Rocío Castillo.

WAYS OF SEEING.
EPISODIO 4: PUBLICIDAD.

El episodio 4 de la miniserie de John Peter Berger, Ways of seeing (Modos de ver), nos habla
de la publicidad y sus estrategias. Cómo hacer de la imaginación una herramienta para el
beneficio; cómo la promesa de un sueño nos envuelve y nos excluye.

Haciendo un enfoque crítico y destacando varias de sus ideas para el análisis comparativo
para la clase he sustraído que:

Es el efecto Glamur, por encima de todo, el que consigue que un modelo pase a ser una idea;
producto de la creciente envidia social, tenemos la persistente necesidad de cumplir con
ciertos símbolos de prestigio.
A través del impacto, del arte impersonal e irreal, las marcas consiguen que sea su imagen la
inspiración; a diferencia de la pintura en óleo, que tenía como objetivo mostrar los valores y
la condición de la existencia del ilustrado, la publicidad fuerza la realidad para alterarla.

Siempre con la intención de dejarnos con la necesidad de más, juegan con la inocencia para
ofrecernos una ilusión y no un trato; creer que somos capaces de ser iguales al tópico, poder
formar parte de lo que esperamos, nos empuja a intentar serlo.
“La pasividad presente sustituida por la actividad futura”, no es más que otra forma de elevar
la fuerte perspectiva manipulativa de la publicidad, y cómo aprovecha la comparación para
convencernos.

Si bien el actor es el que anima la inquietud, esta existía desde mucho antes:
Gracias a la Teoría de Mead comprendemos la diversificación entre el “yo” y el “mí”; pese
que es importante conocerse y comprenderse en solitud, esto no podría sostenerse, mirando
más allá y teniendo en cuenta el carácter social del ser humano, debida la indispensabilidad
de las interacciones para un transcurso ameno de la vida.

Es por ello que para nosotros todo es una carrera de vida o muerte hacía la aceptación.
Incluso a veces desprendiéndose del deseo natural, por cultivar un deseo estereotípico; si no
fuese por ese defecto, nada podría hacer el mejor publicista del mundo contra ello.
 Rocío Castillo.

Es realmente desesperanzador observar cómo nos deshacemos de nuestros valores porqué nos
inculcan otros más bien recibidos; de hecho, me hace reflexionar hasta qué punto somos
frágiles y vulnerables para recibirlo sin cuestionarlo. Sin percatarse de la blasfemia a nuestra
identidad.

Por supuesto que, siendo criados desde el interaccionismo simbólico, poco podría esperarse
de una sociedad centrada en aprender sobre los demás y no sobre uno mismo. Sin ningún tipo
de límite ni deliberación.
Todo se centra en conseguir encajar dentro de un Estatus y un Rol preestablecidos
socialmente, sin investigar ni formar nuevos.