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LA DIVISION DEL TRABAJO SOCIAL EMILE DURKHEIM ROCIO ANNUNZIATA TRAD A) 208 ‘ ‘ del erabajo socal. Se explica, por otra parte, que, en general, las relaciones cooperaivas no comporten otras sanciones. En efecto, estéen la naruraleza de as tareas especiales el excapar dela accién de la concienciacolectva: pues, para que una cosa sea objeto de sentimientos comunes la primera condicion es que sea comiin es decir, que esté presente en todas as conciencias y que todas se la puedan representar desde un mismo y unico punto de vista. Sin dduda, mientras las funciones tienen una cierta generalidad, todo el mundo puede cener alguna nocién sobre ella; pero euanto mis se especalican mis se circunscribe también el mimero de los que tienen conciencia de cada una de elas, y mis, por consiguiente, desbordan la conciencia comiin. Las reglas aque las dererminan no pueden, pues, tener esa fuerza superior, esa aucoridad ‘ascendente que, al ser ofendida, reclama una expiacin. También es de la copinién de donde proviene su aucoridad, igual que lade las reglas penales, ppero de una opinién localzada en regiones restringidas dela sociedad. ‘demas, incluso en los crculos especiales en los que se apican y donde, por consiguiente, se representan alos espcius, estas reglas no corresponden 4 sentimientos muy vivos, ni rampoco, la mayoria de las veces, a ninguna ‘especie de estado emocional. Pcs, como fijan la manera en que las diferentes funciones deben paricipar en las diversas combinaciones de cireunstancias «que pueden presentars, los objetos a los que se vinculan no estin siempre presentes en as conciencias. No siemprese tiene que administra una cutelao tuna curatela," ni ejercer derechos de acreedor o de comprador, etc. ni, sobre todo, ejercerlosen tal o cual condicién. Ahora bien, los estados de conciencia sélo son fuertes en la medida en que son permanentes. La violacién de estas reglas no afecca, pues, en sus partes vvas, ni el alma comin de la sociedad ni tampoco, al menos en general, lade sus grupos especiales, y, por consiguiente, sélo puede determinar una reaccién muy moderada, Todo lo que necesitamos «es que las funciones participen de una manera regular. Por lo tanto, si esta regularidad es perturbada, nos basta con que se restablezca. Esto no quiere dct, seguramence, que el desarrollo de la divisién del erabajo no pueda repercutir en el derecho penal. Existen ~ya lo sabemos~ funciones adminis- twativasy gubernamentales en ls que algunas relaciones son reguladas por el dececho represivo, a causa del carieter particular que caracterza al érgano dela conciencia comin y a todo lo que adl se refer En otros casos, incluso, los laos de solidaidad que unen ciertasfunciones sociales pueden ser tales «que de su rupcura resulten repercusiones lo suficientemente generales como ;parasuscitar una reaccién penal. Pero, por la rz26n que hemos indicado, estos cfectos son excepcionales. 13 He agu po qué derecho que regl os vnculos de as Funcions dominoes penal aunque cs funciones sean bastante etre. LAFUNCION DELA DIVISION DEL TRARAIO a En definitiva, este derecho juega en la sociedad un rol analogo al del sistema nervioso en el organismo, Este en efecto, tiene por tarea regular las diferentes funciones del cuerpo, de modo de hacerlas operar arménicamente: cexpresa asi, naturalmente, el estado de eoncentracién al que ha llegado el ‘organismo como consccuencia de la divsin del trabajo fsioldgico. Por 30, cn diferentes escalones de la escala animal puede medirse el grado de esta ‘concentracin segiin el desarrollo del sistema nervioso. Bs decir quese puede, igualmente, medir el grado de concentracién al que ha legudo una sociedad como consecuencia de la division del trabajo social segiin el desarrollo del de- echo cooperativo con sanciones resieurvas. Imaginense todos los servicios que nos proporcionar ese crierio. Vv Puesto que la solidaridad negativa no produce por si misma ninguna incegracin y que. por otra parte, no tiene nada de especific, econoceremos sso dos clases de solidaridades positivas que se distinguen por ls siguientes 1P) La primera liga directamente el individuo a la sociedad sin ningin intermediario. En la segunda, el individuo depende de la sociedad, porque depende de las partes que la componen. 2) La sociedad no es vista bajo el mismo aspecto en los dos casos. En el primero, lo que se llama con ese nombre es un conjunco més o menos organi zadode creenciasy de sentimientos comunes a todos los miembros del grupo: cluipo colectivo. Por el contrario, a sociedad de la que somos solidarios en el, segundo caso es un sistema de funciones diferentes especalizadas que unen relaciones definidas. Estas dos sociedades no consticuyen, por lo dems, sino tuna. Son dos aspectos de una misma y tnica realidad, pero que no por ello hay que dejar de dstingu. 3+) De esta segunda diferencia se deriva otra que vaaservienos para carac terizary dar nombre estas dos clases de olidaridad. La primera no puede ser fuerte més que en la medida en que las ideas y tendencias comunes a rodos los miembros dela sociedad superen en nimero yen intensidad a las que pertenecen personalmente a cada uno de ellos. Es tanto més enérgica cuanto mas considerable es este excedente. Ahora bien, lo que consticuye nuestra personalidad es lo que cada uno de nosotros tiene de propio y de caracteristico, lo que lo distingue de los demis. Ast pues esa solidaridad s6lo puede aumentar en razdn inversa la personalidad. Hay en cada una de nuestra conciencias ~dijimos~ dos conciencias: una que nos 20 fee Ounvvi «s comiin con nuestro grupo entero y que, por consiguiente, no es nosotros ‘mismos, sino la sociedad viviendo y actuando en nosotros; otra que, por el contrario, slo nos representa a nosotros en lo que tenemos de personal y de discinco,en lo que hace de nosotros un individuo.*Lasolidaridad que deriva de las semejanzas alcanza su maximum cuando la conciencia colectiva ecu- bre exactamente nuestra conciencia total y coincide en todos sus puntos eon clla, Pero, en ese momento, nuestra individualidad es mula. Ella slo puede comunidad ocupa menos lugar en nosotros. Hay alli dos fuerzas contrarias: una centripeta y otra centrifuga, que no pueden crecer al mismo tiempo. No podemos desarrollamnos a la vez en dos sentidos tan opuestos. Si tenemos una viva tendencia a pensar ya accuar por nosotros mismos, no podemos estar fuertemente inclinados a pensar ya actuar como los otros. Si cl ideal es hacerse una fisonomia propia y personal, no puede ser parecerse todo el mundo, Ademis, en el momento en que esta soidaridad ejerce su accién, nuestra personalidad se desvanece, pude decise, por definiciéns pues 19 somos ya nosotros mismos, sino el ser colectivo, Las moléculas sociales que s6lo serian coherentes de esta manera no podeian pues moverse juntas mas que en la medida en que no tienen movi- :mientos propios, como hacen las moléculas de los cuerpos inorginicos. Por «30 proponcmos llamar mecinict a esta especie de solidaridad, Esa palabra no significa que tal solidaidad sea producida por medios mecinicos y arti- ficialmente. Sélo la lamamos asi por analogia con la cohesién que une entre si alos elementos de los euerpos brutos, por oposicién a la que conforma la unidad de los cuerpos vivos. Lo que ermina de jusificar esta denominacion esqueel azo que une de este modo al individduo con la sociedad es andlogoal aque liga la cosa ala persona, La conciencia individual, considerada bajo este aspecto, es una simple dependencia dl tipo colectvo y sigue todos sus mo- vimientos, como ef objeto poscido sigue los que le imprime su propictario. En as ociedades en que esta solidaridad esté muy desarvollada, el individuo lo veremos més adelante~ no se pertenece: es lteralmente una cosa de la aque dispone la sociedad. Por eso, en es0s mismos tipos sociales, los derechos personales no se han distinguido todavia de los derechos reales. Las cosas son muy distineas con la solidaridad que produce la divisién del trabajo. Mientras que la anterior implica que los individuos se asemejan,é3ta supone que differen unos de otros. La primera no es posible més que en la medida en que la personalidad individual es absorbida en la personalidad colectiva. La segunda no es posible mis que si cada uno tiene una esfera de accidn que le es propia: por consiguiente, una personalidad. Es necesatio, 14 Sin embargo, sts ds condeacas no son regimes gengriicamene dina de now rrormiimos ano que se peneran por odo ads, pcs, que laconciencia colectiva deje descubierta una parte dela conciencia individual, para que alli se establezcan esas funciones especiales que lla no pucde reglamentar: y cuanto mis extensa es esta regién, mas Fuerte es la cohesion que resulta de esta solidaridad. En efecto, por una part, cada tano depende tanto mis estrechamente de la sociedad cuanto mis dividido cst el trabajo: por otra parte [a actividad de cada uno es tanto més personal cuanto mas especializada. Sin duda, por més circunscripta que esté, nunca «s completamente original; incluso en el ejercicio de nuestra profesién, nos acomodamos a s0s y pricticas que nosson comunes con toda nuestra corpo- racién, Pero, aun en este caso, el yugo que suftimos es mucho menos pesado que cuando la sociedad emtera pesa sobre nosotros, y deja mucho mis lugar al libre juego de nuestra iniciativa. Aqui entonces la individualidad del todo se acrecienta al mismo tiempo que lade las pares: a sociedad se vuelve mis capa de moverse con unidad, a la vez que cada uno de sus elementos tiene mis movimientos propios. Esta solidaridad se parece ala que observamos en fos animales superiares. Cada drgano, en efecto, tiene en ellos su fsonomia «special, su auronomia, y sin embargo, la unidad del organismo es tanto ma- yor cuanto mas acentuada se encuentra esta individuacién de las partes, En razon de esta analogia, proponemos llamar orgénica la solidaidad debida a la division del trabajo. ‘Al mismo tiempo, este capitulo y el precedente nos proporcionan los smedios para caleular la parte que corresponde a cada uno de estos dos lzos socialesen el resultado total ycomiin que por caminosdiferentescontribuyen aaproducir. abemos,en efecto, bajo qué formas extriores se simbolizan estas dos clases de solidaridad, es decir, cui es el cuerpo de reghas uridicas que co- rresponde a cada una de ells. Por consiguiente, para conocer su importancia respectiva en un tipo social dado, basta comparar la extensién respectiva de lasdos clases de derecho que las expresan, puesto que el derecho varia siempre como las relaciones sociales que regula." 15 ara pecs aides, deastllamos en el cud sigue I caiicaién de ls elas rds inplctament contnida en ene apelo ye et ane I. Regs com salon represva organiza (Se enconars una clan en el api siguiente) 1 Regs con sancinrestutieadeteminante delat: Relciones again de sbsenisn Detaconacon la persona Derecho de propedad jo sus verse formas (mobili iamobllata cc)

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