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Deforestacion Mundial
"EXPLORANDO LAS RAÍCES DEL DESASTRE AMBIENTAL Y CONSTRUYENDO UN FUTURO SOSTENIBLE
PARA NUESTROS BOSQUES"
La deforestación a nivel mundial se posiciona como uno de los principales problemas de sostenibilidad en nuestra
era. La pérdida masiva de bosques, especialmente en zonas tropicales, genera consecuencias alarmantes. La
expansión de terrenos agrícolas es la responsable de aproximadamente el 80% de esta deforestación global,
afectando gravemente la biodiversidad y contribuyendo significativamente al cambio climático. Las emisiones
resultantes del cambio en el uso de la tierra representan la segunda causa del cambio climático, siendo responsable
de casi el 12% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero. La deforestación también afecta
negativamente los medios de subsistencia de comunidades vulnerables, especialmente los pueblos indígenas, que
dependen en gran medida de los ecosistemas forestales.
El informe "El Estado de los Bosques del Mundo" de la FAO en 2020 reveló una disminución de la superficie forestal
global del 32.5% al 30.8% entre 1990 y 2020, equivalente a una pérdida neta de 178 millones de hectáreas de
bosques, similar a la superficie de Libia. La deforestación y la degradación forestal son impulsadas por la creciente
demanda de alimentos, piensos, bioenergía y otros productos básicos, presionando el uso de la tierra y poniendo en
riesgo la existencia misma de los bosques en todo el mundo. La noción de productos con "deforestación importada"
vincula el consumo de estos productos con la deforestación que causan al producirse, representando entre el 10-16%
del consumo total en la Unión Europea. Ante este desafío, se han implementado compromisos y acciones a nivel
europeo e internacional para abordar la deforestación y degradación forestal mundial. El problema no solo amenaza
la economía, sino también la supervivencia misma de la humanidad.
No existe una solución única; tanto la lucha contra la deforestación como la gestión forestal sostenible son desafíos
complejos. Las soluciones deben ser específicas para cada país y región, con el objetivo general de proteger los
bosques existentes y aumentar significativamente la cobertura boscosa sostenible y biodiversidad en todo el mundo.
Este tema crucial ha sido abordado en foros y convenios mundiales, incluyendo los Objetivos de Desarrollo
Sostenible de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas. A nivel de la Unión Europea, medidas como el Plan de Acción
FLEGT y regulaciones sobre la tala ilegal de madera demuestran un compromiso activo. Con iniciativas más
recientes como el Pacto Verde, la Estrategia Europea de la Biodiversidad H-2030 y el Pacto por el Clima, la Unión
Europea busca invertir la tendencia de la deforestación y avanzar hacia una gestión forestal más sostenible,
destacando su compromiso con la protección ambiental a nivel global.
La deforestación global representa uno de los mayores desafíos de sostenibilidad, y América Latina no está exenta
de sus consecuencias. En respuesta a la pérdida significativa de bosques en la región, varios países han tomado
medidas para abordar este problema, centrando sus esfuerzos en la expansión agrícola y la extracción de recursos
naturales. Brasil, por ejemplo, ha establecido áreas protegidas y fortalecido la aplicación de leyes contra la tala ilegal
en la Amazonía. Colombia ha desarrollado iniciativas de conservación y restauración, mientras que Costa Rica ha
sido pionera en reservas naturales y prácticas agrícolas sostenibles. A pesar de estos esfuerzos, la deforestación
persiste, lo que subraya la necesidad de acciones continuas y colaborativas.
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La Iniciativa 20x20, respaldada por varios países latinoamericanos, busca la restauración de 20 millones de
hectáreas de tierras degradadas para 2020. Este es un ejemplo de esfuerzos conjuntos para abordar la deforestación
y promover la sostenibilidad en la región.
La cooperación internacional es esencial, ya que los desafíos de la deforestación trascienden las fronteras
nacionales. América Latina, junto con la comunidad internacional, busca fortalecer sus medidas para revertir la
tendencia de la deforestación, destacando la importancia de la colaboración entre gobiernos, organizaciones no
gubernamentales y comunidades locales para proteger los valiosos recursos naturales de la región.
Recursos Naturales:
Uso de la Tierra: La deforestación está directamente relacionada con la gestión de los recursos naturales,
especialmente la tierra. La expansión de la agricultura y la demanda de madera son impulsores principales de la
deforestación. La planificación y gestión eficientes de los recursos naturales son esenciales para evitar la
sobreexplotación y la pérdida de bosques.
Economía y Recursos: La explotación no sostenible de los recursos naturales, como la madera, puede generar
beneficios económicos a corto plazo, pero contribuir a problemas a largo plazo, incluida la deforestación. La
formulación de políticas que equilibren el uso económico de los recursos con la conservación es crucial para abordar
este desafío.
Expansión de las Ciudades: El crecimiento urbano a menudo conlleva la expansión de áreas urbanas a expensas
de los bosques circundantes. El desarrollo de infraestructuras y viviendas puede contribuir a la pérdida de hábitats
naturales. Las políticas de planificación urbana pueden mitigar estos impactos al considerar la conservación de áreas
verdes y boscosas.
Demandas de Recursos: El aumento de la población y la urbanización pueden generar una mayor demanda de
recursos, incluidos productos agrícolas y madera, lo que intensifica la presión sobre los bosques. La gestión
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sostenible del crecimiento urbano implica políticas que fomenten prácticas respetuosas con el medio ambiente y la
preservación de áreas verdes dentro y alrededor de las ciudades.
Resulta que estas empresas, con todo su poder económico y político, pueden esquivar fácilmente las advertencias y
multas. La verdad es que se necesita más que solo protestas para frenarlos. Necesitamos una estrategia más
completa que involucre a gobiernos, empresas y otras organizaciones para encontrar soluciones que realmente
peguen. En resumen, frenar a los grandes jugadores de la deforestación va más allá de pancartas y multas; se trata
de cambiar toda la movida.
Él informa anual de desmontes de Greenpeace revela que, en Argentina, durante 2021 casi la mitad de la
deforestación del norte se produjo en Santiago del Estero, y más del 80 por ciento fue ilegal. En Chaco las topadoras
arrasaron 18 mil hectáreas, a pesar de que los desmontes están suspendidos por la justicia provincial.
Resulta evidente que las multas no son suficientes para desalentar desmontes e incendios forestales; y los
responsables rara vez son obligados a reforestar. En muchos casos es clara la complicidad de funcionarios
En base a la comparación de imágenes satelitales tan solo desde enero hasta agosto 2022 estas son las superficies
desmontadas en las 4 provincias que acumulan la mayor cantidad de desmontes:
En las últimas tres décadas perdimos cerca de 8 millones de hectáreas. Por eso, Greenpeace exige que se garantice
“Deforestación Cero” y presentamos una medida cautelar reclamando la suspensión de los desmontes en las cuatro
provincias demandadas que son hábitat del yaguareté: Formosa, Chaco, Salta y Santiago del Estero.
La demanda judicial de Greenpeace detalla cómo los gobiernos provinciales violaron la normativa forestal nacional
mediante la realización de recategorizaciones prediales para autorizar desmontes en bosques protegidos (Salta y
Chaco); la autorización de desmontes selectivos para ganadería donde no está permitido (Santiago del Estero y
Chaco); y la elaboración de un Ordenamiento Territorial que permite desmontar en el 75% de sus bosques
(Formosa).
CONCLUCION:
Tiziano y yo llegamos a la conclusión de que es esencial tomar acción sobre la deforestación, cuidar nuestro planeta
y asegurar un futuro sostenible para las próximas generaciones. La deforestación no solo amenaza la diversidad
biológica y contribuye al cambio climático, sino que también impacta directamente en nuestras vidas al afectar los
recursos esenciales que obtenemos de los bosques. Al tomar medidas ahora, podemos preservar la salud de nuestro
ecosistema, disminuir el cambio climático y garantizar que los beneficios vitales de los bosques, desde el aire limpio
hasta los recursos naturales, estén disponibles para todos. La responsabilidad recae en nosotros: cada acción cuenta
para revertir la deforestación y construir un futuro donde la convivencia entre la humanidad y la naturaleza sea
armoniosa y sostenible.
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