijo. María adora la
vida y comunica la vida, como una fuente inagotable de ternura y
compasión.

Tú, también, vivirás el Adviento si eres capaz de prestar atención al


dolor profundo que late en el corazón de las gentes y si, a la vez, eres
capaz de descubrir a Jesús que viene en cada acontecimiento, en la
incertidumbre que nos rodea, en la realidad que se nos presenta cada
día. Si adoras al que es la vida, tú también darás vida.

El Adviento es tiempo de cercanía hacia las familias, los enfermos, los


refugiados, los más pobres, los que sufren la soledad, los que lo han
perdido todo.

Expresamos nuestras oraciones en voz alta

Ponemos en el corazón de María: “Los gozos y las esperanzas, las


tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo
de los pobres y de cuantos sufren… Nada hay verdaderamente
humano que no encuentre eco en su corazón” Gaudium et spes, 1)

Padre nuestro y ave maría…

canto

Oración (Todos)

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Ruega por nosotros, Madre de la Iglesia.
Virgen del Adviento, esperanza nuestra,
de Jesús la aurora, del cielo la puerta.
Madre de los hombres, de la mar estrella,
llévanos a Cristo, danos sus promesas.
Eres, Virgen Madre, la de gracia llena,
del Señor la esclava, del mundo la Reina.
Alza nuestros ojos, hacia tu belleza,
¡Amén! (San Juan Pablo II)

ENVÍO: Con María nos ponemos en camino de esperanza Con María


miramos a Jesús, Luz del mundo. Con María unimos nuestras manos
a las de todos los hombres y mujeres que hacen posible una nueva
Navidad en el mundo.

Entrega de velas acompañada de canto

Canto Final:

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