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CENTRO CRISTIANO

“LA PROMESA”

TRABAJO DE CAMPO
DOCTRINA #2

PERTENECE A
AMANDA PAOLA ORTIZ G.

PROFESORA
ANCIANA ELENA BAJAÑA

1. Describa lo que son las moradas celestiales


Juan 14:2-3
2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a
preparar lugar para vosotros. 3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a
mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.
Cuando Jesús iba a partir de la tierra, sus discípulos se
turbaron en su corazón dice la biblia, más Jesús les hizo una
promesa. el Señor dirigió sus miradas hacia el cielo, en donde
finalmente se reunirían con él, en esos momentos ellos junto
con nosotros nos convertimos en peregrinos de este mundo,
personas que no tenían un lugar permanente aquí, sino que se
dirigían hacia una meta más allá. Él dijo que iba a preparar
"morada" para ellos en la casa de su Padre. una "morada" es
un lugar donde estar, un sitio donde vivir, pero además de
esto Implica un lugar de comunión con Dios. En las moradas
estaremos con el Señor, aquel que tanto nos amó y estuvo
dispuesto a dar su vida por nosotros para salvarnos de la
condenación eterna.

Podríamos decir entonces que el término "morada" implica el concepto de hogar, un lugar íntimo y
querido en el que podremos tener comunión con el Padre. El Hijo, como heredero universal del Padre
quiere acoger en su hogar a sus discípulos, llevándolos a una relación de confianza y cercanía con el
Padre
Muchas moradas: La versión en inglés NKJV lo traduce como muchas mansiones, pero a la luz del
antiguo griego, es mejor traducido como “moradas.” El sustantivo mone (conectado con el verbo meno,
“quedarse” o “permanecer”) significa “un lugar donde quedarse,” A la luz de la naturaleza de Dios, es
mejor traducirlo como moradas. Es decir, que cualquiera que sea el lugar donde nos quedaremos en el
cielo, será tan glorioso como una mansión.
Jesús prometió que reuniría a su pueblo al final de la era. El enfoque completo del cielo es estar con
Jesús. El cielo es cielo no por las calles de oro, las puertas de perla, ni siquiera la presencia de ángeles. El
cielo es cielo porque Jesús está ahí.

2. Elabore un listado de por lo menos diez características del cielo


 Hay moradas
Juan 14:2-3
 Es la morada de Dios y sus ángeles
1 reyes 8:30
 Habitan seres espirituales
Hebreros 12:22-23 “Pero has venido al Monte Sion y a la ciudad del Dios viviente, la Jerusalén
celestial, a una innumerable compañía de ángeles, a la asamblea general y a la iglesia de los
primogénitos que están registrados en el cielo, a Dios, el Juez de todos, para los espíritus de los
hombres justos se hicieron perfectos”

 Es un lugar lleno de luz


1 Timoteo 6:15, 16 15 la cual a su tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano, Rey de
reyes, y Señor de señores, 16 el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a
quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno.
 Hay alabanza
Apocalipsis 7:9-10 “Después de estas cosas miré, y he aquí, una gran multitud que nadie podía
contar, de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y delante del
Cordero, vestido con túnicas blancas, con ramas de palma en sus manos. y clamando a gran voz,
diciendo: '¡La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero!'”
 Alegría y gozo eterno
Isaías 35:10 10 Y los redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sion con alegría; y gozo
perpetuo será sobre sus cabezas; y tendrán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el gemido.
 Esta el árbol de la vida, y el trono de Dios
Apocalipsis 22:1-5 22 Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como
cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. 2 En medio de la calle de la ciudad, y a uno y
otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y
las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones. 3 Y no habrá más maldición; y el trono de
Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, 4 y verán su rostro, y su nombre estará
en sus frentes. 5 No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del
sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos.
 Anciano vestido de blanco como la nieve
Daniel 7:9 Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días, cuyo
vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su trono llama de
fuego, y las ruedas de este, fuego ardiente.
 Rio de fuego
Daniel7:10 Un río de fuego procedía y salía de delante de él; millares de millares le servían, y
millones de millones asistían delante de él; el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos.
 Relámpagos, voces y truenos
En este cielo se encuentra el santuario celestial, Juan vio en visión el lugar santísimo del santuario
“Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo. Y hubo
relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo.” Apocalipsis 11:19 RVR1960

3. ¿Quiénes no estarán en el cielo?


El infierno fue creado para satanás y sus demonios, a pesar de esto, encontramos en 1 Corintios 6:9
una lista de características que nos impiden entrar al cielo, los cuales no heredarán el reino. Estas
personas son:

 Fornicarios
 Idólatras
 Adúlteros
 Afeminados
 Los que se echan con varones
 Ladrones
 Avaros
 Borrachos
 Maldicientes
 Estafadores
4. ¿Con quienes se encontrará el creyente en el cielo?
Podremos ver a todos aquellos santos de los que nos hablan las Escrituras, también estarán nuestros seres
queridos que fueron creyentes y una innumerable multitud de creyentes de todos los tiempos. Por
ejemplo:

 El hijo de David: El rey David tenía un hijo que murió en la infancia. Cuando el
pequeño murió, David dijo: «Mas ahora que ha muerto, ¿para qué he de ayunar? ¿Podré
yo hacerle volver? Yo voy a él, más él no volverá a mí.» (2 Samuel 12:23). David sabía
que volvería a ver a su hijo en la presencia del Señor, y saber que se reuniría con el hijo
que amaba le dio consuelo en su duelo.
 Abraham, Isaac y Jacob: Nuestro Señor dijo que muchos vendrán del este y del oeste y
se sentarán a la mesa «con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos» (Mateo
8:11). Abraham fue el padre de Isaac y el abuelo de Jacob, y en el cielo disfruta de la
compañía de su hijo y su nieto, mientras que Jacob disfruta de la compañía de su padre y
su abuelo.
 Jesús y los discípulos: Jesús dijo a sus discípulos: » Y os digo que desde ahora no beberé
más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino
de mi Padre.» (Mateo 26:29). Los once, que compartieron la última cena con Jesús en la
tierra, comerán y beberán con él en el cielo. Pedro, Santiago, Juan y los demás serán
nombrados y conocidos en el cielo tan claramente como fueron nombrados y conocidos
en la tierra.

La memoria cuando estemos en el cielo


Dice Isaías «Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá
memoria, ni más vendrá al pensamiento.» Algunos interpretan este versículo como diciendo que no
tendremos memoria de nuestra vida terrenal en el cielo. Sin embargo, el versículo anterior dice lo
siguiente «El que se bendijere en la tierra, en el Dios de verdad se bendecirá; y el que jurare en la tierra,
por el Dios de verdad jurará; porque las angustias primeras serán olvidadas, y serán cubiertas de mis
ojos.» Es muy probable que sólo olvidemos nuestros problemas pasados, no todos nuestros recuerdos.
Según podemos interpretar en ese verso, es que nuestros recuerdos serán sanados, limpiados, restaurados,
pero no borrados.

5. ¿Qué es la nueva Jerusalén?


La nueva Jerusalén será una nueva morada en la tierra con su familia espiritual, conformada por aquellos
seres humanos que hayan sido transformados. el apóstol Juan escribe: “vi la santa ciudad, la nueva
Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido” (Apocalipsis
21:2). cuando Cristo regrese a la tierra, Dios transformará y elevará la ciudad de Jerusalén actual
convirtiéndola en capital del mundo entero. La nueva Jerusalén será habitada por los que hayan vencido
en esta vida: “Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y
escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual
desciende del cielo, de mi Dios”, la ciudad está preparada para los elegidos fieles de Dios. Además, el
descenso de la Nueva Jerusalén a la tierra marcará el cumplimiento de una de las profecías más
alentadoras de la Biblia. Esta ciudad será “el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos;
y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los
ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas
pasaron” (Apocalipsis 21:3-4).

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