Está en la página 1de 1

Billy Sunday

Nació el 19 de noviembre de 1862. Su padre, un soldado de la Unión, murió antes de su nacimiento. Su madre
cristiana incapaz de proveer para toda su familia, se vio obligada a enviar a Billy y a su hermano a un orfanato.
Terminada la escuela secundaria se trasladó a Marshalltown, Iowa, en donde jugó con el equipo de béisbol
campeón local del estado. Su asombrosa velocidad atrajo la atención del apoderado de los Medias Blancas de
Chicago, y firmó con ellos en 1883.
Así inició su carrera profesional. Llegó a ser uno de los corredores de bases más veloces, y uno de los más
atrevidos para robarse las bases. Su nombre llegó a ser bien conocido entre los aficionados al béisbol. Por
cinco años jugó con este equipo, generalmente en una posición a la derecha al medio del campo de juego.
Más tarde jugó para los equipos de Pittsburg y de Filadelfia.

Después de ocho años como beisbolista profesional, rehusó renovar su contrato, aun cuando se le había
ofrecido un salario de quinientos dólares mensuales. Rehusó con el fin de entrar en la obra cristiana.
Se unió a la Iglesia Presbiteriana Jefferson Park y asistía regularmente a los estudios bíblicos en la Asociación
Cristiana de Jóvenes. En 1888 se casó con Helen Thompson, la hermana del bateador de los Medias Blancas.

En 1891, le puso fin a su carrera de beisbolista para trabajar tiempo completo en la Asociación Cristiana de
Jóvenes, por una fracción de lo que había ganado como jugador de béisbol. Después de dos años fue a servir
como ayudante del evangelista John Wilbur Chapman. Cuando Chapman de súbito dejó de viajar como
predicador en 1895, lo invitó para que celebrara servicios evangelísticos por él en Garner, Iowa. La Iglesia
Presbiteriana no le dio licencia hasta 1898, y fue ordenado en 1903.

Comenzó celebrando cruzadas evangelísticas en poblaciones pequeñas del occidente medio y gradualmente
fue a ciudades más grandes del medio oeste y este.

Era dramático, inteligente y ocurrente; y al predicar se paseaba rápidamente de un lado de la plataforma al


otro. Durante el sermón golpeaba el púlpito con la mano, golpeaba el piso con los pies, y usaba todo ademán
gimnástico que le fuera posible, con el fin de hacer énfasis en lo que decía. No solamente usaba la voz, sino
también todos los músculos del cuerpo. Dramatizaba cada una de las ideas que presentaba. Si hablaba de
algún cuadrúpedo, gateaba sobre la plataforma; si hablaba de una persona que oraba, caía de rodillas. Los
periodistas y publicistas del día, dibujaban caricaturas de lo que Sunday hacía sobre la plataforma.

Billy Sunday era conocido como un orador “áspero”; usó un vocabulario sin refinar y contundente para
transmitir sus puntos. Como proclamó Sunday descaradamente: “Quiero predicar el evangelio tan claramente
que los hombres puedan venir de las fábricas y no tengan que traer un diccionario”. Sunday era un showman
enérgico con un estilo único de predicación. Actuaba, corría por el escenario, se quitaba el abrigo y se
arremangaba, arrojaba sillas al diablo y, de otras maneras, pronunciaba un animado sermón.

La culminación de sus servicios seguían al sermón cuando invitaba a los miembros de la audiencia “a caminar
por el sendero del aserrín” hasta el frente, indicando su decisión de entregarle sus vidas a Cristo. Su cruzada
más exitosa fue en la ciudad de New York, en donde noventa y ocho mil doscientas sesenta y cuatro personas
“caminaron por el sendero de aserrín” en diez semanas.

Pasó sus últimos días en Winona Lake, en el estado de Indiana. Falleció el 6 de noviembre de 1935.

También podría gustarte