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Desarrollo Personal y Ciudadano -Cuarto grado

Experiencia de aprendizaje 3

Nombres y apellidos: Edward Condori Quipo

Propósito: desarrollar la tarea

 Utiliza diversas fuentes, para indagar sobre un hecho, proceso o problema histórico,
evaluando la pertinencia, fiabilidad y validez de esas fuentes
 Explica los cambios, las permanencias y las relaciones de simultaneidad entre los
diversos problemas históricos a partir de la formulación de preguntas
 Elabora explicaciones sobre hechos, procesos o problemas históricos relevantes a nivel
político, social, ambiental, económico y, considerando la perspectiva de los
protagonistas
________________________________________________________________

Recuerda:

El ensayo es un texto argumentativo que se utiliza para exponer pensamientos e ideas sobre un
tema de interés. Es un texto que ayuda a reflexionar al lector sobre una realidad del contexto
social, científico, económico, educativo, ambiental, etc.

Características
 Trata de un tema específico.
 Es riguroso porque el autor se ajusta a temas reales.
 Puede ser de tipo filosófico, reflexivo o crítico.
 Recurre a gran variedad de recursos discursivos, como la cita textual, la definición, la
anécdota, el recuerdo; estos recursos contribuyen a la argumentación

Estructura Descripción
Explicamos brevemente la importancia del tema a través de un
texto breve y coherente. Presentamos la tesis (una idea o postura
Introducción que se quiere defender con diversos argumentos). Recuerda que,
en torno a la tesis gira todo el ensayo.

 Explicamos brevemente la importancia del tema a través de un


texto breve y coherente.
 Presentamos la tesis (una idea o postura que se quiere
Desarrollo defender con diversos argumentos). Recuerda que, en torno a
la tesis gira todo el ensayo.

Conclusión Sintetizamos los puntos más importantes del texto

1. Lee las siguientes fuentes y analízalas.

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Fuente 01

El crecimiento económico y su impacto en la sociedad

La prosperidad que experimentó la sociedad norteamericana en las décadas de 1910 y 1920 fue
consecuencia de factores como la renovación del sector energético, la consolidación de nuevos
sectores industriales, el aumento de la productividad y del mercado de consumo, y del incremento
de la actividad empresarial, todo lo cual se manifestó en un crecimiento de 15 % anual entre 1914
y 1918. También hay que considerar que este auge no fue experimentado de manera homogénea
por toda la sociedad.

La clase media se benefició de este impacto: se estima que hacia 1929 una de cada tres familias
norteamericanas tenía un nivel de vida por encima de lo que se consideraba “decente” y que
permitía cubrir más allá de sus necesidades básicas. Fueron asimismo beneficiados por la
reducción de la tasa de desempleo, que bajó del 12 % al 3,2 % entre 1921 y 1929.

Los obreros sufrieron un doble impacto, ya que mientras sus beneficios sociales se incrementaban
considerablemente mediante sueldos elevados, vacaciones pagas, planes de seguro y jubilación,
en tanto organización sindical, su influencia se redujo considerablemente, ya que el número de
obreros afiliados descendió de cinco a tres millones. La prosperidad familiar había derrotado a la
política de protesta, como lo indica el hecho de que entre 1920 y 1928 el número de huelguistas
decreciera de un millón trescientos mil a tan solo trescientos mil.

Los campesinos fueron los menos beneficiados con esta coyuntura. Frente a los bajos precios del
mercado respecto a los productos agrícolas, un número considerable de ellos no pudo hacer
frente a las deudas y vieron embargadas sus tierras. En muchos casos, los antes propietarios
pasaron a ser simples arrendatarios de los nuevos dueños de sus tierras.
Adaptación de EE.UU. y la Gran Depresión. Historia Global Online.
http://historiaglobalonline.com/2009/04/17/eeuu-y-la-gran-depresion/

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FUENTE O2
Los “felices veinte”

Con tal término se designa en Europa occidental a la segunda mitad de la década de 1920 y en
EEUU a toda ella. Fueron años de crecimiento económico y de transformaciones políticas, sociales
y culturales. El crack bursátil de Nueva York de 1929 y el inicio de la crisis de los treinta pudo un
abrupto final a esos “felices veinte”.

El Plan Dawes permitió la reestructuración de los


pagos en concepto de reparaciones de guerra por
parte de Alemania, aliviando su carga anual. Al
fortalecimiento de las finanzas públicas alemanas,
condición necesaria para la estabilización y el
relanzamiento de la economía alemana,
contribuyeron también los préstamos
norteamericanos comprometidos en el Plan. Si
Alemania pagaba las reparaciones, aunque en condiciones más favorables, el problema de las
deudas interaliadas entraba en vías de solución.

La economía norteamericana, ahora la más grande y la más rica en términos per capita, se
encontraba inmersa en una fase expansiva como consecuencia de la difusión generalizada de las
innovaciones resultantes de la Segunda Revolución Industrial a la producción (acero barato y de
calidad, electricidad, maquinaria agrícola e industrial autopropulsada, etc.) y al consumo de las
familias (automóvil, electrodomésticos, teléfono, etc.). En buena medida, los “felices veinte”
norteamericanos anticiparon pautas de consumo que veremos extenderse, primero, por Europa
occidental en la “Edad de oro” del crecimiento económico de la segunda posguerra mundial (1950-
1973) y, más tarde por el resto del mundo. El dinamismo de la sociedad norteamericana es
también perceptible en otras manifestaciones (cultura, costumbres, etc.). Pasados los peores años,
la República de Weimar se caracterizó también por una gran creatividad intelectual.

A fines de 1924, no faltaban, pues, motivos para un cierto optimismo. De hecho el crecimiento
económico de la segunda mitad de los años veinte no se circunscribió a Estados Unidos.

En este contexto más favorable, en unos algunos países se comenzó a considerar seriamente la
posibilidad de abandonar los tipos de cambio flotantes –es decir, no fijos- y retornar a ese símbolo
de un pasado mejor representado por el patrón oro. Anticipándose a la Conferencia de Bruselas
(1920), Estados Unidos, junto a un grupos de países especialmente integrados en su economía
(Cuba, Filipinas, Nicaragua, Panamá) ya había dado ese paso. Pero otros países carecían de las
reservas de oro necesarias para seguir ese ejemplo. A fin de evitar los problemas que podrían
derivarse de ello cuando por fin se hiciese realidad la ansiada recuperación económica, en la
conferencia de Génova (1922), convocada por la Sociedad de Naciones, se adoptó por primera vez
en la historia un sistema monetario internacional negociado entre numerosos países. Se trataba de
una versión algo modificada del patrón oro clásico. Consistía en admitir como base monetaria no
sólo el oro, sino también divisas convertibles en oro. En la práctica, éstas fueron la libra esterlina y
el dólar. También se permitía a cada país que adoptase el patrón cambios oro cuando y al tipo de
cambio que estimase oportuno. Esto es, de manera descoordinada.

Los efectos económicos del retorno al patrón de cambios fijos dependieron crucialmente del tipo

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establecido. En otras palabras, si se correspondía o no con el de mercado No en todos los casos las
decisiones fueron suficientemente realistas. En el Reino Unido, se estableció una paridad idéntica a
la de preguerra. Ello no fue ajeno al intento de recuperar para la City la condición de capital
financiera del mundo gracias a una divisa fuerte. Sin embargo, como los precios británicos se
habían elevado respecto a 1913, la nueva paridad sobrevaluaría la libra y haría que sus
exportaciones dejasen de ser competitivas en los mercados exteriores. Para que lo fueran, como
nuevamente anticipó Keynes, sería necesario un reajuste a la baja de precios y salarios. Y así
ocurrió. La adopción de la paridad de preguerra, en 1925, no tardó en ser contestada con la huelga
general de 1926, la primera de la historia británica. Además, el desempleo se instaló en la
economía británica e hizo necesario una ampliación del subsidio a los desocupados, lo que
aumento el gasto público y forzó al Estado a endeudarse.

En Francia, las cosas transcurrieron de modo bien distinto.


Retornó al patrón de cambios fijo en 1926, pero a una
paridad muy inferior a la de preguerra. Con una divisa
claramente infravaluada, las exportaciones francesas
crecieron, efectuando el consiguiente efecto de arrastre
sobre el conjunto de la economía francesa y favoreciendo el
aumento de las reservas de oro.

En 1930, casi la totalidad de países con economías de


cierta importancia habían retornado al patrón oro.

Una importante novedad político-económica de los años veinte es el creciente papel económico
del Estado respecto a la época del laissez faire prebélico. Anticipando lo que ocurrirá en versión
ampliada en la segunda posguerra mundial, el gasto público tendió a aumentar, particularmente en
sus capítulos más sociales (pensiones, desempleo, salud, educación y vivienda). En una muestra en
la que figuran las economías más avanzadas, el gasto público pasó de representar el 11% del PIB en
1870 al 13% en 1913 y 1l 23% en 1937.

El relanzamiento de la actividad económica en la segunda mitad de los veinte tuvo lugar en un


contexto internacional menos proclive a los intercambios que el del período 1870-1913. Esta
orientación desglobalizadora del período de entreguerras incluso en su fase de “normalización” se
observa en las cifras del comercio internacional: éste, en 1913, había crecido al 3,4%; en 1926-
1929, lo hizo al 2,2%. La drástica contracción de las migraciones desde 1914 no deja de ser otra
manifestación de una economía internacional menos globalizada. Sin embargo, no por ello ésta
dejaba de depender del flujo de capitales desde los Estados Unidos a Europa y, especialmente, a
Alemania. Dichos flujos alcanzaron magnitudes considerables. Los países de Europa central y
oriental también se beneficiaron de ellos, aunque en menor cuantía. Inglaterra y Francia también
invirtieron en el exterior, pero, a diferencia de los que había ocurrido hasta la Primera Guerra
Mundial, mucho menos que Estados Unidos. Otras áreas del mundo, el Imperio Británico y América
Latina, seguían a cierta distancia a Alemania y a Europa central y oriental como destino de los
movimientos internacionales de capital.

El entramado trabajosamente construido durante la difícil posguerra comenzó a resquebrajarse


cuando, desde 1928, los inversores norteamericanos, atraídos por la burbuja financiera que estaba
expandiéndose en la Bolsa de Valores neoyorquina, comenzaron a dejar de invertir en el exterior.

http://www.historiasiglo20.org/HM/3-2.html

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FUENTE 03
Causas de la Gran Depresión

Han sido muchas las posturas tomadas por los especialistas en la elaboración de hipótesis que
conduzcan a establecer las causas de la gran depresión de los años treinta. La teoría económica
marxista ha hecho hincapié en el análisis de las grandes crisis del capitalismo achacándolas a la
descoordinación entre producción y consumo. La sobreproducción ha estado siempre en el punto
de mira de los historiadores de este período, como Nogaro, como clave explicativa de la crisis del
29. Para Nere, en cambio, la sobreproducción es un mito ideologizado y no explica todas las
posibilidades causales.
Trataré de elaborar en este epígrafe una síntesis de los factores que causaron la crisis de los años
treinta. Estos factores son: La sobreproducción, el desorden monetario y la desigual y relativa
recuperación económica.

2.1 La Sobreproducción
La producción supera las necesidades reales de consumo a partir de 1925, sobre todo en los
Estados Unidos, donde los Stocks aumentaban conforme se reconstruían las economías europeas.
Las causas de la sobreproducción son:
· Distribución desigual de las rentas, que lleva implícita la limitación del consumo a las capas
sociales más ricas, que en la mayor parte de los países no eran muy numerosas. Galbraith señala
que en los Estados Unidos el 5 por 100 de la población recibía la tercera parte de la renta
nacional.
· Mantenimiento de precios de monopolio, tipo cartel, que obligaba a la existencia de grandes
cantidades de stocks sin vender, al comprometerse los fabricantes a mantener unos precios
pactados de antemano.
· Desfase entre precios agrícolas e industriales: los primeros crecen más lentamente que los
segundos y hacen disminuir, por tanto, el poder adquisitivo de los campesinos ( importante
clientela de la industria.
· La reconstrucción de las economías europeas, y el incremento de producción de algunos países
menos desarrollados o coloniales durante la guerra, junto con el desenfreno productivo de los
Estados Unidos.
El sector agrario fue el más perjudicado por los excedentes invendidos y la consiguiente baja de
precios, cuyo índice pasó de 147 en 1925 a 138 en 1929.

2.2 El desorden monetario


Los momentos de expansión exigen una sensibilidad monetaria y el funcionamiento de un sistema
monetario que organice los intercambios desde un centro financiero mediante
una divisa hegemónica. Pues la relativa expansión de los años veinte se caracterizó por el
marasmo monetario, la pérdida del patrón oro y la excesiva dependencia financiera de los
Estados Unidos, convertidos en los principales acreedores y con Wall Street como el centro
financiero más importante del mundo.
La existencia de nuevos centros financieros como el de Wall Street, junto con los de Londres y
París, originó una competencia de préstamos exteriores entre el dólar y la libra que añadió nuevas
dosis de inestabilidad.
En la conferencia de Génova (1922) se revisa el sistema del patrón oro clásico, y se establece el
empleo de divisas claves (el dólar y la libra), junto con el oro, para respaldar los billetes emitidos
por los bancos nacionales.

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2.3 La Desigual y Relativa Recuperación Económica
A partir de 1924 se produce una tendencia al alza en le economía mundial, favorecida por la
coyuntura política. Pero de hecho, puede afirmarse que únicamente los Estados Unidos tuvieron
una clara recuperación, sustentada en la expansión del consumo de masas de dos sectores
nuevos: los electrodomésticos y el automóvil.
El resto de países capitalistas, experimentó tan solo una relativa recuperación.
Al mismo tiempo aparecen, signos de desequilibrios económicos: por un lado, hay un
estancamiento de sectores industriales tradicionales, como el ferrocarril, la siderurgia, el algodón y
el carbón.
Por otro, la agricultura sufrió una crisis que se traducía en la acumulación de stocks (debido al
aumento de la producción mundial al recuperarse la agricultura en los países destrozados por la
guerra) y el descenso de los precios. Finalmente, hay que hablar de una disminución del comercio
a causa de las medidas proteccionistas norteamericanas y europeas a partir de 1922.

3. Los años difíciles de la Posguerra (1919-1924)


En la inmediata posguerra el sistema capitalista tenía que redefinirse de acuerdo con las nuevas
circunstancias: La hegemonía norteamericana y la revolución socialista en Rusia. Hasta entonces
los países ricos (Francia, Inglaterra y Alemania) importaban más que exportaban aunque
compensaban el déficit de la balanza comercial con los intereses de los créditos dados a los países
menos ricos, productores de materias primas.
La situación permitía un equilibrio económico, ya que los no industrializados podían vender a los
industrializados las materias primas y, con ello, pagar sus deudas y obtener divisas para comprar
los productos manufacturados y de consumo que necesitaban.
Tras la guerra, los Estados Unidos se negaron a desarrollar la misma política económica y cerraron
sus fronteras a los productos europeos, impidiendo de esa forma a los países deudores obtener
dólares con que pagar sus deudas. El equilibrio se rompe. El oro fluye hacia Norteamérica y los
capitales americanos se invierten en Europa, pero sin que ello permita una recuperación de la
economía europea.
Se creía que, al igual que antes de la guerra, los países fuertes tenían que tener una moneda
estable y todas las naciones se afanaban por conseguirlo volviendo al patrón oro. Sin embargo, las
nuevas circunstancias lo hacían difícil.
En 1920 se registra una primera crisis, que hace aparecer el paro en países que habían perdido
una gran cantidad de hombres en la guerra. Las causas son complejas y se han apuntado, entre
otras, las barreras aduaneras surgidas en Europa con la aparición de nuevos países, que
entorpecían el comercio; la carga que para Alemania suponían las reparaciones de guerra, que
repercutían en el equilibrio económico europeo, y el desorden monetario que había favorecido la
especulación. Pero, sobre todo, está el hundimiento del comercio internacional, que se produce
cuando algunos países dejan de comprar al agotárseles las reservas y, otros, al no necesitar
comprar ya más por tener sus necesidades satisfechas. Además el Tesoro norteamericano anunció
que no concedería más préstamos ni anularía las deudas de guerra, en una política claramente
deflacionaria.
Las soluciones adoptadas para salir de la crisis fueron dispares: Unos países siguieron con
medidas inflacionistas, como Alemania y Francia, cuyas economías, aún débiles, no les permitían
tomar otras soluciones y dejaron que la inflación aumentara. Otros, en cambio, como es el caso de
Estados Unidos e Inglaterra decidieron controlar la situación con medidas deflacionarias, que se
tradujeron en un descenso de la producción y en un aumento del número de parados. Al cabo de
algo más de un año la economía se restableció, pero sin volver a alcanzar el nivel de 1913.

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https://www.zonaeconomica.com/crisis-1929

2. Luego de leerlas te pedimos que redactes un ensayo en el que expliques:

 ¿Qué medidas se debieron tomar para evitar la crisis de 1929 en Europa y el Perú? El
aumento de la productividad y del mercado del consumo y de incremento de la actividad
empresarial
 ¿Por qué? Para seguir a nivel de productividad y economía y no llegar a crisis como esta
pasando hoy x hoy en nuestro país
 ¿Qué lecciones nos deja esa crisis para enfrentar la que hoy estamos viviendo? Aprender de
aquellos personas que ya pasaron por una situación difícil nos ayuda a nosotros a superarlas
mejor. Ejemplo. La situación de covid que vivimos no sólo a puesto en jaque a la economía
mundial, si no que esta suponiendo una prueba de fuego para muchas personas a nivel
personas a nivel personal.
 ¿Qué cambios y permanencias puedo señalar respecto de la crisis que hoy estamos viviendo?
Poniendo un ejemplo que es de covid 19 y la huela indefinida que hubo a dejado muchos
cambios crisis económicas crisis políticas

Al redactar el ensayo se debe considerar mencionar los cambios, las permanencias y las relaciones
de simultaneidad entre los que ocurrió en Europa y lo que ocurrió en Perú así como la perspectiva
de los protagonistas

Considera los siguientes criterios para su elaboración y valoración:

Redacta tu ensayo

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Perú es un país acostumbrado a ver llegar y caer presidentes —lleva seis
en cuatro años— pero no tanto a votar por ellos. El adelanto electoral que
ahora exige la ciudadanía solo tiene un precedente. La única vez que se
convocaron elecciones antes de tiempo fue con la caída del fujimorismo,
en el año 2001. La falta de costumbre ha metido a la política peruana en
un laberinto que cada día se vuelve más tenso. Las protestas en el interior
del país ya suman 21 muertos en enfrentamientos con las fuerzas
armadas. El clamor para que se cierre el Congreso y se llame a las urnas es
generalizado. Pero en el Parlamento la voluntad de alcanzar algún acuerdo
aún se ve lejana. Los congresistas dicen que se quieren ir, pero aún no han
dado un solo paso en esa dirección.

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