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JUZGADO DE FAMILIA TRANSITORIO - Hz

EXPEDIENTE : 00701-2014-0-0201-JR-FC-01
MATERIA : DECLARACION DE UNION DE HECHO
JUEZ : HENOSTROZA SUAREZ, JESUS E.
ESPECIALISTA : DIAZ JAMANCA, ROSA
MINISTERIO PUBLICO : FISCALIA MIXTA DE INDEPENEDENCIA,
DEMANDADO : PEREZ LEON, EUSTAQUIO AGAPITO
DEMANDANTE : ANAYA TARAZONA, SANTA ANTONIA

SENTENCIA
RESOLUCIÓN N° 26
Huaraz, Tres de Noviembre
Del año dos mil quince. –
VISTOS: Dado cuenta, con el presente proceso para
emitir sentencia, en los seguidos por doña SANTA ANTONIA ANAYA TARAZONA,
sobre RECONOCIMIENTO DE UNION DE HECHO y accesoriamente la formación
de una Facción de Inventario de Bienes, la misma que la dirige contra EUSTAQUIO
AGAPITO PEREZ LEON.
ANTECEDENTES:
1. Que, por escrito de fojas setenta a ochenta y tres, subsanado a foja
noventa y uno, doña Santa Anaya Tarazona interpone demanda sobre
Declaración de Unión de Hecho que ha mantenido con su conviviente
Eustaquio Agapito Pérez León, exponiendo como fundamentos fácticos de
su pretensión que, las partes en el año 1983 decidieron iniciar una
relación de hecho, instalándose en una vivienda ubicada en el Jr.
Francisco de Zela N°425 (que posteriormente cambió a 443 y 449) en el
Distrito de Independencia, Huaraz; posteriormente se mudaron al Jr.
Pomabamba N° 348, del mismo Distrito. Refiere en ese orden, que
durante dicha unión llevaron una vida en común, desarrollando sus
actividades personales, económicas y sociales como si tuvieran la
condición de casados, cumpliendo los deberos y derechos que emanan
del matrimonio. Además, refiere, que la unión era pública y de
conocimiento de sus familiares, amigos y vecinos.
2. Afirma de la misma manera, que antes de iniciar la Unión de Hecho,
procrearon dos hijos de nombre Susy Edith de 38 años de edad, Alex
Nilton de 35 años y la última durante la conviviencia, llamada Mely
Margoth de 22 años de edad. Señala por otro lado que durante esta unión
adquirieron diferentes bienes tales como: a) El 24 de junio de 1988 un lote
de terreno urbano, ubicado en el margen izquierdo del Rio Quilcay, de la
ciudad de Huaraz, con un área de 140 metros cuadrados; b) El 22 de
febrero del año 2000 un lote de terreno ubicado en el Jr. Pomabamba con
un área de 505.08 m2; c) El 05 de junio un lote de terreno ubicado en la
tercera cuadra del Jr. Pomabamba con un área de 433 metros cuadrados;
d) El 11 de mayo del año 2001, un lote de terreno ubicado en el Pasaje
Zarumilla s/n paraje Ucanán, con un área de 133.50 m2; e) El 23 de abril
del año 1999, un lote de terreno denominado “Cotu” ubicado en la
carretera Huaraz – Caraz, Distrito y Provincia de Carhuaz con un área de
1034.05 m2 ; El 10 de febrero del año 2000, un lote de terreno
denominado “Cotu” ubicado en la carretera Huaraz – Caraz , con un área
de 196 m2; g) El 17 de junio del año dos mil tres, un lote de terreno
ubicado en la carretera Huaraz – Caraz, con un área de 275 m2; h) Un
vehículo de placa B7T848 Camioneta Pickup, Marca Nissan año 1988
inscrito en la partida Registral N° 50634289-SUNARP – HUARAZ;
además de doscientos cincuenta cabezas de ganado ovino, cuarenta y
siete de ganado vacuno, conforme la constancia expedida por el Teniente
Gobernador del Centro Poblado de Mesapampa. De igual forma señala
que durante su unión iniciaron un negocio de venta de lubricantes y
repuestos automotrices, ubicado en el Jr. Francisco de Zela N°245,
Independencia – Huaraz. En razón a ello solicitaron préstamos de dinero
al Banco de Crédito del Perú en tres oportunidades por la suma de
S/.80,000.00 nuevos soles, en cuyos créditos la demandada se constituyó
como fiadora solidaria por ser el beneficio y los riesgos en común.
3. En el curso de lo redactado manifiesta que, durante la unión de hecho,
participaban en la vida social y eventos importantes de sus amigos, es así
que en varias oportunidades fueron padrinos de bautizo y matrimonio. De
igual forma participaban en fiestas patronales y supieron realizar viajes
con sus hijos. también refiere que el demandado abandonó el hogar
donde convivían, hecho que declaró ante la Policía Nacional el 16 de junio
del año 2005, como consta en el Certificado de Ocurrencias de la
Comisaria Sectorial PNP Huaraz. En dicho documento también dejó
constancia que el abandono sería a causa de que el demandado tenía
una relación con otra mujer, hecho que fue corroborado ya que el año
2007 se enteró que ya tenía otro hijo de nombre Eustaquio Víctor Pérez
Rivera, faltando a los deberes que le asistía. Finalmente reafirma que con
el demandado tuvo una relación similar a la matrimonial, cumpliendo
hasta su fenecimiento con los deberes y derechos que nacen de ello, por
lo que solicita que judicialmente se declare dicha unión de hecho
mantenido durante 22 años, que abarca de 1983 hasta el año 2005.
CONTESTACION DE LA DEMANDA:
1.- Que, por escrito de fecha dos de setiembre del año dos mil catorce, el
demandado absuelve el traslado solicitando se declare infundada o
improcedente bajo el fundamento de que es falso que haya convivido con la
demandante por el tiempo que alega, mucho menos existe bienes comunes
como falsamente indica, de modo que los bienes adquiridos son a título personal
que los hizo durante su soltería, que no son a bienes comunes ni mucho menos
susceptibles de gananciales como erróneamente pretende la demandante.
2.- Refiere que con la demandante jamás decidieron iniciar una relación de
hecho en los lugares que indica, lo cierto es que por circunstancias del destino y
cuando era estudiante conoció a la actora en el año 1978 cuando ella ya tenía
dos hijos de nombres Marco Eduardo Robles Anaya y Susy Edith, habidos de su
convivencia con don Eduardo Emiliano Robles Tello, a quien le interpuso una
demanda de alimentos con fecha 10 de noviembre de 1976 a favor de su hijo
Marco Antonio y que posteriormente amplió su demanda a favor de Susy Edith
con fecha 12 de octubre de 1977, conforme es de verse de los escritos de fojas
noventa y cinco a noventa y nueve, en la que mediante sentencia de fecha seis
de enero del año 1978, que corre en copia a fojas cien y ciento uno, el Juzgado
Mixto de Recuay Falló declarando fundada su demanda, ordenando que el
demandado acuda con una pensión de alimentos de mil doscientos soles oro
para dichos hijos Marco Antonio y Susy Edith. En este extremo refiere, que por
circunstancias del destino procreó con la demandada a su hijo Alex Nilton Pérez
Anaya, quien nació el 24 de marzo del año 1979; ante lo cual posteriormente, el
21 de junio del año 1979 dicha demandada le interpuso una demanda de
alimentos por el mencionado hijo ante el Juzgado Mixto de Recuay, en cuya
oportunidad llegaron a celebrar un acuerdo como es de verse del documento
transcrito que corre de fojas ciento siete a ciento nueve, donde consensuaron de
que el referido hijo le entregaría apenas naciera, lo cual ocurrió pero luego le fue
devuelto, y otros antecedentes de la demandante que se indican en dicho
documento; proceso en el cual se declaró fundada en parte la demanda
ordenándose el pago inclusive de los gastos pre y post natales, así tal cómo
concluyó; por lo que en ese sentido, asevera de que la demanda y su persona
jamás tuvieron una vida en común ni estuvieron en condición de casados para
cumplir los deberes y derechos del matrimonio.
3.- Sostiene por otra parte, que Susy Edith es hija de la demandada con su
conviviente Eduardo Emiliano Robles Tello y por ende en la fecha y ante el
Juzgado referido como se ha indicado en el punto dos, obtuvo una sentencia
favorable de alimentos, sin embargo lo que sucedió es que por súplicas de la
demandante, la reconoció como su hija a dicha persona en el año 1993, sin ser
el padre biológico, por otro lado refiere que su hijo Alex Nilton nació en 24 de
marzo del año 1979 como se ha indicado; sin embargo la demandante
contraviniendo a la verdad y adjuntando una partida de nacimiento falsa refiere
que su hijo ha nacido el 24 de marzo del año 1980, con ello una vez más se
demuestra la conducta desleal de la demandante. Así mismo señala que a su
hija Mely Margot la procrearon después de once años, quien nace el 25 de
setiembre del año 1992, a quien reconoce el ocho de enero del año 2014, con lo
que acredita que jamás hubo convivencia pues de ser así hubiese reconocido a
su hija al momento de su nacimiento.
4.- Reafirma categóricamente, que los bienes adquiridos fueron a título personal,
producto de su esfuerzo, puesto que de no ser así al menos uno de los bienes
estaría a nombre de ambos, señala por ello que él como profesional es quien se
dedicó a los negocios, lo cual acredita con facturas y guías de remisión de los
Establecimientos Comerciales en el Jr. Francisco de Zela 443 y 779, de igual
forma presenta el reporte de la Sunat vía EQUIFAX que acredita lo que sostiene
entre otros documentos. Por otro lado manifiesta que como muestra de la
inexistencia de la supuesta convivencia entre la demandante y el recurrente,
cada uno han adquirido bienes a título personal, dedicándose cada quien a su
actividad personal; siendo en el caso del suscrito sobre el punto cuatro y con
respecto a la demandante lo acredita con el reporte extraído del internet vía
EQUIFAX en la que la actora se dedica al negocio desde el año 1993, de igual
forma con la constancia suministrada copia simple – SUNAT, así como se
acredita con la copia de la solicitud, Certificado de Compatibilidad para Licencia
de Funcionamiento y Certificado de Autorización Municipal de Apertura y
Funcionamiento de Establecimientos, lo cuales reflejan desde mucho antes su
dedicación al negocio y a título personal, es mas; en la actualidad dice que
cuenta con un Establecimiento Comercial denominado Lubricantes “Huascarán”,
que viene funcionando en su inmueble, ubicado en el Jr. Pomabamba N°348, de
igual forma la demandante adquiere a título personal un inmueble –Puesto
Comercial en el primer piso del Mercado Central de Huaraz, luego
supuestamente hace una trasferencia a favor de su hija Susy Edith, reiterando
que todo ello es muestra de que no existió la supuesta convivencia que reclama
su contraparte.
5.- Que respecto a los fundamentos 3.4 de las cuestiones de hecho de la
demanda, indica que el documento referido por la demandante no es suficiente
para acreditar la convivencia sostenida, ya que no reúne los presupuestos
exigidos por las normas Constitucional y Sustantivas, pues, el haber sido fiadora
del crédito, no crea convicción al Juzgador, lo mismo sucede con lo indicado en
el punto 3.5 del fundamento de hecho de la demanda ya que, como es común y
corriente acudir a las reuniones familiares y otros eventos de manera fueron
padrinos en varias oportunidades por suplica de los interesados, entre tanto las
partida de bautizo y de matrimonio así como las tomas fotográficas adjuntadas
en su demanda no son medios probatorios suficientes que avalen la supuesta
convivencia, lo mismo sucede en el punto 3.6 del fundamento de hecho de la
demanda, el haber hecho una denuncia ante la Policía Nacional, no acredita su
pretensión resultando insuficiente pues ni siquiera existe una constatación
policial, por lo que no habiendo convivido con la demandante decidió formar su
hogar. Asimismo, el punto 3.7 resulta falso ya que la pretensión debe ser
desestimada por no acreditarse de manera suficiente que garantice la supuesta
convivencia.
FUNDAMENTACION FACTICA Y JURIDICA. -
PRIMERO.- Que, la pretensión incoada en autos por doña Santa Antonia Anaya
Tarazona está dirigida para que el Poder Judicial de acuerdo a su competencia y
facultades orgánicas efectúe la Declaración confirmatoria de la Unión de Hecho y
accesoriamente la formación de una Facción de Inventario de Bienes, respecto a
su convivencia con el demandado don Eustaquio Agapito Pérez León desde el
año mil novecientos ochenta y tres hasta el año dos mil cinco; lo que permitirá
hacerse apreciación de actuados dentro de la muestra de que se trata de un
asunto que apareja notoria complejidad, procurando dejarse en claro o
resuelto a mérito de los medios probatorios concurrentes que han sido
presentados por ambas partes.
SEGUNDO.- Que, para llegar a un entendimiento y valoración razonada de lo
que implica la presente causa, partamos de dos conceptos elementales sobre lo
que son la familia y la unión de hecho; en cuanto a la primera, dentro de su
definición sustancial como órgano o célula fundamental del Estado, tiene hoy en
día una connotación y realidad distinta a esa concepción tradicional que
prácticamente trastoca las estructuras mismas de su institucionalidad;
esto, debido a las excluyentes transformaciones que el mundo moderno va
imponiendo como nuevos paradigmas y nuevas interrelaciones entre los
hombres y sus múltiples formas de coexistencia, entre los que se cuentan
por urgentes la Unión de hecho o la constitución de nuevas familias, que
antes eran de apreciación y hasta conceptualización atípica, pero hoy son
protegidas por el Estado en un esfuerzo de ubicarlos en la equidad o igualdad
constitucional, del que ya no es ajeno el mismo Derecho Comparado. Por
consiguiente; si hablamos del ecumenismo familia, tenemos que reportar esta
realidad y necesidad de adecuarlo hacia lo útil y necesario para la paz social,
fuere lo que fuere su modalidad, antes que iluminar las rampas del
individualismo cegados aún por el egoísmo trivial; en tal entendido, si el Estado
como en la mayor extensión del mundo viene cimentando la uniformidad de
valores en todas la uniones lícitas de parejas, llamándolas a todas con el mismo
concepto jurídico de familia, ello implica que la unión de hecho siendo parte de
tal engranaje y en consonancia con lo que pregona el Neo constitucionalismo
sobre la igualdad diferenciada, no está al margen de ese contexto tutelado
legítimamente. En cuanto a dicha institución fáctica; sabido es que ésta es tan
antiquísima de tipificación en la coexistencia familiar, que el Derecho Natural
contaminado por el sistema Canónico a lo largo de los siglos lo fue postergando
con las ritualidades y formalidades del misticismo platónico, hasta llegar a
nosotros con el liberalismo y colonialismo como un desahogo económico y
moral, que civilistamente ha tenido que bregar con sus postulados en cada
época, hasta llegar ahora al mismo grado del poder jurídico del Matrimonio en
tanto no contraviene el orden establecido y justifica el principio fundamental de
igualdad ante la ley de la persona humana que recoge el inciso 2. del artículo 2°
de nuestra Carta Magna.
TERCERO.- Que, el artículo 5° de la Carta Fundamental establece que la
unión estable de un varón y una mujer, libres de impedimento matrimonial,
que forman un hogar de hecho, da lugar a una comunidad de bienes sujeta
al régimen de la sociedad de gananciales en cuanto sea aplicable; en ese
norte, el artículo 326° del Código Civil institucionalizando la unión de hecho,
prescribe en su primer párrafo, que “La unión de hecho, voluntariamente
realizada y mantenida por un varón y una mujer, libres de impedimento
matrimonial, para alcanzar finalidades y cumplir deberes semejantes a los
del matrimonio, origina una sociedad de bienes que se sujeta al régimen de
sociedad de gananciales, en cuanto le fuere aplicable, siempre que dicha
unión haya durado por lo menos dos años continuos...”; teniendo en
cuenta estas dos premisas, es de reconocer como se dice por Jurisprudencia
que “... necesariamente debe mediar una declaración judicial que determine
tal situación fáctica (unión de hecho), pues es indudable que para arribar a
dicho convencimiento ineludiblemente debe ser debatido en sede
judicial...” ; en consecuencia, debemos proceder a buscar la acreditación o
inexistencia de la posesión constante de ese estado, teniendo en cuenta el
aporte y admisión de los medios probatorios de ambas partes
CUARTO.- Que, dentro de los parámetros normativos indicados en el punto
precedente tenemos que la unión de hecho merece una protección jurídica
excepcional, requiriendo el cumplimiento de ciertos elementos integrantes
para su configuración y así distinguirla de una simple relación circunstancial,
consistiendo la misma en una comunidad de lecho, de habitación y de vida,
la que debe ser susceptible de público conocimiento, vale decir notoria; y,
la carencia de uno de los requisitos incidirá en los efectos jurídicos que interesan
a terceros - léase a Alex Plácido en Consecuencias de la probanza de la unión de hecho-
efectos personales y patrimoniales, en Actualidad Jurídica N° 136. Lima, Gaceta Jurídica,
pág. 50-54-.
QUINTO.- Que, admitiendo tales términos, pasamos a desarrollar los puntos
controvertidos fijados en el presente proceso, consistiendo el primero en:
“Determinar si entre la demandante Santa Antonia Anaya Tarazona y
Eustaquio Agapito Pérez León constituyeron una unión de hecho desde el
año mil novecientos ochenta y tres hasta el año dos mil cinco ” , a este
respecto se tiene por entendido que la unión de hecho es una composición
familiar de forma voluntaria que realizan y mantienen un varón y una mujer libres
de impedimento matrimonial, todo ello con la finalidad de cumplir con deberes
semejantes a los que registra el matrimonio; frente a esta premisa encontramos
la afirmación de la demandante en su escrito postulatorio que con el demandado
inició la unión de hecho en el año mil novecientos ochenta y tres, versión que el
demandado al absolver lo incoado lo niega pero deja entrever que el veinticuatro
de marzo del mil novecientos setenta y nueve y no mil novecientos ochenta
como señala su contra parte, nació el hijo procreado por ambos de nombre Alex
Nilton Pérez Anaya; se entiende que ello ocurrió en circunstancias de relaciones
aun no afirmadas como expresa la misma emplazante en su escrito postulatorio,
dando lugar a que el veintiuno de julio de dicho año dicha actora le instaurara un
proceso de alimentos en el Juzgado Mixto de Recuay con el expediente número
109-1979, cuya copia de la demanda aparece de fojas ciento cinco a ciento seis,
lo que permite distinguir que para mil novescientos ochenta y tres como sostiene
el demandante, el acercamiento entre ambos era evidente, lo cual se puede
corroborar con uno de los últimos escritos presentados por el mismo
demandado que aparece a fojas cuatrocientos diecinueve con fecha veintinueve
de mayo del año en curso, donde en el numeral uno propone como punto
controvertido que el año dos mil cuatro se produjo la separación de la pareja por
mutuo acuerdo y por incomprensión de caracteres y en el numeral cuatro
considera que no le corresponde una pensión alimenticia a su ex conviviente
demandante por encontrarse separados más de diez años a la fecha.

SEXTO: Que, ahondando en cuanto a este primer punto controvertido, se tiene


a fojas seis, la certificación del entonces Juez de Paz del Distrito de Catac
sobre la convivencia entre ambas partes junto a sus tres hijos que se
identifican como Susy Edith, Alex Nilton y Meli Margoth Pérez Anaya, por más
de veintidós años; también a fojas siete, la certificación policial de fecha
dieciséis de junio del año dos mil cinco, donde la demandante asentó una
denuncia por abandono de hogar de su conviviente demandado que había
ocurrido el once de junio del año dos mil cinco y a fojas ocho, la copia del
contrato de construcción de vivienda con fecha doce de diciembre del mil
novescientos noventa y cuatro, donde demandante y demandado, suscriben
en calidad de propietarios con el albañil constructor, que al margen de estar en
copia legalizadas notarialmente, estos no han sido objeto de cuestionamiento
probatorio, más que una simple negación unilateral del demandado; lo que se
corrobora con lo aseverado por el testigo Néstor Carrión Alva, en su
declaración de fojas quinientos tres y quinientos cuatro, efectuado en la
audiencia de pruebas, donde estuvieron presentes ambas partes; en la cual
afirma en calidad de ex empleado de ambos que él llegó a trabajar en su negocio
de lubricentros ubicado en el Jr. Francisco de Zela y que desde entonces
permaneció hasta el año mil novescientos noventa y cinco, refiriendo a la vez
que cuando llegó para mil novecientos ochenta y cinco, ya los encontró
viviendo juntos y que cuando se apartó en el año mil novescientos noventa
y cinco, también los dejó juntos, sin tener precisión si eran convivientes o
casados; versiones que se complementan con la declaración del testigo
Segundo Polidoro Gamonal Agip, cuyos medios probatorios tampoco han sido
materia de objeción probatoria; por lo que con estos presupuestos de escaso
margen para generarse duda sobre una inexistente convivencia como sostiene el
demandado, no cabe mayor discusión ontológica desde que el mayor afán de su
persona, es el de pretender demostrar que él ha sido el único adquiriente de los
bienes inmuebles que según es de ver de fojas diez a trece, catorce a quince,
dieciséis a diecinueve, veinte a veintidós y veintitrés a veinticinco, veintiséis a
treinta y dos, son documentos de compraventa e inscripción registral que
aparecen entre los años mil novescientos ochenta y ocho al dos mil tres, que
efectivamente registran la adquisición a título personal por el demandado pero
éste mismo, al rendir su manifestación en el caso 2014-287 sobre Violencia
Familiar contra su persona formulada por la demandante, en la cuarta
pregunta hace notar el peso de una convivencia con la demandante al
señalar que tienen bienes para dividirse en mitad y que otro grupo de los
mismos han de destinarse para sus hijos, además hace referencia que una
tienda de lubricantes está en poder de la demandante y de su hija, y que algunos
bienes han sido adquiridos como solteros; afirmaciones que tienen correlación
con la certificación hecha por la Comunidad Campesina de Chiquian, corriente a
fojas cuarenta y seis que lo identifican como miembros de la misma en el sector
Iscu Corral, comprensión de la comunidad de Mesapampa, concordante con la
constancia del entonces Teniente Gobernador del Centro Poblado de
Mesapampa, corriente a fojas treinta y cinco, registrando tener en su haber una
notoria cantidad de cabezas de ganado ovino y vacuno; documentos estos que
tampoco han tenido cuestionamiento probatorio, más que denotar simples
negaciones y hasta adjuntando a fojas ciento cuarentiuno un documento irregular
de la misma autoridad pero con fecha veintitrés de agosto del año dos mil
catorce, es decir a nueve años del documento inicial, que aunque no ha sido
objeto de tacha queda la duda por la forma de su elaboración que refleja un afán
favoritista, que para el presente proceso no ayuda en el esclarecimiento de los
hechos, lo que tendrá que dejarse a salvo si las partes lo consideran necesario
en otro proceso.
SÉPTIMO: Que, para dejar en claro la apreciación de actuados en este primer
punto controvertido, debemos tener en cuenta de fojas cuarenta y nueve a
sesenta y seis, las diversas muestras fotográficas que dan testimonio de
actividades sociales y familiares compartidas por ambos, en diferentes
facetas, con vestimentas y lugares distintos que nos induce a un
reconocimiento sucedáneo de lo que ha sido la convivencia de las partes,
que se sustenta en mayor grado con la práctica religiosa y social de apadrinar
entre ambos matrimonios y bautizos cristianos, como aparecen de las
constancias legalizadas de fojas cuarenta a cuarenta y cuatro, que ponen de
manifiesto que han sido actos producto de una constante vida compartida entre
las partes; además, en un paralelo periodo de negocios compartidos, donde
como pareja han actuado en calidad de prestatario y avalista, tal como
aparece fojas treinta y siete a treinta y nueve, cuyos actos financieros también
son reflejo de la convivencia reclamada por una y negada por el otro, que
innegablemente con la presencia de una nueva relación sentimental del
demandado desde el año dos mil siete como lo reconoce en su escrito
absolutorio, es más que evidente que las diferencias entre de ambos tengan que
ser controversiales en el presente proceso, donde al no obrar en autos medios
probatorios negativos sobre dicha convivencia, el peso de los hechos
reconocidos en autos, grafica la tradicional unión de hecho que caracteriza
o se tipifica en nuestro país.
OCTAVO: Que, sintetizando, la Unión de Hecho en nuestro país tiene un
decurso histórico que ha ido en evolución, es por ello que entre los años que se
discute como en el presente caso, no puede hacerse valoración uniforme como
si se tratara de una institución que contenga las garantías o requisitos de lo ad
solemnitatem; en tal entendido, podemos concluir que mientras la accionante
reclama este reconocimiento desde el lado de su vinculación familiar y
descendencia, el demandado lo enfoca desde la valoración material o
comercial de sus bienes, que no habiendo precisión sobre lo que han
compartido como pareja, la hipótesis principal de dicho origen vendría a ser el
nacimiento del primogénito de ambos, Alex Nilton Pérez Anaya, ocurrido el 24 de
marzo de 1979, como se reseña en la Partida Natal de fojas ciento tres, de cuyo
hecho sobrevino el proceso de alimentos instaurado por la demandante en el
entonces Juzgado de Primera Instancia la Provincia de Recuay en junio de dicho
año, hasta la sentencia de vista de setiembre de mil novecientos ochenta, cuyos
antecedentes obran de fojas ciento cinco a ciento veintitrés, donde no hay
expresión de convivencia y deja entrever que hasta entonces ello no ocurría,
sino hasta enero de 1993 cuando empiezan a compartir el negocio de
Lubricantes “Huascarán”, que se presume nace del pacto convivencial
traducido con el reconocimiento que hace el demandado el 17 de marzo de
dicho año de la hija de la demandante llamada Susy Edith, conforme se
verifica de su partida de nacimiento de fojas dos, repetida a fojas ciento catorce;
y se distingue de los reportes vía internet (vía Equifax) de la SUNAT de fojas
ciento veinticinco, sobre el demandado que registra como fecha de inicio de sus
actividades uno de marzo de mil novecientos ochentiocho; y sobre la
demandante a fojas ciento cuarentitres, registrando fecha de inicio de
actividad uno de enero de 1993, año que entre todas las proyecciones de
análisis es la más convincente; por lo que dilucidando el primer punto
controvertido, cabe aseverar que la relación de convivencia entre la
demandante doña Santa Antonia Anaya Tarazona y el demandado don
Eustaquio Agapito Pérez León, proviene desde el uno de enero de mil
novecientos noventitres al once de junio del dos mil cinco, en que el
segundo de los nombrados hizo abandono del hogar convivencial, tal como lo
certifica la Constancia Policial de fojas siete.
NOVENO: Que, en lo que se refiere al segundo punto controvertido sobre
Determinar si dichas partes durante una convivencia han adquirido propiedades
que forman parte de una comunidad de bienes; al respecto, configurando la
misma complejidad del punto anterior debemos partir de la tesis de que en ésta
Unión de Hecho han concurrido dos vertientes o formas de relación
convivencial indiscutibles, una sentimental y otra comercial dentro de una
aparente independencia operacional en cuanto a la segunda y que pareciera ser
la esencia del presente caso; siendo así, definir lo que es ser comerciante y por
otro qué es una separación de bienes en una convivencia, nos induce a pensar
como cuestión fáctica el hecho de que cada quien habría administrado sus
negocios y ello sería suficiente para considerar que estamos al frente de
una separación de patrimonios; sin embargo, ocurriendo todo ello con una
misma razón social como lo ha sido y es Lubricantes Huascarán, cuyos
comprobantes de pago de fojas ciento veintiuno y ciento cincuentinueve lo
corroboran, no puede aseverarse tal figura, en el entendido de que las
utilidades o beneficios de los negocios, por más separados que
marcharon, tuvieron un solo propósito empresarial como legalmente se
entiende, lo reconoce el artículo 11° de la Ley General de Sociedades N° 26887;
en tal entendido, los bienes adquiridos por el demandado como son:
a) Mediante Escritura Pública de compraventa de fecha veinticuatro de junio de
1988, obrante de fojas diez a trece, un lote de terreno urbano, ubicado en el
margen izquierdo del Rio Quilcay, de la ciudad de Huaraz, con un área de 140
metros cuadrados; b) Según Ficha Registral N° 00022578, de fojas catorce, con
escritura de compraventa del 30 de enero del año 2000, un lote de terreno
ubicado en el Jr. Pomabamba con un área de 505 m2. c) Según Ficha Registral
N° 00022798, de fojas quince; con Escritura Pública de compraventa del 05 de
julio del 2000, un lote de terreno ubicado en la tercera cuadra del Jr.
Pomabamba con un área de 433 metros cuadrados; d) Mediante Escritura
Pública de compraventa de fecha 11 de mayo del año 2001, obrante de fojas
dieciséis a diecinueve, un lote de terreno ubicado en el Pasaje Zarumilla s/n
paraje Ucanan, con un área de 133.50 m2; e) Mediante Escritura Pública de
compraventa del 23 de abril del año 1999, de fojas veinte a veintidós, un lote de
terreno denominado “Cotu” ubicado en la carretera Huaraz – Caraz, Distrito y
Provincia de Carhuaz con un área de 1034.05 m2; f) Mediante Escritura de
Compraventa del 10 de febrero del año 2000, obrante de folios veintitrés a
veinticinco, un lote de terreno denominado “Cotu” ubicado en la carretera Huaraz
– Caraz, con un área de 196 m2; g) Mediante Escritura de Compraventa del 17
de junio del año dos mil tres, de fojas veintiséis a treinta y dos, un lote de terreno
ubicado en la carretera Huaraz – Caraz, con un área de 275 m2; obrante h)
Según Partida Registral N° 50634289-SUNARP – HUARAZ, obrante de fojas
treinta y tres a treinta y cuatro, un vehículo de placa B7T848 Camioneta Pickup,
Marca Nissan año 1988; i) Según la Constancia expedida por el Teniente
Gobernador del Centro Poblado de Mesapampa, obrante a folios treinta y
cinco y treinta y seis, doscientos setenta y seis cabezas de ganado ovino,
cuarenta y siete de ganado vacuno; todos éstos, en tanto no reporten la
calidad de bienes propios a mérito de las normas vigentes en el tiempo de su
adquisición, téngase a todos ellos como parte de una presumible
comunidad de bienes, de acuerdo a lo que por extensión es de aplicar el
artículo 311° del Código Civil; los cuales deberían o deben ser materia de
consignarse en una facción de inventarios con auxilio de peritos, a fin de hacerse
distingo fidedigno de aquellos que por razones jurídicas y económicas
pertenecen a cada parte, lo cual no es posible en la presente causa por la misma
complejidad de su contenido y porque de acuerdo a los puntos de controversia,
no se han delimitado los mecanismos de su tratamiento; implicando así, que se
requiere de un proceso autónomo o diferente, con auxilio de lo ya reconocido en
el presente proceso; en tal sentido y concluyentemente, tampoco resulta
viable por el momento la división-partición de los posibles gananciales
como se plantea, a mérito de las mismas razones; quedando dilucidados de
esta manera los puntos controvertidos tres y cuatro.
DÉCIMO.- Que, la realidad jurídica de las partes en la presente causa, aparte de
los aspectos ya definidos como una Unión de Hecho, tiene otra característica
singular o condicionante en cuanto los mantienen enfrentados agudamente; ello
está referida a la frecuente alteración o accidentada convivencia como familia
que los ha conducido al quebrantamiento de su integridad, probablemente a raíz
de haberse separado y asumido el demandado una nueva relación desde el año
dos mil siete, tal como lo asevera la actora en su manifestación prestada en el
caso N° 2014 – 287 ventilado en la Fiscalía Provincial Mixta de Independencia,
Huaraz, cuya copia obra de fojas doscientos veintidós a doscientos veintitrés,
aspectos que corrobora el demandado con su declaración en el mismo caso
instaurado en su contra, afrontando los cargos provenientes hasta del hijo
procreado por ambos llamado Alex Nilton Pérez Anaya, respondiendo
concluyentemente en su manifestación de fojas doscientos veintisiete a
doscientos veintiocho, que con la demandante y los hijos habidos con ella
hubieron buenas relaciones, que sobre los bienes que cuentan les
corresponde la mitad a ambos, teniéndolo dispuesto destinarlos a sus
hijos, pero que estaba pendiente de suscribirse dicho acuerdo; además de
afirmar que para entonces reconoció a su nuevo hijo llamado Eustaquio
Víctor Pérez Rivera, poniendo así en evidencia los desencuentros propios de
una pareja en crisis o conflicto irreversible, traduciéndose en la sentencia
dictada en dicha causa por el Primer Juzgado de Familia de Huaraz con el
expediente N° 00585-2014, de fecha veintiséis de setiembre del dos mil catorce,
cuya copia aparece de fojas doscientos setentitres a doscientos setentiseis,
donde se condena al demandado como responsable de violencia familiar, quien
a su vez durante el curso del proceso solo ha hecho negaciones subjetivas frente
a los argumentos de la accionante, donde como ya se dijo, los testigos actuados
en la Audiencia de Pruebas de fojas quinientos uno a quinientos cuatro, lo han
desvirtuado sin cuestionamiento alguno.
DÉCIMO PRIMERO.- Que, conforme hoy en día la Doctrina viene
manejando como nueva tendencia, la prueba, más allá de ser considerada
como carga procesal o actividad de las partes para otorgar certeza en el juez de
los hechos del proceso o ser una actividad psicológica del mismo al momento de
emitir la sentencia; es ahora entendida también, según afirman los juristas Alex
Carocca Pérez (Chile) o Reynaldo Bustamante Alarcón (Perú), como un
derecho que le asiste a todo sujeto de derecho, que lo ejercita en un proceso
o procedimiento para defender sus alegaciones o en el ejercicio de su
defensa, siendo un elemento del debido proceso y por ende considerado
un derecho fundamental; en tal sentido, cabe concluir que en la presente
causa, lo que se quiere dejar en prevalencia, es la función y calidad de la
Familia; esto sin tomar en cuenta el determinismo de su naturaleza, que si es
desde la Unión de Hecho, no se tome pretextando las informalidades de su
desarrollo, puesto que en ésta institución o en el matrimonio, su consistencia no
radica en el tiempo ni en lo que materialmente se pueda aglutinar como
patrimonio de partes o de lo comunitario, sino en lo que la sociedad necesita
como seguridad y garantía jurídica, que no lo impone el Juez, sino que en
aplicación de la ley lo declara reconociéndola, por la actitud sana y voluntaria de
los actores, que buscan y necesitan como todos la paz social en justicia.
Por las consideraciones anotadas, de conformidad con lo prescrito en el artículo
5° de nuestra Constitución Política, 326° del Código Civil; I, III y VI del Título
Preliminar y 188°, 190°, 196°, 197° y 199° del Código Procesal Civil; el que
suscribe, administrando Justicia a nombre de la Nación;
FALLA; DECLARANDO: 1) FUNDADA EN PARTE LA DEMANDA, interpuesta
por doña SANTA ANTONIA ANAYA TARAZONA sobre Declaración
confirmatoria de Unión de Hecho tenida con su conviviente don EUSTAQUIO
AGAPITO PEREZ LEON; en consecuencia: DECLARO JUDICIALMENTE LA
EXISTENCIA DE LA UNION DE HECHO PROPIA habida y mantenida entre
Santa Antonia Anaya Tarazona y Eustaquio Agapito Pérez León, la misma que
se identifica desde el primero de enero de mil novecientos noventitres hasta el
once de junio del dos mil cinco, fecha de separación. 2) IMPROCEDENTE LA
MISMA en lo referente a la formación de Facción de Inventario de Bienes
Comunes y División de Gananciales, dejándose a salvo en estos extremos
para que los haga valer con arreglo a ley. De no ser apelada la presente
sentencia ; ELEVESE en CONSULTA a la Sala Civil de esta Corte Superior de
Justicia ; Notifíquese.-

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