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Los últimos 150 años en la evolución industrial han estado sometidos por un modelo de
producción y consumo lineal, según lo cual los bienes son producidos a partir de las materias
primas, vendidos, utilizados y finalmente desechados como residuos. Frente a la
sobreexplotación y escasez de recursos, pérdida de biodiversidad, cambio climático, creciente
contaminación y generación de residuos, es necesario ofrecer oportunidades de mejora para una
población mundial en crecimiento. Por ende la exploración de un nuevo modelo económico se
hace cada vez más evidente.
En este nuevo modelo económico, la producción está encaminada a reducir los residuos y
facilitar su reciclaje para reutilizarlos como materiales y volver a iniciar el ciclo de producción
en las fábricas. El desarrollo e implantación de ese nuevo modelo de economía circular se está
acelerando gracias a la exigencia de la sociedad en cuanto a respeto al medio ambiente. Para
acoger este modelo en la actualidad debemos adoptar el pensamiento de ciclo de vida, producir,
consumir y saber manejar los residuos de una manera diferente. Una de las modalidades para
hacer parte del nuevo modelo sostenible es implementar el uso de las 4R (reducir, reciclar,
reutilizar y reeducar), dicha modalidad evita que proliferen residuos y apuesta por el reciclaje;
permitiendo que distintas empresas aprovechen muchos más sus materiales, existan más
oportunidades de empleo, haya innovación y desarrollo económico. En el escrito a continuación
hablaremos de cómo la economía circular es un modelo que aporta beneficios para la comunidad,
las empresas y para el medio ambiente, ya que reutilizar recursos es más rentable que iniciar su
producción desde cero, cuidando de esta manera el medio que nos provee de estos y aumentando
la sostenibilidad.
La economía circular es un paradigma que tiene como objetivo generar prosperidad económica,
proteger el medio ambiente y prevenir la contaminación, facilitando así el desarrollo sostenible.
(Prieto Sandoval, Jaca García, & Ormazabal, 2017). Este modelo de ciclos cerrados de
producción y consumo conserva los recursos naturales e imita a la naturaleza ya que los sistemas
vivientes han existido desde hace millones de años, pero en la naturaleza no hay vertederos. El
sol proporciona la energía, las plantas extraen los materiales que necesitan del suelo, crecen y
alimentan a los animales, luego ambos mueren y los nutrientes regresan al suelo, preparados para
un nuevo ciclo. Los materiales fluyen dentro de los ecosistemas y los desperdicios de una especie
son alimento para otras. Sin embargo, la economía capitalista no ha dejado de implementar del
todo el modelo lineal que se efectuaba anteriormente. Este consiste en explotar los recursos para
extraer las materias primas del medio natural y usarlas para producir objetos que una vez usados
son puestos como residuos para disposición final, si no se consigue frenar o cambiar el modelo
lineal de producción y consumo se comprometerá la capacidad del planeta ya que consumo de
materias primas ha alcanzado un ritmo constante de explotación de recursos. (Prieto Sandoval et
al., 2017). Debido a lo perjudicial que se ha vuelto seguir aplicando el modelo lineal la sociedad
se ha visto en la necesidad de pensar en cambiar el modelo económico para que opere bajo un
modelo sostenible y de ciclo cerrado, es decir, para que la producción industrial y la economía de
consumo operen dentro de una economía circular. Esto conlleva a la adopción de nuevas culturas
siendo estas la base en el nuevo modelo. En lugar utilizar y desechar los productos se acogerá la
cultura de las 4R, donde los productos están diseñados para durar, ser reparados y continuar su
uso en el mercado.
El modelo de producción tiene que ser limpio y sostenible. Tiene que estar basado en la
sustitución de las sustancias peligrosas, en el ecodiseño y en la bioeconomía. (“Daphnia 64: Más
allá del reciclaje, avanzar hacia la producción limpia, el ecodiseño y los biomateriales.,” n.d.).
La economía circular debe enmarcarse en la producción limpia. Hay que evitar las sustancias
tóxicas en la etapa del diseño de los productos y materiales para que si después entran en el
circuito del reciclaje no pongan en peligro ni la calidad de los materiales resultantes ni la salud
de los trabajadores ni de la población. De ello depende la capacidad de esos productos para
circular en el proceso de recuperación material. Asi mismo regular la eficiencia energética de los
productos e implementar ecodiseño en los productos para asegurar que los materiales de los
mismos se pueden incorporar fácilmente a procesos de reutilización o de reciclaje.
Debido a todas las actividades que implica llevar a cabo un modelo económico que sea
sostenible se despliegan una serie de beneficios sociales, ambientales y económicos que hacen de
este modelo una opción viable. En una economía circular los recursos naturales se utilizan
repetidamente, conservándose dentro de la economía local el mayor tiempo posible. La
extracción de materias primas se reduce y, con ella, el impacto ambiental en los países de origen
de esos recursos naturales. Dentro de la economía local el impacto ambiental de las actividades
económicas también se reduce y desaparecen o se reducen al máximo los vertidos al suelo y la
contaminación en el aire y en el agua. (La economía circular Qué es y cómo se aplica a la
política local ¿Qué es la Economía Circular?, 2016). La transición hacia una economía circular
generará grandes oportunidades para empresas innovadoras y otorgará una ventaja en cuanto al
crecimiento económico. Por otro lado, la economía circular trae también consigo la generación
de mayor empleo local, especialmente en puestos de trabajo de baja y media especialización, lo
que permite afrontar uno de los problemas más serios que afectan a las economías de los países
desarrollados, el desempleo.
Las iniciativas de sustituir los productos fabricados de modo lineal por bienes circulares
primordialmente acuden a los principios de la bioingeniería y ecoinnovacion ya que su objetivo
más importante es conservar los recursos sin dejar de producir teniendo como consecuencia la
disminución de residuos. Una de las técnicas más sencillas para conservar el modelo circular es
el reciclaje ya que se puede implementar por cada persona empezando por la separación en la
fuente y así los recicladores puedan realizar la recuperación de los materiales para su posterior
transformación y distribución, ahorrando recursos y apuntando a la sostenibilidad. Si bien, el
proceso para lograr un modelo económico parece sencillo, no lo es, ya que viene de principios y
educación ambiental para poder acoger en su totalidad las buenas prácticas ambientales y darle
potencial al emprendimiento verde que puedan llegar a trasformar el modelo lineal que está
acabando con el medio ambiente.
BIBLIOGRAFIA
Daphnia 64: Alternativas a la gestión de los residuos orgánicos: entre la competencia municipal y
la transición agroecológica. (n.d.). Retrieved November 13, 2019, from
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Daphnia 64: Más allá del reciclaje, avanzar hacia la producción limpia, el ecodiseño y los
biomateriales. (n.d.). Retrieved November 13, 2019, from
http://www.daphnia.es/revista/64/articulo/1258/Mas-alla-del-reciclaje-avanzar-hacia-la-
produccion-limpia-el-ecodisenyo-y-los-biomateriales
Menos residuos, más reciclaje - Ayuntamiento de Madrid. (n.d.). Retrieved November 13, 2019,
from https://www.madrid.es/portales/munimadrid/es/Inicio/Actualidad/Noticias/Menos-
residuos-mas-reciclaje?
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Prieto Sandoval, V., Jaca García, M., & Ormazabal, M. (2017). Economía circular: relación con
la evolución del concepto de sostenibilidad y estrategias para su implementación. Memoria
Investigaciones En Ingeniería, 15(15), 85–95.