Está en la página 1de 3

Bosquejo de predicación

Tema Central: El Amor

Tema puntual del Sermón: El Vestido de los Escogidos de Dios!

Ud es o se considera un Escogido de Dios?

¿Estas claro cuál debe ser su vestidura?

¿Cómo reacciona usted cuando ve a un policía vistiendo su uniforme? ¿o un Militar, o a un


Médico? ¿No es cierto que inmediatamente infunde respeto? ¿Se ha puesto a pensar lo que
significa ponerse el vestido de un escogido de Dios? No es un vestido cualquiera. El que no ha sido
salvo por no haber aceptado a Jesucristo en su corazón, no posee ese vestido, en todo caso él
tiene el vestido del viejo hombre.

El vestido de un escogido de Dios ha sido diseñado por el mismo Dios, no es temporal como el que
le hizo a Adán y a Eva cuando pecaron contra él, sino un vestido con el que refleja su santidad, su
compasión, su tolerancia, pero, sobre todo, el vestido del amor; lo más importante para un
escogido de Dios.

Texto Bíblico central: Colosenses 3: 12-14 12Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y
amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia;
13soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De
la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. 14Y sobre todas estas cosas
vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.”

Preámbulo o Introducción

He aquí una poderosa razón que debe motivarnos a adquirir las virtudes de Cristo. Somos
amados por Dios a pesar de ser tan pecadores (Romanos 5:8). Y hemos sido amados por Dios
para que ahora tengamos la capacidad de amar a otros. Por cierto, no somos dados a amar de
una manera natural y espontánea, porque poseemos una naturaleza egoísta. Pero el ser
reconocido por Dios bajo esta manera nos coloca en la posición más elevada con la que Dios nos
ha distinguido.

Dios es amor…… El amor es…… no muere………. No deja de ser……… No pone condiciones……….


No se aprovecha ni busca lo suyo……. El amor de Dios es ilimitado (ancho, profundidad, altitud y
sobrepasa todas las dimensiones……..

Juan 3:16,

Señales que identifican que estamos portando una vestidura propia de un cristiano:

1. Asumir en plenitud una vida de santidad.

Un cristiano debe manifestar los frutos del amor en su vivir, asumir ese proceso de
transformación, renovación y liberación de su mente, conforme a lo señalado por el
apóstol Pablo cuando nos dice que debemos transformar nuestra mente, si bien es cierto
que cuando aceptamos a Cristo en nuestro corazón hay un nacimiento nuevo en nuestro
espíritu, la mente debe ser renovada, transformada y Liberada. Este proceso que engloba
el termino “Despojaos” es clave en nuestras vidas para llegar a reconocer aquellas cosas
que habían en nosotros y que debemos dejar….. este es el primer gran paso para que
podamos manifestar la humildad, mansedumbre, paciencia, obediencia, subordinación y
por consiguiente misericordia. Un cristiano debe alienar su voluntad a la voluntad de
Cristo (la cual es buena, es agradable y perfecta).

2. Mostrar a Cristo en nuestro andar……. Vivir una vida de perdón…..

Para esta segunda señal se puede señalar una palabra clave que debemos aplicar a
nuestras vidas, y esta es la palabra “imitadores”, esta palabra la encontramos en los
siguientes versículos de la Biblia: 1ª Corintios 11:1; Efesios 5:1; Filipenses 3:17; 1ª
Tesalonicenses 1:6 y 1ª Tesalonicenses 2:14.

Acá el enfoque de imitar es procurar actuar, vivir, pensar de acuerdo en lo que Cristo
enseño a sus discípulos, y que ha sido transmitido a través de los evangelios y otros libros
del nuevo testamento para que nosotros seamos verdaderos discípulos de Cristo.

Cuando leí este versículo me quedé meditando en su real significado. ¿Qué significa para
nosotros perdonar a otros? ¿Cuál es la medida de mi perdón? ¿Será hasta siete veces
como calculaba Pedro? Algunos creyentes que tienen problemas en perdonar a otros no
han leído la advertencia que esto encierra. Jesús nos dejó dos grandes enseñanzas acerca
de esto tanto en el Padre nuestro como en la parábola de los deudores.

En ambas enseñanzas nos hizo ver que el perdón de Dios no sólo debe animarnos a que lo
practiquemos de igual manera, sino que, si no lo hacemos, no se nos quitará si no
perdonamos. ¿Nos damos cuenta de lo serio que es esto? Como yo entiendo el texto, si no
perdono de corazón a mi hermano tampoco seré perdonado por Dios; y si Dios no me
perdona no tengo entrada al reino del Señor. ¿O no es así?

Nos gusta la historia de Zaqueo por todos los detalles que rodeó su osadía de subirse en
un árbol para ver a Jesús por su estatura, pero nos olvidamos de aplicar su resolución de
devolver lo que había robado. Jesús nos enseñó a perdonar no solo siete veces, sino hasta
setenta veces siete. Eso es perdón.

3. Llenar nuestro accionar diario en amor…….

En este paso trascendental de una autentica transformación del hombre se puede definir
por vivir una vida llena de compasión por su hermano o por su prójimo.

¿Cuál es el sentido de esta compasión? Es aquella capacidad para identificarnos con


nuestros hermanos que sintamos lo que ellos sientan, gozarnos con sus alegrías, pero
también llorar con sus tristezas. La idea de este sentimiento tan profundo de afecto
fraternal es que cuando estemos con nuestros hermanos disfrutemos sinceramente de su
compañía, que nos conmovemos de corazón al pensar en ellos y que los añoremos cuando
no los veamos.
Es verdad, de acuerdo con lo que Jesús dijo, que “por haberse multiplicado la maldad, el
amor de muchos se enfriará” (Mateo 24:12), y si bien es cierto que esto pareciera ser el
contagio de algunos creyentes, por cuanto tomaron la decisión de no reunirse más con sus
hermanos, el amor entrañable debe movernos a buscarlos, a llamarlos y manifestarles
cuánto anhelamos verlos otra vez con nosotros.

Bien pudiéramos decir que las demás virtudes son como la ropa interior que nos adorna
por dentro, pero el vestido del amor es la real cara que mostramos a los demás. ¿Cuál es la
virtud con la que más te conocen? Si no es la del amor deberías estar preocupado. Todo
esto lo decimos porque el amor ciertamente es la suma de todas las virtudes. Pero, sobre
todo, el amor es la máxima expresión de la vida de Cristo en nosotros.

Vestirse de amor es la prenda que más se distingue, es la virtud que corona a todas las
demás virtudes, es lo que da origen al fruto del Espíritu y es lo que cubre multitudes de
pecados. Cuando a Jesús se le preguntó acerca de cuál era el primer y más grande
mandamiento no vaciló en decir que era el amor a Dios. Y Pablo puso al amor por encima
de los dones espirituales. Por esto, “sobre todas las cosas vestíos de amor”.

También podría gustarte