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Una recuperación

historiográfica:
Artes plásticas en Colombia, de
Juan de Garganta
Carlos Arturo Fernández Uribe

Resumen Abstract
El siguiente texto, que da cuenta del hallazgo de The following article refers to the rediscovery
32 una obra prácticamente desconocida hoy, es fruto of a book that had become practically
del proceso de búsqueda de archivos del proyecto unknown. It is a byproduct of the archival
Los criterios de la crítica en el arte colombiano search that has taken place as part of the
del siglo XX , que desarrolla el Grupo de research project The Criteria of the Critique of
investigación de Teoría e Historia del Arte en Art in 20th Century Colombian Art. The project
Colombia, adscrito a la Facultad de Artes y al is now being carried out by the Research
Instituto de Filosofía de la Universidad de Group on the Theory and History of Art in
Antioquia. Colombia, ascribed to the School of Arts and
to the Institute of Philosophy of the University
of Antioquia.

En agosto de 1959, el Departamento de Relacio- están dedicadas al texto, de unas doce páginas, que se
nes y Publicidad de la Compañía Suramericana de presenta en español y en traducción al inglés; las
Seguros publicó el libro Artes plásticas en Colom- restantes ofrecen imágenes fotográficas que ilustran
bia1, del doctor Juan de Garganta, dentro de los pro- la presentación teórica. Sin embargo, este libro, hoy
gramas para celebrar los 15 años de la fundación de casi completamente desconocido, representa uno de
Suramericana. La publicación de este libro se consti- los primeros esfuerzos por desarrollar de manera más
tuye en el primer compromiso directo de la empresa o menos sistemática una historia de las artes plásti-
con una propuesta pedagógica alrededor de las artes cas en Colombia.
plásticas, que se mantiene hasta el presente. Seguramente se pueden señalar algunos antece-
Visto desde las producciones editoriales de hoy, el dentes de trabajos de este tipo. Por ejemplo, ya a
libro puede parecer modesto. Son en total 84 pági- mediados del siglo XIX don José Manuel Groot escri-
nas, de las cuales un poco menos de la tercera parte bió una Noticia biográfica de Gregorio Vásquez y

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Ceballos pintor granadino del siglo XVII , donde hace De Garganta es también un escritor y ensayista
referencia a algunos aspectos de nuestra historia ar- notable. En 1947 estudia la obra de José Asunción
tística, que el autor centra en la vida y obra de Silva y describe el ambiente ideológico de Bogotá en
Gregorio Vásquez de Arce y Ceballos, elevado a un los últimos años del poeta, en un escrito que, según
rango genial, casi equivalente a Rafael o Miguel Juan Gustavo Cobo Borda, es uno de los trabajos más
Ángel, y visto como el más grande de los artistas de la importantes en la historia de Silva ante la crítica. De
historia colombiana y americana. En las primeras la misma manera, el profesor Fabio Botero Gómez
décadas del siglo XX pueden encontrarse intentos de recuerda el ensayo que el profesor de Garganta publi-
sistematización realizados por Gustavo Santos o por ca sobre Alfonso Reyes en la Revista Universidad de
Luis López de Mesa, quien no solo se preocupa por la Antioquia2 como un modelo en su género. Partici-
historia de las artes plásticas sino también por una pará en proyectos educativos trascendentales en
visión de conjunto que incluye la literatura y la Antioquia, como el proceso de creación de la Biblio-
música. teca Pública Piloto de Medellín, junto a su colega
El autor del texto de Artes plásticas en Colom- universitario el profesor Julio César Arroyave, que será
bia, de 1959, Joan de Garganta Fábrega, es un inte- su primer director; igualmente trabaja en la
lectual catalán de ideas republicanas, llegado a estructuración académica del Colegio Mayor de
Antioquia, creado por Germán Arciniegas como Mi-
Colombia en la época de la Guerra Civil Española 33
nistro de Educación y dirigido por doña Teresa
junto a muchos compatriotas, en una rica corriente
Santamaría de González.
de estudiosos, técnicos, humanistas, escritores, em-
presarios. Seguramente por su presencia en la televi- Sin embargo, es posible que el doctor de Gargan-
ta fuera más ampliamente conocido en la ciudad
sión se recuerda mucho más a otro gran intelectual
por su participación en el programa radial Los cate-
catalán, don Joseph de Recasens, quien llega al país
dráticos informan , creado en 1947 por el publicista
en iguales circunstancias que el doctor de Garganta.
Luis Lalinde Botero en la Voz de Antioquia. Junto a él
Juan de Garganta ejerce una actividad académi-
se encontraban Antonio Panesso Robledo, Alonso
ca e intelectual que es ampliamente reconocida en Restrepo Moreno, José Ignacio González y Joaquín
Medellín, hasta su regreso a España en 1967. Fue Pérez Villa. El programa, que llegó a tener en ciertos
profesor del entonces Instituto de Filología y Litera- momentos alcance nacional porque a veces se trans-
tura de la Universidad de Antioquia, que es el antece- mitía enlazado con Emisoras Nuevo Mundo de Bogo-
dente del actual Instituto de Filosofía, del tá, era un concurso muy popular en el cual los
Departamento de Español y Literatura y de la Escuela concursantes hacían preguntas que eran respondidas
de Idiomas del Alma Máter. Fundado en 1942, el Ins- por los catedráticos.
tituto ofrecía estudios en ciencias sociales y en len- Por su parte, el trabajo fotográfico del libro fue
guas clásicas y modernas; era un centro universitario obra del padre Andrés Ripol, un monje benedictino,
verdaderamente cosmopolita, con docentes de varios de origen catalán que, junto con tres compañeros de
países y con algunos de los más grandes profesores de la misma orden, había fundado en 1953 la abadía
su tiempo: además de Juan de Garganta, allí dicta- benedictina de Medellín, y que también dejó su hue-
ban clase, entre muchos otros, Antonio Panesso Ro- lla en esta ciudad como profesor de música. Pero,
bledo, Julio César Arroyave, Lucrecio Jaramillo Vélez, sobre todo, quizá se recuerda al padre Ripol por su
José María Bravo Márquez, Julio César García y profunda amistad con Fernando González, desarro-
Graciliano Arcila Vélez. llada a comienzos de los años 60, en medio de un

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proceso de reflexión y colombiana. De todas mane-
análisis personal que lo ras, debe reconocerse que esta
lleva, finalmente, a reti- mirada deja por fuera, de ma-
rarse de la orden benedic- nera casi absoluta, los siglos
tina y del sacerdocio. Esta XVIII y XIX ; pero en defensa de
amistad, de altos ribetes Ripol y de Garganta cabe se-
místicos, quedó expresa- ñalar que hasta mediados del
da en Las cartas de siglo pasado la historiografía
Ripol, de Fernando artística occidental no había
González, pero tuvo otras prestado atención al neocla-
manifestaciones curio- sicismo ni a los movimien-
sas, como una novena de tos que de él se derivaron; de
Navidad escrita entre los la reevaluación de los mis-
dos amigos. Es famosa mos, durante los años 60 y 70,
una anécdota: Usted dependerá también el interés
que se va y yo que me por el arte colonial tardío y
muero , le había dicho por el republicano que, por
34 tanto, es posterior al trabajo
Fernando González, ya
muy enfermo; Ripol sa- aquí considerado.
lió de Medellín en la De manera general pue-
mañana del 16 de febre- de afirmarse que, a pesar de
ro de 1964 y esa misma los años transcurridos, el tex-
noche murió el filósofo Gregorio Vásquez Arce y Ceballos. San Francisco de Asís to de Juan de Garganta sigue
de Envigado. Andrés siendo bastante exacto y per-
Ripol falleció en Catalu- tinente, con un estilo conci-
so, fluido y convincente,
ña el 20 de diciembre de 2002.
alejado de las florituras que, con mucha frecuencia,
En el trabajo fotográfico del libro Artes plásti-
inundan los viejos textos de historia del arte escritos
cas en Colombia, todo en blanco y negro como co-
por literatos.
rresponde a las condiciones normales de la época, se
Los propósitos y características del escrito están
perciben el respeto y valoración del patrimonio ar-
claramente definidos en la introducción del mismo,
queológico y artístico colombiano. No puede olvidar-
que conviene citar:
se que todo este trabajo se realiza en un momento en Este libro no se dirige a especialistas. Tampoco es una
el cual predominan las ideas y proyectos de moderni- publicación para lectores ajenos al arte. Ni está destinado
zación a ultranza, que se preocupan muy poco por exclusivamente a un público nacional .
reconocer y conservar los valores artísticos del pasa- Quiere dar una síntesis del estado actual del co-
do. Por el contrario, éstas son fotografías, segura- nocimiento científico y de la interpretación estética
mente definidas de común acuerdo con Juan de del arte colombiano. Se propone, en consecuencia,
Garganta, a través de las cuales se insiste frente a los presentar al lector culto lo esencial de la evolución
lectores en la necesidad de valorar justamente un histórica del mismo y aquellas obras que deben des-
patrimonio que es fundamento de la nacionalidad tacarse por su significado de época (influjo, repre-

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sentación) o por su valor intrínseco. Trabajo históri- Desde el comienzo el autor advierte la conve-
co y antológico a la vez, no puede en ningún caso niencia de que, para una mejor interpretación del
rebasar los límites que naturalmente se imponen a espíritu nacional, se supere el lugar común según el
todo introductor en una disciplina del espíritu. cual Colombia es un país de literatos, mientras que
Porque esto deseamos que sea esta publicación: el trabajo de los artistas plásticos ha sido escasamen-
el introductor del curioso capaz al recinto de un arte te reconocido. Y de Garganta asume una posición
hasta hoy casi ignorado del mundo. De un arte que es que, sin lugar a dudas, resultaba muy avanzada en su
expresión afortunada, y a veces brillante, del espíritu tiempo: no se trata de homologar el arte colombiano
de un pueblo. con el europeo sino de reconocer el espectáculo im-
Por más de dos milenios, los hombres de esta presionante de la irrupción de todos los pueblos del
mundo en el escenario de la cultura actual, donde
tierra se han esforzado por traducir en formas plásti-
cada uno presenta su visión de la realidad, de ningu-
cas y visuales sus estados de alma o, simplemente, su
na manera cuestionable a partir de los valores de las
visión de las cosas circundantes. Y rara vez han conse-
demás culturas.
guido atraer la atención, acaso porque a la modestia
ingénita del colombiano que trabaja en menesteres El estudio mismo histórico de Juan de Garganta
se divide en tres partes que corresponden a las épocas
de cultura se agrega el prejuicio favorable a lo litera-
prehispánica, colonial y moderna, cada una de las
rio como intérprete del espíritu nacional. 35
cuales se introduce con un parágrafo dedicado a la
El mundo de hoy presencia el espectáculo im-
evolución cultural que define el período. Y tam-
presionante de la irrupción en escena de pueblos has-
bién en este aspecto se puede destacar el carácter avan-
ta hoy mantenidos en la sombra. Colombia, conocida
zado del pensamiento de Juan de Garganta, que ya
y estimada en el campo de las letras, era ignorada en
ha superado el mecanicismo determinista de Hipólito
el dominio del arte visual. Hoy trabaja con energía Taine al que, sin embargo, demuestra que conoce
para darse a conocer. Este libro ha sido compuesto muy profundamente y se abre decididamente a la
con la esperanza de contribuir eficazmente a este consideración de la cultura y del arte como un proce-
empeño, provechoso igualmente al prestigio nacio- so de múltiples vectores donde, de todas maneras, se
nal y a la cultura 3. reconoce el impacto del medio, el influjo de la reli-
En síntesis, un texto que quiere evitar la torre de gión o la dialéctica intercultural.
marfil dentro de la cual muchas veces se refugian los Los procesos se presentan de manera sintética pero
estudios artísticos; por el contrario, pretende ofrecer a través de textos que, al mismo tiempo, permiten
al lector culto e interesado una introducción a los percibir la riqueza de los problemas analizados y
elementos históricos y a los análisis formales que abren la posibilidad de nuevas interpretaciones. Léan-
posibilitarán un mayor disfrute de las obras plásti- se, por ejemplo, estos dos párrafos, de exquisita fac-
cas. Quizá a partir de las posiciones teóricas predo- tura, que corresponden a la presentación de la
minantes en la actualidad se pueda cuestionar un evolución cultural durante la época de la colonia,
interés demasiado manifiesto por las ideas de un es- que le permiten rastrear las características funda-
píritu nacional o de una personalidad o indi- mentales de la cultura nacional:
vidualidad colectiva, que son de corte hegeliano; La personalidad naciente es decir, la nación
pero, al mismo tiempo, cabe recordar que eran ésos, colombiana presentaba características singulares. No se
asentaba sobre las ruinas de una fuerte estructura india,
precisamente, los conceptos predominantes en la imposible de anular, como en México y el Perú, ni en un
historiografía artística a mediados del siglo XX. territorio extremadamente remoto y mal comunicado, de

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escasa población en ínfima civilidad, como los países australes. asuntos como el del paisaje, en el que parece menos
Pudo, por consiguiente, desarrollar con bastante holgura de
movimientos su individualidad española en América, criolla,
acertado , sino señalar dos características que se
mestiza en la sangre mucho más que en la cultura. descubren fácilmente en este texto. En primer lugar,
Rasgo distintivo común a todos los países hispanoamericanos el escrito no pretende aportar datos o elementos des-
en los tiempos coloniales es la aclimatación de la cultura conocidos ni hacer interpretaciones inéditas sino que
metropolitana con tendencia a la vuelta a sus orígenes se limita a presentar sintéticamente conceptos que,
medievales. La tierra nueva, más próxima a la vida natural,
coaccionaba a los recién llegados, los absorbía con rapidez y de manera más o menos general, circulan en el me-
hacía de ellos otros hombres: el poeta educado en las disciplina dio académico y crítico de su tiempo. Esta perspecti-
del Renacimiento italiano se convertía en épico cantor de va es coherente con los objetivos y límites del texto,
gestas bélicas, el fraile interesado en los problemas del concilio
tridentino venía a predicar rudimentos de doctrina cristiana, definido desde la introducción, como un trabajo
el veterano de las guerras de Italia se encontraba enfrentado histórico y antológico que introduzca al lector cu-
a una lucha más peligrosa por el lado de las inclemencias del rioso en el campo del arte y le permita descubrir sus
clima y el suelo que por el de los hombres, a quienes debía
combatir prescindiendo de su técnica de las batallas campales valores. Y, en segundo lugar, se ubica en una posición
y las grandes maniobras, el mercader retrocedía siglos en su de equilibrio en medio de las discusiones más inten-
vida de relación comercial, el historiador se hacía cronista y sas que, en realidad, están dirigidas al especialista
el magistrado, juez de paz .4
más que al público interesado. En concreto, de Gar-
La manera de trabajar de Juan de Garganta se ganta marcha por una línea intermedia que evita,
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puede analizar muy bien en su presentación de Arce y por una parte, la exaltación desmesurada de Vásquez
Ceballos que, conviene recordar, fue el tema paradig- Ceballos hecha por Groot a mediados del XIX y, más
mático de la historiografía artística colombiana des- adelante, por figuras como Alberto Urdaneta y Rober-
de mediados del siglo XIX. Al respecto, señala: to Pizano; y, por otra, la negación absoluta de sus
Del taller de los Figueroas salió Gregorio Vásquez de Arce y
valores artísticos, realizada por Marta Traba, que lo
Ceballos. Nacido en la propia capital en 1638, en ella vivió
siempre y allí murió en 1711. Se conocen más de medio considera como un mero artesano, en la misma épo-
millar de cuadros suyos y ellos nos dan idea de una gran ca en la cual Juan de Garganta escribe su libro.
capacidad técnica, que va hasta innovaciones como el Los párrafos finales del texto están dedicados a
aprovechamiento de tierras y plantas locales para fabricar
colores, y de un talento poco común de pintor académico. A la situación del arte colombiano a partir de la terce-
través de grabados, llegó a compenetrase con el magisterio de ra década del siglo XX, momento en el cual empie-
algunos pintores europeos, de valor muy desigual: Rubens, zan a notarse síntomas de renovación artística, que
Murillo, Guido Reni, Zurbarán, Sassoferrato, y a interpretarlos
lentamente se afirman después de 1930 . Con este
de manera personal; es digno de mostrarse el recuerdo de
Poussin, muy vivo en una escena de la recolección del maná planteamiento, Juan de Garganta se ubica en una
por los judíos de Moisés: Su producción es muy variada: posición historiográfica diferente a la que entonces
temas bíblicos y evangélicos, notas costumbristas, retratos, y defendía Marta Traba, quien demoraba la renova-
una rica colección de dibujos de factura muy firme y clara,
digna del mejor Renacimiento. Quizá la mayor originalidad ción artística hasta comienzos de los años cincuenta
de Vásquez Arce esté en los fondos de paisaje de la Sabana de con la apertura al arte abstracto internacional. Qui-
Bogotá de algunas de sus composiciones; en ellas el zá podría creerse que de Garganta tiene un punto de
academicismo cede el paso a la fuerza de la inspiración
personal y por ellos podemos afirmar que Vásquez Arce es,
vista más tradicional; pero, superado el apasiona-
sin lugar a dudas, una de las figuras más destacadas de la miento propio de las vanguardias, es ésa, precisa-
pintura colonial hispanoamericana .5 mente, la perspectiva que hoy aparece como más
No se trata aquí de discutir las ideas expuestas equilibrada y justa. De nuevo se manifiesta aquí la
por de Garganta acerca de Vásquez ni siquiera en búsqueda de ponderación y aplomo y el sentido de

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ecuanimidad que caracteriza este
trabajo histórico y crítico de Juan
de Garganta.
En el momento en el cual escribe,
1959, y dentro de la estructura riguro-
samente sintética de su texto, de Gar-
ganta cree que debe reconocerse la
categoría de figuras consagradas a tres
pintores: Pedro Nel Gómez, Ignacio
Gómez Jaramillo y Alejandro Obregón.
En Pedro Nel Gómez destaca su
bagaje de cultura artística y de técni-
ca insuperable que le posibilitan un
trabajo formidable de renovación
como docente, arquitecto, escultor y,
sobre todo, pintor; vincula sus frescos
con el Renacimiento italiano y no con
37
México; y señala sus mayores logros
en las grandes composiciones al óleo
y al fresco, especialmente por el trata-
miento de las figuras humanas, tan
llenas de vida elemental y de empuje Gaspar de Figueroa. Jesus
de futuro . Ignacio Gómez Jaramillo
es un buen muralista, un retratista
de fuerte individualidad y, sin duda al-
dad, porque nacen de una vinculación directa con la
guna, el mejor paisajista colombiano . En fin, es
propia realidad. Por eso, aunque, como ya se anota-
sobresaliente su valoración de Alejandro Obregón en
ba, el texto de Juan de Garganta es poco conocido en
quien reconoce el alejamiento de todo autoctonismo
la actualidad, se trata de una pequeña joya de la
y de las tentaciones literarias y la adhesión a los va-
historiografía artística colombiana, basada en la
lores visuales y a cierta abstracción: A pesar de su
afirmación de que el estudio de las artes plásticas
juventud, ha enriquecido ya el arte nacional con obras
maestras dignas de alternar con las de las grandes conduce a una más amplia comprensión de la cul-
figuras del arte americano de hoy. Obregón está ins- tura colombiana.
pirado por el genio de la serenidad y de la visión Notas
clara. A la manera de Rufino Tamayo en México, es 1. De Garganta, Juan, Artes plásticas en Colombia, Medellín,
un renovador que tiene ya un lugar en la historia del Compañía Suramericana de Seguros, Editorial Colina, fotos
de Andrés Ripol, 1959.
arte nacional. 6 2. En Revista Universidad de Antioquia, números 92, 93, 94­95,
97­98 y 99, entre mayo de 1949 y julio de 1950.
En definitiva, la obra de Juan de Garganta se
3. De Garganta, Juan, Op. cit. , p. 3.
basa en la idea de que, desde san Agustín hasta Ale- 4. Ibíd. , p. 36.
jandro Obregón, las artes plásticas contribuyen a la 5. Ibíd. , p. 39­40.
creación de la cultura y al sentido de la nacionali- 6. Ibíd. , p. 81.

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