El Subconsciente y el Potencial estudiar carreras relacionadas a la ciencia.
Hoy en día me doy cuenta que a mí también
Encarcelado
Karina Guadalupe Liceaga Sánchez
Todos nacemos con un potencial ilimitado;
sin embargo, poco a poco, la sociedad intenta
adiestrar a ese pequeño ser. Los padres dan
órdenes para forzar lo que ellos fueron
enseñados mientras la sociedad le inserta ideas
estereotipadas y perjudiciales por medio de la
televisión; sea religión, costumbres, creencias,
modales, perspectivas, capacidades, etc. Este
potencial bloqueado es ilustrado en el mantra
denominado “Víctimas de la mente” de Prem
Dayal por medio de su obra literaria “¡Me vale
madres! Mantras mexicanos para la liberación
del espíritu.”
Llega la época navideña y lo único que un
niño tiene en mente es ir a una juguetería a ver
qué carambas le va a pedir a Santa Claus.
Entra a la tienda con ese olor a plástico nuevo
que todos recuerdan a la perfección, camina
entre miles de cajas con juegos de mesa
esperando encontrar ese muñeco que vió en la
televisión. Una de dos, si es niña, va a ir directo
al pasillo color de rosa con muñecas, ositos, kits
de cocina, o bebés que hacen pipí; sin
embargo, si es niño, se dirigirá al pasillo azul
lleno de LEGOS, kits de construcción,
cochecitos, pistolas, etc. Una verdadera técnica
exasperante de comercialización.
Cuando yo era pequeña no me dirigía a la
sección de construcción, me dirigía hacia las
cajas con bebés llorones que hacen pipí. Si la
niña del comercial era feliz jugando con eso
¿quién diría que yo no? Prem Dayal declara un
hecho muy importante en su mantra: “Si tú vives
siguiendo lo que tu mente te dice, en realidad
no estás viviendo tu vida” (Dayal. 2011. pg.90-
91). Dicho lo anterior, la mente no crea
pensamientos por sí misma; hay una fuerza
mayor—ya sean los padres o la sociedad—que
los incita a pensar de esa manera. Con el paso
de los años dejé de seguir lo que mi mente me
decía y comencé a vivir la vida que quería sin
importar lo que la gente opinara. Es la razón por
la que ahora estudio ingeniería.
Los estereotipos y expectativas sociales
afectan mayormente a las mujeres porque
desde pequeñas inculcan a que la mujer
cuida a los bebés y que es incapaz de
me hubiera encantado armar una casa de
LEGO para luego destruirla o corretear a mi
hermana con una pistola de Nerf.
Tristemente, esa parte de mi niñez fue
arrebatada de mis manos por la necedad de
corporaciones de comercialización
obsesionadas con separar el rosa del azul.
Ahora bien, a pesar que los niños
crezcan con juguetes más educacionales que
les ayudan a construir su juicio espacial y
conciencia de navegación, esto no quiere
decir que las jovencitas son incapaces de
hacerlo. La mente es poderosa; para no ser
víctimas de ella, se debe aprender a
distinguir entre lo que la sociedad inculcó y
las conclusiones que cada persona ha
llegado de acuerdo a sus experiencias
personales.
Gracias a Dios, al universo o a quien sea
que le recen, uno como adulto puede
cambiar esas perspectivas obsoletas que
fueron enseñadas en la niñez. En lo
personal, mi padre me enseñó a construir
muebles de madera, soldar, resanar paredes,
diseñar con máquinas 3D, taclear a gente y
muchas otras cosas más que por lo general
son actividades “para niños.''
En definitiva, las mujeres son más
capaces de realizar cosas diseñadas para
hombres. Hay que dejar de ser víctimas de la
mente y dejar salir ese potencial que la
sociedad y nuestro subconsciente ha
encarcelado.
Bibliografía
Dayal, P. (2011). ¡Me vale madres! Mantras
mexicanos para la liberación del espíritu.