Está en la página 1de 2

Barrabás o Jesús ¿A quién escoges?

« ¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás, o a Jesús, llamado el


Cristo?» (Mateo 27:17)

(1) Pero Pilato es tomado por una estremecedora sorpresa:


«Suéltanos a Barrabás», grita la multitud.

(2)Barrabás podría explotar a sus compatriotas, pero no amenazaba


gobernar la vida de cualquier persona. Por otro lado, Jesús presentó
un reino que gobernará desde adentro hacia afuera. Sin imposición,
conducción a una lealtad superior a la vida y la muerte.

(3)Aquí tenemos el ejemplo más perfecto del principio de sustitución.


La historia Barrabás es la historia de la salvación a través de la muerte
de Jesucristo. Su nombre, «Bar Abba» significa «hijo de padre». Al
igual que él, todos nosotros, hijos del padre Adán, somos culpables de
rebelión y sedición en contra de Dios, ladrones de Su gloria, asesinos
de nosotros mismos y de otros, presos del pecado. Barrabás, en el
corredor de la muerte, a la espera de la ejecución. Él debe de haber
mirado las palmas de sus manos, preguntándose cómo sería el dolor
de los clavos rasgando su carne, rasgando el cartílago y los huesos.
Entonces oyó el ruido siniestro de la llave que abre la pesada puerta
de hierro. Oyó los pasos de los guardias. «Ha llegado mi hora», pensó.
Su cabeza estaba pesada y confusa.

Le pareció oír su nombre gritado por la gran multitud. No sabía


exactamente lo que estaba pasando todavía. Asombrado, escuchó
que estaba libre, «Podía ir a casa.»

En substitución: Jesús tomó nuestro lugar. Él fue hecho pecado para


que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios.
Más de dos mil años después, miles de personas siguen eligiendo
mal. La naturaleza humana es la misma que en aquel día terrible en el
que la frenética multitud se volvió contra Jesús y gritó: «¡Crucifícalo!».
Elegir el mundo o a Cristo. ¿Por qué las personas tienden a preferir la
oscuridad a la luz? Este hecho nos habla acerca de la realidad de
nuestra naturaleza caída, y sobre nuestra necesidad de entregarnos
totalmente al Señor. Los cristianos modernos necesitan tomar
decisiones similares. Y Jesús, el Mesías debe ser nuestra elección.
Estimado amigo, agradezca a Dios por tan grande sacrificio, acepte
esta salvación gratuita que Él ofrece y no se olvide: Jesús dio su vida,
murió la muerte eterna en su lugar y el mío. La cruz no era de Él. Era
de Barrabás, era suya, era mía…

También podría gustarte