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Categorías Granulométricas
Arena muy gruesa 2,00 – 1,00 mm
Arena gruesa 1,00 – 0,50 mm
Arena media 0,50 – 0,25 mm
Arena fina 0,25 – 0,125 mm
Arena muy fina 0,125 – 0,06 mm
Tabla 1: Clasificación de las arenas de acuerdo al tamaño de los granos
Las dunas se forman a partir de las arenas que se desplazan desde la playa
debido al viento, las que pueden llegar a ella desde varios lugares. Uno de los
principales agentes que explican la presencia de las arenas en las playas es la
deriva litoral, una lenta corriente de agua paralela al borde costero, formada
porque las olas llegan inclinadas respecto de la orientación de la línea de costa,
la que transporta las arenas desde la desembocadura de un curso de agua,
que se constituye en la principal fuente de abastecimiento de arenas a las
playas (Castro, 1985). Los promontorios rocosos obstaculizan la deriva litoral, y
con ello el tránsito de los sedimentos, determinando áreas de fuerte
sedimentación de dunas (Fuenzalida, 1956). Las olas al reventar contra costas
rocosas o acantiladas las desgastan generando partículas pequeñas que luego
sirven de abastecimiento a la playa. Vientos desde el interior del continente
pueden llevar arenas a la orilla del mar, o por otro lado ellas pueden ser
aportadas por las olas desde la plataforma continental. (Figura 1)
Figura 1: Presupuesto sedimentario, origen de las arenas que llegan versus las arenas que se
van desde una playa.
Las dunas se forman a partir de la arena que mueve el viento desde la playa
hacia el interior, ya sea por suspensión (flotando en el aire), por reptación
(rodando por la superficie) o bien por saltación (Bagnold, 1941).
La deflación, que es la capacidad que posee el viento de mover la arena,
depende entre varios factores de la velocidad del flujo de aire, de la pendiente y
rugosidad de la playa, de la granulometría de los granos y del contenido de
humedad de la arena. A modo de ejemplo, una arena seca de 0,2 a 0,3 mm
inicia su movimiento con un viento de velocidad de 5 a 6 m/s, (viento grado 4
en la escala de Beaufort). Por otro lado, estudios realizados en las costas
francesas demostraron que con un viento de 7 m/s se desplazan 10 kg de
arena por metro lineal de playa por hora los que aumentan a más de 100 kg de
arena con un viento de 12 m/s durante el mismo tiempo (Paskoff, 1994).
El rol de la vegetación
Las dunas constituyen un hábitat muy repulsivo para la instalación de
vegetación, ellas sostienen un ambiente caracterizado por un sustrato de arena
suelta, seca, inestable y con escasos nutrientes (Ramírez, 1992). Por otro lado,
las plantas deben soportar un ambiente salino, con una arena que se calienta
mucho y que además deben resistir el golpeteo de los granos que por saltación
impactan sobre sus hojas y tallos.
Figura 2: Nebkas
Figura 3: Anteduna
Una tercera categoría son las llamadas dunas libres. Debido a la ausencia de
vegetación, estas dunas se mueven y desplazan pudiendo sepultar terrenos
productivos. Se alimentan de la arena que no puede retener la vegetación de la
anteduna, encontrándoseles separadas de ella por un espacio plano que sirve
de tránsito a la arena, conocido como depresión interdunaria. Existen dos tipos
de dunas libres. Los barjanes (Figura 4), son dunas con forma de media luna,
en la que sus cuernos se orientan en la dirección del flujo de viento
predominante, presentan una ladera suave a barlovento (5-10º) y un frente
abrupto a sotavento (30-33º). Son dunas muy rápidas que pueden avanzar
incluso algunas decenas de metros por año.
Geomorfología
Las dunas colgadas de Concón se encuentran sobre una terraza marina que se
extiende sobre el nivel del mar entre unos 25 m y 80 m (Castro & Andrade,
1990). Esta terraza finaliza en un acantilado muerto frente al océano, separado
de él por una terraza rocosa baja (Paskoff et al. 2002) sobre la cual revientan
las olas. (Figura 8)
Figura 8: Las dunas colgadas de Concón, fotografía y perfil geomorfológico
Los acantilados son quiebres verticales del terreno, elaborados por la acción
erosiva del mar, y que pueden encontrarse o no en contacto con el oleaje
actual. En el primer caso son acantilados vivos que evolucionan retrocediendo
paralelamente a la línea de costa. A los segundos se les denomina acantilados
muertos; estos últimos se encuentran a menudo poblados con vegetación, y
comúnmente con una pendiente menor a la vertical: son formas estabilizadas.
Figura 10: Mapa geomorfológico de las dunas Colgadas de Concón (Castro & Andrade, 1990.
modificado)
Una segunda generación de dunas más antiguas, de probable edad
pleistocénica, se encuentran estabilizadas con vegetación hacia el interior, al
este de la avenida Reñaca – Concón, poniéndose en contacto con terrazas
marinas más altas en el área. Estas dunas han perdido su originalidad, por lo
que no muestran formas nítidas Araya-Vergara indica que corresponden a
arenas de aspersión eólica que presentan suelos relativamente evolucionados,
que ha indicado pertenecientes al paisaje muy antiguo (Araya-Vergara, 1997).
Para el caso de las dunas colgadas de Concón, se cuenta con los análisis
efectuados por Paskoff et al. (2002) sobre dos muestras de arena. Se concluye
la dominancia de arena fina, muy bien clasificada y sin carbonato de calcio. El
examen morfométrico sobre los granos de cuarzo indica un desgaste débil,
producto de un breve transporte. Petrográficamente, predominan las arenas
feldespáticas, con componentes líticos (andesitas) y monominerales (cuarzo y
plagioclasa principalmente). Se deduce un origen local producto de la erosión
de las rocas de la Cordillera de la Costa, su evacuación al mar por los esteros
de Viña del Mar y Reñaca y su posterior transporte hacia el norte por la deriva
litoral, acumulándose en antiguas playas hoy inexistentes y luego movilizadas
por el viento hasta su actual posición.
En segundo lugar, las dunas colgadas presentan una alteración débil de las
arenas que contrastan con las arenas de las dunas más antiguas que se
encuentran más al interior, que se presentan más alteradas y con el desarrollo
de paleosuelos rojos, características que se explican por los efectos de las
épocas pluviales del pleistoceno. La última época pluvial que ocurrió en la
costa de Chile central se desarrolló entre los 28.000 y 12.000 años AP
(Heusser, 1989), ello significa que las dunas colgadas de Concón se formaron
en un periodo en el que predominaron condiciones climáticas áridas que
favorecieron una importante actividad eólica.
Entre 10.000 y 7.000 años AP, el nivel del mar se encontraba unos 120 m más
abajo que su posición actual, dejando al descubierto anchas playas que
facilitaron la acción deflatoria del viento, permitiendo a las arenas formar un
campo de dunas libres, escalar el acantilado, e instalarse y desarrollarse sobre
la terraza. Posteriormente entre 6.000 y 4.000 años AP, el nivel del mar subió
alcanzando la base del acantilado, cubriendo las playas y con ello
deteniéndose la alimentación arenosa de las dunas que se encontraban sobre
la terraza, las que se transformaron en colgadas y relictas. Finalmente el nivel
del mar bajó ligeramente hasta ocupar su actual posición, dejando al
descubierto una plataforma rocosa angosta y baja sobre la que se forman
pequeñas playas incapaces de alimentar en arenas a las dunas (Figura 11)
Figura 11: Origen de las dunas colgadas de Concón
Diversos han sido los usos o actividades que el hombre ha realizado sobre los
sitemas dunarios, desde el punto de vista de la geomorfología, encontramos
tres aspectos interesantes
Los métodos más efectivos utilizan plantas que se adaptan muy bien al
ambiente arenoso como Ammophila arenaria, Lupinus arboreus y Ginesta
hispánica y que tienen como fin por un lado detener la arena, reducir la
deflación y proporcionar materia orgánica para formación de suelo. Las
experiencias desarrolladas en Chile aconsejan limitar el aporte de arena desde
la playa creando una duna artificial que toma el aspecto de muro, la
estabilización de las dunas vivas con una vegetación herbácea y finalmente
una forestación, que asegura el control total de la arena. (Vita & Cogollor, 1980)
La protección de los espacios dunarios
Se estima que alrededor del 70% de la población mundial vive a menos de 50
km de las líneas costeras continentales. Un reflejo de esto es la tendencia
mundial de la expansión de las actividades y usos del suelo residencial,
turístico o industrial, que compiten por un litoral restringido espacialmente, y
que van paulatinamente ahogando los espacios naturales disponibles. El caso
de Concón es un modelo de ello: la urbanización avanza rápidamente sobre las
dunas.
Desde otro punto de vista, en Chile, varias de las unidades costeras del
Sistema Nacional de Areas Silvestres Protegidas del Estado, (SNASPE)
mantienen interesantes sistemas dunarios. Se destacan los barjanes de la
Reserva Nacional el Yali, al sur de la localidad de Santo Domingo, en la V
Región de Valparaíso; las dunas forestadas con especies exóticas de la
Reserva Nacional Laguna Torca, algunos kilómetros al sur de Pichilemu, en la
VI Region del Libertador General Bernardo O’Higgins. Las dunas fijadas de la
Reserva Nacional Federico Albert, contiguas a la localidad de Chanco, en la VII
Región del Maule y las dunas vivas del Parque Nacional Chiloé en la X Región
de los Lagos.
Bibliografía
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Boletín Técnico, Facultad de Ciencias Forestales, Universidad de Chile, 60, 30-
67.
FUERZA VIENTO EN CARACTERISTICAS DEL MAR ALTURA OLAS TERMINO
NUDOS EN METROS DESCRIPTIVO
0 <1 La mar está como un espejo. -- Llana
1 1-3 Empieza a rizarse la mar, pero sin ninguna espuma. 0,1 (0,1) Llana
2 4-6 Olas pequeñas, pero más acusadas sin romper aún. 0,2 (0,3) Llana
3 7 - 10 Olas algo mayores, cuyas crestas comienzan a 0,6 (1,0) Rizada
romper, semejando algunos borreguillos dispersos.
4 11 - 16 Las olas se hacen más largas. Borreguillos 1,0 (1,5) Marejadilla
francamente numerosos.
5 17 - 21 Olas moderadas, claramente más alargadas. Gran 2,0 (2,5) Marejada
abundancia de borreguillos; eventualmente algunos
rociones.
6 22 - 27 Olas grandes comienzan a formarse. Las crestas de 3,0 (4,0) Marejada - Gruesa
espuma blanca se extienden por todas partes.
Aumentan los rociones.
7 28 - 33 La mar engruesa. La espuma blanca que proviene de 4,0 (5,5) Gruesa
las rompientes de las crestas empieza a ser arrastrada
en la dirección del viento, formando nubecillas.
8 34 - 40 Olas de altura media y mas alargadas. Del borde 5,5 (7,5) Muy Gruesa
superior de las crestas comienzan a desprenderse
rociones en forma de torbellinos. La espuma es
arrastrada en nubes blancas orientadas en la dirección
del viento.
9 41- 47 Olas gruesas; la espuma es arrastrada en nubes 7,0 (10,0) Arbolada
espesas. La mar empieza a gruñir. Los rociones
dificultan la visibilidad.
10 48 - 55 Olas muy gruesas, con grandes crestas 9 (12,5) Montañosa
empenachadas. La espuma se aglomera en grandes
bancos y se arrastra en la dirección del viento en
forma espesa. En su conjunto la superficie del mar
parece blanca. El gruñido de la mar se vuelve intenso
y empiezan a oirse golpes sordos. La visibilidad se
reduce.
11 56 - 63 Olas excepcionalmente grandes (los buques de 11,5 (16) Confusa
pequeño y mediano tonelaje pueden perderse de
vista). La mar está completamente cubierta de bancos
de espuma blanca extendida en la dirección del viento.
Se reduce aún más la visibilidad.
12 64 o más El aire está lleno de espuma de rociones. La mar está 14 (--) Confusa
completamente blanca debido a los bancos de
espuma. La visibilidad es muy reducida.
Fuente: Canadian Meteorological Center, Meteorological Service of Canada
Esta tabla está concebida para que sirva únicamente de guía a fin de indicar grosso modo las
condiciones que puede esperarse encontrar en alta mar, lejos de las costas. No debe usarse
nunca en forma inversa, es decir, para determinar el estado del mar, bien sea para
consignarla en el cuaderno de bitácora o para indicarlo.
En los mares interiores, o cerca de las costas, con viento de tierra, la altura de las olas será
menor pero las olas serán más empinadas.
Las cifras que aparecen entre paréntesis indican la altura máxima probable de las olas.
Las olas de mar de fondo no son incluidas dentro de esta clasificación por tener un proceso
de formación diferente