UNIVERSIDAD ESTATAL DE MILAGRO

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES, EDUCACION COMERCIAL Y

DERECHO TURISMO EN LINEA

TAREA:

Redacción creativa

AUTOR:

Eliana Elizabeth Castro Rojas

ASIGNATURA:

Comunicación Oral y Escrita

DOCENTE:

Rodríguez Bejarano Sandra Edith

PERIODO:

Marzo 2022 – noviembre 2022

MILAGRO – ECUADOR

FORMATO CONTROLADO: FR0020/ v1.0 / 18-11-2019

 No del
Reporte
Informe de Resultados de aplicación de la Guía de Prácticas 3
Se deberá generar
de forma secuencial
automática

Datos Generales
NOMBRE DE LA Redacción creativa
PRÁCTICA
Turismo Comunicación oral
FACULTAD FACSECYD CARRERA ASIGNATURA
Online y escrita
PROFESOR DE Rodríguez Bejarano AMBIENTE O
PRÁCTICA Sandra Edith LABORATORIO
TIEMPO ASIGNADO 01:00 Tipo APE Virtual
EL PROCESO DE ESCRITURA Y
UNIDAD: 3 TEMAS: REDACCIÓN; TEXTOS NO LITERARIOS
FECHA DE INICIO 03/08/2022 FECHA FIN 20/08/2022

Individual X
TIPO DE PRÁCTICA CANTIDAD DE
1
(Marque la opción) ESTUDIANTES
Grupal

NOMBRE DEL O LOS ESTUDIANTES:

1. Eliana Elizabeth Castro Rojas

Desarrollo de la Práctica
REDACCIÓN CREATIVA

EL DEMONIO DEL IMPERIO

Sonarit, era un reino que en el habita una tirana. Su pueblo esta terriblemente atemorizado.
Los reinos adyacentes temían que la apodada Isabel II “El demonio del imperio” los llegara
a invadir en cualquier momento bajo cualquier circunstancia. El imperio se sentía muy
angustiado, no se sabría por dónde darle a Isabel. En este reino los nobles vivían como reyes,
los burgueses vivían decentemente y los pobres… bueno, eran pobres. Y en sus calles lo que
mas abundaba eran las fiestas y los bufones.

Ryanne, es la hija del duque mas cercano al antiguo reino, es el actual líder de la caballería.
Llevaba una vida sin preocupaciones, no le hacia falta nada, pero a pesar de tenerlo todo,
poseía una gran amabilidad, serenidad y un buen comportamiento. Actualmente se
encontraba en la fiesta del te de la hija del otro duque.

-Es un grato honor tener presente a la hija del duque Rone.

-Saludo la joven.

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 Todas las demás jóvenes la veían ilusionadas, querían entablar una amistad con Ryanne, ya
que podría significar muchísimas cosas, sin embargo, eso no seria posible. Por mas amable
que se mostrara, la falta de una figura materna la obligo a desconfiar de otros a temprana
edad.

-El placer es mío. -Con una leve reverencia se sentó y comenzaron a hablar trivialidades.
Cosas de jóvenes. Ryanne, solo se dedicó a escuchar.

-Al otro día vi al Sr. Sven…. -Se sonrojo la chica al hablar. -Ha crecido mucho. -Comenzaron
a hablar sobre hombres, un tema que no le causa interés a Ryanne.

-El príncipe Arthur esta guapísimo. Parece mentira que esa mujer fuera su madre. -Algunas
rieron entre cuchicheos, sin duda alguna la chica se arriesgo al decir esas cosas.

-El lord Andy sin duda alguna es el mas guapo. -Entre ellas peleaban por decidir cual de los
muchachos actualmente es el mas atractivo. -Comentan que es parte de la rebelión…pero si
no lo han echado al calabozo aun sera mentira.

-Se ha vuelto a escuchar que han vuelto a moverse. -Las jóvenes guardaron silencio y
pusieron toda su atención en la chica que se encontraba inquieta. -Solo son rumores.

-Yo también lo he escuchado. -Comento otra chica.

-Pues sera verdad. -Comenzaron a cuchichear. La fiesta ha culminado, a Ryanne nunca le

han gustado las reuniones de las señoritas de la alta clase, pues ella era muy distinta a ellas,
ya que ella prefería estar rodeada de espadas y caballos, por eso al terminar la fiesta
desapareció sin dejar rastro alguno. En las caballerizas, había un chico rubio de ojos
almendrados estaba tirado sobre la paja, observando a las aves como contraían los nidos en
los techos del establo. Comenzó a escuchar los cascos de un caballo que se acercaba el trote
hasta la cuadra en la que el se encontraba.

- ¡Aldy! -Ryanne acaba de bajar del caballo y observo a su compañero con mucha alegría, ya
que era su compañero de entrenamientos y mejor amigo. -Estoy lista.

- ¿Lista? -La observo de pies a cabeza. - ¿Pretendes usar una espada con esas fachas? -El
chico no pasaba ni una, su vestido azul con incrustaciones plateadas de la chica no era la ropa
adecuada para el entrenamiento.

-Vamos… Acabo de llegar de la mansión del duque. -El chico no lo volvió a repetir, solo la
miro con mas intensidad. -Esta bien… -Le paso las riendas y se dio la vuelta actuando como
una señorita. -Vuelvo enseguida. -Sin mas le dio una sonrisa y corrió muy entusiasmada.
Aldy se burlaba de su amiga mientras comenzaba a despreparar al caballo. Ella cuando volvió
tenia una ropa mas cómoda.

-Comencemos con el entrenamiento de hoy. -Para Ryanne las tardes eran sus momentos
favoritos ya que se sentía libre. Ryanne podía ser ella misma al caer la tarde.

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 Aquel entrenamiento no era nada sencillo, desde pequeña ella se encapricho con el sonido
metálico y tras muchas suplicas a su padre este le otorgo una espada de madera pequeña.
Después de muchos logros, logro ganarse la de metal. Su momento de alegría ha sido
interrumpido por un guardia terriblemente asustado.

- ¡Señor! -Adler freno su estocada. Ella observo algo asustado al súbdito. -El duque... -Me
miro entristecido, pero continuo. -El duque esta en severos problemas. El señor Rone va a
ser decapitado en la plaza principal. -Sin mas las dos espadas cayeron al suelo.

-Coge a Perla y ponte la capa. -Le grito la chica. Ryanne se dirigió al establo. Alder le ordeno
algo al hombre y justo después este fue atrás de ella. Han preparado rápido a los caballos, y
galoparon por las calles de Sonarit tremendamente disgustados. Incluso si llegaran a tiempo
no sabrían como ayudar al padre de la chica. Esta galopaba delante, se escuchaba sus sollozos,
pero su amigo no abrió la boca en todo el camino. Cuando llegaron ya había miles de personas
en la plaza.

- ¡Padre! -La chica entre llantos se tiro las manos al rostro. Varias personas se dieron cuenta,
pero debido al barullo casi nadie la escucho. Los caballos estaban nerviosos y cansados. El
ambiente de la plaza estaba denso, turbio, pues nadie quería ver como el duque mas
bondadoso seria decapitado por “el demonio del imperio”. Después de un discurso inaudible,
la familia real se hizo presente y se sentó tras la escena, apartados de los plebeyos. La princesa
era la única que parecía angustiada. Ella está muy triste, mientras que la reina y el príncipe
se encontraba inmutables. Cuando la reina se sentó fue avisada por alguien y decide volver a
levantarse para ponerse cerca de la víctima.

-E aquí al traidor. -Sus palabras se retumbaron por la plaza. -Esta rata es líder de un grupo
rebelde.

-No… -Ryanne al escuchar eso sintió miedo y orgullo a la vez. Bajo de la yegua muy rápido
y comenzó a dirigirse abriendo paso hacia donde estaba su querido padre. La rubia resaltaba
entre toda es multitud, no por su cabello medio tapado bajo la capucha, si no por el esfuerzo
que estaba realizando para llegar al pódium donde estaba su padre.

-Esto es lo que pasa cuando unos insectos como vosotros intentan retar a la realeza. -Escupía
sus palabras mientras veía como la muchacha intentaba hacerse paso entre la enorme multitud
que era incapaz de moverse por el miedo. La malvada reina se cansó de intentar atisbar la
cara de la muchacha, después mandaría a alguien a buscarla y luego asesinarla. Esa mujer no
iba a dejar cabeza sin cortar en aquella mansión.

- ¡Eh! ¡Detente! -Alder la siguió, ella se escurría entre sus manos, no era para menos ya que
estaba a punto de presenciar la muerte de su único familiar.

- ¡Matadlo! -La reina volvió lentamente a su sitio y tras decir las palabras el verdugo recogió
la enorme espada que iba a utilizar. A punto estaba la chica de llegar cuando Alder logro
taparle los ojos y frenarla.

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 -¡¡NO!! ¡¡PADRE!! -Grito esta al sentir las manos de su amigo retenerla. La gente comenzó
a girar sus caras, muchas otras se iban con náuseas. La chica se retorció en los brazos de
Alder, la princesa Angelina lloraba en los brazos de su hermano y los pasos de la familia real,
que se alejaba, se escuchaba como si un elefante pisoteara el podio del que bajaban. Era lo
único que conseguía escuchar Ryanne, que intentaba librarse, ella no quería tener la imagen
de su padre decapitado como ultimo recuerdo. Sintió como Alder la subía a la yegua.

-No mires atrás. -Sin fuerza alguna, acepto con la cabeza. Sus ojos habían perdido el brillo,
las lágrimas caían como ríos acaudalados. El chico puso su caballo al galope, la yegua lo
siguió, a ella le costo mantener el equilibrio hasta llegar a la mansión. -Tenemos que irnos lo
antes posible. -Sin recibir respuesta ella lo siguió a la mansión. -Recoge tus pertenencias.
-La muchacha se esforzó por correr a su habitación. -Un par de soldados aparecieron.
-Ayudadme a recoger los archivos del marqués. -Observo a su alrededor, las criadas estaban
asustadas, ya sabían la noticia y querían dejar a Ryanne sola, pero debían marcharse porque
también corrían peligro. -Tu. -Señalo a una joven que se encontraba sola observando la
escena. -Tu serás la que se quede con la señorita, por favor ayúdala. -Ella acepto sin rechistar
y acto seguido lo vieron subir los escalones de tres en tres.

-Lo sentimos muchísimo señorita, debemos irnos, confiamos en que Sophie sabrá ayudarla.
-Ellas desaparecieron tras la cocina. La sirvienta comenzó a tirar de la chica.

-Vamos Ryanne, tenemos que recoger todo lo que podamos. -Esta se limpio un poco las
lágrimas que seguían saliendo, Sophie le paso un pañuelo. Recogiendo las cosas, algún
vestido cómodo, ropa interior y la ropa que ella escondía para los entrenamientos. Antes de
salir ella volvió a su tocador y de su cajón cogido un cepillo, el ultimo recuerdo que mantiene
de su madre, y ahora también de su padre. - ¿Ryanne?

-Estoy lista. -Anuncio siguiendo la, las dos llegaron a la entrada, Adler las estaba esperando.
Viendo que la chica dejo de llorar le pidió un favor.

-Lleva tu a la sirvienta. Id corriendo por tu cabello, os esperamos en la entrada del bosque a

Derap. -Sin palabra alguna cogió la mano de su nueva amiga y con una mirada segura se
separo del chico. Preparo a su caballo como una flecha. Subió a Sophie y galoparon hacia el
lugar indicado, donde un grupo de hombres las esperaba.

-Por aquí Lady Ryanne. -Entraron por un camino oculto. Llegaron a un lugar repleto de
cabañas entre los árboles. Bajaron del caballo. El lugar estaba mas cerca de lo esperado,
incluso después de haber estado toda la tarde en carrera.

-Adle. -Al verlo le entrego un abrazo. -Gracias por… -La voz se le quebró.

-Déjalo Ryanne, tranquilízate. No podía permitir que vieras eso. -El recogió al caballo. -
Sígueme, te quiero presentar a alguien. -Las muchachas lo siguieron. Atravesaron varios
puentes y escaleras entre los árboles. Cabañas de madera se alzaban una mas alta que la otra,
de esta forma los pasillos entre arboles parecían infinitos. Las chicas se preguntaban que
cuanta gente vivían allí, seguramente eran una antigua aldea de guerreros del imperio. La
cabaña a la que llegaron era distinta.

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 -Esto ha sido inesperado…. -Escucho a alguien comentar. Había varios hombres alrededor
de una mesa que sostenía papeles, mapas, lápices, reglas y peones sobre ella.

-Señores. -Al parecer al lord se giraron. -Os presento a Lady Ryanne.

-My Lady. -El chico mas cercano cogió su mano y la beso. Jake, carismático y agradable.
Uno a uno se presentó amablemente, tenían personalidades variadas, pero todos parecían
buenas personas.

-Siento importunarlos. -Se avergonzó.

-¡Para nada! -Dijo Jake, parecía ser la voz cantante del grupo. -Estebamos deseando conocer
a la nueva líder. Con un silencio abrumador Sophie se llevo las manos a la boca.

- ¿Cómo? -Pregunto Ryanne.

-Tu padre hablo maravillas de ti. Incluso Adler piensa que puedes completar el plan que
llevamos planeando desde hace meses. -Esta lo miro aturdida.

-Tu has estado cerca de los nobles de mas alto nivel, por no decir el titulo que te precede. -
La chica termino mirando a Sophie que con las manos en su boca levanto los hombros en
signo de duda. Ella se acerco a la mesa que rodeaba los caballeros.

-Explícame. -En su cabeza paso la idea de venganza cuando vio al peón mas grande sobre el
castillo real de Sonarit. La planificación contra la familia real ha comenzado, ella estaba
dispuesta a derrocar a la reina y hacerse con el palacio, incluso si eso significase derrocar al
príncipe y decepcionar a la princesa.

El se puso en marcha. Ella se ofreció a hacerse de carnada, ser la distracción, aunque la reina
quisiera matarla no sabía cómo era su rostro por la capa que tenía tapada su rostro, el resto
utilizara la distracción en la fiesta real para acabar con la reina y sus seguidores.

Ella fue unas semanas antes a los alrededores del palacio, vestida con un fino corse que
deslumbraba su figura y un parasol que hacia conjunto con sus joyas. Con sus galas no
destacaría en sus alrededores, solo debía asegurarse que nada extraño pasara, sin embargo, el
destino le jugo una mala pasada.

- ¿Angelina? -En su descanso, mientras tomaba unos bocadillos con Sophie, pillo a la
princesa escapando por la puerta trasera del palacio. La nombrada se asustó. - ¿Qué haces? -
Si angelina se escapaba ahora todos los guardias aumentaran por toda la zona.

-Lo siento… -Al parecer ella la conocía. Ryanne la abrazo.

-De acuerdo… No es tu culpa. -La tranquilizo.

-No quiero estar mas en este sitio. -Comenzó a llorar. -Yo no quería ver morir a Sir. Rone.
¡Quiero mancharme lejos! -Entre Ryanne y Sophie lograron relajar a la princesa.

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 -Pero no puedes irte princesa. Nosotros te vamos a ayudar, así que necesitamos que nos
ayudes. No puedes irte del palacio o muchos guardias irán a buscarte. -La chica las miro. -
Necesitamos que tu madre no se preocupe y así no mande a un montón de hombres con
espadas a matar por ahí… -Esta se quedo mirando tras ellas. A Ryanne le recorrió un
escalofrió por todo el cuerpo.

- ¿Cuándo pensáis atacar? -Se escucho a sus espaldas. A las chicas les dio miedo girarse,
Sophie se tiro al suelo junto a Angelina que había estado arrodillado a las mantas de Ryanne.
Esta se giro y vio al príncipe Arthur serio.

- ¿De que habla su alteza? -Hizo una reverencia y con una sonrisa continuo. -No se de que
hablas.

-No te hagas la tonta. -Ryanne trago saliva. -He escucha suficiente para saber que eres parte
de la rebelión. -Por su mente pasaron miles de imágenes, ninguna de ellas era un plan de
huida, todos momentos en los que perdía la cabeza y no de locura exactamente. Estaba
condenada.

- ¿Qué harás? ¿Decapitarme como a mi padre? -El chico sonrió y se acercó, Ryanne se puso
frente a la princesa y Sophie.

- ¿Te atreves a hablarle así al príncipe? -Sus cabellos negros rozaban la frente de la chica. Se
aparto después de disfrutar los nervios de la joven y observando tras ella descubrió a su
hermana algo emocionada. -Angelina, no deberías alejarte del palacio. Si te vas no puedo
protegerte. -Se agacho a su altura. Ryanne estaba como una estatua, eso lo había sorprendido.
No esperaba que el serio príncipe fuera tan bromista.

-Pero Lady Ryanne me ha dicho que me ayudara. -El chico se levanto ayudando a su hermana.
Observo a la chica que mantenía la compostura, bueno, el corse no la dejaba hacerlo.

-Entonces tendremos que dejarlas pasar ¿No crees? -La chica afirmo fervientemente con la
cabeza. Ryanne no lo lograba comprender como podía ser una niña tan buena teniendo una
madre tan mala. -Siégueme. Vamos Angelina, si la profesa ve que tardas mucho, ira a avisar
a tu madre. -Esta se asustó y salió corriendo hacia la entrada del palacio. Sophie y Ryanne
siguieron al príncipe por el jardín. Para colmo se toparon con la reina en su paseo. -Madre.

-Arthur ¿Quiénes son? -Con el silencio del príncipe, Ryanne se puso nerviosa.

- ¿Es una de las candidatas a concubina? -A Ryanne se le paro el corazón. Acaba de

comprobar que la reina no tenia pensado casar a su hijo. Isabel la observo.

-Bien, es hermosa, asegúrate de elegir bien. -Se marcho seguida del guardia, del que decían
que era amante de la reina. Luego de marcharse suspiraron tranquilas.

-No pienso ser tu concubina. -Tajo.

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 -No pensaba tenerte como tal. -El príncipe se defendió. El silencio fue abrumador. Llegaron
a un lugar apartado, en el centro de un laberinto, grande como el mismo, había un gazebo de
mármol que tapaba el sol en un pequeño circulo. En este contenía una mesa y algunas sillas
del mismo material, pero estas tenían elegantes cojines. -Siéntese. -Noto mi nerviosismo. -
Nadie se atreve a entrar aquí, así que no te preocupes, nadie nos escuchara.

-Está bien ¿Qué quieres? -La chica fue al grano, Sophie se sentía ansiosa por la conductora
tan tajante de Ryanne.

--Quiero el trono. -Las chicas se miraron. -Tenia pensado terminar con mi madre, pero si la
rebelión lo hace primero no pudo asegurar la seguridad de mi hermana. -Arthur dirigió sus
orbes azules a los verdosos y curiosos de Ryanne.

-No voy a permitir que le hagan nada a Angeline. -El chico pareció tranquilizarse un poco.

-Hablas como si fueras la líder. -Este lo comprendió al no recibir respuesta. No se lo creía,

pero debía ser verdad, la chica no vacilaba al mirarlo.

-Lo soy. -Dijo finalmente. -A fin de cuentas, mi padre lo hizo primero. Yo quiero vengarme,
ya ni siquiera es venganza, quizás justicia. -El príncipe parecía convencido, le ofreció la mano
y esta fue a estrecharla, pero el tiro de ella provocando que Ryanne se levantara y quedara
cerca de él. Su cabello rozaba en la cara de la muchacha, ese mal habito comenzaba a
inquietar a la joven.

-Espero que mantengas tu palabra. -Su voz pareció suplicar. Pero su cara era completamente
seria.

-No lo dudes, lo hare. -El la soltó. Ella volvió con noticias a las cabañas entre los árboles.
Adle la regaño tras escuchar sobre el príncipe.

-¡Te has puesto en serio peligro! -Él estaba realmente enfadado, ¡Ryanne era como su
hermana y tras escuchar el último deseo de Rone… “Cuídala!, algo que no llego a escuchar
la hija, no se podía permitir perderla.

-Volvemos al plan inicial, ahora tenemos la ayuda del príncipe y sus seguidores también. -
Tranquilizo al chico. -No podemos perder la oportunidad por mucho peligro que hayan
corrido. No dijeron más, todos vieron a la líder que se escondía en su interior. Con pocas
palabras calmo a Adler y recompuso el plan. Pronto llego la gran fiesta de la realeza. Varios
hombres y Ryanne se colaron en la fiesta con la ayuda de Arthur, que había colocado sus
nombres falsos en la lista de invitados.

-Mantente tranquila. -Le dijo Jake que estaba temblando.

-Que me lo digas tu es gracioso. -Se quejo riendo.

-Yo tiemblo de la emoción. -Los dos rieron, tras confirmar la posición de sus compañeros.
Se acerco un marqués a pedirle un baile a la joven. -Lo siento, esta conmigo. -Jake lo echo

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 rápido. -Ten cuidado Lady Ryanne. -Se le escapo una sonrisa de medio lado. -Vas demasiado
hermosa con ese vestido, quizás algún viejo pretenda desposarte en cualquier momento.

- ¿Por quién hablas? -Él se quejó, el realmente era unos pocos años mayor que ella, y ella
comenzó a reír disculpándose. De repente Angelina apareció frente a ellos. -Princesa. -Hizo
una reverencia.

-Buenas noches lady Ryanne. -Los observaba con insistencia. Ryanne le hizo una reverencia
la saludo y la pequeña se dispuso a seguir saludando.

-Espera… -Esta se giró. -Asegúrate de marcharte por favor. -Ella asintió y siguió saludando
a la gente con una sonrisa.

- ¿Me concede este baile? -Tras ello se encontró con el príncipe. Jake miro a la chica. Esta se
le concedió su mano.

-No te arriesgues. -La detuvo Jake.

-Si no lo hago no podre acercarme “al demonio del imperio” -Susurro. Comenzaron a bailar
al son de la melodía clásica.

- ¿Estas preparada? -Pregunto al príncipe al colocar su mano en su espalda.

-Siempre estoy lista. -El chico asintió.

- ¿Ves la espada del guardia? -Ahora fue ella la que asintió. Ella estaba lista para iniciar la
batalla con la muerte de la reina. Se aseguraron de ver a Angelina marcharse y que todos los
infiltrados estuvieran cerca de un guardia para conseguir las armas. Fueron menos de 5
minutos. En cuanto el príncipe paso cerca del trono soltó a Ryanne y esta con hábiles
movimientos le desenvaino la espada del guardia que siempre acompañaba a la reina y enterró
el arma en sus tripas. Después de ver que sus ojos perdían energía arranco la espada del trono
y se la lanzo al príncipe. Solo pudo ver la cara de incomprensión del guardia antes de que la
música parara y todos comenzaran a corregir gritando como locos.

- ¡Terminad con esto! -Quito el cuerpo de la ya difunta reina del trono y se sentó, provocando
que muchos frenaran solo para verla. Se coloco la corona y comenzó una nueva era.

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 ANEXOS: (Gráficos, Fotografías y/o Dibujos de la Práctica en Realización)

Fuente: https://n9.cl/8r9qu

Resultados Obtenidos
Como resultados obtenidos en esta redacción escrita, nos damos cuenta la importancia de saber las
funciones presentadas, para detallar así sea una carta, cuento, mensaje, etc.

Conclusiones y Recomendaciones
Para concluir la redacción es una método de edición en el cual se combinan múltiples fuentes de
textos, que se basan en unir oraciones para así formar textos largos, se recomienda saber usar las
funciones del lenguaje para tener una buena redacción.

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