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Reflexiones..!

1. Vicenta fue la prenda deliciosa de un nuevo amor para su madre, quien experimentaba hacia ella una
ternura que no trataba de disimular porque la consideraba justa. La hija era el retrato cabal del padre y
esto daba al afecto maternal un delicado matiz de gratitud. Esa niña había sido la redención de su vida.

Vicenta vino al mundo el 26 de octubre de 1820, cuando en los bosques de Tezulutlán florecen las
monjas blancas, trocando en albura el verdor de los troncos musgosos.

Al día siguiente recibió en el bautismo, con la gracia que regenera, el nombre del santo español, que la
Iglesia honra en este día, San Vicente. Tal nombre fue como un prenuncio de los triunfos que debía
obtener hasta llegar vencedora a las playas de claridad eterna.

Tres años después, una nueva niña completó la familia y llenó de alegría a sus padres y hermanos: Ana
Soledad.

“ El amor es el sol y la vida de este universo encerrado que se llama hogar; somete a sus ardores
concentrados al ser humano todo entero para modelarlo, reducir sus asperezas, fundir sus egoísmos,
contener sus impetuosidades, estimular sus lentitudes, despertar sus generosidades, suavizar sus
rudezas”.

La familia es no solo el terreno exclusivo de lo privado, sino como el crisol donde se forja el destino de
los hombres y al mismo tiempo el destino de los pueblos.

REFLEXIÓN

Nótese como Vicenta tiene en su hogar una formación ejemplar y como sus padres, católicos por
excelencia forman de ella una niña también ejemplar, entregada y obediente, que posteriormente se
entregará por entero a la labor de Dios. Nació en un hogar ejemplar y fue una persona ejemplar.

2. Era Vicenta un alma contemplativa.


Su Reflexiones..!

sensibilidad exquisita y su imaginación brillante le hacían fácil el pensamiento de Dios al contacto con
la naturaleza exuberante de su hermoso país.

Por la tarde llegaba a las posadas con la pupilas repletas de paisajes; ya eran los bosques de pinos con
su rara fragancia, envolviéndola a ella en oración; ora las ceibas gigantes, que le hablaban de la
inmensidad de Dios; o los bejucos que cubría la superficie del bosque y formaban redes salpicadas de
florecillas multicolores y con voces misteriosas cantaban la belleza del Creador.

Escuchaba el canto del quetzal que le hacía latir su corazón de amor al Señor a quien iba a entregar su
libertad con una muerte mística y con un dolor semejante al de aquella ave tan libre que al sentirse
cautiva no sobrevive a su prisión.

REFLEXIÓN

Vicenta aprendió desde pequeña a encontrar al Señor en su creación maravillosa. En cada una de sus
criaturas encontró el amor del Padre y por eso se extasiaba contemplado las flores, las montañas, los
árboles, los lagos y los ríos, los que la inspiró a entrar en profunda contemplación e hizo de Vicenta
una persona altamente espiritual que encontraría a Dios especialmente en cada uno de sus hermanos
prójimos.

3. Después de una exigente preparación, Vicenta, ahora Sor Encarnación acababa de hacer sus votos
perpetuos y llena de felicidad por una parte y de pena por otra escribe: “no volví a desear otro
convento; los bienes que deseaba, los quería para mi Belén”.
Mi Reflexiones..!

amor hacia él crecía de tal modo que si oía hablar mal o con menosprecio de mi comunidad, no lo
podía sufrir.

“Si en mi presencia ponderan los bienes de otros conventos no se inquietaba mi ánimo por no estar en
ellos, solo sentía tan vivamente los padecimientos del mío que llegué a padecer físicamente por esta
causa”.

El Señor tenía puesta en ella su divina mirada y por caminos providenciales le enviaba el apoyo
humano que le era indispensable, y le comunicaba sus luces, atrayéndola con sus dulzuras.

“ Un día que estaba en tranquilidad repentinamente y sin causa ninguna, tuve en mi mente una
representación tan clara como si lo viera con mis ojos corporales, tan violenta como un rayo que jamás
se ha borrado de mi alma”.

“Vi mi corazón – y pendientes de él con sus picos – unas palomas blancas”.

REFLEXIÓN

Encarnación aceptó las señales divinas como un anuncio de que su vida no sería como la de cualquier
otra persona sino que sería la vida de un ser humano consagrado al Señor.

En su vida previa al convento como dentro de él fue siempre un ser excelente, de sin igual caridad y de
entrega absoluta a la Voluntad Divina. Como no puede el Padre Celestial bendecir de manera especial
a un ser de tan excelentes virtudes?.

4. La Madre Encarnación está en su celda del noviciado. Es el 23 de enero de 1857 año de


especialísimas gracias en el cual el Sagrado Corazón de Jesús la eligió para ser su confidente, la
consoladora de sus dolores íntimos y le imprimió el espíritu de reparación que debía comunicar a la
nueva congregación que nacía de tantas amarguras. Devota como era de San José, quiso empezar el día
de sus Desposorios porque así su Madre Santísima, Nuestra Señora de Belén, estaría cerca para
ayudarla.
Esperó Reflexiones..!

a que toda la comunidad se hubiera entregado al reposo, dio una vuelta por el convento, y comenzó a
escribir en medio de un silencio profundo que solo interrumpía el rasguear de su pluma.

Y esto se repitió noche tras noche, sin más testigos que su ángel de la guarda, hasta el martes de
carnestolendas. “Las concluí el martes de carnestolendas e inmediatamente las mandé al R. P. Pable de
Blas, Superior de la Compañía de Jesús en Guatemala, para que las revisara”.

REFLEXIÓN
Nuevamente podemos apreciar en nuestra amadísima Madre sus grandes virtudes como la del profundo
recogimiento, la meditación y la obediencia. Si bien vemos que ella tenía una gran suficiencia para
redactar los documentos que fuesen necesarios, podemos apreciar que los enviaba para ser revisados
por sus superiores. Que gran ejemplo de sacrificio, abnegación, entrega y obediencia.

Se empezó a tener la exposición del Santísimo Sacramento cada 25 de mes. Además la Madre convidó
un grupo de señoras para hacer en tal día un retiro espiritual en el cual se pedía por la conversión de los
pecadores.

Entre estas señoras había algunas que dirigía el Rector de los Padres Jesuitas, Padre Francisco San
Román y como es natural le dieron noticia de la invitación de la Madre. “ Vayan ustedes, les contestó, a
visitar al Santísimo Sacramento según la costumbre de todos los fieles y adoren al Sagrado Corazón de
Jesús pero no sus dolores, porque no es una devoción establecida por la Iglesia”

5. Dice la Madre: “ Una noche que sufría el insomnio que produce el amor divino cuando el alma
recibe grandes consuelos o por el contrario sufre penas, pavor y tristeza; en esa noche, de repente vi
aparecer ante mi vista una luz clarísima, no como la del sol sino blanquísima y suave, pues no ofendía
la vista.

En medio de esta apacible luz, se me presentó Nuestro Señor Jesucristo, derramando sangre de todos
sus poros, y con melífluo acento, mientras me descubría su amante Corazón traspasado por diez dardos
que sobremanera le herían y oprimían, me dijo: Estos diez dardos me traspasan porque los hombres
quebrantan los diez mandamientos de mi santa ley.

Quedé como en Extasis y comprendí lo que significaban esos diez dardos en las varias inteligencias
según se me alumbraba y después de haberlo consultado con mi confesor.
Reflexiones..!

Finalmente la devoción de la Madre fue aprobada y hoy la compartimos con ella.

REFLEXIÓN

La Madre demostró, como podemos ver, una gran devoción y entrega a la Voluntad Divina. Su amor a
la Virgen Santísima le daba una profunda confianza y por ello pudo hacer lo que le dictaba su corazón.
Los doctos y espirituales jesuitas que estaban en las altas jerarquías de la Iglesia no pudieron hacer más
que aprobar la devoción de la Madre hacia los dolores del Sagrado Corazón de Jesús y hoy por hoy en
las instituciones Bethlemitas, esa devoción es parte importantísima de nuestra fe religiosa.

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