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30 años después de disuelta la Federación Centroamericana, el país había tenido poco tiempo
de paz para su proyecto republicano, ya que la urgencia se centraba en la constitución del
Estado Nacional, que encontraba constante resistencia en los feudos de terratenientes y
grupos económicos locales y extranjeros.
Fue precisamente José María Medina (en foto) quien cumplió un papel
importante en encaminar la consolidación del Estado, que luego
aprovecharían los siguientes gobiernos.
Uno de los capítulos más duros de la historia de Honduras es la
ahorcancina de Olancho (1866), cuando Medina siendo presidente,
reprimió el alzamiento olanchano de agricultores que se oponían a esa
consolidación nacional que incluía pérdidas del poder local en
construcción de un poder central en la capital.
Siglo XIX y parte del siglo XX, Honduras sería disputada por dos
fuerzas centroamericanas: Guatemala y Nicaragua. Quien
controlaba al gobierno de este país, controlaba la región para sus
propios intereses, de ahí que el gobierno de Medina, apoyado desde
un inicio por el gobierno del dictador Rafael Carrera (1939-1965
en foto) de Guatemala estaba seriamente debilitado luego de la
caída de este en la revolución liberal encabezada por Justo Rufino
Barrios (1865) que por su parte apoyó la consolidación de la Reforma Liberal en Honduras,
encabezada por Marco Aurelio Soto.
Seguiría José María Medina siendo fuente de constante preocupación por el poder que tenía
en las plazas locales y por eso se le fusiló, en un proceso seriamente cuestionado por
arbitrario, en 1878, por órdenes del entonces presidente Soto. Así termina este primer período
de la Historia Nacional e inicia la construcción del Estado Moderno con los vientos liberales
que venían desde Guatemala.
Previo a las reformas, las potencias mundiales experimentaron a partir de la segunda mitad
del siglo XIX un acelerado dinamismo capitalista debido a la revolución industrial, que
permitió una gran demanda de materias primas que no se podían producir en sus respectivos
países, y necesitaban para elaborar productos trasformados industrialmente, esta demanda
solo podía ser suplida por países con condiciones climáticas distintas al de las potencias,
como Latinoamérica. Lo que significó que el capitalismo en su proceso de desarrollo, vinculo
a regiones y economías hasta entonces periféricas a un proceso de interdependencia en escala
mundial, surgiendo economías dedicadas al cultivo y explotación de productos. Esto llevo a
que esas potencias en busca de materias primas y mercados empezaran a realizar una serie
de inversiones directas de capital en Latinoamérica, incorporándose así la región a la esfera
capitalista mundial, al amparo de las reformas liberales y especializándose en la producción,
exportación de productos primarios. Capitales extranjeros hacia Centroamérica invirtiendo
en infraestructura y en empréstitos (esto es préstamos que un particular concede al Estado, a
un organismo oficial o a una empresa, y que se materializa en bonos, cédulas, pagarés,
obligaciones) a los gobiernos.