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Licencia No 6359
ÍNDICE DE TABLAS
ÍNDICE DE FIGURAS
ÍNDICE DE FOTOGRAFIAS
FOTOGRAFÍA 1. PANORÁMICA DESDE LA CONCESIÓN MINERA NO 458, HACIA EL RIO PAMPLONITA. ....................................... 14
FOTOGRAFÍA 2. PANORÁMICA DEL RELIEVE PRESENTE EN LA ZONA Y LA PRESENCIA E AFLORAMIENTOS ROCOSOS CONTINUOS. ..... 14
FOTOGRAFÍA 3 PANORÁMICA DEL ÁREA INTERVENIDA PREVIAMENTE POR LA EXPLOTACIÓN DE MATERIAL. .............................. 15
FOTOGRAFÍA 4. DETALLE DE AFLORAMIENTOS ROCOSOS EN EL ÁREA DE LA CONCESIÓN MINERA NO 458. ............................... 16
FOTOGRAFÍA 5. ZONAS AFECTADAS POR LA MODIFICACIÓN DEL TERRENO PARA EL ASENTAMIENTO DE INVASIÓN, EN EL ÁREA DE LA
CONCESIÓN MINERA NO 458.. ........................................................................................................................ 16
FOTOGRAFÍA 6 APERTURA POZO DE SONDEO 307 - CONCESIÓN N°458........................................................................... 17
FOTOGRAFÍA 7 APERTURA POZO DE SONDEO 230 - CONCESIÓN N°458........................................................................... 17
FOTOGRAFÍA 8 APERTURA POZO DE SONDEO 229 - CONCESIÓN N°458........................................................................... 17
FOTOGRAFÍA 9 APERTURA POZO DE SONDEO 228 - CONCESIÓN N°458........................................................................... 17
FOTOGRAFÍA 10 APERTURA POZO DE SONDEO 220 - CONCESIÓN N° 458. ....................................................................... 18
FOTOGRAFÍA 11 APERTURA POZO DE SONDEO 161 - CONCESIÓN N° 458. ....................................................................... 18
FOTOGRAFÍA 12 APERTURA POZO DE SONDEO 158 - CONCESIÓN N° 458. ....................................................................... 18
FOTOGRAFÍA 13 ÁREA TOTAL DE PROSPECCIÓN - CONCESIÓN N°458 .............................................................................. 19
FOTOGRAFÍA 14. PANORÁMICA DE LA COQUIZADORA, DONDE SE OBSERVAN LOS HORNOS, ÁREAS DE ACOPIO Y ZONA INTERVENIDA
POR LAS ADECUACIONES PARA ESTA ACTIVIDAD. ................................................................................................... 20
FOTOGRAFÍA 15. PANORÁMICA DE LAS EXCAVACIONES Y ÁREA DE ACOPIO DE CARBÓN. ....................................................... 20
FOTOGRAFÍA 16. ................................................................................................................................................... 21
FOTOGRAFÍA 17. ÁREAS INTERVENIDAS POR LAS ACTIVIDADES DE INVASIÓN, DONDE SE REALIZRON REVISIONES EN SUPERFICIE. ... 21
FOTOGRAFÍA 18. PANORÁMICA DEL BARRIO DE INVASIÓN CONFORMADO. ........................................................................ 22
1. PLANTEAMIENTO Y JUSTIFICACIÓN
Los sitios y vestigios arqueológicos constituyen el principal medio para el conocimiento de las
dinámicas sociales y cambios a lo largo del desarrollo de las sociedades prehispánicas asentadas
a lo largo del territorio colombiano. Estos vestigios son considerados como bienes culturales no
renovables y están amparados en la legislación vigente sobre la conservación del patrimonio
cultural de la Nación.
Por lo tanto, mediante el desarrollo del presente programa de arqueología preventiva la empresa
tejar de Pescadero S.A.S, pretende dar viabilidad a la explotación de arcilla en el área de
Concesión No. 458 en la vereda Peracos en el Municipio de Cúcuta (Figura 1).
Dado que los sitios y vestigios que componen el registro arqueológico y el contexto donde son
hallados, constituyen el principal medio para la generación de un corpus coherente de información
sobre las dinámicas sociales y cambios a lo largo del desarrollo de las sociedades prehispánicas
asentadas a lo largo del territorio colombiano. Se encuentran amparados y protegidos por la
legislación vigente sobre la conservación, protección y preservación del patrimonio cultural y
1
arqueológico de la nación . Debido, a que son considerados bienes de interés cultural no
renovables por su pertenencia a sociedades del pasado.
1
Articulo 63 y 72 de la Constitución Política de Colombia de 1991. Leyes 397 de 1997, 1185 de 2008, 163 de 1959, 36 de
1936, 14 de 1936, 103 de 1931. Decretos 2941 de 2009, 763 de 2009, 833 de 2002, 2667 de 1999. Código Nacional de
Policía decreto 522 de 1971. Decreto Reglamentario 264 de 1963. Además de los lineamientos científicos y técnicos del
ICANH.
Por lo anterior, fue necesario realizar la fase de prospección y formulación del plan de manejo
arqueológico, con el propósito de caracterizar el área, el estado de conservación de los contextos
arqueológicos y otra información relevante que sirva para mejorar el conocimiento de los procesos
sociales del pasado, así como evaluar los efectos que la construcción y operación de las obras
podrían tener sobre el Patrimonio Arqueológico de la Nación (ICANH 2010).
2. ANTECEDENTES.
De acuerdo a las múltiples fuentes consultadas, se observa que los primeros indicios de evidencia
paleontológica en la zona de estudio fueron reportados por el sacerdote Eudista Henri Rocheraux
(1906), dicha evidencia correspondía a osamentas de Mastodonte hacia la vereda los Vados,
municipio de los Patios y en Mutiscua y Pamplona. Gonzalo Correal visitó el sitio Las Piletas en
donde se reportó el hallazgo de material relacionado a mastodontes (Haplomastodon),
adicionalmente menciona el hallazgo de puntas de proyectil, lascas en lidita a más de 3 metros de
profundidad asociados a los restos faunísticos, en términos cronológicos estos hallazgos
pertenecen al pleistoceno final (16000-15000 a.C) uno de los sitios más antiguos registrados para
el continente. Rocheraux clasifica las características de las tumbas en tres tipos; el primero de ellos
se posee pozo con uno o dos individuos; el segundo tipo que se asocia a osarios o entierros
colectivos y el tercer tipo son las tumbas de pozo con cámara lateral. Los cementerios indígenas
estudiados por él, se localizan en los municipios de Bochalema, Pamplona, Mutiscua, el Carmen y
Silos (GONZÁLEZ, 1993; 17).
En la investigación realizada por Víctor González en el marco del proyecto arqueológico Valle del
Pamplonita, se recolectó información sobre sitios pre cerámicos en un área aproximada de 15 Km2
en un tramo que va desde la termoeléctrica Tasajero que pasa por el sitio la Frontera en el
corregimiento de Juan Frío en el municipio de Villa del Rosario hasta el municipio de los Patios.
Este estudio tenía como objetivo analizar los cambios ocurridos dentro de sociedades de
cazadores recolectores en el Valle del Pamplonita que pudieron determinar el paso a la agricultura
y la vida sedentaria, analizar el tiempo en el que sucedieron dichos cambios y los elementos
medioambientales que pudieron incidir o por el contrario determinar si los cambios ocurridos
obedecen a transformaciones internas de las bandas de cazadores recolectores, contribuyendo así
al conocimiento de la adaptación y de la organización social de cazadores recolectores.
Posteriormente González realizó una investigación en un transepto de 22 km en el que se
localizaron 31 Lotes que hacen parte de 15 sitios en un área total de 88.000 m2 (GONZÁLEZ,
2001) la distribución de los hallazgos permitió ver que los patrones de ocupación no fueron
homogéneos, sin embargo, se presentó mayor concentración de sitios en zonas cercanas a
fuentes de aguas (aproximadamente a 1 km de distancia de ríos y quebradas) donde existe mayor
posibilidad de obtención de recursos faunísticos e ictiológicos. La mayor parte de los sitios
arqueológicos reportados por el investigador se encuentran en terrenos con una topografía suave
cuya geomorfología obedece a colinas y sistemas de lomeríos en inmediaciones a los ríos
Pamplonita y Tonchalá así como a la quebrada la Ciénaga concentrados principalmente en el área
de Agualinda-Los Vados.
La cronología asociada a la cerámica se basó en el estudio previo desarrollado por este autor
(GONZÁLEZ, 1993), en él se identificó tres periodos prehispánicos y un periodo colonial moderno.
La información referente a los periodos prehispánicos proviene del sitio denominado Isc-076. En el
primer periodo se identificó un tipo denominado Iscalá Café Inciso con algunas características
estilísticas similares a la cerámica Herrera y denominado periodo Chitarero Temprano que va
tentativamente desde el 500 a. C hasta el 500 d. C. El segundo periodo se caracteriza por un tipo
cerámico denominado Iscalá Naranja Inciso y conocido como periodo Chitarero Temprano B el cual
se ubica alrededor del 500 DC y va hasta el 1200 d. C. y el tercer periodo no cuenta con cerámica
con decoración incisa similar al excavado en la montaña Santandereana y el estilo es denominado
Gris Granulado o Iscalá Granulada, correspondiente al periodo Chitarero Tardío el cual comienza
aproximadamente hacia el 1200 d. C y se extiende hasta el 1500 d. C.
Por el último, el periodo Colonial/Moderno comienza en el año 1500 hasta 1950, según el autor,
esta cerámica se caracteriza por poseer “una superficie dura alisada con marcas de torno y marcas
del desgrasante al ser arrastrado durante el pulimiento”.
Según el autor, la secuencia descrita para la zona de estudio es confiable, los resultados arrojaron
al menos un periodo precerámico, el cual a su vez se divide en dos el Paleoindio y el Arcaico, el
primero hace referencia al periodo que corresponde al Pleistoceno tardío y al Holoceno Temprano,
es decir a la llegada de las primeras poblaciones humanas hacia el 16.000 A.P y el segundo con la
existencia de cambios tecnológicos a comienzos del Holoceno en los que se incluyen la
introducción de técnicas para la elaboración y uso de nuevos elementos y mayor dependencia de
la agricultura. Los tres periodos adicionales hacen referencia a la presencia de cerámicas que
sirven como base para entender las dinámicas y desarrollos culturales de la región.
De manera tal que los hallazgos de Víctor González se enmarcan en los siguientes Periodos los
cuales han sido establecidos tentativamente para el área
Arcaico: Con esta definición el investigador hace referencia al final del periodo paleoindio “tiene
que ver con la dificultad de identificar cambios evidentes en los estilos y tipos de artefactos
utilizados” (González; 2001;13), este periodo se marca por cambios tecnológicos a comienzos del
holoceno, entre los que se encuentra la utilización de manos de moler, machacadores, artefactos
pulidos, y la ausencia de elementos como puntas de proyectil, entre otros, estos cambios se dan
alrededor del 7000 AP y muestra también un cambio en las prácticas productivas y de
domesticación de ciertas plantas y animales como el curí que incide en cambios de alimentación.
La movilidad de los grupos cazadores recolectores disminuye aumentando la sedentarización. Para
este periodo en la zona costera se presenta el uso de la cerámica. En términos de organización
social parece haber presentado cambios a raíz de los procesos de sedentarización dando origen a
sociedades más complejas con centralización política.
Con las investigaciones realizadas por González se concluye que la ocupación en el valle de Iscalá
durante el periodo temprano fue reducido y disperso, esta conclusión se deriva del número de
tiestos y sitios encontrados relacionados a dicho periodo, no obstante la distribución de éstos es
homogénea ubicados principalmente en áreas fértiles cercanas a fuentes hídricas si ejercer mayor
presión sobre los recursos.
A diferencia de este periodo, el chitarero B presenta mayor números de sitios y más presencia de
elementos cerámicos, no obstante los patrones de ocupación muestran dispersión y poca
densidad, estos sitios se hallan distribuidos en zona que permitirían el acceso a recursos cubriendo
zonas fértiles donde desarrollaban actividades productivas sin evidencias de presión de recursos y
fricciones políticas.
En el periodo tardío aunque sólo se identificaron 79 sitios muestra un posible aumento poblacional,
lo cual se deduce dado que aumentan los tiestos relacionados a dicho sitio y depositados en un
periodo de 300 años, en este caso la dispersión y tamaño de los sitos se reduce. Se presentan
dos grandes concentraciones más densas y centralizadas, lo cual podría obedecer a dos aldeas
separadas, al igual que en los casos anteriores, la ubicación de los sitios se asocia al acceso a
lugares fértiles y con disponibilidad de recursos. La ubicación de estos sitios según el autor podría
sugerir fricciones políticas y control al acceso de recursos provenientes de actividades agrícolas y
de la caza.
Según González, los sitios encontrados en el Valle del Pamplonita son pequeños y aislados y se
ubican principalmente cerca a fuentes de agua tales como el río Zulia, las quebradas Ciénaga,
Tonchalá y el río Pamplonita, quizás porque el carácter seco de la zona y la escasez de agua
evidenciada en la actualidad pudo presentarse en épocas prehispánicas, además podría obedecer
a una forma de movilidad logística. El área que comprende la zona de Agualinda y Los Vados
presenta mayor concentración de ocupación, en toda la zona de estudio se halló una considerable
cantidad de lascas, posiblemente asociados al periodo paleoindio y al arcaico (14.000 a C-500 a
C.). En términos generales, el autor considera que el Valle del Pamplonita fue un centro
demográfico mientras en otras zonas había menor ocupación humana.
Vale la pena resaltar los hallazgos arqueológicos efectuados por Gutiérrez (2009) en el marco del
Proyecto de Exploración Sísmica Río Zulia 3d. Durante las actividades de interventoría el
arqueólogo reporta 10 puntos de hallazgo que desde su perspectiva denotan diferentes periodos
de ocupación en la región desde el precerámico o paleoamerindio hasta la época colonial o
republicana. El material fue encontrado en unidades geomorfológicas asociadas a valles aluviales y
relieves colinados, cercanos a importantes cuerpos de agua como la quebrada La Floresta y el
caño Santa Clara.
En el año 2011 Érika Gutiérrez realizó un EIA para el APE Rio Zulia Oriente en inmediaciones al
municipio de Cúcuta cuyos recorridos se centraron en zonas aledañas al río Zulia, caño Cuevas y
la quebrada La Floresta (Tabla 1).
En el marco del proyecto del reconocimiento arqueológico en el anillo vía de Cúcuta se realizaron
recorridos a lo largo de 27 kilómetros, durante las labores de campo se hallaron materiales que
podrían indicar sitios arqueológicos de ocupaciones tempranas, gracias a la presencia de en cuyos
materiales líticos de talla en ambientes similares al de la región de estudio. Los materiales
arqueológicos fueron encontrados en el tramo 8 y, 9 cerca a la quebrada Tonchalá y la Quebrada
Seca. El hallazgo de material lítico –la mayoría artefactos tallados sobre chert- infiere la práctica de
algunas de las actividades preparación y procesamiento de recursos vegetales o animales. (Rojas
y Montejo, 1998)
Exceptuado las investigaciones de Andrea Valero (2012) Los trabajos arqueológicos que se han
realizado en el departamento de Santander no abordan la problemática a nivel regional sino a nivel
local, es decir sólo tienen en cuenta las investigaciones realizadas en Norte de Santander sin
ahondar en el gran acervo bibliográfico que existe para los estados de Tàchira, El Zulia y el lago de
Maracaibo en Venezuela, en donde se han realizado numerosos estudios que permiten ver las
múltiples dinámicas regionales.
Como en el caso de los Barí, la movilidad de los grupos étnicos es un elemento clave para
entender el uso y el aprovechamiento del paisaje, por ende, no se puede restringir una análisis
arqueológico a los límites políticos arbitrarios que demarcan a frontera. Es por esta razón que
retomaremos algunas de las investigaciones realizadas en Venezuela, las cuales dan cuenta de
unas dinámicas culturales muy importantes para entender algunos aspectos del poblamiento de la
región.
Anderson Jaimes realiza un análisis entre la relación de los mojanes o chamanes y los petroglifos
tachirenses, en este estudio, el autor hace referencia de la estratégica ubicación geográfica del
área de estudio, la cual comunican las tierras bajas del lago de Maracaibo con las cordilleras de los
Andes, constituye también un corredor natural hacia los llanos y los santanderes y hacia el norte y
sur del continente. Jaimes realiza una compilación de los reportes de petroglifos en la región,
según él la primera referencia que se tiene de los petroglifos en la región del Táchira fue realizada
por Julio César Salas en San Juan de Colón. Algunos petroglifos encontrados para esta región se
encuentran asociados también a material cerámico o a terrazas –posiblemente de origen antrópico-
cerca a quebradas y otras fuentes de agua. Según Jaimes, las manifestaciones rupestres pueden
estar relacionadas con aspectos provenientes de la mitología entre los cuales el chamán tiene un
rol fundamental en la organización social de los grupos humanos que las representan,
adicionalmente, que las razones por las cuales se plasmaron las figuras en que se ven
representadas en los petroglifos podrían obedecer prácticas rituales, desarrollos tecnológicos,
cuestiones estéticas, formas de transmisión de cosmogonías y saberes entre otras.
Registro Etnohistórico
El departamento Norte de Santander estuvo habitado principalmente por las etnias Motilones y
Chitareros. Para el caso de los Motilones, vale la pena resaltar el análisis etnográfico realizado
Gerardo Reichel-Dolmatoff en la Sierra del Perijá que da cuenta de sus costumbres y elementos
lingüísticos característicos. Para la década de los 50 los indígenas Motilones habitaban la vertiente
occidental de la Serranía del Perijá y la Vertiente Oriental de los valles altos del Catatumbo y río de
Oro, los cuales se dividían en dos grupos: la “gente de monte” y la “gente de agua”(REICHEL-
DOLMATOFF, 1945; 19). Según las referencias existentes de los Motilones, era un grupo
conformado por 4 tribus (Yucumares, Sacarare, Socombras y Sicarares) en un espacio reducido
que limitaba al sur con los Chitareros, al sur occidente con los Malibúes y su territorio se extendía
hasta el actual estado de Zulia en Venezuela. En cuanto a su apariencia física son descritos como
individuos de estura baja, probablemente asociada a problemas de nutrición, como un pueblo muy
sano con algunas enfermedades de tipo osteomuscular, adicionalmente han sido afectados por
enfermedades foráneas como gripa y sarampión. Según el autor, el nombre Motilón podría referirse
a la costumbre de llevar el pelo muy corto.
La cerámica según Reichel- Dolmatoff (1945: 36) se describe como “tosca y muy rudimentaria
como en todas las tribus Karib de la selva, las grandes ollas se forman de tierra gredosa mezclada
con agua y ceniza que amasada en tiras se coloca en círculos superpuestos dando el modelado
del recipiente. Aplanando el interior de las paredes con las manos, la vasija se seca luego al sol y
luego a un fuego lento cubriéndola con la ceniza caliente. La única forma que pude observar son
ollas globulares de manufactura cruda que carecen de pie y cuello teniendo solamente un pequeño
reborde exterior alrededor de la boca circular”. El autores mencionan que la producción de
cerámica no es muy común dada la escasez de fuentes de extracción de materiales, no obstante
esta idea no puede ser aplicada para la totalidad de pueblos Motilones que habitaron en el pasado
debido a que en las inmediaciones de Cúcuta se realiza extracción de arcillas para elaboración de
materiales de construcción. No obstante, la ausencia de material cerámico de origen prehispánico
puede derivarse de la falta de fuentes de extracción de materias primas.
En cuanto a las formas de subsistencia, los Motilones fueron descritos como recolectores de frutos
silvestres con una agricultura deficiente. Esta recolección es principalmente realizada por las
mujeres, algunas veces complementada con pequeñas aves, caracoles de quebradas y en
ocasiones con dantas, tigres –el cual se mataba en defensa personal-, iguanas y gusanos. En
menor medida las actividades eran integradas con la pesca con arco y flecha y muchas veces con
la mano. La dedicación casi exclusiva a actividades de recolección, puede indicar ausencia de
áreas de cultivo que puedan dar cuenta de procesos productivos en el pasado. Es decir, que
ciertas prácticas agrícolas no sean parte de las tradiciones y esto no se deba a cambios actuales.
Otro factor que podría significar la no implementación de cultivos es la reducción del territorio por
procesos de colonización reciente debido a que el tradicional territorio Bari se extendía por la
cuenca del Catatumbo y del Zulia hasta los estados de Táchira y el Zulia en Venezuela, este
territorio fue reducido primero por los procesos de conquista posteriormente por colonizadores
recientes y actividades económicas para la explotación de petróleo y carbón. Desde el punto de
vista del autor, el territorio de los Motilones fue más extenso alcanzando las inmediaciones del río
Magdalena hasta Tamalameque, asimismo la región de Ocaña y la vertiente oriental del río
Catatumbo y el sur del lago Maracaibo, la ciénaga de Zapatosa y las inmediaciones del río Zulia.
Según María Fernanda Torrado la resistencia de los Bari fue intensa entre 1530 y 1730 con la
inmersión de misioneros capuchinos quienes formaron pueblos de indios en la región, no obstante
se logró la “pacificación” de los indios quienes fueron trasladados a otros sitios modificando así los
patrones de asentamiento y la organización interna de cada comunidad. Según Torrado, en 1905 el
gobierno de Rafael Reyes otorgó a Virgilio Barco la concesión para la explotación y exploración
petrolera en el territorio Bari, para ello fue necesario que los capuchinos intervinieran nuevamente
con el fin de facilitar el contacto y minimizar los conflictos entre indios y colonos, estrategia que no
dio resultado y que por el contrario incrementó la expansión de las haciendas y la esclavitud de
indios hacia el Zulia, estos conflictos se extendieron hasta la década de los 20. Para el ingreso de
las industrias petroleras en la región, el gobierno tuvo que garantizar el control de las hostilidades
pro parte de los Bari o Motilones mediante “cuerpos de policía armada o de la fuerza pública”
(Torrado, 2012), decisión que motivó múltiples pronunciamientos pro parte de líderes indígenas en
el país como Quintín Lame, no obstante, pese a la fuerte resistencia de los Bari y gracias al apoyo
del gobierno perdieron parte del territorio. Hasta 1981 se crearon los resguardos indígenas Motilón
Bari de la Gabarra y el Barí de Catalaura en los municipios de Teorama, Convención, el Carmen y
El Tarra y Tibú.
Los múltiples procesos sociales derivados de los frentes de colonización en el territorio que hoy
constituye el departamento de Norte de Santander han propiciado el aislamiento de los Barí, la
reducción de su territorio los ha llevado a un cierto aislamiento por lo cual se conoce poco sobre
sus costumbres. Según la información consultada los integrantes de este grupo étnico,
“se rigen por un principio básico "Saymaydódjira, que es el Dios desde el principio anterior
a la existencia del motilón. Para hablar con él los Bari Utilizan unas cuerdas fabricadas con
pelo de animal para subir al cielo y comunicarse con sus espíritus superiores… en cada
bohío hay dos caciques jerarquizados por antigüedad: el más viejo tiene roles directivos, de
orientación y de planeación, mientras el más joven desempeña roles ejecutivos… El
cacique tiene más la función de dirigir y de opinar que la de imponer su autoridad,
establecer sanciones o servir de juez. Sin embargo, es un elemento importante para la
conformación familiar.” (Gutiérrez, 2010)
Para los Barí, este dios es el creador de todo lo que existe y por ello tanto los animales como los
objetos poseen alma. El rito de iniciación de los hombres implica la adopción de un nuevo nombre
el cual debe mantenerse en secreto y de su primer guayuco.
Se dice que el nombre motilón fue asignado a este grupo étnico a raíz de una epidemia de viruela
lo cual conllevó a que los individuos adoptaran un singular corte de cabello y por ende son
conocidos así. Otras fuentes indican que el nombre fue asignado debido a que tenían la costumbre
de cortarse el pelo cada seis meses (Gutiérrez, et al. 2010)
Por otro lado para los Chitareros existen algunas referencias que hacen mención a sus modos de
vida y producción, entre la literatura que se refiere a este grupo étnico, vale la pena resaltar el
trabajo de investigación etnohistórica realizado por Silvano Pabón (1992) quien destaca varios
aspectos de las condiciones de vida. Para el caso de las pautas de poblamiento y vivienda, el autor
menciona que para el siglo XVI a la llegada de los españoles las viviendas de los motilones se
encontraban dispersas en valles y laderas cercanos a las fuentes de agua pero al mismo tiempo
manejando varios pisos térmicos, estas anotaciones también fueron hechas por Pedro de Ursúa
quien menciona encontrar cerca de 700 casas distribuidas por los valles (en: Pabón; 1992: 37). Las
crónicas mencionan que los Chitareros almacenaba el maíz en silos y las viviendas eran
rectangulares de bahereque con incrustaciones de piedra y cubiertas de paja, la altura del techo
variaba según la ubicación en determinados pisos térmicos, por otro lado los sitios de
enterramiento eran dispuesto de acuerdo a la ubicación de sus viviendas en colinas o criptas
rocosas en las partes altas (Pabón; 1992: 26).
Según las crónicas los indios Chitareros no contaban con cacique y por el contrario obedecían al
indio más rico y más valiente a manera de capitán, aunque no había caciques existían indios
principales. No obstante era un pueblo más organizado en cuestiones de guerra y defensa de su
territorio que el pueblo Guane. Los estudios lingüísticos indican que la población chitarera
pertenecía a la familia lingüística chibcha, este estudio también se basa en las crónicas de Pedro
de aguado quien menciona las similitudes entre los muiscas y los chitareros.
En cuanto a su territorio Pabón (1992:10) menciona que la distribución de los indios Chitareros
comprende el territorio de los municipios de Cachirí, Suratá, California, matanza, Vetas, Chartas,
Tona, Guaca, Servitá y l parte alta de Sta. Bárbara, Cepitá, Umpala. Los municipios
Nortesantanderanos de Silos Chitagá Mutiscua, Cácota, Pamplona, Pamplonita, Durania,
Bochalema, Chinacota, Cucutilla, Toledo, Labateca, Herrán, Ragonvalia, Arboleda, Zulia, Salazar,
San Cayetano y Cúcuta, extendiéndose hasta San Cristobal en el estado de Táchira Venezolano.
La frontera étnica en esta parte norte y nororiental está poco determinada, tampoco lo está con las
etnias Lache y Tuneba en los sectores de concepción, el Cerrito y Carcasí, Al sur limitaba con los
Guane hacia la cabecera del río Umpalá. Con los Lache era el río Servitá, Caracasí es una zona de
intercambio precolombino entre las etnias Tunebos, Laches y Chitareros (Ver figura 6).
Por otro lado para el caso de los Chitareros existen algunas referencias que hacen mención a sus
modos de vida y producción, entre la literatura que se refiere a este grupo étnico, vale la pena
resaltar el trabajo de investigación etnohistórica realizado por Silvano Pabón (1992) quien destaca
varios aspectos de las condiciones de vida. Para el caso de las pautas de poblamiento y vivienda,
el autor menciona que para el siglo XVI a la llegada de los españoles las viviendas de los motilones
se encontraban dispersas en valles y laderas cercanos a las fuentes de agua pero al mismo tiempo
manejando varios pisos térmicos, estas anotaciones también fueron hechas por Pedro de Ursúa
quien menciona encontrar cerca de 700 casas distribuidas por los valles (en: Pabón; 1992: 37). Las
crónicas mencionan que los Chitareros almacenaba el maíz en silos y las viviendas eran
rectangulares de bahereque con incrustaciones de piedra y cubiertas de paja, la altura del techo
variaba según la ubicación en determinados pisos térmicos, por otro lado los sitios de
enterramiento eran dispuesto de acuerdo a la ubicación de sus viviendas en colinas o criptas
rocosas en las partes altas (Pabón; 1992: 26).
Según las crónicas los indios Chitareros no contaban con cacique y por el contrario obedecían al
indio más rico y más valiente a manera de capitán, aunque no había caciques existían indios
principales. No obstante era un pueblo más organizado en cuestiones de guerra y defensa de su
territorio que el pueblo Guane. Los estudios lingüísticos indican que la población chitarera
pertenecía a la familia lingüística chibcha, este estudio también se basa en las crónicas de Pedro
de aguado quien menciona las similitudes entre los muiscas y los chitareros.
3. OBJETIVOS
Objetivo general
Evaluar el potencial arqueológico, del área correspondiente a Concesión No. 458 en el Municipio
de Cúcuta. Mediante prospección arqueológica y de esta forma contribuir al conocimiento de las
trayectorias de ocupación de los actuales territorios que conforman el Municipio de Cúcuta.
Objetivos específicos
4. METODOLOGÍA
Para el desarrollo del presente proyecto, se realizó en la zona de influencia del proyecto una
prospección arqueológica, con el fin de evaluar en terreno y el impacto que producirá una obra
específica sobre el patrimonio arqueológico (ICANH, 2010). En estas labores, mediante la
realización de sondeos, reconocimiento visual del paisaje, recolecciones superficiales y revisión de
perfiles expuestos, se buscó detectar la presencia o ausencia de vestigios arqueológico que
puedan ser afectados por las obras de ingeniería a ser desarrolladas (Tabla 2). Sin embargo
durante estas labores no fue posible el hallazgo de evidencias arqueológicas.
Por lo tanto, esta fase deberá conducir a la localización de sitios arqueológicos o a su ausencia en
esta zona determinada, además de suministrar información relevante sobre los diversos aspectos
de los yacimientos arqueológicos presentes en el área a ser intervenida (ICANH, 2010). De
acuerdo a la información obtenida, se elaborara el plan de manejo arqueológico correspondiente,
siguiendo los lineamientos establecidos por el Instituto Colombiano de Antropología e Historia
(ICANH, 2010).
Por consiguiente, para el adecuado desarrollo del presente proyecto, se emplearon tres fases
como marco metodológico, con el fin de abordar de forma coherente y clara cada una de las áreas
a ser intervenidas por las obras. Por lo tanto, el desarrollo de este proyecto se dividirá de la
siguiente forma: Fase Pre Campo, Fase Campo y Fase Post Campo.
Investigación bibliográfica
Como parte de las actividades desarrolladas en la fase de pre campo, se consultó la base de datos
del ICANH para identificar los informes de arqueología preventiva e investigaciones académicas,
realizados en el municipio de Cúcuta y sus alrededores, de ese listado se considerarán aquellos
informes que reportan vestigios arqueológicos. De igual forma se tuvo en cuenta publicaciones que
permitan contextualizar la región y las diversas dinámicas desarrolladas en este extenso territorio,
tanto en tiempos prehispánicos como en el momento del proceso colonial.
Revisión cartográfica
Otro de los puntos de importancia que se tuvo en cuenta durante el análisis y entendimiento del
área y su contexto arqueológico fue la consulta del Atlas Arqueológico Nacional, a partir del cual se
tomaron como referencia los sitios arqueológicos cercanos al área de influencia del presente
proyecto con el fin de brindar una mayor claridad y contextualización del área.
Para facilitar el registró de la información, se tomaron como referencia las fichas de toma de
información de pozo de sondeos (Figura 2).Donde se consignó la información correspondiente al
resultado del sondeo, profundidad, color del suelo, estratos observados, hallazgos, tipo de hallazgo
y profundidad del material recuperado.
Fase de campo
Prospección
Durante la apertura de los sondeos se identificaron las características del suelo que den cuenta de
intervenciones antrópicas prehispánicas, como cortes súbitos en los horizontes del suelo,
compactación y estructuras laminares del suelo por pisoteo, adicionalmente se llevará registro en
fichas, fotográfico y en base de datos de todos los sondeos realizados, así como de su ubicación
geoespacial.
Figura 3 Distribución de los sondeos en grilla de prospección sistemática en área,
cada 20 metros.
Sistematización de la información.
Análisis de resultados
Para la elaboración del informe, se ordenó la información obtenida en campo para su exposición,
se seleccionó el material fotográfico más relevante para incluirlo en el documento y se depuro la
información geográfica para generar el mapa arqueológico. A partir de los resultados, se
establecerá el potencial arqueológico del área estudiada y se formulará el plan de manejo
arqueológico, el cual debe desarrollarse antes o durante las obras de adecuación y construcción.
5. RESULTADOS DE CAMPO
Para el desarrollo del presente proyecto, el equipo de trabajo realizó un reconocimiento inicial del
área de influencia directa e indirecta mediante la cartografía suministrada por la empresa Tejar de
Pescadero S.A.S. Con el fin de poder determinar características geomorfológicas que posean
rasgos apropiados para una posible ocupación humana, tales como zonas planas, montículos o
terrazas, áreas cercanas a afluentes de agua y zonas aptas para la agricultura.
Asimismo, se generó una caracterización previa del área de influencia directa del proyecto con
base en el uso actual del suelo y los niveles de intervención presentes en la zona por
adecuaciones contemporáneas como construcciones, caminos, trochas y alteraciones relevantes
en el paisaje.
Una vez en el terreno, se procedió a realizar el recorrido de la zona del proyecto, teniendo en
cuenta las características del área con el fin de revisar aquellas áreas que presentan
características adecuadas para el hallazgo de evidencias arqueológicas, como las cimas del cerro
o pequeñas áreas planas que pudieran ser empleadas para el asentamiento de grupos humanos;
posteriormente se realizaron los recorridos por el área siguiendo la grilla de los sondeos realizada
por un sistema de información geográfica (SIG) a lo largo de todo el polígono que comprende la
zona a intervenir por las labores del proyecto. La grilla empleada tiene cada uno de los sondeos
georreferenciados en el sistema Bogotá Magna Sirgas, los cuales se realizaron a una distancia de
20 metros, con el fin de dar una mayor cobertura y minimizar cualquier impacto sobre el patrimonio
arqueológico presente en el lugar.
Estas particularidades ambientales se reflejan en la vegetación arbustiva baja (Fotografía 1), sin
embargo, es de recalcar que la vegetación del lugar pertenece a un bosque secundario, en el cual,
con el paso de los años se han introducido una variedad de especies que conforman el paisaje
actual. La geomorfología del lugar se caracteriza por ser una colina con ondulaciones en la base
del cerro tornándose en un relieve más escarpado con pequeñas áreas un poco onduladas a
medida que se asciende por el mismo (Fotografía 2). El cerro carece de nacimientos de agua y
solo cuenta con algunos caños que circulan solo en temporadas de lluvia, siendo entonces la
fuente hídrica más cercana al lugar el Río Pamplonita. En cuanto a las particularidades del suelo,
se encuentra un área con características semiáridas con suelos de baja humedad dadas las
características climáticas y ambientales del ecosistema.
Fotografía 1. Panorámica desde la concesión minera no 458, hacia el rio Pamplonita.
En el área se presenta un relieve abrupto con algunas elevaciones que van desde los 320 m.s.n.m
hasta los 600 m.s.n.m. También se presenta un sistema colinado característico de los terciarios
tales como lo es la Formación Barco (Tpb) (Tejar de Pescadero S.A.S, 2009). En esta región, el
régimen de temperatura del aire se particulariza por la presencia de los llamados pisos térmicos,
consistentes en la disminución de la temperatura media del aire a medida que aumenta la altura
sobre el nivel del mar (Tejar de Pescadero S.A.S, 2009). El total del área municipal está en el piso
térmico cálido. La vegetación según L. R. Holdrige, en la zona de estudio predomina la zona de
vida Bosque Cálido Seco. La zona de estudio está caracterizada por la fuerte influencia de tipo
porcina y minería (Tejar de Pescadero S.A.S, 2009).
Durante los recorridos realizados en el área de la concesión minera No 458, se lograron identificar
tres áreas con características particulares tanto por las intervenciones presentes como por su
conformación actual, por tal motivo, a continuación se realizara la descripción de cada una de
estas áreas con el fin de presentar un corpus de información coherente para el entendimiento de la
zona.
5.2.1 Área 1.
El inicio del recorrido hacía la zona de concentración de los sondeos, permitió evidenciar y a la vez
registrar la magnitud de material removido de las laderas que conforman la colina, debido a las
actividades de explotación que se llevan a cabo en la actualidad por parte de la empresa Arcillas
del Oriente, lo que ha dejado como resultado una parte del área a prospectar altamente alterada, lo
cual, imposibilito la excavación de un gran número de sondeos (Fotografía 3). A través del
recorrido se registraron a su vez una variedad de perfiles expuestos a causa de la extracción de
material, así como también de la formación de vías de acceso para el cargue de material.
Dadas las dificultades que se presentaron a la hora de realizar casi la totalidad de los sondeos, se
describen todos los pozos excavados para dar una muestra y hacer un balance mediante las
características de la información recolectada. El sondeo 307 se excavo en la parte superior de un
perfil que fue formado por las extracción de materiales, sin embargo, el área donde se localizaba el
sondeo no se encontraba intervenida. La composición de los suelos del sondeo son de textura
areno/arcillosa, con un color correspondiente en la tabla Munsell al 10YR5/3, con presencia de
raíces finas y gran cantidad de gravas y guijarros, se descendió hasta una profundidad de 30 cm
por la compactación de los suelos.
Aproximadamente 100 metros adelante en dirección Nor – Este se encontró una zona donde su
pudieron realizar 3 sondeos de manera consecutiva separados 20 metros uno respecto a los otros.
En este punto el terreno presentaba un relieve ondulado con afloraciones rocosas y la capa vegetal
había sido retirada con anterioridad por medio de quemas y cortes, para el establecimiento de
viviendas de invasión (Fotografía 5).
Fotografía 5. Zonas afectadas por la modificación del terreno para el asentamiento de invasión, en
el área de la concesión Minera No 458..
En el sondeo 230 se encontraron suelos con textura arenosa, con presencia de raíces finas y
medias en los primeros 20cm, con una compactación media en los suelos y un color
correspondiente en la tabla Munsell al 10YR7/8. A los 40cm se encuentra un afloramiento rocoso
por lo cual solo se llega hasta esta profundidad (Fotografía 7). El sondeo 229 se encontraba en una
zona con pocas ondulaciones, sin capa vegetal en el área circundante, sus suelos presentaban
una textura areno/arcillosa con el color 7.5YR6/8, se detuvo a los 30cm de profundidad la
excavación, por una roca de 30cm de diámetro en medio del sondeo (Fotografía 8). El sondeo
siguiente que se registro fue el 228, este presentaba granulometría media, así como también
raíces finas y gravas hasta los 40cm de profundidad, su textura era arenosa y el color
correspondiente a la tabla Munsell era el 7.5YR6/8 (Fotografía 9). Todos los sondeos arrojaron
resultado negativo en evidencias arqueológicas.
Fotografía 6 Apertura pozo de sondeo 307 - Fotografía 7 Apertura pozo de sondeo 230 -
Concesión N°458. Concesión N°458.
Fotografía 8 Apertura pozo de sondeo 229 - Fotografía 9 Apertura pozo de sondeo 228 -
Concesión N°458. Concesión N°458.
Las quemas y cortes en la superficie vegetal de los suelos antes descrita, se encuentran en una
zona extendida del área por una problemática que se desarrolla actualmente en el cerro como lo es
la invasión del predio por parte de un gran número de familias. En este extremo del área en
particular, la alteración de los suelos no ha sido muy significativa, ya que apenas se están dando
modificaciones en el terreno. Tal y como se describió con anterioridad, se buscaron espacios en el
área donde se pudiera dar la apertura de sondeos, donde aún no se construyeran banqueos o se
dieran intervenciones en el subsuelo por excavaciones pequeñas.
El sondeo 220 se encontraba en medio de un espacio con una inclinación baja, ya anteriormente
delimitado para la construcción de una casa de invasión, sin embargo lo único modificado era la
remoción de la capa vegetal. La textura de los suelos es arenosa con un color correspondiente en
la tabla Munsell al 10YR6/8, con granulometría media y presencia de raíces finas y medias hasta
los 20cm, la profundidad del sondeo alcanzo los 40cm (Fotografía 10). A medida que se avanzaba
en el cerro en dirección norte, el relieve se tornaba más pendiente, de esta manera el sondeo 161
estaba ubicado en un terreno con mayor inclinación, en medio de afloramientos rocosos y con
vegetación más densa ya que no había sido removida. La profundidad que se alcanzó en el
sondeo fue de 40cm, los suelos presentaban una compactación media con textura arenosa con un
color correspondiente al 10YR6/8 y con presencia de gravas, guijarros y raíces finas y medias
hasta los 20cm (Fotografía 11). El sondeo 158 se encontraba a 60 metros en dirección Oeste
respecto al sondeo 161, sus suelos eran de textura arenosa, con presencia de raíces finas y
medias hasta 20 cm, se encuentra un afloramiento rocoso a 30 cm de profundidad, por lo cual se
detiene la excavación del sondeo. 10YR7/8 fue el color identificado en la tabla Munsell (Fotografía
12).
Fotografía 10 Apertura pozo de sondeo 220 - Fotografía 11 Apertura pozo de sondeo 161
Concesión N° 458. - Concesión N° 458.
5.2.2 Area 2.
El area 2 esta localizada al costado Nor-Occidental de la concesion Minera No 458, en la zona de
mayor elevación. En este sector se presenta una fuerte intervención producto de la puesta en
escena desde hace varios años de una coquizadora. La cual como parte de sus labores de
aducacion del terreno ha intervenido la matriz del suelo y modifiado las coberturads devegetales
presentes mediante la puesta en escena de maquinara pesada, la construcción de acceso, hornos
y areas de almacenamiento (Fotografía 14).
Fotografía 14. Panorámica de la coquizadora, donde se observan los hornos, áreas de acopio y
zona intervenida por las adecuaciones para esta actividad.
5.2.3 Área 3.
La tercera área del polígono de la concesión minera No 458, está localizada hacia el sector sur
Occidental. Se caracteriza por presentar un terreno con fuertes inclinaciones y vegetación
compuesta de bosques secos bajos y vegetación arbustiva segundaria producto de la intervención
antrópica realizada durante los últimos años. Este sector al igual que los anteriores presenta
intervenciones recientes fruto de actividades sociales relacionadas con la expansión de los barrios
de invasión. Estos procesos han llevado a la adecuación del terreno mediante la tala y quema de la
vegetación, con el fin de limpiar extensas áreas y poder establecer banqueos construidos con
rocas para la construcción de viviendas o cambuches (Fotografía 16).
Fotografía 17. Áreas intervenidas por las actividades de invasión, donde se realizron
revisiones en superficie.
La invasión del predio correspondiente a la concesión miera No 458, se extiende hacia el sur
Oriente, donde en la actualidad se observan la construcción de casas en material y la adecuación
de vías de acceso, hechos que no permiten el desarrollo ideal de la prospección arqueológica, al
presentar fuertes alteraciones y predios con accesos restringidos (Fotografía 18). Por tal motivo en
estos sectores solo se realizaron revisiones superficies en aquellas áreas donde se observaran
exposiciones de los suelos sin presencia de rellenos o materiales de construcción. Durante el
desarrollo de esta actividad no se realizó el hallazgo de evidencias arqueológicas.
6. Conclusiones
Este apartado del documento presenta los resultados del programa de arqueología preventiva
desarrollado para la el Contrato de Concesión No. 458 en el Municipio de Cúcuta en el
departamento de Norte de Santander, cuyo objetivo consistió en efectuar el reconocimiento de
áreas que van a ser objeto de intervención por obras civiles, con el fin de prevenir y mitigar la
alteración o destrucción de las posibles evidencias arqueológicas que pudiesen existir en el área.
Para cumplir con este propósito, el estudio se enfocó en determinar la presencia o ausencia de
evidencias arqueológicas y a su vez, dar cuenta del aprovechamiento, usos y ocupación de las
unidades de paisaje presentes en el área por parte de grupos humanos en el pasado y
modificaciones producto de la actividad antrópica reciente.
Por lo tanto, la falta de evidencias arqueológicas, se pueden explicar por las características
imperantes en el terreno donde los procesos o dinámicas postdeposicionales naturales y
antrópicas, producto de las escorrentías y la dificultad del terreno, causan que las posibles
evidencias localizadas en las partes altas, sean desplazadas hacia las áreas bajas o terrenos
llanos, por lo tanto, esta zona se puede catalogar como de bajo potencial arqueológico. Sin
embargo, es importante señalar que a pesar de que la zona de influencia del proyecto no
presentara hallazgos, no se puede descartar la presencia de los mismos en otras zonas aledañas y
en la parte baja de la ladera, ya que las condiciones geográficas en sectores cercanos podrían ser
favorables para el asentamiento humano.
Teniendo en consideración lo anterior, se puede decir que las áreas donde se localiza el presente
proyecto pudieron ser empleadas como zonas de paso, cotos de caza o áreas para obtención de
materias primas. Por tal motivo, esta región debe ser contemplada como una red interconectada
donde se desarrollaron diversas dinámicas culturales dependiendo del uso y aprovechamiento del
paisaje.
Por lo anterior, el Plan de Manejo arqueológico diseñado para este proyecto consiste en
recomendar la inclusión del componente arqueológico en los talleres de capacitación al personal
contratado, con el fin de que conozcan la legislación sobre patrimonio y los pasos a seguir ante un
hallazgo fortuito y en la realización de la fase monitoreo en caso de efectuar las intervenciones
proyectadas (Ver plan de manejo anexo), es importante anotar de la misma forma que la
caracterización arqueológica y la implementación de las medidas son para los sitios donde se
realizaron las actividades de prospección.
7. BIBLIOGRAFÍA
PÁGINAS WEB.
http://www.icanh.gov.co, ingreso el 23 de diciembre del 2016.
http://www.laopinion.com.co/cucuta/desalojaron-invasores-de-cerro-tasajero-128752#ATHS ingreso
el 28 de Febrero del 2017.
http://www.laopinion.com.co/cucuta/denuncian-invasion-en-area-de-proteccion-del-cerro-tasajero-
126363#A ingreso el 28 de Febrero del 2017.
8. ANEXOS
En esta etapa del ciclo técnico se prevé realizar como actividad de arqueología pública y
divulgación, la respectiva capacitación a los baquianos que colaboren durante la prospección. Esta
tratara los siguientes temas ¿Qué es la Arqueología?, ¿Qué es el Patrimonio Arqueológico?, ¿Cuál
es la legislación vigente al respecto?, ¿Qué clase de evidencias se han encontrado en la región?, y
¿Qué hacer en caso de hallazgo fortuito?
De igual manera, se aprovechará los espacios de socialización del proyecto con la comunidad,
para realizar este ejercicio de divulgación. La manera de reportar estas tareas, será por medio de
la lista de asistencia a la actividad de socialización y el registro fotográfico de la misma. Como aún
no se han concertado y definido las fechas de socialización del proyecto, no se plantean aquí estos
datos.
Por otra parte, como los proyectos de ingeniería se encuentran en este momento en una etapa pre-
operativa, se tiene contemplado incluir en el plan de manejo arqueológico que se formulará,
actividades de divulgación y capacitación entre el personal de obras civiles y la comunidad.
Debido a que los resultados de la prospección fueron negativos en cuanto al registro de material
arqueológico, no se proponen medidas de rescate. Sin embargo, es necesario que se planteen
actividades de mitigación que garanticen la preservación y protección del patrimonio arqueológico.
Se deberán realizar capacitaciones al personal de obra (calificado y no calificado), cuyo fin será el
dar a conocer los pasos a seguir en caso de un hallazgo fortuito y se hará una divulgación de la
legislación sobre el patrimonio arqueológico que deberá ser cumplida durante la ejecución de la
obra y realizar el monitoreo arqueológico de las zonas destinadas a la explotación de arcillas.
Por otro lado debe definirse un protocolo a seguir, en caso de hallazgos ocasionales, el cual debe
estar expuesto en las oficinas y campamentos que se dispongan en la zona de trabajo.
Este protocolo debe ser conocido por todo el personal involucrado en las labores de campo.
PROTOCOLO EN CASO DE HALLAZGOS OCASIONALES DE PATRIMONIO
ARQUEOLÓGICO
En el caso concreto de la zona objeto de este Plan de Manejo, corresponde a las áreas a ser
objeto de intervenciones para explotación de arcillas que se localicen en el interior del título minero
No 458, dado que con este cubrimiento se podrá dar alcance a la totalidad de la zonas a ser
intervenidas con el fin de identificar nuevas áreas arqueológicas o delimitar el uso del espacio
realizado por los grupos que habitaron este sector en el pasado.
Durante los monitoreos podrá ser necesario realizar salvamentos arqueológicos de urgencia, lo
cual implica detener las obras civiles en curso mientras se rescata el patrimonio arqueológico
hallado y si es el caso, contratar personal calificado adicional para emprender el rescate; este
último, deberá ser aprobado por el ICANH. El monitoreo arqueológico y los consecuentes
salvamentos de urgencia también deberán contemplar las etapas de análisis de evidencias y
elaboración de informe que se plantean como protocolo básico de los rescates arqueológicos.
El monitoreo arqueológico es una actividad permanente mientras estén en curso las fases de
adecuación, construcción, excavaciones y remoción de la capa vegetal. En estos contextos, los
equipos de monitoreo (arqueólogos) serán tantos como se requiera para atender los diferentes
frentes de trabajo simultáneos que se tengan, o ajustados a un plan distinto, una vez se conozcan
los cronogramas y tipos de intervenciones que se harán.
Es importante mencionar que durante el monitoreo se tendrá que realizar el respectivo control de
las labores de seguimiento. Estas labores contaran con un registro escrito que se gestionara
mediante fichas y asimismo un registro fotográfico. Por otra parte, la distribución de este trabajo se
tendrá que sectorizar por áreas a monitorear para dar un mayor control a las labores de monitoreo.
Esta sectorización dará al arqueólogo una información más precisa sobre los hallazgos que se
puedan evidenciar dentro del área o en su defecto de cotejar los tipos de suelo que se evidencian
en esta área. Se recalca que este registro que se realizará durante las labores de monitoreo son
totalmente diferentes del procedimiento en caso de hallazgo fortuito. Para lo cual el arqueólogo
monitor, deberá gestionar sus propias fichas de registro que contengan la información suficiente
(registro de suelos, estratigrafía, dibujos de perfil, observaciones, tipo de hallazgo, cantidad
material recuperado, coordenadas del hallazgo, profundidad etc.).
• Realizar caminatas en áreas aledañas a las zonas de explotación para poder detectar
posibles sitios arqueológicos, cabe resaltar que, al ser un área con erosión, las posibles evidencias
(de haber) muy posiblemente se podrán encontrar de manera superficial, todo esto para tratar de
evidenciar si en estas áreas cercanas puede también evidenciar material arqueológico.
La tarea del arqueólogo monitor o el equipo que para tal efecto se contrate, operará sobre la base
de que la empresa Contratista habrá desarrollado y puesto en marcha en un Protocolo para
Hallazgos fortuitos de Patrimonio Arqueológico, el cual deberá ser de público conocimiento por
parte de todo el personal que trabaje en las actividades que realice la empresa en este predio, bien
sea que se trate de personal contratado de manera directa o por intermedio de otros prestadores
de servicios.