Está en la página 1de 29

Revista CES Psicología

Volumen 2 - Número 2, Julio-Diciembre 2009


ISSN 2011-3080

El conflicto nosológico en psicopatología: notas críticas


sobre el diagnóstico psiquiátrico*

The nosological conflict in psychopathology: Critical


notes about the psychiatric diagnosis

Dante G. Duero

Profesor de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba,


Argentina. Director de equipo de investigación del proyecto “Supuestos y
creencias sobre normalidad enfermedad y locura: una aproximación
fenomenológica a la psicología de sentido común” (avalado y subsidiado por la
Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional de Córdoba). Editor
de la revista REPRESENTACIONES- SIRCA Publicaciones Académicas.

Correspondencia:
dduero@yahoo.com

Virginia Shapoff

Asistente de investigación. Miembro del Comité Editor de la Revista TESIS. Facultad


de Psicología. Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.

RESUMEN
El principio de clasificación semiótica ha marcado desde los tiempos de
Kraepelin el desarrollo de la psiquiatría. La creación de los manuales
DSM surgen en un intento por unificar los criterios taxonómicos y
establecer un sistema de clasificación de las categorías mórbidas

*
Agradecimientos: Deseamos agradecer a la profesora Laura Danón por la lectura atenta de este trabajo y por sus valiosos
comentarios.
Dante Duero y Virginia Shapoff
EL CONFLICTO NOSOLÓGICO EN PSICOPATOLOGÍA: NOTAS CRÍTICAS SOBRE EL DIAGNÓSTICO
PSIQUIÁTRICO

partiendo de la presencia de signos y síntomas. Apelando al principio de


“operacionalización”, los autores de estos manuales pretendieron
proveernos de una serie de criterios objetivos que nos permitiesen
identificar de forma confiable diferentes trastornos mentales. En nuestro
trabajo hacemos una crítica a la idea de diagnóstico psicopatológico que
prevaleció dentro de la tradición psiquiátrica dominante así como a la
concepción de diagnóstico a partir de tales criterios operacionales.
Procuramos mostrar que dicho proceso depende de una forma de juicio
que requiere la valoración global del paciente y su mundo significativo,
así como de su contexto cultural e histórico.

Palabras clave: Diagnóstico Psicopatológico – Cultura - Enfermedad


Mental - Psiquiatría.

ABSTRACT
The principle of semiotic classification based on the supposition of
natural entities, marked psychiatric development since Kraepelin. The
creation of DSM tried to unify taxonomic criteria establishing a
diagnostic classification of morbid categories in accordance with the
presence of certain signs and symptoms. Appealing to the principle of
“operacionalization”, the authors of these manuals pretended to provide
us with a series of objective criteria that could allowed us to identify
different psychopathological disorders. In our study we critically analyze 21
the dominant psychiatric conception and its considerations regarding the
nature of the psychopathological diagnosis process. We criticize the idea
that psychiatric diagnosis can fit to operational criteria. We will try to
show, on the other hand, that such process depends on the patient’s
global assessment as well as its historical and cultural context.

Key words: Psychopathological Diagnosis – Culture - Mental Illness -


Mental Disorders - Psychiatry.

INTRODUCCIÓN conjunto de rasgos, caracteres o


propiedades esenciales que permiten su
En la concepción psiquiátrica identificación y ubicación en una
tradicional ha sido patente la categoría dentro de un sistema
consideración de los trastornos taxonómico exhaustivo y excluyente.
psiquiátricos como entidades que se Así, parece ser un buen ejemplo de
corresponden con clases naturales, es clasificación a partir de clases
decir entidades que poseen algún naturales, el sistema para clasificar a

Revista CES Psicología. Volumen 2, Número 2, Julio-Diciembre de 2009. pp. 20-48


Dante Duero y Virginia Shapoff
EL CONFLICTO NOSOLÓGICO EN PSICOPATOLOGÍA: NOTAS CRÍTICAS SOBRE EL DIAGNÓSTICO
PSIQUIÁTRICO

los organismos vivos en monera, anormal del sistema nervioso


protita, hongos, plantas y animales, que (Cunningam, 2000).
parte no ya de similitudes externas y Hacia los años 60, con el fin de
homologías (incluidas las aportadas unificar criterios taxonómicos, se
desde la fenética numérica y la crearon el Manual Diagnóstico y
cladística), sino de sofisticadas técnicas Estadístico de los Trastornos Mentales
para secuenciar aminoácidos y también (DSM) y, posteriormente, los Manuales
de conocimientos específicos sobre la de la Organización Mundial de la Salud
organización celular y el modo de (CIE). Apelando al principio de
nutrición de los diferentes organismos. “operacionalización”, los autores de
Este modo de pensamiento esencialista estos manuales pretendieron
ha tenido su impronta dentro de la proveernos de una serie de criterios
medicina, la cual ha procedido al objetivos que nos permitiesen
aislamiento de enfermedades y su identificar de forma confiable los
clasificación en familias, géneros, diferentes desórdenes psicopatológicos.
especies o subespecies. En el presente artículo revisamos
De acuerdo con Laplantine (1999) algunos supuestos que subyacen a la
la concepción médica tradicional construcción y uso de esta clase de
culmina, en alguna forma, en la sistemas nosográficos.
ontología psiquiátrica de Pinel, quien se Se trata de un trabajo de revisión
ocupa de clasificar las enfermedades bibliográfica y análisis teórico. Para la
mentales con el espíritu naturalista de búsqueda y selección de las fuentes se
Linneo y siguiendo un modelo botánico recurrió al empleo de palabras clave en
de organización. Tanto el anatomismo o castellano e inglés (algunas de ellas
solidismo, como la anatomopatología fueron: psychiatric diagnosis, 22
(que desde Vesalio hasta Morgani psychopatology, psychiatric disorders,
estuvo animada por una investigación mental illness, disease, symptom, signs,
sobre la sede de las enfermedades y el cultural dimensions of illness, etc.) que
supuesto de que las alteraciones sirvieron como motores de búsqueda en
funcionales que se traducen en una bases de datos y publicaciones
expresión sintomática se corresponden especializadas (revistas de psicología y
con alguna forma de alteración psiquiatría). Se identificaron, asimismo,
orgánica) y el especifismo etiológico artículos pertinentes a través del
(que procura clasificar las causas que método de seguimiento por referencias
dan origen a la enfermedad), cruzadas. Para ello, se utilizaron
comparten una mirada ontológica de la criterios de inclusión según ejes
enfermedad. Partiendo de un supuesto temáticos de relevancia (criterios para
semejante, la psiquiatría ha pretendido el diagnóstico psiquiátrico, sistemas y
establecer un sistema de clasificación criterios de clasificación de los
de las llamadas “enfermedades trastornos mentales, dilemas
mentales”, análogo a los sistemas diagnósticos, agrupaciones
taxonómicos del campo médico: el diagnósticas, evaluación multiaxial,
diagnóstico psiquiátrico resultaría de la juicio clínico, psiquiatría transcultural;
lectura semiótica que sería expresión etnopsiquiatría, etc.).
del funcionamiento infraestructural Como señalan importantes

Revista CES Psicología. Volumen 2, Número 2, Julio-Diciembre de 2009. pp. 20-48


Dante Duero y Virginia Shapoff
EL CONFLICTO NOSOLÓGICO EN PSICOPATOLOGÍA: NOTAS CRÍTICAS SOBRE EL DIAGNÓSTICO
PSIQUIÁTRICO

especialistas, dentro de la psiquiatría consideraciones diagnósticas y la


resulta difícil establecer si los sistemas creación de categorías nosográficas.
de clasificación de las enfermedades
describen verdaderas tipologías El concepto de homeostasis en
naturales o quimeras arbitrarias. En la medicina
actualidad se espera que la psiquiatría
disfrute de un sistema diagnóstico a De acuerdo con Canguilhem
partir de la patogenia, como ocurre en (1970), a lo largo de la historia, la
el resto de los campos de la medicina. medicina ha desarrollado esencialmente
Sin embargo, un sistema tal es por el dos formas de mirar la enfermedad, una
momento una ilusión para el futuro ontológica y otra dinámica. La primera,
(Hyman, 2005). Con nuestro análisis que combina la idea de la enfermedad
tratamos de mostrar que las propias como posesión con la experiencia de las
categorías diagnósticas empleadas en la afecciones parasitarias, atiende a la
práctica psiquiátrica se hallan insertas enfermedad como resultado de una
en una lógica cultural que las clase de entidad que contamina e
condiciona, ya que se sostienen sobre infecta al cuerpo. La medicina griega,
criterios que son vinculantes respecto por su parte, presenta una concepción
del contexto sociocultural al que totalizante de la enfermedad. Desde
pertenece cada paciente. esta última perspectiva, la naturaleza
Sostenemos que, a diferencia de es concebida como armonía y
lo que ocurre en otras ramas médicas, equilibrio, y la enfermedad se presenta
el lenguaje psiquiátrico se caracteriza como perturbación de esa armonía y
por apelar de forma implícita a marcos como el esfuerzo del organismo por
canónicos sobre lo que son acciones, obtener una nueva estabilidad. La 23
motivos y razones típicos, así como enfermedad es así entendida como una
también significados compartidos con expresión perturbada, exagerada,
nuestra comunidad sobre nuestras aminorada o anulada, de una función
acciones y modos de relación. Es decir normal y no ya como una entidad
que las formas en que cada comunidad extrafisiológica; y los síntomas
piensa y significa la enfermedad y las manifiestan el conjunto de funciones
experiencias de sufrimiento, delimitan preexistentes que varían en intensidad
y dan forma a lo que se considera un respecto del estado normal.
trastorno y también a lo que se concibe A estas mismas concepciones se
como su curación. Partimos de revisar ha referido Henry Ey en sus memorables
una serie de investigaciones que Estudios (2006) cuando contrapusiera
muestran, a nuestro modo de ver, una una perspectiva médica mecanicista,
propensión a exagerar lo que de anatomista, solidista y atomística —
específico, universal y común pudieran legado de la escuela de Cnido— que
tener los diferentes cuadros veía la enfermedad como consecuencia
psicopatológicos. Por otro lado, de un traumatismo simple, de la
invitamos al lector a reflexionar sobre intromisión de un cuerpo extraño o de
la importancia de atender a la procesos parasitarios, y que se hallaba
influencia de diversos elementos preocupada por aislar las enfermedades
históricos y culturales en las como entidades; a otra vitalista,

Revista CES Psicología. Volumen 2, Número 2, Julio-Diciembre de 2009. pp. 20-48


Dante Duero y Virginia Shapoff
EL CONFLICTO NOSOLÓGICO EN PSICOPATOLOGÍA: NOTAS CRÍTICAS SOBRE EL DIAGNÓSTICO
PSIQUIÁTRICO

biológica, humoral, totalizadora y aplicación a la patología interna, más


dinamista, que concebía al organismo empíricas, más clínicas y más
como un equilibrio de fuerzas y en la terapéuticas. Veremos que no sucede
que la enfermedad era entendida como lo mismo que en esa parte de la
una reacción. El sistema hipocrático medicina que es la psiquiatría. Pero
sería el primer ejemplo de esta segunda en el dominio de las enfermedades
forma del pensar médico. orgánicas, de las afecciones de los
Canguilhem y Ey coinciden en diversos aparatos, no solo parecen
que el pensamiento médico no ha necesarias sino, incluso, superiores a
dejado de oscilar entre estas dos las doctrinas humorales. Pero sigue
maneras de representar la enfermedad. siendo un hecho que cuando cada
Las enfermedades de carencia así como fase del movimiento mecanicista
las enfermedades infecciosas o llega a sus límites debe renovarse y
parasitarias apuntalan la teoría dar lugar al soplo hipocrático que
ontológica. De hecho, la teoría reanima la patología, que el
microbiana de las enfermedades mecanicismo tiende a desecar y a
contagiosas debe parte de su éxito a atomizar (Ey, 2006, p. 29)2
esta forma extendida de representación Hacia 1901, cuando Hans
ontológica del mal. En tanto, las Driestch publica en Leipzing Die
perturbaciones endocrinas así como organischen Regulationen, reinstaura
todas aquellas enfermedades para las para la medicina una perspectiva de
que se emplea el prefijo “dis”, se pensamiento que la acerca nuevamente
adhieren a una teoría dinamista o a la doctrina hipocrática. Aparece aquí
funcional. Un ejemplo de lo anterior lo la idea de economía, tecnología y
hallamos en los estudios de la diabetes fisiología ligada a la noción de 24
que nos ofreciera Claude Bernard regulación biológica. Tras esta idea,
(poliuria, polidipsia, polifagia, hallamos el supuesto de que existen
autofagia y glucosuria), en los que la dispositivos reguladores que apuntan a
enfermedad es tenida por una reacción la compensación y a la conservación
generalizada del organismo con orgánica, dos aspectos clave para la
intenciones de curación (Canguilhem, regulación biológica. La normalidad y la
1970). enfermedad vuelven a ser vistas, desde
De acuerdo con Henry Ey, en el entonces, en términos de lo que
siglo XIX el desarrollo de la anatomía y contribuye o no a la homeostasis y a la
la fisiología supuso el triunfo de una adaptación en términos biológicos. La
ciencia médica mecanicista y enfermedad aparece cuando los
“antihipocrática”. Este autor afirma: mecanismos que hacen posible dicha
El mecanicismo del siglo XIX parece regulación comienzan a fallar. Un
haber determinado la adquisición de
una masa considerable de 2
Como es sabido Ey, que se define organicista (y
conocimientos, pero también haber antimecanisista), considera que los trastornos psiquiátricos
poseen un correlato orgánico; aboga, sin embargo, por una
llegado actualmente a sus límites y perspectiva holística para su estudio. Al momento de
agotamiento. Por otra parte, en conceptualizar e identificar esta clase de cuadros, sostiene,
general, las teorías mecanicistas las consideraciones de tipo fenomenológicas y clínicas
globales en relación con el conjunto de la vida psíquica no
siempre parecen haber sido, en su pueden ser desestimadas ni reducida a un conjunto de
funciones atomizadas.

Revista CES Psicología. Volumen 2, Número 2, Julio-Diciembre de 2009. pp. 20-48


Dante Duero y Virginia Shapoff
EL CONFLICTO NOSOLÓGICO EN PSICOPATOLOGÍA: NOTAS CRÍTICAS SOBRE EL DIAGNÓSTICO
PSIQUIÁTRICO

funcionamiento regulado ser uno de los casos particularmente


adecuadamente aporta armonía a la reacios a ser explicados a partir de
estructura global del sistema. A partir principios dinamistas como los
de entonces, los cuadros clínicos observados y descritos por Bernard para
comienzan a ser analizados en términos la medicina.
de mecanismos normales y reacciones Cuando se consideraban las funciones
adaptativas del organismo. Éste superiores de la vida de relación
reacciona al ataque patológico para como sumas de reflejos elementales
repararlo, buscando mantener, a partir y a los centros cerebrales como
de las funciones originales, la casilleros de imágenes o huellas, una
homeostasis general del sistema explicación de tipo cuantitativo de
(Canguilhem, 1988). los fenómenos patológicos se
A partir de entonces, también la imponía” […]. “Pero las concepciones
psiquiatría abandona parcialmente el de Hughings Jackson, de Head, de
pensamiento mecanicista y Sherrignton —que prepararon teorías
localizacionista. Con la noción de más recientes como las de
“totalidad”, psicológica u orgánica, se Goldstein— orientaron la
abandonan los postulados de sistemas investigación en direcciones en las
como el de Griesinger y Wernike que que los hechos adquirieron un valor
nos llevaban a pensar la enfermedad sintético, cualitativo, desconocido al
como una entidad específica con una principio (Canguilhem, 1970, pp. 58-
realidad independiente; deja, 59).
asimismo, de otorgársele un estatus De acuerdo con Goldstein,
natural a los síntomas. También la resulta imposible atender problemas
enfermedad mental es ahora concebida tales como las perturbaciones del 25
como una reacción global (del lenguaje como una variación del
individuo) y no como una entidad comportamiento normal ni, por tanto,
autónoma. Así, al suponer que en aclarar (como ocurre en otras ramas
patología mental se abordaba la médicas) el comportamiento normal,
alteración de la personalidad, se partiendo del patológico; ello a menos
presumió que la psiquiatría daba un giro que se tenga presente la modificación
análogo al de las restantes ramas que se da, como consecuencia de la
médicas (Foucault, 2006). enfermedad, en el nivel de toda la
Pero como nos lo hicieran notar personalidad del paciente (Canguilhem,
Canguilhem y Ey, el de las 1970). En este sentido, Foucault (2006)
enfermedades mentales (en el texto, el afirma que la psicología no pudo
primer autor usa la expresión proveer jamás a la psicopatología algo
“enfermedades del cerebro” más parecido a lo que la fisiología pudo
dándole una connotación análoga a la prestarle a la medicina. Y Canguilhem
de “enfermedades mentales”3) resulta subraya: “En general, no hay que
relacionar determinado acto de un
3
Por ser fieles al autor hemos respetado su expresión. Cabe
sujeto normal con un acto análogo del
aclarar, sin embargo, que Canguilhem no distingue entre enfermo, sin comprender el sentido y el
enfermedades mentales y enfermedades del cerebro. De la valor del acto patológico para las
lectura de sus trabajos puede uno deducir como
enfermedades del cerebro tanto a las enfermedades posibilidades de existencia del
neurológicas como a las psiquiátricas.

Revista CES Psicología. Volumen 2, Número 2, Julio-Diciembre de 2009. pp. 20-48


Dante Duero y Virginia Shapoff
EL CONFLICTO NOSOLÓGICO EN PSICOPATOLOGÍA: NOTAS CRÍTICAS SOBRE EL DIAGNÓSTICO
PSIQUIÁTRICO

organismo afectado” (1970, p. 59). campo de la patología mental, la


Como reconoce este autor, la realidad del enfermo debe ser atendida
discontinuidad entre el estado normal y teniendo en cuenta el modo que el
el patológico parece ser común tanto a sujeto tiene de reaccionar a su medio,
las afecciones del Sistema Nervioso pero también las respuestas que éste
Central como a las enfermedades último expresa respecto de aquel.
infecciosas. Sin embargo, entre las Acierta Foucault al afirmar al respecto
primeras y las segundas existe una que “la dialéctica de las reacciones del
diferencia sustancial y es que lo que se individuo con su medio no se realiza del
ve afectado en los trastornos mismo modo en fisiología patológica
psiquiátricos no es tal o cual función que en psicología patológica” (2006, p.
biológica ni tampoco el organismo como 24).
un todo, sino la personalidad global del
individuo; por global estamos Enfermedad y trastorno mental
entendiendo el conjunto de
disposiciones totales (históricamente En la concepción psiquiátrica
condicionadas), que la persona expresa tradicional ha prevalecido la idea de
con respecto a su mundo vital y al que cada categoría psicopatológica se
contexto social del cual forma parte. corresponde con alguna clase natural y
Las reglas de ajuste respecto de las que los desórdenes psiquiátricos
cuales el enfermo se distancia no son poseen, como los trastornos médicos,
en ningún sentido reglas biológicas que características etiológicas, patológicas,
se rijan de acuerdo con un orden vital, sintomatológicas, de prognosis y de
sino reglas que discuten con un orden respuesta al tratamiento, todo lo cual
social4. Es debido a esto último que en hace posible su identificación, 26
medicina orgánica (Ey, 2006), los descripción y abordaje —por parte del
métodos permiten resaltar, en términos especialista— de forma semejante a
de totalidad orgánica, al individuo cualquier otra enfermedad médica.
como sujeto enfermo sobre el trasfondo Partiendo de estos supuestos, la
de su medio. La abstracción de aquel, psiquiatría ha pretendido establecer un
respecto de éste, está permitida. En el sistema de clasificación de las llamadas
enfermedades mentales análogo a los
4
Al decir que las reglas de ajuste que se usan para evaluar
sistemas taxonómicos de las otras
la patología mental están establecidas desde un orden social, ramas de la medicina. La elaboración
no negamos la participación de una estructura biológica ni su de las diferentes versiones del DSM
determinación sobre los modos de reaccionar y conducirse
de la persona tanto sana como enferma. Sólo pretendemos constituye el más claro ejemplo de
decir que los criterios para evaluar dichas conductas como ello5.
patológicas o anormales no resultan análogos a los que se
usan dentro del resto de la medicina para establecer que una
5
reacción es sintomática y desajustada. Como hemos venido Que esta meta ha guiado el interés de los redactores
señalando, en medicina la normalidad y la enfermedad se parece desprenderse de la introducción al manual, en dónde
entienden en términos de lo que contribuye o no a la se afirma explícitamente: “La formulación de categorías es el
homeostasis y a la adaptación en términos biológicos. La método habitual de organizar y transmitir información en la
enfermedad aparece cuando se pone en riesgo el equilibrio y vida diaria, y ha sido el enfoque fundamental empleado en
la función vital del organismo. En psiquiatría, la anormalidad todos los sistemas de diagnóstico médico”. Tras ello se
se expresa como un desajuste con respecto a un conjunto de justifica el uso del enfoque categorial para el diseño de las
normas prescriptivas que han sido socialmente aceptadas; la categorías.
norma de comparación no se deriva aquí, en principio al Según los autores del DSM IV, la CIE no incluía
menos, del funcionamiento biológico. Más adelante originariamente criterios diagnósticos ni un sistema multiaxial
volveremos sobre este problema. ya que su función primordial era establecer categorías para

Revista CES Psicología. Volumen 2, Número 2, Julio-Diciembre de 2009. pp. 20-48


Dante Duero y Virginia Shapoff
EL CONFLICTO NOSOLÓGICO EN PSICOPATOLOGÍA: NOTAS CRÍTICAS SOBRE EL DIAGNÓSTICO
PSIQUIÁTRICO

La dificultad para arribar a de determinar empíricamente y de


diagnósticos y cuadros nosológicos forma fiable (Cunningam Owens, 2000,
fiables representó históricamente un APA, 1995). Sin embargo, pese al
problema dentro de la profesión pretendido carácter ateórico que
psiquiátrica. Con el fin de unificar sustentaría esta clase de manuales, el
criterios taxonómicos y partiendo de principio de clasificación semiótica
una revisión profunda de los principios mismo se basa en el supuesto de que los
diagnósticos, se elaboraron los trastornos mentales constituyen
manuales DSM. A partir de la tercera entidades naturales.
edición, se adoptó el concepto de En el DSM IV (APA, 1995) se
operacionalización de Bridgman para la señala la dificultad de delimitar y
elaboración de las categorías definir qué es un trastorno mental y se
diagnósticas, el cual postula la destaca que dicha noción, del mismo
explicitación de un conjunto de modo que otros términos en medicina,
criterios exhaustivos y excluyentes que carece de una definición operacional
permitan determinar de forma consistente que englobe todas las
fehaciente y objetiva la presencia o posibilidades. En el apartado
ausencia del fenómeno a estudiar (en introductorio se realiza una distinción
este caso los síntomas y síndromes). El entre las enfermedades médicas, las
comité redactor muestra, desde cuales pueden definirse a partir de
entonces, una tendencia a alejarse de diversos niveles de abstracción (tales
cualquier clase de consideración como: patología estructural, forma de
psicogenética o etiopatológica en presentación de los síntomas,
relación a los trastornos y a hacer desviación de la norma fisiológica y
hincapié, en cambio, en una etiología) y los trastornos mentales, 27
descripción minuciosa de los aspectos definidos a partir de una gran variedad
sintomáticos que caracterizan los de conceptos (por ejemplo, malestar,
distintos cuadros (Widiger y Clark, descontrol, incapacidad, limitación,
2000). De este modo, se pretendía irracionalidad, etiología, inflexibilidad),
dejar a un lado el problema de la cada uno de los cuales sería un
“etiología” de la enfermedad mental indicador útil para un tipo de trastorno
así como cualquier clase de mental, aunque ninguno equivale al
elucubración teórica sobre su concepto (APA, 1995).
naturaleza6. Se intentaba caracterizar De modo similar, en la CIE-10
cada desorden especificando la (1992) se desarrollan una serie de
presencia y el grado de anormalidad, a discusiones sobre los problemas
partir de criterios que fueran posibles terminológicos que se generan en torno
a la noción de trastorno mental. Al
hacer más fácil la recogida de datos estadísticos referentes a respecto se señala que dicho término es
la salud pública. Por el contrario, el DSM III se confeccionó
con el objetivo adicional de proporcionar una nomenclatura
utilizado a lo largo de la clasificación
médica para clínicos e investigadores.
6
para evitar los problemas que plantea
En la introducción del DSM IV (1995) los redactores
expresan al respecto: “el DSM III introdujo una serie de
usar otros conceptos tales como
importantes innovaciones metodológicas como criterios “enfermedad” o “padecimiento”, pero
diagnósticos explícitos, un sistema multiaxial y un enfoque se sostiene que aunque el término
descriptivo que pretendía ser neutral respecto a las teorías
etiológicas” (pág. XVII). Este criterio prevaleció en la “trastorno” no es preciso, se lo utiliza
elaboración del DSM IV.

Revista CES Psicología. Volumen 2, Número 2, Julio-Diciembre de 2009. pp. 20-48


Dante Duero y Virginia Shapoff
EL CONFLICTO NOSOLÓGICO EN PSICOPATOLOGÍA: NOTAS CRÍTICAS SOBRE EL DIAGNÓSTICO
PSIQUIÁTRICO

para señalar la presencia de un Debemos por tanto distinguir los


comportamiento o de un grupo de trastornos mentales de lo que serían
síntomas identificables en la práctica simples conductas desviadas. Lo
clínica, que en la mayoría de los casos anterior supone que la sola presencia
se acompañan de malestar o interfieren de “síntomas” no es jamás un indicador
en la actividad del individuo. suficiente de la presencia de un
En el DSM IV (APA, 1995) se trastorno mental. Sólo lo serían
caracteriza al trastorno mental como aquellos “síntomas” que se presentan
un patrón o un síndrome psicológico o como consecuencia de la ya
comportamental individual mencionada disfunción interna. En tal
clínicamente significativo asociado con sentido, los mismos “síntomas” que
la presencia de estrés, discapacidad o podrían ser consecuencia de una
con un incremento significativo de la disfunción interna, en otros contextos
posibilidad de sufrir muerte, dolor, podrían resultar reacciones normales a
discapacidad o pérdida de libertad. elementos estresantes ambientales.
Este patrón o síndrome —se especifica Debido a ello, los significados y valores
en el manual— no debe ser solo una culturales necesariamente constituyen
respuesta culturalmente sancionada un componente indispensable para una
como esperable a una clase particular definición válida de lo que es un
de eventos. Pero por sobre todo —se trastorno mental. Por ejemplo, el DSM
remarca— ninguna conducta, por muy IV emplea términos como
desviada o conflictiva que pudiera “inapropiado”, “bizarro”, “inesperado”
resultar, constituye un desorden mental o “desadaptado” cuando define
a menos que tal desviación o conflicto desórdenes como la depresión mayor, la
sea un síntoma de una disfunción esquizofrenia, el ataque de pánico o la 28
subyacente que se da a nivel del intoxicación alcohólica,
individuo. Igualmente, en la CIE-10 los respectivamente (APA 1995, pp. 237,
trastornos mentales no incluyen 275, 402 y 197). Ninguno de estos
disfunciones o conflictos sociales por sí términos posee referentes universales;
mismos, si no se puede identificar la solamente son significativos dentro de
presencia de trastornos individuales un contexto social y cultural dado. En
(CIE-10, 1992). tal sentido, jamás puede obviarse que
Como reconoce Horwitz (2002) la clase de valoración que lleva a cabo
esta definición de trastorno mental el psiquiatra cuando determina la
presenta diferentes componentes: presencia de un trastorno mental o un
primero que nada, los desórdenes “síntoma” es de una índole muy
mentales suponen una disfunción diferente a lo que pudiera ser la mera
interna; pensar en términos de valoración del funcionamiento cerebral
patología mental conlleva a inferir la o de cualquier otro órgano (Horwitz,
presencia de alguna clase de trastorno 2002).
en la infraestructura orgánica, ya sea Algo que reconociera hace ya
anatómica o funcional. Como más de cincuenta años Ey (2006) —
consecuencia de ello, una respuesta crítico de las clasificaciones
“esperable” a un evento particular no psicopatológicas nosográficas que aíslan
constituye un trastorno mental. síndromes artificiales desde su

Revista CES Psicología. Volumen 2, Número 2, Julio-Diciembre de 2009. pp. 20-48


Dante Duero y Virginia Shapoff
EL CONFLICTO NOSOLÓGICO EN PSICOPATOLOGÍA: NOTAS CRÍTICAS SOBRE EL DIAGNÓSTICO
PSIQUIÁTRICO

atomismo— es que la psiquiatría impone incluso morales, y no un juicio basado


siempre un diagnóstico a doble entrada, en conocimientos específicamente
a la vez “clínico” y “etiológico”. Las médicos. Las consideraciones culturales
formas de organización patológica de la y las creencias que la comunidad
vida psíquica suponen alguna modalidad sostiene respecto de lo que son
de trastorno estructural biológico. Sin conductas, creencias y emociones
embargo, esto no implica jamás reducir normales y anormales, resultan
el diagnóstico clínico a un diagnóstico esenciales para comprender la
etiológico, pues en la mayoría de las enfermedad mental (Horwitz, 2002).
enfermedades psiquiátricas la etiología
no guarda relación directa con las El diagnóstico psicopatológico
categorías clínicas; diversos cuadros
pueden estar ocasionados por una Según venimos diciendo, el
misma etiología y a la inversa. Por lo diagnóstico y la caracterización misma
anterior, Ey no solo cuestionó el de lo que es un cuadro psiquiátrico se
reinado de una psiquiatría mecanicista sostienen sobre criterios que resultan
que al atomizar la semiología vinculantes respecto del contexto
empobreció la psicopatología, sino que sociocultural al que pertenece el
además abogó por una psiquiatría que denominado “enfermo”. Esta clase de
al mismo tiempo que médica fuera juicios no siempre son claros a la hora
resueltamente antropológica; es decir, de establecer qué es y qué no es un
que tuviera siempre en mente que su trastorno o disfunción, pues contiene
objeto de estudio no es jamás una componentes valorativos que definen
enfermedad sino una persona. Dentro qué es comprensible y qué no, qué es
de esta rama médica no es posible ni racional o irracional, compulsivo o 29
conveniente aislar un síntoma de su libremente elegido, esperado o
contexto puesto que cada síntoma inesperado; todo ello siempre en
constituye en sí mismo un mundo, dice. función de una situación particular.
Es por ello que, durante el Es preciso hacer mención que el
diagnóstico y la intervención DSM IV realiza, en relación con lo que
psiquiátrica, el psicopatólogo lleva a venimos hablando, un avance
cabo una serie de evaluaciones que importante con respecto a las versiones
requieren el uso de criterios sociales y anteriores, al reconocer la importancia
culturales que convierten su labor en de los aspectos culturales e incluir
una actividad muy diferente a la de invitaciones a reflexionar respecto del
otras ramas médicas. Lo que ocurre rol de la cultura en la expresión y
concretamente es que lo que constituye valoración de los diferentes cuadros
o no un trastorno mental y lo que sindrómicos. Pese a ello, pueden
hemos de considerar su expresión observarse todavía limitaciones que han
sintomática es siempre algo social y de ser consideradas. Los comentarios
culturalmente negociado. La distinción respecto a cuál es la importancia que
entre lo que se considera funcionar tiene el contexto cultural al momento
apropiadamente o no, es, por lejos y de definir qué es “normal” y
ante todo, una valoración con claros “anormal”, cuáles son consideradas las
componentes filosóficos, jurídicos e formas aceptables para experimentar el

Revista CES Psicología. Volumen 2, Número 2, Julio-Diciembre de 2009. pp. 20-48


Dante Duero y Virginia Shapoff
EL CONFLICTO NOSOLÓGICO EN PSICOPATOLOGÍA: NOTAS CRÍTICAS SOBRE EL DIAGNÓSTICO
PSIQUIÁTRICO

sufrimiento o qué se entiende por relativos al juicio intuitivo y a las


trastorno mental, no abarcan más que consideraciones culturales que pueda
algunas páginas y ciertos comentarios hacer el propio clínico.
escuetos luego de la caracterización de Por otro lado, y como
cada trastorno (allí los autores se mencionamos antes, un punto clave
atienen a enunciar algunas para determinar cuándo estamos y
generalidades sobre la relevancia de cuándo no ante un trastorno mental, es
atender al contexto sociocultural del la identificación de una disfunción
enfermo al momento de llevar a cabo interna como su causa. La presencia de
un diagnóstico). Asimismo, el DSM-IV un trastorno mental implica suponer la
aporta información sobre los alteración de los mecanismos internos
denominados “síndromes dependientes responsables del buen funcionamiento
de la cultura” (Yap, 1951). Se ha de las estructuras que posibilitan
confeccionado un apéndice acerca de determinadas capacidades. Sin
estos síndromes (apéndice J) que embargo, la identificación de tal
engloba el nombre de cada trastorno, disfunción interna pocas veces se hace
las culturas en las que se ha observado en forma independiente de la
y una breve descripción evaluación clínica del cuadro. En la
psicopatológica. Pero no se analiza con clínica, por lo común, se lleva a cabo el
profundidad las implicaciones que diagnóstico sintomatológico y se
dichos marcos culturales tienen en la presupone que cierta disfunción
elaboración misma de las taxonomías y subyacente es la causa. Es decir, que es
los criterios diagnósticos ni sobre las necesario aceptar que una conducta
formas en que la cultura configura y desviada es ocasionada por una
significa las experiencias de anormalidad estructural para 30
sufrimiento. En tal sentido, no hay un considerarla un síntoma; pero es la
cuestionamiento profundo respecto al identificación de dicha conducta lo que
hecho de que las propias categorías lleva al clínico a suponer la presencia
diagnósticas están insertas en un de una disfunción interna7.
sistema cultural.
En relación con ello, resulta 7
Actualmente se están haciendo investigaciones que han
curioso que pese a que uno de los logrado establecer algunas sugerentes asociaciones entre
cuadros con sintomatología específica y datos obtenidos a
objetivos centrales de estos manuales través de estudios neurofuncionales y de laboratorio. Y de
era el de asegurar categorías hecho, en el manual se citan algunos hallazgos de
psicopatológicas universales y disminuir laboratorio relacionados con trastornos puntuales como el
“insomnio primario”, la “narcolepsia” o los “trastornos del
el rol del juicio clínico para las sueño con la respiración”. Sin embargo, para el diagnóstico
elaboraciones diagnósticas (es por ello de la mayoría de los restantes cuadros no se especifican
anormalidades a nivel subestructural ni se exigen pruebas
que parecen privilegiarse las adicionales al examen clínico. En la actualidad los mismos
descripciones sintomatológicas miembros del Comité Elaborador del DSM IV están
proponiendo la inclusión de pruebas genéticas, de
atomizadas, así como una constante laboratorio, pruebas neuropsicológicas y pruebas de
referencia a criterios empíricos que neuroimagen como criterios adicionales para los
diagnósticos. No obstante, al presente reconocen, por un
aseguren formas objetivas de lado, que los estudios realizados no ofrecen aún la
evaluación), explícitamente se acepta confiabilidad suficiente; por otro lado, sostienen que ello
que un uso correcto de los criterios podría implicar cambiar el sistema de diagnóstico categorial
actual por un sistema dimensional (lo que obligaría a
propuestos depende de elementos descartar algunos cuadros que actualmente son
caracterizados como entidades discretas y a reemplazarlos

Revista CES Psicología. Volumen 2, Número 2, Julio-Diciembre de 2009. pp. 20-48


Dante Duero y Virginia Shapoff
EL CONFLICTO NOSOLÓGICO EN PSICOPATOLOGÍA: NOTAS CRÍTICAS SOBRE EL DIAGNÓSTICO
PSIQUIÁTRICO

Como afirmó Ey (2006), no es un interrogatorio comprensivo y


posible quitar al psiquiatra la exhaustivo del paciente, que se
responsabilidad de llevar a cabo un extienda por encima de cualquier
diagnóstico clínico. Sin embargo, y de listado de síntomas y que vaya más allá
acuerdo con el modelo psiquiátrico, del plano de análisis individual,
también es preciso que el especialista abarcando los múltiples aspectos que
sea capaz de establecer de forma válida hacen al contexto familiar, social y
criterios independientes para laboral del paciente. Debido a ello,
determinar cuándo nos encontramos y durante los últimos años los propios
cuándo no ante síntomas ocasionados propulsores del manual han comenzado
por una disfunción interna. Hasta el a revisar la utilidad de los criterios
presente, no parece posible proponer clínicos que se tienen en cuenta al
un modelo que nos indique cómo es el momento de llevar a cabo un
funcionamiento normal de la diagnóstico, así como los propios
infraestructura cerebral sin apelar sistemas para la clasificación de los
directa e indirectamente a criterios trastornos psiquiátricos. Finalmente, se
fenomenológicos y clínicos. En este ha comenzado a reconocer la especial
sentido, los manuales DSM terminan por importancia que tienen las
considerar todos los síntomas (sean o no consideraciones culturales, étnicas y de
internos, esperables o desviados) como género del propio clínico en la
posibles signos de desorden, dejando a elaboración misma de los diagnósticos y
criterio del clínico el establecer si se las taxonomías psicopatológicas.
trata o no de un signo de una disfunción Diversos estudios muestran, en
subyacente. relación con ello, que a la hora de
diagnosticar, el clínico no puede 31
Operacionalización y diagnóstico deshacerse de consideraciones globales
psiquiátrico que exceden a las puntualizadas por
esta clase de manuales. Al respecto,
Como reconoce Cunningam resultan ilustrativos trabajos como el
Owens (2000) los principios de Razzouk y col. (2006), que muestran
operacionales desplazaron el foco de que los patrones de razonamientos que
toda consideración teórica para permiten al psiquiatra arribar al
centrarse en observables que diagnóstico clínico incluyen
permitieran al psiquiatra, cualquiera consideraciones heterogéneas que
sea su formación, identificar y clasificar exceden por mucho las especificadas
cada tipo de trastorno. Dentro del según los criterios operacionales de
ámbito de la investigación estos clasificación psiquiátrica; la importante
criterios de decisión mostraron sus variabilidad respecto de la relevancia
resultados más interesantes. En la que cada experto otorga a los
práctica clínica, sin embargo, el diferentes síntomas estimados para el
psiquiatra está obligado a llevar a cabo diagnóstico en la práctica, y también
cómo en la consulta los psiquiatras
arriban a diagnósticos similares de
por nociones continuas). Esto implicaría, además, descartar diferentes cuadros, aún cuando no se
muchos de los síntomas que actualmente son considerados
clave para el diagnóstico de los diferentes cuadros (Véase hayan podido identificar todos los
Phillips, First y Pincus, 2005, en especial los capítulos 3 y 5).

Revista CES Psicología. Volumen 2, Número 2, Julio-Diciembre de 2009. pp. 20-48


Dante Duero y Virginia Shapoff
EL CONFLICTO NOSOLÓGICO EN PSICOPATOLOGÍA: NOTAS CRÍTICAS SOBRE EL DIAGNÓSTICO
PSIQUIÁTRICO

síntomas sugeridos por los manuales. dos razones: por una parte, sólo pueden
Tal cual afirma Cunningam Owens ser interpretados en parte y
(2000), sucede que los criterios de únicamente para cierta clase de
diagnóstico operacional han sido trastornos, como resultado de una
desarrollados basándose en el consenso anormalidad biológica. Pero por otra
entre expertos; pero esos criterios parte, la clase de manifestaciones a las
requieren del juicio clínico para decidir que atiende un psiquiatra cuando hace
acerca de cuándo nos encontramos y un diagnóstico son las que forman parte
cuándo no en presencia de un de la vida diaria de todas las personas,
“síntoma”. Al respecto, en el DSM IV se tales como experimentar infelicidad,
destaca explícitamente que las actuar con mala fe, comunicarse
categorías y criterios diagnósticos inadecuadamente o comportarse
sirven como guías que han de usarse injustamente.
partiendo del juicio clínico y que deben Un diagnóstico psiquiátrico
ser utilizados por personas con implica entonces —dice— una
experiencia clínica (APA, 1995). Más ese categorización tácita de algunas formas
juicio supone hacer valoraciones sobre ordinarias de aflicción y de miseria
el modo como el enfermo está inserto humana como problema médico;
en su mundo social y cultural. En implícitamente ello supone una
relación con esto último, no deja de ser interpretación de la experiencia de una
significativo que, en la actualidad, persona, interpretación que difiere de
entre los criterios provistos por el DSM acuerdo con la orientación de los
IV para diagnosticar un trastorno como profesionales y con diferentes factores
la esquizofrenia, figuren además de sociales, tales como la especialidad
síntomas como “lenguaje y clínica, las condiciones institucionales 32
comportamiento desorganizados”, en que el profesional trabaja y los
“ideas delirantes” o “abulia”, la marcos de pensamiento de la cultura de
presencia de una “disfunción la que es parte. Cabe comentar al
significativa en el desempeño laboral, respecto que los estudios etnográficos
en las relaciones interpersonales o en el indican que las formas de concebir el
cuidado de sí del enfermo”, “síntomas” cuerpo, las emociones o la personalidad
que sólo podrán ser valorados como cambian en las distintas culturas así
tales por alguien capaz de reconocer lo como difieren, consecutivamente, las
que socialmente es tenido o no por creencias sobre lo que es normal y lo
“desorganizado”, “delirante”, que no (Good, 1977; Rosaldo, 1980;
“abúlico” o “laboralmente Lutz y White, 1986; Jansen, 1978;
disfuncional”. Kleinman, 1991). Por ejemplo, las
Kleinman (1991) afirma que en creencias que alemanes y
medicina el diagnóstico consiste en un norteamericanos expresan sobre los
trabajo semiótico por el cual la trastornos mentales varían de forma
sintomatología de un paciente es importante e inciden sobre las
reinterpretada como signos de una concepciones de los profesionales de la
afección particular. Sin embargo, los salud, al punto de que los pacientes y
signos de un desorden psiquiátrico son los profesionales alemanes manifiestan
más difíciles de interpretar, debido a opiniones más semejantes entre ellos

Revista CES Psicología. Volumen 2, Número 2, Julio-Diciembre de 2009. pp. 20-48


Dante Duero y Virginia Shapoff
EL CONFLICTO NOSOLÓGICO EN PSICOPATOLOGÍA: NOTAS CRÍTICAS SOBRE EL DIAGNÓSTICO
PSIQUIÁTRICO

que lo que puede verse entre las ocurre es que en occidente predomina
perspectivas de los psiquiatras una orientación metateórica que ha
alemanes y norteamericanos intensificado la experiencia de la
(Townsend, 1978). identidad personal y la mismidad.
La depresión, que en Occidente La presencia de síndromes como
hoy es interpretada como un trastorno el taijinkyofusho, una especie de fobia
mental, fue considerada antiguamente a las relaciones interpersonales que se
un problema religioso de pecado o da en pacientes japoneses y que, a
culpa o un problema moral de desidia. diferencia de la fobia social (que se
En la China tradicional, por su parte, asocia con sentimientos de
solamente eran considerados trastornos inadecuación, vergüenza y temor a la
mentales la histeria y la locura, y otros crítica), se caracteriza por un profundo
problemas que hoy llamamos temor a ofender a otros, parecen
psiquiátricos eran reinterpretados como indicar que la clasificación psiquiátrica
manifestaciones de desórdenes médicos de las fobias resulta inadecuada o
o como problemas de la vida. Incluso en limitada (Kleinman, 1991).
la actualidad, la presencia prolongada La anorexia nerviosa, por su
de síntomas como dolores de cabeza, parte, podría ser un trastorno
vértigo y fatiga, dificultad para dormir, dependiente de la cultura8. Esta
falta de apetito y energía, asociados patología pareciera no tener una tasa
con sentimientos de infelicidad, importante de prevalencia fuera de las
desesperanza y ansiedad son culturas occidentales, con la excepción
considerados dentro de esta sociedad de algunas sociedades industrializadas
como expresión de un problema médico notablemente influenciadas en sus
y conlleva al diagnóstico de neurastenia costumbres por los valores de la cultura 33
(trastorno que ha sido excluido de los angloeuropea (Kleiman, 1991). Incluso
manuales de clasificación DSM). En en un plano histórico, los
Occidente, en cambio, esos mismos comportamientos anoréxicos dentro de
síntomas serían interpretados como occidente no parecen responder a las
indicadores de un trastorno depresivo mismas motivaciones y sus patrones
mayor (Kleinman, 1991). difieren. Durante el medioevo, por
Barrett (s/f), citado en ejemplo, las conductas de abstinencia
Kleinman, 1991) ha ofrecido evidencia alimenticia parecían responder a
que sugiere que la experiencia del yo ciertos ideales ascéticos ligados a la
dividido, típicamente asociado con la santidad y a la renuncia al cuerpo y a
esquizofrenia en las sociedades los placeres carnales. Las patologías en
occidentales, podría ser consecuencia la alimentación que se dan en el
de la concepción que en estos pueblos presente parecen estar, en cambio,
lleva a caracterizar a las personas como asociadas con ciertos ideales estéticos
individuos. En China y en otras
sociedades no occidentales, en donde 8
Al decir que la anorexia nerviosa podría ser un trastorno
las nociones de identidad personal dependiente de la cultura, no pretendemos negar el
resultan menos marcadas, esta clase de compromiso de estructuras específicas del cerebro, cosa que
experiencia pareciera ser menos algunos estudios parecen indicar. Señalamos, sencillamente,
que su aparición y sintomatología podría estar fuertemente
central. Según Plessner (1970), lo que condicionada por factores del entorno y que por tanto,
podría no ser un trastorno de carácter universal.

Revista CES Psicología. Volumen 2, Número 2, Julio-Diciembre de 2009. pp. 20-48


Dante Duero y Virginia Shapoff
EL CONFLICTO NOSOLÓGICO EN PSICOPATOLOGÍA: NOTAS CRÍTICAS SOBRE EL DIAGNÓSTICO
PSIQUIÁTRICO

que sobrevalúan la delgadez anterior, aunque los hallazgos


(Littlewood y Lipsedge, 1987). científicos de asociaciones entre el
diagnóstico de este trastorno y
Validez de las categorías psiquiátricas diferentes factores relacionados con el
estrés, los problemas familiares y
En psiquiatría aún hoy, dice “eventos de la vida” como el estrato
Boyle (2002), se privilegia cualquier sociocultural y el nivel educativo,
tipo de consideración biológica como resultan sugerentes (Falloon, 2000;
forma de conseguir credibilidad, cosa Gomme, 1996; Aro y col. 1995; citados
que resultaría difícil de obtener en Boyle, 2002), trastornos como la
apelando exclusivamente a los modelos esquizofrenia continúan siendo
psiquiátricos de diagnóstico y presentados de una forma convincente
clasificación (véase también Mc Glashan como un desorden biológico. Una de las
y Johannessen, 1996). Bentall (1990) estrategias que se usa para ello es
remarca, respecto a ello, que, presentar toda asociación con factores
virtualmente, cada región del cerebro sociales como consecuencia y nunca
ha sido reclamada para ser relacionada como causa de la enfermedad (Boyle,
con una enfermedad como la 2002).
esquizofrenia, ello aún cuando haya Otra forma de restar importancia
diferentes estudios (Lader y col. 1984; a la relación entre la esquizofrenia y los
Breggin, 1990) que muestran lo factores ambientales, para así dar peso
inespecíficas que son muchas de tales al argumento médico, es hacer del
asociaciones. En relación con ello Dworj ambiente un elemento biológico. Boyle
(1997) y Heckers (1997) han mostrado cita un trabajo de Mc Gorty (2000),
mediante estudios post mortem y uso quien se propone mostrar que la 34
de imágenes de la estructura del disminución de vitamina D proporciona
cerebro in vivo que los cerebros de los una posible explicación para el
pacientes esquizofrénicos no difieren aumento de la probabilidad de
de la forma sustancial en que se ha presentar esquizofrenia en la segunda
pretendido, de los pacientes con generación de inmigrantes de piel
desórdenes afectivos. Lewis (1990) por oscura, que fueron trasladados para
otra parte, quien revisó una veintena vivir en climas más fríos. El argumento
de estudios que comparan los tamaños es que sus pieles serían menos
de los ventrículos cerebrales eficientes para producir vitamina D. Lo
(históricamente asociados con la que no se dice es que las regiones con
esquizofrenia) y grupos normales, halló climas fríos suelen poblarse por gente
que sólo en ocho se hallaron diferencias de piel blanca y que los de piel oscura
significativas; y Andersen y col. (1990) de la segunda generación solían sufrir
encontraron que únicamente el 6% de de altos niveles de racismo y de
los participantes con diagnóstico de discriminación (Boyle, 2002)9.
esquizofrenia evidenciaban alteraciones
en las medidas ventriculares por encima 9
Existe suficiente evidencia que permite suponer una fuerte
de dos desviaciones estándar, respecto asociación entre lo que se ha identificado como trastorno
de la muestra normal. esquizofrénico y los cromosomas 6p, 8p, 10p, 13q y 22q
(Tzuang, Stone, Tarbox y Faraone, 2005). Al parecer, la
En contraposición con lo región de susceptibilidad principal para la transmisión de
esquizofrenia estaría identificada en el cromosoma 1q21-22.

Revista CES Psicología. Volumen 2, Número 2, Julio-Diciembre de 2009. pp. 20-48


Dante Duero y Virginia Shapoff
EL CONFLICTO NOSOLÓGICO EN PSICOPATOLOGÍA: NOTAS CRÍTICAS SOBRE EL DIAGNÓSTICO
PSIQUIÁTRICO

Algo que resulta curioso es que, cualquiera de estos casos, lo que se


pese al interés que los psiquiatras procura, a partir del diagnóstico, es
expresan por hallar correlaciones con identificar los lineamientos para la
hallazgos neurobiológicos, el proceso de terapéutica posterior. Pero los
diagnóstico y clasificación se sigue diagnósticos psiquiátricos tradicionales
basando, en la actualidad y para la pocas veces permiten especificar con
mayor parte de los trastornos exactitud una terapéutica o siquiera un
contemplados en los manuales DSM, en pronóstico preciso. Sólo a modo de
criterios exclusivamente clínicos. En ejemplo, ciertos medicamentos
relación con esto último, algunos antipsicóticos son utilizados tanto para
críticos de la concepción psiquiátrica el tratamiento de la esquizofrenia, de
tradicional sostienen que la clase de cuadros de despersonalización, de
proceso evaluativo que se da durante el brotes psicóticos agudos, así como
diagnóstico clínico psiquiátrico está también en ciertas fases en los
imbuido en un trabajo interpretativo trastornos del estado de ánimo, con
que no sólo no es reconocido como tal, niveles variables de efectividad dentro
sino que además se sostiene en una de cada caso (Johnstone y col. 1988).
narrativa de la deficiencia que, por lo Algo semejante sucede con los
demás, ni siquiera resulta enteramente antipsicóticos de segunda generación,
útil para posteriormente hacer un eficaces para las fases depresivas y los
pronóstico certero o programar un plan trastornos bipolares. Alguien podría
de tratamiento. Porque algo que no se sostener que esto no es sólo un
puede obviar es que los sistemas problema de los medicamentos
clasificatorios de la medicina apuntan a psiquiátricos, por supuesto, sin
organizar, en función del diagnóstico, embargo, deja pendiente un problema y 35
el tratamiento de las enfermedades. Es es que uno de los principales objetivos
decir, un adecuado diagnóstico supone de usar diagnósticos es asegurar una
reconocer o bien la etiología o bien los terapéutica precisa y efectiva. Si los
aspectos que harían al curso de la conocimientos etiopatológicos y de los
enfermedad y a los factores que nos mecanismos de acción de los fármacos
permitirían intervenir sobre ella. En son insuficientes y la eficacia de los
tratamientos se valora por una
Por otra parte, también hay evidencia de que la expresión
reducción sintomática que puede ser
fenotípica de la patología podría depender de factores bastante inespecífica, entonces ¿cuál es
medioambientales y sociales. Sin embargo, no es nuestro la función de generar un complejo
interés en este trabajo discutir sobre cuáles son las causas
de este trastorno mental sino focalizarnos sobre cuáles son sistema taxonómico como el que se nos
los criterios que actualmente se emplean para hacer propone en esta clase de manuales?
diagnósticos psiquiátricos. En relación a lo segundo, lo que
aquí estamos diciendo es que, en la actualidad y dentro de la Centrándonos ahora en lo que
clínica, el diagnóstico supone una serie de consideraciones hace a los criterios diagnósticos mismos
sociales que por lo demás forman parte de los mismos
criterios que se estipulan para identificar a los diferentes
y volviendo al esquema clasificatorio
cuadros. Queremos por otra parte señalar que en ocasiones usado de forma universal desde
remarcar la determinación de los factores biológicos en un
plano etiopatogénico conlleva a suponer erróneamente que
Kraepelin para las psicosis no orgánicas,
los criterios para identificar un trastorno son en sí mismos Kendell y Gourlay (1970) reportan no
biológicos. Esto se apuntala en el razonamiento de que si la haber sido capaces de establecer una
causa de un trastorno es biológica, entonces lo que se
definió como trastorno también lo es, lo cual conlleva una sintomatología clara divisoria entre la
falacia.

Revista CES Psicología. Volumen 2, Número 2, Julio-Diciembre de 2009. pp. 20-48


Dante Duero y Virginia Shapoff
EL CONFLICTO NOSOLÓGICO EN PSICOPATOLOGÍA: NOTAS CRÍTICAS SOBRE EL DIAGNÓSTICO
PSIQUIÁTRICO

esquizofrenia y los trastornos del como en sus rendimientos en diferentes


estado de ánimo. Debido a esto, en los pruebas neuropsicológicas,
últimos años se ha pensado incluso en psicofisiológicas y de neuroimágenes.
descartar este sistema binario de La propuesta de Tsuang y su grupo es
clasificación. Siguiendo esta línea, Crow atender a una serie de síntomas
(1986) ha propuesto una teoría continua negativos y déficit neuropsicológicos de
de la psicosis que retoma la mirada de nivel subclínico, que se hallarían
Griesinger y el concepto prekraepeliano presentes en distinto grado en un grupo
de Einheitspsychose o “psicosis más amplio de personas que el de los
unificada”. Al respecto cabe citar pacientes diagnosticados. Algunas de
algunas investigaciones que proponen tales alteraciones serían: un menor
atender estos trastornos en términos de rendimiento en las funciones
clusters de síntomas, empleando una ejecutivas, en la memoria verbal
estadística multivariada y vinculando declarativa y en la atención;
dichos clusters con áreas del cerebro alteraciones en la supresión de los
(Van Os, Fahy, Jonnes y col., 1996; potenciales evocados auditivos P50 y
McIntosh, Forrester, Lawrie y col. alteraciones morfológicas y funcionales
2001). en estudios de neuroimagen. Aunque
Por su parte, Tsuan, Stone, puede ser una línea prometedora, lo
Tarbox y Faraone (2005) cuestionan que cierto es que estas disfunciones
cuadros como la esquizofrenia sigan parecen ser también lo suficientemente
concibiéndose como categorías inespecíficas como para estar presentes
discretas y señalan que esto conlleva a en otros muchos cuadros patológicos
separar trastornos de forma artificial, y (por ejemplo, en el trastorno por
proponen adoptar una perspectiva déficit de atención o en el trastorno por 36
dimensional. Entre otras cosas, critican estrés postraumático). Por otro lado,
el que se haya considerado a la psicosis como ellos mismos reconocen, debieran
como criterio para el diagnóstico de un extenderse y compararse esta clase de
trastorno como la esquizofrenia, estudios con poblaciones normales,
aduciendo que tal sintomatología es pues hasta ahora sólo se han centrado
inespecífica y se halla por tanto en en esquizofrénicos y sus familiares
otros muchos grupos diagnósticos. Para directos. Finalmente, aunque la
estos autores, la esquizofrenia podría propuesta es en extremo interesante,
ser la expresión fenotípica de según los propios autores nos llevaría a
características genéticamente revisar y posiblemente a dejar de lado
transmitidas. Con la noción de lo que históricamente ha representado
esquizotaxia proponen un concepto un criterio clave para evaluar una
dimensional continuo con el cual enfermedad como la esquizofrenia: la
remiten a rasgos presentes en pacientes presencia de sintomatología psicótica.
diagnosticados con esquizofrenia, pero Esto merecería, por lo menos, ser
también en parientes cercanos. De profundamente discutido.
acuerdo con Tsuan y col. (2005) se han Con respecto a la cuestión del
encontrado alteraciones en pacientes diagnóstico y el pronóstico:
esquizofrénicos y en parientes en contrariamente a las consideraciones
primer grado, tanto a nivel genético que desde Kraepelin llevaron a

Revista CES Psicología. Volumen 2, Número 2, Julio-Diciembre de 2009. pp. 20-48


Dante Duero y Virginia Shapoff
EL CONFLICTO NOSOLÓGICO EN PSICOPATOLOGÍA: NOTAS CRÍTICAS SOBRE EL DIAGNÓSTICO
PSIQUIÁTRICO

diferenciar y a suponer un mejor y col. 1987). Jekins (s/f, citado en


pronóstico para los trastornos del Kleinman, 1991), ha encontrado que
estado de ánimo que para la familias mexicanas-americanas, en
esquizofrenia, existe evidencia donde se identifican los problemas de
obtenida a partir de evaluaciones con sus miembros esquizofrénicos como
anamnesis continuadas en el tiempo “nervios”, y en las que el lenguaje con
que sugieren un alto grado de que hablan del trastorno es menos
discapacidad crónica en ambos grupos estigmatizante y está menos asociado
(Lee y Murray, 1988; Angs y Preisig, con emociones negativas, podrían
1995). Aunque esto debiera ser permitir una mejor integración social
investigado con mayor profundidad y de la persona enferma.
detalle, esta clase de datos nos Ya en lo que hace referencia al
imponen al menos la obligación de trastorno por Depresión Mayor, están
revisar un supuesto poco cuestionado quienes sugieren que en los países del
por la tradición psiquiátrica. tercer mundo, en donde ha sido
En relación con el pronóstico, asociado con formas de expresión
Waxler (1977, citado en Kleinman, psicosomáticas, quienes lo presentan
1991) ha sostenido que allí en donde la parecen presentar menor riesgo de
esquizofrenia es vista como un suicidio que en sociedades
problema agudo y se espera que los económicamente desarrolladas
pacientes se conduzcan de forma (Kleinman, 1991). Al respecto, resultan
similar a pacientes con otras sugerentes trabajos como los de
enfermedades agudas, la familia y la Oquendo, Ellis, Greenwald, Weissman y
comunidad responden reforzándolo Mann (2000). Estos investigadores
positivamente y que, en cambio, la estudiaron la prevalencia de episodios 37
cronicidad resulta en buena medida de de depresión mayor junto con las tasas
la clase de mensajes y respuestas que de suicidio en hombres y mujeres
el paciente recibe de su contexto, las caucásicos, afroamericanos,
que le impiden volver a desarrollar la estadounidenses de origen
experiencia de tener un control sobre centroamericano, de origen cubano y
su propia vida. En conjunto con ello, de origen puertorriqueño, todos ellos
otros factores, como las limitaciones residentes en Estados Unidos.
económicas, las modalidades de ciertos Encontraron una tasa de depresión
programas de salud que retienen a los mayor en puertorriqueños que casi
pacientes durante períodos duplicaba a la de los restantes grupos.
prolongados, o las elevadas demandas Por otra parte, las tasas de depresión
de las sociedades industrializadas, se de las mujeres de los cinco grupos
convierten en obstáculos adicionales resultó mayor a la de los hombres. En
para una evolución favorable de esta contraposición, la tasa de suicidios
clase de cuadros. De hecho, estudios consumados en hombres caucásicos,
longitudinales parecen mostrar que en afroamericanos y cubanos fue
Occidente el curso de pacientes con significativamente mayor que en
diagnóstico de esquizofrenia suele ser puertorriqueños y que en las mujeres,
menos favorable que en otras en relación con la prevalencia anual de
sociedades (Alanen y col. 1986; Harding depresión. Es decir, la tasa de

Revista CES Psicología. Volumen 2, Número 2, Julio-Diciembre de 2009. pp. 20-48


Dante Duero y Virginia Shapoff
EL CONFLICTO NOSOLÓGICO EN PSICOPATOLOGÍA: NOTAS CRÍTICAS SOBRE EL DIAGNÓSTICO
PSIQUIÁTRICO

depresión fue significativamente mayor Enfermedad mental: ¿categoría


entre los hombres puertorriqueños y las natural?
mujeres de los cinco grupos étnicos por
lo que cabría esperar encontrar en Al igual que Kraepelin, quien
estos grupos la tasa más alta de creía que los síndromes psiquiátricos
suicidio; los datos sugieren, pese a ello, observados en diferentes culturas
lo contrario. Por un lado, los varones enraizaban en similares patologías,
tienen una tasa de suicidio consumado aunque su expresión fenomenológica
con respecto a su tasa de depresión más variase, muchos psiquiatras abocados a
alta que las mujeres. Por otro, los los estudios transculturales tienden a
hombres puertorriqueños muestran la interpretar sus descubrimientos sobre
tasa más baja de suicidio consumado, cuadros patológicos desde un modelo
siendo los varones caucásicos los que de patogénesis y patoplasticidad
expresan la más elevada. Entre las médico y universal, según el cual —se
mujeres, son también las caucásicas las supone— la biología determina el tipo
que muestran el mayor riego de suicidio de enfermedad psiquiátrica más allá de
y las puertorriqueñas el más bajo. Los que la cultura afecte, configurando
autores concluyen que el nivel de “disfraces” al verdadero trastorno
integración familiar y la expectación de subyacente, sus formas de expresión.
adversidad, podrían funcionar como Desde esta posición se expresa una
factores protectores en el tendencia a interpretar las distintas
afrontamiento del estrés crónico y que señales de malestar y sufrimiento como
el rol de las iglesias afroamericanas expresiones culturales diferentes de un
como sistema de soporte social podría mismo fenómeno. Se observa, así, una
ofrecer una explicación a la menor tasa propensión a exagerar lo que sería 38
de suicidios entre afroamericanos. universal y común a diversas culturas y
En otro plano, Lin y Lin (1982) a moderar, en cambio, lo que podría
sugieren que la estigmatización de los ser específico de cada cultura
pacientes psiquiátricos en China es particular.
mucho más marcada y limitante que en Para ilustrarnos sobre esta clase
países occidentales ya que afecta no de problemas, Kleinman (1991) hace
sólo al paciente sino a la familia en su una revisión de diferentes
conjunto. Cuando estos problemas son investigaciones clásicas de psiquiatría
concebidos como trastornos mentales, transcultural en las que se intentó
aparecen creencias sobre sus causas, llevar a cabo estudios comparativos de
sus síntomas, los motivos de ciertos trastornos mentales en culturas
vulnerabilidad, la fisiopatología, el occidentales y no occidentales e
pronóstico y las expectativas de industrializadas y no industrializadas.
tratamiento que luego tienden a ser Una de estas investigaciones pioneras
confirmadas10. fue el International Pilot Study of
Schizophrenia (1973) organizado por el
10
En cualquier enfermedad crónica es fundamental atender
National Institute of Mental Health y
a los procesos narrativos por medio de los cuales el paciente promovido por la Organización Mundial
significa la experiencia de enfermedad, lo cual resulta
fundamental para comprender las transformaciones y
respuestas del enfermo y su familia. Estas narrativas enfermo sino que le dan forma e incluso condicionan las
personales no sólo reflejan o comunican la experiencia del mismas “expresiones sintomáticas” (Kleinman, 1991).

Revista CES Psicología. Volumen 2, Número 2, Julio-Diciembre de 2009. pp. 20-48


Dante Duero y Virginia Shapoff
EL CONFLICTO NOSOLÓGICO EN PSICOPATOLOGÍA: NOTAS CRÍTICAS SOBRE EL DIAGNÓSTICO
PSIQUIÁTRICO

de la Salud; el programa de conductas que se alejan de dichos


investigación incluyó en su muestra a patrones, comienzan las dificultades. Y
pacientes de India, Nigeria, Colombia, es que el uso de definiciones
Dinamarca, Reino Unido, la Unión operacionales o de criterios de inclusión
Soviética y los Estados Unidos. Los jamás sirve como principio
psiquiatras que participaron en el metodológico para describir ninguna
estudio fueron entrenados en el uso del clase de entidad natural. Por el
Present State Examinations, una contrario, constituyen modos
entrevista psiquiátrica estructurada que predeterminados de definir lo que se ha
fue traducida a las lenguas de los acordado caracterizar y conceptualizar
pacientes. Usando criterios sumamente como un determinado fenómeno. Dice
estrictos de inclusión y exclusión, este Kleinman: “Los hallazgos de la
estudio mostró la presencia de cuadros Organización Mundial de la Salud se
sintomatológicos similares en las basan en una muestra restringida que
diferentes muestras. Pero como observa es atípica y sugieren la posible
Kleinman es preciso atender al hecho influencia de un artefacto
de que muchos de los pacientes de los administrativo o metodológico” (1991,
diferentes centros clínicos que p. 21).
participaron en la investigación fueron Por otra parte, hemos de
excluidos por no encajar con los remarcar también que, aún dentro de
criterios de selección. Esto indica la esta homogeneidad se encontraron
posibilidad de que la homogeneidad que interesantes divergencias
pareció hallarse en los cuadros transculturales. A modo de ejemplo, la
sintomatológicos de la muestra pueda mayoría de los casos de catatonia se
haber sido en verdad un artefacto hallaron en India y Nigeria. Otro 39
metodológico. Los pacientes que habían hallazgo inesperado fue que el curso de
quedado excluidos de la muestra fueron la esquizofrenia fue mejor para los
precisamente aquellos cuya pacientes de las sociedades menos
sintomatología expresaba mayor desarrolladas y peor para aquellos de
heterogeneidad. Si como criterio de las sociedades más desarrolladas. Es
inclusión en una muestra establecemos llamativo, observa Kleinman (1991), la
que los participantes de un estudio facilidad con que esta clase de
deben contar con un determinado rasgo diferencias tienden a ser desestimadas
X, posteriormente no habremos de o pasadas por alto en este tipo de
sorprendernos al hallar que los estudios.
participantes en cuestión poseen el
rasgo en base al cual se hizo la Factores socioculturales y diagnóstico
selección. Quizá sea consecuencia de clínico psiquiátrico
ello que, por lo general, los psiquiatras
no tengan problemas para diagnosticar Existe un sinnúmero de trabajos
a aquellos pacientes que cumplen a empíricos que sugieren que las
rajatabla con los criterios que los características culturales de los
manuales establecen como prototípicos pacientes como también de los clínicos,
de tal o cual trastorno. Cuando en influyen en el modo en que se realizan
cambio los pacientes manifiestan las elecciones diagnósticas y de

Revista CES Psicología. Volumen 2, Número 2, Julio-Diciembre de 2009. pp. 20-48


Dante Duero y Virginia Shapoff
EL CONFLICTO NOSOLÓGICO EN PSICOPATOLOGÍA: NOTAS CRÍTICAS SOBRE EL DIAGNÓSTICO
PSIQUIÁTRICO

tratamiento. Algunas de estas blancos. Más aún, se pudo observar que


investigaciones hallaron que la raza/ era menos frecuente diagnosticar
etnia de los pacientes influye depresión y distimia en niños hispánicos
negativamente en los juicios que en blancos. Los autores sugieren
diagnósticos. Por ejemplo, Fischer y que la percepción de los clínicos acerca
Millar (1973) encontraron que los del niño, basada en su propio marco
clínicos tendían a diagnosticar a cultural de referencia, pudo haber
pacientes negros con patologías más contribuido a encontrar tasas más altas
leves que a pacientes blancos. En de trastornos disruptivos de la conducta
contraste, Loring y Powell (1998) en niños negros y hawaianos nativos que
hallaron, al presentar a algunos clínicos en blancos. Según algunos autores (Loo
casos de pacientes con los mismos y Rappaport, 1998; Skiba, Knesting y
síntomas, que tendían a identificar a Bush, 2002; Weisz y McCarty, 1999)
clientes negros de sexo masculino con estas diferencias de diagnósticos y
trastornos más severos, que a clientes características clínicas podrían estar
blancos o de sexo femenino. Por su reflejando discrepancias “reales” en
parte, Pottick, Kirk, Hsieh y Tian (2007) cuanto a las tasas de prevalencia de
presentaron a psiquiatras, psicólogos y trastornos y síndromes clínicos, pero
asistentes sociales un número de también existe la posibilidad de que los
viñetas con casos clínicos de jóvenes niños de color sean sobrediagnosticados
negros, hispánicos y blancos con o subdiagnosticados.
síntomas de trastorno de la conducta, Como hemos venido diciendo,
con el fin de examinar de qué manera ocurre que la concepción psiquiátrica
la raza o la etnia de los clientes y las tradicional parte del supuesto de que el
características de los clínicos afectaban diagnóstico consiste en un proceso de 40
el diagnóstico. Los resultados reflejaron observación objetiva del paciente; que
que los evaluadores diagnosticaron nuestras observaciones son
trastornos mentales con menos representaciones más o menos directas
frecuencia a jóvenes negros e de la realidad y que nuestras
hispánicos que a jóvenes blancos. Al descripciones sintomáticas delimitan
parecer, los clínicos tendieron a juzgar entidades empíricas, es decir, cosas
los síntomas del grupo de jóvenes que hallamos en el mundo. La
blancos como expresión de un trastorno enfermedad mental sería, por lo demás,
mental, mientras que las conductas de un fenómeno de características
los grupos minoritarios (negros e universales, que resulta de una
hispanos) fueron concebidas como disfunción interna en el sistema
expresión de actitudes delictivas. nervioso y que se explica por las
En un estudio similar, Nguyen, propiedades biológicas de los
Arganza, Huang y Liao (2007) estudiaron organismos humanos. En contraposición
el efecto de la raza sobre el diagnóstico con esto, estamos señalando que
de trastornos mentales en niños y cualquier delimitación de lo que
adolescentes. Se halló que era más constituye un desorden mental contiene
probable diagnosticar trastornos componentes específicos (aunque no
disruptivos de la conducta en niños exclusivos) de la cultura. Nuestras
negros y hawaianos nativos que en niños concepciones acerca de la locura se

Revista CES Psicología. Volumen 2, Número 2, Julio-Diciembre de 2009. pp. 20-48


Dante Duero y Virginia Shapoff
EL CONFLICTO NOSOLÓGICO EN PSICOPATOLOGÍA: NOTAS CRÍTICAS SOBRE EL DIAGNÓSTICO
PSIQUIÁTRICO

originan, por tanto, en un dominio de sentido a lo que alguien hace o dice a


valores sobre la sociedad humana que partir de los vínculos que establecemos
forman parte de nuestras asunciones entre tales comportamientos y los
fundamentales respecto de la vida y la componentes restantes de la red. Dicho
muerte (Dixit, 2005; Turner, 2001). Lo marco sería, por lo demás, resultado de
que determina el que las acciones y la decantación de construcciones de
comunicaciones de una persona sean sentido común acerca de lo que se
consideradas o no expresión de consideran acciones típicas, acerca de
patología mental depende de si se cuáles serían los medios que nuestra
ajustan a lo que socialmente se comunidad aconseja con vistas a
considera normal y esperable. Y es que alcanzar ciertos objetivos y acerca de
la cultura conforma las experiencias y cuál sería el trasfondo de razones y
expresiones psicopatológicas motivos que permitirían justificarla. Lo
suministrando contenidos a los que en definitiva se supone conocido
pensamientos y los sentimientos; por todo el que comparta nuestro
prescribe asimismo cómo han de ser sistema de significatividades es el modo
nuestras interacciones, qué sería un de vida que los miembros del
estilo de vida saludable o cuáles las endogrupo consideran natural, bueno y
características dinámicas de nuestra correcto (Schütz, 1962).
comunidad; todos estos elementos Dentro del endogrupo, la mayoría de
serían clave para pensar el problema de los tipos personales y de los tipos de
la salud y la enfermedad mental. cursos de acción son presupuestos
(hasta que se pruebe lo contrario)
“Sistema de significatividades como un sistema de reglas y recetas
compartidos” que hasta ahora han resistido la 41
prueba y se espera que la resistan en
De acuerdo con Schütz (1962) el el futuro. Más aún, la pauta de
significado que atribuimos a una acción construcciones típicas es
es resultado de una actividad selectiva institucionalizada con frecuencia
e interpretativa que se ordena a partir como una norma de conducta,
de un “sistema de significatividades autorizada por las costumbres
compartido” con los miembros de la tradicionales y habituales (Schütz,
comunidad de la cual formamos parte. 1962, p. 48).
Como reconoce Ricoeur (2004), a De acuerdo con Schütz, nuestro
diferencia de un movimiento físico, una sentido común procura superar las
acción supone un entramado conceptual diferencias de perspectivas a fin de
en el que participa un agente con construir un esquema de racionalidad
intenciones, capaz de actuar con base compartida. Para ello se presupone el
en motivos y razones, cuyos propósitos principio de “intercambialidad de los
pueden o no ser satisfechos. La puntos de vista” (creemos que nuestro
posibilidad de volver significativas las semejante hará y verá las cosas de una
conductas propias y de nuestros forma semejante a nosotros; que si
semejantes se ancla, por tanto, en cambiamos nuestro lugar con el suyo,
nuestra competencia para activar una veremos las cosas de forma parecida a
red conceptual compleja que otorga él) junto con el principio de

Revista CES Psicología. Volumen 2, Número 2, Julio-Diciembre de 2009. pp. 20-48


Dante Duero y Virginia Shapoff
EL CONFLICTO NOSOLÓGICO EN PSICOPATOLOGÍA: NOTAS CRÍTICAS SOBRE EL DIAGNÓSTICO
PSIQUIÁTRICO

“congruencia de los sistemas de del endogrupo; a que las acciones del


significatividades” (en tanto no se sujeto no pueden ser provistas de
demuestre lo contrario, presuponemos sentido (se han suspendido las
que las diferencias de perspectivas idealizaciones de “intercambiabilidad”
originadas en nuestras situaciones y de “congruencia de sistema de
biográficas exclusivas no son significatividades”) y debido a ello se
significativas para el propósito ha perdido la posibilidad de predecir y
particular que perseguimos). Si explicar “racionalmente” (en el sentido
logramos comunicarnos exitosamente, que lo toma este autor) la conducta con
de modo tal que nos resulta base en “razones”, “proyectos” o
relativamente sencillo predecir cuáles “intenciones” (siguiendo las
serán los comportamientos y prescripciones establecidas por el
comunicaciones próximas de nuestro endogrupo); que en definitiva hay una
interlocutor, presuponemos que nuestro dificultad para pensar las conductas del
conjunto de conjeturas funciona llamado paciente, como “acciones
correctamente. O sea, presumimos que significativas” y a éste como un sujeto
nuestro interlocutor se guiará por responsable capaz de autorregular sus
determinadas estructuras de acciones de forma voluntaria. Es decir:
significatividades expresadas en un supone la implicación de tales
conjunto de motivaciones más o menos “esquemas precomprensivos” (Schütz,
constantes que conducen a ciertas 1962) junto con una valoración respecto
pautas de acción también típicas. Es a del grado de distanciamiento de un
partir de estas idealizaciones o individuo respecto de tales marcos de
construcciones tipificadoras que inteligibilidad. Todo esto supone, a su
ordenamos los comportamientos propios vez, un conocimiento profundo del 42
y de nuestros semejantes, insertándolos contexto social que configura los
en un marco de motivos y razones significados y el conjunto de
típicos para actuar, lo cual hace que las prescripciones canónicas de cada
acciones sean significativas y comunidad. Sin estos elementos esta
predecibles. Este “sistema de clase de valoración se vuelve inviable.
significatividades” se encuentra
implícitamente incorporado a una CONCLUSIONES
forma narrativa de configurar la
experiencia. Lamentablemente la psiquiatría
En la clínica, el diagnóstico de un ha sostenido demasiadas veces la idea
trastorno mental requiere una de que los conceptos nosológicos
comparación de la clase de esquemas designan o refieren a propiedades o
descritos por Schütz y la suposición de entidades; es decir, prevalece la
que, con respecto a cierta persona, es concepción agustiniana del lenguaje,
preciso abandonar algunos o todos estos según la cual las palabras nombran
supuestos. Ello debido a que: no posee objetos o propiedades y por ende cada
un sistema de significatividad o bien expresión tiene un significado que está
éste se halla disminuido; a que dicho dado por su correspondencia con alguna
sistema de significatividad no se ha entidad del mundo. Tal concepción,
establecido a partir de las tipificaciones que como reconociera Wittgenstein, se

Revista CES Psicología. Volumen 2, Número 2, Julio-Diciembre de 2009. pp. 20-48


Dante Duero y Virginia Shapoff
EL CONFLICTO NOSOLÓGICO EN PSICOPATOLOGÍA: NOTAS CRÍTICAS SOBRE EL DIAGNÓSTICO
PSIQUIÁTRICO

adecua parcialmente al aprendizaje de personas formamos parte. En tal


significado de palabras como “mesa” o sentido, dependen de consideraciones
“silla”, desatiende el lugar que juegan tanto médico-psicológicas, como
en la lengua la denominación de antropológicas, filosóficas, jurídicas y
acciones y propiedades, así como hasta morales.
también a lo que sencillamente Y es que, a diferencia de lo que
constituyen funciones o modos de uso ocurre en otras ramas médicas, el
del lenguaje (Gergen, 2005). En lenguaje psiquiátrico se caracteriza por
psicopatología esto conlleva a que se apelar de forma implícita a marcos
hayan intentado asociar los criterios canónicos sobre lo que son agentes,
sintomatológicos que identifican modos acciones, motivos y razones típicos, así
de funcionamiento social con diferentes como significados compartidos sobre
enfermedades o trastornos nuestras acciones y relaciones. La
subyacentes. En el fondo prevalece una caracterización psiquiátrica de los
concepción esencialista acerca de los comportamientos como
síntomas y la enfermedad. Como hemos “extravagantes” o “bizarros”; de los
dicho, creemos que es un problema lenguajes como “incomprensibles”; y de
asumir que los trastornos mentales los pensamientos como “obsesivos”,
constituyen clases naturales y los “ilógicos” o “delirantes” nunca es
síntomas, signos de aquellas. Por posible si no se hace referencia a tales
supuesto que no estamos con esto marcos. Toda valoración psiquiátrica
diciendo que se trate de conceptos contiene siempre componentes que
absolutamente arbitrarios, ni tampoco definen y delimitan lo que es
que detrás de un cuadro como el que comprensible o incomprensible,
presenta un esquizofrénico no vaya uno racional o irracional, compulsivo o 43
a hallar un funcionamiento cerebral elegido en términos de principios
anormal11. Lo que hemos de reconocer canónicos y significados compartidos
es que los criterios y categorías (Horwick, 2002).
diagnósticas conforman, antes que La labor psiquiátrica no puede
nada, nociones útiles para ciertas por ello desprenderse de estos marcos
prácticas, que poseen su justo valor configuradores sino que los requiere
cuando se las aplica teniendo en cuenta para volver significativa su propia
los marcos de significados y los práctica. Esto es algo sobre lo cual es
contextos específicos de los que las preciso reflexionar de forma
concienzuda a fin de precisar cuáles son
11
los alcances de la disciplina. Con
Creemos que en la actualidad ningún científico serio
podría poner en duda el absoluto compromiso que existe
nuestro trabajo hemos intentado
entre el funcionamiento de nuestro cerebro y cualquier ofrecer algunas aristas en relación con
variación (por mínima que sea) en nuestro comportamiento y la problemática.
nuestra experiencia. Para decirlo una vez más: lo que
cuestionamos en este trabajo es que sea posible arribar a un
adecuado diagnóstico psiquiátrico sin tener en cuenta
consideraciones que suponen el empleo de criterios
vinculantes, que se asocian al contexto y dependen de
marcos prescriptivos aceptados por la comunidad de la cual
el enfermo forma parte. Lo que discutimos, en definitiva, es
que este tipo de consideraciones puedan ser asimiladas con
lo que pudieran ser tan sólo signos de alguna forma de
disfunción cerebral.

Revista CES Psicología. Volumen 2, Número 2, Julio-Diciembre de 2009. pp. 20-48


Dante Duero y Virginia Shapoff
EL CONFLICTO NOSOLÓGICO EN PSICOPATOLOGÍA: NOTAS CRÍTICAS SOBRE EL DIAGNÓSTICO
PSIQUIÁTRICO

REFERENCIAS
Alaner, Y.O., Räkköläinen, V., Laakso, J., Rasimus, R. y Kaljonen, A. (1986). Towards
Need-Specific Treatment of Schizophrenic Psychoses. Heidelberg, Germany:
Springer- Verlag.

Angst, K y Preisig, M. (1995). Outcome of a clinical cohorte of unipolar, biopolar and


schizoaffective pasients results from a prospective study from 1959 to 1985.
Schweiz Arch Neurol. Psychiatr, 146, 17-23.

American Psychiatric Association. (1995). Manual diagnóstico y estadístico de los


trastornos mentales (4° ed.). Barcelona: Masson.

Andersen, N.C., Swayze, V.W., Flaum, M, Yates, W.R., Arndt, S. y Mc Chesney, C.


(1990). Ventricular enlargement in schizophrenia evaluated with computed
tomographic scanning. Effects of gender, age and stage of illnness. Archives of
General Psychiatry, 47, 1008-15.

Baumester, R. F. y Newman, L. S. (1994). How stories make sense of personal


experiencie: motives that shape autobiographical narratives. Personality and
Social Psychology Bulletin, 20, 6, 676-90.

Breggin, P. 1990: Brain damage, dementia and persistent cognitive dysfunction


associated with neuroleptic drugs. Evidence, etiology and implications. Journal 44
of Mind and Behaviour, 11, 425-464.

Boyle, M. (2002). It´s all done with smoke and mirrors. Or, how to create the illusion
of a schizophrenic brain disease. Clinical Psychology, 12, 9-16.

Canguilhem, G. (1979). Lo normal y lo patológico. Buenos Aires: Editorial Siglo XXI.

Canguilhem, G. (1988). Ideología y racionalidad en la historia de las ciencias de la


vida. Buenos Aires: Amorrortu.

Cohen, B. MZ. (2008). Mental Health User Narratives. Berlin: Humboldt Universität zu
Berlin. Paglgrave Macmillan.

Crow, T. J. (1986). The continuum of psychosis and its implication for the structure of
the gene. Br. J. Psychiatry 149, 385-402.

Cunningam Owens, C.D.G. (2000). The challenges of diagnosis and contiuning patient
assessment. International Journal of Psychiatry in Clinical Practice, 4,(suppl 1),
513-518.

Dixit, S. (2005). Meaning and Explanation of Mental Illness: A Social Representations


Approach. Psychology Developing Societies, 17(1),1-18.

Revista CES Psicología. Volumen 2, Número 2, Julio-Diciembre de 2009. pp. 20-48


Dante Duero y Virginia Shapoff
EL CONFLICTO NOSOLÓGICO EN PSICOPATOLOGÍA: NOTAS CRÍTICAS SOBRE EL DIAGNÓSTICO
PSIQUIÁTRICO

Dwork, A. J. (1997). Postmortem studies of the hippocampal formation of


schizophrenia. Schizophr. Bull, 23, 285-402.

Ey, H. (2008). Estudios Psiquiátricos. Tomo I. Buenos Aires: Editorial Polemos.

Fischer, J., y Miller, H. (1973). The effects of client race and social class on clinical
judgments. Clinical Social Work Journal, 1, 100-109.

Foucault, M. (2006). Enfermedad mental y personalidad. Barcelona: Paidós.

Foucault, M. (1998). Historia de la locura en la época clásica. México: Fondo de


Cultura Económica.

Foucault, M. (2003). El poder psiquiátrico. México: Fondo de Cultura Económica

Gergen, K. (2005). Si las personas son textos. En Gilberto Limón Arce (Ed.). Terapias
Posmodernas. Mexico: Editorial Pax.

Gomme, R. (1996). Mental health and inequality. En T. Heller, J. Reynolds, R.


Gomme, R. Muston y S. Pattison (eds). Mental Health Matter: A reader. London:
Macmillan.

Hyman, S.E. (2005). Prefacio a Avances en el DSM. Barcelona: Masson.

Harding, C. M; Brooks, G. M.; Ashikaga, T. Strauss, J.S. and Breier, A. (1987). The
vermont longitudinal study of patients with severe mental ilness. Parts 1 and 2. 45
American Journal of Psychiatry 1, 194-209.

Hecker, S. (1997). Neuropatology of schizophrenia: cortex, thalamus, basal ganglia


and neurotransmitter-specific projection sustem. Schizophr. Bull, 23, 403-21.

Horwick, A. V. (2002). Creating Mental Illness. Chicago: University Chicago Press.

Johnstone, EC; Crow, TJ, Frith CD et. al. (1988). Tunhe Northwick Park `functional’
psychosis study: diagnosis and treatment response. Lancet 2, 119 – 25.

Kendell, R. E. y Gourlay, J. (1979). The clinical distinction between affective


psychoses and schizophrenia. Br. J. Psychiatry, 117, 261-266.

Kleinman, A. (1991). Rethinking Psychiatry. New York: The Free Press.

Lader, M.H; Ron, M y Petursson, H. (1984). Computed axial brain tomography in long-
term benzodiazepine users. Psychological Medicine, 14, 203-206.

Lee, A.S. y Murray, RM. (1988). The long-term outcome of the Maudesley depressive.
Br. J. Psychiatry 153, 741-51.

Revista CES Psicología. Volumen 2, Número 2, Julio-Diciembre de 2009. pp. 20-48


Dante Duero y Virginia Shapoff
EL CONFLICTO NOSOLÓGICO EN PSICOPATOLOGÍA: NOTAS CRÍTICAS SOBRE EL DIAGNÓSTICO
PSIQUIÁTRICO

Lewis, S. W. (1990). Computerised tomography in schizophrenia 15 years on. British


Journal of Psychiatry, 157(suppl 9), 16-24.

Laplantine, F. (1999). Antropología de la enfermedad. Buenos Aires: Ediciones del Sol.

Lin T.D. y Lin, M. C. (1982). Love, denial and rejection: Responses of Chinese families
to mental illness. En A. Kleinman y T.Y. Lin (Eds.), Normal and Abnormal
Behavior in Chinese Culture. Dordrecht, Holland: D. Reidel, pp. 287-401.

Lee, A.S. y Murray, RM. (1988). The long-term outcome of the Maudesley depressive.
Br. J. Psychiatry 153, 741-51.

Littlewood, R. Y Lipsedge, M. (1987). The butterfly and the sepent: Cultue,


psychopatology and biomedicine. Culture, Medicina and Psychiatry 11, 289-336.

Loo, S.K., y Rappaport. (1998). Ethnic variations in children’s problem behaviors: A


cross-sectional, developmental study of Hawaii school children. Journal of Child
Psychology and Psychiatry, 39, 567-575.

Loring, M., y Powell, B. (1998). Gender, race, and DSM-III: A study of the objectivity of
psychiatric diagnostic behavior. Journal of Health and Social Behavior, 29, 1-
22.

Mc Intosh A. Forrester, A. Lawrie S. M. et al. (2001). A factor modelo of the functional


psychoses and the relationship of factor to clinical variables and the brain
morphology. Psychol. Med. 31, 159-71. 46

Matsuura, M., Adachi, N., Yasunori, O., Okubo, Y., Kato, M., Nakano, T. y Takei, N.
(2004). A polydiangostic and dimensional comparison of epileptic psychoses and
schizophrenia spectrum disorders. Schizophrenia Research, 69, 189-201.

Mc Gorty, P.D. (2000). The nature of schizophrenia. Signposts to prevention.


Australian and New Zeeland Journal of Psychiatry, 34(suppl), 14-21.

McGlashan, T. H. y Johannessen, J. O. (1996). Early detection and intervention with


schizophrenia rationale. Schizophrenia Bulletin, 22, 201-22.

Misra, G. Prakash, A. (1999). Psychology in India: Perception and perspectivas.


Psychology and Developing Societies, 11 (1), 26-53.

Nguyen, L., Arganza, G. F., Huang, L. N., y Liao, Q. (2007). The influence of Race and
Ethnicity on Psychiatric Diagnoses and Clinical Characteristics of Children and
Adolescents in Children’s Services. Cultural Diversity and Ethnic Minority
Psychology, 13(1), 18-25.

Oquendo, M; Ellis, S. P. Greenwald, S., Weissman, M. Mann, J. (2000). Suicidio en


depresión mayor y diferencias étnicas. I Congreso Virtual de Psiquiatría 1 de

Revista CES Psicología. Volumen 2, Número 2, Julio-Diciembre de 2009. pp. 20-48


Dante Duero y Virginia Shapoff
EL CONFLICTO NOSOLÓGICO EN PSICOPATOLOGÍA: NOTAS CRÍTICAS SOBRE EL DIAGNÓSTICO
PSIQUIÁTRICO

Febrero - 15 de Marzo 2000. Conferencia 36-CI-B: [10 pantallas]. Recuperado el


16 de octubre de 2000, de:
http://www.psiquiatria.com/congreso/mesas/mesa36/conferencias/36_ci_b.ht
m.

Plessner, H. (1970). Laughin and Crying. A Study of the Limits of Human Behavior.
Evanston, IL: Norsthwestern University Press.

Pottick K. J., Kirk, S.A., Hsieh D. K., y Tian X. (2007). Judging mental disorder in
youths: Effects of client, clinician, and contextual differences. Journal of
Consulting and Clinical Psychology, 75(1), 1-8.

Razzouk, D. de Jesus M., Shirakawa, I. Wainer, J. y Sigulem, D. (2006). How do


experts recognize schizophrenia; the role of the disorganization symptom; Rev.
Bras. Psiquiatr, 28(1), 5-9.

Ricoeur, P. (2004). Tiempo y Narración. Tomo 1. México: Siglo XXI Editores.

Schütz, A. (1962). El problema de la realidad social. Buenos Aires: Amorrortu.

Shwandt, Thomas. (2000). Three Epistemological Stance for Qualitative Inquiry. En:
Norman K. Denzin y Ivonna S. Lincoln (Eds.). Handbook of Qualitative Research.
London: Sage Publications, Inc.

Skiba, R.J., Knesting K., y Bush, L. D. (2002). Culturally competent assessment: More
than nonbiased tests. Journal of Child and Family Services, 11, 61-78. 47

Sohler, N. I. y Bromet, E. J. (2003). Does racial bias influence psychiatric diagnosis


assigned at first hospitalization?. Soc. Psychiatry Psychiatric Epidemiol., 38,
463-472.

Towsend, J.M. (1978). Cultural conceptions of Mental Illness. Chicago: University of


Chicago Press.

Tzuang, M.T., Stone, W. Tarbox, S. Y Faraone, S. (2005). Aportaciones de la


neurocienciaal concepto de esquizotaxia y al diagnóstico de esquizofrenia. En
Katherine A. Phillips, Michael B. First y Harold Alan Pincus (Eds.). Avances en el
DSM. Madrid: Masson.

Van Os, J; Fahy, T. A., Jonnes, P. et. al. (1996). Psychopathological síndromes in the
funcional psychoses: associations with course and outcome. Psychol Med 26,
161-76.

Waxler, N. (1977). Is outcome for schizofrenia better in non-industrialized societies.


Journal of Neurvous and Mental Disease 167, 144-158.

Revista CES Psicología. Volumen 2, Número 2, Julio-Diciembre de 2009. pp. 20-48


Dante Duero y Virginia Shapoff
EL CONFLICTO NOSOLÓGICO EN PSICOPATOLOGÍA: NOTAS CRÍTICAS SOBRE EL DIAGNÓSTICO
PSIQUIÁTRICO

Weisz J. R., y McCarty, C. A. (1999). Can we trust parent reports in research on


cultural and ethnic differences in child psychopathology? Using the bicultural
family design to test parental culture effects. Journal of Abnormal Psychology,
4, 598-605.

Yap, P. M. (1951). Mental disases peculiar to certain cultures. A survey of comparative


psychiatry. Journal of Mental science, 97, 313-327.

Artículo recibido: septiembre de 2009


Artículo aceptado: noviembre de 2009

48

Revista CES Psicología. Volumen 2, Número 2, Julio-Diciembre de 2009. pp. 20-48

También podría gustarte