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ISBN 84-96518-90-6
9 788496 5 1 8902
Compuesta
LOS DERECHOS
DE LAS PERSONAS
CON DISCAPACIDAD
VOLUMEN I
ASPECTOS JURÍDICOS
Coordinador
JOSÉ LUIS TERREROS
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1 Nota de Prensa de la Organización Mundial de la Salud con motivo del Día Internacio-
nal de las personas con discapacidad del año 2000. Es necesario aclarar previamente que los
datos estadísticos disponibles sobre el colectivo de personas con discapacidad son más exac-
tos cuando se trata de países desarrollados, pero dejan de serlo cuando se analiza a nivel
supranacional y de países en desarrollo que no cuentan con las debidas infraestructuras. En
el año 1988 las Naciones Unidas crearon la Base de Datos sobre Estadísticas de la discapaci-
dad (DISTAT). De la recopilación del material encontrado —que muchas veces resultó muy
escaso— se publicó en 1990 el Compendio de Estadísticas de Discapacidad de Naciones Uni-
das, que reúne información de 55 países. Véase: UN Disability Statistics Compendium,
Department of International Economic and Social Affairs, Statistical Office, United Nation,
New York, 1990.
2 Cfr. QUINN, G. y DEGENER, T., Derechos Humanos y Discapacidad. Uso actual y posi-
bilidades futuras de los instrumentos de derechos humanos de las Naciones Unidas en el con-
texto de la discapacidad, Documento Naciones Unidas HR/PUB/02/1, Nueva York y Ginebra,
2002.
DISCAPACIDAD, DERECHOS FUNDAMENTALES Y PROTECCIÓN CONSTITUCIONAL 5
rio Europeo de 25 estados las estimaciones elevarían los datos aproximadamente a más de
50.000.000 de personas.
4 Cfr. CERMI, Datos estadísticos sobre discapacidad en España, Europa y Comunidades Autóno-
cos. Aproximación desde la Encuesta sobre Discapacidades, Deficiencias y Estado de la Salud de 1999
realizada por el INE, Ministerio de Trabajos y Asuntos Sociales. Los resultados de dicha encuesta
informaron sobre la existencia de 3.528.221 personas con discapacidad en el año 1999. Para mayor
información, véase GARCÍA DIAZ, N. (Coord.), La discapacidad en cifras, IMSERSO, Madrid, 2002.
6 CERMI, Datos estadísticos sobre discapacidad en España, ob. cit., pág. 1.
7 Véase.: INGSTAD, B. and REYNOLDS WHITE, S. (Ed.), Disability and Culture, University
of California Press, United States of America, 1995. En esta obra los autores sostienen y defien-
den la tesis de que la discapacidad es una construcción cultural relativa, que varía según los con-
textos históricos y sociales.
8 Véase: OLIVER, Michael, The Politics of Disablement, Macmillan Press, Hong Kong, 1990.
9 Idem, págs. 2 y ss.
DISCAPACIDAD, DERECHOS FUNDAMENTALES Y PROTECCIÓN CONSTITUCIONAL 7
el movimiento asociativo tanto local como internacional, la misma no se vio reflejada en la Ley
británica, la cual establece lo siguiente: «Una persona tiene una discapacidad si se encuentra
afectada por una deficiencia física o mental que le provoca un efecto adverso prolongado y sus-
tancial sobre su capacidad para llevar a cabo actividades diarias normales». Ley de Discrimina-
ción por Discapacidad de 1995, sección 1 (1). La definición también incluye a personas que han
tenido dicha discapacidad en el pasado (sección 2 y Anexo 2).
12 Véase: MORRIS, J., Pride Against Prejudice. Transforming Attitudes to Disability, The
tión relativa al significado real de la normalidad, pero aunque la idea de normalidad sea reco-
nocida, la falta de reparo respecto de la relatividad situacional y cultural de la misma es una
omisión seria en un esquema internacional. Véase: INGSTAD, B. and REYNOLDS WHITE, S
(Ed.), Disability and Culture, ob.cit.
DISCAPACIDAD, DERECHOS FUNDAMENTALES Y PROTECCIÓN CONSTITUCIONAL 9
Organization, 2001), aprobada por la 54.a Asamblea Mundial de la Salud, celebrada del 17 al 22
de mayo de 2001.
17 La CIF ha sido aceptada como una de las clasificaciones sociales de las Naciones Unidas
e incorpora las Normas Uniformes para la Igualdad de Oportunidades de las Personas con Dis-
capacidad.
18 Cfr. «El significado de la accesibilidad universal y su justificación en el marco normativo
español», Informe realizado por el Instituto de Derechos Humanos «Bartolomé de las Casas» de
la Universidad Carlos III de Madrid bajo la dirección del Prof. Rafael De Asís Roig, al amparo
de un Convenio de Colaboración con el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales —Secretaría
de Estado de Servicios Sociales, Familia y Discapacidad—, y la Universidad Carlos III de
Madrid, 2005.
19 Ley 13/1982, de 7 de abril, de Integración Social de los Minusválidos (BOE n.° 103 de 30-
04-1982).
20 Ley 51/2003 de 3 de diciembre de Igualdad de Oportunidades, no discriminación y Acce-
sibilidad Universal de las personas con discapacidad (BOE n.° 289, de 03-12-2003).
21 Véase: Real Decreto 383/1984, de 1 de febrero, por el que se establece un sistema especial
23 Disability Discrimination Act británica de 1995, American with Disabilities Act estadouni-
26 Véase: AGUADO DÍAZ, A., Historia de las deficiencias, Escuela Libre Editorial, Colección
Tesis y Praxis, Madrid, 1995; LONFMORE, P., y UMANSKY, L. (Eds.), The New Disability His-
tory. American Perspectives, New York University Press, New York, 2001, SCHEERENBERGER,
RC., Historia del retraso mental, Traducción de Isabel Villena Pérez, Real patronato de Educa-
ción y Atención a Deficientes, Servicio Internacional de Información sobre Subnormales, San
Sebastián, 1984; STIKER, H.J., A History of Disability, Translated by William Sayers, Ann Arbor,
The University of Michigan Press, United States of American, 1999.
27 En este punto, se seguirá el enfoque asumido en.: PALACIOS, A., «La discapacidad frente
al poder de la normalidad. Una aproximación desde tres modelos teóricos», Tesina dirigida por
el Prof. Rafael de Asís Roig, Universidad Carlos III de Madrid, Instituto de Derechos Humanos
«Bartolomé de las Casas», Madrid, 2004; PALACIOS A., (2006) «¿Modelo rehabilitador o mode-
lo social?» La persona con discapacidad en el derecho español», en la obra Igualdad, No Discri-
minación y Discapacidad, Jiménez, E. (Ed.), Ediar-Dykinson, Buenos Aires, Argentina, 2006.
DISCAPACIDAD, DERECHOS FUNDAMENTALES Y PROTECCIÓN CONSTITUCIONAL 13
tín, Diamante, Colección Obras Maestras, Barcelona, 1971; SENDRAIL, M., Historia cultural de
la enfermedad, Traducción de Clara Janés, Espasa-Calpe, Madrid, 1983; VERNANT, J. P. y otros,
El hombre griego, Alianza Editorial, Madrid, 1995.
29 Véase: GARLAND, R., The eye of the beholder. Deformity & Disability in the Graeco-Roman
pa, Versión española de Juan Antonio Matesanz, Alianza, Madrid, 1989; GURIÉVICH, A., Las
categorías de la cultura medieval, presentación de Georges Duby, Versión castellana de Helena
Kriúkova y Vicente Cazcarra, Taurus Humanidades, Madrid, 1990; HUIZINGA, J., El otoño de
la Edad Media, Versión española de José Gaos, Alianza, Madrid, 1988; LE GOFF, J., y otros, El
hombre medieval, Traducción de Julio Martínez Mesanza, Alianza, Madrid, 1990.
Puig de la Bellacasa, R., Real Patronato de Prevención y de Atención a Personas con Minusva-
lía, Madrid, 1993.
DISCAPACIDAD, DERECHOS FUNDAMENTALES Y PROTECCIÓN CONSTITUCIONAL 15
36 Véase, DEGENER T. & QUINN, G., «A survey of international, comparative and regional
encuentran dirigidas hacia una determinada ideología, pero de ningún modo deben interpre-
tarse orientadas al proceso de rehabilitación respecto de la deficiencia de una persona con dis-
capacidad. Se considera que dicho proceso es un elemento de enorme trascendencia, aunque sin
olvidar que sólo en un aspecto de la vida de la persona. Véase: ABBERLEY, P., «Trabajo, Uto-
pía y deficiencia» en la obra Discapacidad y Sociedad, L. Barton (comp.), Morata S.L., Madrid,
1998; BARNES, C. Disabled People in Britain and Discrimination. A case for Anti-discrimination
DISCAPACIDAD, DERECHOS FUNDAMENTALES Y PROTECCIÓN CONSTITUCIONAL 17
Legislation, Hurst and Company, London in association with the British Council of Organiza-
tions of Disabled People, United Kingdom, Third Edition, 2000; BARNES, C., «Las teorías de la
discapacidad y los orígenes de la opresión de las personas discapacitadas en la sociedad occi-
dental» en la obra Discapacidad y Sociedad, L. Barton (comp.), Morata S.L., Madrid, 1998;
MORRIS, J. (Ed.), Encuentros con desconocidas. Feminismo y discapacidad, Narcea, Madrid,
1996; OLIVER, M., «Una sociología de la discapacidad o una sociología discapacitada»», en la
obra Discapacidad y Sociedad, L. Barton (comp.), Morata S.L., Madrid, 1998; SILVERS, A. WAS-
SERMAN, D. and MAHOWALD, M. B., Disability, Difference, Discrimination. Perspective on Jus-
tice in Bioethics and Public Policy, Rowman & Littlefield Publishers, Inc., United States of Ame-
rica, 1998.
40 Véase: STIKER, H.J., A History of Disability…, op. cit., pág. 12.
41 En este sentido, a lo estándar puede aplicársele los mismos razonamientos que utiliza Iris
Marion Young para describir la idea de imparcialidad; que según la autora, se encuentra al ser-
vicio de al menos dos funciones ideológicas. En primer lugar la apelación a la imparcialidad ali-
menta el imperialismo cultural al permitir que la experiencia y la perspectiva particular de gru-
pos privilegiados se presente como universal. En segundo lugar, la convicción de que los
burócratas y expertos pueden ejercer su poder en la toma de decisiones de manera imparcial
legitima la jerarquía autoritaria. Cfr. YOUNG, I., La justicia y la política de la diferencia, Tra-
ducción de Silvina Álvarez, Ediciones Cátedra, Universidad de Valencia, Madrid, 2000, pág. 24.
42 COURTIS, C., Discapacidad e inclusión social: retos teóricos y desafíos prácticos. Algunos
comentarios a partir de la Ley 51/2003, Jueces para la Democracia, Noviembre 2004, pág. 7.
43 Si bien posteriormente las ideas emergentes iban a tener influencias más allá de sus pro-
pias fronteras, el origen del modelo debe situarse en las naciones mencionadas.
44 Véase: BARNES C. y MERCER, G. Disability, Polity Press, Cambridge, 2003, capítulo 1,
ABBERLEY, P. «The concept of oppression and the development of a social theory of disabi-
lity», Disability, Handicap and Society, Vol. 2., Nro. 1, págs. 5-19.
DISCAPACIDAD, DERECHOS FUNDAMENTALES Y PROTECCIÓN CONSTITUCIONAL 19
45 En la misma época y por contraste —como relata Colin Barnes— la literatura académica
continuaba aceptando el punto de vista ortodoxo que consideraba a la discapacidad como una
cuestión médica e individual. A pesar de que el género y la raza fueran desde 1980 reconocidos
como causas características de opresión social, no sucedió lo mismo con la discapacidad.
46 Sobre el movimiento de vida independiente, Vid: DE JONG, G., The Movement for Inde-
pendent Living: Origins, Ideology and Implications for Disability Research, East Lansing: Michi-
gan State University Press, 1979; SHAPIRO, J., No Pity. People with Disabilities Forging a New
Civil Rights Movement, Times Books, Random House, New York, 1994.; GARCIA ALONSO, J.V.
(Coord.), El movimiento de vida independiente. Experiencias Internacionales, Fundación Luis
Vives, Madrid, 2003.
47 BARNES C. y MERCER G., Disability..., op. cit., pág. 33. Se aclara que los términos desmedi-
calización y desinstitucionalización son la traducción que se considera más literal, teniendo en cuen-
ta los que utilizan los autores en inglés: demedicalization, y deinstitutionalization respectivamente.
48 Véase: BARNES, C.; OLIVER, M. y BARTON, L. (eds.), Disability Studies Today, Polity
49 Véase: DE LORENZO GARCÍA, R., El futuro de las personas con discapacidad en el mundo.
Desarrollo humano y Discapacidad, Fundación ONCE, Ediciones del Umbral, Madrid, 2003.
50 Véase: CHARLTON, J. I., Nothing About Us Without Us: Disability Oppression and Empo-
52 Ley 51/2003 art. 15 inc. 3 in fine. El Consejo Nacional de la Discapacidad es el órgano cole-
Intelectual
56 Confederación Estatal de Personas Sordas
57 Confederación Española de Asociaciones de Padres y Amigos de los Sordos
58 Federación Española de Asociaciones de Atención a las Personas con Parálisis Cerebral
59 Organización Nacional de Ciegos Españoles.
DISCAPACIDAD, DERECHOS FUNDAMENTALES Y PROTECCIÓN CONSTITUCIONAL 23
1. Planteamiento general
60 Para mayor información acerca de la labor del CERMI, la entidad tiene una página web
las normas jurídicas (o a las políticas públicas) en materia de discapacidad son, sobre el papel,
totalmente compatibles con un discurso igualitario sobre los derechos.» ASIS ROIG, R., «La incur-
sión de la discapacidad en la teoría de los derechos», en la obra titulada Los derechos de las perso-
nas con discapacidad: perspectivas sociales, políticas, jurídicas y filosóficas, CAMPOY CERVERA, I.
(Coord.), Dykinson, Madrid, 2004, pág. 62.
66 Ídem.
67 Íbidem.
68 Íbidem.
69 Entendemos que cuando Rafael de Asís se refiere a vida digna está aludiendo a calidad de
71 ASÍS ROIG, R., Sobre el concepto y el fundamento de los derechos: una aproximación dua-
lista, Cuadernos Bartolomé de las Casas, Nro. 17, Dykinson, Madrid, 2001, pág. 28.
72 En este sentido, como expresa Nino, la ciudadanía moral no es una cuestión de teo-
ría biológica, sino de teoría política, o de teoría moral en un sentido amplio. NINO, C.,
Etica y derechos humanos. Un ensayo de fundamentación, Ariel Derecho, Barcelona, 1989,
págs. 45 y ss.
73 Como advierte en este sentido Christian Courtis, definir a una persona sólo por lo que no
puede hacer, o en función de sus limitaciones, «supondría extender el rótulo de inútil o inservi-
ble a la humanidad entera. Prácticamente todo ser humano tiene limitaciones para desarrollar
algunas actividades: cantar, realizar cálculos matemáticos, orientarse en un lugar desconocido,
correr, practicar deportes, bailar, retener datos, recitar poesía, cocinar, realizar manualidades.
Para la mayoría de las personas, el dato de sus limitaciones relativas a la realización de ciertas
actividades es irrelevante. Las personas con discapacidad, sin embargo, han sufrido histórica-
mente una rotulación que pone énfasis en las actividades en las que tienen limitaciones, en lugar
de resaltar las actividades que sí pueden desarrollar sin dificultades.» Véase COURTIS, C., Dis-
capacidad e inclusión social: retos teóricos y desafíos prácticos. Algunos comentarios a partir de la
Ley 51/2003, op. cit., pág. 8.
74 Vëase. QUINN, G. y DEGENER, T., op. cit., pág. 13.
teniendo que una cosa es tener la posibilidad de estudiar astrofísica a pesar de la discapacidad,
y otra es poder hacerlo si no se cuenta con medios de transporte accesibles.
77 Ídem.
DISCAPACIDAD, DERECHOS FUNDAMENTALES Y PROTECCIÓN CONSTITUCIONAL 29
78 Así, mujeres respecto de hombres, personas negras respecto de blancas, personas homo-
sexuales respecto de heterosexuales, personas mayores respecto de jóvenes, y personas con dis-
capacidad respecto de personas sin discapacidad, entre otros.
79 Véase QUINN, G. y DEGENER, T., Derechos Humanos, op. cit., págs. 5 y ss.
80 Véase en este sentido, CAMPOY CERVERA, I., «Una aproximación a las nuevas líneas de
81 En cuanto al concepto de mérito, quizás habría que replantearse si se valora de manera tan
objetiva como se suele afirmar. En este sentido, es oportuna la crítica que se realiza desde el mode-
lo social, al cuestionarse la idea de que existan modos «correctos» de realizar ciertas actividades:
dicha «corrección» constituye, nuevamente, una referencia a un cierto parámetro de «normali-
dad», basado sobre la manera en la que la mayoría estadística de la población hace las cosas. En
este sentido, sostiene Christian Courtis, op. cit., quizás debería reflexionarse de manera crítica res-
pecto de las prácticas que consideramos «normales», ya que bajo la «normalización» de una prác-
tica puede esconderse en realidad la imposición de un parámetro a personas que, simplemente, las
llevan a cabo de otro modo.. El autor citado ofrece un ejemplo que resulta muy oportuno cuando
alude al descubrimiento de que varias de las denominadas discapacidades de desarrollo o de
aprendizaje, como la dislexia, no son en realidad discapacidades intelectuales, sino particularida-
des temporales en las posibilidades de expresión, especialmente en la expresión escrita. Los malos
resultados en ciertos exámenes se debían, por ende, no a la falta de habilidades intelectuales, sino
a distintas necesidades temporales de expresión: alumnos con supuestas discapacidades intelec-
tuales han obtenido excelentes resultados con la simple modificación consistente en extender el
tiempo del examen. Esto significa que el parámetro de duración temporal elegido para examinar
a todos alumnos escondía un sesgo a favor de una forma estadísticamente mayoritaria de percibir
el tiempo y de expresarse dentro de ese marco —y no a que los alumnos con supuestas discapaci-
dades de desarrollo fueran menos competentes para resolver el examen.
82 Véase: DE LORENZO GARCÍA, R., La calidad de vida solidaria: Desarrollo humano, disca-
84 Ídem, destaca asimismo: «De esta manera, con la incorporación de las nuevas dimensiones
del valor solidaridad, el objetivo a conseguir se redefine en la que creo que ha de ser su formulación
definitiva: hay que conseguir que el mayor número de personas posible desarrolle al máximo posi-
ble el plan de vida que cada una de ellas individualmente se haya dado. Constituyéndose éste en el
objetivo último de toda la colectividad, que justifica la exigencia de mayores obligaciones a los indi-
viduos que componen esa colectividad, de manera que a los individuos se les pueden exigir sacrifi-
cios personales siempre que estén justificados para la consecución de ese objetivo común y sea con-
forme a normas universalizables, lo que impide que ese sacrificio suponga que se imposibilite o
dificulte gravemente la consecución de los planes de vida por parte de quien realice el sacrificio.»
85 Íbidem.
86
Íbidem.
87
PALACIOS, A., «La discapacidad frente al poder de la normalidad…», cit.
88
Durante mucho tiempo, la discapacidad fue abordada en el seno de Naciones Unidas como
una problemática de «desarrollo social», es decir, fuera del ámbito específico de los órganos de
derechos humanos del sistema. Felizmente, esta tendencia se ha revertido en las últimas décadas,
DISCAPACIDAD, DERECHOS FUNDAMENTALES Y PROTECCIÓN CONSTITUCIONAL 33
a tal punto que nos encontramos en la actualidad viviendo un proceso de elaboración de una Con-
vención específica sobre los derechos humanos de las personas con discapacidad. (Puede encon-
trarse información actualizada en http://www.un.org/esa/socdev/enable/).
89 Resolución Aprobada por la Asamblea General, Cuadragésimo octavo periodo de sesiones,
rative and regional Disability Law Reform», presentado en From Principles to Practice, an Inter-
national Disability law and Policy Symposium, 22 al 25 de octubre de 2000, organizado por
DREDF. Accesible en la siguiente dirección: http://www.dredf.org/symposium/degener1.html
(20/08/04).
91 Véase: Derechos Humanos y discapacidad…, ob. cit., pág. 12.
Más allá de las normas específicas que puedan existir sobre disca-
pacidad, los seis tratados de derechos humanos de las Naciones Unidas
ofrecen grandes posibilidades para la protección jurídica de las perso-
nas con discapacidad, y sin embargo hasta la fecha no se les ha sacado
el suficiente provecho93. Los instrumentos a los que se hace referencia
son los siguientes: Pacto Internacional de Derechos Económicos, Socia-
les y Culturales de 1966,94 Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos de 1966,95 Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Pe-
nas Crueles, Inhumanos o Degradantes de 1984,96 Convención sobre los
Derechos del Niño de 1989,97 Convención sobre la eliminación de todas
92Idem.
93Sobre el funcionamiento de los Tratados en el contexto de la discapacidad Véase: T.
DEGENER y Y. KOSTER-DREESE (eds), Human Rights and Disabled Persons, Dordrecht, Mar-
tinus Nijhoff, 1995.
94 G.A. res. 2200A (XXI), 21 U.N.GAOR Supágs. (No. 16) at 49, U.N. Doc. A/6316 (1966).
95 G.A. res. 2200A (XXI), 21 U.N. GAOR Supágs. (No. 16) at 52, U.N. Doc. A/6316 (1966).
96 G.A. res. 39/46, annex, 39 U.N. GAOR Supágs. (No. 51) at 197, U.N. Doc. A/39/51 (1984).
97 G.A. res. 44/25, annex, 44 U.N. GAOR Supágs. (No. 49) at 167, U.N. Doc. A/44/49 (1989).
Este instrumento, además prevé en forma específica la discapacidad en su artículo art. 23: «1.
Los Estados Partes reconocen que el niño mental o físicamente impedido deberá disfrutar de
una vida plena y decente en condiciones que aseguren su dignidad, le permitan llegar a bastar-
se a sí mismo y faciliten la participación activa del niño en la comunidad. 2. Los Estados Partes
reconocen el derecho del niño impedido a recibir cuidados especiales y alentarán y asegurarán,
con sujeción a los recursos disponibles, la prestación al niño que reúna las condiciones reque-
ridas y a los responsables de su cuidado de la asistencia que se solicite y que sea adecuada al
estado del niño y a las circunstancias de sus padres o de otras personas que cuiden de él. 3. En
atención a las necesidades especiales del niño impedido, la asistencia que se preste conforme al
párrafo 2 del presente artículo será gratuita siempre que sea posible, habida cuenta de la situa-
ción económica de los padres o de las otras personas que cuiden del niño, y estará destinada a
asegurar que el niño impedido tenga un acceso efectivo a la educación, la capacitación, los ser-
vicios sanitarios, los servicios de rehabilitación, la preparación para el empleo y las oportuni-
dades de esparcimiento y reciba tales servicios con el objeto de que el niño logre la integración
social y el desarrollo individual, incluido su desarrollo cultural y espiritual, en la máxima medi-
da posible. 4. Los Estados Partes promoverán, con espíritu de cooperación internacional, el
intercambio de información adecuada en la esfera de la atención sanitaria preventiva y del tra-
tamiento médico, psicológico y funcional de los niños impedidos, incluida la difusión de infor-
mación sobre los métodos de rehabilitación y los servicios de enseñanza y formación profesio-
nal, así como el acceso a esa información a fin de que los Estados Partes puedan mejorar su
capacidad y conocimientos y ampliar su experiencia en estas esferas. A este respecto, se tendrán
especialmente en cuenta las necesidades de los países en desarrollo.»
DISCAPACIDAD, DERECHOS FUNDAMENTALES Y PROTECCIÓN CONSTITUCIONAL 35
98 G.A. res. 34/180, 34 U.N. GAOR Supágs. (No. 46) at 193, U.N. Doc. A/34/46 (1979).
99 G.A. res. 2106 (XX), Annex, 20 U.N. GAOR Supágs. (No. 14) at 47, U.N. Doc. A/6014 (1966).
100 El Comité de Derechos Humanos es el órgano encargado de vigilar la aplicación del Pacto
102
QUINN Y DEGENER, Derechos Humanos y discapacidad, ob. cit., pág.65.
103
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos entendió de un caso análogo en el año 2001,
que involucraba a una mujer con discapacidad que había sido condenada a pena de reclusión
en el Reino Unido durante un par de días. Se estableció que se había violado el art. 3 del Con-
venio Europeo para la protección de los derechos humanos y de las libertades fundamentales.
Caso Price c. el Reino Unido, Fallo del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, (Sección Ter-
cera sobre la Aplicación Nro. 33394/96 de 10 de julio de 2001).
DISCAPACIDAD, DERECHOS FUNDAMENTALES Y PROTECCIÓN CONSTITUCIONAL 37
su totalidad o en parte, a las necesidades de una vida individual o social normal a consecuencia
de una deficiencia, congénita o no, de sus facultades físicas o mentales.
109 Asimismo se establece la facultad de que las organizaciones representativas sean consul-
tadas respecto de los asuntos que se relacionen con los derechos humanos de las personas con
discapacidad.
110 Resolución 37/52 de la Asamblea General, de 3 de diciembre de 1982.
DISCAPACIDAD, DERECHOS FUNDAMENTALES Y PROTECCIÓN CONSTITUCIONAL 39
111 Con relación a la Parte 3 del Programa —ejecución—, se designó un Representante Espe-
cial del Secretario General para supervisar los progresos realizados en la ejecución de los obje-
tivos del decenio. El Programa es revisado cada cinco años.
112 Publicación de las Naciones Unidas, Nro. de venta S. 85.XIV.9.
113 Publicación de las Naciones Unidas, Nro. de venta S. 92.XIV.4
114 El informe Despouy recomendó que todos los órganos de vigilancia de los tratados super-
visaran la aplicación de sus respectivos tratados de derechos humanos a las personas con dis-
capacidad. Pero además, su principal recomendación particular fue que el Comité de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales (el órgano que vigila la aplicación del Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales) asumiese el papel principal de la aplicación de los
derechos humanos de las personas con discapacidad. A raíz de ello, El Comité adoptó su cono-
cida Observación General Nro. 5 sobre las Personas con discapacidad en 1994.
115
(HR/PUB/02/1), año 2002.
116
Resolución 48/96 de la Asamblea General, de 20 de diciembre de 1993. Véase: Bengt
Lindqvist, «Standard rules in the disability field-A United Nation instrument», en Human Rights
and Disabled Persons, Degener and Koster-Dreese, eds. (Dordrecht, Kluwer Academic Publishers
Group, 1995), págs. 63 y ss.
117 Ver Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Observación General N°5,
«Personas con discapacidad», 9/12/1994, E/1995/22, pár. 7. La Observación General aplica las
DISCAPACIDAD, DERECHOS FUNDAMENTALES Y PROTECCIÓN CONSTITUCIONAL 41
rapporteur.org.
120
Resolución 56/168 de la Asamblea General de diciembre de 2001.
121
Con posterioridad a la Resolución 56/168, la Comisión de Desarrollo Social adoptó con
fecha 21/2/02 una Resolución en el mismo sentido que la que se está evaluando y la Comisión
de Derechos Humanos, con fecha 26/4/02, la Resolución 2002/61.
DISCAPACIDAD, DERECHOS FUNDAMENTALES Y PROTECCIÓN CONSTITUCIONAL 43
122 Las ONGs acreditadas son, entre otras: Center for Internacional Rehabilitation, Foro
124 Cfr. artículo 3 Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.
DISCAPACIDAD, DERECHOS FUNDAMENTALES Y PROTECCIÓN CONSTITUCIONAL 45
c) Velar por que las personas con discapacidad puedan ejercer dere-
chos laborales y sindicales, en igualdad de condiciones con las demás;
d) Permitir que las personas con discapacidad tengan acceso efec-
tivo a programas generales de orientación técnica y vocacional, servi-
cios de colocación y formación profesional y continua;
e) Favorecer las oportunidades de empleo y la promoción profesional
de las personas con discapacidad en el mercado laboral, y apoyarlas para
la búsqueda, obtención, mantenimiento del empleo y retorno al mismo;
f) Promover oportunidades empresariales, de empleo por cuenta
propia, de constitución de cooperativas y de inicio de empresas propias;
g) Emplear a personas con discapacidad en el sector público;
h) Promover el empleo de personas con discapacidad en el sector
privado mediante políticas y medidas apropiadas, que pueden incluir
programas de acción afirmativa, incentivos y otras medidas;
i) Velar por que se realicen ajustes razonables para las personas
con discapacidad en el lugar de trabajo;
j) Promover la adquisición por las personas con discapacidad de
experiencia laboral en el mercado de trabajo abierto;
k) Promover programas de rehabilitación vocacional y profesio-
nal, mantenimiento del empleo y reincorporación al trabajo dirigidos
a personas con discapacidad125.
En lo relativo a la educación, algunos expertos consideraban que,
debido a las necesidades específicas de las personas con discapacida-
des visuales y auditivas, se debían mantener determinados espacios
educativos especiales, mientras que otros defendieron el sistema
inclusivo a secas. Finalmente, prevaleció la opinión de poner atención
en las ventajas del sistema inclusivo, pero manteniendo algunos espa-
cios educativos especiales126.
Respecto del mecanismo de seguimiento de la Convención, entre
otras medidas, los Estados Partes deberán designar uno o más organis-
mos gubernamentales encargados de las cuestiones relativas a la apli-
cación de la Convención, y considerar la posibilidad de establecer un
mecanismo de coordinación para facilitar la adopción de medidas al
respecto en diferentes sectores y a diferentes niveles. La sociedad civil,
y en particular las personas con discapacidad y las organizaciones que
125 Cfr. artículo 27 Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.
126 Cfr. artículo 24 Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.
127 Cfr. artículo 33 Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.
128 Cfr. artículo 34 Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.
129 Cfr. artículo 35 Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad
130 Cfr. artículo 36 Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad
131 Cfr. artículo 39 Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad
DISCAPACIDAD, DERECHOS FUNDAMENTALES Y PROTECCIÓN CONSTITUCIONAL 47
133 Special Eurobarometer The European Year of People with Disabilities 2003, enero 2004.
134 Ley 51/2003, de 2 de diciembre, de igualdad de oportunidades, no discriminación y acce-
sibilidad universal de las personas con discapacidad.
135 Ley 41/2003, de 18 de noviembre, de protección patrimonial de las personas con discapacidad.
gran relevancia, que nos ofrece una plataforma para hacer avanzar la
política europea de discapacidad de una manera más rápida y eficaz.
El plan de acción, formulado a través de la comunicación de la Co-
misión titulada Igualdad de oportunidades para las personas con dis-
capacidad: un plan de acción europeo, define cuáles son los objetivos
que la UE se marca en materia de discapacidad para los próximos
años. En primer lugar, asegurar la plena aplicación de la Directiva
relativa a la igualdad de trato en el empleo y la ocupación como requi-
sito previo antes de abrir el debate sobre la futura estrategia de lucha
contra la discriminación.
La segunda gran prioridad comunitaria para los próximos años en
el ámbito de la discapacidad es la de integrar adecuadamente las
cuestiones de discapacidad en las políticas comunitarias pertinentes,
con especial atención a las políticas relacionadas con el empleo, ya que
la Comisión Europea considera que el empleo sigue siendo la mejor
forma de introducir mejoras duraderas para las personas con discapa-
cidad y de lograr su plena inclusión en la vida social. Por ello se com-
promete a prestar especial atención a la integración de las cuestiones
de discapacidad en las políticas relacionadas con el empleo, en parti-
cular en el ámbito de la educación y el aprendizaje permanente.
Finalmente, la Comisión Europea estima que debe ser prestada espe-
cial atención al tema de la accesibilidad, y más concretamente al princi-
pio del «diseño para todos», por considerar que la accesibilidad de los
bienes, los servicios y el entorno construido es un aspecto esencial para
la integración de las personas con discapacidad que concierne. En este
sentido, y continuando la línea de acción que había marcado ya en el
año 2000 con la ya célebre comunicación Hacia una Europa sin barreras
para las personas con discapacidad136, la Comisión se ha comprometido
a promover la elaboración de normas técnicas europeas, de documentos
de normalización y de otras orientaciones de carácter más general para
traducir en términos técnicos el concepto de «accesibilidad para todos»,
el cual es un elemento de trascendental importancia para potenciar la
integración de las personas con discapacidad en la vida económica y
social. Igualmente, el ejecutivo comunitario fomentará los esfuerzos
encaminados a sensibilizar a los responsables en materia de normaliza-
ción sobre el concepto de «accesibilidad para todos» y sobre las oportu-
nidades existentes en el mercado. No hay que olvidar que los discapaci-
tados suponen un mercado muy importante, al que, incluso si se mira
y Social y al Comité de las Regiones Hacia una Europa sin barreras para las personas con disca-
pacidad, COM(2000) 284 final, de 12 de mayo de 2004.
DISCAPACIDAD, DERECHOS FUNDAMENTALES Y PROTECCIÓN CONSTITUCIONAL 51
B) Planteamientos de futuro
a) Constitución Europea
b) Directiva marco
c) Mainstreaming de la discapacidad
Sin duda, otro de los grandes desafíos de futuro, no sólo para las
personas con discapacidad, sino para todo el sector social, es el desa-
rrollo y reglamentación de lo que se ha dado en llamar en la jerga
comunitaria los «servicios sociales de interés general».
Es éste un debate que ya está abierto desde hace tiempo en la UE,
pero que se encuentra ahora mismo en un punto álgido, sobre todo tras
la reciente publicación por parte de la Comisión Europea de una comu-
nicación específica sobre los mismos, que puede ser un primer paso
hacia una reglamentación específica.
Es importante que ni las instituciones comunitarias, ni los gobiernos
minusvaloren la importancia de este debate, porque puede afectar a la
misma esencia del proceso de integración europea, en la medida que los
servicios sociales de interés general son un elemento fundamental de lo
que se ha dado en llamar modelo social europeo. Cualquier eventual
reglamentación ha de tener en cuenta sus especificidades, su función en
la sociedad y el impacto que cualquier modificación puede tener en los
servicios que reciben los grupos más desfavorecidos de nuestra socie-
dad, entre los que encuentran las personas con discapacidad y sus fami-
lias. En este sentido, es positivo el cambio de enfoque que, tras la fuer-
te presión llevada a cabo por el sector de la discapacidad, ha adoptado
la Comisión, la cual ha pasado de situar los servicios sociales de interés
general en el mismo plano que los otros servicios de interés general
(como pueden ser las telecomunicaciones, los servicios postales, etc.), a
reconocer que un enfoque específico se antoja necesario.
e) Accesibilidad
Otro de los grandes desafíos, y que está recogido como una de las
prioridades del plan de acción comunitario en materia de discapacidad,
DISCAPACIDAD, DERECHOS FUNDAMENTALES Y PROTECCIÓN CONSTITUCIONAL 55
es la accesibilidad, que es, junto al empleo, una de las dos grandes prio-
ridades del sector de la discapacidad. Nos referimos a la accesibilidad
entendida en su sentido más amplio, no solamente desde el punto de
vista del entorno construido, sino también a la accesibilidad de todos
los bienes y servicios.
En la sociedad del conocimiento en la que nos encontramos, resulta
particularmente importante la accesibilidad a las nuevas tecnologías
de la información y de la comunicación, que ofrecen oportunidades de
integración social y laboral para las personas con discapacidad, que
hace unas décadas no se podían imaginar, pero que también pueden
generar nuevas barreras que excluyan aún más a los grupos desfavo-
recidos y, en particular, a las personas con discapacidad.
Otro dato clarificador y que resulta particularmente preocupante
es el hecho de que el desarrollo de nuevas tecnologías en la última
década haya reducido sensiblemente la posibilidad de utilización de
los PC por las personas ciegas. Según datos del Foro Europeo de la
Discapacidad, mientras en 1990 el 99% de los PCs podían ser poten-
cialmente utilizados por las personas ciegas, en la actualidad esa cifra
ha descendido al 33%.
Estos son solo algunos ejemplos, para ilustrar el compromiso que
es necesario de parte de las administraciones públicas y de la indus-
tria para aprovechar esta oportunidad histórica que nos ofrecen las
nuevas tecnologías para avanzar de forma decidida hacia la integra-
ción de las personas con discapacidad.
En este sentido, a nivel europeo se ha dado recientemente un paso
importante, la incorporación de la accesibilidad como un principio
horizontal de los fondos estructurales. Así, tras la decisión del Conse-
jo del pasado mes de mayo de 2006, a partir de 2007 no será posible
que, contrariamente a lo que había venido sucediendo hasta ahora, se
financien con dinero procedente de fondos estructurales proyectos
que no cumplan los requisitos de accesibilidad.
Es éste un paso más en la buena dirección, igual que lo fueron hace
un par de años las directivas de contratación pública, que fomentan
que las autoridades públicas tengan en cuenta los criterios de accesi-
bilidad a la hora de sacar a licitación bienes y servicios.
No obstante, tanto en el caso de los reglamentos de fondos estruc-
turales como de las directivas sobre contratación pública, los avances
no estaban en un principio en las propuestas originales de las institu-
ciones comunitarias y solamente fue a base de un trabajo de movili-
zación de las organizaciones representativas de las personas con dis-
LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD
56 RAFAEL DE LORENZO Y AGUSTINA PALACIOS
A) Introducción
que establece que al definir y aplicar todas sus políticas, la Unión debe
combatir la discriminación por razones de sexo, de raza, origen étnico
o creencia, discapacidad, edad u orientación sexual. Esta cláusula
tiene indudablemente una gran importancia por su carácter horizon-
tal, y convierte la lucha contra la discriminación en uno de los objeti-
vos horizontales de la Unión.
Además, en la Parte III de la Constitución dedicada a «las políticas
y el funcionamiento de la Unión», el artículo III-116 establece que «en
todas las acciones contempladas en la presente Parte, la Unión se fija-
rá el objetivo de eliminar las desigualdades entre el hombre y la mujer
y promover su igualdad».
El artículo III-117 consagra también el carácter horizontal de la
cohesión social al establecer que «al definir y ejecutar las políticas y
acciones contempladas en la presente parte, la Unión tendrá en cuen-
ta los aspectos ligados a la promoción de un alto nivel de empleo, la
garantía de una protección social adecuada, la lucha contra la exclu-
sión social, y un alto nivel de educación, formación y protección de la
salud».
Otro de los avances por los que lucharon con éxito tanto la sociedad
civil en general, como las ONG’s sociales en particular, y que debe ser
valorado muy positivamente, es el de la consideración de la UE como una
democracia participativa, tal como ha establecido en el artículo I-47:
«1. Las instituciones de la Unión darán a los ciudadanos y a las
asociaciones representativas, por los cauces apropiados, la posibilidad
de expresar e intercambiar públicamente sus opiniones en todos los
ámbitos de acción de la Unión.
2. Las instituciones de la Unión mantendrán un diálogo abierto,
transparente y regular con las asociaciones representativas y la socie-
dad civil.
3. Al objeto de garantizar la coherencia y la transparencia de las
acciones de la Unión, la Comisión mantendrá amplias consultas con
las partes interesadas.
4. Podrá pedirse a la Comisión, por iniciativa de, al menos, un
millón de ciudadanos de la Unión procedentes de un número signifi-
cativo de Estados miembros, que presente una propuesta adecuada
sobre cuestiones que estos ciudadanos estimen requiere un acto jurí-
dico de la Unión a efectos de la aplicación de la Constitución. Las dis-
posiciones relativas a las condiciones y procedimientos específicos por
los que se regirá la presentación de esta iniciativa ciudadana se esta-
blecerán mediante leyes europeas».
Este nuevo artículo garantiza a la sociedad civil el derecho a ser con-
sultada y a tener un mayor protagonismo en el proceso de toma de deci-
siones comunitario, protagonismo que, por ejemplo, no está consagrado
al mismo nivel en la Constitución Española. Además, la ejecución del
derecho de iniciativa es mucho menos onerosa que en la mayoría de los
Estados miembros. Así, mientras que la Constitución Española en su
artículo 87 exige para el ejercicio del derecho de iniciativa legislativa por
parte de los ciudadanos «no menos de 500.000 firmas acreditadas» (de
LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD
62 RAFAEL DE LORENZO Y AGUSTINA PALACIOS
H) Consideraciones críticas
A) Comentario introductorio
B) Antecedentes
C) Análisis y significado
Pues bien, el resultado fue sin ningún lugar a dudas un tenor lite-
ral muy enérgico que no pretendía una protección convencional de las
personas con discapacidad, que se hubiera limitado a aspectos par-
ciales, sino una protección integral, esto es, que vaya desde las meras
medidas reparadoras a la integración social de cualquier discapacita-
do en sus potencialidades.
El precepto, en su propia e interna concepción, no parece tener lí-
mites, y desde luego, parece deducirse como una consecuencia real e
inevitable de los principios solidarios a que hacen referencia los
artículos 9.2, 10.1 y 14 de la Constitución, a los que luego haremos
más puntual referencia.
Por de pronto, los beneficiarios del artículo 49 son todas las per-
sonas con discapacidad, tanto los disminuidos (en terminología del
precepto) físicos, sensoriales y psíquicos.
A su vez, el artículo 49 proclama como tarea específica de los pode-
res públicos el ejercicio de las acciones en que se traduce una protec-
ción integral de las personas con discapacidad —de previsión, trata-
miento, rehabilitación e integración—, debiéndose prestar a los
mismos la atención especializada que requieran.
Así, a la par que la dedicación especial a la política de previsión,
tratamiento y rehabilitación, se hace la concreta mención a la inte-
gración; integración que, como tal, sería la base de todas las políticas
protectoras, actuando como criterio que define y permite evaluar el
alcance y la eficacia de las medidas puestas en práctica. El logro de la
integración se ha erigido en guía de dichas medidas y en su consecu-
ción se cifra el estado ideal, el bienestar deseable de las personas afec-
tadas por alguna discapacidad.
En el precepto constitucional citado se está expresando un com-
promiso, pero un compromiso destinado a ser plenamente efectivo y
que, de serlo efectivamente, tenía como finalidad colocar a España
entre los países que se encuentran a la cabeza en la promoción de las
personas con discapacidad física, sensorial y psíquica.
De hecho, el reconocimiento, el respeto y la protección de este
principio de protección integral a las personas con discapacidad debe
informar «la legislación positiva, la práctica judicial y la actuación de
los poderes públicos» (art. 53.3 CE), quedando obligados de tal mane-
ra estos poderes públicos a acomodar sus actuaciones a esa política
de previsión, tratamiento, rehabilitación e integración de los ciuda-
danos con minusvalías y a realizar políticas activas y pasivas en esta
materia.
LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD
68 RAFAEL DE LORENZO Y AGUSTINA PALACIOS
«Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer
discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión,
opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social».
Y tampoco debemos olvidar la disposición constitucional que pro-
clama la dignidad de la persona y el libre desarrollo de la personalidad,
con el soporte de los derechos inviolables que le son inherentes (art.
10.1 CE), tan íntimamente relacionadas con los principios que deben
informar toda legislación en el ámbito de las personas con discapaci-
dad. De este modo dispone el reseñado precepto «la dignidad de la per-
sona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre desarrollo
de la personalidad, el respeto a la ley y a los derechos de los demás son
fundamento del orden político y de la paz social».
Por otro lado, y además de estos preceptos básicos generales, tam-
bién creemos que puede resultar fecundo correlacionar el artículo 49
CE con otros de la propia ley de leyes. Se trataría, en suma, de incar-
dinar el citado artículo 49 en el grupo de los que tratan temas con-
vencionalmente denominados de política social.
Es particularmente interesante hacerlo con los artículos 41 y 43,
que tratan, respectivamente, del régimen público de la Seguridad
Social y del derecho a la protección a la salud.
La separación operada por el artículo 49 respecto a las personas
con discapacidad no puede ser interpretada sino como un deseo de
singularizar, política y jurídicamente, una acción de protección social
que normalmente se venía llevando a cabo precisamente en los mar-
cos de una política sanitaria general y dentro de los mecanismos clá-
sicos de la Seguridad Social.
No parece que pueda caber duda alguna de que a través de tales me-
canismos deban seguir igualmente ejerciéndose fundamentales accio-
nes de protección a las personas discapacitadas, pero también es cier-
to que una protección integral de las personas con discapacidad va
mucho más allá de esas coordenadas, sin que en absoluto pueda limi-
tarse a acciones de protección sanitaria.
Y buena prueba de que esa era la intención, es que así debemos
entender que se está llevando a cabo a través de la legislación ordina-
ria dictada en desarrollo.
A su vez, y siguiendo con estas correlaciones con otros preceptos
constitucionales, particularmente significativa resulta también la que el
mismo artículo 49 CE lleva a cabo en su inciso final con todos los
artículos de la Constitución que se refieren a reconocimiento de dere-
chos individuales y a condiciones de su ejercicio: «Los poderes públicos
LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD
72 RAFAEL DE LORENZO Y AGUSTINA PALACIOS
A) Estados europeos
a) Alemania
Su Constitución es la Ley Fundamental para la República Federal
Alemana (conocida tradicionalmente como Ley Fundamental de
Bonn), de 23 de mayo de 1949. Está dotada de gran rigidez constitu-
cional para su reforma, lo que no ha sido óbice para que haya sido
modificada por sucesivas leyes constitucionales (1974, 1979, 1990,
1992, 1993, 1994, 1997, 1998 o más recientemente, en 2002).
La mencionada Ley Fundamental comienza protegiendo en su ar-
tículo 1 la protección de la dignidad humana.
1. La dignidad de la persona humana es intangible. Todos los
poderes públicos han de respetarla y protegerla.
2. El pueblo alemán reconoce los derechos humanos, inviolables e
inalienables, como el fundamento de toda comunidad humana, de la
paz y la justicia en el mundo
DISCAPACIDAD, DERECHOS FUNDAMENTALES Y PROTECCIÓN CONSTITUCIONAL 83
b) Austria
c) Bélgica
d) Dinamarca
e) Finlandia
f) Francia
g) Grecia
h) Irlanda
i) Italia
j) Luxemburgo
k) Países Bajos
l) Portugal
m) Reino Unido
n) Suecia
ñ) Suiza
B) Estados americanos
a) Argentina
b) Bolivia
c) Brasil
d) Canadá
e) Chile
f) Colombia
g) Costa Rica
h) Cuba
i) Ecuador
j) Estados Unidos
k) México
l) Perú
Nos encontramos con otro de los países que con más atención se
ha ocupado en su Constitución de los derechos de las personas con
discapacidad.
La Constitución actualmente vigente es de 1993, aunque ya la de
1979 se refería específicamente en su artículo 19 a las personas dis-
capacitadas, disponiendo el derecho al respeto de su dignidad y a un
régimen legal de protección, atención, readaptación y seguridad, así
como una exoneración tributaria a las entidades y personas que sin
fines de lucro presten servicios o tengan a su cargo personas con dis-
capacidad.
La actual Constitución de 1993 proclama la igualdad ante la ley en
el artículo 2:
«Toda persona tiene su derecho:
2. A la igualdad ante la Ley, Nadie debe ser discriminado por
motivo de origen, raza, sexo, idioma, religión, opinión, condición eco-
nómica o de cualquier otra índole».
También se refiere de forma específica a las personas con discapa-
cidad en cuanto a la seguridad social, salud, educación y trabajo, en
las siguientes disposiciones.
LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD
102 RAFAEL DE LORENZO Y AGUSTINA PALACIOS
m) Venezuela
C) Otros Estados
a) Sudáfrica
b) Uganda
con discapacidad «para el disfrute de los derechos que éste título otor-
ga a todos los ciudadanos».
Dichos derechos y libertades constituyen el fundamento de la ac-
tuación de los poderes públicos en la materia, mediante la promulga-
ción de esta Ley que, sin derogar la LISMI, sirve «de renovado impul-
so a la política de equiparación de las personas con discapacidad».
El artículo 1.1 vuelve a incidir en estos preceptos constituciona-
les: «Esta Ley tiene por objeto establecer medidas para garantizar y
hacer efectivo el derecho a la igualdad de oportunidades de las per-
sonas con discapacidad, conforme a los artículos 9.2, 10, 14 y 49 de
la Constitución».
El principio de igualdad, proclamado desde el artículo 1.1 de la
Constitución, se traduce, según ha entendido el Tribunal Constitucio-
nal, no sólo en la igualdad de «carácter formal contemplada en el
artículo 14 y que, en principio, parece implicar únicamente un deber
de abstención en la generación de diferenciaciones arbitrarias, sino
asimismo, en la de índole sustancial recogida en el artículo 9.2, que
obliga a los poderes públicos a promover las condiciones para que la
de los individuos y de los grupos sea real y efectiva» [STC 216/1991].
El reconocimiento de la igualdad de oportunidades y no discrimi-
nación de un determinado colectivo, según el Tribunal Constitucio-
nal, no ha de detenerse en ese reconocimiento, sino que además, pasa
por el establecimiento de medidas, incluidas la discriminación positi-
va [STC 3/1993, de 14 de enero] que faciliten la plena integración de
las personas que se han encontrado en una situación jurídica de infe-
rioridad histórica.
En estos términos establece el párrafo segundo del artículo 1.1 de
la LIONDAU que «…se entiende por igualdad de oportunidades la
ausencia de discriminación, directa o indirecta, que tenga su causa en
una discapacidad, así como la adopción de medidas de acción positi-
va orientadas a evitar o compensar las desventajas de una persona
con discapacidad para participar plenamente en la vida política, eco-
nómica, cultural y social».
Son también «derechos constitucionales» los proclamados en el
Capítulo III del Título I de la Constitución española; entre otros, los
contemplados en los artículos 39 (familia), 41 (seguridad social), 48
(juventud), 49 (disminuidos físicos, sensoriales y psíquicos) y 50 (ter-
cera edad) de la Constitución.
Dichos preceptos no atribuyen diferentes derechos a los colectivos
afectados, sino que especifican y cualifican la tutela que en ellos deben
DISCAPACIDAD, DERECHOS FUNDAMENTALES Y PROTECCIÓN CONSTITUCIONAL 107
d) Alcance de la Ley
e) Desarrollo reglamentario
I. CONSIDERACIONES PREVIAS
b) El modelo social
El ciudadano afectado por cualquier tipo de discapacidad sensorial, física o psíquica, podrá ejer-
citar con plenitud los derechos reconocidos en esta Carta y en las leyes procesales. Solamente
deberá comparecer ante el órgano judicial cuando resulte estrictamente necesario conforme a
la Ley. Los edificios judiciales deberán estar provistos de aquellos servicios auxiliares que faci-
liten el acceso y la estancia en los mismos». Por su parte, el numeral 30 agrega: «30.- El ciuda-
dano sordo, mudo, así como el que sufra discapacidad visual o ceguera, tiene derecho a la utili-
zación de un intérprete de signos o de aquellos medios tecnológicos que permitan tanto obtener
de forma comprensible la información solicitada, como la práctica adecuada de los actos de
comunicación y otras actuaciones procesales en las que participen. Se promoverá el uso de
medios técnicos tales como videotextos, teléfonos de texto, sistema de traducción de documen-
tos a braille, grabación sonora o similares. Se comprobará con especial cuidado que el acto de
comunicación ha llegado a conocimiento efectivo de su destinatario y, en su caso, se procederá
a la lectura en voz alta del contenido del acto».
2. Marco constitucional
2 Por todas, la Directiva 2000/78/CE del Consejo, de 27 de noviembre de 2000, relativa al esta-
blecimiento de un marco general para la igualdad de trato en el empleo y la ocupación, que pre-
tende luchar contra las discriminaciones badas en la religión o convicciones, la discapacidad, la
edad y la orientación sexual.
DISCAPACIDAD Y ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA 141
vas y del orden social, por la cual se transpone al Ordenamiento jurídico español la Directiva
2000/78/CE del Consejo, de 27 de noviembre de 2000, relativa al establecimiento de un marco
general para la igualdad de trato en el empleo y la ocupación. El texto de este artículo es el
siguiente: «Carga de la prueba. En aquellos procesos del orden jurisdiccional civil y del orden
jurisdiccional contencioso-administrativo en que de las alegaciones de la parte actora se deduz-
ca la existencia de indicios fundados de discriminación por razón del origen racial o étnico, la
religión o convicciones, la discapacidad, la edad o la orientación sexual de las personas respec-
to de las materias incluidas en el ámbito de aplicación de esta sección, corresponderá al deman-
dado la aportación de una justificación objetiva y razonable, suficientemente probada, de las
medidas adoptadas y de su proporcionalidad.»
c) Transportes.
d) Bienes muebles e inmuebles, productos, servicios, actividades o
funciones, comercializados directamente a los consumidores como
destinatarios finales, que las personas físicas o jurídicas, individuales
o colectivas, profesionales o titulares de establecimientos públicos o
privados, fijos o ambulantes, produzcan, faciliten, suministren o expi-
dan, en régimen de Derecho privado.
e) Relaciones con las Administraciones públicas en el ámbito del
Derecho privado.
No podrán ser objeto de arbitraje:
a) Las controversias sobre las que haya recaído resolución judicial
firme y definitiva en los casos en que haya identidad de sujeto, hecho
y fundamento.
b) Aquéllas en las que deba intervenir el Ministerio Fiscal en
representación y defensa de las personas con discapacidad que care-
cen de capacidad de obrar o de representación legal y no puedan
actuar por sí mismas.
c) Aquellas en las que concurran indicios racionales de delito.
d) Las cuestiones que estén determinadas en contratos adminis-
trativos, así como otras materias que no sean de libre disposición con-
forme a derecho.
e) Los arbitrajes laborales.
El sistema es voluntario y las partes que lo deseen deben someter-
se al mismo siempre por escrito.
1. Introducción
1. Introducción
1. Introducción
Una primera lectura del precepto, nos informa que no sólo se diri-
ge, como destinatarios finales, a las personas con discapacidad, sino
también a las personas mayores, pues no en vano las personas mayo-
res, por razones de edad, suelen adquirir discapacidades sobrevenidas
o ver alteradas sus funcionalidades de partida, por lo que la accesibi-
lidad para este grupo social se convierte también en una condición
necesaria para el ejercicio de sus derechos en sus relaciones con la
Administración de Justicia. A continuación, el texto legal establece
que la accesibilidad de las «dependencias» (entornos físicos) y «los
servicios» constituye un criterio de calidad, que ha de ser «garantiza-
do» por las autoridades competentes. El Legislador entiende que la
accesibilidad es presupuesto, es condición necesaria para el ejercicio
de los derechos de las personas con discapacidad y mayores en la
esfera de la Administración de Justicia, por lo que obliga a las autori-
dades a garantizarla. Se trata de un mandato reforzado, no un mero
desiderátum de acción.
En el plano de la exigibilidad, la Ley distingue dos situaciones, mo-
dulando sus mandatos en función de que se produzca una u otra. Res-
pecto de las dependencias y servicios de nueva creación, la obligación
de accesibilidad es plena (todo lo nuevo ha de ser accesible), remitien-
do la ley las normas específicas en materia de accesibilidad y elimina-
ción de barreras que resulten de aplicación. Aquí, hay que entender
hecha una remisión a lo que la legislación autonómica establezca
(todas las Comunidades Autónomas disponen de leyes sobre accesibi-
lidad), por lo que finalmente la norma aplicable dependerá del territo-
rio donde la dependencia o servicio radique o se preste. Asimismo, hay
una remisión a las disposiciones de carácter estatal vigentes en la
DISCAPACIDAD Y ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA 165
VI. BIBLIOGRAFÍA
Discapacidad y procedimiento
de incapacitación1
1. Principio de especialidad
5. Principio de contradicción
1. Presupuestos sustantivos
para que prospere la acción con que se acredite una base patológica
que sea persistente y resulte invalidante, en relación de causa a efecto.
Por tanto, no todas las enfermedades o deficiencias son causa de
incapacitación sino sólo aquellas que restrinjan o anulen la capacidad
de autogobierno.
Esta circunstancia tiene especial trascendencia a la hora de valorar
la incidencia de los deficits sensoriales en la capacidad de obrar. La
actual regulación impide que, frente a la regulación legal preexistente,
la sordomudez engendre, por sí misma, una causa de incapacidad civil.
La ceguera, la sordera, la mudez, la sordomudez, sólo repercuten
en aquellos aspectos jurídicos específicos cuya finalidad se vea trun-
cada por la deficiencia sensorial o suponga una merma de garantías
para el afectado.
Como dice Chimeno Cano, sólo los trastornos de la percepción o de
la motricidad que impiden a la persona asumir y expresar su voluntad
engendran causa de incapacitación.
Frente a los déficits sensoriales aparecen los retrasos mentales, de-
terioros cognitivos o demencias y trastornos psicóticos (esquizofrenias,
trastornos de ideas delirantes, psicosis maniaco-depresivas) como las
patologías que con más frecuencia motivan las demandas de incapaci-
tación, que se promueven también, aunque en menor grado, en supues-
tos de determinados trastornos de personalidad, alcoholismo o toxico-
manía crónicos.
2. Presupuestos procesales
A) Jurisdicción y competencia
B) Legitimación y postulación
C) Acumulación de acciones
El art. 762 de la LEC ha venido a sustituir al art. 209 del CC, dero-
gado por la disposición derogatoria 2.a de la propia ley rituaria.
El nuevo artículo regula las medidas cautelares en el procedimien-
to de incapacitación; siendo la tutela judicial cautelar un trasunto de
la tutela judicial, según prevé el art. 5.1 de la LEC.
Del tenor literal del art. 762 se deduce que la finalidad de las
medidas cautelares en el procedimiento de incapacitación es procu-
rar subvenir a las necesidades de guarda del presunto incapaz y/o al
cuidado de su patrimonio, hasta tanto recaiga sentencia de incapa-
citación.
LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD
194 ELENA COMES MUÑOZ Y BLANCA M.a ESCALONILLA MORALES
A) Competencia
párrafo 2.° del apartado 2.° que las medidas podrán adoptarse de ofi-
cio o a instancia de parte, en cualquier estado del procedimiento de
incapacitación.
Que se puedan adoptar en cualquier tiempo no equivale a que las
tenga que adoptar siempre el juez de la primera instancia, máxime
teniendo en cuenta que la regla general es la pérdida de la competen-
cia del juez a quo una vez interpuesto el recurso de apelación, excepto
para la ejecución provisional (art. 462 de la LEC); regla general que se
ve refrendada por el art. 723 en materia de medidas cautelares, de apli-
cación supletoria respecto del art. 762, en todo lo que éste no prevea
como peculiaridad específica.
De hecho, en la práctica el Tribunal Supremo ya ha resuelto sobre
la adopción de medidas cautelares que se le han planteado tras la
vigencia de la nueva LEC hallándose en trámite recurso de casación
contra sentencias de incapacitación.
B) Legitimación y postulación
5. Procedimiento
— Demanda
El art. 762 remite a los artículos 734, 735 y 736 de la LEC para
determinar el cauce procesal a seguir.
Si la demanda de medidas cautelares es previa a la demanda de
incapacitación, se sustanciará como procedimiento independiente;
quedando sin efecto la resolución que se dicte si con posterioridad la
parte legitimada no promueve la demanda principal.
Si se aplica supletoriamente el art. 730 de la LEC, el plazo para
interponer la demanda principal ante el mismo juzgado que conozca
de las medidas, debe ser de veinte días.
No obstante la doctrina entiende que este requisito temporal debe
flexibilizarse y alude a la presentación de la demanda en «tiempo pru-
dencial» (SANCHO GARGALLO).
Nos parece que este criterio es contrario a la seguridad jurídica por
su vaguedad, siendo más ajustado a derecho recurrir al plazo previs-
to con carácter general para las medidas cautelares previas a la
demanda en la propia LEC; máxime cuando las medidas tienen un
carácter accesorio respecto del proceso principal, por lo que la no pre-
sentación de la demanda de incapacitación en un término cierto debe
operar como condición resolutoria respecto de las medidas cautelares
adoptadas.
LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD
200 ELENA COMES MUÑOZ Y BLANCA M.a ESCALONILLA MORALES
— Vista
Las medidas cautelares a que alude el art. 762 de la LEC son inno-
minadas pues no están legalmente tasadas.
Encaja con este criterio el principio de intervención judicial de ofi-
cio. El juez puede acordar aquellas medidas que le hayan solicitado
las partes o que estime oportuno, siempre que sean necesarias para la
protección de los intereses personales y patrimoniales del presunto
incapaz y no pueda aguardarse a la sentencia del procedimiento prin-
cipal, sin perjuicio de dichos intereses.
En la práctica forense las medidas más comunes son las siguientes:
1) El internamiento involuntario del presunto incapaz, por moti-
vos de salud física, psíquica o asistenciales.
Cuando se trate de internamiento por razones de trastorno psíqui-
co deberán recurrir los presupuesto del art. 763 de la LEC
En otras ocasiones se hace necesaria la intervención judicial
urgente por vía de medidas cautelares cuando la patología del deman-
dado interfiere en el cuidado de su salud, con grave riesgo para su
vida (enfermos de diabetes que no controlan la medicación, o aqueja-
dos por graves cuadros de desnutrición por inanición...) en estos
casos procederá sus traslado al hospital para que por el servicio de
medicina interna que corresponda se paute el tratamiento preciso.
LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD
202 ELENA COMES MUÑOZ Y BLANCA M.a ESCALONILLA MORALES
A) Parientes
B) Los descendientes
D) El Ministerio Fiscal
E) El presunto incapaz
3. Demanda y emplazamiento
4. Legitimación pasiva
5. Contestación a la demanda
Es una medida exigida por la ley como «una garantía para evitar
abusos cuya realidad puede ser percibida por un profano en medicina
como el Juez» (TS1.a SS 10 febrero 1986) y «constituye, de una parte, un
LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD
218 ELENA COMES MUÑOZ Y BLANCA M.a ESCALONILLA MORALES
B) Audiencia de parientes
A) Procedimiento
B) Legitimación
b) Ministerio Fiscal
c) El propio incapacitado
VII. BIBLIOGRAFÍA
I. INTRODUCCIÓN
1 SEENA FAZEL: «Competence». En Psychiatry in the Elderly. Jacoby & Oppenheimer. Ed.
Oxford, University Press, Gran Bretaña, 3.a edición 2005 (en págs. 941 a 950).
2 RICHARD L. GREGORY (ed): Diccionario Oxford de la mente. Alianza Editorial, Madrid, 1995.
LA PERICIAL MÉDICA EN EL PROCEDIMIENTO DE INCAPACITACIÓN CIVIL 233
law. Ed. Lippincott Williams & Wilkins, USA, 2000 (en págs. 219 a 223).
LA PERICIAL MÉDICA EN EL PROCEDIMIENTO DE INCAPACITACIÓN CIVIL 235
1. El giro de Mc Garry
4 A. LOUIS MC GARRY et al.: Modern Legal Medicine Psychiatry and Forensic Science. Ed. F.
2. El constructo de Grisso
Kluwer Academic/ Plenum Publishers, New York, 2.a edición 2003 (en págs. 322 a 389).
LA PERICIAL MÉDICA EN EL PROCEDIMIENTO DE INCAPACITACIÓN CIVIL 237
— enjuiciamiento,
— disposición.
El componente de habilidades funcionales proporciona información
sobre lo que un individuo puede hacer o cumplir con el conocimiento,
la comprensión o las creencias necesarias para su cumplimiento.
En la concepción de Grisso las habilidades funcionales presentan
dos niveles, uno cognitivo, otro conductual. El nivel cognitivo supone
el conjunto de pensamientos, memoria, cálculo, planificación, etc. gra-
cias al cual puede realizarse o se realiza la correspondiente conducta
(nivel conductual). Dicho de otro modo, las habilidades funcionales se
refieren, valga la redundancia, al funcionamiento conformado por los
elementos psicológicos específicos que hacen posible su efectividad.
No son propiamente estados mentales, rasgos de personalidad, o inte-
ligencia en general. Que estos puedan influir sobre las habilidades es
una cuestión, pero nunca confundirse con ellos. Dicho de otro modo,
se relacionan, pero no son equiparables. Es fácil de ejemplificar:
No es lo mismo saber utilizar un cajero automático que la condi-
ción mental del individuo que está ante él. Desear sacar dinero, cal-
cular la cantidad y determinar el uso que se le va a dar constituyen un
estado mental. Manejar el cajero, sobre la base de dicho estado men-
tal, siguiendo las instrucciones que aparecen en la pantalla y obtener
el dinero, es habilidad funcional.
Las habilidades funcionales son numerosísimas, tantas como acti-
vidades pueden desempeñar o desempeñan los seres humanos. Se
aprenden o pueden no aprenderse. En el fondo de ello hay razones de
diversa índole. Que sea lo uno o lo otro depende de oportunidades.
Pero también pueden perderse, por falta de uso o enfermedad. En este
último caso cabe hacer la misma reflexión que hacíamos páginas
atrás. La presencia de déficits en unas u otras habilidades funciona-
les no es equiparable a la enfermedad. Se relacionan con ella, influ-
yen los síntomas, pero nada más. No es lo mismo concretar un dete-
rioro de la memoria —síntoma— que no poder asumir un tratamiento
—habilidad— a causa precisamente de dicho deterioro.
Las habilidades funcionales se evalúan mediante la observa-
ción y promoviendo su realización de modo informal o mediante
pruebas. Las referencias de terceros pueden resultar útiles, pero
nunca sustituir a la observación y constataciones directas. A todo
esto, las habilidades funcionales pueden ser objeto de manipulación
por parte del propio individuo fingiendo, exagerando o disimulando
déficits.
LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD
238 ALFREDO CALCEDO ORDÓÑEZ
7 CAROLINA REOYO (ed): Diccionario Espasa Jurídico. Ed. Espasa Calpe S.A., Madrid, 2005.
1. Áreas de funcionamiento
A) Vida independiente
B) Económico-administrativa
— conocimiento declarativo,
— enjuiciamiento,
— conocimiento de procedimientos.
Las habilidades de «conocimiento declarativo» implican hechos,
conceptos y acontecimientos referibles a la condición económica del
presunto incapaz. Información sobre su funcionamiento se obtiene
explorando en principio si identifica moneda, conoce cuantía de suel-
do o pensión y de otros ingresos, cuenta corriente o cartilla que mane-
ja. Un paso más allá lleva a inquirir sobre seguros concertados, propie-
dades, inversiones, etc. Y, en contrario, sobre créditos, deudas y avales.
Básicamente importa una visión general de cómo el presunto inca-
paz describe la situación de su economía. No es necesario entrar en
mucho detalle. El estado de las habilidades declarativas se obtiene
sobre todo del grado de coherencia que muestra la información obte-
nida en conjunto.
Las «habilidades de enjuiciamiento» implican capacidad para elec-
ciones y decisiones racionales, prácticas y astutas ante situaciones
económicas nuevas, ambiguas o complejas. A diferencia de las habili-
dades de conocimiento, que describen la condición económica, las de
enjuiciamiento suponen apreciaciones de los pros y contras de las
decisiones económicas tomadas o por tomar.
Se exploran analizando decisiones prácticas o hipotetizando en
cuanto a adecuación entre medios y fines. Hay adecuación si los me-
dios utilizados son compatibles con los conocimientos comunes dis-
ponibles al respecto y los fines perseguidos son consistentes y realis-
tas. Importan aquí, la sensibilidad ante fraudes o estafas, así como la
resistencia a la coacción. Especial consideración merecen los actos
jurídicos de disposición como contratos y transacciones, poderes, etc.
cuando hay noticia de su reciente realización.
Las habilidades de «conocimiento de procedimiento» son esencial-
mente pragmáticas. Implican secuencias de acción. Comportan reali-
zación. Información sobre su funcionamiento se obtiene de muchas
maneras. La más sencilla es manejando cambios. Otras, igualmente
sencillas, preguntando sobre uso de tarjetas de crédito, cajero auto-
mático, formalización de cheques, etc. Difícilmente puede desenvol-
verse hoy una persona sin echar mano de alguno de estos medios.
Otra manera de obtener información sobre el funcionamiento de
estas habilidades es inquiriendo sobre la atención del presunto inca-
paz a los gastos rutinarios. Especial mención merecen los pagos domi-
ciliados en banco, como los correspondientes a alquiler de la vivienda,
LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD
246 ALFREDO CALCEDO ORDÓÑEZ
C) Salud
8 SEENA FAZEL: «Competence». En Psychiatry in the Elderly. Jacoby & Oppenheimer. Ed.
Oxford, University Press, Gran Bretaña, 3.a edición 2005 (en pág. 946).
— consentimiento de tratamiento
— rechazo de tratamiento
— conductas de salud
• citas médicas
• emergencias
• teleasistencia
• etc.
Huelga comentar, en cuanto a los cuidados del día a día, que sólo
serán operativos si se revelan significativos al caso. Así, la dieta en
caso de diabetes o gran desnutrición. Así, las grandes úlceras y esca-
ras cualesquiera sean sus causas si son desatendidas. Así, sobre todo,
cuando no se echa cuenta de la medicación, pese a su carácter abso-
lutamente necesario.
En cuanto al consentimiento de tratamiento son bien conocidos
los elementos que conforman la toma de decisión al respecto:
— comprensión fáctica del problema,
— apreciación de la situación actual y consecuencias,
— manejo racional de la información,
— comunicación de la elección.
La comprensión fáctica del problema por el enfermo se refiere a si
éste es capaz de entender, a través de la información del médico, la
naturaleza de su trastorno y los tratamientos a seguir. Dicha infor-
mación debe ser relevante a los efectos de la toma de decisión. Se
explora por dos vías. Una, solicitando que la verbalice con otros tér-
minos. Otra, identificando las opciones de tratamiento presentes en la
referida información, Solo las identifica, todavía no opta.
La apreciación de la situación actual y consecuencias que pueden
derivar corresponden a la valoración que hace el enfermo de lo que le
sucede y las repercusiones, según decida sobre las opciones terapéu-
ticas, incluyendo suspender o prescindir del tratamiento. A precisar
que siempre implica un componente cognitivo y otro emocional. Se
explora de dos modos. Uno, determinando hasta qué punto se da
cuenta de que padece un trastorno o tiene un problema. Otro, averi-
guando si identifica las probables consecuencias de tratarse o no tra-
tarse, asignando valores a riesgos y beneficios de las opciones.
El manejo racional de la información se refiere al uso de los procesos
lógicos por el enfermo cuando discurre y compara sobre los beneficios
y riesgos de cada una de las opciones disponibles. Importa la coheren-
cia interna que guardan las razones que esgrime, no el desenlace al que
LA PERICIAL MÉDICA EN EL PROCEDIMIENTO DE INCAPACITACIÓN CIVIL 249
D) Transporte
E) Otras
2. Causas
3. Interacción persona-contexto
— dinero de bolsillo
• consumiciones
• transporte
• prensa
• ocio
• hábitos (tabaco, etc.)
• etc.
Incongruencias, en suma, que serán la expresión de pobres cono-
cimientos y/o enjuiciamientos y/o procedimientos en cada caso.
En cuanto a incongruencias del área de cuidado de salud ya que-
daron insinuadas páginas atrás. El criterio general es que sean tan
significativas que su mera aparición comporte riesgos de empeora-
miento del estado de salud. A tal respecto, incongruencias a retener
son percepciones mínimamente realistas del estado de salud. Se mini-
mizan o niegan trastornos que hablan por sí mismos. La dieta queda
lejos de lo que necesariamente correspondería. El cuidado de heridas
o úlceras se descuida. La medicación no se memoriza. La incompe-
tencia a los efectos de comprender, ponderar y razonar sobre la nece-
sidad continua de tratamiento son nulos. Finalmente, incongruencias
a retener son las que surgen de contrastar cómo usa los recursos —si
es que los usa— y las normas de estos.
Pero en cualquier caso puede haber factores correctores. Depen-
den estos de:
— complejidad de la atención requerida,
— seriedad de las consecuencias potenciales, y
— asistencia por compensación.
Respecto a la complejidad de la atención requerida es claro que
tanto los trastornos que los presuntos incapaces padecen como las
medidas que requieren, son diferentes con frecuencia. Hay casos que
exigen un mayor grado de comprensión y razonamiento que otros.
Igual cabe decir respecto a la seriedad de las consecuencias poten-
ciales. Unas enfermedades tienen más consecuencias que otras y lo
mismo sucede con los tratamientos.
Finalmente, la asistencia por compensación es claramente cir-
cunstancial. Hay pacientes afortunados por la alta disponibilidad que
tienen de parientes, vecinos o amigos. Gracias a ellos los presuntos
incapaces pueden soportar y superar cognitiva y emocionalmente
situaciones que de otro modo no podrían superar.
LA PERICIAL MÉDICA EN EL PROCEDIMIENTO DE INCAPACITACIÓN CIVIL 259
4. Enjuiciamiento
5. Disposición
law. Ed. Lippincott Williams & Wilkins, USA, 2000 (en págs. 236 a 239).
10 THOMAS GRISSO: Evaluating Competencies. Forensic Assessments and Instruments. Ed.
Kluwer Academic/ Plenum Publishers, New York, 2.a edición 2003 (en págs. 398 a 400).
LA PERICIAL MÉDICA EN EL PROCEDIMIENTO DE INCAPACITACIÓN CIVIL 261
law. Ed. Lippincott Williams & Wilkins, USA, 2000 (en págs. 250 a 251).
12 Fue ideado y puesto en práctica por el Magistrado J. M. Fernández López en el primer juz-
I. INTRODUCCIÓN
El artículo 199 del Código Civil dispone que « nadie puede ser de-
clarado incapaz sino por sentencia judicial en virtud de las causas
establecidas en la Ley».
Ello significa que toda persona es capaz de obrar mientras no sea
judicialmente declarada su incapacidad, es decir, hay una presunción
iuris tantum de la capacidad de la persona.
Esta sentencia circunscribe sus efectos al derecho privado (no su-
pone por sí sola, por ejemplo, el reconocimiento del derecho a recibir
una pensión asistencial o el entrar en el trabajo protegido) lo que lo
hace muy poco útil para las familias. Por el contrario, la calificación
de incapacidad (de discapacidad o minusvalía se habla, en este con-
texto) dictada administrativamente, sí que tiene un alcance general,
pues es un dictamen sobre el sujeto en sí, con independencia de actos
concretos, pero lo cierto es que no está jurídicamente coordinada con
la incapacitación judicial. De tal manera que, por paradójico que re-
sulte, dos instancias del mismo Estado: los servicios sociales y los
LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD
266 PÍO AGUIRRE ZAMORANO
Según el párrafo primero del art. 171 del Código Civil, para po-
derse rehabilitar la patria potestad es preciso que se produzca la
declaración de incapacitación del hijo mayor de edad y, además, que
éste sea soltero y viviere en compañía de sus padres o de cualquiera
de ellos.
La mayoría de edad del hijo constituye el elemento diferenciador
respecto de la prórroga de la patria potestad. De los restantes requisi-
tos, la incapacitación de aquél no plantea problemas directamente
relacionados con la rehabilitación de la patria potestad, por ello
vamos a centrar nuestra atención en la soltería del hijo y en la convi-
vencia con sus padres.
El requisito de la soltería responde a la preferencia que el cónyuge
tendría para hacerse cargo de la guardia legal del incapacitado, como
tutor, si conviviere con él (art. 234.2 Código Civil), de modo que, de
no haber introducido este requisito de la soltería, los padres, a través
de la rehabilitación de la patria potestad, desplazarían al cónyuge del
ejercicio de la tutela.
Partiendo de esta idea, Ventoso Escribano considera que probable-
mente la solución más idónea para los casos de disolución del matri-
monio por divorcio o fallecimiento del cónyuge hubiera sido rehabili-
tar también la patria potestad, ya que si se considera beneficiosa la
figura, no hay razón para, en tales casos, no dar origen a la misma, y
tener que acudir a la institución tutelar, donde también serán llamados
los padres, equiparando, de este modo, a la persona divorciada o viuda
con la soltera. Sin embargo, entiende que ni remotamente el cónyuge
separado puede equipararse con el soltero.
En consecuencia, si el incapacitado y su cónyuge se hallan separa-
dos legalmente o de hecho, éste último no podrá ser nombrado tutor
de aquél, por lo que el nombramiento recaerá en los padres. Y si no se
considera lógico tener que acudir a la institución tutelar en los casos
de disolución del matrimonio en los que serían llamados los padres, el
mismo razonamiento cabe aplicar en el caso del cónyuge separado.
Por ello, considero más acertada la opinión de Sancho Gargallo, en
cuya virtud «este requisito de la soltería cabría mitigarlo, y admitir
LA SENTENCIA DE INCAPACIDAD: ALCANCE Y EFECTOS 273
1. Derecho de sufragio
actos típicos de ejecución para producir sus efectos, es decir una vez
firme produce los efectos automáticamente en el estado civil del inca-
paz. Por la misma razón no cabe la ejecución provisional, si la sen-
tencia fuera recurrida (artículo 525 de la Ley de enjuiciamiento Civil).
2. Internamiento
mite realizar cuantos actos redunden en interés del incapaz, si bien esta
última posibilidad es rechazada por la mayoría de la doctrina—. No
podrá hacerlo nunca el Ministerio Fiscal, ya que la ley trata de excluir
la intervención estatal en la materia. Lo único que podrá hacer el fiscal
es tratar de dotar a esa persona de representante legal lo antes posible.
5. Se requiere el dictamen de dos especialistas. Lo idóneo sería que
informara un urólogo o ginecólogo —dependiendo del sexo— sobre la
existencia de capacidad para procrear —puesto que, en otro caso, la
esterilización sería innecesaria—, la conveniencia del método pro-
puesto frente a otros métodos anticonceptivos, riesgos de la interven-
ción y posibles consecuencias negativas de la operación para la salud;
y un psicólogo o psiquiatra, sobre la gravedad de la deficiencia psí-
quica para comprender la esterilización y para asumir el cuidado de
la descendencia y el riesgo que una hipotética concepción y embara-
zo pueda suponer para la estabilidad psíquica de la incapaz. La doc-
trina entiende que serían convenientes otros informes de asistentes
sociales sobre el entorno social y forma de vida del discapaz y ello
porque habrá que tener en cuenta la edad, personalidad, compor-
tamiento sexual, etc. No es lo mismo un incapaz con personalidad
retraída —que no sale de casa y no muestra interés por los temas
sexuales—, que otro que carece del adecuado control y muestra un
comportamiento sexual desinhibido.
6. El Juez debe explorar por sí mismo al incapaz para comprobar
su postura sobre el tema y la mayor o menor fiabilidad de la misma.
7. Se necesita audiencia del fiscal como garante de la legalidad y
de los derechos fundamentales del incapaz.
4. Aborto de la incapaz
VIII. RECURSOS
Son los actos personalísimos que pueden ser realizados por el inca-
paz, sin que, en principio, pueda hacerlo por ellos su tutor. Los mis-
mos se encuentran reflejados expresamente en la ley y sólo se excluyen
de forma absoluta de la capacidad del discapacitado si la sentencia de
incapacitación, de forma expresa, los excluye.
Los actos personalísimos que podemos señalar son, entre otros:
— El matrimonio. El Código Civil en su artículo 56 establece los
mecanismos para acreditar que el incapaz, a pesar de la sentencia de
incapacitación, tiene capacidad natural suficiente para entender lo
que supone el matrimonio y poder decidir sobre su celebración. Si la
capacidad natural existe, el discapaz contraerá matrimonio por su
propia voluntad, en caso contrario no podrá hacerlo.
— El reconocimiento de un hijo extramatrimonial. Según prevé el
artículo 121 del Código Civil, lo podrá hacer sólo el incapaz, si bien
precisa de aprobación judicial. Será a través de esta aprobación judi-
cial en la que se comprobará la existencia de capacidad natural para
el reconocimiento y la mínima verosimilitud del mismo.
— Testamentifacción activa. El testamento es claramente un acto
de carácter personalísimo. Ello hace que el artículo 665 del Código
LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD
284 PÍO AGUIRRE ZAMORANO
Inconvenientes
XI. BIBLIOGRAFÍA
1. Conceptos previos
1 Así lo expongo, O’CALLAGHAN, Compendio de Derecho civil, tomo I, Parte general, 5.° edi-
2 Lo cual ha sido tratado con detalle por la doctrina moderna: JORDANO FRAGA, «La capa-
cidad general del menor», Revista de Derecho Privado, 1984, pág. 883; Javier SÁNCHEZ CALE-
RO, La capacidad del menor no emancipado en Homenaje al Pr. Bernardo Moreno Quesada, Alme-
ría, 2000, vol III, pág.1681. En general, en todos o casi todos los manuales de Derecho civil se
contempla este tema.
3 Definición que doy y desarrollo en O’CALLAGHAN, Compendio de Derecho civil, tomo I,
nece incólume en todo caso) a una persona física (no a una jurídica)
en principio capaz (decimos «en principio», porque también cabe en
algunos casos la incapacitación de un incapaz, es decir, de un menor)
por sentencia (sentencia que se dicta tras un juicio declarativo) por
causas fijadas por la ley (artículo 200 del Código civil: son causas de
incapacitación las enfermedades o deficiencias persistentes de carácter
físico o psíquico que impiden a la persona gobernarse por sí misma).
Tercer concepto: la representación legal. El incapaz y el incapacita-
do que carecen de capacidad de obrar no pueden actuar en el mundo
jurídico por sí mismos. Por ello, precisan que sea otra persona la que
actúe en su nombre y representación: tal persona es el representante
legal. Distinto es el caso del que tiene capacidad restringida, que
actúa él mismo, no tiene representante legal, pero para ciertos actos
jurídicos precisa complemento de capacidad.
La representación, en general, parte de que los actos jurídicos
pueden ser realizados por el propio sujeto o por otra persona en su
nombre, que es el representante, el cual puede hacerlo porque le ha
dado poder de representación o porque se lo atribuye la ley: el prime-
ro es el representante voluntario y el segundo es el representante
legal; ambos los contempla el artículo 1259 del Código civil («ningu-
no puede contratar a nombre de otro sin estar por éste autorizado o sin
que tenga por ley su representación legal»).
La representación legal4 queda fuera del ámbito de la autonomía de
la voluntad; mana directamente del mandato legal; la ley la impone,
señala los requisitos para ser representante, regula sus poderes para
actuar y decidir, siempre en interés, por cuenta y en nombre de la per-
sona que, por su incapacidad o incapacitación, necesita la misma.
Los casos típicos de la representación legal son la patria potestad,
la tutela y el defensor judicial (aparte, se halla el caso de la ausencia,
ajena al tema aquí tratado).
cho privado, Madrid, Civitas, 1992, que dedica específicamente a la representación legal las págs.
285 y ss.
REPRESENTACIÓN LEGAL DEL INCAPAZ: TUTELA, CURATELA Y GUARDA DE HECHO 293
5 Breve y perfecta definición que da ALBALADEJO, Curso de Derecho civil, IV, Derecho de
de edad es un incapaz; algo así como aquella pregunta «¿Cuál es el requisito para cerrar una
puerta? ¡que esté abierta!». En la práctica, ante un menor discapacitado ¿por qué esperar a que
sea mayor de edad para incapacitarlo?; es preferible hacerlo cuando es un menor, y así, al lle-
gar a mayor de edad, sigue bajo patria potestad sin solución de continuidad.
7 Así lo defino en O’CALLAGHAN, Compendio de Derecho civil, tomo IV, Derecho de Familia,
8 Desarrolla esta distinción la obra clásica de ESCOBAR DE LA RIVA, La tutela, Madrid, Edi-
torial Revista de Derecho privado, 1943, a partir de la pág. 10. Asimismo se estudia en Curso de
perfeccionamiento sobre incapacitación y tutela, Madrid, Centro de estudios judiciales, 1985,
O’CALLAGHAN «La llamada tutela de autoridad y la función del Juez», págs. 90 y ss.
9 Son las iniciales, con las que se conoce habitualmente, del Código civil alemán, Bürgerli-
ches Gesetzbuch.
REPRESENTACIÓN LEGAL DEL INCAPAZ: TUTELA, CURATELA Y GUARDA DE HECHO 297
«La tutela: normativa vigente en contraste con su precedente», en Actualidad Civil, 1999, vol 3,
pág. 961.
11 El sistema anterior al Código civil lo explica con detalle SÁNCHEZ ROMÁN, Estudios de
Derecho civil, Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, 1912, 2.a edición, tomo V, vol 2.a, a partir de
la pág. 1279.
12 La tutela en el Código civil puede verse con claridad y detalle en CLEMENTE DE DIEGO,
Instituciones de Derecho civil español, edición puesta al día por COSSÍO y GULLÓN, Madrid,
1959, tomo II, a partir de la pág. 703.
13 En 1954, APALATEGUI en su discurso de recepción en la Real Academia de la Jurispru-
dencia y Legislación, leído el día 21 junio 1954, La tutela de autoridad, Madrid, Imprenta Viuda
de Galo Sáez, 1954, pág. 13.
14 En 1960, BONET RAMÓN, Compendio de Derecho civil, tomo IV, Derecho de Familia,
del Código civil en materia de adopción. Vid. INGRID BRENA, Los nuevos principios reconoci-
dos en materia de tutela tras la reforma de 1987 en Act. Civ., 1991, vol. 2, pág. 327 e Intervención
del Estado en la tutela de menores, México, 1994. y posteriormente se ha modificado también
ligeramente por la Ley de 15 enero 1996, de protección jurídica del menor. Ya teniendo en cuen-
ta esta última reforma, estudia la tutela SERRANO ALONSO, Introducción al Derecho civil, 3.a
edición., Madrid, 2005, a partir de la pág. 271. La Ley de Enjuiciamiento Civil de 7 enero de 2000
ha derogado todas aquellas normas que tenían contenido procesal; tras esta reforma, vid. LETE
DEL RÍO, Derechos de la persona, 4.a ed., Madrid, 2000. La Ley de 18 de noviembre de 2003 de
protección patrimonial de las personas con discapacidad ha modificado tres artículos (223, 234
y 239) al objeto de introducir la autotutela.
REPRESENTACIÓN LEGAL DEL INCAPAZ: TUTELA, CURATELA Y GUARDA DE HECHO 299
16 Pese a lo cual algún autor sigue empleando esta triple distinción, como SANCHO REBU-
LLIDA, en LACRUZ y otros, Elementos de Derecho civil, tomo IV, Derecho de familia, vol. 2.°, Bar-
celona, Bosch, 1989, pág. 297; y SERENA VELLOSO, «Constitución de la tutela y nombra-
miento del tutor», en Curso de perfeccionamiento sobre incapacitación y la tutela, cit. págs. 39 y
ss. E incluso modernamente, CARTAGENA PASTOR, en Contestaciones al programa de Derecho
civil, varios autores, Valencia, Tirant lo Blanch, 2004, vol III, pág 313.
17 Vid. detalle en LETE DEL RÍO, Nombramiento de tutor, en ACTUALIDAD CIVIL, 1999, vol
2, pág 403, que también destaca (pág. 404) que ha desaparecido la distinción de tutela testa-
mentaria, legítima y dativa.
so» y mantenido que en la práctica es preferible la situación de hecho (MARÍN CALERO, La inte-
gración jurídica y patrimonial de las personas con discapacidad psíquica o intelectual, Madrid,
Editorial Ramón Areces, colección La Llave, 2005, pág. 38) lo que es más que discutible, por la
necesidad de evitar que la falta de un proceso con suficientes garantías lleve a situaciones de
abuso.
Principio general
19 Dualidad de una misma función que no parece muy justificada y que se explica como un
residuo de las dudas que el legislador tuvo durante la preparación de la reforma de la tutela, en
la que una de las posibilidades que se barajaron fue precisamente la de atribuir al Ministerio
Fiscal la función de control de la tutela: así lo expone SERRANO ALONSO, en su comentario al
art. 213, del Comentario del Código civil, coordinado por SIERRA GIL DE LA CUESTA, tomo 2,
pág. 568, Barcelona, Boch, 2000, primera edición, ya que en la segunda no se halla este artícu-
lo por haber sido derogado por la Ley de Enjuiciamiento Civil del 2000.
REPRESENTACIÓN LEGAL DEL INCAPAZ: TUTELA, CURATELA Y GUARDA DE HECHO 303
20 Y que se estudia con detalle LETE DEL RÍO, «Tutela conjunta o plural», en Actualidad
bienes (lo que afecta al tutor de los bienes) al efecto de una atención médica muy especial y muy
cara (lo que afecta al tutor de la persona) para lo que uno y otro tutor deberán decidir conjun-
tamente. Un caso real de esta duplicidad de tutores era el de un incapacitado residente en
Madrid, donde tenía el tutor de la persona, propietario de importantes explotaciones agrícolas
en Canarias, donde tenía el tutor de los bienes.
22 Mantiene lo mismo ALBALADEJO, Curso de Derecho civil, tomo IV, Derecho de Familia,
tomo IV, Derechos de Familia y Sucesiones, 3.a edición, coordinador Javier SÁNCHEZ CALERO,
Valencia, Tirant lo Blanch, 2004, pág. 356.
REPRESENTACIÓN LEGAL DEL INCAPAZ: TUTELA, CURATELA Y GUARDA DE HECHO 305
tutelado, aunque sin ningún orden entre ellos, sino que es el Juez el que
lo designará atendidas las circunstancias personales de cada uno.
— Quinto (art. 235): en último lugar, la persona que, por sus rela-
ciones con el tutelado y en beneficio de éste considere más idóneo el Juez.
Sin embargo, esta enumeración que parece imponer un orden pre-
ferente, no es así. El Juez, en resolución motivada, puede alterar el
orden o prescindir de él, siempre en beneficio del incapacitado y, como
norma interpretativa se añade que se considera beneficiosa para el
menor la integración en la vida de la familia del tutor (art. 234, dos últi-
mos párrafos). Y más aún; si hay que designar tutor para varios her-
manos, se procurará que sea un solo tutor para todos ellos (art. 240).
Incapacidades para el cargo de tutor. Se ha dicho anteriormente que
la capacidad para ser tutor es la capacidad de obrar plena («pleno ejer-
cicio de sus derechos civiles» dice el artículo 241), a la que se añade la
necesidad de que no concurran causas específicas de incapacidades
especiales («causas de inhabilidad» dice el mismo artículo)24.
El Código civil enumera, en forma taxativa, la lista de las causas de
incapacidad especial del tutor, fundadas en que se trata de la persona
sin una dignidad o moralidad que le hacen sospechoso de no actuar con
el cuidado y condiciones que requiere la función que se le encomienda,
de tanta influencia en la persona y en el patrimonio del tutelado.
Las causas de incapacidad especial se pueden clasificar en cuatro
grupos, según la razón de las mismas: por inmoralidad, desconfianza,
imposibilidad y prohibición paterna.
24 Las trata con sumo detalle LETE DEL RÍO, «Capacidad y requisitos para ser nombrado
Excusas
Remoción
25 Este es el argumento que maneja ALBALADEJO para mantener que es causa de remoción,
Persona jurídica
El art. 242 del Código civil prevé que sea nombrado tutor una per-
sona jurídica; dice así: podrán ser también tutores las personas jurídicas
que no tengan finalidad lucrativa y entre cuyos fines figure la protección
de menores e incapacitados. Tienen, pues, capacidad para ser tutores,
pero se les exige dos requisitos adicionales: el primero, que no tengan
fines de lucro, y así pueden serlo asociaciones y especialmente funda-
ciones, pero no sociedades civiles, ni mucho menos, mercantiles; y el
segundo, que entre sus fines figure la protección de menores o inca-
pacitados, lo que debe entenderse con un criterio amplio, bastando un
genérico fin benéfico o asistencial.
LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD
310 XAVIER O’CALLAGHAN
27 Podríamos imaginar un banquero que domina una determinada entidad bancaria que
tiene un hijo discapacitado ¿no podría designar tutor, en su testamento a la sociedad anónima
del Banco, en el que confía que le cuidarían bien al hijo?
28 Así, se mantiene y emplea la expresión «ha sido admitida», lo que es más que discutible
ante la dicción del código, en la obra La protección jurídica de las personas con discapacidad, diri-
gida por Silvia DÍAZ ALABART, Madrid, Ibermutuamur, 2004, pág. 59.
REPRESENTACIÓN LEGAL DEL INCAPAZ: TUTELA, CURATELA Y GUARDA DE HECHO 311
El primer párrafo del art. 239 del Código civil dispone que la tute-
la de los menores (o discapacitados) desamparados corresponde por ley
a la entidad a que se refiere el art. 172, que es la entidad pública en la
que, en el respectivo territorio, esté encomendada la protección de los
menores y la definición de situación de desamparo se halla en el últi-
mo inciso del último párrafo de aquel artículo: es la que se produce de
hecho a causa del incumplimiento o del imposible o inadecuado ejerci-
cio de los deberes que le incumben de conformidad a las leyes, cuando
éstos queden privados de la necesaria asistencia moral o material. De la
correlación de ambos preceptos —arts. 172 y 239— se concluye29,
advirtiendo que estas normas no sólo son aplicables al menor, sino
también al discapacitado en situación de desamparo, tal como se deri-
va del texto del último párrafo30:
Se contempla el supuesto, que teóricamente puede ser excepcional
pero no lo es en la práctica, de que no haya persona física alguna (de
las que contemplan los arts. 234 y 235) o que no sean idóneas para el
desempeño de la función de tutor o de que éste incumple o ejerza
indebidamente tal cargo. En definitiva, es el caso de que el discapaci-
tado quede privado de la necesaria asistencia moral o material. Por
tanto, prima la tutela en persona física o en persona jurídica privada
sobre ésta, de persona jurídica pública. Así, se pueden considerar dos
tipos de tutela, la ordinaria y la tutela estatal o ex lege, que es la asu-
mida por la persona jurídica pública, preferente aquélla a esta.
Esta última también se ha denominado tutela extraordinaria, que
corresponde a la entidad pública a la que en el respectivo territorio
esté encomendada la protección del discapacitado en situación de
desamparo, cuando tan entidad constate la misma, hasta que se pro-
ceda, si se procede, al nombramiento de tutor en la tutela ordinaria o
se restablezca el adecuado ejercicio de ésta31.
También se ha denominado tutela automática o tutela administrati-
va32, a cargo de la mencionada persona jurídica pública, que deberá
adoptar las medidas de protección necesarias para su guarda, ponién-
dolo en conocimiento del Ministerio Fiscal y notificándolo a los padres,
comentario del art. 239 en O’CALLAGHAN, Código civil comentado y con jurisprudencia, 4.a edi-
ción, Madrid, La Ley, 2004, págs. 317 y 318
30 Este último párrafo ha sido añadido por la Ley 41/2003, de 18 noviembre, de protección
III. LA AUTOTUTELA
1. Concepto
2. Antes...
35 Así se expresaba BONET RAMON, Compendio de Derecho civil, tomo IV, Derecho de Fami-
3. ...y después
4. En el entretanto...
37 Vid. también VAQUER ALOY, «La autotutela en el Código civil tras la Ley 41/2003, de 18
sobre la tutela o asistencia (Betreuung) de los enfermos físicos y psíquicos: otro modelo», en
Actualidad Civil, 1999, vol. 2, pág 553.
40 Vid. SIERRA GIL DE LA CUESTA, Las personas mayores en el ámbito del Derecho civil, en
el Libro publicado de las actas de primeras jornadas de Problemas legales sobre tutela, asistencia
y protección a las personas mayores. Publicaciones obra social y cultural Cajasur, Córdoba, 2001,
pág. 92.
REPRESENTACIÓN LEGAL DEL INCAPAZ: TUTELA, CURATELA Y GUARDA DE HECHO 317
que pueden hacer los padres (que contempla el artículo 246) también
las puede hacer el propio tutelado, por analogía legis de tal norma.
Se le aplicarán también las normas sobre remoción y excusas.
Podrá asimismo ser tutor una persona jurídica (artículo 242).
Todo lo dicho respecto al tutor se aplica, en su caso, al curador si
éste es el designado por el interesado.
Los presupuestos objetivos hacen referencia a la capacidad presen-
te y a la incapacidad futura.
La capacidad presente ha sido examinada al tratar de la persona del
tutelado, como presupuesto subjetivo: es la capacidad de obrar plena
y puede ser también la restringida.
La incapacidad futura es, por una parte, la previsión de ser inca-
pacitada judicialmente en el futuro (que dice el artículo 223) y, por
otra, la realidad de que se produzca tal incapacitación. Esta se ha de
producir efectivamente para que despliegue efectos la autotutela pre-
vista por el tutelado: incapacitación total en caso de que haya desig-
nado tutor o incapacitación parcial si ha designado curador.
Los presupuestos formales son especialmente importantes en la
autotutela para que pueda desplegar efectivamente sus efectos, pues
cuando se produce la incapacitación, puede que poco o nada pueda
hacer el discapacitado para que se constituya la tutela que él había
previsto. Tales presupuestos formales hacen referencia a la documen-
tación y a la registración.
Se exige que la autotutela se plasme en documento público nota-
rial, es decir, escritura pública.
A su vez, el notario autorizante, de oficio, comunica la autotutela
otorgada ante el mismo, al Registro civil y en éste, se hace constar en
la inscripción de nacimiento, como nota marginal (artículo 223, se-
gundo párrafo). Como complemento de lo anterior, se ordena que en
todo proceso de incapacitación, el Juez recabe certificación del Regis-
tro civil para comprobar si se ha previsto por el discapacitado una
autotutela.
El contenido de la previsión del posible futuro tutelado es amplio. El
Código civil (artículo 223, último inciso del primer párrafo) lo expresa
con cierta ambigüedad; dispone que podrá adoptar cualquier disposi-
ción relativa a su propia persona o bienes, incluida la designación del
tutor. De lo cual puede distinguirse un contenido positivo y otro nega-
tivo; un contenido relativo a tutela, a curatela y a otras disposiciones.
REPRESENTACIÓN LEGAL DEL INCAPAZ: TUTELA, CURATELA Y GUARDA DE HECHO 319
41 Así la llama M.a Begoña FERNÁNDEZ GONZALEZ, op. cit. pág. 1277.
1. Ejercicio de la tutela
42 Tal como dice SERRANO ALONSO, en su comentario al art. 259, del Comentario del Códi-
go civil, coordinado por SIERRA GIL DE LA CUESTA, Barcelona, editorial Bosch, segunda edi-
ción, 2006, tomo 2, pág. 634.
43 Tal como explica LETE DEL RÍO, al comentar el art. 259, de Comentarios al Código civil
y Compilaciones forales, dirigidas por ALBALADEJO, tomo IV, Madrid, editorial Revista de
Derecho Privado, 1985, pág. 354.
44 Así lo trata HUALDE SÁNCHEZ, al comentar el art. 259 del Comentario del Código civil,
SERRANDO ALONSO, op. cit pág 636 y HUALDE, op. cit pág 773. igualmente, desde un primer
momento lo mantuvo GÓMEZ LAPLAZA en su comentario al art. 260 de Comentarios a las refor-
mas de nacionalidad y tutela, coordinados por AMOROS Y BERCOVITZ, Madrid, Tecnos, 1986,
pág 461.
REPRESENTACIÓN LEGAL DEL INCAPAZ: TUTELA, CURATELA Y GUARDA DE HECHO 323
3. Contenido personal
50 Lo cual no deja de plantear duda, que pone de relieve GÓMEZ LAPLAZA, op.cit págs. 510
4. Contenido patrimonial
sanción en caso de no obtenerse. Ahora basta con hacer una simple enumeración, para no dejar
incompleto este apartado.
52 Tal como dice textualmente M.a Ángeles FERNÁNDEZ GONZÁLEZ-REGUERAL, «El con-
flicto de intereses en la tutela y los medios de protección: estudio del art. 221 del Código civil»,
en Actualidad Civil, 2001, vol 1, pág 389.
53 Así se expresa SERRANDO ALONSO, op. cit pág 580; lo trata con mucho detalle LETE
6. Responsabilidad
7. Retribución
1. Proemio
2. Representación legal
Madrid, Civitas, 1979, reimpresión 1992; trata de la representación legal a partir de la pág. 285
y de la del tutor en la pág. 287 aunque referida a la legislación anterior a la reforma de 24 octu-
bre 1983.
60 También con referencia a la redacción originaria del Código civil, vid. ESCOBAR DE LA
61 Así, por LACRUZ y otros, Elementos de Derecho civil, tomo IV, Derecho de familia, vol. 2.°,
3.a Edición, Barcelona, Bosch, 1989, pág. 319 y su remisión a la pág. 294. igualmente LETE DEL
RÍO, op.cit., pág 369.
Código civil, coordinado por SIERRA GIL DE LA CUESTA, 2.a edición, Barcelona, Boch, 2006,
tomo 2, pág. 590.
REPRESENTACIÓN LEGAL DEL INCAPAZ: TUTELA, CURATELA Y GUARDA DE HECHO 337
5. Actos personalísimos
Los actos personalísimos son aquéllos que sólo pueden ser realiza-
dos por el sujeto y si éste no puede o no quiere, nadie los puede hacer
por él; es decir o los realiza él o no los realiza nadie. En los actos per-
sonalísimos, si el sujeto está incapacitado y sometido a tutela podrá
realizarlos si tiene capacidad natural mental para hacerlo; en ningún
caso puede el representante legal —tutor— realizarlos por él64.
De entre los actos personalísimos, se verán algunos que plantean
problemas y merecen un análisis (los derechos de la personalidad),
otros que es preciso mencionar pero no plantean especiales cuestiones
63 Así lo expresa GIL RODRÍGUEZ al comentar el art. 267, apartado IV, subapartado 4, del
Comentario del Código civil, Madrid, Ministerio de Justicia, 1991, tomo I, pág. 788.
64 O’CALLAGHAN, La tutela. Actos personalísimos, en La protección jurídica del discapacita-
65 Son palabras de BELTRÁN DE HEREDIA Y CASTAÑO, Discurso leído ante la Real Acade-
go civil.
67 Lo explico con detalle, en O’CALLAGHAN, Libertad de expresión y sus límites: honor, inti-
midad e imagen, Madrid, Editorial Revista de Derecho Privado, Madrid, 1991, págs. 141 y ss.
68 Toda la problemática de los derechos de la personalidad en relación con la representación
73 Vid. más ampliamente, Félix M. CALVO VIDAL, El testamento del declarado judicialmente
incapaz: el art. 665 y su reforma por Ley 30/1991, de 20 diciembre, en Homenaje al Pr. Francisco
Javier Serrano García, Universidad de Valladolid, 2004, pág. 159.
REPRESENTACIÓN LEGAL DEL INCAPAZ: TUTELA, CURATELA Y GUARDA DE HECHO 341
nes, cit., pág. 208 y monográficamente, ALBALADEJO, Sustituciones hereditarias, Oviedo, 1956.
75 Lo trata con sumo detalle, Blanca SÁNCHEZ-CALERO, op .cit, a partir de la pág 343.
76 Lo desarrolla también con gran detalle Blanca SÁNCHEZ-CALERO, op .cit, en las págs.
179 a 342, ocupando el largo capítulo IV de su monografía.
REPRESENTACIÓN LEGAL DEL INCAPAZ: TUTELA, CURATELA Y GUARDA DE HECHO 343
dos en casos muy excepcionales, Blanca SÁNCHEZ-CALERO, op .cit., págs. 247 y ss.
REPRESENTACIÓN LEGAL DEL INCAPAZ: TUTELA, CURATELA Y GUARDA DE HECHO 345
78 Todo ello, tal como expongo en O’CALLAGHAN, Compendio de Derecho civil, tomo I, Parte
2. Autorizaciones judiciales
79 Así lo digo al comienzo del comentario al art. 271 en O’CALLAGHAN, Código civil comen-
tario al art. 271, en Comentarios al Código civil y Compilaciones forales, dirigidas por ALBALADE-
JO y DÍAZ ALABART, tomo IV, Madrid, Editorial Revista de Derecho Privado, 1985, pág. 392.
81 SERRANO ALONSO, al comentar el art. 271, en Comentario del Código civil, coordinado por
SIERRA GIL DE LA CUESTA, 2.a edición, editorial Bosch, Barcelona, 2006, tomo 2, pág. 651.
82 Como hace LETE DEL RÍO, en op .cit., pág 393.
REPRESENTACIÓN LEGAL DEL INCAPAZ: TUTELA, CURATELA Y GUARDA DE HECHO 349
del acto que realiza una persona —como el representante legal— sin la
capacidad necesaria para ello, por faltarle el complemento de capaci-
dad consistente en la autorización judicial, con la situación semejante,
que produce igualmente la anulabilidad, del incapacitado parcial suje-
to a curatela que realiza un negocio jurídico que precisa la intervención
del curador sin ella (artículo 293 del Código civil) o al que realiza el
tutor sin autorización judicial (artículo 271, que tampoco concreta la
sanción). Es decir, aunque las semejanzas nunca son idénticas, el
representante legal no actúa sin representación, ya que la tiene por ley;
actúa sin autorización judicial, complemento de su actuación jurídica
que le falta; esta ausencia produce que el negocio jurídico que realiza
esté falto de la capacidad completa; lo cual da lugar a la anulabilidad».
83 Que trata con mucho detalle GARCÍA CANTERO, «Causas extintivas de la tutela», en Actua-
85 Vid. ROGEL VIDE, La guarda de hecho, Madrid, 1986, y ELVIRA ALFONSO RODRÍGUEZ,
La guarda de hecho: su relación con otros institutos jurídicos de protección de menores, en Act.
Civ., 1995, vol. 2, pág. 317. Más recientemente, HEREMA PUENTE y FÁBREGA RUlZ, La guar-
da de hecho como mecanismo protector de los incapaces, en La Ley, núm. 4497, de 11 de marzo
de 1998; NÚÑEZ MUÑIZ, La guarda de hecho, en R.D.P., 1999, pág. 428. Inmaculada BUSTOS
VALDIVIA, El guardador de hecho ante los actos dañosos producidos por su guardado, en Home-
naje al Pr. Bernardo Moreno Quesada, Almería, 2000, vol I, pág. 273.
REPRESENTACIÓN LEGAL DEL INCAPAZ: TUTELA, CURATELA Y GUARDA DE HECHO 357
dor (supuesto del art. 299 bis) que podrá serlo el propio guardador de
hecho, si es persona idónea para el cargo, que cuidará de los bienes, y
el Ministerio Fiscal asumirá su representación y defensa (art. 299 bis).
Por tanto, lo que es importante destacar es que la regulación de la
guarda de hecho es esencialmente a posteriori. Prevé que existe y re-
gula lo que ha sucedido: informe sobre la persona y bienes, medidas
de control y vigilancia (art. 303), validez de ciertos actos (art. 304) y
posibilidad de indemnización de daños y perjuicios (art. 306). Pero no
regula la institución hacia el futuro, pues este futuro del menor o
incapacitado no queda bajo el cuidado del guardador, sino del tutor
que deberá ser nombrado, y hasta que lo sea, de un administrador y
del Fiscal (art. 299 bis).
2. Ejercicio
3. Efectos
VIII. LA CURATELA
86 Vid. GARCÍA CANTERO, Notas sobre la curatela, en RD.P., 1984, pág. 783, y MORENO
QUESADA, El curador, el defensor judicial y el guardador de hecho, en RD.P., 1985, pág. 307.
87 Trata con enorme detalle de la curatela en general y de las personas sometidas a ella en
3. Constitución de la curatela
4. Ejercicio de la curatela
5. Extinción
El internamiento involuntario
I. INTRODUCCIÓN
de que se realice con las máximas garantías por tratarse de un menor de edad, se somete a la
autorización judicial previa y a las reglas del artículo 211 del Código Civil, con informe precep-
tivo del Ministerio Fiscal, equiparando, a estos efectos, el menor al presunto incapaz y no con-
siderando válido el consentimiento de sus padres para que el internamiento se considere volun-
tario, excepción hecha del internamiento de urgencia», aunque no tuvo una correcta traslación
a la parte dispositiva de la Ley, por cuanto no se reguló expresamente esa intervención precep-
tiva del Ministerio Fiscal, a no ser por la aplicación de lo dispuesto en los artículos 1811 y
siguientes de la LEC, sobre Jurisdicción Voluntaria (procedimiento al que debía remitirse el
artículo 211 según el Tribunal Constitucional (STC 129/99, de 5 de julio); y porque la autoriza-
ción judicial sería necesaria tanto en los supuestos de internamiento involuntario urgente como
ordinario.
derecho a interponer recurso ante el Tribunal, debiendo resolver éste en un plazo breve sobre la
legalidad de la detención y acordar su libertad si la detención fuera ilegal.
5 La Ley 9/1998, de 15 de julio, del Código de Familia de Cataluña prevé en su artículo 255.3
que en el caso de que se pretendan aplicar tratamientos médicos que puedan poder en peligro
la vida o la integridad física o psíquica de la persona afectada por el internamiento se deberá
solicitar previa autorización judicial.
6 A los efectos del procedimiento de habeas corpus se consideran ilegalmente detenidas las
zation of adults». En ISSUES in Forensic Psychiatry, Am. Psych. Press, Washington, 1984, 53-54.
9 Consideran que el artículo 763 LEC no es aplicable en estos casos, Sancho Gargallo, Gar-
2. Naturaleza
12 «Los actos realizados por el guardador de hecho en interés del menor o presunto incapaz
3. Competencia
en Barcelona, tres en Madrid, y uno en Málaga, San Sebastián, Valencia y Zaragoza. Ascienden
a 21 los Juzgados especializados en Familia e Incapacidades.
EL INTERNAMIENTO INVOLUNTARIO 385
5. Legitimación
14 Lo estarán los guardadores, los vecinos y conocidos de la persona que padece los trastor-
nos psíquicos, y también los Servicios Sociales que actúan en la población en donde reside o en
el barrio de la ciudad en donde se halla su domicilio, quienes deben comunicar al Juzgado la
situación crítica en que se pueda hallar esta persona, aún cuando teniendo familiares éstos no
lleven a cabo ninguna actuación al respecto.
EL INTERNAMIENTO INVOLUNTARIO 387
B) Internamiento urgente
6. El procedimiento
15 Los Institutos de Medicina Legal son órganos técnicos, cuya misión es auxiliar a los Juz-
gados, Tribunales, Fiscalías y Oficinas del Registro Civil mediante la práctica de pruebas peri-
ciales médicas, tanto tanatológicas como clínicas y de laboratorio, así como realizar actividades
de docencia e investigación relacionadas con la medicina forense, de conformidad a lo dispues-
to en el artículo 1 de su Reglamento aprobado por Real Decreto 386/1996, de 1 de marzo.
16 El art. 255.2 in fine de la Ley 9/1988, de 15 de julio, del Código de Familia de Catalunya,
I. INTRODUCCIÓN
involuntario y su regulación legal es una refundición del estudio que de los mismos realizó
FERREIRÓS MARCOS, Carlos Eloy en su trabajo inédito sobre «El tratamiento ambulatorio invo-
luntario: problemas legales y prácticos», cuyo contenido fue objeto de una ponencia en las Jorna-
das celebradas en el Centro de Estudios Jurídicos de la Administración de Justicia los días 16, 17 y
18 de marzo de 2005, así como de la exposición sobre los motivos a favor y en contra de la medi-
da expuestos por José Luis TERREROS CHACÓN, magistrado de lo contencioso-administrativo
Audiencia Nacional, en la comparecencia de 2 de marzo de 2005 en el Congreso de los Diputados,
con ocasión del informe sobre la proposición de ley de modificación de la Ley de Enjuiciamiento
Civil para regular los tratamientos no voluntarios de las personas con trastornos psíquicos.
EL TRATAMIENTO AMBULATORIO INVOLUNTARIO 401
VIII Legislatura Núm 206 y 209, Sesiones núm 37 de 05/10/2004, y núm 11 y 12 días 1 y 2 de
marzo 2005.
3 ADEMM Usuaris de Salut Mental de Catalunya, debate de la Jornada sobre Reforma Legis-
brero de 2004.
7 Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados número 37 de 05/10/2004.
EL TRATAMIENTO AMBULATORIO INVOLUNTARIO 405
8 ELÓSEGUI SOTOS, Aurora. Curso sobre Derecho de Familia y Tulela impartido en octubre
Siguiendo el estudio que sobre este punto realizó Carlos Eloy Fe-
rreirós11, ha de indicarse que el principio rector por excelencia del
tratamiento ambulatorio es el del interés del enfermo, interés que ha
de cumplimentarse desde un punto de vista objetivo y subjetivo:
I. Valoración objetiva de la bondad del tratamiento, que debe de
concretarse en la consecución de los siguientes objetivos:
a) La medida debe ser respetuosa con los derechos humanos. El
principio fundamental es el respeto por la dignidad de cada
persona como ser humano. En el presente caso, los derechos
afectados son de singular relevancia: el derecho a la integri-
dad física del artículo 15 CE, el derecho a la salud del artícu-
lo 43 CE y el derecho al tratamiento y protección de los dis-
minuidos psíquicos del artículo 49 del mismo texto legal,
siendo necesaria la comprobación de si la restricción del dere-
cho fundamental reúne los requisitos que configuran su pro-
tección constitucional. Las limitaciones que se establezcan no
pueden obstruir el derecho más allá de lo razonable y, en todo
caso, respetar su contenido esencial, si tal derecho aún puede
ejercerse.
b) La medida debe ser flexible y proporcionada. Las medidas de
protección de los intereses personales del adulto incapaz serán
suficientes, en amplitud o flexibilidad, para permitir una res-
puesta legal adecuada a los diferentes grados de incapacidad y
a las situaciones que puedan presentarse.
c) El tratamiento debe en todo caso, ser administrado para el be-
neficio directo del paciente, tendente a una mejora objetiva de
su calidad de vida. Debe ser aplicado respondiendo a una sin-
tomatología clínica reconocida, tener propósito terapéutico y
ser susceptible de conllevar un beneficio clínico real y no sólo
un efecto sobre la situación administrativa, penal familiar u
otra situación en que pueda verse inmerso el paciente.
II. Valoración subjetiva de la bondad del tratamiento. Tratándose
de una medida impuesta al paciente, habrá de tenerse en cuenta la
concurrencia de todos los elementos que contribuyen a la consecución
Asamblea General en 1996 y actualizada en Yokohama en 2002. «Si el paciente estuviere inca-
pacitado o hubiere perdido su capacidad de juicio a causa de un trastorno mental, el psiquiatra
deberá consultar con su familia y, si fuere necesario, buscar consejo jurídico, con el objeto de
salvaguardar la dignidad humana y los derechos legales del paciente. No se debe llevar a cabo
ningún tratamiento en contra de la voluntad del paciente, salvo que esto fuera necesario para
salvaguardar su bienestar o el de sus allegados. El tratamiento deberá ser realizado de acuerdo
con el mejor interés de3l paciente y el espíritu de esta declaración».
13 NEW YORK STATE OFFICE OF MENTAL HEALTH. Kendra´s Law. Final Report on the
tario…
15 Artículo 28 del Convenio de Oviedo: «Las partes (…) se encargarán de que las cuestiones fun-
damentales planteadas por los avances de la biología y la medicina sean objeto de un debate públi-
co apropiado, a la luz, en particular, de las implicaciones médicas, sociales, económicas, éticas y
jurídicas pertinentes, y de que sus posibles aplicaciones sean objeto de consultas apropiadas».
Universidad Complutense de Madrid, 26 de octubre 2002 sobre «La ley básica y las instruccio-
nes previas».
EL TRATAMIENTO AMBULATORIO INVOLUNTARIO 429
nada 2003.
20 LÓPEZ-MORA GONZÁLEZ, Nuria. Estudios de Derecho Judicial, n.° 26, Madrid 2000. En
24 ELÓSEGUI SOTOS, Aurora. «Informe-Ponencia para el Taller de Bilbao junio 2003». Pu-
TARIO.
TIPOLOGÍA DE PACIENTES
CONDICIONES IMPRESCINDIBLES (Siempre presentes).
1. Diagnóstico de Psicosis
2. Riesgo elevado y demostrado para sí mismo o terceras personas
3. Hospitalizaciones reiteradas por abandonos de medicación
4. Existencia de respuesta eficaz, comprobada en cada caso, al tratamiento farmacológico.
CONDICIONES NECESARIAS
1. Posibilidades de rehabilitación
2. Medio social inexistente o poco contenedor
INFORME AL JUZGADO
El informe lo realizará el médico que inicie el proceso, independientemente de la estructura
en que esté ubicado.
Contendrá información clínica del paciente, incluyendo datos sobre anteriores ingresos
secundarios a abandono de medicación, buena respuesta a fármacos comprobada, plan tera-
péutico a seguir, objetivos a conseguir y recursos que se van a emplear en su seguimiento (CSM,
centro de día, hospital de día, etc.).
Se expondrán de manera razonada las justificaciones de dicha medida, incluyendo ventajas
y desventajas.
EL TRATAMIENTO AMBULATORIO INVOLUNTARIO 435
27 Comparecencia el 2 de marzo de 2005. sesión núm. 12. Diario de sesiones del Congreso de
OMS.
30 OMS, Informe sobre la salud en el mundo; salud mental: nuevos conocimientos, nuevas espe-
ranzas. 2001.
la enorme carga mundial de morbilidad relacionada con los trastornos mentales, la Organiza-
ción Mundial de la Salud (OMS) ha creado el primer foro mundial sobre servicios de rehabili-
tación psicosocial basados en la comunidad. Estos servicios de rehabilitación representan una
alternativa a los hospitales psiquiátricos y tienen por objetivo proporcionar a las personas con
trastornos mentales graves atención local, en particular farmacoterapia, apoyo psicológico y
actividades de rehabilitación. Los servicios pueden consistir en apartamentos protegidos donde
los pacientes puedan residir, y oportunidades para que trabajen. Se calcula que en el mundo hay
unos 450 millones de personas con trastornos mentales. La OMS invita a escribir a la Organi-
zación acerca de proyectos de rehabilitación psicosocial basados en la comunidad, tanto si han
tenido éxito como si han fracasado. Durante la primera fase de este foro, que durará hasta el 30
de septiembre de 2005, la OMS invita a los particulares, a las familias, a los miembros de las
organizaciones profesionales, sanitarias y no gubernamentales, y a los profesionales y respon-
sables de la salud mental de todo el mundo a que cuenten sus experiencias. «Se trata de un enfo-
que innovador para descubrir qué es lo que funciona y lo que no en la rehabilitación psicosocial
basada en la comunidad», ha dicho Benedetto Saraceno, director del Departamento de Salud
Mental y Abuso de Sustancias de la OMS. «Es importante que los pacientes, sus familias y los
trabajadores del sector de la salud mental, quienes tienen una experiencia de primera mano, den
a conocer los éxitos y cómo se puede mejorar».
EL TRATAMIENTO AMBULATORIO INVOLUNTARIO 443
sona que se ve afectada por este tipo de medidas, y que de forma ine-
vitable supone una restricción temporal de sus derechos, provocando
según las razones de urgencia que pueden concurrir en el caso con-
creto, una auténtica detención, en la que el principio de legalidad debe
salvaguardar la racionalidad y la proporción de la medida.
En el estudio que de la jurisprudencia de este tribunal realizó Car-
los Eloy Ferreirós Marcos32, se destaca la enorme importancia de la
función judicial en orden al despliegue de las garantías imprescindi-
bles para este tipo de casos, concretando los siguientes puntos:
• Que la persona afectada debe tener acceso al Juzgado y la opor-
tunidad de ser oída bien en persona o, si fuera necesario, a través de
alguna forma de representación. La enfermedad mental puede res-
tringir o modificar la forma de ejercicio pero no puede justificar que
se dañe al núcleo esencial del derecho. Es necesario establecer garan-
tías procesales para proteger los intereses de las personas que, debi-
do a su situación de desorden mental, no están plenamente capacita-
das para actuar por sí mismas (caso Winterwerp, caso Megyeri contra
Alemania).
• La naturaleza de este tipo de detención exige la existencia de
recursos sobre su legalidad a intervalos razonables dado que las razo-
nes que inicialmente garantizaban el confinamiento de esta clase pue-
den dejar de existir (X contra Reino Unido, Luberti, caso Megyeri
contra Alemania, caso Herczegfalvy contra Austria, caso Silva Rocha
contra Portugal).
• La revisión judicial debe ser lo suficientemente amplia para per-
mitir examinar si el desorden del paciente persiste y si el confina-
miento es necesario, es decir, debe abarcar la esencia de lo que el Con-
venio denomina «conformidad a Derecho» de la detención, que no
puede quedar a la simple discrecionalidad administrativa. (caso X
contra el Reino Unido). Para determinar si un procedimiento dispone
de las suficientes garantías, hay que tener en cuenta la especial natu-
raleza de las circunstancias en que se desarrolló. Dicho de otra mane-
ra, las garantías deben ser adecuadas a la clase de privación de liber-
tad de que se trate (caso Wassink, caso Megyeri).
• El procedimiento de habeas corpus puede ser adecuado para
medidas de urgencia que implican internamientos de corta duración,
ticos. Post scriptum. pág. 98 y 99. STEDH de 12/05/1992, EDE 92/13837, STEDH de 23/02/1984,
EDE 84/6849, STEDH de 24/09/1992, EDE 13846, STEDH de 15/11/1996, EDE 96/12143,
STEDH de 27/09/1990, EDE 90/12373 y STEDH de 29/08/1990, EDE 90/12368.
pero dado que tales medidas pueden ser conformes a Derecho inclu-
so cuando no atienden a las garantías usuales como un examen médi-
co previo y que la Autoridad que las acuerda debe tener un amplio
margen de discrecionalidad, ello inevitablemente significa que el
papel del juzgado puede ser reducido. La revisión que es posible ejer-
citar ante los tribunales mediante procedimientos de habeas corpus
alcanza únicamente a la conformidad del ejercicio de la potestad dis-
crecional con los elementos reglados establecidos en la norma y una
revisión judicial tan limitada no es admisible con relación a un inter-
namiento continuado (caso X contra Reino Unido).
• El recurso debe resolverse rápidamente (en breve plazo), lo que
implica que no pueden existir excesivo retraso (caso Luberti) y que si
no existen razones que lo justifiquen existirá violación del Convenio
(caso van der Leer). El Convenio requiere que los Estados contratan-
tes organicen sus sistemas legales de tal forma que sean capaces de
cumplir sus requerimientos, por lo que incumbe a la Autoridad judi-
cial hacer los ajustes necesarios, incluso durante un período vacacio-
nal, para asegurar que los asuntos urgentes serán resueltos con rapi-
dez y esto es particularmente necesario cuando la libertad personal
está en juego (caso E contra Noruega).
Regueral.
34 STC núm. 120/1990 (Pleno), de 27 de junio. RTC 1990/120, de la que fue ponente D. Euge-
nio Díaz Eimil. El derecho fundamental a la libertad personal y a la seguridad no protege la liber-
tad de rechazar tratamientos terapéuticos como manifestación de la libre autodeterminación de
la persona, procediendo la asistencia médica obligatoria a reclusos es huelga de hambre.
35 STC núm. 137/1990 (Pleno), de 19 de julio. RTC 1990/137, de la que fue ponente D. Jesús
Leguina Villa (el cual formuló, como en la anterior sentencia 120 del mismo año, voto particu-
lar). Sienta la misma doctrina que la anterior, al reconocer la obligación de la Administración
de velar por la vida y la salud de los internos, cuyo derecho de libertad de decisión no incluye el
derecho a la propia muerte.
EL TRATAMIENTO AMBULATORIO INVOLUNTARIO 447
36 STS de 12 de enero de 2001 (RJ 2001, 3): «…sí incumbe la carga de la prueba al médico…
En primer lugar, es uniforme y constante la doctrina jurisprudencial de este tribunal, relativa a que
el artículo 1214 del Código Civil no contiene norma valorativa de la prueba y sólo puede ser consi-
derada su infracción en el recurso de casación, si el juzgador de instancia hubiere alterado indebi-
damente el onus probandi, pero no cuando el tribunal de instancia ha valorado y apreciado la prue-
ba existente, con independencia de que parte ha producido su aportación a los autos. Ha sido muy
copiosa la doctrina jurisprudencial que ha recogido que el referido art. 1214 no contiene una norma
de valoración de prueba y sólo puede ser citado como infringido en casación por la indebida alte-
ración de las reglas de la carga probatoria, o sea al actor corresponde la de acreditar los hechos nor-
malmente constitutivos de su pretensión y al demandado los extintivos e impeditivos…»
37 STS de 24 de mayo de 1995 (RJ 1995, 4262): «… deontológica y legalmente, todo facultativo
de la medicina, …debe saber la obligación que tiene de informar de manera cumplida al enfermo
acerca de los posibles efectos y consecuencias de cualquier intervención quirúrgica. Y de obtener su
consentimiento al efecto, a excepción de presentarse un supuesto de urgencia que haga peligrar la
vida del paciente o pudiera causarle graves lesiones de carácter irreversible…»
38 STS de 26 de julio de 1999 (RJ 1999, 7845): «…aplicación del art. 200 CC…ya que el precep-
I. INTRODUCCIÓN
4. La reforma de 1983
Penal Español», en Estudios jurídicos en honor del Prof. Octavio Pérez Vitoria. Barcelona 1983.
4 DE TOLEDO Y UBIETO, O.: «La reforma del consentimiento en las lesiones», Comentarios
sulta 3/1985.
Ley 1988.
LA ESTERILIZACIÓN DE INCAPACITADOS: REGULACIÓN Y CRITERIOS… 461
1. Esterilización consentida
8 LETE DEL RÍO, J. M. L.: «La esterilización del deficiente psíquico» en Actualidad Civil, n.°
4, 2002, pag. 7.
9 SAINZ DE ROBLES, F.: «Los deficientes mentales ante la Ley», en La deficiencia mental.
Aspectos médicos, humanos, legales y éticos, ad. J.Yafo, Madrid 1992, pág. 196.
LA ESTERILIZACIÓN DE INCAPACITADOS: REGULACIÓN Y CRITERIOS… 465
11 Ver al respecto FERNÁNDEZ LÓPEZ, J. M.: «La Autorización judicial para la esteriliza-
ción de incapacitados. Factores legales y razón teleológica de la norma». En Actualidad Civil, n.°
23, 1993.
LA ESTERILIZACIÓN DE INCAPACITADOS: REGULACIÓN Y CRITERIOS… 467
12 FJ. 2.°.
13 FJ. 3.°.
14 FJ. 3.°.
15 FJ. 4.°.
16 FJ. 5.°.
17 LEY ORGÁNICA 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal. BOE n.° 281.
LA ESTERILIZACIÓN DE INCAPACITADOS: REGULACIÓN Y CRITERIOS… 469
18 LETE DEL RÍO, J. M. I.: «La esterilización del deficiente psíquico», cit., pag. 10.
19 Ver al respecto, FERNÁNDEZ LÓPEZ, J. M. obra cit. Supra 11.«La autorización judicial
para la esterilización de incapacitados. Factores legales y razón teleológica de la norma», en
Actualidad Civil, n.° 23, 13-6-1993, pág. 375 y ss.
LA ESTERILIZACIÓN DE INCAPACITADOS: REGULACIÓN Y CRITERIOS… 471
24 Esta parece ser la opinión de Juanes Peces. Ver «La esterilización de deficientes mentales:
aspectos sustantivos y procesales. Análisis del art. 428 CP». Revista La Ley n.° 2.756, 31-5-91.
25 BACIGALUPO, E.: en «El consentimiento en los delitos contra la vida y la integridad físi-
ma del art. 428 CP». Boletín de Información del Ministerio de Justicia 1581 de 15 de noviembre
de 1990.
38 ILLESCAS RUS, A. V.: obra citada.
39 Circular de la Fiscalía General del Estado de fecha 31 de enero de 1991 al resolver la con-
sulta 1/1991.
40 Disposición derogatoria única, 1.1.a Ley 1/200, de 7 de enero, de Enjuiciamiento Civil.
LA ESTERILIZACIÓN DE INCAPACITADOS: REGULACIÓN Y CRITERIOS… 483
A) Planteamiento
B) Conceptos básicos
Imputabilidad e inimputabilidad
La enajenación inadvertida
La enajenación sobrevenida
1 Esta obra, escrita por Juan Carlos RÍOS MARTÍN y Pedro José CABRERA CABRERA publi-
cada por la Universidad Pontificia de Comillas se basa en las contestaciones dadas por cientos
de presos a una encuesta que les fue facilitada.
Elementos favorables
— De carácter social
— Jurídicos
Dificultades
— De carácter jurídico-procesal
— Recursos materiales
— Coordinación inter-institucional
— Otras
A) Planteamiento
Parece que todo está resuelto pero, no nos engañemos, esta solu-
ción sirve para la adopción a posteriori de cualquier medida de
seguridad no privativa de libertad, pero no sirve para el interna-
miento que, como ya hemos examinado, está rodeado de especiales
garantías.
Repárese en que el art. 105 establece que, desde un principio o
durante la ejecución de la sentencia el Juez o Tribunal, en los casos
previstos en los arts. 101 a 104 podrá acordar razonadamente la impo-
sición de la observancia de «una o varias de las siguientes medidas».
Pues bien, en el amplio listado de medidas que contempla el art. 105
del C. Penal no se encuentra la medida de internamiento.
EL DISCAPACITADO AUTOR Y VÍCTIMA DE DELITOS 511
D) Otros supuestos
El texto parece dar por bueno que toda infracción ha de dar lugar
a un procedimiento penal.
Creo que merece la pena insistir en buscar una relación Discapa-
cidad-Fuerzas de Seguridad en clave de auxilio y protección.
Se me ocurre que una buena idea es que las Asociaciones o los
padres que tienen hijos discapacitados intelectuales o que sufren tras-
tornos mentales y que gozan de amplia autonomía, (lo que les permi-
te salir solos a la calle, viajar, relacionarse, etc…), den cuenta de este
hecho a las Fuerzas de Seguridad para que, en caso de intervención,
sepan a que atenerse y, en la medida de lo posible, orienten su función
al plano meramente protector.
Esto puede hacerse con un alcance territorial muy diverso: A nivel lo-
cal, provincial o de todo el Estado; En este caso ello conllevaría a la cre-
ación de un Registro Estatal reservado para las Fuerzas de Seguridad.
Creo que, en principio, bastaría con el nivel local. Normalmente
los discapacitados se desenvuelven dentro de los límites de su ciudad.
Sé que lo que propongo es delicado y plantea problemas de diver-
sa índole.
Se puede decir que afecta a la intimidad del discapacitado. Frente a
ello se puede objetar que la petición puede partir del propio discapaci-
tado o de sus familiares o allegados, con el consentimiento de aquél.
Algunos ludópatas cursan instrucciones para que se les impida
entrar en establecimientos de juego en atención a su padecimiento.
No veo por qué algunos discapacitados o enfermos mentales no
pueden cursar instrucciones a las Fuerzas de Seguridad para el caso
de que, en un momento dado y como consecuencia de su padeci-
miento, requieran una ayuda especial.
Soy consciente de que este modo de plantear las cosas exige un
cambio profundo de mentalidad y de hábitos, tanto por parte de las
Fuerzas de Seguridad, como por parte de los Jueces, Fiscales, Profe-
sionales del Derecho y de los propios familiares u allegados de disca-
pacitados y enfermos mentales.
Habría de empezar por desterrar algunos mitos que no son verdad.
Así, suele afirmarse con una contundencia que me asombra lo si-
guiente:
«Toda persona mayor de edad que no se encuentre judicialmente
incapacitada goza de capacidad plena».
A) Planteamiento
B) Regulación
A) Planteamiento
B) Regulación básica
CAPÍTULO I.
ÁMBITO DE APLICACIÓN
Artículo 795.
1. Sin perjuicio de lo establecido para los demás procesos especiales,
el procedimiento regulado en este Título se aplicará a la instrucción y al
enjuiciamiento de delitos castigados con pena privativa de libertad que
no exceda de cinco años, o con cualesquiera otras penas, bien sean úni-
cas, conjuntas o alternativas, cuya duración no exceda de diez años,
cualquiera que sea su cuantía, siempre que el proceso penal se incoe en
virtud de un atestado policial y que la Policía Judicial haya detenido a
una persona y la haya puesto a disposición del Juzgado de guardia o
que, aun sin detenerla, la haya citado para comparecer ante el Juzgado
de guardia por tener la calidad de denunciado en el atestado policial y,
además, concurra cualquiera de las circunstancias siguientes:
a) Que se trate de delitos flagrantes.
b) Que se trate de alguno de los siguientes delitos:
EL DISCAPACITADO AUTOR Y VÍCTIMA DE DELITOS 525
C) Precauciones
1. Planteamiento
2. Los discapacitados
Los delitos de los que son más frecuentemente víctimas son los
siguientes:
Agresiones y abusos sexuales.
Lesiones y malos tratos.
En ambos casos, en ocasiones, por personas de su propio entorno
familiar o social.
Normalmente sólo trascienden los casos más graves.
En caso de agresiones y abusos sexuales el Fiscal deberá valorar la
conveniencia o no de denunciar e impulsar el proceso en función de
las pruebas de que disponga y de la protección de la persona desvali-
da a quien, soportar el peso del proceso, puede afectar muy negativa-
mente. (art. 191 del Código Penal).
Es ésta una de las decisiones más difíciles de tomar para los Fisca-
les quienes, no pocas veces, se ven atrapados entre el deseo de perse-
guir el delito y el de preservar a la víctima de males añadidos.
EL DISCAPACITADO AUTOR Y VÍCTIMA DE DELITOS 529
IV. ANEXO
REUNIDOS
De una parte, el Ilmo. Sr. Comisario Jefe Provincial de la Comisa-
ría Provincial de Córdoba, D. Federico Cabello de Alba Hernández, en
nombre y representación de la misma.
Y de otra, Dña Ángela Amate Romero, Delegada Provincial de la
Confederación Andaluza de Organizaciones a favor de las personas
con discapacidad intelectual (en adelante FEAPS ANDALUCÍA), ins-
crita en el Registro de Entidades, Servicios y Centros de Servicios
Sociales con el n.° 1107, con domicilio en Avda. Alcalde Luis Uruñue-
la, edificio Levante 1, CP 41020 Sevilla y C.I.F. G- 29059516, en uso de
las facultades que tiene atribuidas en virtud de los Estatutos de dicha
Entidad.
Actuando en ejercicio de sus respectivos cargos y en la representa-
ción que ostentan, reconociéndose recíprocamente la capacidad de
otorgar el presente convenio, y a tal fin
EXPONEN
PRIMERO: Que Feaps Andalucía es una Entidad sin ánimo de
lucro que representa a la mayoría de las organizaciones a favor de las
personas con discapacidad intelectual en nuestra Comunidad Autó-
LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD
536 FERNANDO SANTOS URBANEJA
CLÁUSULAS
PRIMERA: OBJETO: El presente Convenio tiene por finalidad, la
adopción de medidas alternativas al internamiento en prisión de aque-
llas personas con discapacidad intelectual detenidas por la comisión de
un delito, informando y orientando a las autoridades, sobre la condi-
ción de discapacidad intelectual de la persona detenida, para que pue-
dan adoptarse medidas adecuadas de rehabilitación o inclusión social.
EL DISCAPACITADO AUTOR Y VÍCTIMA DE DELITOS 537
REUNIDOS
De una parte, la Excma. Sra. D.a Micaela Navarro Garzón, Conse-
jera para la Igualdad y Bienestar Social de la Junta de Andalucía, en
uso de las facultades que tiene atribuidas por el Decreto 205/2004, de
11 de mayo, por el que se establece la estructura orgánica de la Con-
sejería para la Igualdad y Bienestar Social
Y de otra, D. Blas García Ruiz, Presidente de la Confederación An-
daluza de Organizaciones a favor de las Personas con Discapacidad
EL DISCAPACITADO AUTOR Y VÍCTIMA DE DELITOS 539
EXPONEN
PRIMERO. Que la Constitución Española establece como uno de
los principios rectores de la política social la realización de una polí-
tica de previsión, tratamiento, rehabilitación e integración de los dis-
minuidos debiendo los poderes públicos prestarles la atención espe-
cializada que requieren y amparar especialmente el disfrute de sus
derechos como ciudadanos (artículo 49).
SEGUNDO. Que la Ley 1/1999, de 31 de marzo, de Atención a las
Personas con Discapacidad en Andalucía en su artículo 36 «Atención
en supuestos de penas de privación de libertad» establece que se aten-
derá a las personas con minusvalía psíquica que se ven obligadas a
cumplir pena de privación de libertad en centros penitenciarios, pro-
moviendo, además, programas sociales que posibiliten a lo jueces y
tribunales adoptarlos como medidas sustitutivas. Para ello los servi-
cios sociales se coordinarán con la administración competente en ins-
tituciones penitenciarias y con el poder judicial.
Por otra parte, el artículo 3 establece que la iniciativa privada
podrá colaborar con los poderes públicos en la prestación de servicios
en el marco de la legislación vigente. Siendo requisito indispensable
para recibir financiación de los poderes públicos que las actuaciones
privadas se adecuen a las líneas y exigencias de la planificación sec-
torial que se establezca por parte de las Administraciones Públicas.
TERCERO. Que el Plan de Acción Integral para las personas con
discapacidad en Andalucía 2003-2006, aprobado por Acuerdo del
Consejo de Gobierno de 2 de diciembre de 2003, incluye la atención
de personas con discapacidad intelectual en supuestos de pena de pri-
vación de libertad concretándose en módulos de atención ocupacio-
nal que permitan las salidas terapéuticas de los internos en centros
penitenciarios, la preparación de su posible salida del centro peniten-
ciario o el cumplimiento de medidas de seguridad no privativas de
libertad, así como la atención en residencias o viviendas tuteladas
LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD
540 FERNANDO SANTOS URBANEJA
ESTIPULACIONES
PRIMERA: OBJETO
El presente convenio tiene por finalidad subvencionar los gastos
del Programa de atención a personas con discapacidad intelectual
afectadas por el régimen penitenciario, es decir, los gastos de las
actividades programadas en centros ocupacionales para personas
con Discapacidad Intelectual que se encuentran cumpliendo conde-
na en Centros Penitenciarios Andaluces y disfruten de salidas tera-
péuticas, permisos penitenciarios o que deban cumplir medidas de
seguridad no privativas de libertad, así como los gastos derivados
del cumplimiento de medidas de seguridad privativas de libertad o
la atención a exreclusos en residencias para personas con discapa-
cidad intelectual, según detalle económico descrito en la Estipula-
ción Novena.
SEGUNDA: FINANCIACIÓN
En orden a la consecución de la finalidad del presente convenio, la
Consejería para la Igualdad y Bienestar Social se compromete a apor-
tar, con carácter de subvención la cantidad de NOVENTA Y NUEVE
MIL NOVECIENTOS CINCUENTA EUROS (99.950,20 €), financiada
con cargo a la aplicación presupuestaria 0.1.21.00.01.00.488.00.31C
cuyo pago se realizará de una sola vez tras la firma de conformidad
con lo establecido en el artículo 20.9 de la Ley 17/2003, de 29 de
diciembre del Presupuesto de la Comunidad Autónoma de Andalucía
para el año 2004.
EL DISCAPACITADO AUTOR Y VÍCTIMA DE DELITOS 541
I. GENERALIDADES
Todos los actos jurídicos deben reunir una serie de requisitos esen-
ciales para que puedan producir los efectos que el ordenamiento les
LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD
548 FRANCISCO BUENO ARÚS
5. Tratamiento penitenciario
A) Generalidades
1 Una información para terminar esta parte del trabajo. En lo que se refiere a la deno-
1. Medidas aplicables
Según el artículo 101.1 del CP, «al sujeto que sea declarado exento
de responsabilidad criminal conforme al número 1.° del artículo 20, se
le podrá aplicar, si fuere necesaria, la medida de internamiento para tra-
tamiento médico o educación especial en un establecimiento adecuado
al tipo de anomalía o alteración psíquica que se aprecie, o cualquier otra
de las medidas previstas en el apartado 3 del artículo 96…» El interna-
miento no podrá exceder del tiempo que habría durado la pena pri-
vativa de libertad si el sujeto hubiera sido responsable (recuérdese la
crítica formulada más arriba a esta regla, a propósito del artículo 6.2
del CP). El sujeto no podrá abandonar el establecimiento sin autori-
zación del Juez o Tribunal sentenciador (en las condiciones del artícu-
lo 97 del CP). (La nota número 2 en la página 574 rechaza las obje-
ciones de la doctrina a esta restricción de la libertad del sentenciado).
El artículo 104 del CP se refiere a los supuestos de eximente
incompleta, en relación con los números 1.°, 2.° y 3.° del artículo 20;
en tales casos, procede aplicar la pena correspondiente al delito (ate-
nuada), pero facultativamente el Juez o Tribunal podrá aplicar tam-
bién la medida de internamiento prevista en los correspondientes
artículos 101, 102 y 103. Si se hace así, se repite el conocido límite y
la medida de internamiento no podrá exceder de la duración de la
correspondiente pena privativa de libertad, regirá el sistema vicarial
(art. 99) y el Tribunal comunicará con suficiente antelación al Minis-
terio Fiscal la proximidad del vencimiento de la medida a efectos de
lo establecido en la disposición adicional primera del Código, esto es,
instar de aquél la declaración de incapacidad del justiciable ante la
jurisdicción civil.
relieve, como han hecho algunos Jueces de Vigilancia, que, en el ámbito de la ejecución de
las penas, el principio de humanidad debe prevalecer sobre el principio de legalidad. Esta es
una doctrina peligrosa, y además superflua, porque basta una pequeña reforma legal para
poner de acuerdo la Ley y el Reglamento, hacer las cosas como Dios manda, y salvar el garan-
tizador principio de legalidad, exigido nada menos que por los artículos 9.3 y 25.1 de la Cons-
titución. Con ese fin, existe en poder del Ministerio del Interior un anteproyecto de modifi-
cación (actualización) de la LOGP, redactado con ocasión de su XXV aniversario por una
Comisión ad hoc, que incorpora a su articulado la clasificación vigente de centros peniten-
ciarios y la concepción del tratamiento que figura en el nuevo Reglamento. Es de esperar que
este anteproyecto de Ley, entregado por la Comisión en mayo de 2006, se apruebe, y lo antes
posible, para evitar una nueva y colosal disfunción en nuestro Derecho penitenciario. Pero,
al corregir estas galeradas, la impresión generalizada es negativa. O Tempora o mores!
2. Fundamento
3. Regulación penitenciaria
4. Programa de intervención
B) Fases: detección
C) Fases: evaluación
D) Fases: intervención
E) Metodología de actuación
6. Aspectos críticos
7. Recomendaciones finales
los Jueces de Menores. Si esa privatización está mal, está mal todo lo
demás. Si por el contrario es de recibo en nuestro tiempo, ¡adelante,
que por ahora todo el monte es orégano!
El resto de recomendaciones, relativas a la colaboración de Aso-
ciaciones privadas en la Administración penitenciaria, iniciar de ofi-
cio el proceso de incapacitación judicial de las personas discapacita-
das, formular estadísticas penitenciarias comparadas, al menos en el
ámbito europeo, y la reconsideración anual del programa oficial de
intervención, ¿quién no apoyaría estas atribuciones? El único peligro
(más claramente existente, en el ámbito de las peticiones a las Auto-
nomías de que busquen recursos, que en las demás peticiones) es la
tremenda epidemia de candor que su declaración pública, y más si es
frecuente, puede ocasionar. Por tradición, ninguna ley española rela-
tiva a la materia penal ha dispuesto de los recursos económicos nece-
sarios para su ejecución (implementación, se dice ahora). Pero la espe-
ranza es lo último que se pierde.
1. Medidas aplicables
2. Fundamento
3. Regulación penitenciaria
4. Programa de intervención
1. Medidas aplicables
2. Fundamento
3. Regulación penitenciaria
VI. BIBLIOGRAFÍA
Discapacidad y empleo
* Doctor en Derecho. Vocal del Consejo del Real Patronato sobre Discapacidad y Asesor
Jurídico del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI).
I. INTRODUCCIÓN
A) En el ámbito internacional
1975, que reconoce que dichas personas «tienen derecho a las medidas
destinadas a permitirles lograr la mayor autonomía posible», así como
el papel de las organizaciones de las personas con discapacidad en la
participación sobre el desarrollo de sus derechos.
— Las «Normas Uniformes sobre la Igualdad de Oportunidades
para las Personas con Discapacidad», del año 1993.
— La Asamblea General de Naciones Unidas de 30 de noviembre de
2001 acordó, a iniciativa de México, promover un Convenio Interna-
cional para proteger y promover los derechos y la dignidad de las per-
sonas con discapacidad, siendo aprobada el pasado 13 de diciembre la
Convención Internacional para Protección de la Dignidad y los Derechos
de las Personas con Discapacidad. por la Asamblea General de las Nacio-
nes Unidas.
B) En el ámbito europeo
Miguel Ángel Cabra de Luna, CES 1064/2001 fin, 10.10.01 (DO C36 del 8 de febrero de 2002).
D) La experiencia española
ajustes razonables pero sin dotar de una mayor concreción a las medi-
das de ajuste o adaptación, teniendo en cuenta la Directiva 2000/78/CE,
sin establecer procedimientos administrativos de protección a las per-
sonas con discapacidad concernidas, que permitan resolver eventua-
les conflictos de intereses, y, finalmente, sin prever además el estable-
cimiento de un régimen de ayudas públicas.
• Por otra parte, las modificaciones propuestas a la Ley de Integra-
ción Social de Minusválidos solo contemplan como destinatarios de las
obligaciones a los empresarios. Pero la Directiva, tanto en su ámbito,
como ya se dijo antes, como en lo referido a la obligación de realizar
ajustes razonables, obliga a otros sujetos que no actúan como empre-
sarios sino como organizaciones públicas o privadas proveedoras de
orientación o formación.
— En materia de infracciones y sanciones en el orden adminis-
trativo social:
La protección jurídica de los derechos a través de procedimientos
administrativos (artículo 9.1 de la Directiva) y la obligación de un
régimen de sanciones (artículo 17 de la Directiva) tampoco se ha
transpuesto suficientemente, ya que, en la Ley de Infracciones y San-
ciones en el Orden Social, no se ha previsto que puedan ser sancio-
nables las infracciones en materia de discriminación en el ámbito de
la orientación, formación profesional ocupacional y continua.
— En la definición de la discapacidad:
Falta la discapacidad de hecho apreciable incluso en aquellos
casos en que la persona con discapacidad no ha acudido a un proce-
dimiento de valoración y calificación como tal, pues, en caso de dis-
criminación, la situación de discapacidad no puede hacerse depender
de un procedimiento administrativo previo de valoración sino de su
realidad.
2. El arbitraje
3. La carga de la prueba
a 12 meses, sin que el período inicial más las prórrogas superen los 3
años.
Indemnización a los trabajadores:
A la terminación del contrato, si el empresario no lo transforma en
indefinido, el trabajador tendrá derecho a percibir una compensación
económica equivalente a 12 días de salario por año de servicio o parte
proporcional en su caso. Dicha indemnización procede incluso cuando
al contrato temporal suceden otras contrataciones por tiempo determi-
nado. No se tiene derecho cuando al contrato temporal le sucede un
contrato indefinido (TS 17-12-1997, RJ 9480).
Incentivos a las empresas:
— Bonificaciones:
I) Contratos suscritos antes del 1-7-2006:
• Reducción de la cuota empresarial a Seguridad Social por con-
tingencias comunes:
• 100% si es el primer trabajador de la empresa.
• 75% para el resto.
• 90% si son mujeres de edad igual o superior a 45 años.
• 80% si son mujeres de edad inferior a 45 años.
• La reducción de cuotas se aplica durante toda la vida del contrato.
• Para beneficiarse de la misma el contrato tiene que ser a jornada
completa.
II) Contratos suscritos a partir del 1-7-2006:
• 183,33 €/MES (2.200 €/año) durante toda la vigencia del contra-
to, con un máximo del 100% de la base de cotización. A tiempo
completo o parcial (en proporción a la jornada)
Los contratos temporales de fomento del empleo podrán trans-
formarse en indefinidos gozando de los incentivos para este tipo de
contratación.
También en el caso de sociedades laborales y cooperativas a las que
se incorporen trabajadores como socios trabajadores o de trabajo
siempre que sean alta en un régimen de Seguridad Social propio de un
trabajador por cuenta ajena.
III) Contratos suscritos a partir del 1 de enero de 2007:
• 291,66 €/MES (3.500 €/año) durante toda la vigencia del contra-
to, con un máximo del 100% de la base de cotización. A tiempo
completo o parcial (en proporción a la jornada)
DISCAPACIDAD Y EMPLEO 631
a) Autónomos.
Normativa: Orden de 16 de octubre de 1998 (BOE del 21 de no-
viembre de 1998).
Tienen como objeto financiar proyectos empresariales a trabaja-
dores minusválidos desempleados que desean constituirse como tra-
bajadores autónomos. Las ayudas a las que pueden acceder son:
— Subvención parcial de intereses.
— Subvención para inversión de capital fijo.
Subvención parcial de intereses:
Subvención parcial de los intereses de los préstamos que obtengan
de aquellas entidades de crédito, públicas o privadas, que tengan sus-
DISCAPACIDAD Y EMPLEO 635
El artículo 1.1 del Real Decreto 364/2005 establece que «1. Las
empresas públicas y privadas que estén obligadas a contratar personas
con discapacidad en los términos previstos en el artículo 38.1 de la Ley
13/1982, de 7 de abril, de integración social de minusválidos, podrán
excepcionalmente quedar exentas de esta obligación, tal y como prevé el
referido artículo, de forma parcial o total, bien a través de acuerdos reco-
gidos en la negociación colectiva sectorial de ámbito estatal y, en su
defecto, de ámbito inferior, a tenor de lo dispuesto en el artículo 83.2 y 3
del texto refundido de la Ley del Estatuto de los Trabajadores, aprobado
por el Real Decreto Legislativo 1/1995, de 24 de marzo, bien, en ausencia
de aquéllos, por opción voluntaria del empresario, por los motivos esta-
blecidos en el apartado siguiente, siempre que en ambos supuestos se
aplique alguna de las medidas sustitutorias, alternativa o simultánea-
mente, que se regulan en este Real Decreto, en desarrollo de la mencio-
nada Ley 13/1982, de 7 de abril».
Se entenderá que concurre la nota de excepcionalidad:
— Cuando la no incorporación de un trabajador minusválido a la
empresa obligada se deba a la imposibilidad de los servicios públicos
de empleo competentes o de las agencias de colocación, de atender a
la oferta de empleo, después de haber efectuado todas las gestiones de
intermediación necesarias para dar respuesta a los requerimientos de
la misma y concluirla con resultado negativo, debido a la inexistencia
DISCAPACIDAD Y EMPLEO 639
A) Introducción
15 STSJ del País Vasco de 7 de marzo de 2000 (AS 2000/3151): en cuanto a la reincorpo-
ración del trabajador después de superar una invalidez permanente absoluta, es obligatoria:
el finiquito firmado por el trabajador no extingue la relación laboral en este supuesto. En
cuanto al despido improcedente, el plazo de revisión de dos años se refiere a la revisión de
la incapacidad, no a la readmisión que se puede producir más tarde.
DISCAPACIDAD Y EMPLEO 643
4. Intermediación laboral
Por último, vale la pena referirse a otra medida que guarda rela-
ción con la obligación de reserva.
Se trata de la Ley 13/1995,de 18 de mayo, de Contratos de las
Administraciones Públicas en cuya Disposición Adicional 8.° se esta-
blece que «los órganos de contratación podrán señalar en los pliegos de
cláusulas administrativas particulares la preferencia en la adjudicación
de las contrataciones para las proposiciones presentadas por aquellas
empresas... que tengan en su plantilla un número de trabajadores
minusválidos no inferior al 2%», siempre que se igualen a las pro-
puestas más ventajosas de acuerdo a criterios objetivos, cláusula esta
última que la hace perfectamente respetuosa con los principios de la
competencia.
En este sentido, el Ministerio de Trabajo aprobó el 30-12-1997 una
Instrucción en la que se establecen criterios de preferencia en la adju-
dicación de los contratos administrativos a favor de aquellas empre-
sas licitadoras que tengan una plantilla de minusválidos no inferior al
2% del total general de trabajadores.
Las Directivas europeas sobre contratación, publicadas el 30 de
abril de 2004, abren la posibilidad de introducir en nuestra legislación
sobre contratos del Estado normas favorables a la creación de empleo
de personas con discapacidad.
De esta manera, se consolida el éxito logrado en el Tribunal de
Luxemburgo (Caso C-225-98), en el que Fundación ONCE se personó
como tercero interesado, consiguiendo que el Decreto 213/1998, de la
Comunidad de Madrid, fuera declarado conforme al derecho comu-
nitario (establecía un criterio de desempate entre licitaciones idénti-
cas que hacia referencia al número de trabajadores discapacitados
con que contaba la empresa).
Las principales novedades de las recientes Directivas son las siguientes:
1. Las Directivas exigen a las autoridades públicas que establezcan
en su pliego de condiciones y especificaciones técnicas el respeto de
los estándares de accesibilidad para los servicios y productos que
vayan a adquirir o contratar, siempre y cuando sea posible.
2. La posibilidad que se les ofrece a los Estados miembros de
reservar a los centros especiales de empleo procedimientos de adjudi-
cación de contratos públicos.
3. Los poderes adjudicadores podrán exigir condiciones particulares
en relación con la ejecución del contrato, incluida la promoción de obje-
tivos sociales y de política de empleo, en particular condiciones destina-
DISCAPACIDAD Y EMPLEO 655
Características y objetivos
18 STSJ de Cataluña de 26 de julio de 1994 (AS 1994/3079): las personas con discapaci-
dad que trabajan el los centros especiales de empleo están sujetos a una relación laboral
especial, no siendo aplicable el Estatuto de los Trabajadores más que en relación con los
derechos y deberes básicos y en lo no regulado por la norma especial.
20 STS (sala 4.a) de 24 de enero de 2002, en la que se considera que el periodo de adap-
tación del trabajador es más prolongado que el permitido como periodo de prueba en el
Estatuto de los trabajadores.
STSJ de la Comunidad Valenciana de 11 de marzo de 1997 (AS 1997/1128), en la que se
considera que durante el periodo de prueba se permite al trabajador y al empresario res-
cindir el contrato unilateralmente, bastando que el periodo de prueba no haya transcurri-
do; no se precisa determinar la causa de la finalización. La extinción sólo podrá ser com-
batida alegando violación de derechos fundamentales.
21 STSJ de la Comunidad Valenciana de 26 de enero de 2001 (AS 2001/1686).
DISCAPACIDAD Y EMPLEO 661
que asegura no poder desempeñar el trabajo que ocupaba tras la declaración de incapaci-
dad, y ni siquiera otro más sencillo, procede la reducción salarial.
23 STSJ del País Vasco de 5 de julio de 1999 (AS 1999/2637): se excluye a los centros espe-
ciales de empleo del convenio colectivo aplicable. Es indiferente que en la actualidad la legis-
lación permita que exista un porcentaje de trabajadores no minusválidos en el centro.
24 La Ley 35/2006, de 28 de noviembre, del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físi-
cas y de modificación parcial de las leyes de los Impuestos sobre Sociedades, sobre la Renta de
no Residentes y sobre el Patrimonio mantiene la Deducción por creación de empleo para tra-
bajadores minusválidos.
DISCAPACIDAD Y EMPLEO 669
25 La Ley 35/2006, de 28 de noviembre, del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas
y de modificación parcial de las leyes de los Impuestos sobre Sociedades, sobre la Renta de no
Residentes y sobre el Patrimonio recoge que la Deducción por aportaciones a patrimonios pro-
tegidos de las personas con discapacidad se va ir reduciendo progresivamente del año 2007 al
2010, desapareciendo en el 2011.
26 La Ley 35/2006, de 28 de noviembre, del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas
y de modificación parcial de las leyes de los Impuestos sobre Sociedades, sobre la Renta de no
Residentes y sobre el Patrimonio establece que la Deducción por gastos de formación profesio-
nal se va ir reduciendo progresivamente del año 2007 al 2010, desapareciendo en el 2011.
27 La Ley 35/2006, de 28 de noviembre, del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas
y de modificación parcial de las leyes de los Impuestos sobre Sociedades, sobre la Renta de no
Residentes y sobre el Patrimonio establece que la Deducción por actividades de investigación y
desarrollo se irá reduciendo hasta su desaparición en el 2012.
DISCAPACIDAD Y EMPLEO 673
X. ANEXOS
que, en la fecha de celebración del nuevo con- si son a tiempo completo o parcial.
• Real Decreto 1451/1983, de 11 de mayo, modi- en el artículo 44 de la Ley del Estatuto de los
trato estuvieran empleados en la misma
ficada por Real Decreto 4/1999, de 8 de enero Trabajadores.
empresa mediante un contrato de duración CONTRATOS SUSCRITOS A PARTIR DEL
(BOE del 26-1-1999) y por el Real Decreto determinada o temporal, incluidos los contra- 1-7-2006 • Trabajadores que hayan finalizado su rela-
170/2004, de 30 de enero (BOE del 31-1-2004), tos formativos, celebrado con anterioridad al ción laboral de carácter indefinido en un
que regula el empleo selectivo y las medidas 31 de diciembre de 2007. • 250 €/mes (3.000 €/año) por trabajador
plazo de tres meses previos a la formalización
de fomento del empleo de los trabajadores contratado o por transformación de contra-
del contrato, salvo la incorporación a una
minusválidos. • En caso de despido objetivo, declarado impro- to de fomento de empleo de persona con
empresa colaboradora de trabajador proce-
cedente, la cuantía de la indemnización será discapacidad o de contrato formativo,
• Ley 43/1995, de 27 de diciembre, Impuesto de dente de enclave laboral. Esta exclusión no se
de 33 días por año de servicio, con un máximo durante toda la vigencia del contrato., con
Sociedades (BOE del 28-12-1995) aplicará cuando la finalización de los contra-
de 24 mensualidades. un máximo del 100% de la base de cotiza-
tos sea por despido reconocido o declarado
ción. A tiempo completo o parcial (en pro-
• Ley 43/2006, de 29 de diciembre, para la • No podrá concertarlo la empresa que en los improcedente, o por despido colectivo
porción a la jornada)
mejora del crecimiento y del empleo (proce- seis meses anteriores a la celebración del con- • 266,67 €/mes (3.200 €/año) por contrata- • Las empresas que hayan extinguido o extin-
dente del Real Decreto Ley 5/2006, de 9 de trato, hubiera realizado extinciones de con- ción de trabajador con discapacidad con gan por despido reconocido o declarado
junio, para la mejora del crecimiento y del tratos de trabajo por causas objetivas declara- especiales dificultades, procedente de un improcedente o por despido colectivo contra-
empleo (BOE del 14-6-2006) das improcedentes por sentencia judicial o enclave laboral, durante toda la vigencia tos bonificados quedarán excluidas por un
hubiera procedido a un despido colectivo, del contrato, con un máximo del 100% de periodo de 12 meses por un número igual de
salvo que haya sido acordada con los repre- la base de cotización. A tiempo completo o contratos a los extinguidos.
sentantes de los trabajadores. En ambos parcial (en proporción a la jornada).
supuestos, la limitación afectará únicamente
a la cobertura de aquellos puestos de trabajo También en el caso de sociedades laborales y
de la misma categoría o grupo profesional que cooperativas a las que se incorporen trabajado-
los afectados por la extinción o despido y para res como socios trabajadores o de trabajo siem-
el mismo centro o centros de trabajo. pre que sean alta en un régimen de Seguridad
Social propio de un trabajador por cuenta ajena.
• Obligación de mantener la estabilidad en el
empleo al trabajador minusválido contratado CONTRATOS SUCRITOS A PARTIR DEL
durante al menos tres años (salvo cese volun- 1 de enero de 2007
tario). Si hay despido, debe ser sustituido por
otro trabajador minusválido, beneficiándose • 375 €/mes (4.500) €/año) por trabajador
solo de la bonificación de la cuota de Seguri- contratado o por transformación de con-
dad Social. trato de fomento de empleo de persona con
677
de trabajo que hubieses sido desempeñado Cuando el trabajador contratado para la forma-
por el trabajador en la misma empresa por ción sea una persona con discapacidad psíqui-
tiempo superior a 12 meses. ca, la formación teórica podrá sustituirse, total
o parcialmente, previo informe de los equipos
• No hay límite de edad para los trabajadores multiprofesionales de valoración correspon-
minusválidos. dientes, por la realización de procedimientos de
• No hay límite en cuanto al número de contra- rehabilitación o de ajuste personal y social en
tos por empresa si son para trabajadores un centro psicosocial o de rehabilitación socio-
minusválidos, y éstos no computan para el laboral.
límite máximo de estos contratos en la empre- • Formación teórica: Ha de recibirse fuera del
sa de cara a aplicar esta modalidad contrac- puesto de trabajo y dentro de la jornada laboral
tual a trabajadores no minusválidos.
• Retribución: La fijada en Convenio. No infe-
rior al SMI en función del trabajo efectivo.
Trabajador menor de 18 años: no inferior al
85% del SMI.
Contrato en Prácticas • Puede concertarse con quienes estén en pose- Reducción del 50% de la cuota empresarial por No podrá inferior a seis meses ni superar los dos No hay.
sión de título universitario o de formación contingencias comunes si se celebra a tiempo años, salvo lo dispuesto en Convenio. A tiempo
• Artículo 11 del Real Decreto Legislativo profesional de grado medio o superior, o títu- completo. completo o parcial.
1/1995, de 24 de marzo (BOE del 29-3-1995), los oficialmente reconocidos como equivalen-
modificado por Ley 12/2001, de 9 de julio tes, que habiliten para el ejercicio profesional,
(BOE del 10-7-2001), dentro de los cuatro años inmediatamente
• Real Decreto 488/1998, de 27 de marzo (BOE siguientes a la terminación de los correspon-
del 9-4-1998). dientes estudios. Para trabajadores minusváli-
dos el plazo será de seis años.
• Prohibición de contratación en prácticas en la
misma o distinta empresa por tiempo supe-
rior a dos años por la misma titulación.
• Retribución: Fijada en Convenio. En su defec-
to, no inferior al 60% o 75% del salario de
convenio (1º o 2º año de vigencia del contra-
to). En ningún caso inferior al SMI.
681
Relación laboral especial de trabajadores en • Es requisito previo contar con la autorización • Ayudas a la contratación: La duración del contrato será indefinida, tem- Para las bonificaciones en las cuotas a Seguri-
Centros Especializados de Empleo (CEE) administrativa e inscripción en un Registro poral o por duración determinada en los supues- dad Social en los contratos suscritos a partir del
Oficial del INEM o de la CA. con competen- • Subvención para inversión de 2.000.000 de tos previstos en el Art. 15 del ET. 1 de julio de 2006: las mismas que para los con-
• Real Decreto 1368/1985, de 17 de julio, modi- cias en la materia. Pts. (12.020,24 €) por cada puesto creado tratos indefinidos o temporales en general.
ficado por Real Decreto 427/1999, de 12 de para un trabajador minusválido, si estos
marzo (BOE 26/03/99). • Se permite cualquier modalidad contractual, representan más del 90% de la plantilla.
pero en todo caso se formalizará por escrito.
• Artículos 41 a 45 de la Ley 13/1982, de 7 de • Subvención para inversión de 1.500.000 de
abril BOE del 30-4-1982). • Para contratos de trabajo a domicilio (ajusta- Pts. (9.015,18 €) por cada puesto creado
do al Art.13 del ET) se caracteriza por: para un trabajador minusválido, si estos
• Orden Ministerial de 16 de octubre de 1998 representan entre el 70% y el 90% de la
(BOE del 21-11-1998). – No se pueden realizar con personas con plantilla.
minusvalía psíquica.
• Real Decreto 2273/1985, de 4 de Diciembre
– El equipo Multiprofesional deberá informar
(BOE del 9-12-1985).
previamente a la realización del contrato y • Ayudas al mantenimiento:
• Ley 43/2006, de 29 de diciembre, para la realizará su seguimiento.
mejora del crecimiento y del empleo (proce- – El contrato deberá recoger la necesidad téc- • Bonificación del 100% de las cuotas empre-
dente del Real Decreto Ley 5/2006, de 9 de nica puesto y las medidas de ajuste personal sariales totales a la Seguridad Social (in-
junio, para la mejora del crecimiento y del y social. cluidas las de Accidentes de trabajo y las de
empleo (BOE del 14-6-2006). recaudación conjunta) por cualquier tipo
• El porcentaje mínimo de trabajadores disca- de contratación indefinida o temporal,
• Artículo 6, decimosexto, de la Ley 66/1997, de pacitados es el 70%, no computándose a estos incluida formativa, o por transformación
30 de diciembre, (BOE del 31-12-1997) que efectos el personal no minusválido dedicado a de contrato de fomento de empleo de per-
modifica el artículo 104, apartado dos, de Ley tareas de ajuste personal y social. sona con discapacidad o de contrato for-
MIGUEL ÁNGEL CABRA DE LUNA
37/1992 de 28 de diciembre (IVA). Ley 43/2006, • En cuanto al tiempo de trabajo, se estará a los mativo, durante toda la vigencia del con-
de 29 de diciembre, para la mejora del creci- dispuesto en la sección quinta del capitulo trato, con un máximo del 100% de la base
miento y del empleo (procedente del Real Decre- segundo del Título I del ET, con las siguientes de cotización.
to Ley 5/2006, de 9 de junio, para la mejora del peculiaridades:
crecimiento y del empleo (BOE del 14-6-2006). Desde el 1 de julio de 2006 hasta el 31 de diciem-
– Están prohibidas las horas extraordinarias, bre de 2006, las bonificaciones fueron las pre-
salvo las necesarias para prevenir o reparar vistas con carácter general. Por la Disposición
siniestros y otros daños extraordinarios. transitoria primera, 3, de la Ley 43/2006, se apli-
ca la bonificación del 100% también a los con-
– Las ausencias del trabajador para trata- tratos suscritos a partir del 1 de julio de 2006,
mientos de rehabilitación médico-profesio- impulsándose de oficio la devolución de las dife-
nal, formación, orientación y readaptación rencias en las cuotas ya ingresadas.
profesional serán retribuidas, siempre que
DISCAPACIDAD Y EMPLEO
Contrato de interinidad Contrato de interinidad celebrado con perso- Bonificación del 100% de las cuotas empresa- Mientras dure la situación de incapacidad tem- No hay.
nas minusválidas desempleadas, para sustituir riales de la seguridad Social, incluidas las de poral del trabajador minusválido sustituido
Disposición adicional novena, Ley 45/2002, de a trabajadores minusválidos que tengan sus- accidentes de trabajo y enfermedades profesio-
12 de diciembre. pendido su contrato de trabajo por incapaci- nales y de las aportaciones empresariales de
Art. 15.1.c) del Real Decreto Legislativo 1/1995, dad temporal recaudación conjunta
de 24 de marzo (BOE del 29-3-1995), Estatuto
de los Trabajadores.
685
I. INTRODUCCIÓN
10 Ley 24/1997, de 15 de julio, su artículo 8.°, dio nueva redacción al artículo 137 LGSS, para
res. Ej: ...lesiones aparentemente idénticas pueden afectar de modo distinto a los trabajadores
(STS de 25 de enero de 2000); de ahí, que la declaración de la invalidez deba realizarse de
forma individualizada, (STS de 17 de enero de 1994). RD 1414/2006, de 1 de diciembre, por
el que se determina la consideración de persona con discapacidad a los efectos de la Ley
51/2003, de 2 de diciembre, de Igualdad de oportunidades, no discriminación y accesibili-
dad universal de las personas con discapacidad.
12 LGSS Artículo 128. Concepto. (Modificado por la Ley 42/1994, de Medidas Fiscales,
para el trabajo, con una duración máxima de doce meses, prorrogables por otros seis cuan-
do se presuma que durante ellos puede el trabajador ser dado de alta médica por curación.
b) Agotado el plazo de duración de doce meses previsto en el párrafo anterior, el Insti-
tuto Nacional de la Seguridad Social, a través de los órganos competentes para evaluar, cali-
ficar y revisar la incapacidad permanente del trabajador, será el único competente para
reconocer la situación de prórroga expresa con un límite de seis meses más, o bien, para
determinar la iniciación de un expediente de incapacidad permanente, o bien, para emitir
el alta médica a los exclusivos efectos de la prestación económica por incapacidad tempo-
ral. El Instituto Nacional de la Seguridad Social será el único competente para determinar
si una nueva baja médica tiene o no efectos económicos cuando para emitir cualquier baja
médica que se produzca en un plazo de seis meses posterior a la antes citada alta médica
por la misma o similar patología.
13 (Apartado modificado con efectos de 1 de enero de 2006 y vigencia indefinida por la Ley
30/2005, de 29 de diciembre de Presupuestos Generales del Estado para el año 2006. PGE) No
obstante lo previsto en el párrafo anterior, en aquellos casos en que continúe la necesidad de
tratamiento médico, por no ser definitivas las reducciones anatómicas o funcionales que pre-
sente el trabajador, se valorará y calificará la situación de incapacidad permanente en el grado
que corresponda, declarando la situación revisable en el plazo de seis meses. Sólo en este
supuesto no se exigirá para el reconocimiento de la pensión de incapacidad permanente duran-
te seis meses, un periodo de cotización distinto al establecido para la incapacidad temporal.
14 Párrafo añadido por la Ley 35/2002, de 12 de julio, de medidas para el estableci-
miento de un sistema de jubilación gradual y flexible. Se pretende dar una solución a las
demandas de colectivos de trabajadores discapacitados, que veían rechazadas las solicitu-
des de declaración de la incapacidad permanente, al señalarse que las reducciones anató-
micas o funcionales eran previas a la afiliación.
15 Artículo 125. LGSS Situaciones asimiladas a la de alta.
nio especial con la Administración de la Seguridad Social y los demás que señale el Ministe-
rio de Trabajo y Asuntos Sociales, podrán ser asimilados a la situación de alta para determi-
nadas contingencias, con el alcance y condiciones que reglamentariamente se establezcan.
3. Los trabajadores comprendidos en el campo de aplicación de este Régimen General
se considerarán, de pleno derecho, en situación de alta a efectos de accidentes de trabajo,
enfermedades profesionales y desempleo, aunque su empresario hubiere incumplido sus
obligaciones. Igual norma se aplicará a los exclusivos efectos de la asistencia sanitaria por
enfermedad común, maternidad y accidente no laboral.
4. Durante las situaciones de huelga y cierre patronal el trabajador permanecerá en
situación de alta especial en la Seguridad Social.
DISCAPACIDAD Y DERECHO LABORAL 697
16 La Ley 24/1997, de 15 de julio, su artículo 8.°, dio nueva redacción al artículo 137
D) Gran invalidez
bre de 2005.
18 Ley 24/1972, de financiación y perfeccionamiento de la acción protectora de la Segu-
ridad Social.
DISCAPACIDAD Y DERECHO LABORAL 699
1993) en la que la exigencia de la ayuda por tercera persona no precisa que la misma sea
continuada (SSTS de 23 de marzo de 1988 y 12 de mayo de 2003).
20 Artículo 138, de la LGSS. Real Decreto 1299/2006, de 10 de noviembre, por el que se
F) Requisitos comunes
le mejora del sistema de protección social (suscrito el 9 de abril de 2001 entre el Gobierno,
las organizaciones empresariales y la Confederación Sindical de Comisiones Obreras) limi-
tando la restricción señalada únicamente a los supuestos de incapacidad permanente deri-
vada de contingencias comunes.
28 Artículo 139, LGSS.
29 Las prestaciones recuperadoras han quedado sin efecto, tras la derogación de los pre-
ceptos de la Ley General de la Seguridad Social, llevada a cabo por la Ley 52/2003, de medi-
das específicas en materia de Seguridad Social. Disposición derogatoria suprimió los
artículos 153 a 159 LGSS.
24 96
I25
∑ Bi + ∑ Bi Ii
Br = i= l i = 25
112
que no existiesen bases de cotizaciones, mediante su integración con la base mínima, cri-
terio aplicado a las prestaciones de incapacidad permanente.
El TS en reiteradas Sentencias, (25 de mayo, 18 y 4,5,7 y 21 de diciembre, todas ellas de
2000; 14 de febrero, 13 de marzo, y 14 de diciembre, de 2001,) entendió no conforme a dere-
cho el criterio, señalando que en tales supuestos, la base reguladora de la pensión debía cal-
cularse, desde la fecha en que cesó la obligación de cotizar. «Teoría del Paréntesis», poste-
riormente, en Sentencia de 1 de octubre de 2002, modifica el criterio anterior, completando
las mensualidades, en las que no haya existido obligación de cotizar, con la base mínima de
cotización que estuviese vigente en cada momento.
El artículo 13 de la Ley 52/2003 incorpora los criterios judiciales al ordenamiento jurí-
dico, a través de la modificación del artículo 138 LGSS de modo que cuando se accede a la
pensión de incapacidad permanente, desde una situación de alta o asimilación al alta, sin
obligación de cotizar, la base reguladora se calcula conforme a las reglas generales.
DISCAPACIDAD Y DERECHO LABORAL 705
Siendo:
Br = Base reguladora.
Bi = Base de cotización del mes i-ésimo anterior al del hecho cau-
sante.
Ii = Índice General de Precios al Consumo del mes i-ésimo ante-
rior al del hecho causante.
Siendo i = 1,2,...,96.
Si en el período de determinación de la base reguladora aparecen
mensualidades en los que no hubiese existido obligación de cotizar,
estas mensualidades se integran con la base mínima de cotización
correspondiente a trabajadores con 18 o más años.
En los supuestos en que en alguno de los meses a tener en cuenta
para la determinación de la base reguladora, la obligación de cotizar
exista sólo durante una parte del mismo, se aplica la integración, por
la parte del mes en que no exista obligación de cotizar, siempre que la
base de cotización correspondiente al primer período no alcance la
cuantía de la base mínima mensual señalada. En tal supuesto, la inte-
gración alcanza hasta esta última cuantía.
• Accidente no laboral. La base reguladora es el cociente que re-
sulte de dividir por 28 la suma de las bases de cotización del trabaja-
dor durante un período ininterrumpido de 24 meses naturales, elegi-
do por el interesado dentro de los 7 años inmediatamente anteriores
a la fecha en que se cause el derecho a la pensión.
• Enfermedad profesional o accidente laboral. La base reguladora
se determina aplicando las normas de la legislación refundida de la
protección de los accidentes de trabajo, y se obtiene de dividir por 12
la suma de los conceptos siguientes:
— Sueldo diario, el que perciba diariamente el trabajador en la
fecha del accidente; este importe se multiplica por 365.
— El importe anual de las gratificaciones o pagas extraordinarias
computables.
— El importe de los beneficios o participación en los percibidos
en el año anterior.
— El importe de los pluses y retribuciones complementarios com-
putables (la suma total de las cantidades percibidas se dividirá por el
número de días efectivamente trabajados en la empresa en la que se
accidentó, y el cociente se multiplica por 273 obteniéndose así el
importe total anual computable),
LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD
706 JOSEFA GARCÍA LORENTE
F) Gran Invalidez. GI
Titulares
Con cónyuge Sin cónyuge
Clase de pensión a cargo a cargo
Euros/año Euros/año
Incapacidad permanente:
Gran invalidez con incremento del 50 por 100 .... 12.727,26 10.357,62
Absoluta ................................................................... 8.484,84 6.905,08
Total: titular con 65 años ....................................... 8.484,84 6.905,08
Total: «cualificada» con edad entre 60 y 64 años .......... 7.929,74 6.433,98
Parcial del régimen de accidentes de trabajo:
titular con 65 años .............................................. 8.484,84 6.905,08
33 Ley 42/2006, de 28 de diciembre, de Presupuestos Generales del Estado para el año 2007
• Suspensión:
Las pensiones de incapacidad permanente pueden ser suspendi-
das35, en los siguientes supuestos:
— Si la incapacidad permanente es debida o se haya agravado a
consecuencia de imprudencia temeraria del beneficiario.
plazo de resolución pueda ampliarse, cuando por el número de solicitudes o por otras cir-
cunstancias, que deberán reflejarse expresamente en el acuerdo de ampliación, no se pudie-
se cumplir razonablemente el plazo previsto.
45 Como declaró el TS, a través de la STS de 11.10.91, seguida posteriormente por un
47 STC 197/2003.
48 La Administración puede proceder a la revisión de la incapacidad, sin tener que acudir
en demanda ante la jurisdicción social (SSTS 29 de enero de 1993; 9 de junio y 9 de septiem-
bre de 1994; 12 y 14 de diciembre de 1994: 18 de abril de 1995 ó 20 de septiembre de 1998).
49 A través de la Ley 52/2003, de 10 de diciembre, de disposiciones específicas en mate-
• Decreto de 18 de abril de 1947, por el que se crea la Caja Nacional del Seguro de Vejez
e Invalidez, y preparando un sistema de protección para este último riesgo.
• Orden de 18 de junio de 1947, por la que se establecen normas para la aplicación del
Decreto de 18.4.1947, que regula los beneficios del Seguro de Vejez e Invalidez.
• Resoluciones de 23.2.1971 y de 4.10.1974, de la Dirección General de la Seguridad
Social.
52 Frente a lo que sucede con la pensión de vejez del SOVI, no se precisa el requisito de
Vejez e Invalidez (SOVI) con las pensiones de viudedad del sistema de la Seguridad Social.
Artículo Unico.
55 Ley 9/2005, de 6 de junio, para compatibilizar las pensiones del Seguro Obligatorio
de Vejez e Invalidez (SOVI) con las pensiones de viudedad del sistema de la Seguridad
Social. Disposición transitoria única. Aplicación paulatina de la concurrencia entre las pen-
siones de viudedad y las pensiones del extinguido Seguro Obligatorio de Vejez e Invalidez.
DISCAPACIDAD Y DERECHO LABORAL 721
C) Regímenes Especiales
52/2003, de 10 de diciembre.
58 Decreto 2123/1971, de 23 de julio, por el que se aprueba el Texto Refundido de las
59 Decreto 2530/1970, de 20 de agosto, por el que se regula el Régimen Especial de los Tra-
bajadores por Cuenta Propia o Autónomos (derogado el Capítulo III, IV, así como los arts. 13 y
28.3.a) en la redacción dada por el RD 2110/1994, de 28 de octubre) (BOE 15/9 - Corr. Err. 30/9).
60 RD 1463/2003, de 25 de abril.
DISCAPACIDAD Y DERECHO LABORAL 723
c) Empleados de Hogar61
la Seguridad Social del Servicio Doméstico (derogados los Capítulos III y IV, así como el
art. 14 en la redacción dada por el RD 2110/1994, de 28 de octubre) (BOE 15/10).
Seguridad Social para la Minería del Carbón, de acuerdo con la Ley 24/1972, de 21 de junio,
de financiación y perfeccionamiento del Régimen General de la Seguridad Social (deroga-
dos los arts. 3 y 4) (BOE 27/2).
63 Decreto 2864/1974, de 30 de agosto por el que se aprueba el Texto Refundido de las
venio Europeo de Seguridad Social se publicó en el Boletín Oficial del Estado de fecha 12
de Noviembre de 1986 y entró en vigor el 25 de Abril de 1986.
66 Respecto de la jubilación anticipada de los trabajadores minusválidos, ver las siguien-
tes disposiciones:
• LGSS (artículo 161.2).
• Real Decreto 2366/1984, de 26 de diciembre, sobre reducción de la edad de jubilación
de determinados grupos profesionales incluidos en el ámbito del Estatuto del Minero, apro-
bado por Real Decreto 3255/1983, de 21 de diciembre.
• Real Decreto 1559/1986, de 28 de junio, por el que se reduce la edad de jubilación del
personal de vuelo de trabajos aéreos.
• Real Decreto 2621/1986, de 24 de diciembre, por el que se integran determinados
Regímenes Especiales en el Régimen General y el de Escritores de Libros en el Especial de
Trabajadores Autónomos.
• Real Decreto 1539/2003, de 5 de diciembre, por el que se establecen coeficientes
reductores de la edad de jubilación a favor de los trabajadores que acreditan un grado
importante de minusvalía.
• Orden de 30 de noviembre de 1987 para la aplicación y desarrollo en materia de
acción protectora del Real Decreto 2621/1986, de 24 de diciembre
DISCAPACIDAD Y DERECHO LABORAL 729
72 STS de 18.12.1989.
73 Ver. artículo 141. 1 LGSS
74 STS de 18 de enero de 2002.
75 Vid. artículo 141. 2 LGSS.
V. BIBLIOGRAFÍA
A) Subnormal y subnormalidad
Los conceptos a los que hacen referencia estas dos duras y estig-
matizadoras palabras, todavía hoy no erradicadas socialmente en su
totalidad, se desarrollan por medio del Decreto 2421/1968, por el que
se crea el Servicio Social de Asistencia a Menores Subnormales; ade-
más de concebirse como una aportación económica para contribuir
al sostenimiento de los gastos que la educación, la instrucción y la
recuperación que los menores de dieciocho años calificados como
subnormales ocasionan a sus familias, debe destacarse que el regla-
mento recoge expresamente tanto lo que considera como «subnor-
mal», como el procedimiento de declaración de subnormalidad.
El Decreto extiende la consideración de subnormal a:
• Ciegos con una visión 20/200 en ambos ojos después de la opor-
tuna corrección.
• Sordomudos y sordos profundos con una pérdida de agudeza
auditiva de más de 75 decibelios.
• Afectados de pérdida total o en sus partes esenciales de las dos
extremidades superiores o inferiores o de una extremidad superior y
otra inferior, conceptuándose como partes esenciales la mano y el pie.
• Parapléjicos, hemipléjicos y tetrapléjicos.
• Oligofrénicos valorados con retraso mental en un coeficiente
intelectual inferior a 0,50.
• Paralíticos cerebrales
La situación de subnormalidad se acreditaba mediante dictamen
médico emitido en los centros de diagnóstico y orientación terapéuti-
ca de la Dirección General de Sanidad.
ción del grado de minusvalía; hasta ese momento la Orden del Minis-
terio de Trabajo y Seguridad Social de 8 de marzo de 1984 continuará
siendo la herramienta por medio de la cual se determina el grado de
minusvalía para el acceso a estas nuevas prestaciones o, en su caso, de
la situación de dependencia y necesidad del concurso de otra persona.
1. Normativa reguladora
5. Los baremos
Sin lugar a dudas uno de los aspectos más importantes que intro-
duce el Real Decreto 1971/1999, de 23 de diciembre, es la adopción
de unos nuevos baremos aplicables en el procedimiento para el
LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD
756 JAVIER SALAZAR MURILLO
A) La evaluación de la discapacidad
D) Dificultades de movilidad
2. El dictamen técnico-facultativo
3. El grado de minusvalía
1. Supuestos y particularidades
B) Instrucción
a) Citaciones
b) Reconocimiento
C) Finalización
a) Resolución
b) Desistimiento
c) Caducidad
A) Revisión de oficio
4. Supuestos especiales
Como se ha apuntado a lo largo del capítulo, los dictámenes que
en relación con la valoración de la discapacidad de una persona eva-
LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD
774 JAVIER SALAZAR MURILLO
nal andaluz, que, como recién hemos visto, admite con naturalidad la
validez de informes médicos posteriores referidos a situaciones de
enfermedad simultáneas al informe del órgano de calificación, delimi-
ta bien los supuestos, y niega la incidencia de dolencias posteriores.
Sin perjuicio, se insiste, de solicitar una nueva revisión del grado.
I. INTRODUCCIÓN
1. Realidad social
do, permite a las partes cualquier acuerdo, sin que haya de prevalecer
la atribución a los hijos menores, y deberán de valorar en el caso con-
creto cual es el interés más necesitado de la atribución del uso.
— En relación con la pensión de alimentos, podemos estar en un
supuesto en que no se puede abonar, o la cantidad que se estableciera
por las partes sea insignificante, aunque responde a la problemática
personal existente, sin que ello suponga un incumplimiento de la pa-
tria potestad.
— Por último, en la medida relativa a la liquidación del régimen
económico matrimonial, hay que tener en cuenta la Ley 41/2003, de 18
de noviembre, de protección patrimonial de las personas con discapa-
cidad y de modificación del Código Civil, de la Ley de Enjuiciamiento
Civil y de la Norma Tributaria, cuando concurre una discapacidad.
Aunque exigida la liquidación en el Convenio Regulador, artículo
90 apartado D del CC, no siempre se realizan en el Convenio, sino que
mayoritariamente se deja para un momento posterior o se realiza
extrajudicialmente, ante Notario.
Si la discapacidad es de uno de los hijos menores, su trascenden-
cia se apreciará en alguna de las siguientes medidas:
— En relación con la custodia, puede que el problema del menor
impida no sólo una custodia compartida, sino incluso el cuidado direc-
to por alguno de los progenitores, necesitando que, aun estando atri-
buida a uno o a los dos progenitores, el menor permanezca en un cen-
tro donde se le proporcionen todos los cuidados que necesita.
— En el régimen de visitas con el progenitor no custodio, que deberá
de ser específico y adecuado a la problemática del menor, y que ha de
conocerse, para saber si es lo más conveniente. Con frecuencia las me-
didas contienen pronunciamientos especiales referentes entre otros, al
tiempo de estancia, a la frecuencia de las mismas, a las entregas y reco-
gidas, a la persona que le ha de acompañar y cuidar, al abono de los gas-
tos derivados de estas peculiaridades, al lugar donde celebrar las visitas.
— En cuanto al uso de la vivienda familiar, igual que hemos comen-
tado anteriormente, aunque con carácter general la protección del
menor es el interés que prevalece, al estar en un proceso consensuado,
las partes pueden llegar a otros acuerdos, por los que no se atribuya al
menor el uso de la vivienda familiar.
Por tanto, es necesario insistir en la conveniencia y la necesidad de
que el Juez conozca la situación que concurre relativa a la discapaci-
dad de cualquiera de los miembros de la familia para poder:
LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD
824 M.a DEL PILAR GONZÁLVEZ VICENTE
a) Problemas procesales
párrafo del artículo 81, al que también se refiere el 86, ambos del CC.
En la practica los Letrados siguen haciendo la referida Propuesta en
la misma demanda, en los hechos y en el suplico de la misma, sin
«acompañarla» en otro documento, y sin que los Juzgados lo exijan.
perjuicio de que el Juez pueda acordar que se realicen por otros médi-
cos y de otras instituciones. La delicadeza con que es necesario abor-
dar esta problemática, lleva a que siempre las pruebas periciales sean
acordadas por el Juez, no siendo necesarias ni relevantes las pruebas
de parte.
Un problema importante de las pruebas periciales, en ambas mo-
dalidades, radica en el tiempo que se necesita para su conclusión, lo que
muchas veces provoca que se exceda el tiempo de 30 días previsto por
el legislador para su realización; para salvar esta realidad, en muchos
Juzgados se solicitan y se acuerdan como prueba anticipada, o termi-
nado el plazo sin que se haya podido obtener, se acuerde como Diligen-
cia Final; en otros Juzgados, se acuerda la suspensión de la vista hasta
la obtención de citada prueba. En todo caso, es preciso que el Juez si la
ha estimado necesaria, vele por su realización e incorporación a los
autos con todas las garantías legales, exigidas en la Ley procesal, y en el
menor plazo posible, como un modo de protección de la persona con
discapacidad, en relación con las medidas que se han de acordar.
La discapacidad que se acredite en el proceso, se ha de valorar para
la adopción de las medidas, de los artículo 91 y siguientes del CC. No
hay que olvidar que, en un proceso contencioso, las partes pueden
tener conformidad con varias medidas, en cuyo caso y respecto de
ellas, el Juez ha de valorar si proceden, y se aprobarán salvo si son
dañosos para los hijos o gravemente perjudiciales para uno de los cón-
yuges, por lo que en estas medidas, aun existiendo el acuerdo, es de
aplicación todo lo expuesto en el apartado relativo a los procesos con-
sensuados y la discapacidad, en especial los problemas puestos de
manifiesto, y las situaciones más frecuentes.
No existiendo acuerdo en las medidas, y debiéndose de acordar
judicialmente la problemática de la discapacidad, puede incidir, de
diversos modos, así puede afectar al progenitor, con independencia de
que haya matrimonio o no, o a los hijos.
Si afecta al progenitor, se ha de valorar cada supuesto concreto, y
en especial:
— Si él solicita la custodia de los menores, si se encuentra con la
capacidad suficiente para desempeñarla, sin que se pueda establecer
ninguna regla general de que no tiene esa capacidad por tener su pro-
pia discapacidad.
— Si la custodia se solicita conjunta, por uno solo de los progenito-
res, será necesario con la redacción actual del artículo 92, párrafo 8
DEL CC, el informe favorable del Ministerio Fiscal que represente el
LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD
834 M.a DEL PILAR GONZÁLVEZ VICENTE
de la ruptura, tanto para los hijos menores de edad, como para la pen-
sión de los hijos mayores de edad, que pudieran tener derecho a ella,
y se acuerde en el mismo proceso (artículo 93,2 del CC).
— Para el establecimiento de la pensión compensatoria del artícu-
lo 97 del CC, y para su cuantificación, se ha de tener en cuenta el pro-
blema de discapacidad existente, en especial en relación con la refor-
ma del artículo citado, al incluir la referencia a «Cualquier otra
circunstancia relevante».
En los supuestos en que la discapacidad coincida en el hijo menor,
tendrá especial relevancia en las medidas relativas a su custodia y las
visitas, por los cuidados y atenciones que son precisas, y en la pensión
de alimentos, por las necesidades que hay que atender, en ambos
supuestos, siendo el interés del menor el preferente, se verá reforzada
esta prioridad, en la adopción de cualquiera otra de las medidas, deri-
vadas de la separación o del divorcio.
C) Problemas procesales
I. INTRODUCCIÓN
tectura política del bienestar social. Así, todos los partidos políticos la
consideran pieza clave de sus respectivos programas y proyectos políti-
cos. El debate social sobre la dependencia importa y preocupa a todos
sobremanera, tanto a la Administración General del Estado, como a la
Administración Autonómica o a las Corporaciones Locales, y sobre
todo a los propios dependientes, parte principal de este sistema. Preo-
cupa también a los agentes sociales, a los sindicatos y a la patronal, a
las ONG’s y al tercer sector; al mundo universitario y científico en gene-
ral, a las asociaciones profesionales y sobre todo al ciudadano que está
con su esfuerzo y su apoyo atendiendo a un familiar en situación de
dependencia.
Los gobiernos de los últimos años no han tenido más remedio que
mirar la magnitud de esta cuestión e ir plantando cara a sus muchos
interrogantes, con políticas que, en cierto modo, han ido paliando,
nunca solucionando, los grandes retos que el cuidado a las personas
dependientes exige en una sociedad más o menos desarrollada, como
lo es la sociedad española en la actualidad.
Sería conveniente en este capítulo trasmitir un conocimiento opor-
tuno y preciso del tema de la dependencia, sin exageraciones dema-
gógicas pero sin reservas timoratas; tema significativo donde los haya
y siendo conscientes de que tal importancia ha propiciado el floreci-
miento de obras específicas y de escritos e informes importantes, a los
que se remite al lector interesado en un conocimiento más profundo
y detallado de la dependencia. Se quiere por tanto dar aquí una visión
generalizada y actual de cómo está el tema de la dependencia e incar-
dinarlo en una obra que tiene una dimensión y unas pretensiones
mucho más amplias y quizás más dirigidas a cuestiones mucho más
relacionadas con el ámbito jurídico.
Elaboración Libro Blanco a partir de las proyecciones del población del INE.
Por otro lado, la movilidad en el hogar tiene que ver con estar de
pie o sentado, levantarse y acostarse solo o con ayuda y moverse den-
tro del hogar. El funcionamiento del estado mental básico se relacio-
na directamente con reconocer personas y objetos, y entender y eje-
cutar órdenes o tareas sencillas. Según el Libro Blanco, el número de
personas que estarían necesitando ayuda para alguna de estas activi-
dades importantes y básicas no es menor de 860.000. Pero este núme-
ro constituiría el núcleo duro de lo que se entiende por dependencia
y que cualquier Estado responsable debería atender. Al lado de estas
personas existen otras que necesitan también una ayuda importante
y que necesariamente tienen que ser tenidas en cuenta.
6 a 64 65 a 79 80 y
Total
años años más años
Personas dependientes
3 (Gran dependencia) 31.174 47.300 116.034 194.508
2 (Dependencia severa) 78.498 110.090 182.015 370.603
1 (Dependencia moderada) 188.967 216.034 155.078 560.080
TOTAL 298.639 373.425 453.126 1.125.190
1 Real Decreto 357/1991 de 15 de marzo y Real Decreto 118/1998, de 30 de enero que modi-
1. La atención domiciliaria
2. La teleasistencia
3. Servicios de respiro
5. Las residencias
Alemania Austria
AÑO DE 1995 1993
CREACIÓN
GRADOS DE DEPEN- Moderado: 1,5-3 horas atención diarias. 7 grados en función de necesidades de atención en
DENCIA Grave: entre 3 y 5 horas atención diarias horas al mes. I (> 50 ), II (>75), III (>120), IV (180),
Severo: más de 5 horas diarias. V (180 intensas), VI(180 constantes), VII (180
combinadas en inmovilidad completa).
COBERTURA Universal (no means-tested) en función de la necesi- Universal en función del grado de dependencia sin
dad y grado de dependencia evaluada por el sistema condicionantes de renta y edad. Cubre una parte
nacional de salud dos veces al año. Apoyo universal de los costes reales. Las familias vienen a aportar
limitado. el 31% de los costes residenciales y el 24% de los
costes de atención comunitaria, como media.
PRESTACIONES a) Para el dependiente: a) Al dependiente: euros al mes en función de cada
SOCIALES 2001 (euros) grado de dependencia: I:145, II: 268, III: 414, IV:
Grados Monetarias Servicios Residencial 620, V: 842, VI: 1.149, VII: 1.532. Libertad de
I. 205 384 1.023 opción del dependiente entre prestación
II. 410 921 1.274 económica y servicios.
III. 665 1.432 1.432
b) Al cuidador:
Casos extremos 1.688 — No hay programa de licencias de trabajo para
b) Para el cuidador: asistencia de larga duración.
Seguro accidentes, cotización pensión, 4 semanas — Servicio de asesoría.
de licencia (1.432 euros) y adaptación de vivienda — Desde 1998 se incluyen en el sistema de
(2.557 euros). Atenciones especiales 460 euros año. Seguridad Social los familiares cuidadores.
COSTE En 2001, 1% del PIB En 2001, en torno al 0,8 PIB
FINANCIACIÓN • 1,7% de ingresos: 50% trabajadores y 50% Con impuestos generales e incrementos de la
empresarios, + 1 día de vacaciones ahora de tra- cotización al seguro de salud.
bajo. Cotización máxima de 57 € al mes.
• Cotización obligatoria para todos los asalariados
y/o perceptores de prestaciones con ingresos infe-
riores a los 38.250 euros anuales.
GESTIÓN 1. Reserva de 1,5 meses de gasto. 1. Evaluación dependencia: tres métodos de
2. Evaluación dependencia: sanidad. evaluación distintos en criterios y de baja
3. Gestión prestaciones monetarias: Seguridad coordinación.
Social. 2. Gestión prestaciones monetarias: la Admi-
4. Gestión servicios mixta. Igualdad competitiva nistración Central y en parte las provincias.
entre ONG’s y empresas que deben estar acredi- 3. Gestión servicios sociales: provincias y mu-
tadas. nicipios. Intervienen también empresas y ONG’s
COORDINACIÓN Coordinación compleja con un mayor peso del sis- Baja coordinación: dos sistemas relativamente yux-
SOCIOSANITARIA tema sanitario. tapuestos, el sanitario y el social.
TENDENCIAS PRO- Mantenimiento del sistema con un déficit del 0,1 Desarrollo del sistema a pesar de su creciente car-
TECTORAS entre 1999-2001. ga financiera.
Debate sobre la transformación de parte de las
prestaciones monetarias en cheques-servicio para
generar empleo y aumentar la eficacia del sistema
protector.
dejar pasar el tiempo para poder hacer un juicio crítico más acertado
sobre la Prestación Personalizada de Autonomía.
clases medias, que tampoco recibirán una protección estatal por exce-
so de rentas.
Consideraciones finales
VI. BIBLIOGRAFÍA
SUMARIO: I. Espacios de libertad: un punto de vista sobre la Ley 41/2003. II. Posi-
bilidades en favor de la persona con discapacidad que ofrece la Ley 41/2003 en
materia sucesoria. A) El fideicomiso legitimario del incapacitado. a) Concepto
y utilidad. b) Algunas cuestiones. 1. Respecto a las personas que intervienen.
2. Respecto al derecho y su extensión. 3. Respecto a la forma de ordenarlo. 4.
Respecto a su funcionamiento. 4.1. En cuanto a la obligación de conservar. 4.2.
En cuanto a la obligación de transmitir. 5. Respecto a la extinción. 5.1. Por
fallecimiento del fiduciario. 5.2. Por llegada del término. 5.3. Por el recobro,
por parte del incapacitado fiduciario, de su plena capacidad. 5.4. Por falleci-
miento de los fideicomisarios. 5.5. Por renuncia del fiduciario. a) Concepto y
utilidad. b) Algunas cuestiones. 1. Respecto a las personas. 1.1. En cuanto al
disponente. 1.2. En cuanto al beneficiario. 2. Respecto al derecho en sí y el
objeto sobre el que recae. 2.1. En cuanto al derecho en sí. 2.2. En cuanto al
objeto sobre que recae. 3. Respecto a la forma de atribuirlo. 4. Respecto al con-
tenido y efectos. 4.1. En cuanto a la extensión del «beneficio». 4.2. En cuanto
a las limitaciones del derecho. 5. Respecto a su extinción. C) La exención de
colación. a) La modificación legal. b) Algunas cuestiones. 1. En cuanto a las
personas a que se refiere. 2. En cuanto a los gastos a que se extiende. 3. En
cuanto al beneficio que conlleva. D) La indignidad sucesoria. a) La modifica-
ción legal. b) Algunas cuestiones. 1. En cuanto a las personas que intervienen.
1.1. Respecto a las personas a las que no se puede heredar. 1.2. Respecto a las
personas que no pueden heredar. 2. En cuanto a la extensión del contenido de
la causa de indignidad. 3. En cuanto a la posibilidad de dispensa de la causa
de indignidad. E) La fiducia parental. a) Concepto y utilidad para la persona
con discapacidad. b) Algunas cuestiones. 1. Respecto a las personas que inter-
vienen. 2. Respecto a los bienes a que se refiere. 3. Respecto a la forma de cons-
tituir la figura. 4. Respecto a su funcionamiento. 4.1. En cuanto a las faculta-
des del fiduciario. 4.2. En cuanto a las vías de ejercicio. 4.3. En cuanto al plazo
para ejercitarlas. 4.4. En cuanto a la situación de la herencia en tanto no se
a) Concepto y utilidad
b) Algunas cuestiones
Tanto del art. 782 modificado por la Ley y que permite el gravamen
de «la legítima estricta» como del también modificado art. 808 que
habla de «el tercio de legítima estricta» se aprecia con claridad que el
fideicomiso regulado es, precisamente, aquel cuyo contenido patrimo-
nial se extiende sólo a los bienes comprendidos (por disposición testa-
mentaria o estipulación particional) en ese tercio de legítima estricta.
¿Podrá, pues, disponer el testador de los otros dos tercios a favor de los
POSIBILIDADES EN MATERIA SUCESORIA QUE, EN FAVOR DE LA PERSONA... 895
tima estricta de los colegitimarios del incapacitado, por lo que hay que
concluir que se está refiriendo al tercio de legítima estricta en su tota-
lidad. Pero es que, además, así lo indica literalmente el párrafo tercero
del art. 808 Cc modificado, al disponer que «el testador podrá establecer
una sustitución fideicomisaria sobre el tercio de legítima estricta, siendo
fiduciarios los hijos o descendientes judicialmente incapacitados y fidei-
comisarios los coherederos forzosos» (el subrayado es mío). Es decir que
parece que el legislador ha contemplado una sola posibilidad: que sólo
puede ordenarse el fideicomiso legitimario si el gravamen se extiende a
la totalidad del tercio de legítima estricta.
Desde mi punto de vista y tratando de aportar una posible solución
a las múltiples dudas que suscitan los preceptos reguladores respecto
a la extensión del fideicomiso, entiendo lo siguiente: 1.°) El testador
puede expresar con claridad que lo que grava con el fideicomiso legi-
timario es la totalidad del tercio de legítima estricta incluida la parte
que, en el mismo, corresponda al fiduciario. 2.°) En caso de que el tes-
tador no exprese con claridad su voluntad y se limite a gravar con el
fideicomiso la legítima estricta de los legitimarios habrá que entender
que está gravando el tercio de legítima entero y que, en consecuencia,
el beneficio del fiduciario es que en vez de sólo su parte de legítima
estricta en propiedad tiene todo el tercio de legítima estricta como
fiduciario. Con esta extensión el legislador entiende que se produce el
beneficio para el incapacitado fiduciario, condición esencial y sine
qua non del fideicomiso legitimario. 3.°) Podrá el testador expresar
claramente que deja a su hijo incapacitado en pleno dominio su legí-
tima estricta y, además, en fideicomiso, el resto del tercio de legítima
estricta o una parte del mismo. También en este caso, aunque ese ade-
más fuese una porción pequeña del tercio de legítima estricta, está
claro que se produce un beneficio para el incapacitado-fiduciario ya
que el testador le deja algo más de lo que, por ley, está obligado a
dejarle. Esta posibilidad la llenará el testador bien dejandole en fidei-
comiso una parte del tercio de legítima estricta además de la propie-
dad de su parte en ese tercio (en cuyo caso los demás legitimarios
adquirirán en propiedad y por iguales partes el resto de legítima
estricta no gravada) o bien gravando solamente con el fideicomiso la
parte de legítima estricta correspondiente a uno o a varios de los cole-
gitimarios del incapacitado-fiduciario. 4.°) Gravar con el fideicomiso
legitimario la parte del tercio de legítima estricta correspondiente al
incapacitado-fiduciario y alguna parte más de ese tercio. Parece que
ese supuesto no estaría contemplado por el legislador como produc-
tor de algún beneficio para el fiduciario y, consecuentemente, no
cabría establecerlo. Pero ¿y si, en el caso de ser varios los colegitima-
rios, se llegara a la conclusión de que, al ser muy pequeña la parte de
LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD
898 RAFAEL LEÑA FERNÁNDEZ
4. Respecto a su funcionamiento
5. Respecto a la extinción
Dado que, en este caso, el fiduciario vive, tanto él como todos los
colegitimarios (y, en caso de fallecimiento anterior de alguno de ellos,
sus herederos) recuperarán la parte que les corresponda en la legítima
estricta fideicomitida. Entiendo (y sé que se me podrá acusar de rebus-
camiento en la argumentación) que la Ley, sólo está contemplando el
cambio de propiedad plena de la legítima estricta correspondiente al
incapacitado por una propiedad fiduciaria mayor, cuando se produce
un beneficio efectivo para éste, lo que, en el pensamiento del legisla-
dor, solamente tiene lugar en el caso que ha estado en su mente y que
no es otro que la sustitución fideicomisaria sobre el tercio de legítima
estricta en su totalidad y su duración hasta el fallecimiento del fidu-
ciario. Es claro que, ante las abundantes dudas que produce la cues-
tión de si el fideicomiso se extiende o no a la legítima estricta del inca-
pacitado o en qué supuestos puede extenderse y en cuáles no (por
razón del beneficio para éste) mi consejo a los Notarios es que cuiden
de que el testador lo exprese con claridad.
B) El derecho de habitación
a) Concepto y utilidad
Entre las preocupaciones que, con más asiduidad, presentan los pa-
dres en el despacho de los Notarios, respecto a sus hijos con discapaci-
dad, se encuentran la relativa al aseguramiento a éstos, mientras vivan,
de un lugar donde vivir. Hay supuestos en que no quieren optar por
dejarles la propiedad de un piso porque, en el supuesto de necesitar el
hijo, metálico para vivir o por una necesidad perentoria, se verían obli-
gados a vender el piso para atenderla con lo cual pasarían a carecer de
ese lugar donde vivir. Prefieren por ello dejarle el usufructo de la vivien-
da, porque con ello le aseguran el lugar donde vivir, y, además —en el
supuesto de que esa vivienda sea lo único que hay en la herencia del tes-
tador— queda algo para los otros hijos (la nuda propiedad de la vivien-
da). Pero esta solución presenta también, ante la posibilidad de arren-
damiento de la vivienda de enajenación de ese usufructo (aunque difícil
en la práctica), la dificultad de no quedar asegurada la disponibilidad
para el discapacitado, mientras viva, de un lugar para vivir. Ante esa
problemática, algunos padres optan por conceder al discapacitado un
derecho de habitación, cuyo contenido viene regulado en los arts. 523
a 529 Cc, porque, al ser un derecho personalísimo e intransmisible, tie-
nen la seguridad de que, en ningún caso, ese hijo va a perderlo (art. 525
POSIBILIDADES EN MATERIA SUCESORIA QUE, EN FAVOR DE LA PERSONA... 907
Algunas veces, cuando los padres no tienen más bien que el piso en
cuestión, se les plantea el problema de los derechos legitimarios de los
demás hijos sobre el piso. Hasta ahora, este problema se ha venido
solucionando con el establecimiento de una cautela socini apropiada,
en la que el testador da la opción a esos otros hijos de, o bien respe-
tar su voluntad —que puede extenderse incluso a la imposición a
estos del modo o carga de atender las necesidades de su hermano—,
o bien quedar reducidos a la adquisición de su legítima estricta, facul-
tando además al heredero, vía art. 841 Cc, para abonarla en metálico
(no se olvide que el testador puede disponer de dos tercios de esa
vivienda que constituye su única herencia, para dejárselos al hijo o
hijos que cumplan lo establecido en la cautela). Pero, incluso esa solu-
ción cautelar, puede plantear algún problema: que el discapacitado no
tenga medio alguno de pagar su legítima en metálico a sus hermanos
o bien que cualquiera de ellos pida que se le adjudique, en pago de su
legítima estricta, la parte correspondiente en la vivienda (art. 842) con
lo cual, habida cuenta lo dispuesto por el art. 1062 párrafo segundo
(aplicable ante la remisión efectuada por el citado art. 842), la vivien-
da tendría que ser vendida en pública subasta y el testador no habría
podido conseguir su propósito de asegurar a la persona con discapa-
cidad, mientras viva, un lugar donde vivir.
Pues bien, para eliminar toda esa problemática, que viene dada
por la imposición al testador de los principios de intangibilidad cuan-
titativa y cualitativa de la legítima (arts.813 y 817 Cc), la Ley 41/2003
da un nuevo contenido al art. 822 Cc estableciendo que «La donación
o legado de un derecho de habitación sobre la vivienda habitual que su
titular haga a favor de un legitimario persona con discapacidad, no se
computará para el cálculo de las legítimas…».
b) Algunas cuestiones
1 Art.12 del Decreto de 23 de diciembre de 1999: «Contra las resoluciones definitivas que
sobre reconocimiento de grado de minusvalía se dicten por los organismos competentes, los
interesados podrán interponer reclamación previa a la via jurisdiccional social de conformidad
con lo establecido en el art. 71 del texto refundido de la Ley de Procedimiento Laboral, aproba-
do por el Real Decreto Legislativo 2/1995 de 7 de abril».
POSIBILIDADES EN MATERIA SUCESORIA QUE, EN FAVOR DE LA PERSONA... 911
y ello teniendo en cuenta que esta atribución legal tiene lugar tanto
si hay testamento (a semejanza de la legítima) como si no lo hubiera
(sucesión intestada).
interpretar que eso es lo que quiere decir el párrafo citado (la coma
parece clave) y no que a lo que se refiera ese supuesto de disposición
contraria o exclusión sea a los requisitos de necesidad del beneficia-
rio de convivencia de éste con el causante.
2.°) El límite de la necesidad del mismo para el beneficiario en
el momento de su atribución legal. Es el párrafo segundo del cita-
do art. 822 el que dispone que el derecho de habitación se atribui-
rá, por ministerio de la ley, al legitimario persona con discapacidad
«que lo necesite».
Naturalmente, esta necesidad ha de ser apreciada de forma objeti-
va puesto que lo contrario equivaldría a condicionar la existencia de
este derecho legal a una condición puramente potestativa (que el
beneficiario o su tutor, en su caso, afirmen que lo necesitan). Ello con-
ducirá, en último extremo, a una difícil apreciación judicial, si los in-
teresados no se pusieren de acuerdo. Nótese, en cuanto a la dificultad
de esta apreciación, que no se trata de conveniencia (de que sea
bueno para el beneficiario) sino de necesidad.
Finalmente, esa necesidad, que va a dar lugar a la atribución
legal del derecho de habitación, es la que tiene el legitimario perso-
na con discapacidad al tiempo de su fallecimiento ya que es en ese
momento cuando se produce la delación legal. Consecuentemente
no se atribuirá el derecho al legitimario que no tenga la necesidad
de tal derecho al tiempo de fallecer el causante y pase a tenerla en
un momento posterior.
3.°) El límite, en cuanto al contenido del derecho, de tener que
compartir este contenido con otras personas. Es también en ese
segundo párrafo del art. 822 Cc que establece y regula la atribución ex
lege del derecho de habitación, donde se indica que «su titular» no
podrá impedir que continúen conviviendo los demás legitimarios
mientras lo necesiten.
En cuanto a la convivencia de esos legitimarios está claro que se
trata de convivencia con el causante y el beneficiario en la vivienda
sobre la que se constituye el derecho de habitación y desde un
momento anterior al fallecimiento de aquel, con el mismo problema
antes enunciado de que no se fija tiempo alguno de duración de la
misma para que se entienda como tal.
En cuanto a la apreciación de la necesidad de seguir conviviendo
he de volver a repetir lo antes dicho, con el agravante de que esa apre-
ciación de necesidad va a jugar en dos momentos: por una parte, el
del fallecimiento del causante que implica para el favorecido con el
POSIBILIDADES EN MATERIA SUCESORIA QUE, EN FAVOR DE LA PERSONA... 921
5. Respecto a su extinción
C) La exención de colación
a) La modificación legal
b) Algunas cuestiones
D) La indignidad sucesoria
a) La modificación legal
b) Algunas cuestiones
Hay que tener en cuenta, por último, lo que dispone el art. 758 de
que, para calificar si la persona de que se trate es incapaz de suceder
por indignidad, «se atenderá al tiempo de la muerte de la persona de
cuya sucesión se trate» y a lo dispuesto en el art. 762 que establece que
«No puede deducirse acción para declarar la incapacidad pasados cinco
años desde que el incapaz esté en posesión de la herencia o legado».
Señala el texto que venimos contemplando (ap. 7.° del 756) que la
causa de indignidad consiste en que esa persona llamada a la heren-
cia de la persona con discapacidad «no le hubiese prestado las aten-
ciones debidas, entendiendo por tales las reguladas en los artículos 142
y 146 del Código civil».
Lo primero que hay que poner de manifiesto es que no se trata de la
negativa de unos alimentos a cuya prestación tuviese derecho el cau-
sante persona con discapacidad respecto al sucesor. Es decir que, en
absoluto, es necesario que entre uno y otro se den las relaciones de
parentesco requeridas por el art. 143 Cc. La apelación que hace la refor-
ma a los arts. 142 y 146 Cc es sólo al contenido de los alimentos a que
se refiere pero no a la regulación general del derecho de alimentos regu-
lado en el título VI del Libro I del Código civil. Y así lo expresa la Expo-
sición de Motivos de la Ley (Ap.VII a) al decir que «y ello aunque el cau-
sahabiente no fuere una de las personas obligadas a prestarlos».
Quizás la problemática mayor la plantee, en nuestro caso, la deter-
minación de este contenido, en cuanto a extensión, de esta concreta
causa de indignidad. Consiste ésta en la no prestación a la persona con
discapacidad de «las atenciones debidas, entendiendo por tales las regu-
ladas en los artículos 142 y 146 del Código civil». Pienso que una inter-
pretación restrictiva de estos artículos nos llevaría a una práctica ino-
perancia de la Ley, salvo en el supuesto de que la causa de indignidad
se hubiese producido en un momento en que la persona con discapa-
cidad no tuviese bienes, aunque luego los tuviese y siguiese teniéndo-
los al momento de su fallecimiento. Pero, en la mayoría de los supues-
tos, se tratará de una persona con discapacidad que tuvo bienes en un
momento determinado, que los seguía teniendo a su fallecimiento y
que, en esa situación de no carencia, se produjo la falta de atención
por parte del sucesor, del cual va a predicarse su indignidad. Es decir,
se va a tratar de la sucesión de una persona con discapacidad que tiene
bienes, pues, si no los tuviese, de nada serviría una pena civil consis-
tente en la privación de la posibilidad de heredar… ¡nada! Pero es que
LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD
932 RAFAEL LEÑA FERNÁNDEZ
E) La fiducia parental
Todos los padres del mundo, cuando constituyen una pareja conso-
lidada y bien avenida, tienen el más absoluto de los convencimientos
POSIBILIDADES EN MATERIA SUCESORIA QUE, EN FAVOR DE LA PERSONA... 935
contando éste ya, por el transcurso del tiempo, con unos elementos de
juicio que al otorgar testamento el fallecido no se tenían, tales como
el talante del resto de los hijos y sus cónyuges, sus respectivas actitu-
des sobre el problema de la persona con discapacidad, la mayor o
menor capacidad de este hijo, el volumen real del patrimonio con que
se cuenta, la cuantía de la pensión que en ese momento pueda quedar
a la persona con discapacidad, etc.
Como puede verse, por este camino, los padres testadores ponen,
uno en manos del otro, es decir, del que sobreviva, la concreción de las
atribuciones testamentarias en favor de sus hijos, dilatando así, en el
tiempo, el momento de esta concreción y permitiendo con ello que,
para ese momento, se hayan despejado ya muchas de las incógnitas
familiares y patrimoniales que en el momento de testar no se conocen.
Y no se nos diga que las parejas tendrán mucho recelo a utilizar esta
fórmula ante el miedo de que el cónyuge o la pareja sobreviviente con-
traigan nuevo matrimonio o tengan otros hijos, con el peligro de que,
por la influencia de esa nueva situación, pueda el supérstite desviarse
de los propósitos que, en vida del testador, éste le suponía. Ese miedo
no tiene sentido porque la fiducia concedida quedará extinguida tan
pronto como el fiduciario supérstite contraiga nuevas nupcias, consti-
tuya una pareja estable con otra persona o tenga un nuevo hijo que ya
no sea del fiduciante. Creo, por tanto, que la utilidad de esta figura
queda expuesta con claridad con estas apreciaciones.
Ciertamente, como antes dije, esta utilidad no se ha visto refren-
dada, hasta ahora, con lo que sería su consecuencia lógica: su utiliza-
ción frecuente. Y es que el precepto citado, antes de su reforma, ori-
ginaba tales dudas en su interpretación y dejaba tantas lagunas sin
rellenar, que los asesores testamentarios, notarios o no, ante la inse-
guridad que les provocaba, no aconsejaban su utilización. Ahora bien,
después de la reforma, que ha venido a suprimir muchas dudas y a
rellenar muchas de aquellas lagunas, posiblemente la única circuns-
tancia que puede retraer algo a la hora de utilizar esta institución es
su tratamiento poco claro en materia de liquidación del Impuesto de
Sucesiones, al existir, en este punto, una laguna legal en la legislación
de este impuesto, laguna que no ha llenado tampoco el Reglamento
de 8 noviembre 1991. Ante esa laguna, la doctrina se ha venido incli-
nando por aplicar aquí el precepto que el artículo 33-8 del citado
Reglamento dedica a una institución de perfiles análogos como es la
fiducia aragonesa. Pues bien, con arreglo a este tratamiento, y sin per-
juicio de la liquidación que se gire al fiduciario por los bienes o dere-
chos que específicamente le hubiese dejado el premuerto fiduciante,
se girará una liquidación provisional en cuanto al resto de los bienes
LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD
938 RAFAEL LEÑA FERNÁNDEZ
b) Algunas cuestiones
Como no podía ser de otra manera, el art. 831-1 permite una sola
forma de establecer la fiducia: el testamento (naturalmente en todas
sus formas) otorgado por el fiduciante.
En cuanto a los requisitos para la validez inicial de la cláusula tes-
tamentaria que contenga la disposición fiduciaria, interpreto, a tenor
de lo dispuesto en los apartados 1 y 4 del artículo 831, la necesidad de
que, al tiempo de otorgarse el testamento correspondiente, o bien
fiduciante y fiduciario sean cónyuges —aunque todavía no tengan
hijos comunes y consecuentemente la disposición fiduciaria se esta-
blezca con respecto a hijos comunes futuros— o bien que, sin ser cón-
yuges, tengan un hijo o descendiente común, exista o no entre ellos
una relación de pareja estable.
Hay que tener en cuenta que el contenido de este requisito hace
referencia a que, al tiempo de otorgamiento del testamento, fiducian-
te y fiduciario sean cónyuges y téngase en cuenta que lo son aunque
estuvieren separados de hecho o legalmente. ¿Qué ocurre si al otor-
gamiento del testamento se hubiese interpuesto la demanda de nuli-
dad o divorcio? El caso es de escuela; lo sé. Pero en el supuesto de que
POSIBILIDADES EN MATERIA SUCESORIA QUE, EN FAVOR DE LA PERSONA... 941
4. Respecto a su funcionamiento
por el testador como elegibles para la mejora, han sido llamados por
el causante al tercio de mejora igualitariamente? Entiendo que sí,
salvo que de la voluntad del testador se desprenda que el llamamiento
a la mejora de los designados depende del cumplimiento de determi-
nadas condiciones o de comportamientos particulares con respecto al
viudo u otros hijos (v.gr. la persona con discapacidad) que debieran ser
apreciados por el propio viudo.
Y ¿qué ocurrirá si el fiduciario deja pasar el plazo sin haber ejer-
citado por entero sus facultades? Pues que, respecto a la porción de
bienes hereditarios afectada por este no ejercicio, habrá quedado
extinguida la fiducia, distribuyéndose los bienes con arreglo al testa-
mento o a la interpretación del mismo. Por esto, será conveniente que
el testador prevea este supuesto —así como el de que la fiducia se
extinga no parcialmente sino en su totalidad por no haberla ejercita-
do el fiduciario durante el plazo correspondiente, sea éste el que
hubiera sido— estableciendo unas disposiciones supletorias y/o nom-
brando albacea contador-partidor, figura esta muy útil en caso de hijo
incapacitado, al facilitarse la partición por aplicación de lo dispuesto
en el párrafo tercero del art. 1057 Cc.
5. Respecto a su extinción
Con arreglo a la nueva redacción del art. 831 Cc, las facultades del
fiduciario se extinguen en determinados supuestos que tienen un
carácter general, porque afectan a todo tipo de fiduciarios, y en otros
supuestos que tienen un carácter especial porque afectan, en unos
casos, sólo al fiduciario que hubiese estado unido por matrimonio al
fiduciante y, en otro, al que no estando unido por el vínculo matri-
monial a éste tuviere descendencia común con él.
POSIBILIDADES EN MATERIA SUCESORIA QUE, EN FAVOR DE LA PERSONA... 953
En una interpretación literal del 831 hay que entender que esta-
mos en presencia de una causa particular de extinción de la fiducia,
ya que, como se ha dicho, el art. 831—6 aplica a ese supuesto de posi-
ble fiducia (fiduciante y fiduciario no casados pero con descendencia
común) las disposiciones de los párrafos anteriores (de todos ellos) y,
consecuentemente, las del párrafo 5 de ese artículo que establece,
como causa de extinción de la fiducia, el que el fiduciario hubiese
tenido un hijo no común de él y del fiduciante. Desde una interpreta-
ción finalista entiendo que la interpretación ha de ser la misma ya que
si el propósito es hacer posible un especial «beneficio» para los hijos
comunes, es lógico pensar que el fiduciante podría ver mermada su
confianza en el fiduciario si este tuviese, luego, otros hijos no comu-
nes que pudieran dar lugar a que éste, por la razón que fuese, tuviera
una mayor inclinación por ellos. De todos modos, si, para el fidu-
ciante, ese supuesto posible y futuro no supusiese ningún obstáculo
para la subsistencia de la figura, podrá hacerlo constar expresamente
disponiendo su no extinción en tal caso (art. 831-5 in finem). Llamo
la atención en este punto a la práctica notarial, a fin de que el supues-
to a que me estoy refiriendo sea planteado al testador fiduciante.
LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD
960 RAFAEL LEÑA FERNÁNDEZ