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Presentación

Nombre: Ashley Stephanie

Apellido: De La Paz Martinez

Matricula: 21-ECTM-6-032

Sección: 100-9 (CT)

Materia: Redacción e Informe

Profesor: Cecilia Castillo

Tema: Análisis de la obra “La vida no tiene nombre”

Fecha de entrega: 04/12/23


Índice

Justificación....................................................................................................................................3

introducción....................................................................................................................................4

Análisis............................................................................................................................................5

Ensayo.............................................................................................................................................9

Síntesis...........................................................................................................................................12

Palabras desconocidas.................................................................................................................14

Opinión personal..........................................................................................................................15

Conclusión.....................................................................................................................................16
Justificación
"La vida no tiene nombre" es una obra de gran importancia, ya que refleja un momento
histórico crucial de la República Dominicana y sus consecuencias. Además, el libro
ofrece una crítica poderosa del imperialismo y sus efectos en las sociedades invadidas.
También, el personaje principal, Marcio Veloz Maggiolo, es una figura histórica
emblemática de la resistencia dominicana, y su historia representa el esfuerzo y el
heroísmo de la gente que luchó por la libertad de su país.

También es una obra muy bien escrita. La prosa de Veloz Maggiolo es evocativa y
emotiva, y logra plasmar de manera elocuente el conflicto y los sentimientos de los
personajes. Además, el libro es conocido por su sutil ironía y su uso del lenguaje
coloquial, lo cual le da una fuerte identidad a su narrativa. En general, "La vida no tiene
nombre" es una obra literaria importante que vale la pena leer.
Introducción

"La vida no tiene nombre" de Marcio Veloz Maggiolo es una obra literaria que nos sumerge en
un mundo enigmático y desconcertante. A través de una narrativa fragmentada y llena de
simbolismo, el autor nos invita a explorar la complejidad de la existencia humana y a cuestionar
los límites de nuestra propia identidad. Con su estilo vanguardista y su lenguaje poético, Veloz
Maggiolo nos guía por laberintos emocionales y nos confronta con la incertidumbre existencial.
Esta obra desafía las convenciones narrativas tradicionales y nos invita a adentrarnos en un viaje
introspectivo donde se entrelazan la realidad y la fantasía. "La vida no tiene nombre" es una
experiencia literaria única que nos incita a reflexionar sobre el sentido de la vida y a explorar los
misterios que se ocultan en lo más profundo de nuestra existencia.

El tema de “La vida no tiene nombre” es la rebelión guerrillera prohijada por


“gavilleros” alzados contra la primera intervención armada de los Estados Unidos en la
Republica
Dominicana, que aconteciera en el periodo 1916-1924.

Esta novela narra la vivencia de un guerrillero del este, Ramón Vieth, alias El cuerno, hijo de una
pobre inmigrante haitiana, llamada Simián, victima, de varias violaciones, entre ellas de su amo,
un rico terrateniente del Seibo, para quien trabajo como sirviente en su hacienda, bese de la
perspectiva del relato.

“El cuerno” tuvo que enfrentar muchos de los militares lucho por los dominicanos junto a sus
compañeros fue perseguido por los gringos por matar a su padre y defender el país, Ramón Vieth
hacia esto para tratar olvidar su pasado, para su mala suerte su padre y su hermano Fremio se
unieron a los norteamericanos y mandab.
Análisis

La vida no tiene nombre cuenta las aventuras de un “Gavillero” de Oriente, Ramón Vieth, alias
El Cuerno, hijo de un rico terrateniente de El Seibo, de origen holandés, y de un pobre
inmigrante haitiano llamado Simián, que fue víctima de varios violaciones. incluido el de su
amo, para quien trabajaba como sirvienta en su finca, la base de la perspectiva de la historia. El
Cuerno, cuyo apodo se hará famoso en la región oriental del país, es el protagonista de la obra,
desde cuya galería se presenta el escenario de la novela y la naturaleza del tema:

Son países donde la gente ni siquiera tiene precio; donde los hombres trabajan como animales,
desde la mañana hasta la noche, por unos pocos centavos americanos.

El Cuerno conoció la terrible explotación de la vida en la hacienda, fue una víctima social por
su humilde situación y origen y se sintió subestimado, maltratado y humillado por sus
insensibles y despiadados amos. Se sentía despreciado por los dueños de la hacienda, a pesar de
que el dueño era su padre. Y fue precisamente el este del país la zona de mayor resistencia de
los Gavilleros, los combatientes que lucharon contra los marines intervinientes.

El Cuerno se mostró dolido por "cómo las balas de los tiradores destruyeron la vida de algunos
de mis compañeros" y quedó impactado por el hecho de que la llamada "Guardia Nacional"
estuviera a disposición de los estadounidenses para capturar y fusilar a los Gavilleros. Desde la
celda donde espera su ejecución, El Cuerno cuenta no sólo su vida, sino también la lucha de los
Gavilleros y con ello el trasfondo social, histórico, económico y político de una etapa importante
de la vida dominicana como fue la administración del primer Norte. Intervención militar
estadounidense:

“Estoy encarcelado por dos delitos: luchar contra las fuerzas de ocupación y asesinar a mi padre.

Y pensar que los principales colaboradores de los intervinientes americanos fueron dominicanos.
Ramón Vieth, El Cuerno, lo entendió, pero no podía imaginar que su padre y su hermano fueran
colaboradores de los gringos y “aptos para cazar a Gavilleros para que los americanos respetaran
su podrida hacienda”. Un día El Cuerno no pudo más, salió de la hacienda y se unió a la lucha de
los Gavilleros:
Eran, como El Cuerno, hombres del pueblo que se alzaron en armas contra los gringos y
formaron los frentes Gavilleros de la guerrilla montonero. Y fue esta traición y maltrato a su
maestro lo que lo motivó a unirse a los Gavilleros, fortalecido por el amor que sentía por la tierra
en la que nació.

Por supuesto, los Gavilleros no pudieron competir con el poderío de los estadounidenses.
Además de su artillería pesada, los Gavilleros sufrieron la falta de cooperación de la gente del
pueblo. Pero eso no desanimó el espíritu de lucha de los valientes Gavilleros, y cuando el líder
decide romper la lucha por motivos familiares, El Cuerno es nombrado líder de la pandilla
Gavillera. Fue la falta de apoyo popular lo que llevó a los Gavilleros a cometer fechorías
vergonzosas como saqueos, robos, ataques o linchamientos de agricultores informantes. El noble
sentimiento de patriotismo se vio empañado por el vandalismo de los desafortunados Gavilleros.
Así estas bandas armadas de bandidos que se habían levantado contra el gobierno interventor,
estas bandas de Gavilleros desesperados, entre los cuales había verdaderos patriotas,
degeneraron y se convirtieron en fuerzas despiadadas y temibles a los ojos de la población, y a
los
“Gavilleros” se les unió todo. las bandas que saqueaban, violaban y mataban, robaban e
intimidaban sin escrúpulos, y estos elementos negativos, si bien aumentaron el número y la
fuerza militar de los combatientes, desacreditaron moralmente al movimiento revolucionario.
Muchos de los Gavilleros eran padres de doce hijos, como el desgraciado al que fusilamos con
ametralladoras junto a la Javilla.

El propio líder de los Gavilleros reconoció la degeneración del movimiento de protesta y decidió
abandonar la lucha guerrillera, ya que había en él un auténtico sentimiento patriótico y las
circunstancias no le permitían revivir las bandas de Gavillera.

Abandonada la lucha, El Cuerno se lanza a una nueva aventura en busca de nuevos horizontes, y
adonde quiera que iba se llevaba a su vieja; vive un tiempo en la cercanía de Moca; para evitar
que lo reconozcan los gringos destacados en el Cibao, se traslada a Samaná, y allí contempla
para su mayor azoro y descorazonamiento, el fusilamiento de los principales líderes gavilleros
que habían sido sus compañeros en la montonera. Cuando su vieja se enferma, decide retornar a
la hacienda con la esperanza de encontrar la ayuda monetaria de su antiguo amo, y padre a la
vez, y en lugar de la esperada protección, halla la trampa que le tendió su propio hermano, tras
de la cual va a parar a la cárcel.
En una etapa histórica en la que la humanidad vive un enfrentamiento entre dos sistemas
sociopolíticos opuestos, capitalista y comunista, las luchas políticas parecen estar más
preocupadas por posiciones ideológicas que con concepciones nacionales, hasta el punto de que
hay casos en los que la 'presencia' armada de Los invasores extranjeros no se describen como
"intervención" sino más bien como "solidaridad" internacional, una postura que suprime las
fronteras nacionales y considera a los pueblos y razas, no en relación con sus respectivas
regiones geográficas. fronteras sino su identificación o rechazo con el alineamiento con una de
las grandes potencias del mundo.

La intervención militar estadounidense en 16 se llevaría a cabo para someter a las guerrillas


rebeldes que durante la época de Concho Primo pusieron al país en un caos permanente con sus
monótonas "revoluciones" y violaron el orden y la ley del sistema democrático. Cincuenta años
después, se llevará a cabo la segunda intervención militar estadounidense, concretamente en
1965, para impedir la toma del poder por combatientes revolucionarios que se espera que
cambien el sistema actual. Tanto en 16 como en 1965 los marines yanquis intervinieron para
restablecer el orden, y el primer argumento se repitió en la segunda intervención militar.

Cuando el líder de los Gavilleros decide romper la lucha por falta de apoyo popular, recibe las
siguientes palabras que expresan un sentimiento de derrota y dolor: “-Si quieres irte, vete; No te
estoy interrumpiendo ni presionándote; Lo que es seguro es que te atraparán y no podrás
protegerte. Somos uno y nos defendemos. Recuérdalo; Puedes irte cuando quieras, así no
diremos que eres un cobarde. Todos sabemos que eres tan guapo como una abeja de piedra,
pero recuerda que siempre seré tu amigo y tu subordinado si quieres volver. “Todavía tengo fe
en los dominicanos”.

El sentimiento de hermandad surge en El Cuerno ante la sumaria determinación de que no sólo


sería víctima el propio líder de los Gavilleros, sino también sus demás compañeros de armas,
cuya ejecución tuvo que presenciar impasible en Samaná: “ -¡Fuego! – gritó el oficial, y lo gritó
en inglés, como si la mayoría del pelotón no fueran dominicanos. Las balas atravesaron los
cuerpos de mis antiguos compañeros, que cayeron en las trincheras sin decir una sola palabra ni
lanzar un solo grito. Le echaron tierra. Temprano en la mañana, alrededor de las dos, me acerqué
al lugar donde habían fusilado a Juan y Mayí. Puse una cruz de madera que permaneció allí hasta
que me fui.
Este sentimiento depresivo, oculto y evidente en cada acto heroico, llevó al antihéroe desde el
pórtico de la historia hasta el último suspiro a comprender que “la vida no tiene nombre”.
Depresión, pesimismo, derrota... son los sentimientos que deprimen al personaje mientras cuenta
la historia de su vida y la de su gente.

Cuando Ramón se entera de que su hermana Santa tiene un hijo, piensa que es otro más que
viene a "gritar su corazón al mundo". Con el tiempo se cansará, como todos los demás. Verá la
vida como una risa más, como algo sin importancia”. Ramon Vit siente con agudo dolor que
“las personas mal nacidas como nosotros no tenemos nada que esperar de la vida”. “Las cartas
de los pobres nunca llegan a ninguna parte”, dirá, cuando envíe cartas en vano, tratando de
averiguar el costo del tratamiento de su madre enferma, y cuando se entere de que hay
funcionarios
dominicanos que se venden a quienes maltrataron a su pueblo, y mientras espera su ejecución,
es dolorosamente consciente de que morirá “con estas dudas tan adentro”, y termina con esta
exclamación, que sirve de título a la novela: “La vida no tiene nombre, no, no tiene nombre.
No entiendo muy bien esto”.

El Cuerno, antes de ser fusilado por el gringo, experimenta una duda esperanzadora que alivia
el sentimiento depresivo al pensar que pase lo que pase, vale la pena luchar por ello, y llega a la
conclusión de que la vida sí tiene nombre; Este nombre se le debe dar a cada persona según sus
puntos de vista y comportamiento:
Ensayo

La Vida no tiene nombre de Marcio Veloz Maggiolo nos traslada al escenario de la República
Dominicana a principios del siglo XX cuando fue ocupada por tropas norteamericanas entre
1916-1924. En ese ámbito, Marcio cuenta la historia de un gavillero que, en sus últimas horas
antes de ser fusilado por Trujillo, comienza a contar la historia de su vida. Empezando por su
madre, Simián, una haitiana que cruzó la frontera y fue obligada a prostituirse; El señor Vieth
la
aceptó y la convirtió en su sirvienta y también en la sustituta de su esposa cuando él desapareció
de casa. De esta unión llena de violencia e infidelidad nació Ramón, un joven apodado El
Cuerno. En su relato relata un odio incomprensible por parte de su padre y su hermano, a quienes
consideraba negro, y al otro blanco. Esto significa que fue víctima de racismo crónico desde que
nació, además de que su padre intentó por todos los medios que Simián abortara.

Al inicio de la historia de Ramón alias El Cuerno, comienza diciendo que será fusilado por dos
delitos: luchar contra las fuerzas norteamericanas por su país y matar a su padre. En ese
momento el lector entra en un conflicto de juicios, y se pregunta: ¿un patriota y un asesino de su
padre?

Para este análisis cito un segmento en el que Ramón describe las atrocidades cometidas por los
gringos en su ocupación forzada y también explica las razones por las que se convirtió en
gavillero:

Me uní a todos los caminos que existían entre las montañas y los cañaverales. El gringo nos
perseguía como a un animal salvaje. Nos soltaron perros grandes y nos rociaron con
ametralladoras. ¡Oh nosotros que somos prisioneros! Fui testigo en Los Llanos de cómo
marcaban con un hierro candente a un amigo de la infancia. Luego instalaron un embudo y
vertieron en él al menos dos galones de gasóleo. Lo dejaron allí, colgado de los pulgares de las
manos, como advertencia a quienes nos atrevimos a enfrentarnos a los marines americanos,
porque eso sólo nos animaba a buscar venganza. Sentimos un odio que nos mata sin darnos
cuenta. El odio que llevamos, que llevo yo, que todos los dominicanos llevamos como algodón:
un odio ligero y duradero.

Esta obra muestra el olvido de una sociedad acostumbrada a la opresión y, en última instancia, a
perseguir a sus héroes, los gavilleros, que se sacrificaron para escapar de la ocupación de los
gringos. La pobreza abunda en la clase campesina, la miseria como recompensa al arduo trabajo
de los campesinos que trabajan de seis a seis años. La pericia de Simián, un haitiano que
emigró a un país desconocido y se vio obligado a prostituirse para conseguir colas de yuca para
poder
sobrevivir.

El padre, el señor Vieth, odiaba a su hijo ilegítimo, fruto de violaciones y borracheras. El inicio
de la carrera del dictador Rafael Leónidas Trujillo al servicio de las tropas norteamericanas que,
tras llegar al poder una década después, pronunciaría discursos patrióticos. Una moraleja que nos
habla de los caminos de lucha ciega de un pueblo sumiso e ignorante, sometido por el hambre y
las propinas. Un esquema que actualmente se repite en la clase política dominicana. El apoyo
mediático y la propaganda desarrollada por extranjeros llevaron a la población dominicana a
denunciar a los gavilleros por retener recompensas o simpatías.

La historia se desarrolla en un pequeño pueblo costero, donde los habitantes viven en constante
búsqueda de respuestas sobre su identidad y propósito. El protagonista, Pedro, se encuentra
atrapado en una monotonía sin fin, hasta que un día descubre un antiguo diario que despierta su
curiosidad.

A medida que Pedro profundiza en la lectura del diario, se adentra en un laberinto de recuerdos y
sueños que desafían su percepción de la realidad. A través de flashbacks y saltos temporales, el
autor nos muestra la complejidad de la existencia humana y cómo nuestras experiencias moldean
nuestra identidad.

Uno de los temas centrales de la obra es la búsqueda de la verdad. Los personajes se enfrentan a
preguntas existenciales como: ¿Quiénes somos realmente? ¿Qué significado tiene nuestra vida?
A medida que avanzan en su investigación personal, descubren que las respuestas no son fáciles
ni definitivas. La verdad es escurridiza y está sujeta a interpretaciones individuales.

Otro aspecto destacado de "La vida no tiene nombre" es su estilo narrativo. Marcio Veloz
Maggiolo utiliza una prosa poética y evocadora que transporta al lector a los paisajes y
emociones descritos en la obra. Su habilidad para crear atmósferas y escenas vívidas contribuye
a la inmersión en el mundo de los personajes y sus dilemas existenciales.
Además, la obra plantea la importancia de la memoria y los recuerdos en la construcción
de nuestra identidad. A través de los diálogos y monólogos internos de los personajes, el
autor explora cómo el pasado influye en nuestras decisiones y acciones en el presente.

"La vida no tiene nombre" es una obra profunda y reflexiva que nos invita a cuestionar nuestra
existencia y buscar respuestas sobre nuestro propósito en la vida. A través de su estilo
narrativo poético y su exploración de temas como la verdad, la memoria y la identidad, Marcio
Veloz
Maggiolo nos brinda una experiencia literaria enriquecedora.
Síntesis

La vida no tiene nombre, es una novela histórica que trata sobre la primera intervención
norteamericana en la República Dominicana en el siglo XX y tenemos como protagonista a
Ramón, quien fue atrapado por el ejército norteamericano por ser un gavillero y estar en contra
de la intervención. Ramón nos empieza a contar su vida y como llego hacer gavillero y porqué
hizo lo que hizo, de cómo se siente orgulloso de haber defendido su país, aceptando que no fue
una buena persona del todo, pero mientras más leía podía entenderlo, los gavilleros empezaron
siendo personas que hacían lo que fuera por su país, pero este les dio la espalda, los consideraron
delincuentes y solo por unos cuantos cheles, por un racimo de plátano o un pedazo de tierra.
Ellos tuvieron que recurrir hacer cosas que no estaban del todo bien para poder vivir, estaban
todo el tiempo escapando y luchando contra las tropas estadounidenses para luego ser entregados
y muchas veces asesinados por su propia gente. Podía entender el enojo del protagonista y, sin
embargo, se sentía orgulloso de que él sí dio la cara cuando mucho no lo hicieron.

Es una historia trágica, pero no podía parar de reír por como Ramón contaba la historia, es que
ese humor con el que contamos en el país se ve reflejado con cada cosa que narraba o decía el
protagonista. Me encantaba cada vez que hablaba de su padre o de sus hermanos, sobre todo del
traidor y sucio de su hermano. Dios mío, quería que le entrará a palos hasta dejarlos más para
allá que acá y lo mismo con su padre, que asqueroso ser humano, que asquerosos seres humanos.
Me voy a quilla si les sigo hablando de esos dos, jauja. Lo que más amé fue ver como el
protagonista ama su procedencia, él es dominicano, pero su madre es haitiana y durante varias
partes del libro lo llaman "haitiano" como si eso fuera un insulto, pero él no lo toma así, está
feliz y orgulloso de ser el hijo de una haitiana y eso me hace muy feliz. Me ha pasado muchas
veces, muchas personas me han llamado "haitiana" con la intención de ofenderme como si serlo
me hace menos o es peor que ser dominicana y verlo reflejado en ese libro casi me hace llorar.

El libro al final termina con el personaje teniendo esperanza por el país, porque despierte y se dé
cuenta de lo que estaba pasando y, de cierta manera, se me hizo un final muy desgarrador y
hermoso. Al final siempre hay esperanza y él la tuvo, aunque lo que vino para el país luego fue
mucho más fuerte, pero seguía la esperanza.
La novela pretende reflejar un pesimismo, originado en la explotación de los amos, la opresión
en que mantenían al personal dependiente, la traición de dominicanos contra dominicanos
durante la ocupación. Asimismo, el servilismo de unos compatriotas que se doblegaban por unos
míseros dólares, la discriminación social y racial, la crueldad de los bandos en pugnas, y
obviamente la degeneración a que descendieron los gavilleros, justamente los que mantenían
encendida la lámpara del patriotismo en medio de las condiciones más adversas, y por supuesto
el dolor, el sufrimiento de un hombre que se sentía extraño en este mundo y que no comprendía
por qué lo odiaban, es decir, las razones por las cuales lo maltrataban, lo humillaban y lo
pateaban. Todo esto parece reflejar una actitud pesimista del autor, pero hay que convenir en
que, como autor y narrador de la historia que cuenta, es decir, como vocero de su sociedad, el
escritor narra, presenta y describe lo que esa realidad ofrece, sin desvirtuar o mitificar los hechos,
presentándolos con sus lacras sociales, sus aberraciones humanas y las manifestaciones
degradantes de una realidad inocultable.
Palabras desconocidas

Campeche: árbol que procede de la región mexicana de Campeche y de otros puntos de América
central. A partir del siglo XVIII se extendió su cultivo por las Antillas y zonas septentrionales de
Sudamérica y, más tarde, también a diversas regiones tropicales de Asia y de África.

Su madera tiene importancia comercial debido a que contiene una sustancia llamada
hematoxilina que, al oxidarse, se transforma en un colorante, la hematina, utilizada para la
elaboración de tintes de diversos colores una vez agregados distintos mordientes (fijadores)
metálicos.

Baquetear: Maltratar. Incomodar demasiado.

Rabiaca. No encontramos definición.

Silabeo. Pronunciar separadamente cada sílaba.

Pastizal. Terreno de Abundante Pasto.

Chuparnos como a bagazos. Se refiere a que siempre hay alguien que quiere abusar de este
país.
Opinión personal

Un mensaje muy importante que aprendí es que bajo ninguna circunstancia puedes negar tus
orígenes y olvidar tus raíces. Ramón siempre supo que era dominicano y que debía defender sus
orígenes. Además, ante la falta de esta lección, muchos soldados dominicanos aceptaron el
asedio y lucharon del lado de los extranjeros y no del lado de su propio país, aunque hay que
tener en cuenta que la labor de los Gavilleros quedó deformada. y sus métodos se volvieron algo
poco ortodoxos

Aun así, no los juzgaría porque claramente tenían pocas opciones; Había pocos que les
proporcionaran refugio y comida, y como obviamente necesitaban comer, se vieron obligados a
hacerlo mediante el robo.

Su abuelo de entonces, me cuenta, llevaba un tiempo preso por los Gavilleros, y el otro de sus
abuelos también fue alcalde de la ciudad durante la intervención.

Recuerdo particularmente a Chano Aristy, quien prefirió morir antes que traicionar a sus
compañeros ante los yanquis; Sufrió torturas inhumanas, y lo hizo sin dudar de sus principios;
Por eso creo que es admirable.

En conclusión, recomiendo este libro a todos los amantes de la ficción histórica; Maggiolo ha
sido reconocido innumerables veces por su trabajo y creo que vale la pena conocer nuestra
historia desde una perspectiva más íntima.
Conclusión

Con esta novela corta, Veloz Maggiolo se propuso despertar la conciencia de la dominicanidad,
remozar el patriotismo, al tiempo que contaba, de una forma ágil, moderna, interesante, la
historia de la intervención americana, sus efectos sociales, históricos y políticos, y el trasfondo
sociocultural de una zona del país en una época determinada de su historia. Se aprecia así, el
comportamiento socio-político de los dominicanos durante la primera intervención militar
americana.

La novela pretende reflejar un pesimismo, originado en la explotación de los amos, la opresión


en que mantenían al personal dependiente, la traición de dominicanos contra dominicanos
durante la ocupación. Asimismo, el servilismo de unos compatriotas que se doblegaban por unos
míseros dólares, la discriminación social y racial, la crueldad de los bandos en pugnas, y
obviamente la degeneración a que descendieron los gavilleros, justamente los que mantenían
encendida la lámpara del patriotismo en medio de las condiciones más adversas, y por supuesto
el dolor, el sufrimiento de un hombre que se sentía extraño en este mundo y que no comprendía
por qué lo odiaban, es decir, las razones por las cuales lo maltrataban, lo humillaban y lo
pateaban. Todo esto parece reflejar una actitud pesimista del autor, pero hay que convenir en
que, como autor y narrador de la historia que cuenta, es decir, como vocero de su sociedad, el
escritor narra, presenta y describe lo que esa realidad ofrece, sin desvirtuar o mitificar los hechos,
presentándolos con sus lacras sociales, sus aberraciones humanas y las manifestaciones
degradantes de una realidad inocultable.

Se siente el peso ominoso, como una sentencia apocalíptica, la afirmación de Pedro Francisco
Bono, ya citada en otra parte de esta obra, de que “tendremos mal que nos pese rebeliones y más
rebeliones, dictaduras y más dictaduras” (13). En efecto, hemos conocido rebeliones caudillistas
y dictaduras personalistas, y una larga cadena de alzamientos guerrilleros y desórdenes
gavilleros antes y durante la intervención americana, y una larga dictadura, como su secuela más
nefasta.
Aún conoce el país manifestaciones conductuales de ese pasado que hay que superar.

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