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A

MINISTERIO DE EDUCACIÓN

Había una vez

un zorro
Un día
fabricó
una
trampa
y
Luego los metió
en un gran
saco. Lo puso
en su lomo
pelado, y se los
llevó a sus
crías.
En el camino se cansó.
Entonces decidió
dejar el saco
donde su
comadre la
huallata para
poder
descansar y
beber un poco
La huallata vivía a
las orillas del lago.
En cuanto la vio, el zorro dijo:

- Comadre
huallata, te dejaré
este saco para que
me hagas el favor
de guardarlo hasta
mi regreso. Por
favor, no vayas a
tocarlo y te lo
agradeceré
bastante.
- Estoy para
ayudarte en lo que se
te ofrezca - le contestó
educadamente la
comadre.
Pero la huallata
era curiosa y cuando
el zorro se fue, se acercó Desesperada
a tocar el costal. Luego la huallata
desató la soga que aseguraba trataba de
la boca del saco y al instante salieron volando impedir que los
gaviotas, chiwancos, gorriones, zorzales, prurrrr… pájaros siguieran
prurrrr… hasta que no quedó ni un solo pájaro. escapando, pero
fue en vano.
La huallata de miedo
al enojo del zorro
llenó el saco con
espinas envueltas en
ovillos de ortigas para
que el zorro no lo
encontrara vacío,
luego se marchó lejos
para que el zorro no
la pudiese encontrar.
Por la tarde Tomó el saco
regresó el sobre su lomo
compadre y emprendió
contento el
zorro y no
camino a su
encontró a su cueva.
comadre, pero
sí el saco.
Al llegar a su guarida el
zorro llamó a sus
cachorros:
- ¡Vengan! ¡Vengan! Una
rica cena les he traído. A
ponerse todos alrededor
del saco para que los
chiwancos, las gaviotas,
gorriones y las tortolitas
no se escapen y a mi
orden los atrapen. Y
diciendo esto agitó en el
aire el costal haciendo
salir el contenido.
El zorro
y los cachorros
se lanzaron
sobre los ovillos
de ortiga que se
les quedaron
prendidos de los
hocicos y patas.

Cómo gritaban de dolor


¡achachauuu! ¡Achachauuuu!
Después de curar las heridas
decidió vengarse de la comadre. El
viejo zorro partió enseguida en
busca de la huallata para
comérsela junto con sus ahijados.

Al verlo acercarse, la
comadre corrió hacia una
laguna y luego de una
rápida zambullida se
internó en el lago.
El zorro buscó a
la huallata en su
casa y cuando la
vio en el lago le
dijo:
- ¿Dónde se va, querida
comadre? Por favor regresa,
ahora tengo otro costal
que dejarte. Yo ya olvidé la
broma que nos jugaste el
otro día.

Pero la huallata se hizo la desentendida


y continuó en el lago.
Furioso, el zorro decidió
entonces secar el lago
para así poder atrapar
a la huallata.

Primero, con sus patas y


hocico, comenzó a cavar una zanja
para sacar el agua por ella, pero se
hirió y se le gastaron las uñas.
Luego decidió beberse
toda el agua del lago.
Y el zorro empezó a
beber el agua del lago. Y tanto llenó
Y bebe que bebe el su panza de agua que
agua, la barriga
comenzó a hincharse.
¡paf!
Y bebe que bebe la
barriga se hinchaba
más y más.
Se reventó.
Dicen que de esa agua que salió al reventar Por eso los abuelos enseñan que no hay que
el zorro, se formó otra laguna llamada pensar nunca en la venganza o peores serán las
Camaquecota. consecuencias.

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