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Los señores del xibalbá, y los muchachos empezaron el juego de pelota, pero los

señores del xibalbá querían que Hunapuh e Ixbalanque murieran en el juego de


pelota. Los del Xibalbá arrojaron la pelota inmediatamente al anillo de Hunapuh y
los muchachos se enfadaron, amenazaron con irse, pero los de xibalbá aceptaron
jugar con la pelota de de Hunapuh. Entonces los muchachos metieron la pelota en
el anillo de los señores, y así los derrotaron
Entonces los señores mandaron llamar a los muchachos.

Los muchachos, teniendo conocimiento de su muerte, se tomaron de las manos y


fueron directo a la hoguera, y así se quemaron los dos juntos. Los señores alegres
porque por fin los habían vencido, se dispusieron a arrojar sus cenizas al rio, y así
fue, y cuando estas tocaron el fondo, los muchachos renacieron. Tal y como se lo
habían dicho a los adivinos Xulú y Pacam.
Los progenitores Tepeu y Gucumatz, suipieron que era hora de crear a la
humanidad. Y después de buscar y refelxionar, tomaron su descicion.

Los animales que llevaron la comida y les mostraron el camino, fueron el coyote,
el gato montés, una cotorra y el cuervo, y les mostraron el camino a Paxil y
Cayala. Y en ese pueblo había abundancia de alimentos, entonces decidieron que
de Maíz amarillo y Maíz blanco sería la carne del hombre.
Los 4 hombres, que no habían nacido de una madre, que habían sido la creación
de los progenitores, empezaron a actuar como hombres, escucharon, vieron,
conversaron.
Entonces, cuando los hombres habían visto y explorado los puntos de la bóveda
del cielo y la faz de la tierra, los progenitores no les dio gusto eso. Y convocaron a
un consejo, en el que se preguntaron si estaba bien lo que hacían los hombres,
reflexionaron y su deseo fue que no se llegaran a igualar a ellos, sus autores, que
podian ver y abarcar todo. Entonces del cielo se les nublaron los ojos, y solo
pudieron ver lo que estaba cerca para ellos

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