Está en la página 1de 17

Unidad 2 Estudio Socioeconómico de México

Unidad 2. Antecedentes de la estructura socioeconómica: 1910-1940

Presentación de la unidad

En la etapa histórica de nuestro país que estás por revisar, se vivía una situación económica, social y política muy
singular. México tenía muy poco tiempo de haberse librado del dominio español y lo cierto es que desde el movimiento
independentista hasta los sucesivos periodos presidenciales del General Porfirio Díaz, el país tenía más características
rurales que urbanas y capitalistas, mucho menos industriales.

Después de una larga dictadura porfirista, la sociedad quería cambios políticos, sociales y económicos, representados
por diferentes facciones, lo que llevó al inicio de la Revolución Mexicana y a posteriores confrontaciones entre
posturas. Así, en este ambiente se inició la creación del Estado Mexicano.

Propósito de la Unidad

 Revisarás el periodo histórico comprendido desde la Revolución hasta el gobierno de Lázaro Cárdenas.

 Analizarás la evolución social, política y económica de México en este periodo.

Competencia específica

Analizar la evolución social, política y económica de México desde el periodo revolucionario hasta el gobierno de la
transición a través de la revisión de los periodos presidenciales para comprender el contexto actual.

2.1. Revolución Mexicana

El periodo comprendido entre el 20 de noviembre de 1910 y la promulgación de la Constitución de 1917, cuando


terminaron oficialmente los enfrentamientos emanados de la lucha por el poder, se conoce como Revolución
Mexicana; sin embargo, los enfrentamientos armados continuaron hasta la década de 1930.

2.1.1. Causas de la Revolución Mexicana

La Revolución Mexicana de 1910 comenzó a gestarse desde mucho tiempo atrás. Porfirio Díaz gobernó el país durante
más de tres décadas, justamente cuando México se caracterizaba por ser:

Una economía predominantemente agrícola con muy poco desarrollo industrial (la heredada de la Colonia).

Una población que apenas rebasaba los 15 millones de habitantes, casi todos establecidos en el medio rural.

Una población urbana muy reducida y centralizada.

La economía en aquel tiempo se fundamentó en un modelo de acumulación y de producción bastante parecido al


feudal. En este contexto, las grandes extensiones territoriales eran propiedad de un solo hombre o de una familia
(hacendados) y se les conocía como latifundios.

Díaz emprendió una campaña para industrializar al país pero con la lógica de hacerlo por la vía de la importación de
capitales y bienes de capital extranjeros. De esa manera se originó otra distinción social: las clases sociales no sólo se
clasificaban en urbano/rural o rico/pobre sino que ahora, además, era extranjero/nacional.

En política, Díaz se fue haciendo un hombre mayor y, con él, su gabinete. No existían prácticamente las condiciones
para que hombres más jóvenes y –quizá– mejor preparados, pudieran acceder al círculo íntimo de colaboradores del
presidente.

Porfirio Díaz había llegado al poder con el lema “No reelección”, justo cuando Benito Juárez pretendió reelegirse sin
lograrlo pues le sobrevino su muerte.

En este sentido, el presidente se estaba contradiciendo, como deja ver la entrevista que le concedió al periodista
norteamericano James Creelman en marzo de 1908, donde aseguró que la sociedad mexicana estaba lista para un
cambio democrático, dejando entrever sus intenciones de no reelegirse. Sin embargo, incumplió sus propósitos pues
ese mismo año buscó nuevamente la reelección.
La sociedad mexicana apenas subsistía con muchas carencias; las personas cercanas al mandatario y, desde luego,
los dueños de las haciendas eran los únicos que gozaban de cierta prosperidad.

Esta configuración social fue el caldo de cultivo donde se gestó el movimiento revolucionario; hay que subrayar que en
este mismo contexto surgieron acérrimos críticos a la política porfirista que contribuyeron a preparar el escenario para
la salida de Díaz.

En 1910, Francisco I. Madero publicó el libro La sucesión presidencial, en medio de la efervescencia del alzamiento de
varios clubes antirreeleccionistas, y el 20 de noviembre proclamó el Plan de San Luis Potosí, donde se dio inicio
oficialmente a la lucha armada.

En el Plan de San Luis, Madero desconoció la última reelección de Díaz y se autoproclamó presidente provisional y jefe
de la revolución.

En este momento ya habían surgido numerosos brotes armados los cuales fueron condensándose alrededor de la
figura de Madero y culminaron con los Tratados de Ciudad Juárez en mayo de 1911, donde se dio fin a las escaladas
militares.

Díaz aceptó renunciar al poder y entonces se propuso a Francisco León de la Barra como presidente provisional.
Madero formó el Partido Constitucional Progresista postulándose a sí mismo como presidente y a José María Pino
Suárez como vicepresidente.

Las elecciones fueron en el mes de octubre y resultaron ganadores (con el 99% de los votos) Madero y Pino Suárez,
quienes iniciaron su mandato el 6 de noviembre de 1911.

Villa por su parte, mostró su total adhesión a Madero y rechazó las insinuaciones de levantarse en su contra. Pero las
cosas se saldrían de control, pues una nueva escalada se cernía en torno al presidente Madero.

El movimiento contrarrevolucionario atravesó por dos momentos importantes:

1. Se alzaron en armas los generales Bernardo Reyes y Félix Díaz, sobrino de Porfirio, quienes no habían tenido
mucho éxito por separado. Se aliaron, junto con golpistas como Victoriano Huerta, a intereses del gobierno
estadunidense –representados por el embajador Henry Lane Wilson– para proclamar el Pacto de la Ciudadela o Pacto
de la Embajada, con lo que se desconocía a Madero y se establecía que Huerta tomara el gobierno provisional.

2. Esto desembocó en el episodio que se conoce como la Decena trágica, en que se obligó a Madero y a Pino Suárez
a renunciar al gobierno y, posteriormente, los trasladaron a la penitenciaría de Lecumberri para finalmente asesinarlos

2.1.2. Diferencias entre Villa y Zapata: Los principales jefes insurgentes se caracterizaron por no poseer un ideario
político ni mucho menos una ideología propia; en general, sólo buscaban ciertas reivindicaciones sociales, económicas
y políticas.

Ya desde antes del gobierno de Madero, existían pugnas entre Villa y Zapata por las posiciones que cada uno tenía en
relación al presidente.

Para Zapata las cosas eran muy claras: debía oponérsele y la única vía que le parecía posible era una nueva rebelión,
esta vez contra Madero, quien no había dado cumplimiento a los compromisos contraídos en el Plan de San Luis y que
además agravó el ambiente político en el estado de Morelos al nombrar como gobernador a un antizapatista.

El presidente no se dejó intimidar y mandó a las tropas federales a aniquilar a las huestes zapatistas; pero éstas, junto
con su caudillo, huyeron a las montañas de Puebla y proclamaron el Plan de Ayala.

En el Plan de Ayala se resume el resentimiento y la desesperación de los zapatistas, pues afirmaban que Madero era
un gobernante más oprobioso que Díaz, que traicionaba sus principios y que se burlaba de los principales postulados
que en un inicio decía defender.

En el plan se desconocía a Madero como jefe de la revolución y reconocía a Pascual Orozco como nuevo jefe o al
propio Zapata en caso de que el primero no aceptara.

Aquí cabe resaltar la figura de Pascual Orozco: era uno más de los jefes revolucionarios que se sumaron a Madero y
se sintieron defraudados por él. Al sentir que los ideales de lucha habían sido traicionados, Orozco se sublevó contra
Madero desconociéndolo mediante su plan de ataque conocido como el Pacto de la Empacadora donde reafirman los
ideales del Plan de San Luis Potosí y reconoce el Plan de Ayala. Más tarde, fue derrotado por Victoriano Huerta y se
vio obligado a huir a Estados Unidos.
2.1.3. Alianza de Carranza y Obregón: A pesar de haber convenido con Félix Díaz cederle el poder después de la
presidencia, Huerta no cumplió lo prometido y empezó una campaña que terminó convirtiéndolo en sucesor de Madero
en febrero de 1913.

Las primeras acciones de Huerta consistieron en tratar de reconquistar a los grupos orozquistas y zapatistas
aprovechando el antimaderismo mostrado por ambos bandos y también por otorgarles generosas prebendas. Esto
funcionó con el grupo encabezado por Orozco pero no con Zapata, quien rechazó que el jefe militar pactara con Huerta
cuando todavía figuraba como jefe nacional del Plan de Ayala.

De ahí en adelante recrudecieron los ataques de los campesinos morelenses contra el gobierno de Huerta. Esta
situación provocó malestar entre varios legisladores.

Huerta no sólo hubo de enfrentar a sus contendientes sino que además incumplió promesas empeñadas durante la
revolución, que trajo como consecuencia una grave crisis social y económica, así como la antipatía del gobierno de
Estados Unidos que lo presionaba económica y diplomáticamente.

Belisario Domínguez fue uno de los principales ideólogos que se opusieron a Huerta, considerándolo un traidor, por lo
que murió torturado y asesinado. Lo anterior provocó el enojo y la desconfianza del cuerpo legislativo y, en Huerta, la
orden de disolver la Cámara de Diputados, conformando otra que fue totalmente sometida al ejecutivo

En este escenario, el gobernador del estado de Coahuila, el general Venustiano Carranza, condenó la designación de
Huerta llamándolo “arbitrario e ilegal” y rehusó someterse a su gobierno presidencial.

Por su trayectoria política e ideológica, Carranza no podía aceptar al huertismo al que consideraba un retroceso, es por
eso que el 26 de marzo de 1913, junto con un grupo de antihuertistas, promulgó el Plan de Guadalupe, fiel reflejo del
pensamiento carrancista, en el que se propuso la restauración inmediata del orden legal con Carranza autoproclamado
como jefe del ejército “constitucionalista” y facultado para ocupar, de inmediato y en forma interina, la presidencia de
México.

Una vez proclamado el plan, sus seguidores se empeñaron en difundirlo; destacó la participación de Álvaro Obregón y
de Plutarco Elías Calles, ambos del grupo antihuertista sonorense. Estos grupos controlaban Coahuila, Sonora y
Chihuahua.

Por otra parte, Villa, ferviente seguidor de Madero, continuó su misma línea defendiendo a Huerta. A la muerte de
Madero, Villa fue invitado a colaborar bajo las órdenes de Obregón pero no aceptó la propuesta y Carranza tuvo que
reconocer la fuerza militar que había adquirido nombrándolo general del ejército constitucionalista, que devino en la
conformación de la llamada División del Norte bajo su mando.

Más tarde, Villa se sumaría al llamado de Carranza, pues Huerta lo había desilusionado al dar órdenes de fusilarlo.

La influencia de Villa se dio principalmente en el norte del país, particularmente, en Durango, Chihuahua y Coahuila,
pero también es justo decir que logró abarcar desde casi todo el norte hasta la capital del país.

Para este momento ya existían numerosos frentes agrupados con la finalidad de derrocar a Huerta, destacando cuatro:

Frentes opositores a Victoriano Huerta

Venustiano Carranza, jefe del ejército constitucionalista (Coahuila)

Álvaro Obregón en Sonora.

División del Norte al mando de Francisco Villa.

Rebelión campesina zapatista de Morelos que controlaba Morelos, Puebla, Guerrero y Tlaxcala.

Estas facciones establecieron un cerco alrededor de la Ciudad de México. Al mismo tiempo, para empeorarle las cosas
a Huerta, el presidente estadounidense, Woodrow Wilson, ordenó en abril de 1914 la invasión del puerto de Veracruz
sin mediar advertencia ni declaración de guerra. La intención era clara: hacer que Huerta abandonara el poder.

En ese ambiente confuso derivado de las propias personalidades de los jefes revolucionarios y de sus intereses
particulares, se fraguó la remoción de Huerta al mismo tiempo que se acentuaron las divisiones entre los bandos.

Carranza ordenó a Villa que sus huestes no ocupasen Zacatecas pero fue ignorado, así que, sabedor del poderío
militar que caracterizaba a la División del Norte y ante la difícil situación que se presentaba, consideró llegar a un
acuerdo con Villa. A este acuerdo se le llamó Pacto de Torreón y en él se ratificaba a Villa como comandante de la
famosa División del Norte y se reafirmaba su adhesión a Carranza pero ninguno cumplió su parte.
Sin embargo, la suerte en torno a Huerta ya estaba echada pues se le habían cerrado todas las salidas políticas,
militares y diplomáticas posibles por lo que renunció el 15 de julio de 1914.

La rendición incondicional del ejército federal se produjo hasta el 14 de agosto del mismo año con los Tratados de
Teoloyucan que pactaron la rendición total sin la participación extranjera.

2.1.4. Recrudecimiento de la lucha armada: A pesar de vencer a Victoriano Huerta, Carranza no concretó el
anhelado deseo de lograr la paz y la estabilidad que tanta falta le hacían al país. Lejos de ello, se recrudecieron los
conflictos y las desavenencias entre las facciones, particularmente por el problema que representaba para Carranza el
poder de Villa con su insistencia en que se respetara el Pacto de Torreón, con sus anhelos de justicia social y de lograr
un Estado donde los campesinos fueran libres y autónomos.

Lo mismo sucedió con Zapata, quien no sólo no se sentía identificado con Carranza sino que además exigía el
cumplimiento de lo contenido en el Plan de Ayala y seguía con su reclamo histórico sobre la propiedad de las tierras.

Para enrarecer más el ambiente, ni Villa ni Zapata fueron invitados a firmar el Tratado de Teoloyucan y, además, se les
impidió entrar con sus respectivos ejércitos a la Ciudad de México y participar del triunfo obtenido sobre Huerta.

Resulta entonces evidente que las posiciones entre los grupos eran irreconciliables, pues lo que realmente deseaba
Carranza era la total sumisión de ambos bandos.

Las diferencias entre los grupos eran muchas: pertenecían a diferentes clases sociales, regiones y culturas. No
obstante, Carranza en un último intento por congraciarse con las facciones, convocó a la Soberana Convención
Revolucionaria donde participaron los 150 generales más connotados o sus representantes, quienes sesionaron entre
el 10 de octubre y el 10 de noviembre de 1914 en Aguascalientes

En la Convención Revolucionaria se tomaron resoluciones fundamentales pues, al declararse soberana e


independiente, acabó por desconocer a Carranza como encargado del poder ejecutivo, reconoció a Villa como jefe de
la División del Norte y eligió a Eulalio Gutiérrez como presidente provisional.

La convención no tuvo peso militar pero sí alcanzó gran proyección ideológica, pues de ella se derivó la forma que
habría de adoptar el México emanado de la revolución.

Además, los dos ejércitos revolucionarios, mayoritariamente campesinos, trataron de superar sus diferencias y
definieron un proyecto político que lograría el consenso de los mexicanos.

Si pensamos que en ese tiempo la inmensa mayoría de la sociedad mexicana era pobre, rural y campesina, el proyecto
apuntaba a un gran éxito como más tarde se constataría en algunas de las partes que se recuperaron para insertarse
en la Constitución de 1917.

La convención convocada por Carranza provocó, en vez de la conciliación de las diferentes facciones, el
reposicionamiento de las fuerzas ahí donde tenían mayor peso estratégico: Villa en el norte, Zapata en el sur y
Carranza en el Golfo, con las ricas fronteras marítimas de los puertos de Veracruz, Tampico y la península de Yucatán.

Entonces Carranza decidió establecer su gobierno en el puerto de Veracruz.

La Ciudad de México fue ocupada por fuerzas villistas y zapatistas el 6 de diciembre de 1914, después de celebrar el
Pacto de Xochimilco en el que ambos frentes convinieron una alianza militar.

Sin embargo, sin un ideario político y asediados por los carrancistas (especialmente por Obregón), empezaron a perder
fuerza militar y a sufrir varias derrotas importantes que culminaron con los carrancistas recuperando la capital de la
república. El talento militar de Obregón y la testarudez de Carranza habían cobrado sus frutos.

En términos militares, sólo faltaba aniquilar al villismo y al zapatismo, a lo que quedaba de la Convención de
Aguascalientes y a otros movimientos de menor monta que no se habían sumado a Carranza.

Así, desde 1915 y durante todo el siguiente año, se realizó una intensa campaña de pacificación que –en ocasiones–
tuvo tintes genocidas; los que no “comprendieron” el plan de pacificación de Carranza y se subordinaron a él, fueron
sometidos, fusilados o incluso asesinados a mansalva, como el caso de Zapata quien fue traicionado por el coronel
Jesús Guajardo, en la Hacienda de Chinameca (Morelos) el 10 de abril de 1919.

Villa se vio forzado a regresar a su otrora actividad guerrillera con gran escasez de pertrechos y armamento. Se logró
mantener así hasta 1920, cuando Adolfo de la Huerta logró la rendición del caudillo.

El 26 de junio de 1920, Villa firmó los Convenios de Sabinas, obligándose a deponer las armas y a retirarse a la
Hacienda de Canutillo (Durango), que el gobierno le concedió como pago por sus servicios durante la revolución.
Cuando Álvaro Obregón llegó a la presidencia de México, y ante la posibilidad de que volviera a levantarse en armas,
decidió matar a Villa en una emboscada, el 20 de julio de 1923 en Parral, Chihuahua.

Carranza fue el primer presidente constitucional de la revolución pero las condiciones que tuvo que enfrentar eran
todavía mucho muy adversas; la pacificación del país estaba lejos de ser alcanzada, muchas actividades económicas
estaban seriamente dañadas por todo el conflicto bélico.

Además, por haber dispuesto del erario público para la guerra, surgieron problemas financieros derivados de la
inestabilidad política como la inflación y la emisión de circulante, pues al no haber un organismo que regulara todas
estas actividades, era muy difícil controlarlas. Por esta razón, Carranza se entregó a estas cuestiones dejando a un
lado las promesas sociales y sólo se distinguió un ligero avance con la creación de la Confederación Regional Obrero
Mexicana (CROM) que más tarde sería utilizada por el gobierno como puntal para el corporativismo.

Un problema al que también debió enfrentarse Carranza fue el relacionado con la política exterior, pues con el estallido
de la Primera Guerra Mundial, a Estados Unidos no le convenía que nuestro país se aliara con las potencias enemigas.

Esta situación la supo manejar muy bien ya que a través de ella obtuvo, entre otras cosas, el reconocimiento a su
gobierno. Sin embargo, a EE.UU le preocupaba la interpretación del nacionalismo que se le había dado al
recientemente creado Artículo 27 Constitucional.

A finales de 1919, el ambiente volvió a enrarecerse ante la proximidad de la sucesión presidencial. Carranza y su grupo
de liberales moderados impusieron a un civil casi desconocido para contender por la presidencia de la república que
era embajador en Washington, Ignacio Bonilla, mientras que el grupo liberal radical encabezado por Obregón postulaba
a su caudillo basándose en su prestigio y en su reciente oposición a Carranza

No obstante, fue hasta abril de 1920 que Obregón publicó el Plan de Agua Prieta donde desconocía a Carranza, se
adhería a la Constitución de 1917 y designaba como presidente provisional a Adolfo de la Huerta.

La rebelión no se hizo esperar; el movimiento armado se extendió con rapidez y pronto controlaba prácticamente todo
el territorio nacional, a excepción del camino hacia Veracruz donde Carranza pretendía volverse a refugiar.

En el camino al puerto, en las montañas de Puebla, concretamente en el poblado de San Antonio Tlaxcalantongo,
Carranza fue acribillado el 20 de mayo de 1920.

Con esto, se cerraba otro capítulo de la Revolución Mexicana, quizá el más álgido, pues se caracterizó por la violencia,
la destrucción y por los altos costos sociales pero también permitió que se pusieran los cimientos de un México menos
injusto. Ese papel le habría de tocar al grupo sonorense que gobernó al país hasta 1934.

2.1.5. Promulgación de la Constitución de 1917: Carranza cumplió con su promesa de reconstruir el Estado nacional
con nuevas instituciones e incluir la representación que hicieran los grupos populares tomando en cuenta, por lo menos
mínimamente, los reclamos de obreros y campesinos. Convocó a un congreso constituyente –aunque excluía a
villistas, zapatistas y convencionistas– para elaborar la Carta Magna que moldeaba el camino que debería tomar el
nuevo Estado.

No obstante, era inevitable una efervescencia política muy marcada pues unos eran alentados por el Primer Jefe del
ejército constitucionalista y otros por la deslumbrante carrera militar de Obregón.

En el Congreso Constituyente se abrieron básicamente tres flancos:

1.- Los liberales radicales o “jacobinos” que clamaban por cambios muy profundos en la estructura social, económica y
política en México y que se adherían a las reformas emprendidas por Juárez oponiéndose a todo lo clerical,
especialmente al conservadurismo de la Iglesia Católica.

2.-Los liberales moderados de corte menos beligerante que los primeros y que proponían también cambios radicales
pero sin entrar en conflicto con los intereses de la Iglesia y los sectores acaudalados del país.

3.- Los conservadores que querían que los cambios propuestos en dicho congreso fueran más bien cosméticos sin
afectar a los intereses de ningún grupo importante.

En suma, la extracción social de los constituyentes fue heterogénea pues había civiles, militares, profesionistas,
mineros, negociantes, poetas, periodistas, rancheros, profesores, trabajadores, etc., todos ellos sesionaron del 1 de
diciembre de 1916 al 31 de enero de 1917 en la ciudad de Querétaro.

La revolución había hecho presentes nuevas aspiraciones sociales y políticas y, por ende, las antiguas leyes no
servían para atender esta nueva realidad. México había cambiado y su ley principal debía cambiar también.
La Constitución de 1917 en realidad fue una mezcla de los ideales de justicia de la revolución y los anhelos de libertad
y democracia heredados de la Constitución liberal de 1857.

Esta nueva ley, dividida en nueve Títulos, le dio especial importancia al primero que habla de las garantías individuales
ya que reconoció las libertades ciudadanas fundamentales, los derechos sociales y confirmó el ideal democrático de
nación, el federalismo, la división de poderes y agregó tres artículos fundamentales que recogían buena parte de las
aspiraciones de la sociedad: los Artículos 3, 27 y 123.

Además, se agregaron dos Artículos: el 24 y 130, que recogían la tradición juarista contenida en las Leyes de Reforma
y en la Constitución de 1857, que trataban de las regulaciones entre el Estado y la Iglesia.

El proceso no fue fácil por las distintas posturas ideológicas representadas ahí, prevaleciendo la tendencia liberal
moderada

2.2. El fin de la lucha armada y el nacimiento del Estado Mexicano: A principios de la década de los veinte, la
revolución había destruido el aparato estatal del porfirismo, en varios estados continuaban los combates y las
relaciones con las potencias extranjeras eran tensas por los postulados de la Constitución de 1917.

2.2.1. Rebelión de Agua Prieta desconociendo a Carranza: El general Obregón no asumió la presidencia
inmediatamente después de proclamado el Plan de Agua Prieta, pues quiso ser respetuoso de las formas y llevar a
cabo elecciones en el país.

Ya se había decidido que el gobernador de Sonora, Adolfo de la Huerta, fuera el presidente provisional, llevando a
Plutarco Elías Calles como jefe militar con la intención de convocar a elecciones en septiembre de 1920.

Obregón, sin tener prácticamente ningún opositor digno de mencionar se erigió triunfador de la contienda con el
95.79% de los votos y asumió la presidencia del país del 1 de diciembre de ese mismo año al último día de noviembre
de 1924. Es preciso recordar que en ese tiempo los periodos presidenciales eran cuatrienios, por lo que Obregón fue el
primer gobernante que gobernó sin tropiezos los cuatro años de su gestión.

2.2.2. El gobierno de Obregón: Uno de los orígenes de la relativa debilidad del gobierno de Álvaro Obregón provenía
del hecho de que los Estados Unidos no habían reconocido el régimen post-revolucionario. La Constitución de 1917
había perjudicado a muchos intereses estadounidenses por lo cual el gobierno norteamericano se negó a reconocer
como legítimos a los presidentes de México: Venustiano Carranza y Álvaro Obregón, y además exigían la derogación
de varios artículos o al menos que no fuesen retroactivos; por ejemplo:

 Art. 3: impedía que extranjeros impartieran enseñanza.

 Art. 33: se refiere a la expulsión de extranjeros indeseables y perniciosos.

 Art. 130: concernía a la expulsión de sacerdotes extranjeros.

El artículo que más molestaba al gobierno de Estados Unidos era el 27, pues consideraban que las propiedades que se
habían adquirido legalmente antes de la publicación del mismo debían respetarse irrestrictamente. En el fondo, se
puede apreciar el interés que tenían por la naciente industria petrolera.

El contenido de los artículos mencionados ocasionó reclamaciones al gobierno de Obregón, en el sentido de supuestas
pérdidas sufridas por ciudadanos o sociedades estadounidenses durante la revolución.

Además, la resolución de las mismas se convirtió en la condición para otorgarle el reconocimiento oficial a Obregón y
minimizar la constante posibilidad de invasión militar, como había ocurrido otras veces en el pasado.

Para obtener el reconocimiento del gobierno de Estados Unidos, Obregón aceptó tener conversaciones con delegados
estadounidenses.

Las negociaciones se iniciaron el 15 de mayo de 1923 y terminaron el 13 de agosto del mismo año. Estas pláticas se
llevaron a cabo en un edificio del gobierno federal ubicado en las calles de Bucareli No. 85. Como resultado de estas
conversaciones se firmó el Tratado de Bucareli.

Se anunció que no se afectarían propiedades obtenidas legalmente, y que el Artículo 27 no tendría aplicabilidad
retroactiva; en especial, se respetarían los derechos de los estadounidenses en las tierras donde hubiera petróleo y el
gobierno mexicano les otorgaría concesiones para explotarlo.

Aprovechando la situación, los norteamericanos buscaron también que se reanudara el pago de la deuda externa y el
nombramiento de una comisión que revisaría las varias reclamaciones acumuladas desde 1868.
Con estas medidas compensatorias, se obtuvo finalmente el reconocimiento diplomático estadounidense.

Obregón no estaba de acuerdo con fincar la creación de la pequeña propiedad sobre la base de la fragmentación
indiscriminada de latifundios. Se negaba a aceptar que se lesionaran los derechos de los demás. Esto significaba que
las decisiones políticas sobre la reforma agraria tenían el objeto de atender las demandas de la masa campesina que
exigían tierras y a la vez de los terratenientes que se negaban a perderlas.

Se fundó el Partido Nacional Agrarista con la intención de dar cumplimiento al mandato del Artículo 27, pues se
fundamentaba en la redistribución de la propiedad agraria.

Entre las relaciones que mantenía Obregón con los obreros, destaca la creación de la Confederación Regional Obrera
Mexicana (CROM) y del Partido Laborista Mexicano pues gracias a estas instituciones se comenzaron a lograr mejores
salarios y respeto a sus derechos laborales.

Los mayores logros de la política obregonista fueron en la educación. Obregón pensaba que la reconstrucción nacional
debía darse por la conciliación de las clases y para ello contemplaba un plan de instrucción pública que llegara a todos
los sectores, incluido el rural.

Esta enorme empresa fue encomendada a un abogado ilustre, filósofo, pensador, escritor, educador, funcionario
público con gran renombre pues, entre otras actividades trascendentales, había sido rector de la Universidad Nacional
de México: José Vasconcelos Calderón.

A él le tocó crear la Secretaría de Educación Pública en septiembre de 1921 con la finalidad de aglutinar todos los
esfuerzos educativos bajo un solo bando. Enarboló la noble tarea llevándola a todos los confines del país por medio de
sus misiones culturales con lo cual la educación y las escuelas se expandieron de una manera que no tenía precedente
en este país.

Para cumplir con estos objetivos:

-Se dio fomento a la escuela rural.

-Se creó la Casa del Estudiante Indígena.

-Se establecieron diversas escuelas centrales agrícolas basadas en el método de escuela activa de Dewey.

Puede decirse que la obra de Vasconcelos constituyó una verdadera revolución cultural que no se había vivido desde
muchos años atrás.

2.2.3. Rebelión delahuertista : Una de las rebeliones pos revolucionarias más importantes la protagonizó Adolfo de la
Huerta cuando Obregón expresó su intención de que Calles lo sucediera en el poder.

A de la Huerta le parecía imposible que un hombre al que él le concedía pocos méritos pudiera suceder en el poder al
presidente y no él mismo. Con esta postura, logró que algunos jefes militares, políticos resentidos y –sobre todo–
antiguos latifundistas que habían perdido su poder durante la revolución se alzaran contra el presidente.

Sin embargo, fue el mismísimo Obregón quien organizó el plan de operaciones contra la revuelta, tomando el mando
de dos de los seis frentes de batalla y liquidando la insurrección apenas a cuatro meses de haberse producido

Actividad 1. Memorama: Revolucionarios

Francisco I. Madero: En octubre de 1910 acordó con sus colaboradores el Plan de San Luis, que llamó a la
insurrección general y logró el apoyo de amplios sectores de la sociedad que se encontraban inconformes por la
política de Díaz. Su lema se basaba en la “no reelección”. Hizo suyas algunas de las principales inconformidades de los
campesinos al incluir algunas propuestas de solución al problema agrario. En noviembre de 1911 asume la presidencia
de México.

Emiliano Zapata: Nació en Anenecuilco, Morelos y fue el principal líder del Ejército Libertador del Sur. Sus seguidores
le llamaban “El caudillo del sur”. Sin ser hacendado, poseía tierras y tenía una clara consciencia campesina y se
oponía a la sobreexplotación que se hacía de su gente en la zona cañera de Morelos. Se unió a la revolución con la
esperanza de que ésta restituyera a los desposeídos las tierras de las que los hacendados se habían apoderado.

Francisco Villa (Doroteo Arango): Fue uno de los principales jefes de la revolución mexicana; tuvo gran influencia en
el norte del país por lo que se le llamó "El Centauro del Norte". Su incorporación a la revolución fue para frenar los
abusos cometidos en contra de la gente pobre (peones acasillados) por los ricos hacendados. Resultó ser un hábil
estratega militar y su contribución al triunfo de la revolución fue decisiva.
Venustiano Carranza:Presidente de México de 1917-1920. Considerado como el Jefe del Ejército Constitucionalista.
Bajo su mandato, convocó a la Convención que redactó la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, aún
vigente. Tras el asesinato de Madero, derrocó a Huerta, quien había usurpado el poder, sin embargo, tuvo graves
diferencias con los demás jefes revolucionarios, específicamente con Villa y Zapata, quienes no veían en él a la
persona que solucionaría los problemas que enfrentaba México. Expidió el Plan de Guadalupe.

Álvaro Obregón: Decretó el Plan de Agua Prieta. Durante su mandato se comenzó con la repartición de tierras como
parte de su proyecto de reforma social y agraria, incrementó el apoyo a la educación favoreciendo el establecimiento y
difusión de la escuela rural. Su gobierno, el primero en durar todo el tiempo de su mandato (que entonces era de cuatro
años), enfrentó una grave crisis con el Gobierno de los Estados Unidos pues se negaba a otorgarle el reconocimiento,
que finalmente obtuvo en 1923 mediante los Acuerdos de Bucareli.

Actividad 2. Foro: Artículos Constitucionales

1.- Lee el resumen de los artículos constitucionales y responde en el foro las siguientes preguntas. Da clic en
el icono para descargar el documento

Unidad 2. Antecedentes de la estructura socioeconómica: 1910-1940 Constitución de 1917

Artículo 3º
Establece que la educación básica debe ser gratuita, laica y obligatoria, tendente al desarrollo armónico de las
capacidades del individuo, fomentará el amor a la patria y la conciencia de la solidaridad internacional en la
independencia y la justicia. El Estado deberá impartir la educación en forma gratuita. Entre sus puntos más importantes
destaca:
• Todo individuo tiene derecho a recibir educación. El Estado -federación, estados, Distrito Federal y municipios-,
impartirá educación preescolar, primaria y secundaria. La educación preescolar, primaria y la secundaria conforman la
educación básica obligatoria.;
• La educación que imparta el Estado tenderá a desarrollar armónicamente todas las facultades del ser humano y
fomentará en él, a la vez, el amor a la Patria y la conciencia de la solidaridad internacional, en la independencia y en la
justicia;
• Garantizada por el artículo 24 la libertad de creencias, dicha educación será laica y, por tanto, se mantendrá por
completo ajena a cualquier doctrina religiosa;”
• Toda la educación que el Estado imparta será gratuita;
• Además de impartir la educación preescolar, primaria y secundaria, el Estado promoverá y atenderá todos los tipos y
modalidades educativos -incluyendo la educación inicial y a la educación superior necesario para el desarrollo de la
nación, apoyará la investigación científica y tecnológica, y alentará el fortalecimiento y difusión de nuestra cultura;
• Las universidades y las demás instituciones de educación superior a las que la ley otorgue autonomía, tendrán la
facultad y la responsabilidad de gobernarse a sí mismas; realizarán sus fines de educar, investigar y difundir la cultura
de acuerdo con los principios de este artículo.
Artículo 27º
Declara que las tierras y las aguas que forman parte del territorio de la nación y los recursos del subsuelo son en
primera instancia propiedad de la misma. Toda explotación de la tierra, estará bajo la administración del Estado.
Entre sus puntos más importantes destaca:
• La propiedad de las tierras y aguas comprendidas dentro de los límites del territorio nacional, corresponde
originariamente a la nación, la cual ha tenido y tiene el derecho de transmitir el dominio de ellas a los particulares,
constituyendo la propiedad privada;
• Las expropiaciones solo podrán hacerse por causa de utilidad pública y mediante indemnización;
• La nación tendrá en todo tiempo el derecho de imponer a la propiedad privada las modalidades que dicte el interés
publico, así como el de regular, en beneficio social, el aprovechamiento de los elementos naturales susceptibles de
apropiación, con objeto de hacer una distribución equitativa de la riqueza pública, cuidar de su conservación, lograr el
desarrollo equilibrado del país;
• Corresponde a la nación el dominio directo de todos los recursos naturales de la plataforma continental y los zócalos
submarinos de las islas; de todos los minerales o substancias que en vetas, mantos, masas o yacimientos, constituyan
depósitos cuya naturaleza sea distinta de los componentes de los terrenos;
• Son propiedad de la nación las aguas de los mares territoriales en la extensión y términos que fije el derecho
internacional; las aguas marinas interiores; las de las lagunas y esteros que se comuniquen permanentemente o
intermitentemente con el mar; las de los lagos interiores de formación natural que estén ligados directamente a
corrientes constantes; las de los ríos y sus afluentes directos o indirectos, desde el punto del cauce en que se inicien
las primeras aguas permanentes;
• Corresponde también a la nación el aprovechamiento de los combustibles nucleares para la generación de energía
nuclear y la regulación de sus aplicaciones en otros propósitos. El uso de la energía nuclear solo podrá tener fines
pacíficos;
• Se reconoce la personalidad jurídica de los núcleos de población ejidales y comunales y se protege su propiedad
sobre la tierra, tanto para el asentamiento humano como para actividades productivas;
• La ley protegerá la integridad de las tierras de los grupos indígenas;
• La ley, considerando el respeto y fortalecimiento de la vida comunitaria de los ejidos y comunidades, protegerá la
tierra para el asentamiento humano y regulara el aprovechamiento de tierras, bosques y aguas de uso común y la
provisión de acciones de fomento necesarias para elevar el nivel de vida de sus pobladores;
• La ley, con respeto a la voluntad de los ejidatarios y comuneros para adoptar las condiciones que más les convengan
en el aprovechamiento de sus recursos productivos, regulara el ejercicio de los derechos de los comuneros sobre la
tierra y de cada ejidatario sobre su parcela;
Artículo 123º
Contiene las determinaciones sobre el trabajo y la previsión social; otorga derechos y obligaciones a los trabajadores.
Entre sus puntos más importantes destaca: Toda persona tiene derecho al trabajo digno y socialmente útil; al efecto, se
promoverán la creación de empleos y la organización social de trabajo, conforme a la ley;
• El Congreso de la Unión, sin contravenir a las bases siguientes deberá expedir leyes sobre el trabajo, las cuales
regirán; entre los obreros, jornaleros, empleados domésticos, artesanos y de una manera general, todo contrato de
trabajo;
• La duración de la jornada máxima será de ocho horas; la jornada máxima de trabajo nocturno será de 7 horas.
• Quedan prohibidas: las labores insalubres o peligrosas, el trabajo nocturno industrial y todo otro trabajo después de
las diez de la noche, de los menores de dieciséis años;
• Queda prohibida la utilización del trabajo de los menores de catorce años. Los mayores de esta edad y menores de
dieciséis tendrán como jornada máxima la de seis horas;
• Por cada seis días de trabajo deberá disfrutar el operario de un día de descanso, cuando menos;
• Las mujeres durante el embarazo no realizarán trabajos que exijan un esfuerzo considerable y signifiquen un peligro
para su salud en relación con la gestación;
• Los salarios mínimos que deberán disfrutar los trabajadores serán generales o profesionales; Los primeros regirán en
las áreas geográficas que se determinen; los segundos se aplicarán en ramas determinadas de la actividad económica
o en profesiones, oficios o trabajos especiales.
• Los salarios mínimos generales deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades de los trabajadores y sus
familias.2

¿Consideras que la Constitución de 1917 logró cumplir con todas las demandas emanadas de la Revolución
Mexicana, como educación, tierra y empleo? Argumenta tu respuesta.

¿Crees que el Artículo 3 de la Constitución realmente haya contribuido a mejorar la educación en nuestro país?
O en su caso, ¿qué aspectos modificarías o respetarías de este artículo?

Una de las causas fundamentales de la lucha armada de 1910 fue el reparto agrario y la tenencia de la tierra,  a
partir de esto se formuló el Artículo 27, reflexionando sobre su actualidad, ¿consideras necesaria una
actualización de este artículo?¿Qué aspectos modificarías?

Hoy en día es común escuchar  de la necesidad de una reforma laboral; en este sentido y después de revisar el
Artículo 123, ¿consideras que responde a las actuales condiciones laborales del país, o es necesaria una
reforma de este precepto constitucional? ¿Qué aspectos modificarías o respetarías de este artículo?

2.- Lee las respuestas de tus compañeros(as) y coméntalas.

Para ingresar al foro: En la ruta (parte superior izquierda del aula) da clic en Contexto. Se enlistarán las actividades,
da clic en Actividad 2. Foro: Artículos Constitucionales.

2.2.4. Presidencia de Calles: Obregón decidió que fuera su paisano el general Plutarco Elías Calles, quien le
sucediera en el cargo; pero pasando por alto el lema maderista de No reelección, modificó la constitución para que la
única reelección prohibida fuera la inmediata y él pudiera postularse como candidato para un nuevo periodo
presidencial.

Calles accedió al poder en 1924 para seguir la línea marcada por su antecesor, aunque es importante señalar que
quizá su mayor contribución política fue consolidar las instituciones emanadas de la revolución y que figuraban en la
Constitución de 1917. Integró en su gabinete al líder de la CROM, con lo que inició –de facto– la adhesión de los
obreros al gobierno. La política de Calles se encaminó a dar impulso a la reconstrucción nacional por medio del
establecimiento de un Estado fuerte. Una de las primeras acciones emprendidas fue reorganizar el ejército, creando
33 jefaturas en todo el país para limitar el poder regional que cada jefe militar tenía anteriormente, formar ejércitos
privados (o facciones) e impedir la cohesión nacional.

Otro aspecto crucial consistió en controlar el peso de los caciques locales quienes habían tenido un gran control en sus
propias regiones. Calles logró la subordinación de prácticamente todos ellos por medio de “cuotas” de poder
supeditadas a su figura, para lo cual conformó un poder central fuerte.

Sin embargo, los problemas no cesaban: el Gral. José Gonzalo Escobar, jefe de operaciones en Coahuila, se alzó
contra Calles proclamando el Plan de Hermosillo. Rápidamente fue sofocado y quienes no murieron con él fueron
fusilados o exiliados.

Algo quedaba muy claro: el levantamiento era algo anticuado, costoso, de alto riesgo y poco efectivo. Fuera de los
círculos revolucionarios, el mayor desafío para el presidente lo representaba la Iglesia Católica.

En 1926, se comenzó a sentir la tensión entre la jerarquía católica y el gobierno, que no olvidaba la participación del
Partido Católico Nacional al lado de la contrarrevolución. Calles siguió los pasos de Obregón tratando de limitar el
poder del clero en política, lo que condujo a la nación a una nueva escalada de violencia conocida como Guerra
Cristera, que duraría hasta 1929.

El presidente, más dado a resolver los conflictos por la vía de la acción directa, propuso en 1928 la creación de un gran
partido político que englobara los sectores del ejército más beligerantes que se caracterizaban por su caudillismo y su
caciquismo. De esa manera aglutinó a todos los sectores dándoles una cuota de poder a cada uno de ellos con la
condición de que le fueran leales.

Los primeros en adherirse fueron los sindicatos y las ligas de comunidades agrarias, y después a la infinidad de
agrupaciones caciquistas que no podían ser llamados partidos políticos pero que ejercían gran fuerza en sus zonas de
influencia alrededor de un gran partido nacional que enarbolara los ideales revolucionarios.

Así fue como nació el Partido Nacional Revolucionario (PNR), antecedente directo de lo que aún hoy es el PRI.

Durante su gobierno, Calles sentó las bases para lo que más tarde sería una auténtica política agraria, pues México
era un país donde el grueso de la población trabajaba en el campo (alrededor de 70%), la mayor parte de la cual
estaba constituida por peones.

Esta situación hacía necesario el reparto de la tierra. La fórmula para resolverlo consistió en lo que Calles denominó
“Solución Integral”, un conjunto de medidas con una visión técnico-económica bajo la dirección del Estado.

El ejido se continuaba considerando como un medio para parcelar el latifundio y llegar a ser un conjunto de tierras
otorgadas en propiedad a un grupo de la población mediante la restitución o la dotación, pero lo fundamental
estribaba en el modo individual de explotación ya que el usufructo se les asignaría a los campesinos o jefes de familia.

La revolución destruyó a una clase política excluyente y abrió las puertas a una nueva manera de hacer política donde
estaban representadas todas las clases y grupos sociales y pudieran encontrar canales de acción y respuestas,
aunque parciales, a sus demandas.

Por otro lado, los derechos de los trabajadores elevados a rango constitucional así como la seguridad social fueron una
respuesta a las demandas surgidas con el inicio de la industrialización.

Se creó la figura del ejido y se permitieron los primeros sindicatos, se proclamó la figura del Municipio libre, que
habría de acotar el poder regional de los jefes políticos que aún subsistían desde el porfiriato

El mayor logro político de Calles, fue crear un gran partido oficial donde se dio cabida a toda la familia revolucionaria.
Gracias a esto, se anotó un triunfo sorprendente: logró que a partir de la instauración del PNR, las fuerzas políticas
contendieran por los puestos de elección, en especial por la presidencia, por la vía electoral.

Quizá esto fue más un cambio de forma que de fondo, pues se cuestionaba la creación de un partido de Estado
claramente hegemónico; lo cierto es que permitió abrir nuevos cauces al poder en México.

Por consiguiente, aunque había terminado el caudillismo, sería imposible que el sufragio resultara realmente efectivo,
pues todas las decisiones importantes eran tomadas por los gobernadores que estaban alineados al presidente. Esto
coartó las potencialidades del municipio que, lejos de ser libre, fue supeditado –vía el gobernador del estado– al
Presidente, quien inclusive designaba a su sucesor

La reconstrucción económica era un elemento fundamental para la conformación del tipo de nación que emergió
después de la revolución. México ya era –al menos en el discurso– un país de instituciones, faltaba retomar el camino
abandonado desde tiempo atrás.

La revolución y las posteriores luchas entre facciones dejaron al país en bancarrota; no sólo por haber echado mano de
los recursos estatales para combatir las fuerzas militares opositoras, sino por préstamos del exterior para la compra de
armas, pertrechos y el pago de salarios de un ejército descomunal.

Durante la revolución, se impuso que cada grupo elaborara su propia moneda, esto ocasionó fuertes desequilibrios
económicos por lo que se hizo necesario regular la emisión de circulantes.

Por tanto, era indispensable establecer un organismo que creara una moneda estable, consiguiera una política
financiera correcta y regulara las prácticas de la política financiera

Para solventar estas necesidades, en septiembre de 1925 se creó el Banco de México, S.A., con una orientación
económica social de base nacionalista, pues su mayor accionista era el gobierno y estaba facultado para:

 Emitir billetes.
 Regular la circulación monetaria y las tasas de interés.
 Hacerse cargo del servicio de Tesorería del gobierno.
 En general, para todo lo concerniente a la Hacienda Pública.
Otro banco que fue creado durante el callismo fue el Banco de Crédito Agrícola que tenía como misión continuar la
reforma agraria y que serviría para préstamos sobre avío, refaccionarios o inmobiliarios.

Al concluir su periodo, Calles quiso extender su mandato pero se vio imposibilitado por el principio de no reelección y
aunque Obregón había hecho adiciones a la Constitución que permitían la reelección no sucesiva, no lo pudo
conseguir, pues dicha reforma fue derogada en abril de 1933

2.2.5. El “Maximato”: Álvaro Obregón fue reelecto en 1928 sin mayor problema, ya no para un cuatrienio sino para un
sexenio, pero fue asesinado por un fanático religioso –José León Toral– que lo hacía responsable de la Guerra Cristera
contra la Iglesia Católica en julio de 1928.

A la muerte del último caudillo, Calles quedó como Jefe Máximo de la familia revolucionaria y continuó la obra de
reconstrucción nacional que había iniciado por su cuenta en el cuatrienio que le tocó presidir. Sin embargo, al concluir
su periodo presidencial, no pudo continuar en el cargo y –en su calidad de Jefe Máximo– impuso a los siguientes tres
presidentes de la república en un capítulo conocido como el Maximato:
 Emilio Portes Gil  Pascual Ortiz Rubio  Abelardo Luján Rodríguez

Durante esta etapa, la política mexicana se caracterizó por una dualidad de poderes mucho más marcada que en la
etapa anterior, cuando Obregón siguió participando en la escena política aunque Calles fuera el presidente.

En el periodo de 1928 a 1934, la influencia de Calles sobre el presidente en turno fue decisiva y casi podría decirse que
constituyó una continuación de su mandato con mayor libertad pues él era en realidad el último caudillo.

El primer gobernante del maximato fue Emilio Cándido Portes Gil, tamaulipeco que ocupó la presidencia interina de
diciembre de 1928 a 1930 ya que Obregón había sido asesinado. La principal encomienda que recibió fue concretar el
proyecto político de Calles que en aquellos años no tenía más objetivo que modernizar al país, es decir, el desarrollo
de la economía capitalista; lo que implicaba la consolidación del Estado mexicano.

El mismo día que asumió la presidencia, el Comité Organizador del Partido Nacional Revolucionario convocó a todos
los partidos a una Convención Constituyente en la que se discutieron el programa del partido, la designación de un
candidato a la presidencia y el nombramiento del Comité Directivo del PNR. Obviamente la dirección de dicho partido
recayó en Calles.

Los aspectos específicos que definieron al naciente partido estaban orientados hacia la educación, industrialización,
agricultura y hacienda, todos ellos enmarcados en una retórica constitucionalista, nacionalista, agrarista y obrerista con
lo cual se buscaban objetivos que consideraban prioritario el desarrollo económico nacional. Pero además debía
garantizar que la transmisión de poderes se efectuara pacíficamente para evitar el riesgo de una nueva guerra civil.

Con esa intención, Portes Gil mandó a llamar a Pascual Ortiz Rubio para ocupar el cargo de Secretario de
Gobernación para posteriormente nombrarlo candidato a la presidencia de la república.

Esta designación tenía muchas ventajas pues Ortiz Rubio se había desempeñado seis años como embajador en Brasil
y, por lo tanto, no tenía conexiones políticas ni militares que pusieran en riesgo el proyecto de Calles, además de que
tenía fama de una honestidad a toda prueba.

No obstante, existían algunos generales que desconfiaban de Calles pues lo consideraban el traidor que ordenó el
asesinato de Obregón; así se protagonizó la última rebelión armada encabezada por el general José Gonzalo Escobar
quien lanzó el Plan de Hermosillo el cual –básicamente– desconocía a Calles.

Para apaciguar la rebelión, se designó al mismo Calles como secretario de Guerra y Marina lo cual le dio la
oportunidad, no sólo de vencerlo por la vía de las armas sino además, de deshacerse de todos los generales de cuya
lealtad no estaba seguro.

En ese momento ya se venía gestando la candidatura de Pascual Ortiz Rubio sólo opacada por la intención de
Vasconcelos de contender en la lucha electoral por medio de la promulgación del Plan de Guaymas, que buscaba
moralizar la vida de la nación. Sin embargo, además de grupos estudiantiles y algunos intelectuales, nadie más apoyó
al ex Secretario de Educación, así que Ortiz Rubio resultó vencedor con una amplia mayoría.

Pascual Ortiz Rubio ascendió a la presidencia en febrero de 1930 en medio de conflictos pues el mismo día de la
toma de posesión sufrió un atentado, por lo que tuvo que estar recluido. Su falta de experiencia y fuerza política, fue
algo que Calles aprovechó para convertirlo en un simple instrumento de su voluntad.

El mismo Calles se encargó de designar a los miembros de su gabinete restándole autoridad al nuevo presidente.
Empezaron a producirse divisiones entre los cromistas quienes habían formado un nuevo partido político ajeno al PNR
(la Alianza Revolucionaria Nacionalista ARN) y se acusaban unos a otros de desleales.

Aquí cobra importancia un líder sindical que había mantenido un bajo perfil hasta entonces, aprovechando la coyuntura
en la CROM: Vicente Lombardo Toledano cuyo apoyo principal estaba constituido por los obreros.

Así, el gobierno de Ortiz Rubio se desarrolló en una crisis permanente. El presidente, cuyos poderes resultaban
bastante extensos en la Constitución, en la práctica carecía de autoridad.

A finales de 1931, se gestó otro duro golpe contra Ortiz Rubio al renunciar el secretario de Guerra y Marina para que
Calles ocupara su puesto y ejerciera desde ahí un control casi absoluto sobre el gobierno. Pero Calles preparaba
todavía una jugada más: a finales de julio de 1932 presentó su renuncia al cargo, colocando en ese puesto a una
persona de su total confianza, el general Abelardo L. Rodríguez.

Esto se interpretó como un signo inequívoco de que Calles no apoyaba ya a Ortiz Rubio, provocando que, en
septiembre de 1932, el presidente diera a conocer su renuncia alegando desavenencias entre el ejecutivo y los demás
órganos políticos, así como por su quebrantada salud. Sin embargo, las verdaderas razones eran claras para todos.

Abelardo Luján Rodríguez sustituyó a Ortiz Rubio en 1932 y gobernó hasta el término de ese periodo constitucional
en 1934. A diferencia de su antecesor, tuvo buen cuidado de no oponerse a la tutela de Calles y como consecuencia,
su obra administrativa fue más efectiva, pues existía una gran cohesión entre ambos. Como resultado de ésta, tuvo
continuidad el proceso de consolidación institucional.

En octubre de 1932 se celebró la segunda Convención Nacional del PNR, en la que se habló de fijar ciertas reglas
entre los candidatos de elección, estableciéndose un periodo de tres años para los diputados, seis años para
senadores y el principio de No reelección para el presidente de la república.

Uno de los asuntos que se discutieron fue la próxima sucesión presidencial, en la que resultaría victorioso el general
Lázaro Cárdenas del Río, que había mostrado su adhesión a Calles, al mismo tiempo que se había forjado una
importante imagen desde su posición como gobernador de Michoacán.

Otro de los puntos sustantivos a tratar en la Convención era establecer un mandato sexenal y, por primera vez, un
programa de transformación nacional que contemplaba aspectos económicos, agrarios, de política obrera, de salud
pública y de educación.

En medio de estas discusiones también se gestaba la reestructuración del partido oficial, que dejaría de ser una
confederación de grupos regionales para convertirse en el partido nacional ideado por Calles. La era de las
instituciones había comenzado.

Rodríguez tuvo que enfrentar las presiones del gobierno de Estados Unidos y del Comité Internacional de Banqueros,
quienes estaban interesados en cobrar los empréstitos que México había solicitado, así como en beneficiarse del
petróleo, que tantas molestias le había causado al gobierno norteamericano, a pesar de que aún no entraba en vigor el
Artículo 27.

Las empresas petroleras extranjeras presionaban tanto al gobierno de México que éste decidió crear una compañía
que compitiera con ellas y las obligara a atender la demanda local. Así nació en 1934 Petróleos de México, S.A. con
capital exclusivamente mexicano

Otro de los grandes problemas nacionales, ya desde entonces era el de los trabajadores mexicanos emigrados a
Estados Unidos que, estando el país vecino en plena recesión económica, eran rechazados y expulsados a México.

Se puede afirmar que la política exterior mexicana atravesó por uno de sus momentos estelares con la implantación de
la Doctrina Estrada sustentada por el canciller mexicano, Genaro Estrada, quien reafirmaba la posición nacionalista
mexicana y se oponía al injerencismo estadounidense. Con esto, México buscaba afianzar sus relaciones con los
países latinoamericanos.

En lo que respecta a la economía, durante este periodo puede afirmarse que nuestro país continuaba siendo
eminentemente agrícola, con las enormes diferencias entre el desarrollo del norte, que se había beneficiado de las
grandes obras de irrigación realizadas por el gobierno, y el abandono del sur, donde había más población, que
continuaba en condiciones semejantes a las del porfirismo.

La altamente tecnificada producción norteña se encontraba en manos extranjeras, lo mismo que la minería y la
extracción de hidrocarburos. Esto contrastaba con la situación del sur, en que la producción agrícola y minera así como
de cultivos tradicionales, siguieron siendo de subsistencia o, en el mejor de los casos, para exportación.
Por aquellos años comenzó a crecer la industria eléctrica como una necesidad del incipiente desarrollo industrial; sin
embargo, como era frecuente, se encontraba en manos extranjeras. En este caso se tomó una medida similar a la del
petróleo, al crear en 1933 la Comisión Federal de Electricidad.

A través de estos tímidos intentos, el gobierno de México pretendía “neutralizar” el poder que había cobrado la industria
en manos de extranjeros y la consecuente dependencia que ello significaba.

Es conveniente recordar que durante el maximato se produjo la severa crisis mundial conocida como el “Crack del 29”
que se tradujo en una baja ostensible en la producción y que afectó notablemente al comercio exterior.

La caída de las ventas al exterior afectó también a las importaciones, pues muchas de las maquinarias y herramientas
se obtenían del exterior. A pesar de ello, la balanza comercial siguió siendo favorable a nuestro país gracias a que la
industria manufacturera aprovechó la situación de crisis para enviar productos al exterior.

Sin embargo, a pesar de los endebles logros económicos conseguidos, se beneficiaron principalmente las grandes
compañías extranjeras y el gobierno por la vía de la recaudación fiscal. Durante este periodo se amplió el sistema
ferroviario, carretero y la red telegráfica; además, el país estrenaba 15 empresas de aviación comercial

En relación con la educación, el primer evento importante ocurrido en este periodo fue el decreto de autonomía de la
Universidad Nacional de México en julio de 1929.

Otro suceso relevante fue la adopción del laicismo absoluto que impuso Narciso Bassols a la enseñanza primaria.

También es indispensable mencionar que la educación, sobre todo la rural, se multiplicó por todo el país, pues se creía
que era el único medio para lograr la tan ansiada modernización de México.

2.3. El gobierno de Lázaro Cárdenas. La consolidación de las instituciones:Los gobiernos de México nunca se
han ceñido textualmente a las teorías económicas, entre otras cosas, por su no concordancia histórica. Más bien, han
tomado ciertos aspectos adaptándolos a la realidad mexicana.

Por primera vez desde el porfiriato, con Calles y los sucesivos gobernantes del maximato, se sentaron las condiciones
para la reinstauración de una economía predominantemente capitalista, pues ya se habían logrado crear las
instituciones fundamentales que lo permitieran. No obstante, es a Cárdenas a quien le tocó afianzar las condiciones
institucionales necesarias para arrancar de lleno este propósito.

2.3.1. El gobierno de Lázaro Cárdenas: En la compleja situación mexicana al término del mandato de Abelardo L.
Rodríguez, el “Jefe Máximo” se inclinó por Cárdenas, quien le había mostrado una férrea disciplina y además había
destacado por su gestión como gobernador de Michoacán, ganándose el apoyo y adhesión de campesinos y obreros
que simpatizaban con él.

Como candidato, Cárdenas recorrió casi el país entero y pudo darse cuenta de sus problemas, lo que explica la
redacción del primer documento rector cuyas acciones habrían de llevarse a cabo durante su mandato, el primero de
seis años.

El Plan Sexenal serviría para consumar la obra iniciada por Calles para modernizar al país y lograr el desarrollo de la
economía capitalista, que implicaba la consolidación del Estado mexicano

Hay que resaltar el parecido que el Plan Sexenal tenía con los planes quinquenales soviéticos, en un momento
histórico en que la Unión Soviética gozaba de un gran prestigio, habiendo logrado pasar de un feudalismo conservador
a un sistema socialista, sin atravesar por el capitalismo, con gran éxito.

Cuando Cárdenas asumió el poder, eligió un gabinete en el que abundaban los hombres de Calles, por lo que se
preveía una continuación del maximato. No obstante, casi de inmediato puso en marcha los lineamientos del Plan
Sexenal, dando apoyo abierto a los sindicatos, en especial a la Confederación General de Obreros y Campesinos de
México (CGOCM), organismo opositor a la CROM fundada en 1933 por Vicente Lombardo Toledano, brillante abogado,
educador y filósofo mexicano de fuerte tendencia socialista. Pronto se vio que la postura de Cárdenas chocaba con el
creciente conservadurismo de Calles.

Cárdenas empezó a mostrar signos de alejamiento e independencia, como había hecho Ortiz Rubio.

En una entrevista concedida a un diario nacional, Calles expresó su rechazo a lo que consideró un exceso de
radicalismo por parte de Cárdenas, quien ya había mostrado no sólo su independencia política del caudillo sino
también una cierta adhesión muy sui géneris a tendencias socialistas, aunque nunca se concretaron formalmente.

Un ejemplo de ello fue la reforma de 1934 al Artículo 3 que partía de una iniciativa formulada por el Comité Ejecutivo
Nacional del PNR, imprimiéndole a la enseñanza cierto contenido ideológico: “La educación que imparta el estado será
socialista…”
Sin embargo, la propuesta original estaba redactada en los siguientes términos: “La educación será socialista en sus
orientaciones y tendencias, la cultura que ella proporcione estará basada en las doctrinas del socialismo científico y
capacitará a los educandos para realizar la socialización de los medios de producción económicos. Deberá, además,
combatir los prejuicios y dogmatismos religiosos…”.

Semejante declaración contravenía la intención de favorecer el desarrollo de la economía capitalista y sólo puede
explicarse a través de un presidencialismo populista. Independientemente del destino de esta propuesta, durante este
sexenio se multiplicaron las escuelas dándole un fuerte impulso a la educación.

A Calles le incomodó el sesgo que estaba tomando Cárdenas; pero éste, previniendo la inminente crisis política y antes
de que surgieran mayores problemas, se le adelantó y exigió la renuncia de todo el gabinete.

Al nombrar a los sustitutos, eliminó al callismo de tan estratégica posición; al mismo tiempo pidió a sus jefes militares
decidir si estaban a favor del presidente o de Calles, logrando que los generales le dieran su respaldo.

Cárdenas depuró las Cámaras Legislativas, relevando a todos los callistas; hizo lo mismo con los gobernadores, con
los mandos militares y con la dirección del PNR. Para 1936, el propio Calles estaba siendo acusado de acopio de
armas y llevado ante un juez.

Ante tal situación y viendo todos los puntales de poder perdidos, Calles –el otrora Jefe Máximo– fue forzado a abordar
un avión que lo condujo a Estados Unidos donde viviría exiliado el resto del sexenio. Ya no había sido necesario
recurrir a las armas ni al asesinato. La maniobra cardenista había rendido frutos.

Después de estos acontecimientos se podría decir que se fraguaba la leyenda del general misionero, la formación del
“cardenismo” que significaba formalizar una política de masas encaminada a darle una base social sin precedentes.

El primer paso fue afianzar la alianza entre el presidente y el movimiento obrero. Para ser congruente con este
propósito, se neutralizó al hombre fuerte del sindicalismo, el líder de la CROM, Luis N. Morones, quien también fue
obligado a abandonar el país. En su lugar se constituyó la Confederación de Trabajadores de México (CTM) cuyo líder
era, Vicente Lombardo Toledano.

Sin embargo, el respaldo a la CTM no era gratuito, pues desde el inicio su política quedó subordinada a los intereses
de la presidencia

Otras creaciones de este tipo se produjeron en cascada, no obstante, el mayor logro cardenista en este sentido fue
intensificar la reforma agraria mediante la Confederación Nacional Campesina (CNC), también supeditada a la
presidencia.

En 1939 se creó la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE); se transformó al partido
oficial pasando de ser un partido de cuadros a uno de masas: el PNR desapareció y nació el Partido de la Revolución
Mexicana (PRM), de afiliación corporativista, dividido en cuatro grandes sectores: el campesino, el obrero, el militar y el
popular.

El poder en México nunca había estado tan centralizado; ningún otro poder político, económico, religioso o militar
volvería a imponerse sobre una presidencia basada en un partido de masas campesinas, obreras y de clase media que
además controlaba al Congreso, al Poder Judicial, y a los gobernadores.

El gran cambio social cardenista fue el fuerte impulso a la reforma agraria que implicó la restitución o la dotación de
tierra a las comunidades y a los campesinos, con lo que finalmente se concretaba la destrucción del latifundio.
Cárdenas desde el inicio de la revolución y hasta la fecha, había realizado el mayor reparto de tierra.

Cambios sociales del periodo Cardenista

Expropiación de las industrias ferrocarrileras (1937) y petroleras (1938).

Fundación del Instituto Politécnico Nacional (IPN).

Creación de los Almacenes Nacionales de Depósito.

Creación de Nacional Financiera.

Establecimiento del Banco Nacional Obrero de Fomento Industrial.

Fundación del Departamento de Asuntos Indígenas.


Promulgación de la Ley del Salario Mínimo.

En cuanto a su postura internacional, Cárdenas se identificaba claramente con el antifascismo y ése era uno de los
puntos más sólidos de su política interamericana, lo que explica la facilidad con lo que logró la expropiación de la
industria petrolera, pues el gobierno de Roosevelt prefería apoyar esa iniciativa y tratar con él en lugar de que
Cárdenas “volteara” hacia las potencias del eje.

Su postura en este sentido queda demostrada por haber brindado asilo a los exiliados españoles durante la Guerra
Civil, y el apoyo a China (que reclamaba el Tíbet como un territorio chino), a Austria (en el conflicto por el territorio
húngaro), Etiopía (invadida por Italia) y Checoslovaquia (por Alemania).

Actividad 3. Línea del tiempo desde el periodo revolucionario hasta el gobierno de Lázaro Cárdenas

Con la finalidad de recuperar las principales características de los temas estudiados en esta unidad, se te
presenta esta actividad en la que deberás identificar los aspectos sociales y económicos más relevantes desde
la Revolución Mexicana hasta el gobierno de Lázaro Cárdenas.

Lee el siguiente fragmento de: México: modelos económicos de largo plazo y estrategias macroeconómicas de
mediano plazo: 1935-2002. Instrumentos de política económica y resultados agregados. Da clic en el icono para
descargar el documento.

Contexto socioeconómico de México Unidad 1. Fundamentos para el estudio de la estructura socioeconómica


de México México: modelos económicos de largo plazo y estrategias macroeconómicas de mediano plazo:
1935-2002. Instrumentos de política económica y resultados agregados Educación Superior Abierta y a Distancia •
Primer Cuatrimestre

En México se han aplicado modelos de desarrollo económico que han buscado el crecimiento económico y el bienestar
de la población, de manera muy particular resulta importante analizar lo referente a los resultados que se han obtenido
por la aplicación del modelo de Sustitución de Importaciones (SI) que prevaleció a lo largo de más de cincuenta años
antes de aplicar el modelo neoliberal a partir de la década de los ochenta que ha marcado la pauta en las condiciones
del desarrollo económico y social que actualmente se vive en el país. El propósito de este análisis consiste en revisar si
la estrategia de desarrollo de uno y otro modelo realmente ha alcanzado los resultados en los que se pueda observar
una modificación a favor de las condiciones de vida de los mexicanos.

1. Modelo de la Revolución Mexicana y estrategias macroeconómicas de mediano plazo: 1935- 1982


El modelo “primario exportador” o de economía de enclave establecido en México desde la época colonial hasta el
porfiriato ya no representaba la opción de crecimiento económico sostenido a largo plazo, de ahí que se hizo necesario
su rompimiento para impulsar un proceso de industrialización y crecimiento, surge de esta manera como alternativa un
proyecto nacionalista que estableció como objetivo el impulso decidido del desarrollo económico y político de la nación,
con autonomía del exterior, (Villarreal, 1988).
Desde los años treinta, y particularmente desde el gobierno del presidente Cárdenas, se registró en México una tasa
de crecimiento anual medio de la economía de 6.1% entre 1934 y 1982 que se reflejó en el mejoramiento de las
condiciones de vida de la mayoría de los mexicanos, la estrategia de desarrollo se encontraba sustentada en una
participación relevante pero prudente del Estado como rector y promotor activo del desarrollo económico, como
regulador del comercio exterior y de los mercados internos de bienes y servicios básicos, como inversionista en áreas
estratégicas y como promotor del bienestar social mediante leyes laborales y agrarias e instituciones sociales de
educación, salud y servicios básicos, (Calva, 2001).
Se toma como lineamiento de desarrollo los principios establecidos en la Constitución Política de la República
Mexicana de 1917 con lo que respecta a la reforma agraria, legislación laboral, la nacionalización o estricto control de
los recursos minerales, el control o regulación por parte del Estado de las principales actividades económicas, el Plan
Sexenal del presidente Cárdenas enfatiza en la necesidad de disminuir la dependencia del país de los mercados
extranjeros, la promoción de industrias pequeñas o medianas más que grandes y el desarrollo de empresas
mexicanas, más que empresas bajo control de intereses extranjeros, surge de esta manera el modelo de Sustitución de
Importaciones como estrategia de desarrollo de largo plazo, (Villarreal, 1998).
La reforma agraria implicó la redistribución de más de 20 millones de hectáreas, la creación de bancos agrícolas y la
construcción de obras de infraestructura. La política sobre inversión extranjera implicó la nacionalización de terrenos
agrícolas, ferrocarriles y la expropiación de la industria petrolera, el gasto federal se orienta al alcance de objetivos en
el área económica social, se crea el banco de desarrollo
(NAFINSA), el banco de comercio exterior y los bancos de crédito agrícola que vienen a configurar junto con el Banco
Central una sistema financiero que sustenta al desarrollo, se apoya el crecimiento productivo con la orientación
energética con el surgimiento de la Comisión Federal de Electricidad y el desarrollo de la industria petrolera nacional.
La intervención del Estado como planeador, ordenador, controlador y promotor del desarrollo permitió el diseño e
instrumentación de una política fiscal y monetaria expansiva y una política comercial proteccionista, el gasto federal se
incrementó al igual que la oferta monetaria, la tarifa sobre la importación de productos se revisó de acuerdo a las
necesidades del desarrollo industrial. La política cambiaria también se comportó de acuerdo a las circunstancias y
necesidades de la planta productiva para la generación del desarrollo.
El periodo de gobierno del general Cárdenas sin duda que fue muy importante durante el periodo que se analiza,
puesto que en este sexenio se estructura en gran parte las condiciones físicas e institucionales que permitieron la
continuidad del modelo de sustitución de importaciones como estrategia de desarrollo en el largo plazo, René Villarreal
(1988) considera la vigencia del modelo a lo largo del periodo de 1939 a 1970 y establece que dentro de esta gran
estrategia se puede diferenciar dos modelos de corto plazo: a) el modelo de crecimiento con devaluación-inflación
durante el periodo de 1939 a 1958, y, b) el modelo de crecimiento estabilizador durante el periodo de 1959 a 1970.
Durante la primera etapa (1939-1958), se observa la sustitución de importaciones de bienes de consumo no duradero y
un ligero avance hacia la sustitución de bienes de consumo duradero y de capital, que se caracteriza por crecimiento
importante de la economía, acompañado de un proceso de inflación y un creciente desequilibrio externo que trató de
ajustarse con dos procesos de devaluación, uno en 1948-1949 y otro en 1954., el crecimiento se sustenta en el
crecimiento industrial. Durante el periodo 1950-58, el proceso de sustitución de importaciones se estanca.
La política comercial utiliza instrumentos proteccionistas como tasa de cambio, tarifa o arancel y control cuantitativo, en
tanto la política industrial se fortalece con la Ley de industrias Nuevas y Necesarias, mediante la cual las empresas
pueden disfrutar de amplias excensiones fiscales. El Estado invierte fuertemente en infraestructura y en sectores
estratégicos como el energético y la agricultura que funcionó sector de apoyo a la industria.
Durante la segunda etapa del modelo de sustitución de importaciones (1959-1970), la economía continuó su
crecimiento pero de igual manera se presentó el crecimiento permanente del desequilibrio externo, la industria continuó
siendo el motor de la economía avanzando hacia la sustitución de importaciones de bienes de intermedios y de capital.
La política comercial sigue siendo proteccionista aunque cambian los instrumentos, se mantiene fija la tasa de cambio
mientras que los aranceles y el control cuantitativo se mantuvieron sólidos e incluso se fortalecieron, llegando a ser
como lo dice Villarreal (1988) discriminatoria, excesiva y permanente. El Estado continuó cumpliendo con su papel de
promotor del desarrollo con una política fiscal expansiva.

El objetivo central del gobierno fue lograr el crecimiento económico por la vía de la estabilidad, buscando ésta como
una condición indispensable para alcanzar un desarrollo económico y social sostenido, este gran objetivo se derivó en
ocho propósitos específicos: 1) crecer más rápidamente, 2) detener las presiones inflacionarias, 3) elevar el ahorro
voluntario, 4) elevar la inversión, 5) mejorar la productividad del trabajo y del capital, 6) aumentar los salarios reales, 7)
mejorar la participación de los asalariados en el ingreso y, 8) mantener el tipo de cambio, ( Tello, 2006).

Sin embargo el crecimiento permanente del desequilibrio externo originó la necesidad de reorientar la política
económica, se mantiene la decisión de no devaluar y de utilizar el crédito interno y externo y la inversión extranjera
para financiarlo aunque continuó el proceso de apoyo a la consolidación de la industria.

Durante el periodo 1971-1976, la economía se caracterizó por un crecimiento moderado y una aceleración de la
inflación, la situación financiera del sector público se degradó fuertemente, cayeron los ingresos y se recurrió al
endeudamiento, la deuda pública pasó de 12.8% del PIB en 1971 al 24.7% del PIB en 1976, que obligaron a hacer
pagos crecientes como servicio de la deuda, aumentó el déficit en cuenta corriente que se financió con inversión
extranjera y créditos del exterior, se incrementó la inflación, todo ello coadyuvó a que desencadenara en la devaluación
de 1976, (Guillén, 1984).
El Banco Central inició una política monetaria y crediticia restrictiva contraria a la política de finanzas públicas
expansionista del gobierno que significó una discrepancia en la aplicación de la política económica. Después de la
devaluación de 1976 el gobierno mexicano firmó un acuerdo de estabilización con el Fondo Monetario Internacional
basado en la ortodoxia económica monetarista para aplicarse durante el periodo de 1977 a 1979, el programa de ajuste
contemplaba la reducción del déficit público, limitación del endeudamiento externo, elevación de los precios de bienes y
servicios públicos, limitación del crecimiento del empleo en el sector público, apertura de la economía hacia el exterior y
represión de los aumentos salariales, lo cual gracias al descubrimiento de importantes recursos petroleros el país pudo
realizar una política económica diferente, en tanto que estos recursos sirvieron de aval para obtener recursos
financieros del mercado internacional, (Guillén, 1994).
Durante el periodo de 1977 a 1981, la economía creció a una tasa promedio de 7.8%, aunque la inflación también se
incrementó de manera importante aumentando en 24.2%, el auge se debió principalmente a la expansión de la
inversión tanto pública como privada, la primera se orientó principalmente a la construcción de la infraestructura
petrolera que motivó al sector privado a proveer y complementar con bienes y servicios el gran proyecto petrolero,
(Cárdenas, 1996). La expansión de la inversión pública y el creciente déficit en cuenta corriente llevó a incrementar el
endeudamiento externo.
En 1981 México se caracteriza por tener contratados grandes montos de deuda a corto plazo y tasa de interés variable,
tipificándose como uno de los países más endeudados del mundo subdesarrollado, los incrementos en las tasas de
interés tuvieron repercusiones muy considerables en el servicio de la deuda que tenía que pagarse, de esta manera
llega el límite de crecimiento para México que a pesar de la riqueza petrolera entra en crisis teniendo como causas
principales el desequlibrio externo creciente, presiones inflacionarias, déficit presupuestal, tipo de cambio fijo que llevan
a la macro devaluación de 1982.
A pesar de los descalabros y el manejo de la economía durante el periodo 1971 a1982, se puede apreciar que la
estrategia de desarrollo del modelo de la revolución mexicana mostró efectividad en el crecimiento sostenido del PIB
per cápita registrando en promedio anual 3.14%, durante el periodo de 1935 a 1982, la inversión fija bruta se
incrementó también en 1022.1% a una tasa promedio anual de 5.78% y los salarios mínimos reales igualmente
crecieron durante el periodo en un 8.84% durante el periodo a una tasa promedio anual del 1.42%, lo que representó
un incremento del poder adquisitivo durante el periodo de 96.9%, (Calva, 2001).

El endeudamiento externo se mantuvo a un nivel manejable entre el 18.4 y 27.2% del PIB entre 1946 y 1970, haciendo
la excepción los dos últimos sexenios que asumieron políticas de dispendio presupuestal que los llevó a incrementar
los niveles de endeudamiento externo hasta un monto equivalente al 67.6% del PIB en 1982.

Las condiciones económicas, sociales y políticas originadas por los problemas anteriormente señalados, se convirtieron
en las idóneas para dar apertura al establecimiento del modelo neoliberal.

2.-En esta lectura identifica los modelos económicos imperantes en la etapa histórica que acabas de estudiar

3.-Elabora una línea de tiempo (en Word o PowerPoint) desde la Revolución Mexicana hasta el gobierno de
Lázaro Cárdenas. En ella:

4.- Guarda tu documento con el nombre CS_U2_A3_XXYZ. Sustituye las XX por las dos primeras letras de tu
primer nombre, la Y por la inicial de tu apellido paterno y la Z por la inicial de tu apellido materno

5.- Envíalo a tu Facilitador(a) para recibir retroalimentación. Recuerda que tu archivo no debe pesar más de 4
MB.

Para enviar tu documento: En la ruta (parte superior izquierda del aula) da clic en Contexto. 
Se enlistarán las actividades, da clic en la Actividad 3. Línea del tiempo desde el periodo revolucionario hasta
el gobierno de Lázaro Cárdenas.

También podría gustarte