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Lucas Márquez

CRISTO EN APOCALIPSIS

LECCIÓN 11
LA IGLESIA EN PERGAMO

UNA IGLESIA QUE DEBE COMER PARA SER TRANSFORMADA

Apocalipsis 2:12-17
“Y escribe al ángel de la iglesia en Pérgamo: El que tiene la espada aguda de dos filos dice esto: Yo
conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás; pero retienes mi nombre, y no has
negado mi fe, ni aun en los días en que Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora
Satanás. Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de
Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas
a los ídolos, y a cometer fornicación. Y también tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas, la
que yo aborrezco. Por tanto, arrepiéntete; pues si no, vendré a ti pronto, y pelearé contra ellos con la
espada de mi boca. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré a
comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo,
el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe”.

Pérgamo en el griego significa “matrimonio”, lo cual implica “unión” y “torre fortificada”. La iglesia
en Pérgamo prefigura a la iglesia que estableció una unión matrimonial con el mundo y llegó a ser una
torre alta y fortificada. Cuando Satanás fracasó en su intento de destruir a la iglesia por medio de la
persecución del Imperio Romano en los primeros tres siglos, cambió de estrategia. Esta vez procuró
corromperla mediante la aceptación del cristianismo como religión estatal por parte de Constantino, lo
cual aconteció en la primera parte del siglo IV. Bajo el auspicio y la influencia política de Constantino,
multitudes de incrédulos fueron bautizados en “la iglesia”, y ésta vino a ser enormemente grande. Dado
que la iglesia es una novia casta y desposada con Cristo, a los ojos de Dios, su unión con el mundo se
considera fornicación espiritual.

1. EL QUE HABLA: EL QUE TIENE LA ESPADA AGUDA DE DOS FILOS

El versículo 12 de Apocalipsis 2 dice: “El que tiene la espada aguda de dos filos dice esto”. La iglesia
mundana merece recibir el juicio que el Señor trae con Su palabra penetrante.

2. LA UNION DE LA IGLESIA CON EL MUNDO

En la epístola a la primera iglesia, Efeso, el Señor le aconseja que se arrepienta y vuelva a su primer
amor. Creemos que esta iglesia obedeció el consejo del Señor, puesto que la segunda iglesia, la iglesia
en Esmirna, verdaderamente amó al Señor y padeció persecución, y vino a ser la iglesia sufrida. Según
la historia, durante los primeros tres siglos, la iglesia sufrió mucho debido a que el gobierno romano
hizo lo posible por destruirla. Con el tiempo el enemigo, Satanás, comprendió que la persecución no
producía mucho resultado. De manera que cambió sutilmente su estrategia: en vez de perseguir a la
iglesia, la aceptó. En la primera parte del siglo IV, Constantino el Grande acogió el cristianismo y lo
hizo la religión estatal. De ahí en adelante, el cristianismo se convirtió en cierto tipo de iglesia al
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servicio del estado romano. Esta aceptación de la iglesia por parte del Imperio Romano la arruinó, ya
que la volvió mundana. Todos sabemos que la iglesia es llamada a salir del mundo y a apartarse para
Dios (ekklesia), sin embargo, al ser recibida por el Imperio Romano, regresó al mundo, y a los ojos de
Dios, estableció una unión matrimonial con el mundo. Dios considera este tipo de unión como
fornicación espiritual.

La iglesia perdió su pureza y se hizo mundana por causa de esta unión matrimonial. Debido a esta unión,
muchas cosas mundanas se infiltraron en la iglesia. Las cosas mundanas siempre están relacionadas con
la adoración de ídolos, pues la mundanalidad siempre está asociada con la idolatría. La iglesia en
Pérgamo primero se hizo mundana y luego idólatra. Satanás la saturó del mundo y de ídolos. Como
resultado, la iglesia se convirtió en algo completamente diferente de lo que Dios había planeado. Dios
desea que la iglesia esté fuera del mundo y no tenga relación alguna con éste. La iglesia tiene que ser un
candelero de oro, la expresión pura del Dios Triuno, y no debe tener ningún compañerismo con el
mundo. Pero después que el Imperio Romano convirtió la iglesia en una religión mundana, ella se hizo
absolutamente impura, mundana e idólatra.

A. Donde mora Satanás

En el versículo 13 de Apocalipsis 2 el Señor le dice a la iglesia en Pérgamo: “Yo conozco dónde moras,
donde está el trono de Satanás”. La morada de Satanás es el mundo. Desde que la iglesia entró en unión
con el mundo, se hizo mundana, y ahora habita donde mora Satanás, en el mundo.

B. Donde está el trono de Satanás

La iglesia en Pérgamo mora donde está el trono de Satanás. Esto también se refiere al mundo. El mundo
no es solamente la morada de Satanás, sino también la esfera donde rige. Ahora la iglesia no solamente
está unida con el mundo, sino también con Satanás. ¡Esto es terrible! El cristianismo mundano de hoy
continúa en unión con el mundo y sigue siendo saturado de las ideas, los conceptos, las teorías e incluso
las prácticas de Satanás. Tenemos que ver cuán serio es esto.
El enemigo, Satanás, es insidioso. Su favor es más peligroso que su persecución. Primeramente Satanás
suscita la persecución, y si esto falla, cambia su táctica y se pone de nuestro lado. Hemos visto suceder
esto en el pasado. Primeramente la religión nos persiguió, y luego cambió de estrategia, y trató de que
nos uniéramos con ella. Esta es la obra engañosa de Satanás. Si caemos en la trampa, con el tiempo nos
volveremos mundanos y no solamente estaremos en unión con Satanás, sino que seremos uno con él. El
Señor ha incluido las siete epístolas en el libro de Apocalipsis para que veamos la verdadera condición
del cristianismo y también para que vemos lo que la iglesia debe ser y la posición que debe asumir. La
iglesia debe ser un candelero de oro puro y permanecer fuera del mundo. No debe tener relación alguna
con el mundo y no debe ceder ni un solo centímetro a la saturación maligna y sutil de Satanás. La iglesia
debe oponerse constantemente a esto.

Los dos significados de la palabra Pérgamo, unión matrimonial y torre fortificada, corresponden a los
significados de dos de las parábolas de Mateo 13, la parábola del árbol grande (Mt. 13:31-32) y la
parábola de la levadura (Mt. 13:33).

En la primera parábola, una pequeña semilla de mostaza llegó a ser un árbol grande. Indudablemente
esto representa el cristianismo desproporcionadamente grande, el cristianismo se ha hecho un árbol
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grande. En la parábola de la levadura, leemos de una mujer que escondió levadura en tres medidas de
harina fina. La levadura representa todo lo pecaminoso, mundano, maligno, satánico, demoníaco y
diabólico. Todas estas cosas malignas fueron añadidas a la harina fina. En la Biblia, la harina fina usada
como ofrenda a Jehová representa a Cristo como alimento para el pueblo de Dios. El árbol grande
equivale a la torre alta, y la mujer con la levadura equivale a la iglesia apóstata que se unió con el
mundo.

Debemos entender claramente el significado bíblico de este asunto. A los ojos de Dios, parte de la
cristiandad es una gran ramera, una mujer maligna que mezcló cosas mundanas, demoníacas, satánicas y
diabólicas con las cosas de Cristo, produciendo así una mezcla infernal. Irrevocablemente debemos
abandonar este gran árbol, escapar de esta torre alta, salirnos de este sistema maligno y apartarnos para
Dios, regresando a Su intención original, que la iglesia sea un candelero de oro puro, sin ninguna
relación con el mundo, la idolatría, ni la saturación de Satanás. No estamos donde mora Satanás, donde
Satanás se sienta en su trono. No, en la iglesia no hay lugar para Satanás. Aquí no hay terreno en el cual
Satanás pueda obrar.
En las primeras tres epístolas vemos tres iglesias:

1. La iglesia deseable
2. La iglesia perseguida
3. La iglesia mundana

Nosotros ciertamente deseamos ser la iglesia deseable y la iglesia perseguida, pero debemos rehusarnos
a ser la iglesia mundana. Debemos rechazar todo lo que sea mundano. ¡Tenga cuidado! Después que el
enemigo lo ha perseguido, su estrategia puede cambiar. En vez de persecución, quizá haya apoyo. No
considere este apoyo como algo bueno. Al contrario, debe temer a este recibimiento.
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3. EL TESTIMONIO DE ANTIPAS

Este testimonio estaba en Antipas. En el versículo 13 de Apocalipsis 2 el Señor dice: “Yo conozco dónde
moras, donde está el trono de Satanás; pero retienes Mi nombre, y no has negado Mi fe, ni aun en los
días de Antipas Mi testigo, Mi siervo fiel, que fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás”.

En el griego Antipas significa “en contra de todo”. Antipas, un testigo fiel del Señor, estuvo en contra de
todo lo que la iglesia mundana había traído y practicado. Por lo tanto, llegó a ser un mártir del Señor.

En el griego la palabra mártir también significa testigo. Antipas, como un testigo en contra de la
degradación, sostuvo un testimonio en contra de todo lo que se desviara del testimonio de Jesús. Ha de
haber sido mediante su testimonio en contra de la degradación que en sus días la iglesia en Pérgamo
retuvo el nombre del Señor y no negó la fe cristiana apropiada. Antipas tomó la iniciativa de luchar
contra la iglesia mundana, constituyendo así un ejemplo para que nosotros luchemos hoy contra la
iglesia mundana. Antipas se opuso a todo lo que la iglesia era, tenía y hacía.

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A. Retiene el nombre del Señor

En el versículo 13 el Señor dice: “Retienes Mi nombre”. El nombre del Señor denota Su persona; la
persona es la realidad del nombre. La iglesia en Pérgamo retenía fielmente el nombre del Señor, la
realidad de Su persona. La tendencia a desviarse que tiene la iglesia mundana es la inclinación a no
retener la realidad de la persona del Señor.

B. No niega la fe del Señor

El Señor también dijo: “No has negado Mi fe”. La fe del Señor denota todo lo que debemos creer de Su
persona y obra. No se refiere a la fe subjetiva que hay en nosotros, sino a la fe objetiva, aquello en lo
que creemos. La iglesia comenzó a abandonar el nombre del Señor y a negar la fe cristiana apropiada
por unirse con el mundo.

C. Fiel hasta la muerte

Antipas fue fiel hasta la muerte en su testimonio en contra de la degradación. Y fue por ese testimonio
en contra de la mundanalidad de la iglesia, que él fue muerto y vino a ser un mártir. Para testificar contra
la iglesia mundana necesitamos un espíritu de mártir. Nosotros debemos ser fieles hasta la muerte al
testimonio del Señor contra la mundanalidad de la iglesia.
Hemos visto que Antipas fue un testigo en contra de todo. Nosotros hoy, en el recobro del Señor,
también somos un testimonio en contra de la degradación.

4. LA ENSEÑANZA DE BALAAM

En el versículo 14 el Señor de Apocalipsis 2 nos dice: “Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que
tienes ahí a algunos que retienen la enseñanza de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante
los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación”. En estas
epístolas, el Señor desea, según Su economía, que nosotros le comamos a Él como el árbol de la vida.

Apocalipsis 2:7
“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol
de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios”.

Apocalipsis 2:17
“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná
escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno
conoce sino aquel que lo recibe”.

Apocalipsis 3:20
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con
él, y él conmigo”.

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Pero la iglesia mundana se apartó de la vida y se volvió a simples enseñanzas; por consiguiente, los
creyentes dejaron de disfrutar a Cristo como la provisión de vida necesaria para el cumplimiento del
propósito de Dios. Cuando disfrutamos a Cristo edificamos la iglesia, pero si nos quedamos en simples
enseñanzas, producimos una religión.

Este versículo menciona “la enseñanza de Balaam”. Balaam era un profeta gentil que hizo tropezar al
pueblo de Dios por un salario.

2 Pedro 2:15
“Han dejado el camino recto, y se han extraviado siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor, el cual
amó el premio de la maldad…”

Judas 11
“¡Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron por lucro en el error de Balaam, y
perecieron en la contradicción de Coré”.

El incitó al pueblo de Dios a cometer fornicación e idolatría.

Números 25:1-3
“Moraba Israel en Sitim; y el pueblo empezó a fornicar con las hijas de Moab, las cuales invitaban al
pueblo a los sacrificios de sus dioses; y el pueblo comió, y se inclinó a sus dioses. Así acudió el pueblo
a Baal-peor; y el furor de Jehová se encendió contra Israel”.

Números 31:16
“He aquí, por consejo de Balaam ellas fueron causa de que los hijos de Israel prevaricasen contra
Jehová en lo tocante a Baal-peor, por lo que hubo mortandad en la congregación de Jehová”.

En la iglesia mundana algunos comenzaron a enseñar estas cosas. Esta misma enseñanza prevalece hoy
tanto en el protestantismo como en el catolicismo.

En la cristiandad muchos de los predicadores asalariados no enseñan al pueblo a tomar a Cristo como su
provisión de vida, sino que enseñan sutilmente al pueblo a comer de lo sacrificado a los ídolos, es decir,
a recibir cosas malignas, diabólicas y demoníacas. Estas enseñanzas hacen que el pueblo se desvíe de la
persona de Cristo, y sea conducido a la fornicación espiritual.

Cristo debe ser el único esposo de la iglesia, el único novio de todos los santos.
¿Qué significa negar el nombre del Señor y la fe en el Señor? Como ya vimos, la fe aquí no denota la fe
subjetiva, la facultad de creer; sino la fe objetiva, aquello en lo que creemos. La fe del Señor incluye lo
que El hizo por nosotros en Su obra redentora, Su muerte y resurrección y todo aquello en que debemos
creer para ser salvos. Estas cosas constituyen nuestra fe. El nombre denota la persona del Señor. No
debemos negar el nombre ni la fe del Señor. Tenemos que estar siempre asidos a Su nombre y creer en
El.

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5. LA ENSEÑANZA DE LOS NICOLAITAS

En el versículo 15 el Señor de Apocalipsis 2 dice: “Tienes a los que retienen la enseñanza de los
nicolaítas”. La iglesia degradada y mundana tiene no solamente la enseñanza de Balaam, sino también
la enseñanza de los nicolaítas. La enseñanza de Balaam distrae a los creyentes de la persona de Cristo y
los conduce a la idolatría, y de disfrutar a Cristo llevándolos a la fornicación espiritual; mientras que la
enseñanza de los nicolaítas destruye la función de los creyentes como miembros del Cuerpo de Cristo, y
de esta manera anula Su expresión en el Cuerpo de Cristo. La primera enseñanza hace caso omiso de la
Cabeza, y la segunda destruye al Cuerpo. Esta es la obra sutil del enemigo, la cual vemos en todas las
enseñanzas religiosas.

Apocalipsis 2:6
“Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco”.

En la iglesia en Pérgamo sus obras ya se habían convertido en una enseñanza. Primeramente, ellos
practicaron la jerarquía en la iglesia primitiva; luego la enseñaban en la iglesia degradada. En la
actualidad tanto en el catolicismo como en el protestantismo prevalece la jerarquía nicolaíta, tanto en la
práctica como en la enseñanza. El Señor aborrece la jerarquía nicolaíta porque ésta mata la función de
los miembros del Cuerpo y crea una organización, no un organismo. Considere la situación del
cristianismo actual: no es un organismo, sino una sólida organización.

6. EL SEÑOR VIENE Y COMBATE

En el versículo 16 el Señor de Apocalipsis 2 dice: “Por tanto, arrepiéntete; pues si no, vendré a ti
pronto, y combatiré contra ellos con la espada de Mi boca”. Aquí el Señor dice que vendrá pronto y con
la espada de Su boca peleará contra los que están en la iglesia mundana.

7. LO QUE EL ESPIRITU DICE

La iglesia mundana y degradada tiene una gran necesidad de las palabras del Espíritu. Tiene la Biblia
como letra muerta, y carece del hablar del Espíritu. El simple conocimiento de la Biblia sin el Espíritu
no puede suministrar lo que se necesita para el cristianismo amortecido. Su estado de muerte y
degradación tiene que ser juzgado por la espada aguda que sale de la boca del Señor. La iglesia mundana
necesita la palabra cortante y viva del Señor Espíritu.

8. LA PROMESA AL QUE VENZA

En el versículo 17 de Apocalipsis 2 el Señor dice: “Al que venza, daré a comer del maná escondido, y le
daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino
aquel que lo recibe”.

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Vencer aquí significa específicamente vencer la unión de la iglesia con el mundo, la enseñanza de la
idolatría y la fornicación, y la enseñanza de la jerarquía.

A. Comer del maná escondido

El Señor promete al que venza que le dará del maná escondido. La promesa hecha a la primera iglesia
estaba relacionada con comer del árbol de la vida, y la promesa a esta iglesia con el maná escondido.
Cuanto más mundana se vuelve la iglesia, más necesita que algunos se opongan, testifiquen y
mantengan una íntima comunión con el Señor. Estos tendrán el privilegio de disfrutar al Señor como el
maná escondido. El maná es un tipo de Cristo como el alimento celestial, el cual capacita al pueblo de
Dios para seguir Su camino. Una porción de ese maná se preservó en una vasija de oro que fue
escondida en el arca.

Exodo 16:32-33
“Y dijo Moisés: Esto es lo que Jehová ha mandado: Llenad un gomer de él, y guardadlo para vuestros
descendientes, a fin de que vean el pan que yo os di a comer en el desierto, cuando yo os saqué de la
tierra de Egipto. Y dijo Moisés a Aarón: Toma una vasija y pon en ella un gomer de maná, y ponlo
delante de Jehová, para que sea guardado para vuestros descendientes”.

Hebreos 9:4
“El cual tenía un incensario de oro y el arca del pacto cubierta de oro por todas partes, en la que
estaba una urna de oro que contenía el maná, la vara de Aarón que reverdeció, y las tablas del pacto;
…”

El maná que caía visiblemente lo podía disfrutar el pueblo de Dios públicamente; el maná escondido,
que representa al Cristo escondido, es una porción especial reservada para los vencedores que le buscan,
los cuales tienen victoria sobre la degradación de la iglesia mundana. Mientras la iglesia sigue el camino
del mundo, estos vencedores se atreven a vivir en la presencia de Dios, en el Lugar Santísimo, donde
disfrutan al Cristo escondido, quien es la porción especial que les es dada como provisión diaria. Esta
promesa se cumple hoy en la vida apropiada de iglesia, y se cumplirá en plenitud en el reino venidero. Si
buscamos al Señor, vencemos la degradación de la iglesia mundana, y disfrutamos hoy una porción
especial del Señor; entonces El como el maná escondido, será una recompensa para nosotros en el reino
venidero. Si le perdemos a Él como nuestra porción especial en la vida de la iglesia hoy, no le podremos
disfrutar como recompensa en el reino venidero.

El maná escondido fue depositado en una urna de oro. El oro representa la naturaleza divina. Por
consiguiente, depositar el maná escondido en una vasija de oro significa que el Cristo escondido está
dentro de la naturaleza divina. El maná físico caía para todo el pueblo de Dios, pero el maná escondido
es dado a los que están en una íntima relación con Dios, los que han abandonado al mundo y todo lo que
los separaba de Dios. Han entrado en la intimidad de la presencia de Dios, y en esa intimidad divina
disfrutan el maná que está escondido en la naturaleza de Dios. Esto es profundo. No es algo externo; está
en lo más recóndito. Esto es tan profundo que aquellos que comen del maná escondido están de hecho
en la naturaleza divina disfrutando al Cristo escondido.

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¿Cómo podemos comer del maná escondido? Esto es algo que está totalmente fuera del mundo.
Mientras que la iglesia mundana va cuesta abajo en su unión con el mundo, nosotros estamos saliendo
de Egipto rumbo al desierto, luego del desierto a la buena tierra, de la buena tierra al tabernáculo, del
atrio al Lugar Santo, y del Lugar Santo al Lugar Santísimo. Después de entrar en el Lugar Santísimo,
tenemos que entrar en el arca, tocar la vasija de oro, y disfrutar a Cristo como el maná que está
escondido dentro de la vasija.

Cuanto más mundana se hace la iglesia, más necesitamos entrar en el Lugar Santísimo y comer del
maná escondido. El maná está dentro de la urna de oro, la cual está dentro del arca, y el arca está en el
Lugar Santísimo. Podemos ver cuán escondido está esto. Si lo disfrutamos, tenemos que habitar en la
profunda intimidad de la presencia de Dios. Tenemos que estar en Su naturaleza divina donde no hay
nada mundano que nos distraiga y donde tenemos una íntima comunión con Dios. Aquí disfrutamos a
Cristo como el maná escondido. Algunos de nosotros hemos experimentado al Cristo escondido. Hemos
dicho: “Señor, no me interesa el mundo. Solamente me interesas Tú; no me interesa ninguna amistad ni
ninguna relación humana. Señor, estoy dispuesto a poner fin a las ataduras. Señor, ahora estoy
completamente libre, y te amo desde lo más profundo de mi ser. Te amo sin ninguna barrera ”. Cuando
decimos esto al Señor, entramos inmediatamente en la urna de oro, en la intimidad de la naturaleza
divina, donde participamos del Cristo escondido. Debemos comer a este Cristo.

La promesa de que podemos comer del maná escondido también es una profecía. En el milenio algunos
vencedores tendrán una porción especial de Cristo que podrán disfrutar. Esa porción especial fue
prometida como el maná escondido. Sin embargo, en principio, en la actualidad podemos disfrutar a
Cristo de una manera muy íntima y secreta. Nosotros disfrutamos a Cristo de una manera tal, que los que
solamente le disfrutan públicamente no pueden entender.

B. Una piedra blanca con un nuevo nombre inscrito

El Señor también prometió al que venza, diciendo: “Le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita
escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe”. Disfrutar a Cristo como el
maná escondido produce transformación. ¿Cómo podemos decir esto? Porque el Señor después de
referirse al maná escondido, habla de una piedra blanca. Una piedra en la Biblia representa el material
para el edificio de Dios. El hombre no fue hecho de piedra sino del polvo (Gn. 2:7). En un sentido, el
hombre no es más que barro, y Romanos 9 revela que el hombre es simplemente un vaso de barro. Sin
embargo, cuando el Señor conoció a Simón Pedro, inmediatamente le cambió el nombre por Cefas, que
significa “una piedra” (Jn. 1:42). En Génesis 28 cuando Jacob despertó de su sueño, tomó la piedra que
había usado de almohada y la llamó casa de Dios. En 1 Corintios 3 Pablo indica que las piedras
preciosas son usadas para la edificación de la iglesia, y en Apocalipsis 21 vemos que las piedras
preciosas son materiales con los cuales se edifica la Nueva Jerusalén.

Al juntar todos estos versículos, vemos que una piedra representa una persona transformada. No
podemos entender un pasaje como Apocalipsis 2:17 aisladamente; tenemos que considerarlo en el
contexto de la Biblia entera. El Señor le promete al que venza, darle del maná escondido y darle una
piedra blanca. Esto indica que si comemos del maná escondido, seremos transformados en piedras
preciosas.

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En nuestro ser natural no somos piedras sino barro. Podemos ser transformados en piedras preciosas al
disfrutar a Cristo como nuestro suministro de vida, porque recibimos la vida divina y la naturaleza
divina por medio de la regeneración (2 Co. 3:18). Si comemos a Jesús como el maná escondido, seremos
transformados en piedras blancas para el edificio de Dios. Si no seguimos a la iglesia mundana, sino que
disfrutamos al Señor en la vida apropiada de iglesia, seremos transformados en piedras con las cuales se
edifica el edificio de Dios. El Señor justificará y aprobará estas piedras, como lo indica el color blanco,
pero rechazará y condenará a la iglesia mundana. En el libro de Apocalipsis el color blanco indica
aprobación. Cuando el Señor nos haya transformado en piedras, entonces nos aprobará. Esto lo alegrará
mucho. La piedra blanca es necesaria para la edificación. El edificio de Dios, es decir, la iglesia,
depende de nuestra transformación, y ésta, a su vez, es fruto del deleite que tengamos de Cristo como
nuestro suministro de vida.

El Señor dice que en la piedra habrá “escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que
lo recibe”. El nombre designa a la persona, y este nuevo nombre denota una persona transformada. Todo
creyente que haya sido transformado es una “piedra blanca” y tiene “un nombre nuevo, el cual ninguno
conoce, sino el que lo recibe”. Este nombre nuevo es la interpretación de la experiencia del que ha sido
transformado. Por consiguiente, solamente él conoce el significado de ese nombre. Es posible que cierto
hermano no sea más que barro. Sin embargo, ama al Señor, ha dejado el mundo y se ha librado de todas
las ataduras. Por consiguiente, el Señor le dirá: “Te daré a comer del maná escondido”. Cuanto más
coma este hermano del maná escondido, más será transformado en una piedra blanca. A medida que este
hermano coma al Señor Jesús, quien es el maná escondido, tendrá ciertas experiencias, y el Señor
escribirá en él un nombre nuevo. Este nuevo nombre es simplemente la nueva designación de lo que
dicho hermano es. De manera que este nuevo nombre se basa en lo que el hermano es, en conformidad
con sus propias experiencias, y otros no podrán saber lo que significa este nombre.
Apocalipsis 2:17 es lo que el Señor nos dice. No reciba estas palabras de manera objetiva, sino como su
propia biografía. Considérela una palabra dirigida a usted. En un sentido vivimos en la época de
Pérgamo, debido a que la “iglesia” se ha hecho mundana. Pero por ser testigos en contra de todo ello,
estamos aquí luchando por el recobro del Señor. Por consiguiente, el Señor nos dirige lo dicho en el
versículo 17 de Apocalipsis 2, y todos nosotros debemos entenderlo y decir: “Amén, Señor, gracias por
esta promesa. Puedo comer de Ti como el maná escondido, y esto me transformará en una piedra que te
agradará, que Tú aprobarás y usarás para edificar Tu morada. Señor, recibo Tu promesa. A partir de
hoy, te comeré de una manera secreta para ser transformado en una piedra blanca útil para Tu
edificio”.

¿No es esta una maravillosa promesa del Señor? Es posible que la iglesia se haya vuelto mundana, pero
el Señor ha prometido que podemos ser transformados en una piedra blanca con la cual se puede edificar
la morada de Dios.

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