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Orina

La orina (del latín urina) es un líquido acuoso transparente y amarillento, de olor


característico, secretado por los riñones y enviado al exterior por el aparato urinario. La orina
puede servir para determinar la presencia de algunas enfermedades. En los laboratorios
clínicos se abrevia u o uri. En español, los prefijos de todas las palabras relacionadas con la
orina son uri- y uro-.
Después de la producción de orina por los riñones, ésta recorre los uréteres hasta la vejiga
urinaria, donde se almacena y después es expulsada al exterior del cuerpo a través de
la uretra, mediante la micción.
Poema Cañal En Flor
Alfredo Espino

Eran mares los cañales


que yo contemplaba un día
(mi barca de fantasía
bogaba sobre esos mares).
El cañal no se enguirnalda
como los mares, de espumas;
sus flores más bien son plumas
sobre espadas de esmeralda…
Los vientos-niños perversos-
bajan desde las montañas,
y se oyen entre las cañas
como deshojando versos…
Mientras el hombre es infiel,
tan buenos son los cañales,
porque teniendo puñales,
se dejan robar la miel…
Y que triste la molienda
aunque vuela por la hacienda
de la alegría el tropel,
porque destrozan entrañas
los trapiches y las cañas…
¡Vierten lagrimas de miel!
Las manos de mi madre
Alfredo Espino

Manos las de mi madre, tan acariciadoras,


tan de seda, tan de ella, blancas y bienhechoras.
¡Solo ellas son las santas, solo ellas son las que aman,
las que todo prodigan y nada me reclaman!
¡Las que por aliviarme de dudas y querellas,
me sacan las espinas y se las clavan en ellas!
Para el ardor ingrato de recónditas penas,
no hay como la frescura de esas dos azucenas.
¡Ellas cuando la vida deja mis flores mustias
son dos milagros blancos apaciguando angustias!
Y cuando del destino me acosan las maldades,
son dos alas de paz sobre mis tempestades.
Ellas son las celestes; las milagrosas, ellas,
porque hacen que en mi sombra me florezcan estrellas.
Para el dolor, caricias; para el pesar, unción;
¡Son las únicas manos que tienen corazón!
(Rosal de rosas blancas de tersuras eternas:
aprended de blancuras en las manos maternas).
Yo que llevo en el alma las dudas escondidas,
cuando tengo las alas de la ilusión caídas,
¡Las manos maternales aquí en mi pecho son
como dos alas quietas sobre mi corazón!
¡Las manos de mi madre saben borrar tristezas!
¡Las manos de mi madre perfuman con terneza

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