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Parroquia de la Cruz del Apostolado.

Primera Parte
Yo soy Conchita nací en San Luis Potosí, el 08 diciembre de 1862. Mi vida es en apariencia
como la de tantas otras, el camino fue el sendero trillado una familia común, el marco de mi
existencia es mi hogar que culto como con un velo la misión extraordinaria que Dios me tenía para
la iglesia. Logré conjuntar todos los estados de vida por los que pasa una mujer fui hija, novia,
esposa, madre, viuda.
1. Mis primeros pasos
Fui una niña como hay muchas, nada especial. “me gustaba jugar… a cosas de hombres”.
Desobedecía a mis padres, les pegaba a mis hermanos, me robaban el dulce y la fruta… de cosas de
casa sí nos enseñó mi madre desde fregar suelos hasta bordar. A los doce años llevaba yo el gasto
de la casa. En la hacienda: desde ordeñar, hacer pan, cosas de cocina.
2. Mi primera comunión
La primera comunión, la hice el día de la inmaculada, que cumplía 10 años, o sea, el 08 de
diciembre de 1872. No recuerdo por mi tibieza y tontera, nada de particular ese día, sino un
inmenso placer interior y gusto por mi vestido blanco. Mi amor desde entonces a la Sagrada
Eucaristía iba siempre en creciente, y desde entonces, tenía particular gusto en frecuentar los
sacramentos hasta que, llegando a los 15 o 16 años, ya me dejaron comulgar 4 o 5 veces por semana
y poco después diariamente.
3. Mi Juventud
A los 14 años fui a mi primer baile como se acostumbraba y conocí al que fue mi único novio
fueron 8 años de noviazgo lleno de cariño para el que fue mi marido.
4. Noviazgo
A los 22 años contraje matrimonio con Francisco Armida. 17 años de matrimonio y 9 hijos. Fui
esposa atenta y fiel, madre abnegada, entregada a los deberes del hogar. Frecuentemente
acompañaba a mi marido a los bailes de la lonja, teatros y tertulias. Pero en esa vida el señor me
llamaba cada vez más con más apremio. “En medio de todo este mar de vanidades y fiestas sentía
mi alma un deseo vehemente de saber hacer oración”. En 1889 asistí a unos ejercicios espirituales
donde escuché “Tu misión es salvar almas” no entendí y pensé que se trataba de mi marido, mis
hijos y familiares mi anhelo de ser toda de Dios creció.
5. Viudez
Tristemente quedé viuda a los 39 años, aún me vivían 8 hijos. Me dedique Totalmente a ellos. Pasé
por grandes dificultades económicas y padecí graves enfermedades. Continúe mi camino hacia
Dios, Con el apoyo de mis directores espirituales, el P. Félix y otros obispos santos. Puedo decir
que Llevo en mis tres vidas, A la cual más fuertes: la vida de familia con sus multiplicadas penas de
mil clases, es decir. La vida de madre; la vida de las Obras de la Cruz Con todas sus penas y peso,
que a veces me aplasta y parece que no puedo más; Y la vida del espíritu o interior, que es la más
pesada, con sus altos y bajos, sus tempestades y luchas, su luz y sus tinieblas. ¡Bendito sea Dios por
todo! El 25 marzo 1906 el Señor me concedió la gracia central de mi vida, Fuente de muchas otras,
la Encarnación mística, agigantando La fecundidad espiritual, Que siempre viví en ocultamiento. En
estos años vieron la luz otras tres obras de la Cruz: ¿la Alianza de Amor coma? La Liga Apostólica
(Actualmente llamada fraternidad de Cristo Sacerdote) Y los Misioneros del Espíritu Santo.
Parroquia de la Cruz del Apostolado.
Segunda Parte
Los últimos años de mi vida son de soledad y desamparo. El señor me pidió que imite a María,
especialmente en su soledad, y compré gracias para los millares de hijos espirituales. En ese tiempo,
la fecundidad espiritual llegó a su cumbre con la participación más onda de la misión redentora de
Jesús.
6. ¿Cómo Amaste la Eucaristía?
El amor a la Eucaristía me vino primeramente por mi familia. Mi abuela paterna tenía una gran
devoción por el Santísimo Sacramento, ella fundó la Vela Perpetua al Santísimo en San Luis Potosí.
Mi mamá también amaba mucho a la Eucaristía y me comunicó este amor: “Cuando podía, nos
llevaba a visitar al santísimo expuesto”.
7. ¿Cómo imitaste a María?
El señor me dio sentimientos muy tiernos para como la Santísima Virgen. En los caminos, guardaba
yo silencio encantándome repetir pensando en lo que decía, oraciones y plegarias a esta virgen
benditisima; devoción que me infundió mi buena madre en sus rodillas.
Después de la muerte de monseñor Ramón Ibarra., 01 de febrero de 1917, a mis 55 años, viuda,
empecé una nueva etapa o un nuevo matiz en mi vida: virtudes de María en los años de su soledad,
es decir, En los años que pasó en la Tierra desde la ascensión de Jesús. Hasta su Asunción gloriosa
en cuerpo y Alma. La novedad de esta etapa consistió en dar nuevos pasos hacia la unión y
transformación completa en Cristo, en las que el Señor me comunicará nuevos temas espirituales,
en donde se sostendrá mi vida interior.
Por cierto, Escribí algunos pequeños libros dedicados a la Santísima Virgen María, ojalá los
busques y los leas, son:

 Manojito de Amores.  La Estrella del Tepeyac.


 Ternuritas al Corazón de María.  Rosas y Espinas.
 Perlas de Mayo.  Visitas a la Santísima Virgen de
Guadalupe.
 El Santo Rosario.

8. ¿Cómo nacieron las Obras de la Cruz?


Durante mi infancia. En las haciendas de mi familia, había observado cómo se imprimía en el
ganado con fierro candente la marca de su dueño. Así que yo también soñaba con llevar en mi carne
el sello de Cristo. “Por fin de ruegos consiguió el permiso de mi director para marcar el monograma
en mi pecho el día del dulce nombre de Jesús, 14 de enero de 1894. Corte el pecho formando letras
grandes con la navaja. J H S en esta forma; luego que lo hice sentí como si una fuerza sobrenatural
me arrojara al suelo y con la frente en la tierra, en los ojos, las lágrimas y el fuego en el corazón le
pedía al señor con vehemencia, con un celo devorador la salvación de las almas: ¡JESÚS
SALVADOR DE LOS HOMBRES, SALVALOS, SALVALOS!”
Visión de la Cruz del Apostolado.
Algún tiempo después del monograma, Estando conchita en oración. En la iglesia de la compañía
de Jesús, en San Luis Potosí, mi ciudad natal, de repente se me apareció el Espíritu Santo. “Estaba
recogida. Cuando de repente veo un inmenso cuadro de luz vivísima y más clara en su centro. Luz
Parroquia de la Cruz del Apostolado.
blanca, que raro, y encima de este mar o abismo de los miles de rayos como de oro y fuego, vi una
paloma blanca, extendida sus alas, abarcando no sé cómo todo aquel torrente de luz”.
“Lo vi todo muy claro puesto que era luz, pero entendí ser visión muy alta y oscura, profunda y
divina. Me quedó una impresión de suavidad, de paz de amor, de pureza y humildad: ¡qué voy a
saber explicar lo en inexplicable!”

Tercera Parte
“A los dos o tres días de esta visión o cosa que no supe explicar voy viendo una tarde en la misma
iglesia de la Compañía --¡feliz tarde! -- otra vez una paloma blanca en medio de un gran fuego
como de rayos de luz claros y brillantísimos. En el centro estaba la palomita otra vez con las alas
extendidas y bajo de ella en el fondo de aquella inmensidad de luz una cruz grande, muy grande,
con un corazón en el centro”.
“Parecía que flotaba en un crepúsculo de nubes como con fuego dentro. debajo de la cruz salían
miles de rayos de luz los cuales no se confundían ni con la luz blanca de la palomita ni con el fuego
de las nubes. Eran como tres tonos de luz -- ¡que encanto! -- El corazón era vivo, palpitante,
humano pero glorificado; estaba rodeado de fuego como material, parecía movible como dentro de
una hoguera; y por encima brotaba de él otra clase de llamas como lenguas de fuego de más calidad
o grados, diré. Además, estaba el corazón rodeado de rayos luminosos como anchos al principio y
delgados al fin, sin confundirse con las llamas que quedaba debajo, con la sombra de luz o disco
brillantísimo que lo rodea”.
“Las llamas de brotaban para arriba del corazón subían con violencia como despedidas con mucha
fuerza, cubriendo y descubriendo la cruz chiquita plantada en el corazón. Las espinas que rodeaban
el corazón dolían al ver cómo lastimaban aquello tan delicado y tierno.

Apostolado de la Cruz.
“En incontables ocasiones de día y de noche se presentaba esta hermosa cruz, aunque sin la
Palomita. ¿Qué será esto?, me preguntaba, ¿qué quedó el Señor? Le di cuenta a mi director y
primero me dijo que no hiciera caso y después, yo creo inspirado de Dios, me escribió un papel para
mi alma y me decía: ‘Tú salvarás muchas almas por medio del apostolado de la cruz’. ‘Él se refería
a que por mis sacrificios unidos a los del Señor, pues nunca le ocurrió que este fuera el nombre de
la Obra. Pero yo al leer esto no sé qué sentí, comprendiendo después que este nombre debía llevar la
grande Obra que iniciaba el Señor y de la que hablaba ya”.
En abril de 1895 el P. Mir fue a unas misiones a Chilapa y entonces fue cuando obtuvo de Mons.
Ibarra la primera aprobación diocesana del Apostolado de la Cruz el 03 de mayo de 1895. El 25 de
mayo de ese año se bendijo la Cruz del Apostolado en el colegio de santa Teresa de Chilapa. “Tuve
el consuelo de saber que salió mi Director para Chilapa a establecer el primer Centro del
Apostolado de la Cruz. ¡Bendito mil veces seas Jesús! ¡Como Él va arreglando sus cosas y cuando
le place lleva a cabo! (CC 6,1)
El señor me dijo: “El Apostolado de la Cruz es el del Sacrificio que debe ofrecerse por amor; ahí las
almas se inmolarán por mí, para darme gloria; en esta oblación se encuentra la perfección. El
Parroquia de la Cruz del Apostolado.
Apostolado de la Cruz fue mi apostolado, yo enseñe al mundo con mi amor y con mi dolor”
(Apuntes Apostolado de la Cruz, p 80)

Cuarta Parte
Religiosas de la Cruz
Una vez establecido el Apostolado de la Cruz y propagado por muchas diócesis sentí que había
llegado el momento de realizar una de mis más grandes ilusiones, la de fundar una Congregación
religiosa que tuviera el mismo espíritu del Apostolado de la cruz, pero más acendrado, en un grado
más perfecto. El señor me dijo: “Tú fundaras un claustro en forma de cruz en donde se te
contemple mi Pasión interna principalmente. Las almas que ahí penetren vivirán en la cruz” (CC
1,387). Lo comunique al P. Mir, mi director espiritual, quienes secundó el proyecto escogió entre
las socias del Apostolado de la Cruz las que sobresalían por su piedad y virtudes y que daban
indicios de vocación religiosa. De esta manera logró reunir un pequeñísimo grupo de jóvenes que
por principio de cuentas que fueron en devota peregrinación a la Basílica de Guadalupe para
consagrar a la Sma. Virgen de Guadalupe la nueva Familia religiosa. Fue escogida para ser cabeza y
superiora la Srita. Ana Valdés.
Alianza de Amor.
El Señor me dijo: “Quiero una como asociación o liga espiritual con el Oasis, aunque
independiente, de personas seglares que se alisten a ella: tendrá un reglamento adecuado, y harán en
su casa, esas almas buenas, una vida santa y ejemplar. Se extenderá más tarde esto por todas partes
en donde haya Oasis y aún pueden unirse personas de lejos en donde no haya esa fundación, y se les
concederán muchas indulgencias. María será como la directora que la sostenga y su especial
protectora. Será esta, una liga de la Cruz del Sagrado Corazón de Jesús en la cual traerá vocaciones
para el Oasis. Las personas escogidas que entren a esta liga deben pertenecer al apostolado de la
cruz. Es, o será esto una cosa entre el Apostolado la Cruz y el Oasis: menos perfecto que el Oasis y
más que el Apostolado, tomando de ambos, el celo de uno y el espíritu de oración y sacrificio del
otro” (CC 33, 226) Le dije a mi Jesús que “A mí no me gusta el nombre de liga, mi Jesusito, me
parece de masones. Dame otro muy bonito, mi Amor”, Entonces me contestó: “Alianza de amor con
la Cruz del Sagrado Corazón: ¿te gusta?” Le dije: Sí, ¡me encanta Alianza de Amor!, Qué bonito,
como un pacto con tu cruz hoy decir el otro día en un sermón, que la cruz es el extasis del amor, el
resumen de los santos. ¡Ah que mi Jesús tan relindo, y cuánto, cuantísimo te amo!”
El 25 de octubre de 1909 me da me va diciendo mi Jesús: “Esta Alianza, hija, será como te dije,
para almas que aspiren a la perfección especialmente y de todos los estados pero mis celos se
extiende a todo el mundo, te quiero que todas las almas se salen por la cruz. las almas de la Alianza,
santificándose, impulsarán el Apostolado de la Cruz, y atraerán a la práctica de mi santa ley; quiero
que tengan especial cuidado en guardar y hacer que se guarden los días festivos. Se dividirá mi obra
como en tres secciones: el Oasis, la Alianza y el Apostolado. Interesados los oasis por la oración y
el sacrificio, y las alianzas por el celo exterior que los Oasis les comuniquen, impulsarán la Obra del
Apostolado que es para todo el mundo.”(CC 33, 236-237)

Quinta Parte
Parroquia de la Cruz del Apostolado.
Fraternidad de Cristo Sacerdote.
El 19 de enero de 1912, estaba ayudando gracias de la comunión, cuando repentinamente me hirió
como un rayo de luz del cielo, que me iluminó lo que voy a decir como el porvenir, diré, de un bien
para las Obras de la Cruz. Tuve que cerrar el libro y escuchar al señor que me hablaba, dejándome
sus palabras grande alegría y paz en el alma. “Quiero. me dijo, una liga de Arzobispos y Obispos y
personas que algún cargo de representación, como Rectores, Curas etc. que llevando una vida más
unida al Divino Verbo, protejan a las Obras de la Cruz con vocaciones o de la manera que puedan,
en favor de la iglesia, o para bien de ella. Quiero que este grupo lo formen personas espirituales,
haciendo cabeza aquella alma de quien te dije alguna vez que sería cabeza de los que entrarán en
aquella fraternidad con el Verbo. no será una nueva Congregación, pero sí un escudo para las Obras
de la Cruz con una palanca poderosa para llevar a cabo mis planes redentores universales, todos
caridad. Para formar este grupo, se buscarán, repito, hombres de espíritu, que aspiren a la
perfección. No es tu Obra, está sino la misma de la Cruz, amparada y secundada poderosamente por
miembros de la iglesia para darme gloria. Al entrar a formar en esta liga se comprometerán sin
pecado a extender la devoción al Espíritu Santo, el amor al Divino Verbo, teniéndolo antes muy
profundo en sus corazones, y la predicación de la cruz qué es el Evangelio. Quiero que estas tres
cosas reinen en el mundo y sobre todo entre el sacerdocio, y la tibieza se cambiará en fervor, y los
frutos en las almas, serán copiosísimos.” (CC 37, 13-19)
Misioneros del Espíritu Santo.
Cuando el Señor habló del Oasis de mujeres, en febrero de 1894 dijo: “Habrá también una
congregación para hombres, cuando la de mujeres haya sido aprobada, pero de esta a su tiempo
hablare”. De vez en cuando en el transcurso de 10 años, solía hacer alusión a esta promesa, sobre
todo cuando se quejaba de los pecados de los sacerdotes, y ya en sus quejas, en los diálogos y en sus
enseñanzas se refería a ese lugar futuro de su descanso”. (H MSpS,1).
El día 04 de febrero de 1903 conocí al P. Félix Rougier, sacerdote marista, me fui a confesar con él
y de pronto “sentí un impulso extraordinario para abrir mi alma, para hablarle de la Cruz, de los
encantos del padecer, de los primores del dolor… ¡oh Dios mío!, yo veía, yo sentía el repercutir de
mis sentimientos en su alma… veía cómo le penetraba hasta el fondo de mis palabras, que creo que
entonces no eran mías, porque yo me oía hablar con un fuego… con una facilidad, con algo muy
grande que no era mío… era de la Palomita divina… Le hablé de las Obras de la Cruz, y lo sentí
enamorarse de ellas… yo vi el fondo de su alma y sus actuales impresiones; desde luego sentí, que
aquella alma daría mucha gloria a Dios en sus Obras, lo sentí, en fin, herido por la Cruz, herido en
lo más hondo de su alma. Hablamos de penitencias, y en el acto me ofreció hacer algunas por las
Obras… Lo sentía yo, impresionadísimo… santamente tocado en lo más vivo del corazón. Le hable
del Oasis, y me pregunto luego si en México se encontraba, y que si había para hombres. No hay
para hombres, le conteste, pero lo habrá…” (CC 18, 25-28) fueron 10 largos años de preparación
pues sus superiores le negaron el permiso para la fundación, pero finalmente gracias al Mons.
Ramón Ibarra, arzobispo de Puebla, fue concedido el permiso. los Misioneros del Espíritu Santo
fueron fundados en la Capilla de las Rosas en el Tepeyac, el 25 de diciembre de 1914.

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