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Historia Komatsu

La historia de nuestro origen


Las raíces de Komatsu se remontan hace más de 100 años, en un frondoso
bosque de Japón que albergaba una mina de cobre, vital para una
comunidad cercana. Nuestro fundador, Meitaro Takeuchi, era un
empresario con una extraordinaria visión humanitaria, comprometido con
mejorar la calidad de vida de la comunidad, desarrollar las generaciones
futuras y crecer con las necesidades de la sociedad. Dedicado a los ideales
de la educación para el pueblo y decidido a traer a Japón la última
tecnología industrial del extranjero para ayudar a construir una nación
competitiva e industrial, Takeuchi construyó una empresa nutriendo a su
comunidad.

Se funda Komatsu
Cuando Takeuchi se hizo cargo de la mina de cobre de Yusenji, cerca de la
ciudad de Komatsu (Japón), en 1902, financió proyectos para mecanizar los
procesos mineros y enseñar nuevas aptitudes a la gente de la comunidad.
Creó escuelas, envió a su personal al extranjero para que aprendiera las
últimas técnicas y compró máquinas para ayudar a mejorar la eficiencia de
la mina. Al mismo tiempo, financió y apoyó un departamento de ciencia e
ingeniería en la Universidad de Waseda, en Tokio, así como una escuela
industrial local para mejorar significativamente las oportunidades y
opciones educativas en las zonas rurales cercanas a la ciudad de Komatsu.

Takeuchi también sabía que los depósitos de cobre de la mina se agotarían


pronto y estaba decidido a proporcionar una nueva fuente de empleo a los
residentes de la zona, así que en 1917 fundó Komatsu Iron Works, una
empresa de maquinaria para el mantenimiento de equipos mineros. En
mayo de 1921, reunió a un grupo de inversionistas y formó Komatsu
Manufacturing Co., el comienzo de la empresa Komatsu que conocemos
hoy.

La nueva empresa comenzó a fabricar productos de acero fundido,


proporcionando empleo a muchos de los que habían dependido de la
mina, ahora agotada. El primer producto fabricado fue una prensa en 1924:
una máquina formadora de láminas de un cilindro, probablemente
utilizada para dar forma a artículos como botes o componentes para
productos de uso cotidiano, como ollas y sartenes.
Mientras Takeuchi y su equipo trabajaban para hacer crecer las
operaciones, se mantuvo fiel a sus principios: la calidad en primer lugar, la
innovación tecnológica, la globalización y el desarrollo de las personas.

Aunque la mentalidad convencional de la época dictaba que la sede de la


empresa debía estar en Tokio, Takeuchi estaba convencido de que la
empresa debía seguir vinculada a la zona rural donde se había fundado y
beneficiarse de ella. Pensó que, si los jóvenes del campo recibían
educación y capacitación en la empresa, seguirían siendo empleados
leales. Ese compromiso mutuo entre la empresa y la comunidad ha sido
una parte fundamental de la capacidad de Komatsu para superar juntos los
desafíos y formar asociaciones duraderas para satisfacer las necesidades
dinámicas de la sociedad.

En 1931, cuando el gobierno japonés quería mecanizar la industria agrícola


y abandonar la producción de tracción animal, Komatsu estaba preparada
para suministrar al país el primer tractor agrícola sobre orugas.

En vísperas de la Segunda Guerra Mundial, cuando los presupuestos de


defensa japoneses y la construcción naval aumentaron, los equipos de
Komatsu ayudaron a satisfacer la demanda de una gran variedad de
productos requeridos por los militares. Una vez terminada la guerra, el
gobierno buscó la ayuda de Komatsu para aumentar la producción de
tractores agrícolas, arados y otros equipos.

En la década de los cincuenta, el compromiso de Komatsu con la creación


de valor a través de la fabricación y la innovación tecnológica se globalizó,
ya que la empresa comenzó a exportar productos y a abrir sedes en otros
países. Las motoniveladoras y las prensas hidráulicas para Argentina en
1955 fueron las primeras exportaciones de Komatsu, seguidas por las
exportaciones a China e Indonesia. En 1958, Komatsu fundó su primera
oficina de enlace en la India. Desde 1964 hasta 1986, la empresa estableció
oficinas, fábricas y asociaciones duraderas con distribuidores en Europa,
América del Norte y del Sur, Asia y África. A medida que nos expandimos
por el mundo, aprovechamos los puntos fuertes de la producción global al
tiempo que fomentamos el liderazgo local y creamos valor para los clientes
a los que servimos, invirtiendo en cada comunidad y apoyando a la
sociedad dondequiera que trabajemos. Con cada desafío que se enfrentó,
los equipos de Komatsu avanzaron juntos, esforzándose por innovar,
diversificarse en nuevos mercados y expandirse globalmente.

El legado de la marca sigue vivo


La visión y los sólidos principios rectores que guiaron a Takeuchi han
resistido el paso del tiempo. A lo largo de los años, la inversión continua de
Komatsu en capacidades básicas y las adquisiciones estratégicas han
conectado a personas inteligentes y diversas con tecnologías de
vanguardia, gracias a la convicción común de que las asociaciones son la
mejor manera de enfrentar los desafíos y satisfacer las necesidades de la
sociedad.

La filosofía de Komatsu se transmite de generación en generación a través


de nuestros principios, estrategias, The Komatsu Way y la creencia de que
la responsabilidad social empresarial es parte de nuestro negocio
principal y del valor que creamos. En las comunidades de todo el mundo,
Komatsu sigue retribuyendo a través de asociaciones, voluntariado y apoyo
directo. Queremos desempeñar un papel activo para apoyar el éxito a
largo plazo de la sociedad mediante esfuerzos sostenibles que van más allá
de Komatsu. En conformidad con los Objetivos de Desarrollo Sostenible
de las Naciones Unidas, nos centramos en reducir las emisiones de CO2,
aumentar el uso de energías renovables, conservar el agua y reducir los
residuos.
Desde nuestra ciudad fundadora hasta la comunidad global en la que
operamos hoy, sabemos que somos más fuertes cuando creamos valor
juntos.

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