Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Perspectivas Epistemologicas Tradiciones
Perspectivas Epistemologicas Tradiciones
Introducción
1
El neologismo “tecnociencia” es introducido en 2003 por Javier Echeverría en su libro La revolución
tecnocientífica (Madrid, Fondo de Cultura Económica), con el objetivo de evitar rígidas separaciones
entre un plano teórico y otro práctico que simplifiquen las complejas relaciones entre la ciencia básica y
sus aplicaciones.
La epistemología es precisamente el ejercicio de reflexión que vuelve su
mirada sobre lo obvio en un intento de problematizar aquello que por su omnipresencia
evitamos cuestionar en sus supuestos. Si la epistemología nos instruye sobre la ciencia,
está claro que ambos conceptos se encuentran íntimamente ligados. Aún más, en la
medida que avancemos en el análisis del primero podremos llegar a una comprensión
reflexiva del segundo.
1- ¿Qué es la ciencia?
Ahora bien, ¿es posible reducir la complejidad de la práctica científica para que
pueda ser contenida por una definición como “la ciencia es un clase privilegiada de
conocimiento caracterizado por su carácter metódico y fundamentado, que otorga
objetividad a sus afirmaciones al tiempo que las inviste de validez universal”? Todo
indica que sí es posible, porque la epistemología en su versión heredada ha instalado
esta definición de ciencia. Una definición que no se limita a círculos expertos, ya que
podemos encontrarla de modo implícito en la base misma de nuestra comprensión
cotidiana. Y aquí nos encontramos con la paradoja de que un discurso altamente
formalizado y propio del ámbito académico, como es la epistemología, trasciende este
espacio instalándose -a través de mecanismos de formación y difusión- como supuesto
del sentido común.
Ocurre sin embargo que una pregunta simple en su formulación como “¿qué es
la ciencia?” no resulta tan simple en su respuesta, siempre que decidamos dejar de lado
2
Utilizo aquí “epistemología” en el sentido estricto de filosofía de la ciencia y no en el sentido amplio de
teoría del conocimiento. De todos modos, ambos sentidos se suponen mutuamente al erigirse la ciencia en
modelo de conocimiento por excelencia.
reduccionismos y simplificaciones3. Una pregunta planteada en tales términos no puede
ser respondida apelando a algún tipo de naturaleza interna del objeto o concepto a
definir. Porque las definiciones tienen historia, arraigo en el marco de alguna de las
diversas tradiciones o comunidades en las que cumplen funciones, y que es necesario
examinar para alcanzar una adecuada comprensión del concepto que nos proponemos
esclarecer.
Las reglas del método permiten diferenciar a la ciencia de otros saberes: el saber
de las artes, de las humanidades y del sentido común. El conocimiento que se pretende
científico trasciende el espacio de la subjetividad para investirse de validez universal.
Los resultados de la investigación científica pueden así ser corroborados por todas las
personas, siempre que hayan sido educadas en la teoría y la práctica que modela la
producción y validación de los enunciados de la ciencia.
3
Se entiende por reduccionismo a la estrategia teórica que consiste en identificar el todo con una de sus
partes. Por ejemplo cuando se define a la ciencia tomando como modelo a una clase de ciencias: a saber,
las ciencias naturales. El reduccionismo es siempre injusto en tanto a la asimilación y uniformidad de lo
diferente: En este caso, las ciencias sociales deben asimilarse a las naturales, siempre que aspiren ser
investidas por los rasgos establecidos para la cientificidad.
desarrollos teóricos de la ciencia moderna iniciada entre otros por Francis Bacon (1561-
1626) y Galileo Galilei (1564-1642), pero fortaleciendo su andamiaje lógico. Con el
objetivo de otorgar absoluta universalidad al conocimiento científico, los miembros del
Círculo de Viena se dedican a perfeccionar un lenguaje que se ubica a la base de las
lenguas históricas y que puede ser compartido por todos los sujetos de conocimiento
con total independencia de su ubicación geográfica, histórica o social. Está claro que un
lenguaje de tales características debe dejar de lado todo contenido relacionado con la
vida concreta de las personas, para reducirse a la estructura o forma de las proposiciones
y los razonamientos. Tal lenguaje es la lógica, que se convierte así en la principal
herramienta de la ciencia. Este reclamo de universalidad no sólo atraviesa la producción
intelectual, sino que alcanza también a la producción de mercancías que empiezan a
desplegarse a comienzos de la era moderna y que requiere un mercado global para su
comercialización. Se trata de una universalidad posibilitada y requerida, al mismo
tiempo, por el sistema capitalista que se expande.
La posición cientificista es en la teoría una de las más típicas posiciones dogmáticas que
se consuma en dos pasos: la asimilación del pensamiento racional con el pensamiento
científico, y la posterior asimilación del pensamiento científico con las teorías físico-
naturales.4
El acto de descubrimiento escapa al análisis lógico; no existen reglas lógicas según las
cuales pudiera construirse una “máquina descubridora” que asumiera la función
4
Marí, E. Elementos de epistemología comparada, Bs. As. Puntosur, 1990, p. 46.
creadora del genio. Pero la tarea del lógico no es explicar los descubrimientos
científicos; todo lo que él puede hacer es analizar la relación que existe entre los hechos
dados y la teoría que se le presente con la pretensión de que explica esos hechos. En
otras palabras, a la lógica sólo le importa el contexto de justificación. 5
Por su parte, la historia externa puede pensarse como cortes transversales que
integran la ciencia en la trama de prácticas de una época dada. La ciencia de la Grecia
clásica, por ejemplo –con Aristóteles (384 a.C. -322 a.C.) como su representante
eminente–, se estudia como un saber con autonomía relativa, ya que si bien presenta
ciertos postulados lógicos y metodológicos, estos no pueden escindirse del manejo del
poder político, las creencias religiosas o los ideales estéticos de la época. Aristóteles
concebía el universo como un todo completo, cerrado y jerárquico, porque de ese modo
entendían el poder los filósofos de entonces. En este universo las cosas se mueven
orientadas por un fin último que las atrae, tal como en la ética la conducta de los
hombres se orienta hacia un fin valioso: la felicidad.
5
Reichenbach, H. La filosofía científica, México, Fondo de Cultura Económica, 1953, pp. 210-211.
En tercer lugar, la dicotomía entre ciencia pura y ciencia aplicada es criticada
duramente, entre otros autores, por el científico argentino Oscar Varsavsky (1920-
1976). Para el cientificismo, la investigación que se presenta como el motor del proceso
de producción del conocimiento científico se inicia con un primer momento, el de la
investigación básica -también llamada “pura”- al que sigue la investigación aplicada,
que en tanto hace posible la fabricación de artefactos específicos, da paso a la
tecnología, y una vez que estos artefactos se producen en serie, encontramos a la
industria inserta en la dimensión del mercado. Este esquema -que surge después de la
Segunda Guerra Mundial- es unidireccional en su orientación y se denomina “modelo
lineal de innovación”. Tiene entre sus “ventajas” el hecho de preservar un espacio de
neutralidad y excelencia, que se ubica en el polo de la ciencia básica, creando la ilusión
de una ciencia neutral, tanto en el plano ético como en el plano político. Una ciencia
neutral, al menos en su momento “básico” o “puro” sólo reconoce como orientación a
un valor epistémico, es decir teórico: la búsqueda de la verdad. Bajo este supuesto se
trata de construir un ideal de ciencia que oculta a la reflexión los múltiples
condicionamientos que afectan el rumbo de las investigaciones, que si bien pueden ser
teóricas, nunca son “puras” en tanto se encuentran orientadas por intereses diversos,
entre los que se destaca el interés económico, dado que el financiamiento de proyectos
responde a la rentabilidad de sus aplicaciones.
cientificista. En todos los casos, tal revisión impacta de un modo especial en las ciencias sociales, que
recuperan su especificidad y protagonismo.
7
Se entiende por forma de vida al modo particular que tiene un grupo de interactuar en el plano simbólico
y material, es decir que incluye el intercambio de significados, bienes, valores, afectos entre otros.
8
Kuhn, T. La tensión esencial, Méxíco, UNAM, 1996, p. 351. “El contexto de pedagogía difiere del
contexto de justificación casi tanto como del contexto de descubrimiento
o pura -guiada por el valor teórico de la verdad- y ciencia aplicada, aquella que se
utiliza para producir artefactos que responden a intereses y necesidades prácticas.
Significa también abrir nuevos capítulos en el estudio de la ciencia.
Está claro que cada uno de nosotros nos insertamos activamente en uno o varios
de estos contextos, aún en caso de no ser profesionales de algún tipo de ciencia. Como
educadores en todos los niveles de la enseñanza sistemática, pero también en el marco
de la divulgación científica, trabajamos para instalar en la sociedad una concepción de
ciencia que habilita intervenciones concretas sobre nuestro mundo. Porque la
comunidad científica sostiene su poder, entre otras cosas, sobre la base del apoyo y la
confianza, muchas veces acrítica, que recibe de todos los ciudadanos. Como
investigadores que integran equipos radicados en organismos públicos, empresas
privadas nacionales o internacionales así como fundaciones diversas participamos en
proyectos que nos anteceden y que muchas veces se nos escapan en sus múltiples
derivaciones. Como funcionarios que intervienen en la definición de programas de
becas y subsidios sesgamos el desarrollo científico y tecnológico al decidir sobre temas
prioritarios. Como industriales que fabrican productos derivados de la investigación
científica introducimos en el mercado una serie de mercancías cuyo principal criterio de
evaluación suele ser la rentabilidad económica, que en su sobredimensión deja de lado
otros valores posibles. Como comerciantes contribuimos a la distribución de tales
mercancías y como consumidores las adquirimos porque la demanda ha sido instalada
por publicistas que trabajan al servicio de instituciones hegemónicas.
9
La ética es la reflexión sobre la moral o conjunto de valores y normas que guían nuestra conducta.
Mientras la moral es “heredada” o dogmática, la ética es reflexiva y crítica. La parte de la ética que
reflexiona sobre los sentidos y valores que otorgamos a las acciones se denomina “axiología”.
valioso o fin último de la ciencia es extracientífico, es decir que no responde a una
racionalidad demostrativa sino al ejercicio de la deliberación y argumentación propia de
la ética y la política, entonces todos los ciudadanos somos interlocutores válidos de un
diálogo inclusivo, que debe darse de modo explícito y no escamotearse en reductos
expertos. Un diálogo que nos aleja del rol pasivo de reproductores o consumidores de
un modelo de desarrollo tecnocientífico que la epistemología heredada nos presenta
como inevitable, en su obsesión por fundamentar la validez universal de las
proposiciones de la ciencia. Porque sin duda otra ciencia es posible; tan sólo requiere –
como afirma Oscar Varsavsky- una diferente distribución de recursos.10
10
“¿Puede haber diferentes tipos de ciencia? Es indudable que sí. Basta una diferente asignación de
recursos –humanos, financieros y de prestigio- para que las ramas de la ciencia se desarrollen con
diferente velocidad y susinfluencias mutuas empiecen a cambiar de sentido. Eso da una Ciencia
diferente.” Varsavsky, O. Ciencia, política y cientificismo, Bs. As. Centro Editor de América Latina,
1975.