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San Tarcisio
Los Monaguillos tenemos tres santos que son modelo de nuestro trabajo en el servicio al
Altar. Ellos son Santo Domingo del Val, San Tarcisio y Santo Domingo Savio.
San Tarcisio vivió en Roma durante los primeros años del cristianismo y se le conoce
como el Monaguillo de la Eucaristía, pues dio su vida por defender a Jesús Eucaristía,
cuando lo llevaba a los que iban a morir en el circo romano devorados por los leones.
Santo Domingo del Val vivió en España por 1234 y los enemigos de Jesús lo crucificaron
y le hicieron padecer igual que a Él, pues su vida era ejemplo de piedad y de caridad.
Santo Domingo Savio vivió en Italia el siglo antepasado, por 1860, era alumno de San
Juan Bosco y aceptó vivir su vida como otro Jesús, él no necesitó del martirio para llegar
a ser santo, así unos días antes de cumplir 15 años murió y sus pocos años le bastaron
para hacerse santo.
Tú Monaguillo que estás cerca de Jesús Eucaristía pídele ser como estos Santos Mona-
guillos, que supieron vivir y morir como Jesús.
Para ser Monaguillo se necesitan desarrollar ciertas cualidades entre las que están:
Respeto: En especial para con el sacerdote, con los lugares y objetos del templo con los
que tiene contacto.
Honestidad: El monaguillo sobre todo debe actuar con la verdad como verdadero
discípulo tanto en la iglesia como de otros ambientes.
Responsabilidad: Este valor es muy importante ya que el niño al ser parte de la iglesia
debe cumplir con sus compromisos en sus tareas de monaguillo y también en sus
reuniones y formaciones y claro está en su colegio y familia.
c.- Es servicial.
d.- Está atento para que su servicio al Altar sea siempre correcto y preciso.
3.- ¡TE LLAMAS MONAGUILLO!
Podemos concluir entonces que monaguillo y acólito, si bien son utilizados como
sinónimos, sus funciones y origen son diferentes. Ambos dan un servicio al altar, pero sus
funciones y requerimientos, litúrgicamente hablando, son diferentes. Los acólitos son
instituidos y los monaguillos no.
Es la más antigua y mayoritaria de las iglesias del cristianismo, distinta de las iglesias
protestantes y de las iglesias cristianas ortodoxas.
Sus orígenes formales se remontan al siglo I d. C y es la institución internacional más
antigua del mundo. En la actualidad, cuenta con más de 1360 millones de fieles (18 % de la
población mundial) distribuidos en casi todos los países del planeta, mayoritariamente en
América Latina, Europa occidental y el centro del África subsahariana.
Su figura de autoridad religiosa es el papa, quien preside la fe católica desde la Santa
Sede del Vaticano, en Roma. El papa actual es Francisco (Jorge Bergoglio), el 266° de la
tradición católica.
Se compone de la iglesia romana o iglesia latina, y 23 iglesias cristianas
orientales que reconocen la autoridad papal.
Se considera a sí misma como la única representante de Dios en el mundo terrenal y
la intermediaria ante la divinidad para garantizar la salvación de la humanidad. En ese
sentido, se considera una institución tanto divina como humana, que se compone de dos
partes: la Iglesia peregrina o militante, que se debe a la historia humana; y la Iglesia
triunfante o celeste, que abarca los asuntos de la contemplación de Dios.
La unidad de la Iglesia significa que, a pesar de estar compuesta por distintas partes,
actúa como un cuerpo unificado, armónico, homogéneo.
La santidad de la Iglesia significa que, dado que los fundadores de la Iglesia fueron
santos y santos son también sus propósitos, la Iglesia ha de ser virtuosa, y sus miembros
están llamados a la salvación.
La catolicidad de la Iglesia significa que es universal, o sea, que su mensaje está dirigido
a la totalidad de la humanidad y que donde sea que alguno de sus miembros esté presente,
la Iglesia también lo está.
La apostolicidad de la Iglesia significa que fue fundada a partir de las enseñanzas de
Cristo y del evangelio de los apóstoles.
Jerarquía de la iglesia
Cardenales
Los cardenales son obispos que han sido creados cardenales por medio de un Papa. Ellos
son enviados a diferentes países para guiar y cuidar de la Iglesia presente en determinado
lugar. Los cardenales forman lo que se conoce como “el colegio cardenalicio”, que se reúne
con el Papa para tomar decisiones pastorales y doctrinales, o para elegir un sucesor de Pedro
cuando hay sede vacante, es decir, cuando por alguna razón no tenemos un Papa en función.
Obispos
Son sacerdotes elegidos por el Papa para ser consagrados como sucesores de los apóstoles.
Ellos son enviados a las diferentes ciudades del mundo, se les encomienda el cuidado de una
Iglesia particular que es una porción de la Iglesia Universal y bajo la dirección y comunión con
el Papa, cuidan la pastoral, doctrina y moral de la diócesis o arquidiócesis que les ha sido
encargada
Sacerdotes
Son hombres que luego de haberse formado por nueve o más años en un seminario o
comunidad religiosa, son ordenados por un obispo. Ellos en comunión con el obispo y por
ende con el Papa y la iglesia universal, pastorean una comunidad parroquial o cumplen con
diversas funciones pastorales que les son asignadas. Algunos sacerdotes son:
Párrocos: a ellos se les asignará una comunidad parroquial para que la guíen y acompañen
pastoralmente.
Vicarios parroquiales: se encargan de ayudar en la acción evangelizadora de una
comunidad parroquial, bajo la guía de un párroco.
Adscritos: son sacerdotes que tienen designada una labor particular dentro de la diócesis,
como educadores, delegados arzobispales, entre otras tareas y viven en una parroquia.
Diáconos
Hay dos tipos de diáconos. Los transitorios, hombres que están en proceso para ser
sacerdotes y sirven como diáconos por un tiempo determinado antes su ordenación
sacerdotal. Por otro lado, los diáconos permanentes, aquellos son hombres casados que se
forman para ser diáconos, pero no son ordenados como sacerdotes.
Laicos y consagrados
Este último grupo se consideran los testigos de Cristo, encargados de descubrir o de idear los
medios para impregnar de vida cristiana las realidades sociales, también en el interior de la
sociedad.
Sacramentos católicos
Los ritos visibles de la Iglesia católica, instituidos por Jesucristo de acuerdo a la tradición, se
conocen como los sacramentos. Administrados en diferentes momentos de la vida de los
fieles católicos, consisten en siete ritos clasificables en tres grupos de acuerdo a su propósito:
Sacramentos de iniciación, que introducen a los fieles a la vida cristiana y reafirman el lugar
de la fe católica en sus vidas. Estos sacramentos son:
El bautismo. Es el rito de entrada a la cristiandad, compartido por el catolicismo con las otras
ramas cristianas, que libera del pecado original a los fieles y los incorpora al rebaño cristiano.
Inicialmente, el rito consistía en la inmersión en las aguas del río, lo cual consistía en una
muerte y renacimiento simbólicos; hoy en día, en cambio, la Iglesia católica acostumbra
derramar el agua bendita de la pila bautismal sobre la frente del nuevo cristiano.
Tradicionalmente se hace durante la infancia temprana.
La confirmación. Es un rito destinado a vincular más profundamente a los cristianos
bautizados con la Iglesia y la vida católica, a través de la ratificación pública, frente a la
comunidad de los fieles, de su compromiso con la fe. Normalmente se lleva a cabo en la
adolescencia.
La penitencia. Es el rito de purga o expiación de los pecados cometidos por los fieles, luego
de contarlos al cura o presbítero en íntimo secreto y recibir a cambio una penitencia que
cumplir, que normalmente consta de una serie de rezos y actos reparatorios, pero también
puede constar de consejos y guiatura moral y espiritual.
El matrimonio. Es el rito mediante el cual la Iglesia bendice la alianza sagrada entre hombre
y mujer que se unen para traer al mundo nueva descendencia y formar una familia. Este rito
se realiza típicamente en la Iglesia y frente a una autoridad eclesiástica, por lo que exige de
parte de los fieles cumplir con otros sacramentos previos, como el bautismo y la confirmación.
Este sacramento confirma ante Dios el amor de la
pareja, que ha de durar hasta que la muerte los
separe.
Nave central:
El presbiterio:
Es el lugar propio de la persona que preside la celebración litúrgica.
Se le llama presbiterio porque es el lugar propio del sacerdote o
presbítero.
La palabra “presbítero” se ha usado desde tiempos antiguos por los
cristianos para nombrar al sacerdote, esta palabra significa: anciano.
Los presbíteros rodeaban al Obispo en las celebraciones cristianas
como un signo de obediencia y respeto.
La expresión “presbítero” que significa anciano, se ha usado siempre
con un sentido de respeto ya que entre los primeros cristianos se
guarda un profundo respeto y admiración hacia las personas que
rodeaban al Obispo.
El altar
El altar es el lugar donde se celebra el sacrificio de
Jesús hasta su próxima venida, es la Mesa junto a
la cual nos reunimos los miembros de la Iglesia
para dar gracias a Dios y recibir el Cuerpo y la
Sangre de Cristo.
Puede llamársele altar, o bien, puede llamársele
Mesa indicando el banquete donde recibimos el
Cuerpo y la Sangre de Cristo.
El ambón:
El Ambón es un elemento muy importante en la Iglesia ya que en una
celebración litúrgica nos reunimos ante todo para escuchar la palabra de Dios,
y es necesario un lugar respetuoso y adecuado para su proclamación, de
manera que sea visible para toda la comunidad y pueda así escucharse con
claridad.
El ambón, es una especie de tribuna elevada, su nombre proviene de una
expresión griega “Anabaino”, que significa subir.
Desde el ambón se proclaman durante la Misa: las Lecturas Bíblicas, el Salmo
Responsorial y desde él puede tenerse también la oración de los fieles.
La sede:
Se llama “sede” a la silla del que preside la Asamblea litúrgica.
La palabra “sede” es de origen latino significa “Silla”. En el concilio Vaticano
II, se dijo que cuando vemos al sacerdote sentado en la sede de nuestra
iglesia, vemos en ella a Cristo frente a la Asamblea Litúrgica.
El sagrario:
Es una especie de caja donde se guardaban las hostias consagradas,
El sagrario es construido normalmente de metal; aunque también los
hay de madera y se usan algunos signos para indicar la presencia
Eucarística de Cristo, por ejemplo: la luz de una lámpara de aceite
que arde como signo de honor al Señor Jesús.
El confesionario.
Es el sitio donde nos reconciliamos con Dios y
recibimos de Él, el perdón de nuestras faltas. Se
han construido confesionarios dentro del templo
que recibe el nombre de “Sala de reconciliación”,
cuyo objeto es ofrecer a los fieles un mayor
recogimiento y hacer una confesión más dialogada.
El bautisterio:
El bautisterio era el lugar donde se administraba el
sacramento del Bautismo, normalmente presentaba
la forma de un cuarto amplio con motivos que
invitaban a reflexionar sobre el Bautismo.
Dentro del bautisterio se encontraba la pila
bautismal, más o menos grande, de piedra, ya sea
de cantera o mármol.
Anteriormente, el Bautismo se administraba por
“inmersión (sumergir al bautizado en una gran pila de agua), pero en Europa, en el siglo
XIV, las pilas redujeron su tamaño por razones prácticas, al aumentar el número de fieles.
Desde entonces, el bautismo comenzó a administrarse por “infusión” (derramar agua sobre
la cabeza del bautizado), sin dejar por ello de tener validez el sacramento del bautismo.
Hoy, aunque en muchos templos sigue existiendo ese cuarto grande que se llama
bautisterio, pero ha dejado de funcionar como tal, pues la pila bautismal es colocada
actualmente dentro del templo y no en un lugar aparte.
La sacristía:
La sacristía es un cuarto o sala cercana al presbiterio, en donde se guardan los objetos
de culto y donde los ministros se revisten de los ornamentos litúrgicos.
En la Iglesia existe una jerarquía de celebraciones. Estas se estructuran en tres tipos
básicos que son:
Las solemnidades: reservadas a los misterios más importantes de nuestra fe. En las
solemnidades, así como en los domingos, la celebración eucarística tiene tres lecturas, la
oración de los fieles, el Credo y el Gloria (incluso cuando la solemnidad cae en Adviento o
en Cuaresma). Las solemnidades también tienen oraciones propias exclusivas: antífona de
entrada, oración inicial, oración sobre las ofrendas, antífona de comunión y oración después
de la comunión. En la mayoría de los casos, también hay un prefacio especial. Algunas
solemnidades son fiestas de precepto y otras no.
Las fiestas: honran algún misterio o título de Jesús, de la Virgen y de santos especialmente
relevantes, acostumbran a tener oraciones propias, pero se hacen solo dos lecturas y el
Gloria. A diferencia de otras fiestas, las dedicadas a Jesús como la Transfiguración se
celebran también cuando caen en domingo y en ese caso tienen tres lecturas, el Gloria y el
Credo.
La memoria: pueden ser libres u obligatorias depende del celebrante, son generalmente la
celebración de un santo, pero podría también celebrar algún aspecto de Jesús o de María.
Toda memoria tiene al menos una oración propia de apertura. En cuanto a las lecturas,
pueden ser específicas o no.
Misa de precepto: es aquella celebración en la cual todo cristiano tiene el compromiso serio
de asistir, y que de no asistir, incurriría en pecado, a menos que su condición se lo impida,
es decir, por alguna situación de salud o de caso de fuerza mayor.
Se denomina al sacrificio eucarístico con la palabra Misa del verbo “missio” (enviar) porque
la liturgia en la que se realiza el misterio de salvación se termina con el envío de los fieles fin
de que cumplan la voluntad de Dios en su vida. Es como si Jesús te dijera: “Vamos, anda, yo
te envío. Vive el Evangelio, da ejemplo con tu vida y esparce por el mundo la santidad, la
bondad y la paz”.
Partes de la misa.
La Misa se divide en dos grandes partes que están
inmediatamente unidas entre sí:
Liturgia de la palabra: desde el inicio de la celebración
hasta terminar con la oración de los fieles
Liturgia de la Eucaristía: Desde la presentación de los
dones hasta la bendición final.
Esquema General de la celebraciónEucarística.
1.- Rito de entrada comprende:
Procesión de entrada: puede ser Solemne entrando por la
puerta principal o sencilla entrando por la parte de atrás del
altar.
Orden de la entrada Sencilla:
1.- Incensario (turiferario) y Naveta.
2.- Cruz.
3.- Cirios (Dos ceroferarios).
4.- Monaguillos
5.- Ministros
6.- Celebrante
7.- Ceremoniero
Orden de la entrada Solemne:
1.- Monaguillos
2.- Ministros
3.- Celebrante
Saludo inicial: Después de besar el altar y hacer la señal de la cruz, el celebrante saluda a
la asamblea con un saludo propio del tiempo o de manera espontánea.
Acto penitencial: Pedimos humildemente perdón al Señor por todas nuestras faltas y así
poder comulgar.
Gloria: Alabamos a Dios, reconociendo su santidad, al mismo tiempo que nuestra necesidad
de Él.
Oración Colecta: Es la oración que el celebrante, en nombre de toda la asamblea, hace al
Padre. En ella recoge todas las intenciones de la comunidad.
Anámnesis: indica la parte del canon de la misa que sigue al relato de la institución, y
manifiesta la intención de celebrar la eucaristía según la orden del Señor, en memoria suya.
Intercesión: Ofrecemos este sacrificio de Jesús en comunión con toda la Iglesia. Pedimos
por el Papa, por los obispos, por todos los difuntos y por todos nosotros.
Doxología: El sacerdote ofrece al Padre el cuerpo y la sangre de Jesús, por Cristo, con él y
en él, en la unidad del Espíritu Santo. Todos respondemos: "Amén".
Rito de la comunión
Significa "común unión", nos unimos a toda la Iglesia en alegría y amor.
Padre nuestro: Preparándonos para comulgar, rezamos al Padre como Jesús nos enseñó.
El rito de la paz: con que los fieles imploran la paz y la unidad para la iglesia y para toda la
familia humana y se expresan mutuamente la caridad antes de participar de un mismo pan.
Comunión: Llenos de alegría nos acercamos a recibir a Jesús, pan de vida. Antes de
comulgar hacemos un acto de humildad y de fe.
4- Ritos de despedida:
Son ritos que concluyen la celebración. Comprende:
Bendición: Recibimos la bendición del sacerdote, que puede ser Simple o Solemne, estas
dependen del tiempo y del tipo de celebración que se esté realizando.
Gestos
Señal de la Cruz: Es uno de los gestos más comunes, con la que damos inicio a la Misa, y
con la que, en la forma de una bendición, ésta concluye. Ya que, debido a Su muerte en la
cruz, Cristo redimió a la humanidad, nos hacemos la señal de la cruz en nuestra frente, labios
y corazones al inicio del Evangelio.
Golpear nuestro pecho: Durante el «Yo Confieso», la acción de golpear nuestro pecho en el
momento de formular las palabras «por mi culpa» puede
fortalecernos y hacernos más conscientes de que nuestro pecado
es por nuestra culpa.
Inclinación o Venía (de cuerpo y/o la cabeza): Es también una señal de reverencia.
Reconocemos el altar como un símbolo que representa a Cristo, por lo tanto, el sacerdote y
los ministros hacen una reverencia frente al altar en la procesión de entrada y al final de la
Misa. Durante la profesión de fe (el Credo), inclinamos la cabeza al pronunciar las palabras
que conmemoran la Encarnación: “que fue concebido por obra del Espíritu Santo, nació de
Santa María Virgen y se hizo hombre”. Este gesto significa nuestro profundo respeto y gratitud
a Cristo, que se humilló asumiendo nuestra condición humana para salvarnos.
Saludo de la paz: Este intercambio es simbólico. Compartir la paz con las personas a
nuestro alrededor representa para nosotros y para ellos la totalidad de la comunidad de la
Iglesia y de toda la humanidad.
Vasos Sagrados
El cáliz: es una copa que se utiliza para la consagración del vino durante la Misa.
La patena: es un pequeño plato redondo y un poco cóncavo, en él, se coloca la hostia del que
preside la celebración de la Eucaristía.
El copón: es el vaso sagrado que se utiliza para reservar las hostias consagradas dentro del
sagrario o también para contener las hostias durante la distribución de la comunión a los fieles
durante la Misa.
Las vinajeras: son como especie de botellas que contienen el agua y el vino que se han de
usar en la Eucaristía. Generalmente las vinajeras son de cristal.
Viril: recipiente (habitáculo) redondo de vidrio que se usa en las iglesias católicas para exhibir
la hostia u algún otro objeto de culto.
Crismeras: vasos donde se colocan los santos óleos: de los catecúmenos, de los enfermos
(Bautismo y Unción de los Enfermos) y Santo Crisma (perfumado, para Bautismo, Confirmación
y Orden Sagrado).
Accesorios litúrgicos
La Palia: es usada para cubrir el cáliz durante la Misa para evitar que dentro caiga polvo,
insectos o algo extraño.
Purificador: se trata de un paño blanco que utiliza el sacerdote para secarse los labios tras
comulgar y purificar los vasos sagrados de la Eucaristía.
Hisopo: Utensilio con que se esparce el agua bendita. Consiste en un mango que lleva en su
extremo un manojo de cerdas o una bola metálica hueca y agujereada para sostener el agua.
Luminaria: es una lamparita, vela o lámpara de aceite (también eléctrica) que debe arder
continuamente junto al sagrario, para recordar que Jesucristo está sacramentalmente allí y
significa el amor vigilante de Dios.
Atril: es de madera o de metal y sirve para poner el misal durante la celebración de la Eucaristía.
Libros Litúrgicos
Misal: contiene la estructura y las oraciones de la Misa, las fechas de los santos y las
indicaciones (rúbricas), misas comunes, misas rituales, misas y oraciones por diversas
necesidades, misas votivas, misas de difuntos, apéndice (rito de la bendición del agua, textos
musicalizados)
Evangeliario: contiene sólo la Palabra del Evangelio escrito por: Marcos, Lucas, Mateo y Juan.
Pontifical: es el libro que contiene las fórmulas y las ceremonias de las funciones reservadas al
Obispo.
Leccionario: contiene todas las lecturas de la Palabra de Dios que se proclama en la Misa,
tomadas del Antiguo y Nuevo testamento, junto con los Salmos. En sus tres ciclos litúrgicos, A, B,
C.
Breviario: es el libro del "Oficio Divino" o de la "Liturgia de las Horas". Contiene la celebración de
la oración de las distintas horas litúrgicas del día, las cuales no son propias de los sacerdotes,
sino de todos los fieles.
Es el ciclo de fiestas y domingos que a lo largo del año civil van proporcionando al cristiano el
medio más adecuado para llegar al conocimiento del misterio de la salvación. Está dividido en
varios momentos, estos son conocidos como tiempos litúrgicos, cada uno se caracteriza por un
color, forma y características al realizar los actos sagrados y de piedad, en especial la santa misa.
Los tiempos litúrgicos son:
Tiempo ordinario: la palabra ordinario no significa que sea una etapa sin importancia; por el
contrario, es un momento de crecimiento espiritual donde los cristianos nos preparamos para vivir
momentos importantes. El tiempo ordinario se divide en dos, el primero va desde el bautismo del
señor hasta el miércoles de ceniza, y el segundo va desde la culminación de pentecostés hasta la
fiesta de cristo rey para un total de 34 semanas. El color designado es verde y se proclama el
gloria.
Tiempo de cuaresma: la palabra Cuaresma proviene del latín quadragesĭma, que significa
“cuadragésimo día” este tiempo nos invita a reflexionar sobre nuestros actos y corregir los errores
en busca del perdón de Dios, preparándonos de la mejor forma para recibir con alegría la
resurrección del señor. Se da inicio el miércoles de ceniza y concluye el miércoles santo. El color
designado es morado, se omite el gloria y el aleluya, por lo que se solicita otro canto para la
aclamación del evangelio.
Tiempo pascual: este es un tiempo de alegría donde celebramos la resurrección nuestro señor
Jesucristo, y en el cual somos invitados a anunciar con entusiasmo y gozo la buena nueva. Este
tiempo inicia en domingo de resurrección y culmina en la fiesta de pentecostés. El color designado
es blanco o dorado y se entonan el gloria y el aleluya
Colores litúrgicos
Principales:
Blanco: simboliza la alegría y el gozo, se usa siempre en las solemnidades, del tiempo que sea,
en navidad y pascua principalmente. También es el color del Jueves Santo, y en las diferentes
celebraciones que lo ameriten.
Rojo: simboliza la sangre del martirio y también el Espíritu Santo, el rojo se usa tanto para las
celebraciones de santos mártires, como para la muerte de Jesús tanto en Domingo de Ramos
como en viernes Santo, Como en Pentecostés.
Morado: simboliza la penitencia por excelencia, así que se utiliza principalmente en adviento y en
cuaresma, pero también se puede usar en las misas de difuntos.
Secundarios:
Negro: es el color del luto, puede utilizarse en misas de difuntos, pero su uso es opcional, y en la
práctica se suele sustituir con morado.
El plateado y dorado: no son propiamente colores litúrgicos, sin embargo pueden usarse sobre
todo para sustituir el blanco en ceremonias solemnes.
Vestiduras del Diacono
La dalmática: es una especie de túnica, de menor tamaño, que no llega más debajo de las
rodillas del que la usa. Puede ser adornada de magas cortas y un poco amplias.
Estola: los diáconos la llevan cruzada del hombro izquierdo hacia la derecha, sobre el alba.
Vestiduras del sacerdote
Alba: proviene del latín alba, que significa blanca. Es el vestido que se consideró básico para
todos los ministros en la celebración litúrgica. Es blanca para simbolizar la pureza de los
ministerios.
Cíngulo: la palabra latina cingulum viene de cingere, que significa ceñir. Este cordón se utiliza
para ceñir a la cintura el Alba.
Estola: es una tira de tela que colocan los sacerdotes sobre los hombros (como Mister
Venezuela), sobre el alba y bajo la casulla, y los diáconos, cruzada desde el hombro izquierdo
hasta la cintura (como Miss Venezuela). Existen también los Estolones que cumple la misma
función que la estola, solo que esta es más grande y con adornos ya que se usa sin la casulla.
Casulla: viene del latín casulla que significa casa pequeña o tienda. Se llama casulla a la
vestidura que el sacerdote se revista por encima del Alba y la Estola, a modo de capa o manto
amplio, abierta por los lados y con un hueco para la cabeza. La casulla es la vestidura que
caracteriza al que preside la Eucaristía.
El cíngulo, la estola, el estolón y la casulla son propios del tiempo, en otras palabras
dependiendo de la celebración o el tiempo será el color.
Paño humeral: es de forma rectangular que el presbítero se coloca sobre la espalda tomando
con los extremos la custodia en las procesiones con el Santísimo y adoraciones.
Capa pluvial: capa que se utiliza en celebraciones especiales. Esta cubre el cuerpo desde el
cuello hacia la parte inferior.
Vestiduras del Obispo
Mitra: gorro compuesto por dos secciones triangulares rígidas unidas entre sí por un doblez; de la
cara posterior penden dos cintas llamadas ínfulas. El Obispo ornamenta así su cabeza para
significar que representa a Aquel que es Cabeza del pueblo de Dios.
Báculo: (palo o cayado donde apoyarse) es un bastón largo, que recuerda que el obispo es el
pastor de la diócesis, imagen del Buen Pastor, Jesucristo.
Solideo: (a Dios solo; porque se quita solo ante el Santísimo). Casquete, generalmente de seda
que pueden usar los Sacerdotes (solideo negro), lo usan los Obispos (solideo morado), y los
Cardenales (solideo purpura) y el Papa (solideo blanco).
Palio: Pequeña estola de lana blanca con seis cruces negras a su alrededor que reposa sobre los
hombros de los arzobispos y que es signo de su autoridad y de su comunión con la sede de
Roma, se pone sobre la casulla.
Tú conducta durante la Celebración litúrgica
a.- Adviento
b. Cuaresma
c.- Pascua
d.- tiempo ordinario.
Liturgia de la Palabra.
Liturgia Eucarística.
Prefacios.
Plegarias Eucarísticas
Rito de la comunión.
Rito de Conclusión.
Bendiciones solemnes
El santoral, que está ordenado según el mes del año. Este apartado comprende algunas
variaciones así tenemos:
El propio de los santos, es decir contiene la liturgia especial para la celebración de algún santo o
acontecimiento muy especial en la vida de la Virgen María.
Las llamadas “misas comunes”, que se dedican a los santos que comparten alguna
característica, como el haber sido educadores, mártires, pastores, o doctores de la Iglesia,
también está la llamada común de la Virgen María, etc.
Las “misas rituales” y se celebran cuando además de la Eucaristía se celebra al mismo tiempo
otro sacramento, como el Bautismo, la Confirmación, el matrimonio o el Orden Sacerdotal, o
cuando se da una profesión religiosa, etc.
Las “Misas y oraciones por varias necesidades”, con ellas oramos a Dios por la Iglesia, por las
necesidades públicas, por algunas circunstancias especiales que afectan a todo el pueblo o por
algunas necesidades particulares de algunos de los fieles.
Las “Misas votivas”, son las misas que ofrecemos a Dios por alguna intención, por alguna
promesa. Y se refieren a los misterios de Jesús, o en honor de la Virgen o de alguno de los
santos.
Las “Misas de difuntos”, son para rezar por los que han muerto y en el Misal se presentan para
diversos acontecimientos, por ejemplo al momento de la muerte y entierro que se llama de
“exequias”, de aniversario, etc.
2. – Qué te toca hacer con el Misal Romano.
Para llevar el misal cerrado, se toma con ambas manos, por la parte inferior, apoyando la parte
superior sobre el pecho, vuelto hacia la izquierda el lado de las hojas
Para llevar el misal abierto, se toma con las dos manos y se recarga sobre la frente del
monaguillo. Recuerda tener siempre bien recortadas tus uñas y que estén muy limpias.
Durante la Eucaristía el Misal puede ser colocado al no usarse en un lugar apropiado, ya sea en la
credencia o en algún otro sitio. Excepto en el altar durante la liturgia de la Palabra o al finalizar el
rito de la comunión.
Es cierto que Misal Romano contienes oraciones de la Misa que corresponde al día respectivo,
pero no te corresponde como Monaguillo usarlo, es decir no es parte de tu servicio el abrirlo,
cambiar de página, o señalarle al celebrante lo que debe de leer. Esta función corresponde a otro
Ministerio, a ti te toca sólo presentarlo y trasladarlo a su lugar correspondiente
SEAN SAL Y LUZ DEL MUNDO!!!!
Espero que este aprendizaje les haya permitido crecer en su fe y en su servicio como
monaguillos. Recuerden que este rol es importante y valioso, ya que nos permiten acercarnos aún
más a Dios durante la celebración de la Eucaristía.
No duden en poner en práctica todo lo que han aprendido, tanto en la iglesia como en su vida
cotidiana. Sigamos siendo testigos de la presencia de Cristo en nuestras comunidades y sirvamos
con alegría y humildad.
Agradezco a cada uno de ustedes por su entusiasmo y participación activa. Sigamos caminando
juntos en esta hermosa tarea de servir a Dios y a los demás. Que el Espíritu Santo les acompañe
siempre y les dé fuerzas para llevar adelante esta hermosa misión.
¡Que Dios les bendiga abundantemente y les llene de alegría en su servicio como monaguillos!