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Medellín (rojo)

Mayra Parra Salazar


Óscar Calvo Isaza
En 1968, el Papa Pablo VI viajó por primera vez a América Latina, visitó
Bogotá e inauguró la II Conferencia General del Episcopado Latinoamerica-
no que se celebró en Medellín. El gobierno quería mostrar la cara positiva y Óscar Calvo Isaza es profesor
moderna de Colombia a invitados, periodistas internacionales, turistas y pe- de la Universidad de Antioquia e investi-
regrinos. Las autoridades y los periódicos colombianos se mantuvieron aten-
tos para desmentir las versiones de la prensa internacional sobre los esfuer-
zos oficiales para maquillar las ciudades y esconder la miseria de la mirada de
Óscar Calvo Isaza - Mayra Parra Salazar 1968 gador del Grupo de Investigación en His-
toria Social (GIHS). Estudiante del Docto-
rado en Historia en El Colegio de México,
maestro en Historia y Etnohistoria por la
los visitantes internacionales. Por eso, en los mismos días de la invasión de
Escuela Nacional de Antropología e His-
la Unión Soviética a Checoslovaquia que puso fin a la Primavera de Praga, y
toria (México) e historiador por la Uni-
mientras Chicago, Brasilia y Ciudad de México vivían las protestas y la repre-
versidad Nacional de Colombia (Bogotá).
sión contra estudiantes, la policía política colombiana también trabajaba sin Ha obtenido diversos reconocimientos
descanso. Agentes encubiertos del Estado informaron que diversos actores nacionales e internacionales, entre los

Medellín (rojo) 1968


sociales preparaban asambleas y manifestaciones, con la idea de hacer visibles que se destaca la beca Sephis del Instituto
sus demandas y llevar sus propuestas a los obispos latinoamericanos, en un Internacional de Historia Social (Ámster-
momento en el que sus voces podían ser escuchadas en diversas partes del dam). Sus temas de interés son la historia
mundo. Ese público insumiso, disidente, buscó conquistar barrios, calles y urbana, la historia de las ciencias sociales,
plazas de las ciudades para mostrar, con sus acciones, visiones alternativas de la historia de las organizaciones trasnacio-
sí mismos y de la sociedad, que contestaban abiertamente las representacio- nales y la historia comparada de América
nes de una sociedad no conflictiva y las miradas pastoriles sobre los pobres Latina en el siglo XX. Coautor de La ciudad
emanadas del poder estatal y eclesial. Medellín (rojo) 1968 es una historia de en cuarentena: chicha, patología social y profi-
los conflictos sociales, las movilizaciones populares, las pujas políticas y los laxis (2002); autor de El cementerio central:
Bogotá, la vida urbana y la muerte (1998);
desafíos simbólicos que acompañaron, muchas veces en las sombras, esta
y autor del manuscrito inédito “Biografía
escenificación de Colombia ante el mundo.
Mayra Natalia Parra Salazar de Nadie. José Antonio Osorio Lizarazo
terminó estudios de historia en la Universidad (1900-1964)”. También ha publicado los
de Antioquia. Ganadora de la Beca al Patrimo- artículos: “Conocimiento desinteresado y
nio Inmaterial de la Alcaldía de Medellín, 2011. ciencia americana. El Congreso Científico
Su trabajo de grado,“¡A teatro camaradas! Dra- (1898-1916)”, Historia Crítica, 2011; “Lite-
maturgia militante y política de masas en Co- ratura y nacionalismo: la novela colombia-
lombia (1965-1975)”, está adscrito a la línea de na de J. A. Osorio Lizarazo”, Anuario Colom-
estudios comparados del Grupo de Investiga- biano de Historia Social y de La Cultura, 2010;
ción en Historia Social (GIHS) y fue financiado “Aritmética política: aproximación técnico
por el Comité para el Desarrollo de la Investi- científica al problema de la representación
gación (CODI) de la Universidad de Antioquia. política en el primer constitucionalismo
Sus temas de interés son la historia cultural, los mexicano”, Jahrbuch, 2005; y “Germán Ar-
movimientos sociales y las revoluciones políti- ciniegas: marinero de tierra firme”, Univer-
cas del siglo XX. sidad de México, 2003.
Medellín (rojo) 1968
Medellín (rojo) 1968
Protesta social, secularización y vida urbana
en las jornadas de la II Conferencia General
del Episcopado Latinoamericano

Óscar Calvo Isaza


Mayra Parra Salazar
MEDELLÍN (ROJO) 1968 A la memoria del cura villero José María Meisegeier (1924-2011),
Primera edición: agosto de 2012 gloria y pasión de la barriada en América Latina
© Óscar Calvo Isaza
© Mayra Parra Salazar
© Alcaldía de Medellín - Secretaría de Cultura Ciudadana
© Editorial Planeta Colombiana S. A. Negocios Corporativos
Calle 73 No 7-60. Bogotá

ISBN 13: 978-958-42-3239-7


ISBN 10: 958-42-3239-8

Revisión de textos
Danny david arteaga

Diseño y diagramación
Haidy García Rojas

El presente libro se publica gracias al apoyo de la Secretaría de Cultura Ciudadana de la


Alcaldía de Medellín.
Editado en Medellín, Colombia, Suramérica.
Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada o trasmitida de
manera alguna ni por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de
grabación o fotocopia, sin permiso previo del editor.
“Este Cristo se llamó el Cristo de 49 pesos. Porque en realidad costó 49 pesos.
Ladrillo y cemento. El trabajo lo hicimos entre todos. Se hizo bajo la orientación
y conducción, la dirección artística de Saúl Montoya. No lo hace él, lo hace con
toda la gente, empieza a pedirles materiales y empiezan a construir. Fue conce-
bido como expresión de que es a partir de la realidad como se construye la es-
peranza, como se construye la utopía. Es partiendo de la realidad, de lo que hay,
de lo que existe, y no partiendo de dogmatizaciones y de conceptualizaciones en
el aire, como se construye el reino”.

Gabriel Díaz, 2011

Imagen 1. Cristo de los 49 pesos. Saúl Montoya. Medellín, 1968.


Escultura (ladrillo): 38 x 32 x 4 cm. Colección Gabriel Díaz.
Contenido

Reconocimientos de los autores 13

Introducción 17

1. América Latina: territorio de misión 27

2. Misión urbana y hábitat popular 35

3. Los nuevos tiempos 59

4. La mejor imagen del mundo 79

5. Compromiso con el mundo 91

6. Miseria que clama al cielo 107

7. Cristo en las Calles 119

8. Golconda 135

Conclusión 155

Fuentes y bibliografía 165

Referencias de las imágenes 171


Reconocimientos de los autores

Tengo una deuda especial con José María Meisegeier, sucesor de Carlos Mu-
jica en la Parroquia Cristo Obrero en la Villa del Retiro en Buenos Aires, luchador
por los derechos humanos y apóstol de la resistencia villera contra la dictadura
militar en Argentina. A su lado, entre cientos de papeles del archivo de los cu-
ras villeros, comprendí por primera vez el significado histórico del compromiso
de los curas y las monjas con los pobladores urbanos de América Latina. Desde
cuando volví a Colombia, en el 2009, he seguido aprendiendo con otros grandes
maestros como Gabriel Díaz, Vicente Mejía, Federico Carrasquilla, Joe Broderick
y Javier Darío Restrepo. Agradezco a Gabriel Díaz y a Vicente Mejía, protagonis-
tas de esta historia, por hacer temblar la tierra y hacer rabiar al cielo, por contar su
vida y compartir su espiritualidad religiosa con un historiador profano.
La investigación que dio vida a este libro fue financiada primero con una
beca de la Alcaldía de Medellín y luego con una beca del Comité para el Desarro-
llo de la Investigación de la Universidad de Antioquia. Herman Montoya, líder
del programa Memoria y Patrimonio de la Secretaría de Cultura de Medellín, ha
hecho posible su publicación. Con Juan Carlos Celis, profesor de la Universidad
Nacional y director de la Corporación María Cano, socializamos este trabajo en
el seminario Cristianismo y Revolución realizado en la Escuela Nacional Sindi-
cal en mayo de 2012. Muchas otras personas e instituciones en Colombia han
contribuido de una u otra manera para su realización: Cruz Patricia Díaz, en la
Biblioteca Pública Piloto; Luz Marina Jaramillo y Diego Velázquez, en el Archi-
vo Histórico de Medellín; Camilo Páez en la Biblioteca Nacional de Colombia;
Hilda Hincapié en el Archivo Histórico de Antioquia; Alexandra Mendoza en
la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano; Mauricio Tovar en el Archivo
General de la Nación; y Olga Muñoz, en la Biblioteca Luis Ángel Arango.

13
Medellín (rojo) 1968 Reconocimientos de los autores

Hay un lugar y una comunidad sin los cuales este libro sería impensable: la Quiero agradecer de manera especial a mi compañero Sebastián Maya por
Ciudad Universitaria de la Universidad de Antioquia ha sido un espacio en cu- su franqueza devastadora, sus principios inquebrantables y su apoyo incondi-
yas aulas, plazas y oficinas desarrollamos esta investigación, en diálogo con es- cional. Al sacerdote Gabriel Díaz y a Orfidia, por recibirnos con tanto cariño
tudiantes y profesores, a través de cursos, seminarios, prácticas de investigación en su casa y permitirnos conocer parte de sus vidas. A Daniel Llano, por su pa-
y actividades de divulgación. Luz Stella Correa Botero, decana de la Facultad de ciencia para escucharme y su respaldo en la sistematización de la información.
Ciencias Sociales y Humanas, y Giovanni Restrepo, jefe del Departamento de A Daniel Villegas, por la búsqueda exhaustiva de buena parte de los informes
Historia, han hecho posibles mis sueños delirantes. Myriam Pulgarín, Jaqueline de inteligencia que nutrieron esta investigación. A Viviana Castrillón, exfuncio-
Rodríguez, Alba Mary Bermúdez, Érica Bonilla y Sandra Kefer me han cola- naria del Archivo Histórico de Medellín, y a Cruz Patricia Díaz de la Biblioteca
borado una y otra vez, con paciencia infinita, en los procesos administrativos. Pública Piloto, por su amabilidad y diligencia.
Aquí he recibido el cariño y el estímulo intelectual de los profesores del Gru-
po de Investigación en Historia Social: Marta Domínguez, Gregorio Saldarria- Mayra Parra Salazar, Universidad de Antioquia
ga, Sebastián Gómez, Víctor Álvarez, Juan Gonzalo Marín, Rodrigo Moreno
y Mauricio Gómez. Con los estudiantes Sandra Montoya, Mariana Meneses,
Marisol Acosta y Mauricio Monsalve, produjimos tres exposiciones itinerantes,
y comenzamos a explorar la ciudad y sus instituciones culturales. Marisol Acos-
ta, cuya inteligencia y bravura no me dejan de asombrar, acompañó la primera
fase de recolección de información. Un grupo muy amplio de estudiantes de
pregrado y posgrado ha enriquecido mi trabajo con sus propias investigaciones,
a partir del debate permanente sobre métodos, fuentes y problemas de la histo-
ria social contemporánea: Daniel Villegas, Sebastián Maya, Juan Carlos Burgos,
Juan David Alzate, Daniel Llano, Natalia García, Lissette Martínez, Alejandro
Giraldo, Juan Carlos Moreno, Hugo Espinoza, Alejandro Salazar, Paula Giraldo,
Isabel Restrepo, Andrés Alzate y Aidé Tamayo. A todos, muchas gracias.
Marta, mi compañera, y el pequeño Martín H., me abrazan día a día y me
llenan el corazón con cosas lindas. Agradezco el afecto de Cecilia, Carlos, Mar-
garita, David, Verónica, Isabel, Beatriz, Wilfor y de los hijos, nietos y bisnietos
de Héctor Calvo.

Óscar Calvo Isaza, Universidad de Antioquia

14 15
Introducción

En los días de la invasión de la Unión Soviética a Checoslovaquia que puso


fin a la Primavera de Praga, y mientras Chicago, Brasilia y Ciudad de México
vivían las protestas y la represión contra estudiantes, la policía política colom-
biana también trabajaba sin descanso.1 Al menos desde junio de 1968, agentes
encubiertos del Estado informaron día a día a las autoridades civiles y mili-
tares sobre las reuniones de un grupo de sacerdotes, estudiantes, sindicalistas
y pobladores urbanos para realizar una ostentación pública de la miseria ante
los obispos invitados a la II Conferencia General del Episcopado Latinoameri-
cano en Medellín.2 Según los informes secretos, diversos actores sociales pre-
paraban asambleas, marchas, misas, conferencias y manifestaciones populares
con la idea de llevar sus propias propuestas a los obispos latinoamericanos en
un momento en el que sus voces disidentes podían ser escuchadas en diversas
partes del mundo. En 1968, el Papa Pablo VI visitó por primera vez América
Latina para asistir al Congreso Eucarístico Internacional en Bogotá e inaugu-
rar la asamblea de los obispos latinoamericanos que se realizaría en Medellín
entre el 26 de agosto y el 6 de septiembre.3 En Bogotá y Medellín, el gobierno
se aprestaba para mostrar la cara positiva y moderna de Colombia a invitados,
periodistas internacionales, turistas y peregrinos. El presidente Carlos Lleras, en
un discurso televisado dirigido a la nación con motivo de la polémica desatada
por la visita del Papa, advirtió sobre la mala prensa internacional y se esforzó

1. “Invadida Checoslovaquia”, El Tiempo (Bogotá) 21 ago. 1968: 1 y 6; “Mueren 4 estudiantes”, El Tiempo


(Bogotá) 30 ago. 1968: 1 y 9; “Violencia estudiantil en Brasil”, El Tiempo (Bogotá) 30 ago. 1968: 9.
2. Jaime Rodríguez Nieto, “Oficio 05426/DAS.ANGOP Relación de informaciones sobre el presbítero José
Vicente Mejía Espinosa”, Medellín, 4 de septiembre de 1968. AHM, Medellín, F. Alcaldía, S. Despacho del Alcal-
de, SS. Informes, C. 7, L. 1, ff. 43-46.
3.  Pablo VI, “El Papa señala conducta de la Iglesia ante los obispos latinoamericanos”, El Tiempo (Bogotá)
25 ago. 1968: 1.

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por presentar una imagen optimista del progreso económico y de las políticas Desde luego, no se trata de un fenómeno exclusivo de Medellín. Históricamente
de su gobierno en la lucha contra la pobreza.4 Mientras las autoridades contro- las competencias deportivas, los congresos y las exposiciones —internacionales,
laban y amonestaban periodistas internacionales, bajo la excusa de que estaban universales o mundiales— han sido momentos de exhibición y contestación del
tergiversando la realidad nacional, los periódicos colombianos se mantuvieron poder en la sociedad desde mediados del siglo XIX.8 También han sido escenarios
atentos para desmentir diferentes versiones de la prensa internacional sobre los donde se reconoce lo otro en términos propios, relativizando los esencialismos
esfuerzos de las autoridades para maquillar las ciudades y esconder la miseria y ampliando la capacidad de comprensión de lo hasta entonces ajeno, y por lo
ante la mirada de los visitantes internacionales.5 Medellín (rojo) 1968 es una his- tanto son momentos de gestación de los valores de diversidad, multiculturalidad
toria de los conflictos sociales, las movilizaciones populares, las pujas políticas e interculturalidad, que se proclaman hoy en los discursos oficiales de las ciudades
y los desafíos simbólicos que acompañaron, muchas veces en las sombras, esta como corolario del capitalismo global.
escenificación de Colombia ante el mundo. Tal esfuerzo por vender una imagen positiva de la ciudad no es algo sin-
En los últimos años, Medellín ha sido escenario de varios eventos internacio- gular, pero contrasta con nuestro poco conocimiento sobre cómo, en el pasado,
nales de gran escala, que han marcado en el siglo XXI los esfuerzos del gobierno Medellín y sus habitantes se han representado ante el mundo y cómo han sido
nacional y local, en llave con la burguesía financiera e industrial, para deshacer observados en el mundo a través de otros ojos. Han existido muchos eventos
la representación predominante de Medellín en la imaginería mediática contem- internacionales significativos en la vida urbana, como el Congreso Eucarístico
poránea como una de las ciudades más peligrosas y violentas del orbe. Según lo de Medellín (1935) y los XIII Juegos Centroamericanos y del Caribe (1978),
previsto, estos eventos deberían escenificar una ciudad moderna y cosmopolita, pero en especial nos llama la atención la ceguera y el silencio impuestos sobre
educada, pacificada e incluyente, que abriría las puertas a la cooperación interna- el evento trasnacional, celebrado en la ciudad, con mayor repercusión en la his-
cional, mejoraría el “clima” para hacer negocios, atraería nuevos turistas y poten- toria latinoamericana del siglo XX: la II Conferencia del Episcopado Latino-
ciaría la inversión extranjera directa. La experiencia de los últimos años es valo- americano, identificada en la literatura religiosa, la historiografía, las ciencias
rada como exitosa desde el punto de vista publicitario, a pesar de la persistencia sociales y los estudios culturales con el término “Medellín”. Por su vinculación
de grupos armados, legales e ilegales, que ejercen su poder en amplias zonas de la con la teología de la liberación, se trata de un hecho polémico en la historia de
ciudad mediante el uso de la violencia, la intimidación y el miedo. Según el título la Iglesia Católica.9 En general, y como ocurre en Estados Unidos y Europa, en
de un artículo reciente en The Washington Post —reproducido incluso en publici- los debates sobre los años sesenta, Medellín 1968 divide de forma tajante las
dad de gran formato—, una de las ciudades más peligrosas de América Latina se- opiniones conservadoras y progresistas, la derecha y la izquierda en América
ría ahora un excitante destino turístico.6 Aunque todavía distante de ese “paraíso Latina.10 Así pues, el olvido de este acontecimiento puede explicarse, precisa-
capitalista” perdido del trabajo duro y las costumbres conservadoras descrito por mente, porque en las múltiples referencias el periodo revolucionario que tiene
la revista Life en 1949, esta visión idealizada reitera el esfuerzo de las élites para
presentar “la mejor imagen” de sí mismas y de la ciudad ante el resto del mundo.7 8.  Renato D. Salvatore, Imágenes de un imperio. Estados Unidos y las formas de representación de América
Latina (Buenos Aires: Suramericana, 2006) 39-54; Robert W. Rydell, All the World’s a Fair: Visions of Empire at
American International Expositions, 1876-1916 (Chicago: Chicago Unversity Press, 1987) 126-153.
4.  “Habla el presidente Lleras: El Papa encontrará un país en paz y plena trasformación”, El Tiempo (Bogotá) 9.  Bien se sabe que por medio del arzobispo de Medellín (1979-1990), Alfonso López Trujillo, la teología de
17 ago. 1968: 20. la liberación llegó a consideración de la Congregación para la Doctrina de la Fe —nombre actual de la Santa
5.  “‘Los gamines’ si vieron al Papa”, El Tiempo (Bogotá) 29 ago. 1968: 12. Inquisición—, presidida por el entonces cardenal y luego máximo jerarca católico Joseph Ratzinger. Jeffrey
6.  Nancy Trejos, “Medellin, Colombia, from drug violence to tourist destination”, The Washington Post (Wash- L. Klaiber, “Prophets and Populists: Liberation Theology, 1968-1988”, The Americas 46.1 (1989): 1-15. Para
ington) 19 nov. 2010. observar algunas de las posiciones más radicales contra Medellín 1968, véase Roger Vekemans, Teología de
http://www.washingtonpost.com/wp-dyn/content/article/2010/11/19/AR2010111902827.html (06/04/2011) la liberación y cristianos por el socialismo (Bogotá: Cedial, 1976); y Teresa Donoso Loero, Los Cristianos por el
7.  Ann Farnsworth-Alvear, Dulcinea in the Factory: Myths, Morals, Men, and Women in Colombia’s Industrial Socialismo en Chile (Santiago de Chile: El Mercurio, 1975).
Experiment, 1905–1960 (Durham, N.C.: Duke University Press, 2000) 39-40. 10.  Arthur Marwich, The Sixties (Oxford: Oxford University Press, 1998) 3-5.

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Medellín (rojo) 1968 Introducción

como símbolo 1968, el término “Medellín” se escribe con color rojo e invoca la documentada de Hernán Parada sobre el “hecho de Medellín”, no encontramos
memoria de otras palabras como liberación, compromiso con los pobres, mar- investigaciones que traten a profundidad el tema.17 En el caso de la historia ur-
xismo, violencia y cambio social, excluidas hoy del discurso con el cual las élites bana, este vacío es más sensible, pues con la excepción de Clara Inés Aramburo
políticas y económicas quieren representarse a sí mismas y a la ciudad ante el Siegert, quien menciona las implicaciones del Concilio Vaticano II y la II Confe-
mundo. rencia del Episcopado Latinoamericano para la transformación de la Iglesia en
Según lo ha señalado Enrique Dussel, entre otros, Medellín 1968 representa la ciudad, las investigaciones sobre Medellín 1968 han sido muy pocas.18
un momento de cambio en la historia eclesiástica y es un símbolo de la desco- Medellín 1968 se inscribe en un momento histórico de profundos cambios
lonización del pensamiento teológico latinoamericano.11 Una mirada rápida a políticos, sociales y culturales en Europa y América. Immanuel Wallerstein ha
publicaciones especializadas recientes indica que este es un término común em- destacado que 1968 simbolizó una revolución política y social en y del sistema
pleado al escribir la historia del siglo XX. En el campo de los estudios culturales, mundial, caracterizada por manifestaciones masivas, tropeles y protestas en di-
Claudia Gilman lo ha considerado uno de los acontecimientos que después de ferentes partes del mundo, de manera casi simultánea durante más de tres años.
la Revolución Cubana permiten definir los años sesenta como época.12 También Aunque en términos cronológicos entendemos 1968 como un año, en térmi-
Diana Sorensen ha calificado como un manifiesto que proclamaba la hora de nos históricos es un acontecimiento inscrito entre finales de los años sesenta
la acción por el cambio y la emancipación en América Latina.13 Por su parte, el y principios de los setenta. En la medida que se trata de un suceso global, su
historiador Jeffrey L. Gould presenta las conclusiones de Medellín como unos génesis e implicaciones no pueden ser analizadas solo a nivel local, pero muchos
de los documentos más importantes en la historia de América Latina en el siglo factores locales condicionan los conflictos sociales y políticos en cada lugar.19
XX.14 El geógrafo Michael Watts lo ha incluido, con la comuna de París, el socia- Esta fue una revolución en contra del dominio global de los Estados Unidos y
lismo con rostro humano en Praga, Varsovia y Belgrado, la invasión soviética a el conformismo de la Unión Soviética ante el statu quo del orden geopolítico de
Checoslovaquia y la revolución cultural China, entre los eventos fundamentales la Guerra Fría, una revuelta de la nueva izquierda o izquierda revolucionaria
de 1968.15 Medellín 1968 figura en la historiografía colombiana como un acon- contra el reformismo y el conformismo del comunismo internacional orienta-
tecimiento paralelo al Congreso Eucarístico Internacional y a la primera visita do por los soviéticos.20 Esta revolución fue protagonizada por nuevos actores
del Papa a América Latina, y como dato obligado para señalar la radicalización y movimientos sociales (mujeres, homosexuales, afroamericanos, pobladores,
de un sector del clero y el papel de la izquierda revolucionaria en los años sesen- sacerdotes, indígenas, campesinos), que desbordaron la pretendida vanguardia
ta.16 Salvo el libro de entrevistas de Javier Darío Restrepo y la crónica muy bien del proletariado mundial.21
Según Wallerstein, los cambios en el comportamiento, las formas de en-
tender el mundo y las sensibilidades en la vida cotidiana y las artes hicieron
11.  Enrique Dussel, Historia General de la Iglesia en América Latina (Madrid: Mundo Negro-Esquina Mi-
sional, 1992) 236. Eduardo Devés Valdéz, El pensamiento latinoamericano del siglo XX. Desde la Cepal al
neoliberalismo (1950-1990) (Buenos Aires: Biblios, 2003) 173-174. 17.  Javier Darío Restrepo, La revolución de las sotanas (Bogotá: Planeta, 1995); Hernán Parada, Crónica de
12.  Claudia Gilman, Entre la pluma y el fusil. Debates y dilemas del escritor revolucionario en América Latina. Medellín: segunda conferencia general del episcopado latinoamericano (Bogotá: Indo-American Press, 1975).
(Buenos Aires: Siglo XXI, 2003) 44. 18.  Clara Inés AramburoSiegert, “Renovación de la Iglesia en Medellín, 1958-1993”, Historia de Medellín, T.
13.  Diana Sorensen, A Turbulent Decade Remembered: Scenes from the Latin American Sixties (Stanford: Stan- 2, dir. Jorge Orlando Melo (Medellín: Compañía Suramericana de Seguros, 1996) 500-510. Una tesis desde la
ford University Press, 2007) 2-3. óptica religiosa está dedicada por completo al evento, Iván Octavio Bedoya M. “La Segunda Conferencia del
14.  Jeffrey L. Gould, “Solidarity Under Siege: The Latin American Left, 1968”, The American Historical Review Episcopado Latinoamericano y su significado para la teología de la liberación” (tesis pregrado, Universidad
114.2 (2009): 372-373. de Antioquia, 1988).
15.  Michael Watts, “1968 and all that…”, Progress in Human Geography 25 (2001): 159. 19.  Immanuel Wallerstein, “1968, Revolution in the World-System: Theses and Queries”, Theory and Society
16.  Mauricio Archila, Idas y venidas, vueltas y revueltas. Protestas sociales en Colombia. 1958-1990 (Bogotá: 18.4 (1989): 431-449.
CINEP; ICANH, 2005) 104; Marco Palacios y Frank Safford, Colombia: país fragmentado, país dividido (Bo- 20.  Jeffrey L. Gould 349 critica esta tesis, que opone vieja y nueva izquierda por tener una aplicación limitada
gotá: Norma, 2002) 583-626; Mónica Zuleta y Alejandro Sánchez, “Aspectos del devenir militante del revolu- en América Latina, en especial en Chile y, en menor medida, Colombia.
cionario colombiano durante los setenta”, Nómadas 30 (2009): 80. 21.  Wallerstein 431-449.

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parte de la euforia revolucionaria, pero no fue políticamente importante. Sin un conflicto social y no solo un enfrentamiento geopolítico entre socialismo
embargo, los componentes “contraculturales” de la revolución precedieron 1968 y capitalismo. También ha destacado que a partir de mediados del siglo XX
y tuvieron una proyección mayor, porque, precisamente, podían ser disociados y en la medida que se desencadenaron los procesos de descolonización y las
de su significación política y convertirse en estilos de vida rentables para el mer- luchas de liberación nacional en Asia, América Latina y África, su epicentro
cado.22 Esto marca un punto polémico en la interpretación sobre 1968 en par- se desplazó de Europa hacia el sur global, donde los conflictos centrados en las
ticular y los años sesenta en general, pues pone de presente diversas posiciones contradicciones capital/trabajo habrían cedido el paso a una lucha por el control
con respecto a su periodización, significado y proyección hasta el presente. En autónomo de los recursos nacionales frente a la expansión del sistema económi-
un monumental estudio comparado sobre los años sesenta en Estados Unidos, co capitalista liderado por Estados Unidos.25 Otros trabajos de corte histórico,
Inglaterra, Francia e Italia, Arthur Marwick afirmó que hubo una revolución dedicados al estudio de las relaciones entre Estados Unidos y América Latina,
cultural entre 1958 y 1974. También ha criticado la sobrevaloración entre los han propuesto otra aproximación, crítica de las lecturas centradas en el esque-
autores marxistas y posestructuralistas de sus componentes antisistémicos y ha ma centro-periferia y la filosofía de la historia que suponen la difusión simple
presentado un largo listado de características que definirían esa revolución cul- de los modelos económicos, sociales y políticos europeos y estadounidenses en
tural: formación de “subculturas” opuestas a la sociedad establecida; emprendi- América Latina. Con especial atención al periodo de la Guerra Fría, Gilbert M.
miento individual en nuevas áreas de consumo relacionadas con las artes y la Joseph y otros autores han planteado la necesidad de rastrear las “zonas de con-
ecología; mayor incidencia política y económica de los jóvenes y adolescentes tacto” trasnacionales, a través de las cuales la gente, las ideas, la tecnología y las
en la sociedad; avance de las tecnologías de comunicación y constitución de instituciones extranjeras han sido recibidas, apropiadas y contestadas en Amé-
una sociedad del espectáculo a través de la televisión; cuestionamiento de las rica Latina. Esto supone plantear las relaciones internacionales en términos de
relaciones de clase, familia y raza; liberación de la sexualidad; nuevas formas redes, intercambios, comportamientos y comunicación, sin descuidar el análisis
de subjetividad; mayor preocupación por los derechos humanos y de las perso- de la expansión y confrontación del poder imperial.26
nas y, finalmente, avances en la integración de una sociedad multicultural.23 Así La Iglesia católica es un actor trasnacional con un papel fundamental en
pues, mientras unos científicos sociales entienden 1968 como una revolución el contexto de la Guerra Fría, en especial por su extraordinaria capacidad para
contra el sistema que no ha triunfado, otros afirman que en los años sesenta se movilizar personas, información y recursos en el sur global.27 Por ejemplo, los
produjo una “revolución” triunfante dentro del sistema, y por lo tanto se ob- gastos de la estadía de los obispos participantes en la conferencia de Medellín
serva la política como un aspecto singular de un proceso de cambio social y fueron financiados por la Asamblea Episcopal de Estados Unidos, que al igual
cultural más amplio que se recrea —con acento teleológico— como el origen del que sus pares alemanes eran los más grandes aportadores para el funciona-
tiempo presente y el mundo global.24 miento del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam). En ese contexto, la
La Guerra Fría es el periodo en el que se comprende de manera más general II Conferencia del Episcopado Latinoamericano sobresale como un espacio de
Medellín 1968. Sin embargo, es necesario ampliar una visión sobre la Guerra
Fría que se concentra en el conflicto entre las superpotencias y la construcción 25.  Richard Saull, “El lugar del sur global en la conceptualización de la guerra fría: desarrollo capitalista,
revolución social y conflicto geopolítico”, Espejos de la guerra fría: México, América Central y el Caribe, coord.
geopolítica del sistema mundial, para replantear el lugar de los conflictos loca- Daniela Spenser (México: CIESAS, 2004) 31-66.
les en los procesos globales. Richard Saull ha planteado que la Guerra Fría fue 26.  Gilbert M. Joseph, “Close Encounters. Toward a New Cultural History of U.S.-Latin American Relations”,
Gilbert M. Joseph et al eds., Close Encounters of Empire (Durham: Duke University Press, 1998) 3-46.
27.  Ivan Illich, “The Seamy Side of Charity”, America 116.3 (1967): 88-91; Ivan Vallier, “The Roman Catholic
22.  Wallerstein 436-437. Church: A Transnational Actor”, International Organization 25.3 (1971): 479-502; Angelyn Dries, The Mis-
23.  Marwick 8-20. sionary Movement in American Catholic History (Maryknoll, N.Y.: Orbis, 1998) 179-246; Gerald M. Costello,
24.  Hugo FazioVengoa, “Los años sesenta y sus huellas en el presente”, Revista de Estudios Sociales 33 (2009): Mission to Latin America. The Successes and Failures of a Twenty Century Crusade (Maryknoll, N.Y.: Orbis,
16-28. 1979) 122-142.

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Medellín (rojo) 1968 Introducción

comunicación privilegiado entre diferentes actores latinoamericanos, europeos documentales —mil de ellas manuscritas— que se conservan en archivos públi-
y estadounidenses. Entendemos Medellín 1968 como una “zona de contacto” cos y en colecciones particulares de Bogotá y Medellín. Desde el punto de vista
trasnacional; esto es, un espacio y un tiempo para estudiar cómo los procesos de heurístico, en este trabajo hemos intentado apropiarnos de manera creativa de
cambio globales han sido historizados, adecuados y confrontados por diversos múltiples investigaciones sobre la Guerra Fría, realizadas con base en documen-
actores sociales. Historizar significa —en términos de la historia social— poner tos desclasificados de Estados Unidos, México, Argentina, Rusia y Alemania.
en la calle, a la escala de la gente común, procesos sociales que de otra manera En la exploración de fuentes manuscritas encontramos gran cantidad de co-
aparecerían abstractos e impersonales. Por eso es necesario advertir que si en rrespondencia, censos, informes burocráticos y, sobre todo, expedientes de in-
el plano local la conferencia episcopal no hace parte evidente de la historia de teligencia, que constituyen una de las vetas más ricas de información sobre las
Medellín, en el plano trasnacional la conferencia aparece como realizada en la organizaciones y los movimientos populares de los años sesenta.
ciudad, pero sin mayor implicación con la historia de Medellín. Es decir, en Aunque pueden resultar muy atractivos, cabe aclarar que los expedientes
otros países se entiende a Medellín 1968 fuera de su contexto, su historia y su de inteligencia no han sido la única ni la más importante fuente de esta inves-
tiempo en la ciudad, y solo aparece cuando se vincula de manera muy general tigación. Sin embargo, su empleo en este libro requiere algunos comentarios
con la historia latinoamericana de los años sesenta. En este texto proponemos puntuales. Los expedientes de inteligencia producidos entre 1968 y 1970 evi-
interpretar la historia de Medellín a partir de Medellín. Más que efectuar una dencian el espionaje sistemático de disidentes políticos y sociales, y permiten
crónica de la discusión de los obispos en la conferencia como tal o intentar una poner en perspectiva histórica las investigaciones judiciales en curso sobre las
exégesis de sus documentos, tareas ya realizadas con rigor en otros trabajos, actividades ilegales de la inteligencia del Estado en Colombia. A diferencia de
queremos recrear la historia de la protesta social, la secularización y la vida otros países donde los archivos de seguridad o inteligencia del Estado han sido
urbana en la ciudad en 1968. Nosotros no profesamos ninguna religión —ni abiertos a la consulta pública —o existen leyes que permiten la desclasificación
tenemos el conocimiento especializado para escribir historia de la religión—, selectiva de la información—, en Colombia la búsqueda de estas fuentes es muy
pero podemos afirmar que esta lectura histórica, atenta a los procesos de cam- dispendiosa: los documentos hallados son apenas fragmentos de una historia
bio social y cultural, a las prácticas sociales y a las luchas de pobladores urba- todavía por contar sobre la doctrina de Seguridad Nacional de los Estados Uni-
nos, obreros, sacerdotes, estudiantes e intelectuales, comprende los principales dos en el país. A través de los informes civiles y militares se puede observar
debates de la Iglesia latinoamericana de Medellín: “Nuestra palabra de pastores la actividad cotidiana de sindicatos, partidos, guerrillas, organizaciones comu-
quiere ser signo de compromiso. Como hombres latinoamericanos, compar- nales, asociaciones campesinas, grupos religiosos y personalidades políticas,
timos la historia de nuestro pueblo. El pasado nos configura definitivamente entre muchos otros “blancos” calificados genéricamente como enemigos. Aquí
como seres latinoamericanos; el presente nos pone en una coyuntura decisiva y empleamos una parte limitada de toda la información recopilada y nos concen-
el futuro nos exige una tarea creadora en el proceso de desarrollo” (“Mensaje a tramos en las actividades de sacerdotes y grupos religiosos. Esta fuente, como
los Pueblos de América Latina”, 6 de septiembre de 1968).28 cualquier otra, denota un orden de clasificación de la sociedad e implica un
Este libro es fruto de una investigación que combinó la recolección de régimen restringido de comunicación, en este caso orientado para informar la
periódicos, folletos y hojas impresas, testimonios orales, planos, fotografías, operación de los aparatos de seguridad y asegurar los fines de dominación del
pinturas e imágenes en movimiento, con un cuidadoso trabajo sobre fuentes Estado. Para su crítica e interpretación hemos realizado un mapeo preliminar
manuscritas. Durante más de un año leímos y sistematizamos dos mil piezas de su proceso de producción y circulación que no aparece de forma explícita en
el texto, pues todavía requiere de mayor investigación. Al tratar sobre hechos
28.  II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, La Iglesia en la actual transformación de América y personas, procuramos realizar un contraste permanente con manuscritos,
Latina a la luz del Concilio (Bogotá: Celam, 1968) 31.

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panfletos, hojas sueltas, periódicos, historias barriales y, cuando ha sido posible,


entrevistas con personajes de la época, algunos de ellos objeto de seguimiento
por las autoridades.
Este libro cuenta de forma descriptiva la historia de Medellín 1968 desde
el punto de vista de la protesta social, la secularización y la vida urbana, en un
periodo de conflicto, protestas y violencia a nivel mundial. La parte nuclear del 1. América Latina: territorio de misión
texto se refiere a un corto periodo entre enero de 1968 y noviembre de 1969.
El primer apartado estudia la noción de residencia como práctica misional en
América Latina y traza la genealogía de los movimientos sacerdotales radicales
en los barrios populares de las ciudades. El segundo describe el contexto de la Antes del Concilio Vaticano II y de la II Conferencia del Episcopado
Iglesia en Medellín, la construcción del hábitat popular en el nororiente de la Latinoamericano en Medellín, la búsqueda de una Iglesia cercana a los po-
ciudad y la apuesta de algunos sacerdotes por trabajar entre los pobres urbanos. bres se había convertido en una práctica difundida entre grupos minoritarios
El tercero analiza tres componentes en el proceso de secularización social, a de sacerdotes. En la segunda mitad del siglo XX, la competencia de la Igle-
saber, la emergencia de la juventud, la autonomía creativa y la independencia sia católica con el comunismo estimuló la actualización de los métodos y las
de los sindicatos. El cuarto interpreta la visita del Papa como un escenario de instituciones dedicadas a los trabajadores urbanos. Para el efecto, empleó a
conflicto por la imagen de Colombia ante el mundo. El quinto reconstruye las fondo los dispositivos de organización desarrollados en diversos contextos.
actividades de la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano. El Una primera fase de este proceso estuvo fundada en la concepción del prole-
sexto y el séptimo muestran de forma pormenorizada las actividades de sacer- tariado moderno como “un pueblo pagano con supersticiones cristianas” —es
dotes, pobladores, estudiantes y sindicalistas durante las jornadas de agosto y decir, neopagano— y la adopción en Europa de la organización y las técnicas
septiembre de 1968. El octavo apartado apunta a examinar la proyección de de evangelización de las misiones católicas en Asia y África. La segunda fase
Medellín entre un grupo radical de sacerdotes que se denominó Golconda. La significó la expansión de esta misión de la cristiandad desde Europa hacia
conclusión presenta una síntesis del texto y un esbozo de interpretación histo- América Latina, donde vivían más de un tercio de los fieles católicos del orbe.
riográfica sobre el significado de Medellín. A su vez, la descentralización de la actividad de la Iglesia romana, que permi-
tió la expansión de su proyecto misionero, tuvo al menos dos momentos: uno
controlado por las jerarquías eclesiásticas a través de las misiones generales y
otro con mayor autonomía de los grupos misioneros que trabajaban con las
comunidades a nivel local.
En los últimos años de la guerra y los primeros años de la segunda pos-
guerra, la Acción Católica en Europa se diversificó para “salvar” el alma de los
obreros, amenazada por el nacionalsocialismo y el comunismo, y concentró su
labor apostólica entre categorías ocupacionales y residenciales de la población.
Un sector progresista de la curia romana comenzó a constituir equipos especia-
lizados de sacerdotes análogos a los desplegados con éxito por la Iglesia en las

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Medellín (rojo) 1968 América Latina: territorio de misión

misiones en territorios coloniales.29 Un hito fundamental de este experimento ceptos más adecuados a su propia tradición —y sobre todo con menos riesgo
fue la fundación de la Misión de París, en 1943, que delineó las bases para la político— que el de trabajo y proletariado industrial. La acción católica había
concepción de la Europa industrial como territorio misionero. La experiencia adelantado campañas pastorales a través de cuerpos especializados de jóvenes,
de los curas obreros comprometidos con el trabajo fabril y las causas sindica- estudiantes, profesionales y damas caritativas en los asentamientos de los po-
les de los trabajadores, constituyó la forma más innovadora de este programa bladores urbanos, especialmente entre las mujeres y los niños. También había
tecnopastoral. En su apostolado misionero, el sacerdote sería uno más entre los procurado emplear los medios de comunicación creando estaciones de radio,
trabajadores: presentando espectáculos audiovisuales y emplazando capillas automóviles
para tener una mayor influencia en la población. Con todo, estas eran experien-
“Su género de vida es el medio en que viven: el mismo alojamiento, los mismos me-
cias episódicas, de carácter asistencial y caritativo, que no lograban establecer
dios de subsistencia, la misma alimentación. […] Siguiendo la consigna de San Pablo
vínculos más estrechos y duraderos con las organizaciones de las comunidades.
y con el fin de volver a tomar contacto con una clase totalmente separada de la Iglesia
La noción de residencia apuntaría a solventar esta debilidad de lazos or-
y de la práctica religiosa, se han hecho pobres con los pobres, obreros con los obreros,
gánicos con las comunidades: como Jesús encarnado, vivir como hombre entre
adaptando [sic] su forma de vida, salvo el pecado, a fin de salvarlos. Han imitado a los
los hombres, en los vecindarios urbanos de los pobres. Por ejemplo, la expe-
misioneros que se hacían chinos con los chinos, africanos con los africanos”.30
riencia de comunidad cristiana territorial ya había sido ensayada hacia 1954 en
Sin embargo, los sacerdotes en el trabajo —experiencia desautorizada por el la parroquia de Todos los Santos y las Ánimas de Buenos Aires, siguiendo las
Vaticano en 1954 y solo autorizada de nuevo en 1965—, representaron un pro- enseñanzas del equipo sacerdotal de Calombes, difundidas por los libros de Mi-
grama específico de apostolado entre los trabajadores, paralelo a otros desarro- choneau sobre la parroquia como comunidad misionera.32 En Santiago de Chi-
llados en la misma época por parroquias, institutos y congregaciones en las que le, la activa participación del Partido Comunista en la organización de comités
se empleó la noción de residencia territorial en las comunidades urbanas como de los “Sin Casa” y su papel destacado en la invasión de terrenos que dio lugar
parte de un proyecto misionero integral.31 a la Población La Victoria, habían también llamado la atención de los católicos
La experiencia de los curas obreros dedicados al trabajo no se reprodujo sobre la importancia del principio de residencia como componente esencial de
en las ciudades de América Latina en los años posteriores a la guerra. Los pro- identificación con los pobladores:
blemas concretos que enfrentaba la labor apostólica en las ciudades, el asenta- “Existe una solución integral para el problema de las poblaciones callampas y se
miento de nuevas comunidades urbanas y la proliferación de inmigrantes con resuelve en el encargo misionero dejado por Cristo a todos los redimidos; encargo
una débil inserción en la producción industrial, llevó a la Iglesia a desarrollar que se ha de cumplir a semejanza del Redentor, que para realizar la acción salva-
un programa tecnopastoral basado en las nociones de territorio y pobreza, con- dora de la humanidad, primero debió encarnarse y convivir con los hombres. En
cierto modo esta convivencia humana de Cristo fue necesaria para el éxito de su
29.  Otro precedente del apostolado obrero puede cifrarse en el Cristianismo Social del Siglo XIX. J. E. Flower,
trabajo redentor”.33
“Forerunners of theWorker-Priests”, Journal of Contemporary History 2.4 (1967): 183-199. Los aspectos más
conocidos de este esfuerzo fueron la fundación de la Misión de París (1943) y la activación de un equipo
de sacerdotes misioneros enviados por la Iglesia para involucrarse de lleno en el trabajo y la vida entre una
clase obrera neopagana. Oscar L. Arnal, “A Missionary “Main Tendue” toward French Communists: The ‘Te- 32.  Carlos Hurtado S. J., “Una parroquia bonaerense, comunidad misionera”. Mensaje 3.33 (1954): 366-368.
moignages’ the Worker-Priests, 1943-1954”, French Historical Studies 13.4 (1984): 530-531. Los textos de referencia habían sido traducidos ya al castellano: G. Michoneau y R.P. Chery, Parroquia, comu-
30.  André Rétif, S.J., “Los sacerdotes obreros franceses”, Mensaje 1.14 (1952): 563. nidad misionera (Buenos Aires: Desclée, de Brouwer, 1951); G. Michoneau y R.P. Chery, El Espíritu misionero
31.  Pierre Andreu, Grandeza y errores de los curas obreros (Buenos Aires: Leviatán, 1956): 38-42. Los persona- (Buenos Aires: Desclée, de Brouwer, 1952).
jes de la famosa novela de Gilbert Cesbron (editada muy pronto en castellano como Los santos van al infierno 33.  Hogar de Cristo Viviendas, “Un trabajo social en las poblaciones callampas. Informe del Servicio del
(Santiago de Chile: Del Pacífico, 1952) cuya aparición publicitó este tipo de apostolado, estaban abocados al Trabajo del Hogar de Cristo Viviendas”. Santiago: enero de 1959. Santiago de Chile, Biblioteca Ministerio de
trabajo misional en una comunidad territorial y no en un centro productivo como la industria. Vivienda y Urbanismo de Chile, DOC 837, ff. 15-16.

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En 1957 y 1959 se produjo una formidable movilización de sacerdotes y laicos parte de los Estados latinoamericanos, la presencia de la Iglesia católica ga-
en las poblaciones callampas y se diseñó un programa de penetración de la Igle- rantizó la transferencia de información y recursos hacia —y entre— las comu-
sia y de nuevas instituciones especializadas para conjurar la amenaza comunista nidades urbanas. La movilización sin precedentes que suscitó entre laicos y
“entre nuestros hermanos que viven tan precariamente y que están alejados de sacerdotes el llamado del Vaticano a la solidaridad con América Latina favore-
nuestra fe como si vivieran en el corazón de la selva africana”.34 ció la transferencia y apropiación de formas de organización, recursos econó-
El alcance de este tipo de acciones puntuales fue limitado por la resis- micos y sacerdotes especializados provenientes de otros contextos. También
tencia de algunos sectores de la jerarquía eclesiástica, así como por la escasez estimuló la innovación en el servicio social, el desarrollo de la comunidad y el
de sacerdotes, recursos y modos de organización locales para movilizar a la liderazgo pastoral como métodos que apuntaban a competir por las lealtades
Iglesia en una auténtica misión en pos de los pobladores urbanos. Sin em- de grupos que habían sido objeto de una intensa propaganda comunista —o
bargo, después de la Revolución Cubana, la confluencia de intereses entre el protestante—, como los pobladores urbanos y los campesinos, los estudiantes
gobierno de Estados Unidos y el Vaticano —así como la colaboración de los y los intelectuales.37 Una de las instituciones especializadas más importantes
episcopados de México, Chile y Argentina con sus pares de Estados Unidos, en este proceso de innovación fue el Centro Intercultural de Documentación
Canadá, Francia, Bélgica, Alemania y España— permitió el desplazamiento (Cidoc), con sede en Cuernavaca, México, fundado por los obispos de Esta-
de la misión de la cristiandad desde Europa hacia América Latina.35 La pri- dos Unidos para entrenar sus misioneros en las lenguas extranjeras, las tareas
mera reunión de obispos de América Latina, Canadá y Estados Unidos, que apostólicas y las implicaciones culturales de la misión católica en América
se celebró en Washington en noviembre de 1959, fue la base para la creación Latina. El Cidoc, dirigido por el pedagogo Ivan Illich, constituyó uno de los
de un Programa Católico de Cooperación Interamericana (Cicop). En agosto referentes fundamentales de este proceso de comunicación entre Estados Uni-
de 1960, el Vaticano fundó el movimiento Voluntarios del Papa para América dos y América Latina al resaltar la dimensión antropológica de la actividad
Latina —movimiento análogo a los Cuerpos de Paz—, que movilizó durante misionera: la misión sería no solo el envío de personas a regiones inhóspitas
los años sesenta un millar de laicos dedicados a la catequesis, la formación de sino la capacidad de comunicación con los extraños.38
núcleos cristianos y la promoción social, técnica y cultural entre la población Los primeros ensayos del nuevo programa tecnopastoral, esbozado an-
latinoamericana. Un año más tarde, el Papa llamó a la jerarquía de Estados tes y durante el Concilio Vaticano II, se realizaron al despuntar la década de
Unidos para movilizar el 10% de su personal —unas 225.000 personas, entre los sesenta con resultados heterogéneos: limitados en los casos de Argentina,
sacerdotes, monjas, frailes y laicos— en labores misionales en América Latina. México y Colombia, donde dominaba una jerarquía conservadora y un esti-
Sin embargo, lo más probable es que el personal misionero movilizado por la lo apostólico clerical, y más alentadores en el caso de Chile, donde el sector
jerarquía de Estados Unidos a lo largo de la década no superara los diez mil progresista de la Iglesia había producido innovaciones notables en su aproxi-
efectivos.36 Frente al predominio de políticas nacionalistas y populistas por mación a los pobladores urbanos. Para la Gran Misión de Buenos Aires de
1960 —promocionada por la jerarquía local como “La misión de mayor en-
34.  P. Lavín, “El trabajo del Hogar en las poblaciones”, Mensaje 44.443 (1995): 106-108. vergadura que haya conocido la historia de la Iglesia”—, los católicos argen-
35.  Antes de la Revolución Cubana se habían iniciado programas para el envío de personal católico. Hasta
entonces la curia española fue la que más atención prestó a América Latina. Desde 1958, la Obra de Coopera- tinos recaudaron un millón de dólares, con los que financiaron la actividad
ción Apostólica Seglar Hispanoamericana (Ocasha) enviaba numerosos seglares españoles a Latinoamérica. de 2.100 misioneros provenientes de las provincias argentinas y el extranjero,
Juan Ochagavía, S. J., “Iglesia misionera: Ser o no ser de la iglesia”, Mensaje 16.159 (1967): 212. También debe
tenerse en cuenta el nuevo modelo de misión diocesana impulsada en los Estados Unidos por la St. James
Society, fundada en 1959 con el ánimo de mejorar la coordinación del apostolado en el continente americano.
Para 1962, ya habían setenta sacerdotes estadounidenses operando en América Latina, auspiciados por esta 37.  Ivan Vallier, Catholicism, Social Control, and Modernization in Latin America (Englewood Cliffs, N.J:
sociedad. Costello 39. Prentice-Hall, 1970).
36.  Dries 189-196. 38.  Dries 197-199.

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la mayoría de origen hispanoamericano.39 La Gran Misión de Medellín, cele- las objeciones que la ciencia opone a la fe, sobre el ‘clericalismo’ de la Iglesia,
brada en junio de 1961, también contó con la presencia de misioneros euro- sobre la misa, etc.”.44
peos, en particular españoles, quienes realizaron matrimonios, confesiones Estos esfuerzos masivos y delimitados en el tiempo para atraer a los católi-
y bautismos por doquier, así como asambleas y misas masivas en fábricas y cos no practicantes, decayeron al mediar la década de los sesenta. Mayor persis-
parroquias urbanas y rurales.40 Otra Gran Misión se realizó a mediados de tencia tuvieron los equipos pastorales residentes en las comunidades a través de
1962 en la Ciudad de México, con un marcado acento clerical, que privilegió asociaciones de pobladores urbanos, círculos bíblicos, grupos de madres, pro-
el apostolado entre diversos grupos de edades, pero sin atender a las diferen- yectos cooperativos y capillas asentadas en poblaciones y callampas de Santiago,
cias sociales o ecológicas de la población.41 Una más se realizó en Santiago, las villas de Buenos Aires, las colonias populares y ciudades perdidas de la Ciu-
tras el llamado de atención del episcopado chileno de 1962 sobre el peligro dad de México y tugurios e invasiones de Colombia. Esto implicó la transición
de los conflictos sociales para el orden divino y la necesidad de “mejorar las de un proyecto controlado de manera centralizada por las jerarquías hacia un
instituciones e introducir aquellos cambios que la realidad nos impone y las ejercicio apostólico más autónomo de comunidades misioneras desplegadas en
ciencias político-sociales aconsejan”.42 La Misión General de la Arquidiócesis el territorio urbano. Esta presencia sostenida en el tiempo, visible a finales de los
de Santiago movilizó un millar de sacerdotes y laicos a lo largo de 1963 entre años sesenta, fue posible tanto por el incremento de la presencia de sacerdotes
la población rural, minera y urbana. A fines del año se verificó la tercera y extranjeros —y de sacerdotes latinoamericanos formados en Europa— como
última etapa de la misión desde la periferia urbana en Puente Alto y San Ber- por el apoyo decidido de instituciones eclesiásticas internacionales para la reali-
nardo hasta llegar al centro de Santiago, con actividades pastorales dirigidas zación de proyectos específicos en las comunidades urbanas.
al mundo obrero, estudiantil, profesional, sindical y poblacional.43 Entonces La descentralización de la actividad misional y el contacto sostenido con
se trataron con franqueza los temas ventilados en el Concilio Vaticano II: “Se las comunidades urbanas generó intensos conflictos en el seno de la Iglesia, en
ha discutido sobre el pecado, sobre el infierno, sobre los niños que mueren especial por la presencia profética de sacerdotes consagrados a los pobres y su
sin bautismo, sobre la obligación de confesarse, sobre el culto a los santos y compromiso con el advenimiento del reino de su dios en la tierra. En su sentido
a la Virgen, sobre el control de natalidad, sobre el celibato eclesiástico, sobre más general, esta tensión entre la lealtad con la institución y con los oprimidos,
los fines misionales de la Iglesia y las demandas efectivas de aquellos que eran
39.  Antonio Donini, Aspectos sociológicos-pastorales de la Gran Misión de Buenos Aires (Buenos Aires: Centro
sujetos de la misión católica, generó una fisura entre el proyecto organizacional
de Investigación y Acción Social, 1961). Ver también: Humberto Muñoz, “Impresiones sobre la gran misión y su operación práctica en las comunidades misioneras. Esto quedó en eviden-
de Buenos Aires”. Mensaje 9.95 (1960): 545-546.
40.  Aramburo Siegert 502. cia con la polémica generada por las denuncias de Iván Illich, maestro de los
41.  Múltiples folletos y manuales fueron producidos para la preparación y realización de la Gran Misión de la misioneros norteamericanos en el Cidoc, quien en 1967 publicó un explosivo
Ciudad de México: La Gran Misión de la Ciudad de México: envío, metas, ideario, tiempos ([México]: [s.p.i],
[1962]); Ideario del primer tiempo de la Gran Misión de la Ciudad de México: junio-agosto (México: [s.p.i] 1962; artículo sobre la parte sórdida de la caridad cristiana y su papel en un proyecto
Plan de la Gran Misión para el mes de septiembre (México: Ara, [1962]).
42.  Conferencia Episcopal de Chile. “El deber social y político en la hora presente”, Mensaje 11.114 (1962):
de dominación imperialista.45 En el plano local, el compromiso con las comuni-
577-587. dades dejó de ser comprendido solo como una cuestión evangélica o de promo-
43.  “La Misión no se limita a procurar la renovación del cristiano en su vida individual, según la línea de las
misiones tradicionales, sino que pretende hacerle tomar conciencia de su carácter de miembro del Cuerpo ción social para convertirse en un proyecto de liberación integral. Incluso antes
Místico de Cristo y de las obligaciones que este hecho importa. Se trata de una cruzada cristiana total: por esto,
contiene también un mensaje humano a los problemas del hombre de hoy. El equipo misionero, integrado por
sacerdotes, religiosas y laicos, ha de prepararse con meses de anticipación para estudiar la realidad de la zona 44.  “Chile, país de misión”, Mensaje 12.124-125 (1963): 693-696. Ver también: Mario Garcés, Tomando su sitio.
misionada. Es un plan misional organizado, con objetivos inmediatos y a largo plazo en el que se encuentra El movimiento de pobladores de Santiago, 1957-1970 (Santiago de Chile: LOM, 2002) 246-247.
comprometida la jerarquía eclesiástica y sus auxiliares laicos. Sus tres objetivos fundamentales son: vitalizar la 45.  Illich, 88-91. Los detalles de esta polémica pueden verse en: Tarsicio Ocampo V., México, entredicho del
comunidad cristiana, incorporar a todos los laicos en las estructuras temporales y atender en forma masiva a Vaticano a Cidoc, 1966-69: documentos y reacciones de prensa (Cuernavaca: Centro Intercultural de Docu-
los no practicantes”. María Angélica Echenique, “La misión general”, Mensaje 12.119 (1963): 246-248. mentación, 1969).

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del pronunciamiento de la II Conferencia del Episcopado Latinoamericano en


Medellín (1968), aquellos sacerdotes y laicos que trabajaban en las comunidades
urbanas se movilizaron políticamente y constituyeron grupos de izquierda cris-
tiana en conflicto con las jerarquías locales: Movimiento de Sacerdotes para el
Tercer Mundo de Argentina (1968-1973), uno de cuyos núcleos más activos fue
el equipo de Pastoral Villera de Buenos Aires; la Iglesia Joven y Cristianos por 2. Misión urbana y hábitat popular
el Socialismo en Chile (1968-1973), constituidos en su mayoría por sacerdotes y
laicos chilenos y extranjeros que trabajan en las poblaciones de Santiago; Sacer-
dotes para el Pueblo de México (1972-1975), activo en el Movimiento Restau-
rador de Colonos de Ciudad Nezahualcóyotl, en el Valle de México; y Golconda En los años sesenta, la crisis de los patronatos obreros en las fábricas, la
(1968-1969), cuyos principales activistas, con la clara excepción de Monseñor emergencia de un sindicalismo católico no patronal y el fracaso de barrios cons-
Gerardo Valencia Cano, trabajaban en los tugurios y barrios de invasión en Cali, truidos para domesticar un pueblo insumiso, indican que las formas de con-
Medellín y Bogotá.46 El auge de estos movimientos de izquierda cristiana estuvo trol social que habían sido construidas por las élites antioqueñas a partir de la
circunscrito a finales de los años sesenta y principios de los setenta, en medio religión estaban resquebrajándose. Los procesos de secularización social y las
de duras condenas de las jerarquías eclesiásticas y en un ambiente de conflicto grandes migraciones a la ciudad amenazaban la disciplina laboral en las indus-
social y político exacerbados por la emergencia de grupos político-militares de trias, la fidelidad de los sindicatos católicos y la integración de los inmigrantes
nueva izquierda, decididos a movilizar a los pobladores urbanos como parte de a la vida urbana a través de una observación totalizadora y represiva de la vida
su estrategia revolucionaria. La represión violenta desatada contra las comuni- social.47
dades cristianas organizadas en las ciudades y los crímenes selectivos contra sa- La Arquidiócesis de Medellín estuvo al tanto de los esfuerzos del catolicis-
cerdotes fue acentuada con el advenimiento de las dictaduras militares en Chile mo para sobrellevar estos desafíos a través del arzobispo Tulio Botero Salazar,
(1973) y Argentina (1976), generando un retroceso de la organización de base quien participó en las sesiones del Concilio Vaticano II, que se efectuaron entre
y la concentración de las comunidades sobre sí mismas, limitando la acción 1962 y 1965, y fue el anfitrión de la reunión del episcopado en Medellín. Acorde
política y fortaleciendo su componente religioso y solidario. con una versión moderada de los postulados conciliares, introdujo reformas
institucionales y administrativas en la curia, brindó mayor participación a los
laicos en la Iglesia, erigió cientos de parroquias nuevas e intentó actualizar las
estrategias de la acción social. Para combatir la pérdida de influencia de la Igle-
sia en una población urbana que crecía y se complejizaba de forma acelerada,
la curia había organizado la Gran Misión de Medellín, en junio de 1961, con
la presencia masiva del clero español (Imagen 2).48 Esta experiencia —que se
había realizado en Buenos Aires (1960) y se llevaría a cabo también en Ciudad
de México (1962) y Santiago de Chile (1962)— buscaba llevar el evangelio a un
46.  Jorge Vernazza, Para comprender una vida con los pobres: los curas villeros (Buenos Aires: Editorial Guada-
lupe, 1989); David Fernández Fernández, “Oral History of the Chilean Movement ‘Christians for Socialism’,
1971-73”, Journal of Contemporary History 34.2 (1999): 283-294; Miguel Concha Malo y otros., La partici- 47.  Luz Gabriela Arango, Mujer, religión e industria, Fabricato 1923-1982 (Medellín: Universidad de Antio-
pación de los cristianos en el proceso popular de liberación en México (México: Siglo XXI, 1986) 109-114 y quia: 1991) 184-190.
139-141. 48.  Aramburo Siegert 502.

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Medellín (rojo) 1968 Misión urbana y hábitat popular

Imagen 2. Parque Berrío. Gran Misión de Medellín. Carlos Rodríguez. Medellín, 1961. Imagen 3. Seminario Menor de Medellín. Anónimo. Medellín, 28 de diciembre de 1946.
Negativo (poliéster): 6 x 6 cm. Archivo Histórico de Antioquia. Fotografía (papel): 18 x 25 cm. Colección Gabriel Díaz.

pueblo neopagano, que a pesar de su aparente religiosidad permanecía alejado de las bres.50 Pero también estaba presto a encontrar y ensayar nuevos métodos pas-
prácticas católicas. Sin embargo, la Gran Misión no se vio traducida en instituciones torales que permitiesen llevar la Iglesia de manera permanente a los populosos
y prácticas duraderas, de manera que la Iglesia encontraba limitaciones para llevar barrios piratas y de invasión que se estaban formando en la ciudad. Sin aban-
su mensaje y recrear los ritos cristianos en muchas nuevas comunidades.49 donar su visión paternalista, como muestra de su compromiso con los pobres,
Monseñor Botero Salazar comprendió la renuncia a la promoción eclesiás- Botero Salazar dejó el palacio arzobispal y se fue a vivir a una pequeña casa en
tica de los sacerdotes jóvenes y su decisión de ir a los barrios populares como un barrio obrero al oriente de la ciudad: “El esquema es que vamos a los pobres
pruebas de renuncia personal y vocación evangélica de servicio entre los po- y ahí estamos haciendo una presencia de evangelización desde arriba, pero no
contempla el obispo lo que significa convivir con el pobre, encarnarse allí en esa

49.  Arango 186. 50.  Restrepo, La revolución 190.

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realidad, meterse en el barro de lo que está viviendo la gente y desde allá hacer Imagen 4. Mosaico de grado del Seminario Mayor de Medellín. Medellín, [1960].
Fotografía (papel): 7 x 10 cm. Colección Gabriel Díaz.
el trabajo pastoral”.51 En realidad se trataba de una estrategia descentralizada
con base en el concepto misionero de residencia, que al mismo tiempo se estaba
implantando en diversas arquidiócesis de América Latina. Algunos sacerdotes
que ingresaron al seminario menor en los años cuarenta y se graduaron del
Seminario Mayor de Medellín entre finales de los años cincuenta y principios
de los sesenta fueron los encargados de cumplir esta tarea en los asentamientos
populares de Medellín (Imágenes 3 y 4).
A principios del siglo XX, los terrenos pendientes al nororiente del centro
histórico de Medellín estaban en manos de grandes propietarios particulares,
arrendatarios campesinos o dueños de mejoras y ocupantes con títulos dudosos.
Tanto en el nororiente como en otros rumbos de la ciudad, los urbanizadores
privados jugaron un papel fundamental en la construcción de vivienda popular
durante la primera mitad del siglo. Estos empresarios, a menudo propietarios
de grandes fincas en la zona, lotearon y vendieron terrenos para la construcción
de barrios como Campo Valdez, Berlín y Aranjuez (c. 1920).52 Con la llegada de
una nueva oleada de inmigrantes entre 1940 y 1960, procedentes sobre todo de
la región del suroeste antioqueño, que venían atraídos por las mejores condi-
ciones que ofrecía la ciudad o huyendo de la violencia en el campo, se aceleró
el poblamiento en las laderas empinadas al norte de Berlín y Aranjuez, a través
del loteo de antiguas fincas por propietarios legales e ilegales. Así, más que un
cambio en la estrategia de urbanización por empresarios privados, la clasifica-
ción de los asentamientos se trasformó cuando el municipio —de acuerdo con Según un plano de 1954, cuando apenas se insinuaba el poblamiento en
el concepto de planificación— comenzó a considerar “piratas” las urbanizacio- el margen occidental del río con el loteo de Castilla, más de una tercera parte
nes por su falta de adecuación a las normas urbanísticas.53 Solo hasta los años de los núcleos clasificados como “piratas” por el municipio estaban ubicados
setenta, Planeación Municipal distinguió entre urbanizaciones clandestinas por al nororiente de Medellín, donde se habían asentado La Salle (c.1939), Villa
invasión, incipientes o en desarrollo, y urbanizaciones clandestinas de carácter Guadalupe (c. 1943), Carambolas y La Cima (1945), Moscú (c.1945), San-
irregular o pirata en desarrollo o normalizadas.54 ta Cruz (c. 1948), Germania (c. 1950) y La Francia (1950) (Imagen 5).55 En
los intersticios de estas zonas urbanizadas, al oriente de La Francia, había un
51.  Entrevista de Óscar Calvo y Mayra Parra con Gabriel Díaz, El Retiro (Ant.), 19 junio, 17 de julio y 22 de extenso terreno con pleitos entre propietarios y arrendatarios, por la indefini-
agosto de 2011. ción de linderos y el reconocimiento de mejoras realizadas desde la década de
52.  Fernando Botero Herrera, “Barrios populares en Medellín 1890-1950”, Historia de Medellín, T. 1, dir. Jorge
Orlando Melo (Medellín: Suramericana de Seguros, 1996) 353-372. 1930. Ante la constante aparición de supuestos nuevos títulos, y en medio de
53.  Françoise Coupé, “Migración y urbanización 1930-1980”, Historia de Medellín, T. 2, dir. Jorge Orlando
Melo (Medellín: Compañía Suramericana de Seguros, 1996) 564-566.
un prolongado pleito judicial, diferentes personas —con títulos o sin ellos—
54.  Patricia Londoño y otros, “Composición social y movilización política en barrios populares de Medellín”
(documento de trabajo: Universidad de Antioquia, 1981) 5. 55.  Medellín, “Urbanizaciones piratas”, Medellín, 1954. CDPM, Medellín, planoteca 29, bandeja 8, f. 4.

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Medellín (rojo) 1968 Misión urbana y hábitat popular

Imagen 5. Urbanizaciones piratas. Oficina de Planeación. Medellín, 1954. vendieron lotes o permitieron el asentamiento de mejoreros en lo que sería
Plano (papel): 68 x 45 cm. Centro de Documentación Planeación Municipal
luego el barrio Popular.56
Sin embargo, la acción del Estado también incentivó de manera indirecta
las invasiones en el Popular y, más al oriente, en Santo Domingo Savio, la zona
de mayor asentamiento por invasión en Medellín a mediados de los años sesen-
ta. Desde 1956, la Municipalidad había acordado constituir Casitas de la Pro-
videncia, una fundación de derecho privado —dotada de presupuesto público,
pero administrada con participación de la Iglesia, los gremios de la industria y la
construcción—, cuyo objeto era la erradicación de tugurios y la construcción de
viviendas “para las clases pobres de la ciudad”.57 Entre 1958 y 1960, Casitas de la Pro-
videncia se encargó de la erradicación de los tugurios de La Iguaná y Cementerio
Universal, mientras en conjunto con el ICT construyó cuatrocientas viviendas
para el traslado de sus antiguos habitantes al barrio Santander, en la zona no-
roccidental del valle. En 1960, el municipio decidió construir un “barrio piloto
de acción comunal” para erradicar y trasladar a las familias desalojadas de los
tugurios ubicados en La Alpujarra, Estación Villa, la Inmaculada y San Benito
(Imágenes 6 y 7).58 Según el censo realizado por la fundación para el proceso de
erradicación de tugurios, en 1.860 hogares habitaban unas 13.000 personas, de
Imagen 6 . Barrios piratas en 1960, estudio hecho para la escogencia del barrio piloto de acción
comunal. Oficina de Planeación. Medellín, 1960. Plano (papel): 92 x 56 cm. las cuales 11% había nacido en Medellín; 73%, en otros lugares del departamen-
Centro de Documentación Planeación Municipal. to de Antioquia, y un 11%, en el resto del país.59 El proyecto para reubicarlos fue
construido entre 1961 y 1963, en un lote comprado por el municipio al oriente
del río, al norte de Moscú y al sur de la zona de invasión donde se levantaban las
primeras casas del Popular. La localización del nuevo barrio en la periferia ur-
bana permitía reforzar la segregación socio-espacial de los centros económicos
y políticos de la ciudad.
Casitas de la Providencia concebía el problema de los tugurios como un asunto
de orden estético y a sus habitantes como personas inferiores, opuestas al cambio,
irrespetuosas de la propiedad privada, proclives al delito, el adulterio, la prostitución
y la homosexualidad, características morales que no los hacían “merecer” el apoyo

56.  Londoño 14-21.


57.  Londoño 23-24.
58. Medellín, Planeación, “Barrios piratas en 1960, estudio hecho para la escogencia del barrio piloto de acción
comunal en el municipio”, Medellín, 1960. CDPM, Medellín, planoteca 29, bandeja 8, f. 5
59. Darío Rúa y Héctor Lopera, “Barriadas Marginales, un problema social. Región metropolitana de Medellín”
(tesis pregrado, Universidad Pontificia Bolivariana, 1964) 50.

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Medellín (rojo) 1968 Misión urbana y hábitat popular

Imagen 7 . La inmaculada. Carlos Rodríguez. Medellín, 1960. Negativo (poliéster): 35 mm. podían o no querían ser “rehabilitados”, las restricciones a la propiedad por medio
Archivo Histórico de Antioquia.
de la entrega en arriendo o promesas de compraventa sin títulos efectivos y las li-
mitaciones para la ampliación de las viviendas debían constituir un orden social no
conflictivo, en donde se recrearían los valores de respeto a la autoridad, la propiedad
y la familia cristiana.60
El proyecto pastoril plasmado en Villa del Socorro comenzó a resquebrajar-
se desde el mismo momento de los traslados, en marzo y abril de 1963, cuando ante
el incumplimiento de las promesas oficiales los habitantes se negaron a dejar sus
hogares. Como lo atestiguan las fotografías de Carlos Rodríguez, las viviendas
fueron demolidas con maquinaria pesada y la gente sacada por la fuerza con la
presencia de efectivos militares y policiales (Imágenes 8 y 9).61 Una vez instala-
dos, la cohabitación con las familias piloto resultó en prolongados conflictos y
las condiciones de arriendo o promesas de venta fueron rechazadas por algunos
habitantes. Con el tiempo, las propias trabajadoras sociales de Casitas de la Pro-
videncia concluyeron que la experiencia “modelo” de Villa del Socorro había re-
sultado un fracaso estruendoso.62 Como pastor de este rebaño insumiso, la curia
nombró a un joven sacerdote: “Hicieron Villa del Socorro y metieron la gente a
la brava. Para allá mandaron al primer párroco: Vicente Mejía”.63
Vicente Mejía Espinoza había sido ordenado como sacerdote en 1958 por el
recién nombrado arzobispo Tulio Botero Salazar.64 Por un tiempo trabajó como
ayudante en la curia y luego fue trasladado a servir en los pueblos de Antioquia
y sus zonas rurales: primero fue auxiliar del párroco de Armenia Mantequilla
y luego fue nombrado vicario cooperador en Yolombó.65 Hacia 1961, Vicente
del Estado. Pero la necesidad de expulsar los habitantes de los tugurios asentados Mejía aprendió las formas de acción social y la organización de la comunidad
en zonas céntricas de la ciudad, en especial en zonas con obras de valorización, y el vinculadas a las misiones: “En esos días hubo una Gran Misión y fueron los cu-
temor a la agitación comunista después de la Revolución Cubana, llevó a considerar ras españoles, y esos curas españoles se iban para las veredas a comerse las vie-
a algunos habitantes como sujetos de “rehabilitación”. Aunque los 1.860 hogares cla-
60.  Londoño 24-36.
sificados como tugurios serían demolidos, no todas las familias erradicadas serían 61.  Carlos Rodríguez, “Erradicación de Tugurios”, Medellín, abril de 1963. AHA, Medellín, F. Carlos Rodrí-
llevadas al barrio piloto, que contaría solo con 800 viviendas en una primera etapa y guez, negativos CN2-1561 y MAB-301-303.
62.  Nora Luz Arredondo Díaz, Cecilia Moreno Pérez y Rocío Athehortúa Botero, “Criterios de selección
otras 400 en una segunda etapa. Así, Villa del Socorro debía ser un barrio piloto que programa de erradicación. Medellín, 1968”, Medellín, [15 de abril de 1968]. AHM, Medellín, F. Alcaldía,
“rehabilitara” a los habitantes de los tugurios mediante el ejemplo de otras familias S. Despacho del Alcalde, SS. Comunicaciones, C. 17, L. 4, f. 155.
63.  Entrevista de Juan Carlos Burgos y Óscar Calvo con Federico Carrasquilla, Medellín, 27 de noviembre
pobres —distintas porque no habían habitado tugurios— también radicadas allí, y de 2010.
64.  Tulio Botero Salazar, “Vicente Mejía E. Sanctum Presbyteratum”, Medellín, 5 de abril de 1958. Archivo
que a su vez se convertirían en modelo para los pobladores de los barrios vecinos. personal Vicente Mejía, Ibarra, Ecuador.
La cuidadosa selección de familias, a través de la indemnización para quienes no 65.  Tulio Botero Salazar, “Carta a Vicente Mejía”, Medellín, 1.º de septiembre de 1960. Archivo personal
Vicente Mejía, Ibarra, Ecuador.

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Medellín (rojo) 1968 Misión urbana y hábitat popular

Imagen 8. Demolición de Tugurios. Carlos Rodríguez. Medellín, 1963. Negativo (poliéster): 35 mm. Imagen 9. Demolición de Tugurios. Carlos Rodríguez. Medellín, 1963. Negativo (poliéster): 35 mm.
Archivo Histórico de Antioquia. Archivo Histórico de Antioquia.

jas. Muy amigos míos y nos enseñaron canciones nuevas, religiosas que traían vuelve como el director de orquesta, el todero, y uno tiene que saber de todo: ha-
de España y ‘oh, qué maravilla’, a esos padres les daban sus buenas comidas y cer un pueblo”.66 Con esa experiencia, Vicente Mejía fue llamado a servir como
la gente feliz con los padres”. En el contexto de los programas del gobierno de vicario de los tugurianos trasladados a Villa del Socorro.
la Reforma Agraria, adelantados con ayuda técnica y financiera internacional Durante un corto periodo, entre 1964 y 1965, el nuevo vicario lideró la
para el desarrollo rural, Mejía aprendió en la vereda de Florencia el funciona- construcción de la iglesia, canalizó la asistencia de los programas de la curia y
miento de cooperativas, organizaciones vecinales y nuevos medios de comuni- acompañó en sus problemas cotidianos a la comunidad. Pero en esos dos años,
cación vinculados a las juntas de acción comunales y las escuelas radiofónicas: Mejía dejó de ser el pastor piadoso y caritativo de una población insumisa y
“En esa época yo era muy ortodoxo, ayudaba a que se hicieran las juntas de comenzó a comprometerse de forma más profunda con la vida cotidiana, las
acción comunal, que el presidente, que los vocales, que la secretaria”. En poco luchas y las organizaciones de los tugurianos: “la predicación fue cambiando, no
tiempo estaba al frente de proyectos para construir carreteras, traer técnicos cambió de exabrupto, no hubo una ruptura de aquí para allá sino que empecé a
para apoyar cambios en la agricultura, fundar cooperativas de pan, crear radios
comunitarias y distribuir los aparatos transistores entre la población: “El cura se
66.  Entrevista de Óscar Calvo con Vicente Mejía, Ibarra, Ecuador, 21-25 de febrero de 2012.

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Medellín (rojo) 1968 Misión urbana y hábitat popular

Imagen 10. Parado sobre cajas de cartón, Vicente Mejía realiza la consagración del pan y el vino Imagen 11. Recicladores escuchan a Vicente Mejía en la fiesta de la Virgen del Carmen en el basu-
en el basurero de Medellín. Anónimo. Medellín, 16 de julio de 1964. Fotografía (papel): 6 x 9 cm. rero. Anónimo. Medellín, 16 de julio de 1964. Fotografía (papel): 6 x 9 cm.
Colección Vicente Mejía. Colección Vicente Mejía.

Imagen 12. Vicente Mejía, acompañado de recicladores, durante una procesión de la Virgen del
Carmen en el basurero. Anónimo. Medellín, 16 de julio de 1964. Fotografía (papel): 6 x 9 cm.
Colección Vicente Mejía.

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Medellín (rojo) 1968 Misión urbana y hábitat popular

predicar el Dios de la basura. Ya no era el Dios de los ricos el que estaba predi- Imagen 13. Frente Unido, Semanario del Pueblo dirigido por Camilo Torres. J. Ortiz.
[Bogotá, 1965]. Impreso (Papel): 70 x 32,5 cm. Archivo General de la Nación.
cando sino el Dios de los pobres, el Dios de la basura, el Dios de las prostitutas
y el Dios no de los ladrones sino de los pillos”.67
Mejía tuvo un encuentro accidental con el sacerdote chileno Alejandro del
Corro —jesuita organizador de la Fundación Hogar de Cristo viviendas y líder
de la presencia de la Iglesia en la toma de la población La Victoria de Santiago—,
quien estaba realizando un curso de cooperativismo entre los trabajadores re-
colectores en el basurero de Medellín: “El padre Del Corro decía que había que
salir de la miseria por medio de la miseria, la basura”. A través de su ejemplo, el
vicario de San Martín de Porres comenzó a conocer el trabajo, las enfermedades
y la vida cotidiana de los recicladores:

“Yo ya fui llevado por los habitantes del barrio Villa del Socorro al basural. Fue el
primer lugar de trabajo, observé todo, la metodología de recolección de subpro-
ductos de la basura, cómo la gente reciclaba el cartón, el papel, la mecha, la chata-
rra, la comida, escogían la mejor comida podrida de la ciudad, de restaurantes y
de los domicilios. La gente reciclaba la comida y a la gallina la llamaban gumarra.
A la gumarra cocida le tocaban el buche, el buche y pluma, y si la veían gordita
se quedaba para consumir en ese mismo día. Tenían sus fogoncitos, todos, para
almorzar, en tarros y la gente comía de la basura, su menú era la basura: fruta
podrida, naranjas podridas, banano podrido, etc.”.68

Para la fiesta de la patrona de los recicladores, el 16 de julio de 1964, Vicente Mejía


organizó una procesión de la Virgen del Carmen. Las fotografías del singular evento
muestran el recorrido de la procesión, el paso de la venerada imagen con la santa
cruz y los cirios, empleados para la celebración de la eucaristía: “Hicimos la proce-
sión por todo el basural con la imagen de la Virgen del Carmen y la misa, que me
enseñaron a hacerla de una forma impecable, en una mesa con manteles blancos de
lino, aquí la celebramos en pacas de cartón podrido, de cartón sucio, ahí pusimos
la hostia y el cáliz… Este es un testimonio” (Imágenes 10, 11 y 12). Otro aconte-
cimiento durante estos años fue la visita que realizó monseñor Germán Guzmán
Campos a la comunidad de Villa del Socorro, quien celebró una misa de la Semana
Santa en San Martín de Porres —quizá en 1965, aunque el año no es preciso— e

67.  Entrevista con Vicente Mejía.


68.  Entrevista con Vicente Mejía.

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Medellín (rojo) 1968 Misión urbana y hábitat popular

influyó de forma decisiva sobre Vicente Mejía. De la mano de Monseñor Guzmán Imagen 14. Estudio socioeconómico de los núcleos piratas. Departamento de Planeación.
Medellín, 1963. Impreso/dibujo (papel): 28 x 42 cm. Universidad de Antioquia.
Campos, Vicente Mejía conoció a Camilo Torres en Bogotá, quien estaba en camino
de separase del sacerdocio y fundar el Frente Unido (Imagen 13). Vicente invitó a
Camilo a visitar su iglesia en Medellín, pero la cita no llegó a concretarse.
Durante ese periodo Vicente Mejía también apoyó las ocupaciones de te-
rrenos que se estaban produciendo en la zona. Los inconformes con Casitas de
la Providencia, así como familias procedentes de tugurios o cuartos de alqui-
ler en diversos lugares de la ciudad, se desplazaron masivamente al oriente de
Villa del Socorro para consolidar el asentamiento del Popular. Muchos de los
primeros habitantes de este barrio estuvieron ligados a un proyecto del Esta-
do para erradicar los tugurios y “rehabilitar” a los tugurianos. Ellos provenían
de sectores céntricos de Medellín: eran migrantes por segunda o tercera vez,
ahora dentro de la misma ciudad. Este hecho era recurrente en otras ciudades
de América Latina, donde las primeras ocupaciones (1930-1950) se localizaron
en las zonas céntricas de las ciudades, cerca de plazas de abasto, las veras de
los ríos y ferrocarriles, hasta que fueron desplazados por diversos métodos a
la periferia. Tal como aparece graficado en un plano modificado del “estudio
de núcleos piratas”, hay continuidad entre las zonas urbanas de erradicación
de tugurios en el centro de la ciudad, la zona de “rehabilitación” en Villa del
Imagen 15. Medellín: 1. Barrio Villa del Socorro 2. Barrio Popular. Anónimo.
Socorro y las zonas ocupadas en el Popular y Santo Domingo Savio (Imáge- Medellín, 1964. Fotografía (papel): 12,8 x 19 cm. Universidad de Antioquia.
nes 14 y 15).69 Fue entonces que el loteo pirata y las invasiones en el barrio
Popular se convirtieron, según Planeación Municipal, en el problema número
uno de Medellín: “La construcción tiene un ritmo acelerado que va de 3 a
5 tugurios por día, empleándose toda clase de materiales de desperdicio a
saber, cartones, latas, maderas, telas, barro crudo, hojas de árboles, etc. Tam-
bién hay casas de material en obra negra y plancha de concreto para pisos
superiores”.70 Según los datos de 1965, el 23% de la población de Medellín,
unas 183.813 personas, vivía en barrios populares clasificados como núcleos
piratas. Mientras tanto, el 10% de la población del municipio, unas 80.000
personas, vivían en estos núcleos en el sector nororiental, de las cuales 15.000
vivían en el Popular y otras 3.500 en Santo Domingo Savio. Al mediar los años

69.  Rúa y Lopera sp.


70.  Medellín. Planeación, “Estudios sobre el déficit de vivienda en el sector urbano de Medellín”, Medellín, ju-
nio de 1966. AHM, Medellín, F. Alcaldía, S. Departamento Administrativo de Planeación, C. 49, L. 11, f. 145.

50 51
Medellín (rojo) 1968 Misión urbana y hábitat popular

sesenta, los pobladores de estos dos barrios representaban el 10% de la po- Imagen 16. Estamos presos con el padre Camilo. Carlos Rodríguez. Medellín, 10 de agosto
de 1965. Negativo (poliéster): 35 mm. Archivo Histórico de Antioquia.
blación clasificada como habitante de los núcleos piratas de toda la ciudad.71
Más que organizador o dirigente, Vicente Mejía acompañó las invasiones
que se precipitaban de forma desordenada y constante en el sector nororiental
de la ciudad. Y sobre todo, amparado en la investidura de sacerdote, brindó
legitimidad simbólica e institucional a la acción de los ocupantes. Según el tes-
timonio de Vicente Mejía, durante una ocupación masiva de cincuenta familias,
la gente lo llamó para hacer frente a la orden de desalojo de la policía:

“En un momento de desesperación me encaramé no sé adónde, a cualquier pie-


dra, y empecé a hacer la Santa Cruz, empecé el rosario y dije: Todo el mundo
contesta, pero duro ¡carajo!, ¡a ver que no se oye! Dios te salve María, Santa María,
el Padre Nuestro, y todo mundo contestaba pero duro. Se oía una sola voz ¡duro!,
resonaba eso. Yo rezaba: Dios te salve María, y los otros contestaban: ¡Santa María!
La policía, aterrada. No habían procedido, no sabían si llevarme para la cárcel.
Después de rezar el rosario, que son 50 avemarías, se entona y se contesta y cuando
terminamos el rosario empezamos a cantar duro, muy duro, les dije: ‘¡duro, cara-
jo!’. Todo el mundo empezó a cantar y la policía derrotada”.72

Luego fundó la iglesia del barrio Popular, una sencilla caseta de materiales li-
vianos que empleó como centro ceremonial de la comunidad, donde realizaban
misas, confesiones, bautizos y entierros, pero que también era empleada en las
asambleas de los pobladores y como centro de asistencia permanente para aten-
der sus necesidades. Según Federico Carrasquilla, Vicente Mejía “era el puro
cura revolucionario que espantó a Medellín. Le hablaba a la gente a las mil ma-
ravillas. Tenía una sensibilidad bárbara con la gente. Y tenía un jeep y se pasaba
recogiendo todo el día cosas para la gente. Y él fue el que hizo todo el barrio. Y
él le decía a la gente: ‘cuando venga la policía, llámenme’”.73
A mediados de 1965, asustado por la creciente beligerancia de Vicente Me-
jía, el arzobispo decidió mandarlo a Europa, donde estudió durante varios años
en el Instituto Católico de París. Sin embargo, pocos meses después de su llega-

71. Medellín. Planeación, “Actualización del estudio sobre núcleos piratas”, Medellín, enero de 1966. AHM, Me-
dellín, F. Alcaldía, S. Departamento Administrativo de Planeación, SS. Informes, C. 13, L.1, ff. 1-39.
72.  Entrevista con Vicente Mejía.
73.  Entrevista con Federico Carrasquilla.

52 53
Medellín (rojo) 1968 Misión urbana y hábitat popular

da, participó, junto con otros curas colombianos radicados en París, en las pro- Imagen 17. Inés de Cárdenas, José Antonio Matute, Andrés Opazo y Joe Broderick.
Gabriel Díaz. París, [1967]. Fotografía (papel): 9 x 12 cm. Colección Gabriel Díaz.
testas de febrero de 1966 por la muerte en combate y la desaparición del cuerpo
de Camilo Torres: “Entonces fuimos a la embajada colombiana, a tomarnos la
embajada, a protestar, reventamos teléfonos, rompimos todo”.74 A su regreso de
Europa, muchos de estos curas decidieron trabajar en los tugurios y los barrios
de invasión en diversas ciudades del país: “Camilo ayuda en ese proceso mu-
chísimo, y la prohibición de hacerle exequias cristianas a Camilo radicaliza un
poco nuestra decisión, irreversible, de ir a pedir un barrio”.75 Algunos sacerdotes
—y en esto se diferencia claramente Federico Carrasquilla de Vicente Mejía—
fueron influidos por la escatología revolucionaria que había llevado a Camilo al
martirio: su ingreso a la guerrilla y su muerte constituyeron hechos de trascen-
dencia mundial para la Iglesia y marcaron el compromiso de muchos católicos
con la revolución social. Con una mística guerrillera exacerbada por la Revo-
lución Cubana, a menudo en diálogo con las ideas marxistas, sacerdotes como
Gabriel Díaz y Vicente Mejía decidieron, sin abandonar la cruz, ir a los barrios
populares para enarbolar las banderas de Camilo (Imagen 16).
Según un periodista francés, Henri Fesquet, quien lo entrevistó en 1968,
el padre Mejía había sido declarado indeseable por las autoridades del munici-
pio y luego viajó a Europa para estudiar en París.76 Poco después regresó como
párroco del sector Caribe, localizado en la vera del río, muy cerca del basure-
ro y del lugar donde se estaba construyendo la ciudadela de la Universidad de
Antioquia.77 El mismo periodista también entrevistó al padre Gabriel Díaz, el
primer párroco del barrio Santo Domingo Savio. Díaz había estudiado cateque-
sis, primero en Salamanca y luego en París, donde compartió apartamento con
Andrés Opazo, una de las figuras visibles en la toma de la catedral de Santiago
de Chile en 1968, y Joe Broderick, sacerdote australiano, peregrino por América
Latina y futuro biógrafo de Camilo Torres.78 Cuando volvió a Colombia, en
1967, Díaz pidió ir a una parroquia popular y rechazó la posibilidad de enseñar
en el seminario o la universidad (Imágenes 17 y 18).79 Un caso diferente fue el

74.  Entrevista con Vicente Mejía.


75.  Entrevista con Gabriel Díaz.
76.  Henri Fesquet, Una Iglesia en trágica situación (Bilbao: Desclée de Brouwer, 1970) 93.
77.  Tulio Botero Salazar, “Carta a Vicente Mejía”, Medellín, 16 de febrero de 1968. Archivo personal Vicente
Mejía, Ibarra, Ecuador.
78.  Entrevista de Óscar Calvo con Joe Broderick, Bogotá, 28 de septiembre y 4 de octubre de 2011.
79.  Entrevista con Gabriel Díaz; Restrepo, La revolución 189-190. En este apartado y los siguientes relacio-

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Medellín (rojo) 1968 Misión urbana y hábitat popular

Imagen 18. Gabriel Díaz Regresa de Europa. Anónimo. Medellín, 1967. Imagen 19. Después de acto público para salir a vacaciones: Gabriel Díaz, Adolfo Duque, Eugenio
Fotografía (papel): 8 x 9,5 cm. Colección Gabriel Díaz. Saldarriaga, Víctor Yepes y Federico Carrasquilla. Medellín, 1956. Fotografía (papel): 6 x 8,5 cm.
Colección Gabriel Díaz.

de Federico Carrasquilla, quien había estudiado antropología en la Universidad


de Lovaina, en Bélgica, y cuando regresó, en 1963, se dedicó durante cinco años
a la enseñanza en el seminario, hasta que en 1968 solicitó al obispo su traslado
como primer párroco de la iglesia del barrio Popular (Imagen 19).80
habitaban las “urbanizaciones piratas”, Vicente Mejía, con los habitantes de los
La decisión de renunciar a cargos en las instituciones eclesiásticas y em-
tugurios, y Óscar Vélez, con los obreros.81 Salvo Carrasquilla, todos estos sa-
prender una misión evangélica en las parroquias populares no fue un hecho aisla-
cerdotes de la Arquidiócesis de Medellín —junto con Wilfer Ángel Tamayo y
do. Otros curas jóvenes se dedicaron a la pastoral obrera: Ismael Mejía Benjumea,
Tulio Vélez Maya— firmarían en diciembre de 1968 el manifiesto de Golconda,
capellán de fábrica en la planta industrial de Fabricato, y Óscar Vélez, asesor de
movimiento sacerdotal que marcaría una interpretación radical del proceso de
la Juventud Obrera Católica (aunque ninguno de ellos era cura trabajador). De
apertura adelantado por la Iglesia durante el Concilio Vaticano II y reafirmado
acuerdo con el testimonio de Gabriel Díaz, existía entre el grupo una división
por la asamblea del episcopado latinoamericano reunida en Medellín.82
del trabajo por sectores poblacionales: él laboraba con los “campesinos” que
81.  Entrevista con Gabriel Díaz.
nados con Gabriel Díaz hemos contrastado su testimonio con la extensa entrevista de Javier Darío Restrepo. 82.  Golconda, “Segundo encuentro del grupo sacerdotal de Golconda. Documento final”, Golconda, el libro
80.  Entrevista con Federico Carrasquilla. rojo de los “curas rebeldes”, ed. Anita Weiss y Octavio Belalcázar (Bogotá: Cosmos, 1969) 113-124.

56 57
Aunque fueron los pioneros y los más visibles a finales de los años sesenta,
los sacerdotes “rebeldes” no serían los más numerosos ni los únicos dedicados
a los barrios populares, como lo demuestra la febril creación de nuevas parro-
quias que adelantó Botero Salazar y continuó su sucesor Alfonso López Truji-
llo.83 En el plano pastoral, la singularidad de estos sacerdotes jóvenes provenía
de su visión radical de los pobres como encarnación de Cristo. Educados en 3. Los nuevos tiempos
Europa y siguiendo el ejemplo de los curas obreros y de congregaciones espe-
cializadas como los Pequeños Hermanos y Hermanas, los padres buscaron un
sentido histórico y humano de la redención al compartir sufrimientos, luchas
y esperanzas con los más pobres. Esta visión quedó plasmada en un episodio A lo largo del siglo XX, América Latina experimentó diversos procesos de
relatado por Gabriel Díaz a Henri Fesquet en septiembre de 1968, durante la cambio como la industrialización, el crecimiento demográfico, la concentración
visita a la modesta iglesia de ladrillo erigida en Santo Domingo Savio: “El obispo de la población en las grandes ciudades, el empobrecimiento de las áreas rura-
ha venido a verme una vez —nos dice también el padre Gabriel Díaz—. Al ver les y el surgimiento de nuevos asentamientos en las zonas periféricas urbanas.
en la sala parroquial nada más que una cruz, me ha preguntado: ¿Dónde está el Estos cambios iban aparejados con la mutación del pensamiento, las relaciones
«Cristo»? Le he contestado: Está en la calle. En cada uno de nosotros”.84 sociales, las concepciones sobre el cuerpo y las formas de participación política.
En los años sesenta, la Iglesia católica hizo un urgente llamado a sus obispos, a
través del Concilio Vaticano II, para examinar a fondo las características de lo
que llamó “un período nuevo de la historia” y replantear, desde la perspectiva
del evangelio, su concepción de la sociedad y su papel en el mundo moder-
no. El Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) contestó a este llamado a
través del documento principal de discusión para la conferencia de Medellín,
programada entre agosto y septiembre de 1968, en el que sentó las bases para la
renovación de la Iglesia latinoamericana y su apertura al diálogo con el mundo
moderno. Entre otros temas, el documento —cuya primera versión fue elabo-
rada en enero de 1968— abordaba la cuestión de la problemática sociocultural
en Latinoamérica y dibujaba una sociedad pluralista, en vía de secularización,
en la que las pautas establecidas por el catolicismo no serían más aceptadas por
amplios sectores de la población, y los valores religiosos estaban siendo exclui-
dos de temas tan importantes como la política, la familia, la sexualidad y la ética
(Imagen 20).85 En este caso se trataba de ofrecer nuevas respuestas a viejas cues-
tiones sobre el papel de la Iglesia un el mundo moderno, secular, en el cual se

83.  Aramburo Siegert 507. 85.  Celam, “Misión de la Iglesia en América Latina [Personal/Privado]”, Bogotá, [enero de 1968]. AGN,
84.  Esta escena aparece en Fesquet 95, pero una versión diferente fue recordada por Díaz en su entrevista con Bogotá, F. Presidencia de la República, S. Despacho Sr. Presidente, S. Religiones, SS. Correspondencia, C. 174,
Restrepo, La revolución 192. Carpeta 1, f. 7-16.

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Imagen 20. La Revolución de las sotanas. Pepón. Bogotá, 1965. Impreso (papel). había operado una progresiva distinción de las esferas de la actividad humana
Biblioteca Pública Piloto.
—científica, estética, económica y política— con respecto a los valores de la re-
ligión. En la segunda mitad del siglo XX, la Iglesia latinoamericana observó con
preocupación varios fenómenos relacionados con el proceso de secularización:
primero, las cambios en las relaciones entre generaciones que hicieron posible la
emergencia de la juventud como sector social diferenciado; segundo, las formas
de leer y expresar el mundo, que retomaron ideologías paganas comunicadas a
través de nuevos medios; y tercero, la pérdida de la autoridad de la Iglesia sobre
las formas de organización y protesta de los trabajadores.
Una de las trasformaciones más importantes que observaba el Celam en
América Latina era la separación de la juventud de los diversos cuerpos sociales
en los que estaba integrada antes, para pasar a formar un cuerpo social parti-
cular, con una dinámica inherente a sus propias ideas y valores.86 Las nuevas
generaciones habían hecho aparición en la escena pública, con su propia voz
y sus propios gustos, cuestionando los antiguos preceptos de orden y justicia
que habían sido predicados por las autoridades civiles y eclesiásticas. Los signos
de los tiempos indicaban que la juventud asumía un nuevo protagonismo y se
erigía a sí misma como ser omnipotente, capaz de crear sus propias normas,
adoptar nuevos valores y decidir sus propios modos de socialización, en lugar
de guiarse por la moral confesional y la autoridad patriarcal representada por la
Iglesia, los partidos políticos tradicionales y los padres de familia (Imagen 21).87
La consolidación de sociabilidades de corte secular y contestatario, en
oposición a formas de socialización y cohesión social basadas en la autoridad,
permitió que los jóvenes hicieran valer su nuevo lugar en la sociedad. Las ins-
tituciones que antes tenían mayor control sobre las prácticas sociales de la ju-
ventud, como la familia, el Estado y la Iglesia, se vieron compelidas a compartir
su autoridad con grupos de pares generacionales como las pandillas de barrios,
los movimientos políticos alternativos, los colectivos artísticos y las herman-
dades de consumo psicoactivo: los libros, la música, el vestido y la marihuana
fueron dispositivos que ayudaron a configurar espacios y símbolos en torno a
los cuales los jóvenes podían diferenciarse. Mientras en Medellín los mayores

86.  Celam, “Misión de la Iglesia en América Latina…”, f. 10r.


87.  Juan Carlos Jurado, “Problemas y tendencias contemporáneas de la vida familiar y urbana en Medellín”.
Historia Crítica 25 (2010): 165-182.

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Imagen 21. El malo. Anónimo. S.l , [Siglo XX]. Fotografía (papel): 12,5 x 20,6 cm. Imagen 22. Banda de Rock. Carlos Rodríguez. Medellín, Siglo XX.
Biblioteca Pública Piloto. Fotografía (papel): 12,7 x 17,8 cm. Archivo Histórico de Antioquia.

bailaban música tropical y cantaban boleros, los jóvenes escuchaban a los “Ye- El comportamiento social de la juventud fue condenada por los adultos
tis”, adoptaban el rock and roll y llenaban sus letras con astros, drogas y gue- más conservadores, quienes estigmatizaron las conductas y gustos juveniles
rras.88 Elmo Valencia, poeta nadaísta, comenta en una carta a los “señores Yetis y como puertas a través de las cuales la droga, la prostitución, la delincuencia
sus guitarras eléctricas” que: “ustedes me emocionan cuando comienzan a darle y la locura disolvían los valores tradicionales. En el caso de la Iglesia, la po-
a esos aparatos que Bach ni soñó a pesar de que Bach fue el precursor del jazz y sición frente a la juventud fue más benévola, pues la consideraron víctima de
del movimiento go-go en el mundo; me entusiasman y me ponen contento y me “ideologías desorientadoras” que se aprovechaban de sus buenos sentimientos
hacen vivir como yo hubiera querido vivir en tiempos que esta civilización ya y buenas intenciones.90 La conferencia de Medellín manifestó que los jóvenes
cubrió con estiércol y otros aerolitos” (Imagen 22).89 menores de 20 años, quienes representaban casi la mitad de la población y eran

88.  Javier Gil Gallego, “Medellín y la música años sesenta” (tesis pregrado, Universidad de Antioquia, 1989).
89. Elmo Valencia, “Señores Yetis y sus guitarras eléctricas”, Cali [1966-1970]. BPP, Medellín, Archivo Nadaísta, 90.  Santiago José Ospina, “Comenzó ayer el estudio de las primeras conclusiones”, El Colombiano (Medellín)
Cartanada 0183, sf. 2 sep. 1968: 1.

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“la conciencia mayor en Latinoamérica”, eran el grupo más sensible al cambio Imagen 23. Mujer con minifalda. Anónimo.
Bogotá, Siglo XX.
sociocultural.91A los obispos les preocupaba que la Iglesia tuviera una influencia
Fotografía (papel): 23,5 X 9 cm. 23,5 x 9 cm.
muy tenue en la educación y que en muchos países de la región la enseñanza Biblioteca Pública Piloto.
estuviera en manos de “enemigos de la religión”, cuyas teorías propugnaban por
el cambio violento de las estructuras sociales.92
Los cambios en la familia, delineados por los procesos de secularización y
urbanización, por la liberación del cuerpo y el placer sexual con respecto a la
reproducción, por la participación decidida de las mujeres en la política y la edu-
cación, muestran los retos que enfrentaba la Iglesia ante los “nuevos tiempos”.93
Pero esta institución no renunció a intervenir en el cuerpo y la vida de las mujeres.
El discurso del Papa Pablo VI, pronunciado durante el CEI en Bogotá, en el que
ordena a padres, madres e hijos de familia mantener vivo el “amor humano, que el
señor elevó, mediante el sacramento del matrimonio, al grado de caridad de gra-
cia sobrenatural” y “convertid vuestra casa en una pequeña sociedad ideal, donde
el amor reine soberano y sea escuela doméstica de todas las virtudes humanas y
cristianas”, revela su preocupación por rescatar la familia guiada por los valores
cristianos como unidad fundamental de la sociedad.94 La promulgación de la en-
cíclica Humanae Vitae, que apelaba a la ley natural y divina para condenar el uso
de anticonceptivos, puede leerse como un esfuerzo consciente de la Iglesia en la
misma dirección. A pesar de la instrucción católica en este sentido, para muchas
personas la sexualidad dejó de circunscribirse al ámbito familiar y reproductivo, y
pasó a expresarse de manera más abierta a través de nuevas estéticas y comporta-
mientos, como en el uso de la minifalda (Imagen 23).
Junto a la desacralización de la vida personal surgieron nuevas formas de
leer y expresar el mundo a través del arte. Por ese medio los jóvenes declararon
abiertamente su inconformidad y sectores de la sociedad, que habían permane-
cido por fuera del debate estético y político, pudieron expresar su inconformi- contienda ideológica contra la sociedad burguesa: muchos estuvieron dispues-
dad con la autoridad. Los artistas estuvieron entre los primeros en entender que tos a crear un arte que intentaba liberarse de los códigos impuestos y del peso
la producción simbólica constituía un campo especialmente importante de la de los cánones tradicionales, en una lucha constante por asimilar los cambios
sociales y al mismo tiempo explorar formas nuevas de plasmar la realidad para
91.  Santiago José Ospina, “Comenzó ayer…” 1. ayudar a transformarla. En el caso de la literatura, por ejemplo, la construcción
92. Juan Landázuri, “Programa actual de la Iglesia Latinoamericana”, El Colombiano (Medellín) 26 ago. 1968: 3; del relato y de sus tramas ficcionales trascendió las finalidades estéticas, pues las
“La violencia no es evangélica ni cristiana”, El Colombiano (Medellín) 25 ago. 1968: 13.
93.  Paula Giraldo, “Niños del Estado. Instituciones y programas de protección infantil en Medellín (1960- formas acabadas del lenguaje se guiaron por las preocupaciones personales del
1979)” (tesis pregrado, Universidad de Antioquia, 2012) 13-14.
94.  “La violencia no es evangélica ni cristiana” 13.
literato y por la intención de criticar y denunciar, o crear afinidades a determi-

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Medellín (rojo) 1968 Los nuevos tiempos

nado proyecto político.95 Las expresiones artísticas se erigieron como caballo de en la historia de la pintura universal, era una tradición poco ortodoxa en
batalla contra el orden establecido y las autoridades eclesiásticas empezaron a el ámbito parroquial, especialmente si este era tratado por una mujer. En
ver en estas un instrumento para socavar las bases de la doctrina cristiana. Cabe 1967, a menos de un año de la conferencia de Medellín, el campo teatral fue
mencionar aquí la reflexión del Celam, según la cual el paso de una sociedad objeto de un ataque sistemático en la prensa por parte de la curia, y todo
en que predominaba una sola cultura, un solo conjunto de normas y valores, un porque el Secretario de Educación Municipal, Gilberto Martínez Arango,
solo modo de ver la vida, a una sociedad pluralista, dificultaba el control de los aduciendo la libertad de expresión, había permitido que Medellín fuera sede
contenidos morales que eran expuestos al público, pues mientras que “en una del Festival de Teatro Universitario. Las autoridades eclesiásticas trataron de
sociedad monolítica, la transmisión de todos los valores de esa cultura se realiza persuadir al gobierno y a la población del “peligro que esto representa para
casi por la sola inercia [y] la presión social ejerce una influencia tal que se hace la nación”; el arzobispo Tulio Botero Salazar solicitó la intervención de las
difícil todo comportamiento disonante”, en un contexto diversificado es impo- autoridades civiles y policiales “en el caso de presentarse obras censurables”
sible mantener las riendas fijas y cada vez se hace más necesario idear nuevos que afectaran la moralidad y el orden público en la ciudad; los agitadores
métodos que permitan lidiar con este “problema”.96 católicos sostuvieron que las obras montadas perseguían fines anticristianos
En Medellín, las nuevas visiones y sensibilidades gestadas por del pro- y alentaban la subversión y el descrédito de la religión e incluso del Ejército,
ceso de secularización de la sociedad, fueron desaprobadas por el sector y denunciaron el teatro como propaganda marxista.98
más conservador de la Iglesia católica a través de la censura a las artes, que Desde finales de los años cincuenta y durante los sesenta, la vanguardia
fue impuesta como una forma de regulación de los contenidos e imágenes literaria de Medellín, encarnada por Gonzalo Arango, autoproclamado pro-
que podían ser difundidos a través del arte; por ejemplo, diócesis y arqui- feta del nadaísmo, concentró su crítica a la sociedad burguesa en el sacrile-
diócesis ejercieron el control del cine bajo la tutela de Acción Católica, y en gio y la blasfemia contra los símbolos católicos (Imagen 24). Como bien lo
la década del cincuenta conformaron una Junta de Censura única para todo notó Estanislao Zuleta, “Para creer ser el mal de la sociedad burguesa es ne-
el territorio antioqueño, desplegando una serie de acciones, como la difu- cesario creer que esta es el bien, de la misma manera que el sacrílego recono-
sión de propaganda moral, la publicación de la clasificación de películas, la ce la religión cuando le da puñaladas a la hostia, porque nadie profana una
conformación de la Legión de la Decencia, entre otras, para detener la ‘in- galleta de soda”.99 Durante una misa de la Gran Misión de Medellín, varios
moralidad del espectáculo’ y sus consecuencias en la ‘decadencia de las cos- nadaístas, sin contar con Gonzalo Arango, fueron detectados comulgando
tumbres’ de la sociedad”.97 Una década antes, en el campo de las artes pictó- en la catedral y acusados por los feligreses de profanar el cuerpo de Cristo.
ricas, la censura moral había sido ejercida contra la pintora Débora Arango, La articulación entre moral religiosa y valores burgueses todavía constituía
cuya aparición pública en el panorama del arte colombiano con las obras: una de las bases del orden social a principios de los años sesenta, pues en
“Cantarina de la Rosa” y “La Amiga”, expuestas por primera vez en 1939, en Medellín Gonzalo Arango pagó con cárcel y censura una acción rebelde,
el tradicional Club Unión de Medellín, ocasionó el rechazo por parte de la inocua en otros contextos, plasmada en un manifiesto contra el Congreso
Iglesia. Estas obras abordaban el desnudo, que aunque era un tema clásico de Escribanos Católicos:

98.  “A Medellín llega una polémica: El Clero, contra Teatro de la Universidad. La Jerarquía, opuesta al II Fes-
95.  Dairo Correa Gutiérrez. “El discurso literario colombiano y la izquierda: representaciones de los actores tival Universitario de Teatro”, El Tiempo (Bogotá) 25 oct. 1967. Fernando Gómez Mejía, “Teatro universitario
y los espacios de la política en la novela y el cuento, décadas de 1970-1980 (tesis posgrado, Universidad de o escenario marxista”, El Colombiano (Medellín) 24 oct. 1967. Fernando Gómez Mejía, “El caballo de Troya”,
Antioquia, 2008). El Colombiano (Medellín) 2 nov. de 1967. Recortes de prensa sin paginación encontrados en Casa del Teatro,
96.  Celam, “Misión de la Iglesia en América Latina…”, f. 10v. Medellín, F. Biblioteca Gilberto Martínez, S. Prensa, Carpeta 1967-1969.
97.  Orielly Simanca Castillo, “La censura católica al cine en Medellín: 1936-1955. Una perspectiva de la Iglesia 99.  Estanislao Zuleta, “Variaciones alrededor del Nadaísmo”, Medellín, 1961. BPP, Medellín, F. Archivo
frente a los medios de comunicación”, Historia Crítica 28 (2004): 81-104. Nadaísta, S. Vida Pública, s.f.

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Imagen 24. Nadaísta Gonzalo Arango leyendo al público. Carlos Rodríguez. En 1968, esta pugna por el papel de la autoridad y la tradición en la produc-
Medellín, 22 de febrero de 1965. Negativo (poliéster): 6 x 9 cm.
ción simbólica se trasladó al seno de la Iglesia, a través de los sacerdotes jóvenes,
Archivo Histórico de Antioquia.
en su mayoría educados en Europa, quienes como parte de la renovación litúr-
gica emplearon música, lecturas y rituales profanos para escenificar de manera
más eficaz el mensaje del evangelio. En las parroquias de los barrios populares
de Bogotá, Cali y Medellín, al igual que en otras ciudades de América Latina,
se realizaron rituales colectivos que alternaban lectura y música de carácter ca-
tólico y revolucionario. Otro tanto puede decirse sobre la vinculación de los
sacerdotes con movimientos artísticos de vanguardia, como en el caso del cura
Gabriel Díaz, la monja Rosaleen y los poetas Eduardo Escobar y Gonzalo Aran-
go, quienes a mediados de 1968 realizaron en el colegio Mary Mount una misa
católica ambientada con poesía y música nadaístas (Imagen 25):

“Y de ahí vino lo de la misa nadaísta. ¿Qué fue cómo? Que Gonzalo es un nadaísta
muy convencido y también Eduardito Escobar, especialmente esos dos, los que
más recuerdo, muy nadaístas. Y entonces me piden a mí que si yo quiero celebrar
una misa nadaísta. Yo les dije que sí. Y diseñamos la misa nadaísta con mucha
libertad, no cierto, leíamos poemas de Gonzalo y de Eduardito, y canciones de
Pablus Gallinazus.
Esa misa la grabaron, yo no sé quién, siempre había mucha gente ahí. Lo cierto es
que el arzobispo Tulio Botero Salazar me llamó. ¡En una furia!: —‘si, por ahí me
contaron de una misa nadaísta’ ¿Cómo fue esa misa?’. Entonces yo le conté como
“No somos católicos: había sido. Le dije: ‘se tuvieron las partes de la misa con lecturas de ellos, para
Porque Dios hace quince días que no se afeita. valorar sus poemas’. Y empieza a manotear el obispo furioso: —‘¡Y cómo lees un
Porque el diablo tiene caja de dientes. poema de ateos en una misa!’”.101
Porque San Juan de la Cruz era hermafrodita.
Porque Santa Teresa era una mística lesbiana. Esta ritualidad renovada, tanto en lo político como en lo estético, generó un
Porque la filosofía de Santo Tomás de Aquino está fundada en Dios y Dios no ha existido permanente enfrentamiento entre los sacerdotes jóvenes y los sectores más
nunca. conservadores de las jerarquías colombianas. Como veremos más adelante, la
Porque somos fieles descendientes de los micos de Darwin. realización de las misas de protesta, con escenificaciones y contenidos explíci-
Porque en el infierno no hay fogones Westinghouse sino pailas trogloditas remendadas por tamente revolucionarios, sería el catalizador de las expulsiones de sacerdotes
los gitanos y a nosotros nos gusta condenarnos confortablemente al estilo yanqui…”.100 extranjeros y el traslado o amonestación de párrocos “rebeldes” en diferentes
asentamientos de todo el país.

100.  Gonzalo Arango, “Manifiesto al Congreso de Escribanos Católicos”, Medellín, 1961. BPP, Medellín, 101.  Entrevista con Gabriel Díaz. Ver: Gonzalo Arango, “Una monja revoluciona la montaña”, Cromos
F. Archivo Nadaísta, S. Manifiestos, Manifiesto 0002. (Bogotá): 15 jul. 1968: 16-19.

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Imagen 25. “Oración del Guerrero”. Gonzalo Arango. Medellín, 1969. También en 1968 se produjo un hito en la historia de las artes colombianas,
Técnica mixta (papel): 21 x 28 cm. Colección Gabriel Díaz.
al celebrarse en Medellín la I Bienal Iberoamericana de Pintura de Coltejer. El
evento, financiado por una de las mayores industrias de textiles del país, puso
a Medellín en sintonía con la creación artística del momento y tuvo grandes
repercusiones en la formación de un público con una visión amplia y crítica so-
bre los avances internacionales en materia pictórica. Esta exposición, realizada
con el mecenazgo de la gran burguesía industrial, evidenció que el arte, hasta
entonces vigilado por la Iglesia y valorado a partir de criterios morales, podía
experimentar con ideas racionalistas, paganas, materialistas o mundanas, que
trascendían al catolicismo como forma de expresar e interpretar el mundo.
Las prácticas e ideas apropiadas de otras latitudes, o resultado del sincre-
tismo entre lo foráneo y lo local, pudieron ser propaladas gracias a la adecua-
ción de canales de difusión ya ensayados en periodos precedentes, los cuales
permitieron que temas y problemas de todo tipo fueran discutidos al margen
de los preceptos establecidos por la religión católica. Entre estos conductos de
información cobraron especial importancia los periódicos independientes, los
cuadernillos y las revistas; todos ellos medios impresos que empleaban distin-
tos tipos de recursos gráficos como la fotografía, el dibujo y el grabado para
simplificar su comprensión, facilitar su masificación y, por ende, la ampliación
del público lector (Imagen 26). En un informe de inteligencia, el Ministerio de
Gobierno alertaba sobre la peligrosidad de distintas publicaciones, a las que
calificaba de subversivas: “la guerra revolucionaria o subversiva requiere un
proceso de difusión, y durante su desarrollo el incremento del mismo a través
de la propaganda, la cual se adelanta por medio de publicaciones incitativas…”.
El informe mencionaba entre las “publicaciones incitativas” el periódico Frente
Unido, el libro rojo de Mao y uno sobre escultura china, titulado El patio de los
arriendos”.102
Aunque las revistas y periódicos eran importantes, entre los medios im-
presos es indispensable destacar un mecanismo que, a la vez que facilitó la
transmisión de teorías profanas, permitió establecer un recurso de discusión
entre académicos, intelectuales y artistas: el libro de izquierda. En las décadas
del sesenta y setenta, este material llenó los vacíos que dejaban los periódicos

102. Ministerio de Gobierno, “Las publicaciones de incitación subversiva”, [Bogotá, 1969-1970]. AGN, Bogotá,
F. Ministerio del Interior, S. Despacho del Ministro, C. 120, Carpeta 894, ff. 102.

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Imagen 26. No solo de pan vive el hambre. Collage de Ferdie, Fotos por El Acto. y revistas, fomentó el debate nacional sobre un conglomerado de temas y pro-
Bogotá, 1968. Impreso (papel): 29 x 41 cm. Biblioteca Pública Piloto.
blemas culturales que apuntaban hacia la transformación social, posibilitó el
acceso de sectores populares al conocimiento de teorías seculares y estuvo estre-
chamente vinculado a la agitación política que sacudió al país; como señala Juan
Guillermo Gómez, “contribuyó de manera activa a generar un amplio debate
sobre el destino nacional —tan problemático como se quiera juzgar— en nue-
vas y diversas capas sociales que tradicionalmente habían quedado al margen
de la cultura de la discusión pública”.103 En Medellín, editoriales como La Oveja
Negra, Estrategia, El Tigre de Papel, La Pulga, Hombre Nuevo, La Carreta, 8 de
Junio, Pepe, entre otras, llegaron a marcar la orientación política de los intelec-
tuales y a definir sus discursos, pues los libros que publicaban sobre historia,
economía, literatura y socialismo eran textos obligatorios para las lecturas en las
aulas, la formación política, el adoctrinamiento de militantes de base e incluso
para la socialización en las cafeterías universitarias.
Entrelazado a las transformaciones que se estaban operando en la sociedad,
el movimiento sindical antioqueño, que se había distinguido por su carácter
confesional y patronal, comenzó a proclamar en los sesenta su derecho a desa-
rrollar una política autónoma, independiente de los partidos políticos tradicio-
nales y de las jerarquías eclesiásticas, y a fomentar las ideas de justicia social,
compromiso con los pobres, autogestión y desarrollo participativo. Esta nueva
concepción favoreció el surgimiento de sindicatos seculares e independientes, a
la vez que impulsó a las antiguas confederaciones a replantear sus relaciones con
la Iglesia y los partidos políticos en el gobierno (Imagen 27).
Los sindicatos que surgieron en esa década criticaron el sistema bipartidis-
ta, cuestionaron el papel de las jerarquías eclesiásticas como colaboradoras del
régimen y estuvieron, con frecuencia, inspirados en algún nivel por la teoría
marxista de la lucha de clases, como en el caso de la Confederación Sindical de
Trabajadores de Colombia (CSTC), creada con base en sindicatos de orienta-
ción comunista provenientes de la Confederación de Trabajadores de Colombia
(CTC), entre los cuales se destacan la Federación de Trabajadores de Antioquia
(Fedeta) y la Federación de Trabajadores del Tolima (Fedetol), y de los organis-
mos pertenecientes al Bloque Sindical Independiente (BSI), conformado por

103.  Juan Guillermo Gómez García, Cultura intelectual de resistencia [Contribución a la historia del “libro de
izquierda” en Medellín en los años setenta] (Bogotá: Ediciones desde abajo, 2005) 67.

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Imagen 27. Manifestación Plaza de Cisneros. Carlos Rodríguez. Medellín, enero de 1963
Negativo (poliéster): 3,60 x 2,40 cm. Archivo Histórico de Antioquia.

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corrientes políticas de izquierda maoísta, en los sindicatos de Noel, Pilsen, Col- manufacturero y de servicios.106 En Antioquia hubo un importante movimiento
tabaco, Peldar, Sofasa, Suramericana de Seguros, Trabajadores de las Empresas huelguístico en las empresas industriales Everfit-Indulana, Apolo, Grulla, Elos-
Públicas de Medellín y de Empresas Varias, del gobierno departamental y el pina, Satexco, Coltabaco, Textiles Córdoba, Postobón, Hilanderías Medellín,
municipio de Medellín y la Asociación de Institutores de Antioquia (Adida). Industrias Hulleras y Pintuco.
Incluso organizaciones que habían abrazado un sindicalismo confesional, Los problemas que movilizaron con mayor frecuencia a los obreros fueron
como la Unión de Trabajadores de Colombia (UTC), dirigida y organizada por los bajos salarios, el aumento del costo de vida, las altas tarifas de los servicios
elementos especializados del clero y el gobierno, fueron dejando de lado sus públicos —particularmente en el transporte—, el desempleo, los despidos colecti-
postulados apolíticos y pacifistas y se acercaron a sectores de la izquierda. La vos y las medidas restrictivas de los derechos gremiales, como la huelga. En 1968,
Asociación Sindical Antioqueña (ASA), una escisión de la UTC e impulsora de en Medellín, se presentaron varias movilizaciones contra el Fondo Nacional del
la Asociación Sindical Colombiana (Asicol), fue la organización cristiana que Ahorro, la contrarreforma laboral, el estatuto del servidor público, el alto costo de
más lejos llegó en la prédica de un sindicalismo independiente de las jerarquías, la vida y las tarifas de energía eléctrica. Estos problemas llevaron al movimiento
esquiva de las directivas patronales y con una plataforma política propia. En a buscar la unidad de acción de las confederaciones sindicales para enfrentar al
un manifiesto de junio de 1968, la ASA afirmaba que el único camino de libe- régimen, razón por la cual, después del 1.º de mayo de 1968, la CSTC, la CTC,
ración era la realización de una “profunda revolución que permita el cambio Asicol y la mayor parte del sindicalismo independiente crearon los Comités de
rápido, radical y profundo de las caducas estructuras que nos rigen”.104 Esta or- Unidad de Acción, con el objetivo de superar la dispersión sindical y realizar ta-
ganización estaba afiliada —y tenía representación en el comité ejecutivo— a la reas conjuntas para obligar al gobierno a retroceder en su política laboral y social.
Confederación Latinoamericana Sindical Cristiana (Clasc), que en julio de 1968 En Antioquia, las centrales obreras que integraron el Comité fueron: la Unión
presentó una carta al hermano Pablo para reivindicar la independencia de los de Trabajadores de Antioquia (Utran) y la Unión de Trabajadores Textiles de
trabajadores con respecto a la autoridad eclesial: “Esperamos que tú, en Bogotá, Colombia (Utratexco), ambas filiales de la UTC; la ASA, perteneciente a Asicol;
no nos digas cómo tenemos que hacer la revolución, porque esto corresponde a la Federación de Trabajadores Textiles (Fedetex); la Fedeta, primero parte de la
nuestra responsabilidad e iniciativa”.105 CTC y luego de la CSTC; la Asociación Colombiana de Empleados Bancarios de
En cuanto a las formas de protestar, los trabajadores pasaron de la con- Medellín (Aceb), del Bloque Sindical Independiente; la Unión de Trabajadores
certación privada con los empresarios particulares a manifestaciones públicas Metalúrgicos y Mineros de Colombia (Utrammicol) y el Sindicato Nacional de
de carácter político, incluso de envergadura nacional. Los años sesenta dieron Trabajadores de la Industria Colombiana del Tabaco (Sintraintabaco). Este comité
lugar a nuevas formas de protesta y presión, entre las cuales se destacaron la tuvo una vida corta; sin embargo, puso sobre el escenario la posibilidad de unir a
toma de fábricas y los intentos de paro general. Sin embargo, estos no fueron los trabajadores sin la mediación del gobierno o la Iglesia. En ese contexto se com-
tan usados como la huelga, la cual fue adoptada incluso por actores urbanos prende la manifestación del 2 de agosto, llevada a cabo en la plazuela Nutibara,
diferentes a los trabajadores de la industria y el transporte, como los empleados en los días previos a la visita papal, y la concentración obrero-popular del 1.º de
bancarios, los estudiantes, los maestros, los jueces, las enfermeras y los médicos. septiembre, realizada durante los días de la conferencia de Medellín.107
La huelga fue la forma de protesta más extendida de la época: solamente en 1968 Frente a la nueva situación sociocultural, el Celam instó a clérigos y fieles
se realizaron en el país medio centenar de huelgas, la mayoría en los sectores a incidir activamente sobre el curso que estaban tomando los cambios en la

106. Archila 195; Rocío Londoño Botero, “Crisis y recomposición del sindicalismo colombiano (1946-1980)”,
104.  Asicol, “ASICOL informativo”, Medellín, 10 de junio de 1968. AHM, Medellín, F. Alcaldía, S. Despacho Nueva Historia de Colombia, T. 3, ed. Álvaro Tirado Mejía (Bogotá: Editorial Planeta, 1989) 271-305.
del Alcalde, SS. Informes, C. 46, L.1, ff. 230r - 230v. 107.  Unidad de Acción Sindical de Antioquia, “Boletín de Prensa y Radio Matutino”, Medellín, 30 de julio de
105.  Citado por Parada 112. 1968. AHM, Medellín, F. Alcaldía, S. Despacho del Alcalde, SS. Informes, C. 46, L. 1, f. 172.

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Medellín (rojo) 1968

sociedad. La Iglesia debía reconocer los elementos positivos del proceso de se-
cularización, crear “formas de transmisión de la fe tales como las exige la socie-
dad en proceso de cambio” y dar un viraje al trabajo pastoral para convertirse en
defensora de los pobres, promoviendo la formación de organizaciones popula-
res y comunidades eclesiásticas de base, y poner fin a la imagen de la institución
como aliada de los ricos y los poderosos.108 4. La mejor imagen del mundo

En 1968 el Papa Pablo VI visitó por primera vez América Latina para
asistir al Congreso Eucarístico Internacional (CEI), en Bogotá, e inaugurar
la conferencia de Medellín, que se realizó entre el 26 de agosto y el 6 de sep-
tiembre. Los preparativos para el CEI y el viaje papal se habían iniciado meses
atrás, liderados directamente por la jerarquía eclesiástica, con un gigantesco
despliegue de recursos técnicos y financieros que transformaron de mane-
ra visible la infraestructura y el paisaje urbano de Bogotá.109 Con el anuncio
oficial de la visita papal, en mayo de 1968, los organizadores debieron arre-
glar múltiples detalles sobre abasto de alimentos, alojamiento y logística, pues
estimaban que podían llegar a Bogotá cientos de miles de peregrinos.110 La
seguridad fue dirigida por la Brigada de Institutos Militares: 14.000 efectivos
del ejército, la policía y el servicio de inteligencia estaban encargados de pre-
servar la integridad del Papa, controlar la protesta social, evitar la ejecución
de actos terroristas, combatir la delincuencia común y confinar los mendigos
en “casas especiales”.111 Otro reto fue producir las comunicaciones para un
evento mundial. La empresa colombiana de telecomunicaciones Telecom con-
trató un satélite espacial e instaló las redes técnicas para la trasmisión. Hughes
Corporation construyó en Bogotá una estación rastreadora de la señal sate-

109. Aníbal Muñoz Duque, “Memorando sobre una entrevista celebrada entre el señor Presidente de la Repú-
blica doctor Carlos Lleras Restrepo y el excelentísimo señor Aníbal Muñoz Duque, Administrador apostólico
de Bogotá e Ignacio Betancur Campusano vicepresidente general del C.E.I. (enero 15 de 1968) -12-1/2- a
1-1/2 p.m.”, Bogotá, 17 de enero de 1968. AGN, Bogotá, F. Presidencia de la República, S. Despacho Sr. Presi-
dente, S. Religiones, SS. Correspondencia, C. 174, Carpeta 1, ff. 1-4.
110.  José Samper, “Carta a Carlos Lleras Restrepo, presidente de la República de Colombia”, Bogotá, 7 de mayo
de 1968. AGN, Bogotá, F. Presidencia de la República, S. Despacho Sr. Presidente, S. Religiones, SS. Corres-
pondencia, C. 174, Carpeta 1, f. 17; “El 25 de Agosto llegaría el Papa”, El Espectador (Bogotá) 9 may. 1968: 5A.
111.  “Comenzó concentración de tropas en Bogotá para vigilancia en el CEI”, El Espectador (Bogotá) 7 jul.
108.  Celam, “Misión de la Iglesia en América Latina…”, f. 16r 1968: 4-A; Nora Parra Ramírez, “Todo listo para el CEI”, El Tiempo (Bogotá) 5 ago. 1968:3.

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Medellín (rojo) 1968 La mejor imagen del mundo

lital. La Televisión Italiana (RAI) trasladó una gran cantidad de equipo que Medellín sirvieron como telón de fondo de una pertinaz lucha por las imáge-
permitió registrar el evento en color, y en conjunto con la Televisión Española nes de Colombia, para establecer qué podía ser visto y dicho ante el mundo.
(TVE) y la televisión colombiana, produjeron la señal de televisión nacional e Incluso antes de confirmarse la presencia del Papa, partidos políticos y orga-
internacional para trasmitir el evento. Las facilidades tecnológicas instaladas nizaciones sociales buscaron hacer presencia durante el evento público inter-
hicieron posible la presencia de medios televisivos de México, Estados Uni- nacional. Según informaciones recibidas por la Junta de Inteligencia Nacional,
dos, Argentina, Perú y Venezuela, así como la trasferencia de imágenes —en en Medellín, el Partido Comunista desplegó una campaña con hojas volan-
un tiempo estimado de cuatro minutos por medio de telefoto— a las agencias tes que ridiculizaba al CEI.118 Mario Upegui, dirigente de la Central Nacional
de prensa internacionales.112 Provivienda—organización de los sin casa, orientada por el Partido Comunis-
En un momento de permanentes protestas e inconformismo público en ta—, preparaba actos para desprestigiar al gobierno.119 Además, los camaradas
las calles de las ciudades europeas y americanas, las autoridades temían que querían pegar 3.000 afiches en las calles de Bogotá con una imagen que mos-
las guerrillas marxistas, surgidas en los años anteriores con diferentes signos traba a Camilo Torres maniatado y fusilado por militares.120 Otras versiones
ideológicos, realizaran actos militares y de propaganda para ganar simpatías de inteligencia militar señalaban que familiares y seguidores de Camilo Torres
por su lucha a nivel internacional.113 A finales de mayo, inteligencia militar dirigirían una carta al Papa reclamando el cadáver del sacerdote guerrillero.121
recibió información sobre una supuesta orden del gobierno de Cuba al Ejér- Tancredo Herrán, un líder del gremio de taxistas, estaba organizando un des-
cito de Liberación Nacional (ELN) para intensificar sus acciones: “tratando file de automóviles viejos y en mal estado para afectar el transporte urbano en
de ganar simpatías y hacer ver a las gentes, que con tal motivo nos visitan, agosto y protestar contra los controles para importar vehículos.122 El Concejal
que en Colombia existe como en otros Países del Continente, repudio a las de Bogotá Leopoldo García estaría preparando una gigantesca toma de terre-
clases dominantes”.114 La estrategia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias nos en diversos sectores de la ciudad. Para esta acción, programada para el 22
de Colombia (Farc), según inteligencia, sería replegar sus efectivos a las zonas de agosto, se habrían organizado unas 5.000 personas, con instrucciones pre-
rurales, pues los militares estarían dedicados al control de las ciudades.115 En- cisas sobre los materiales que deberían llevar consigo (tela asfáltica, cuerdas y
tretanto, las guerrillas maoístas del Ejército Popular de Liberación (EPL), lo- madera) y sobre las formas de resistencia ante las fuerzas policiales. El barrio
calizadas en el noroeste del país, comenzaban la formación de nuevos grupos se llamaría Pablo VI, en homenaje al ilustre visitante.123
armados en Antioquia, buscando establecer contacto con Medellín, donde se Desde marzo de 1968 se registraron paros prolongados de profesores, es-
encontraba su red logística y de propaganda.116 tudiantes secundarios y universitarios. La situación fue especialmente dramá-
1967 y 1968 fueron años de declive en la cantidad de luchas sociales en tica en Bucaramanga, donde más de tres mil de ellos entraron en paro en el
relación con los años precedentes.117 Sin embargo, el CEI y la conferencia de

112.  Ignacio Betancur Campuzano, “[Informe sobre la organización del CEI]”, Bogotá, 13 de noviembre de 118.  Guillermo Rodríguez Guzmán, “Boletín para la Junta de Inteligencia Nacional”, Bogotá, 2 de abril de
1968. AGN, Bogotá, F. Presidencia de la República, S. Despacho Sr. Presidente, SS. Religiones, SS. Correspon- 1968. AGN, Bogotá, F. Ministerio Interior, S. Despacho Ministro, C. 108, Carpeta 799, f. 116.
dencia, C. 174, Carpeta 1, ff. 51-52. 119.  Carlos E. Guzmán Benítez, “Boletín para la Junta de Inteligencia Nacional”, Bogotá, 9 de julio de 1968.
113.  Carlos E. Guzmán Benítez, “Boletín para la Junta de Inteligencia Nacional”, Bogotá, 30 de abril de 1968. AGN, Bogotá, F. Ministerio Interior, S. Despacho Ministro, C. 108, Carpeta 798, f. 48.
AGN, Bogotá, F. Ministerio Interior, S. Despacho Ministro, C. 108, Carpeta 799, f. 18. 120.  Guillermo Rodríguez Guzmán, “Informaciones para la Junta de Inteligencia Nacional”, Bogotá, 9 de abril
114.  Carlos E. Guzmán Benítez, “Boletín para la Junta de Inteligencia Nacional”, Bogotá, 28 de mayo de 1968. de 1968. AGN, Bogotá, F. Ministerio Interior, S. Despacho Ministro, C. 108, Carpeta 799, f. 94.
AGN, Bogotá, F. Ministerio Interior, S. Despacho Ministro, C. 108, Carpeta 798, f. 172. 121.  Carlos E. Guzmán Benítez, “Boletín para la Junta de Inteligencia Nacional”, Bogotá, 21 de mayo de 1968.
115.  Hernando Espinosa Peña, “Boletín de la Junta de Inteligencia Nacional”, Bogotá, 7 de junio de 1968. AGN, Bogotá, F. Ministerio Interior, S. Despacho Ministro, C. 108, Carpeta 798, ff. 200-205.
AGN, Bogotá, F. Ministerio Interior, S. Despacho Ministro, C. 108, Carpeta 798, f. 158. 122.  Guillermo Rodríguez Guzmán, “Informaciones para la Junta de Inteligencia Nacional”, Bogotá, 22 de
116.  Guillermo Rodríguez Guzmán, “Informaciones para la Junta de Inteligencia Nacional”, Bogotá, 18 de abril de 1968. AGN, Bogotá, F. Ministerio Interior, S. Despacho Ministro, C. 108, Carpeta 799, f. 34.
junio de 1968. AGN, Bogotá, F. Ministerio Interior, S. Despacho Ministro, C. 108, Carpeta 798, f. 134. 123.  Guillermo Rodríguez Guzmán, “Información para la Junta de Inteligencia Nacional”, Bogotá, 9 de julio
117.  Archila 139-140 de 1968. AGN, Bogotá, F. Ministerio Interior, S. Despacho Ministro, C. 108, Carpeta 798, f. 55.

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Medellín (rojo) 1968 La mejor imagen del mundo

Colegio y la Universidad Industrial de Santander.124 En solidaridad con este miento del Estado de Sitio y el aumento del salario mínimo. Los trabajadores
movimiento, estudiantes y trabajadores hicieron sentir su descontento en las celebraban la visita de Pablo VI, pero agregaban: “Coinciden, igualmente, tan
calles de Barranquilla, Cali, Medellín y Bogotá. El gobierno nacional intervi- grandiosos acontecimientos, con la subsistencia de un estado de sitio que hace
no en la disputa, amenazó a los estudiantes, detuvo a los dirigentes y apoyó ya de la LIBERTAD un recuerdo grato, pero lejano, para los colombianos”.129
el cierre temporal de los centros educativos en Santander.125 En los días de En junio de 1968, los operadores aéreos amenazaron con ir a la huelga en
movilización estudiantil en Paris, inteligencia militar reportó que la insurgen- agosto para presionar un aumento salarial favorable. En caso de emergencia,
cia armada estaría reestructurando sus cuadros en las ciudades y buscando la Fuerza Aérea tenía un plan que garantizaría la operación de los vuelos na-
nuevos adeptos en las universidades del país, “con la finalidad de organizar cionales e internacionales.130 A mediados de año proliferaron rumores sobre
el estudiantado y cumpla tareas idénticas a las de los estudiantes Franceses, una convocatoria a un paro general durante la visita del Papa. Monseñor Aní-
cuya actuación está sirviendo de ejemplo de organización y de lucha”.126 Las bal Muñoz Duque expresó su preocupación por el anuncio de protestas e hizo
autoridades estaban alerta de reuniones de activistas de izquierda en los días un llamado a la paz social y al diálogo con las centrales obreras: “El verdadero
previos al CEI, como la celebrada en Bogotá el 3 de julio por grupos camilis- colombiano debe reflexionar en función del Congreso Eucarístico, antes de
tas y maoístas, que buscaban crear una plataforma común para la acción del tomar cualquier determinación”.131 Semanas después, los dirigentes de las cen-
estudiantado colombiano.127 trales obreras, reunidas en Bogotá, acordaron realizar manifestaciones en las
Los trabajadores entendían perfectamente que la visita del Papa abría las principales ciudades colombianas en fechas diferentes al CEI.132 En Medellín,
puertas para exponer las demandas populares, que la escenificación del poder la Unidad de Acción Sindical de Antioquia acordó realizar una manifestación
a través de un evento con proyección mundial representaba una oportunidad el 2 de agosto para denunciar ante la opinión pública la política social del
para la negociación, la rebeldía y la disidencia. Colombia había estado dos gobierno nacional.133 No todos los sindicalistas estaban de acuerdo con esta
décadas bajo un estado de excepción —Estado de Sitio— que limitaba las li- decisión de no protestar durante el CEI. Así se puede inferir de los informes
bertades constitucionales de asociación y protesta de los trabajadores. En este de inteligencia sobre una reunión sindical efectuada en Cali el 25 de julio, en
contexto, la católica Acción Sindical Colombiana hizo un llamado para recu- la cual se discutían los detalles de una movilización sindical en el Valle del
perar para el pueblo las calles y las plazas públicas: ¡“Las vías y plazas públicas Cauca y el llamado a las calles de los obreros antioqueños. Al evaluar la fecha
de Colombia no podrán seguir siendo propiedad exclusiva de la burguesía más indicada para realizar una jornada de protesta exitosa ante el gobierno y
dominante: el pueblo reconquistará sus derechos”!128 En una carta dirigida la opinión pública, Adolfo Villanueva preguntó con ironía:
al presidente de Colombia con ocasión del CEI, la Federación Santandereana
“¿O es que se cree que por el hecho de no ser nosotros, ni sacristanes ni mo-
de Trabajadores (Festra) solicitó la libertad de los presos políticos, el levanta-
naguillos sino luchadores sindicales vamos a ignorar que en próximos días se
124.  Comité de huelga de la UIS, “Comunicado del Comité de Huelga de la UIS”, Bucaramanga, 24-25 de
abril de 1968. AGN, Bogotá, F. Presidencia de la República, S. Secretaría Privada, S. Asociaciones, SS. Corres-
pondencia, C. 71, Carpeta 1, f. 48; Asociación de Padres de Familia del Colegio de Santander, “Carta a Sr. Dr. 129.  Luis Eduardo Macías y Efraín Niño, “Carta al presidente de Colombia”, Bucaramanga, 30 de julio de 1968.
Carlos Lleras Restrepo, Presidente de la República”, Bucaramanga, 25 de mayo de 1968. AGN, Bogotá, F. Presi- AGN, Bogotá, F. Presidencia de la República, S. Secretaría General, S. Religiones, SS. Correspondencia, C. 81,
dencia de la República, S. Secretaría Privada, S. Asociaciones, SS. Correspondencia, C. 71, Carpeta 1, ff. 72-75. Carpeta 1, ff.8-9.
125.  “Enérgica advertencia de Lleras a los estudiantes”, El Espectador (Bogotá) 8 de mayo. 1968: 10A. 130.  Fabio Elías Moreno Salgado, “Agenda para la reunión de la Junta de Inteligencia Nacional”, Bogotá, 1.º de
126.  Carlos E. Guzmán Benítez, “Boletín para la Junta de Inteligencia Nacional”, Bogotá, 28 de mayo de 1968. julio de 1968. AGN, Bogotá, F. Ministerio Interior, S. Despacho Ministro, C. 108, Carpeta 798, f. 74.
AGN, Bogotá, F. Ministerio Interior, S. Despacho Ministro, C. 108, Carpeta 798, f. 172. 131.  “Mons. Muñoz se dirigirá a las centrales obreras. Pedirá ambiente de paz durante el CEI”, El Tiempo
127.  Carlos E. Guzmán Benítez, “Boletín para la Junta de Inteligencia Nacional”, Bogotá, 9 de julio de 1968. (Bogotá) 13 jul. 1968: 1 y 27.
AGN, Bogotá, F. Ministerio Interior, S. Despacho Ministro, C. 108, Carpeta 798, ff. 46. 132.  “Comité intersindical se reúne mañana en Bogotá”, El Tiempo (Bogotá) 16 jul. 1968: 26
128.  “Asicol informativo. El Pueblo reconquistará sus derechos”, Medellín, 15 de junio de 1968. AHM, Mede- 133.  Carlos Bedoya, “Boletín Prensa y Radio. Unidad de Acción Sindical de Antioquia”, Medellín, 30 de julio
llín, F. Alcaldía, S. Despacho del Alcalde, SS. Informes, C. 46, L. 1, f. 229. de 1968. AHM, Medellín, F. Alcaldía, S. Despacho del Alcalde, SS. Informes, C. 46, L. 1, f. 172.

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Medellín (rojo) 1968 La mejor imagen del mundo

reúne en Bogotá el Congreso Eucarístico Internacional y que tal certamen reli- Imagen 28. Colombia: Camilo o el papa. Cristianismo y Revolución. Buenos Aires, 1968.
gioso tiene una importancia que en este momento seres del mundo entero están Impreso (papel): 18 x 24,5 cm. Colección personal.

pendientes de él, de su preparación, del viaje del Papa, de su desarrollo y de su


culminación?”.134

El viaje de Pablo VI fue visto de forma crítica por movimientos revo-


lucionarios latinoamericanos. Desde febrero, cuando todavía no se había
confirmado la visita papal, seguidores de Camilo Torres en Uruguay, Ar-
gentina y Chile exigieron al Papa no viajar a Colombia sino estaba dispues-
to a denunciar el imperialismo estadounidense.135 Estos católicos radicales
suponían que las autoridades colombianas no permitirían el contacto del
Papa con las masas, pues si esto llegase a ocurrir “oiría gritar un solo nom-
bre; CAMILO TORRES, y una sola exigencia, REVOLUCIÓN SOCIAL”.136
Poco después, el 30 de junio, en una carta profusamente difundida en el
continente, la madre de Camilo pidió al Papa abogar para que los militares
colombianos devolvieran el cadáver de su hijo (Imagen 28).137 En un tono
menos exaltado, pero igual de comprometido con la construcción de una
Iglesia abierta a las necesidades del pueblo, varias organizaciones católicas
encabezadas por la confederación sindical Clasc, advirtieron al Papa que “Su
visita va ser aprovechada por el imperialismo para que su presencia en Amé-
rica sea la prueba de su conformidad con este sistema al que nos oponemos
como cristianos. En nombre del desarrollo y del pacifismo lo harán aliado
de la guerra de Vietnam. Porque ellos quieren impedir que el pueblo tome
el poder y termine con la injusticia”.138 La misma Clasc, en asocio con la Fe-
deración Campesina Latinoamericana (FCLA), presentó una carta abierta al
hermano Pablo, que advertía sobre el papel que podría jugar su visita para
reforzar la idea de que la Iglesia era una institución aliada de la injusticia y

134.  Anónimo, “Informe Secreto. Intimidades del comité Intersindical”, Cali, julio 29 de 1968. AGN, Bogotá, F.
Presidencia de la República, S. Despacho Sr. Presidente, S. Sindicatos, SS. Correspondencia, C. 174, Carpeta 1,
ff.23-24.
135.  Encuentro Latinoamericano Camilo Torres, “Alerta a los cristianos de América Latina por el viaje del
Papa”, Cristianismo y Revolución (Buenos Aires) jul. 1968: 19.
136.  Encuentro Latinoamericano Camilo Torres, “Carta abierta Latinoamericana a Paulo VI”, Cristianismo y
Revolución (Buenos Aires) jul. 1968: 21-23.
137.  Isabel Restrepo de Torres, “Que entreguen el cuerpo de mi hijo”, Cristianismo y Revolución (Buenos
Aires) sep. 1968: 49.
138.  “Carta de los Católicos de Latinoamérica al hermano en Cristo Pablo VI”, Cristianismo y Revolución
(Buenos Aires) sep. 1968: 15.

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Medellín (rojo) 1968 La mejor imagen del mundo

se quejaba por la exclusión de las organizaciones populares de la lista de in- Imagen 29. Visita del Papa Pablo VI a la ciudad de Bogotá en el año 1968.
Francisco León Ruiz Flórez. Bogotá, 1968. Positivo (poliéster): 6 x 6 cm.
vitados a Medellín.139 La movilización de los católicos revolucionarios llegó
Biblioteca Pública Piloto.
a su punto más alto cuando, el 11 de agosto, un grupo de sacerdotes y laicos
ocupó por un día la catedral primada de Santiago de Chile, donde se mani-
festaron contra el fasto del CEI en Bogotá y llamaron a construir una ver-
dadera Iglesia en comunión con el pueblo oprimido.140 Días después, el 23
de agosto de 1968, las fuerzas de seguridad colombianas detuvieron a varios
dirigentes sindicales católicos, mientras el Papa se encontraba oficiando en
el templete y cuando repartían copias de la carta abierta al hermano Pablo,
“denunciando la situación de miseria, humillación y privaciones a que están
sometidos la mayoría de los latinoamericanos como consecuencia de los
injustos regímenes establecidos en el continente”.141
A contramano, el presidente Carlos Lleras Restrepo, en un discurso te-
levisado dirigido a la nación, advertía sobre la mala propaganda de la prensa
extranjera y presentaba una imagen optimista del desarrollo económico y de
las políticas sociales de su gobierno.142 De hecho, a su llegada a la capital, tras
besar el suelo americano, el Papa fue recibido por el presidente con un discur-
so optimista:

“Un clima de paz política reina entre quienes antes se combatían con rudeza y
dentro de él tratamos de formar las estructuras de una sociedad igualitaria, con-
fiados en que el espíritu evangélico, más eficaz que el temor y más constructivo
que los sentimientos de rebeldía, facilite esa tarea de justicia; domine los egoís-
mos; aplaque las iras; nos conduzca, en fin, hacia nuevos planos de moralidad y
bienestar”.143
Las autoridades colombianas controlaron y amonestaron varios periodistas
internacionales bajo la excusa de tergiversar la realidad nacional. También
los periódicos colombianos intentaron desmentir las versiones de los me-
139.  Citado por Parada 111. dios internacionales y los grupos de izquierda sobre los esfuerzos oficiales
140.  “Chile: ¿quiénes y por qué ocuparon la catedral? “, Cristianismo y Revolución [Buenos Aires] oct. 1968:
15-18.
para hermosear las ciudades y esconder la pobreza de la mirada curiosa de
141.  Heliodoro Agudelo, “Asicol Informativo. En presencia del Papa las fuerzas del orden aumentan la repre- los invitados extranjeros.144 De la mano de estos acontecimientos, la prensa
sión contra el pueblo”, Medellín, 24 de agosto de 1968. AHM, Medellín, F. Alcaldía, S. Despacho del Alcalde,
SS. Informes, C. 46, L. 1, f. 147. colombiana discutió, quizá por primera vez, la importancia de comunicar una
142.  “Habla el presidente Lleras: El Papa encontrará un país en paz y plena trasformación”, El Tiempo (Bogotá) imagen favorable del país a través de un esfuerzo sistemático y organizado, de
17 ago. 1968: 20.
143.  Carlos Lleras Restrepo, “Saludo del Presidente de la República de Colombia a su santidad Pablo VI, en
el momento de la llegada de este a Bogotá”, Bogotá, 22 de agosto de 1968. AGN, Bogotá, F. Presidencia de
la República, S. Despacho Sr. Presidente, S. Discursos, SS. Correspondencia, C. 170, Carpeta 1, ff. 198-200. 144.  “‘Los gamines’ si vieron al Papa”, El Tiempo (Bogotá) 29 ago. 1968: 12.

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Medellín (rojo) 1968 La mejor imagen del mundo

Imagen 30. Primera película del planeta Tierra, tomada por el satélite ATS-III desde 22.300 millas Imagen 31. Papa Pablo VI. Alberto Palacio Roldán. Bogotá, 1968.
sobre Brasil. Verner E. Suomi, Robert J. Parent and T.T. Fujita. 18 de noviembre de 1967. Negativo (poliéster): 9 x 12 cm.
National Aeronautics and Space Administration. Biblioteca Pública Piloto.

acuerdo con los principios que en publicidad permiten establecer una marca: peregrinos extranjeros a Bogotá, en realidad la mayoría de la gente congregada
“Montemos, pues, la maquinaria que nos permita neutralizar la mala prensa. para ver al hombre del Papamóvil provenía de la ciudad y regiones próximas
Hagamos que interna y externamente se conozcan hasta la saciedad los aspec- a Bogotá. Además de la respuesta popular en las calles, la trasmisión de las
tos positivos de nuestro país […]”.145 actividades por televisión fue un éxito, pues permitió a personas en diferentes
La visita del Papa fue un acto de masas sin precedentes en la historia regiones de Colombia seguir con devoción cada paso del Papa y al gobierno
colombiana. Durante sus tres días de estancia congregó multitudes en el aero- sacar partido publicitario de la presencia de Pablo VI (Imagen 29). Telecom
puerto, la Plaza de Bolívar, el campo eucarístico, en el municipio de Mosquera contrató el satélite A.T.S-3 del programa experimental de comunicaciones de
y en el barrio Venecia. Aunque se tenía prevista la llegada multitudinaria de la Nasa, el mismo dispositivo espacial que había captado las primeras imágenes
en color del planeta Tierra, el 18 de noviembre de 1967, y que sería empleado
145.  Andrés Uribe Campuzano, “‘Mala prensa’, mala información”, El Tiempo (Bogotá) 2 sep. 1968: 5 y 26.
más tarde por la televisión de Venezuela para retrasmitir en vivo para el mun-

88 89
do el alunizaje del Apolo 11, el 20 de julio de 1969 (Imagen 30). El director
de Telecom estimaba que las doce horas de trasmisión de la señal a todo color
había sido vista por 750 millones de personas: “Colombia ha tenido una buena
imagen en el exterior en los cinco continentes, que han sido un ‘antídoto con-
tra la mala prensa’”.146 Según un comerciante de nueva tecnología, su santidad
fue “el mejor vendedor de aparatos de televisión” en Colombia: llegaron solici- 5. Compromiso con el mundo
tudes desde diferentes lugares del país y las ventas minoristas superaron todas
las expectativas.147 Terminado el evento, una publicidad de televisores decía:
“La técnica Philips hizo posible que millones de personas, en Colombia y en el
mundo, siguieran minuto a minuto la visita de S.S. el Papa”. Con una imagen El 24 de agosto de 1968, el Papa Pablo VI tuvo una jornada extenuante
de Pablo VI ante las multitudes, la publicidad pregonaba: “Tenemos la mejor antes de partir de Bogotá y viajar de vuelta al Vaticano. En pocas horas visitó
imagen del mundo”.148 El presidente Carlos Lleras recibió abundantes cartas “sorpresivamente” una iglesia modesta y compartió la mesa con los humildes
de felicitación por el éxito del CEI y la buena imagen del país que había dejado habitantes del barrio Venecia, inauguró la II Conferencia del Episcopado Lati-
el evento. Al respecto, la directora del Instituto de Adoratrices Esclavas del noamericano, bendijo el nuevo edificio del Celam y participó en las celebracio-
Santísimo de la Caridad escribió al presidente: “¿Y qué diremos de las mani- nes litúrgicas del Congreso Eucarístico Internacional.150 Cuando el Papa tomó
festaciones de amor a S.S. Pablo VI? El quedó complacido y mucho de Colom- el avión rumbo a Europa, terminó esta gran escenificación de masas trasmitida
bia. Cuánto gozamos en televisión, viendo a nuestro buenísimo Sr. Presidente por satélite en televisión, que representó un esfuerzo sin precedentes del gobier-
y a la Primera Dama de Colombia, tan cerca de su santidad” (Imagen 31).149 no y las elites para proyectar una imagen positiva de Colombia ante el mundo.151
Dos días después, en la tarde del lunes 26 de agosto de 1968, los obispos repre-
sentantes de las naciones de América Latina participaron en una misa solemne
en la capilla del Seminario Mayor, donde invocaron la presencia del Espíritu
Santo para iniciar las deliberaciones de la conferencia de Medellín: “Invocar
con la concelebración eucarística la asistencia del Espíritu Santo, es imploración
ciertamente; pero es sumisión como la de Cristo; es visión superior de las cosas
y de los hombres; es audacia apostólica como la de los Doce. Y es compromiso
con el mundo” (Imagen 32).152
El Vaticano había oficializado la convocatoria en enero de 1968 y dos meses
después Tulio Botero Salazar anunció a los sacerdotes de su arquidiócesis la

150.  “Dos bendiciones dio ayer el Papa en la plaza de Bolívar: instaló la Conferencia Episcopal”, El Espectador
(Bogotá) 25 ago. 1968: 18A; Héctor Muñoz, “Padrecito santísimo decían en Venecia”, El Espectador (Bogotá)
25 ago. 1968: 3b; “Sorpresiva visita a dos viviendas humildes”, El Espectador (Bogotá) 25 ago. 1968: 8B; “Paulo
146.  “Durante el CEI inversión de 100 millones de dólares significa la publicidad por la T.V.”, El Colombiano VI inauguró sede del CELAM”, El Espectador (Bogotá) 25 ago. 1968: 14A; “‘Mi corazón y mi pensamiento se
(Medellín) 7 sep. 1968: 6. quedan aquí’: Paulo VI”, El Colombiano (Medellín) 25 ago. 1968: 6-9.
147.  “Intimidades del CEI”, El Colombiano (Medellín) 25 ago. 1968: 5. 151.  Pablo VI, “El Papa señala conducta de la Iglesia ante los obispos latinoamericanos”, El Tiempo (Bogotá)
148.  Philips, “Tememos la mejor imagen del mundo”, El Tiempo (Bogotá): 2 sep. 1968:15. 25 ago. 1968: 1.
149.  Trinidad, “Carta al Dr. Carlos Lleras Restrepo”, Bucaramanga, 29 de agosto de 1968. AGN, Bogotá, F. 152.  Instituto de Liturgia Pastoral-Celam, II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano. Celebracio-
Presidencia de la República, S. Secretaría Privada, S. Religiones, SS. Correspondencia, C. 81, Carpeta 1, f. 46. nes Litúrgicas (Medellín: Celam, 1968) 7.

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Medellín (rojo) 1968 Compromiso con el mundo

Imagen 32. Plano del Seminario Conciliar. Medellín. II Conferencia Episcopal Latinoamericana. en la Iglesia católica: los directivos Avelar Brandão Videla, Pablo Muñoz Vega
Policía Nacional. Medellín, 1968. Plano (papel): 27 x 33 cm. Archivo Histórico de Medellín.
y Marcos Mac Grath; los obispos Eduardo Pironio, Cándido Padín, Luciano
Metzinguer, Gerardo Valencia Cano, Antonio Quarracino, Leonidas Proaño y
Julián Mendoza; y peritos católicos como el chileno Renato Poblete, el teólogo
brasileño Raimundo Caramurú y el teólogo peruano Gustavo Gutiérrez.154 En
Bogotá, el Celam avanzó en la programación, la logística del evento y, sobre
todo, discutió y elaboró la primera versión del documento base para la confe-
rencia de Medellín: “Misión de la Iglesia en América Latina”.155
El documento describió la situación de América Latina desde el punto de
vista de las ciencias sociales, interpretó la realidad social en términos teológicos
y propuso prioridades para la acción pastoral de la Iglesia. El diagnóstico del
Celam, inspirado por la teoría de la marginalidad del sacerdote Roger Vecke-
mans, presentaba la situación de hambre, miseria, ignorancia, exclusión y sub-
desarrollo de la mayoría de la población, garantizada por estructuras económi-
cas, sociales y políticas caracterizadas por la injusticia y la dependencia externa.
El Celam comprendía esta situación en el contexto de la trasformación de una
sociedad tradicional a una sociedad moderna, que estimulaba, a través de los
medios de comunicación, la masificación, el individualismo, el pluralismo ideo-
lógico y la secularización como fenómenos característicos del mundo contem-
poráneo. En la interpretación de estos hechos a la luz del evangelio, los obispos
destacaron la realización en el mundo de los designios divinos, la posibilidad de
buscar la salvación en la historia hasta su realización plena con el advenimiento
celebración de la conferencia en la ciudad: “Seguramente —afirmaba el prela-
del reino de dios. Desde el punto de vista pastoral, el documento propuso, en
do— ningún otro momento de la historia de Medellín tendrá tantas y tan hon-
términos muy genéricos, la readecuación de las instituciones eclesiásticas, su
das repercusiones […].153 El Celam venía gestando el proyecto de realizar un
mayor compromiso con la promoción integral de los hombres y la trasmisión
plenario latinoamericano de obispos desde la última sesión del Concilio Vatica-
de la fe a través de nuevos medios de comunicación.156
no II, a finales de 1965. La iniciativa luego fue formalizada en las asambleas de
Este texto fue enviado a las respectivas conferencias episcopales naciona-
La Plata, Argentina (1966), y Chaclacayo, Perú (1967), y finalmente comenzó
les, y con las comentarios aportados por estas, el Celam se reunió en Medellín
a ser puesta en práctica en una reunión realizada en Bogotá en enero de 1968.
a principios de junio para reelaborar otra versión del documento, más extenso
Esta reunión contó con la asistencia de un amplio grupo de religiosos progre-
y equilibrado que el anterior.157 La nueva versión matizaba algunas cuestiones,
sistas y moderados —quienes meses después serían grandes protagonistas en
evitaba términos equívocos, y desarrollaba las partes teológicas y pastorales,
las conferencia—, empeñados en atraer a América Latina los vientos de cambio
154. Parada 46-48.
153.  Tulio Botero Salazar, “Anuncio pastoral del sr. Arzobispo de Medellín sobre la II Conferencia Episcopal 155.  Celam, “Misión de la Iglesia”, ff. 7-16.
del Episcopado Latinoamericano”, Medellín, [marzo de 1968]. AHM, Medellín, F. Alcaldía, S. Despacho del 156.  Celam, “Misión de la Iglesia”, ff. 7-16.
Alcalde, SS. Informes, C. 46, L. 1, ff. 135-138. 157.  “Reunión preparatoria de la Conferencia del Episcopado”, El Espectador (Bogotá) 25 may. 1968: 10.

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Medellín (rojo) 1968 Compromiso con el mundo

muy descuidadas en el primer manuscrito. Este documento confidencial fue con las tradiciones religiosas del continente (Imagen 54).162 El Celam dispuso
enviado por Aníbal Muñoz Duque al Presidente de la República el 7 de junio y la dinámica de trabajo del evento en tres momentos: la ambientación, a través
muy seguramente la propia curia bogotana lo filtró a El Tiempo, que lo publicó de la inauguración por el Papa, la instalación de la conferencia y exposiciones
el 16 de julio en primera plana.158 Su publicación generó una inmensa polémica, magistrales sobre los problemas sociales de América Latina; la reflexión, con-
porque planteaba de manera franca la miseria, la exclusión y la dependencia formada por ponencias, preguntas y discusión en torno a las cuestiones abor-
como problemas comunes de América Latina, analizaba los cambios que expe- dadas en el documento; la proyección pastoral, que suponía la conformación de
rimentaba la región aparejados a la urbanización, masificación y secularización comisiones temáticas especializadas y el debate de sus conclusiones en plenarias
de la sociedad, y formulaba un programa de reformas para construir una nueva para producir el documento final. Los especialistas en comunicación también
Iglesia, desprendida de la riqueza y comprometida con los pobres.159 previeron que los periodistas debían ser atendidos de forma especial, facilitarles
A partir de los documentos preliminares de Medellín, técnicos y funcio- información oportuna y realizar ruedas de prensa diarias, pues la imagen públi-
narios del Celam planificaron la conferencia como un evento que debería es- ca de la conferencia dependería de la noticias producidas por ellos. Finalmente,
cenificar de manera totalizadora la organización del trabajo, las concepciones el Celam intentó llevar la asamblea al pueblo de dios en Medellín, a través de
religiosas y formas rituales del catolicismo posconciliar: “La celebración de esta celebraciones de masas y visitas pastorales.163
Conferencia —afirmaba un memorando del Celam en mayo de 1968— debe La dinámica de trabajo de la conferencia se realizó como estaba planeada.
manifestar el espíritu de la Iglesia de hoy, vinculada íntimamente a la preocu- Múltiples testimonios escritos y visuales registraron la intensa labor cotidiana
pación de todas las clases sociales, sin exclusiones ni preferencias, en un marco de los obispos en el seminario. Luego de la misa y los discursos inaugurales, en
de sencillez y eficacia”.160 Esto fue evidente en la cuidadosa preparación de la el segundo día se realizó una detallada presentación de estadísticas sobre econo-
liturgia, la dinámica de trabajo, el manejo de los medios de comunicación y la mía, población, educación y religión en América Latina, apoyada con cuadros y
actividad pastoral fuera del seminario. gráficos que ilustraban de manera clara la dramática situación social y la necesi-
Las ceremonias religiosas fueron encargadas al Instituto de Liturgia Pasto- dad de acción de la Iglesia. De acuerdo con los registros fílmicos, estos cuadros
ral de Medellín, que preparó todos los sacramentos en castellano —con música, y gráficos se instalaron como una exposición en el seminario, de manera que
cantos, lecturas y oraciones— de acuerdo con los temas de cada una de las jor- los datos pudieran ser examinados por los participantes.164 En el tercer y cuarto
nadas de trabajo. “Al construir los esquemas de las celebraciones litúrgicas […] días continuaron la ponencias, sesiones de preguntas y seminarios, que busca-
se ha buscado que respondan, de modo general, a una serie de ideas centrales del ban la inmersión de los obispos en temas como la interpretación de los signos
documento base de la Conferencia”.161 Algunos elementos, como las plegarias del tiempo presente, la promoción humana, la evangelización, la pastoral de
eucarísticas y los prefacios, recién aprobados, serían llevados por primera vez a masas y la coordinación pastoral.165 Luego, en el quinto y sexto días, se efectuó el
la misa en el marco de la conferencia. El programa litúrgico incluía bendiciones trabajo en comisiones especializadas, que fue sistematizado y llevado a plenarias
y oraciones de ritos orientales que marcaban el espíritu ecuménico posconciliar a partir del séptimo día.166 En el octavo y noveno días se revisaron de nuevo en
y melodías latinoamericanas que simbolizaban el compromiso de la conferencia
162.  Instituto de Liturgia Pastoral-Celam 5-6.
163.  Parada 81, 93-97 y 106.
158.  “Es trágica la realidad del continente dicen los obispos latinoamericanos en su informe al CELAM”, El 164.  Teletigre, “Noticiero Teletigre”, Medellín, 2 de septiembre de 1968 (Película: 16 mm.) FPFC, Bogotá,
Tiempo (Bogotá) 16 jul. 1968: 1, 20 y 26. SA1-1-IA: Pietaje 30-37.
159.  Celam, “Documento básico preliminar para la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano”, 165.  Parada 192-205; Teletigre, “Noticiero Teletigre”, Medellín, 28 de agosto de 1968 (Película: 16 mm.) FPFC,
[Medellín, junio de 1968]. AGN, Bogotá, F. Presidencia de la República, S. Despacho Sr. Presidente, S. Religio- Bogotá, SA1-1I-D: Pietaje 23-25.
nes, SS. Correspondencia, Caja 174, Carpeta 1, ff. 22-39. 166.  Santiago José Ospina, “Comenzó ayer el estudio de las primeras conclusiones”, El Colombiano (Medellín)
160.  Citado por Parada 104. 2 sep. 1968: 1; Antonio Pardo G, “Culmina la etapa del diagnóstico en Celam”, El Correo (Medellín) 3 sep.
161.  Instituto de Liturgia Pastoral-Celam 4. 1968: 7.

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Medellín (rojo) 1968 Compromiso con el mundo

comisiones las objeciones —añadiduras, supresiones, modificaciones— presen- Imagen 33. Helder Cámara. Teletigre.
Medellín, 2 de septiembre de 1968.
tadas en las plenarias.167 En este trabajo especializado, con algunos matices, se
Película: 16 mm.
impusieron las tesis más progresistas; es decir, las que habían sostenido los orga- Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano.
nizadores en el documento base y que habían sido impulsadas en las comisiones
por peritos y obispos que defendían las posiciones del Celam. Por ejemplo, en el
registro fílmico de los trabajos de la subcomisión de paz de la comisión primera
observamos al “obispo rojo” Helder Cámara hablando, y entretanto, sentado en
las primeras sillas a la entrada del salón, lo escucha el padre Gustavo Gutiérrez,
uno de los artífices intelectuales del documento preliminar del Celam y autor
Imagen 34. Gustavo Gutiérrez, sentado primero de
mayor de la Teología de la Liberación (Imagen 33 y 34).168 En la última jorna- derecha a izquierda. Teletigre.
da de trabajo los obispos aprobaron por abrumadora mayoría el documento Medellín, 2 de septiembre de 1968.
final de Medellín, que ese mismo día recibió el beneplácito del Vaticano para su Película: 16 mm.
Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano.
publicación.169 El 6 de septiembre de 1968 se clausuró el evento en la Catedral
Metropolitana (Imagen 35).
Desde el punto de vista de la comunicación, fue notable el esfuerzo de la
oficina de prensa del Celam para mostrar a los obispos desde una perspectiva
humana y cercana a través de los medios.170 Aunque señoras “distinguidas” de la
ciudad amoblaron los cuartos de los participantes, el arzobispo de Medellín ha- concluir la conferencia, los obispos tomaron el lugar de los periodistas y estos
bía pedido expresamente a las autoridades y empresarios abstenerse de halagar fueron interrogados en una rueda de prensa a la inversa. Con todo, aunque la
a los obispos con reuniones sociales, lo que marcó una tónica austera y de re- comunicación era una preocupación central en la conferencia, la interacción
cogimiento durante la conferencia.171 La información periodística, incluyendo efectiva del público con los prelados no estaba prevista y el conocimiento sobre
registros fílmicos producidos para el noticiero Teletigre, muestran un ambiente sus discusiones estaba necesariamente mediado por los medios de comunica-
de reflexión, diálogo y espiritualidad.172 Las cámaras de televisión también re- ción. Solo los periodistas nacionales e internacionales acreditados en el evento
gistraron una habitación sencilla, con una pequeña cama, una mesa de trabajo tenían acceso durante las horas de la tarde y una vez concluidas las deliberacio-
y, en el baño, la toalla y las medias colgadas de algún alto prelado.173 Antes de nes episcopales para participar en las conferencias de prensa de los religiosos.174
El contacto directo de los obispos y peritos con la gente de los medios escenifi-
167.  Teletigre, “Noticiero Teletigre”, Medellín, 3 de septiembre de 1968 (Película: 16 mm.) FPFC, Bogotá, caba la Iglesia abierta al diálogo y comprometida con el mundo pregonada por
SA1-1-IA: Pietaje 41-35.
168.  Teletigre, “Noticiero Teletigre”, Medellín, 2 de septiembre de 1968 (Película: 16 mm.) FPFC, Bogotá, la conferencia.175 Todas las tardes se presentaban obispos, sacerdotes y laicos
SA1-1-IA: Pietaje 25-17.
delante de un tablero que indicaba el tema de discusión, en un auditorio col-
169.  “Reveladas conclusiones del Celam”, El Correo (Medellín) 6 sep. 1968: 11; María Ester Arango, “El último
día de la conferencia”, El Colombiano (Medellín) 7 sep. 1968: 1 y 23. mado por representantes de la prensa nacional e internacional: mientras unos
170.  Santiago José Ospina, “En la conferencia episcopal-apostillas y runrunes”, El Colombiano (Medellín)
4 sep. 1968: 18; María Ester Arango de Salinas, “Intimidades de la II conferencia episcopal latinoamericana”, preguntaban y otros anotaban frenéticamente, se podían observar en las graderías
El Colombiano (Medellín) 5 sep. 1968: 1 y 21.
171.  Tulio Botero Salazar, “Anuncio pastoral”, ff. 135-138.
172.  Teletigre, “Noticiero Teletigre”, Medellín, 28 de agosto de 1968 (Película: 16 mm.) FPFC, Bogotá, SA1-1I- SA1-1-IA: Pietaje 32-23.
D: Pietaje 40-15. 174.  Marco Vinicio Prieto Reyes, “Orden de servicios 021”, ff. 60-71.
173.  Teletigre, “Noticiero Teletigre”, Medellín, 3 de septiembre de 1968 (Película: 16 mm.) FPFC, Bogotá, 175.  “Por la libertad de prensa se abogó en plenaria del Celam”, El Correo (Medellín) 5 sep. 1968: 3.

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Imagen 35. Clausura de CELAM en la Basílica, septiembre 6 de 1968 5:30 p.m. Imagen 36. Rueda de prensa, participan los presidentes de la
Policía Nacional. Medellín, 23 de agosto de 1968. Plano (papel): 26,5 x 32 cm. conferencia Avalar Brandão, Juan Landázuri y Antonio Samoré.
Archivo Histórico de Medellín. Noticiero Teletigre. Medellín, 2 de septiembre de 1968.
Película 16 mm. Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano.

tabacos humeantes, monjas vestidas con hábito y mujeres en minifalda, fotógra-


fos, micrófonos de radio y cámaras de televisión (Imagen 36).176
En Medellín estuvieron acreditados ciento cincuenta reporteros de ra-
dio, prensa y televisión de Colombia, México, Bolivia, Argentina, Perú, Holan-
da, España, Alemania y Francia. Entre los más destacados cronistas presentes
en el evento estaban Javier Darío Restrepo, de El Tiempo, de Bogotá; el padre
Martín Descalzo, de ABC, de España; Alain Gheerbrant, explorador y autor de
varios libros sobre el Orinoco y el Amazonas; y Henri Fesquet, de Le Monde,
de Francia (conocido por su monumental crónica del Concilio Vaticano II).177
La Oficina de Turismo y Fomento de Medellín se esforzó por mostrar la mejor
imagen de Antioquia a los corresponsales nacionales e internacionales, reali-
zando visitas culturales y excursiones a empresas, cuidando lo que podía ser
visto, escuchado y comunicado por los periodistas (Imagen 37).178 El periódi-

176.  Teletigre, “Noticiero Teletigre”, Medellín, 28 de agosto de 1968 (Película: 16 mm.) FPFC, Bogotá, SA1-1I-
D: Pietaje 48-21.
177.  Parada 186-187.
178.  Turismo y Fomento de Medellín, “Programa Social para representantes del periodismo Nacional e inter-
nacional acreditados para cubrir las informaciones de la Segunda Conferencia Episcopal Latinoamericana a

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Medellín (rojo) 1968 Compromiso con el mundo

Imagen 37. Programa Social para representantes del periodismo Nacional e internacional co El Colombiano publicó un completo artículo con destinos turísticos donde
acreditados para cubrir las informaciones de la Segunda Conferencia Episcopal Latinoamericana
los visitantes podían gozar de las bondades del clima y los bellos paisajes de la
Turismo y Fomento de Medellín. Medellín, 1968. Impreso (papel).
Archivo Histórico de Medellín. región.179 El gobernador de Antioquia y el alcalde de Medellín ofrecieron un
almuerzo a los periodistas el 29 de agosto, ocasión que aprovecharon para dictar
conferencias sobre el desarrollo de la región.180
Sin embargo, los corresponsales extranjeros no estaban interesados en la
belleza del paisaje, las atracciones culturales, la pujanza de la actividad industrial
o el desarrollo regional. Para comunicar sus observaciones y hacerlas inteligibles
al público seducido por la figura del cura guerrillero Camilo Torres, proclive a
pensar América Latina como un lugar exótico y violento, los corresponsales in-
ternacionales describieron Medellín en términos dualistas, oponiendo dos mon-
tañas, dos iglesias o dos asambleas, como representaciones de las diferencias entre
opulencia y pobreza, palabras y hechos, religiosidad y pecado. Henri Fesquet des-
cribió los tugurios, los hospitales y el hambre como la ciudad que no verían los
obispos.181 Para iniciar su relato de Medellín, Alain Gheerbrant escribió: “En una
colina alta con vista al valle donde se encuentra la segunda ciudad de Colombia
—un millón de habitantes, cientos de miles de personas sin hogar y cincuenta mil
prostitutas, sin contar niñas y adolescentes— sesionó durante diez días la Segun-
da Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, del 26 de agosto al 6
septiembre”.182 Por su parte, el argentino Tomás Eloy Martínez, en una bella pero
imprecisa crónica, reiteró esta visión de la ciudad: “Las galerías donde bulle la se-
gunda Conferencia del CELAM […] son un mirador más precario: los pinos y las
gardenias impiden ver las luces de Medellín, los alborotos de sus ‘áreas calientes’
donde el tango es todavía la liturgia de prostitutas y matones” (Imagen 38).183 Es-
tos corresponsales internacionales estuvieron particularmente atentos a los sacer-
dotes y los dirigentes sindicales que intentaban presentar una visión crítica de la
realidad colombiana, a menudo convergente con sus propias concepciones sobre
la injusticia y la desigualdad en América Latina.

celebrarse en Medellín del 26 de Agosto al 5 de Septiembre”, Medellín, [agosto de 1968]. AHM, Medellín, F.
Alcaldía, S. Despacho del Alcalde, SS. Comunicaciones, C. 9, L. 8, f. 9.
179.  William Castrillón Gómez, “Desplazamiento de turismo a Medellín”, El Colombiano (Medellín) 26 ago.
1968: 6.
180.  Turismo y Fomento de Medellín, “Carta a Jaime Tobón Villegas”, Medellín, 12 de agosto de 1968. AHM,
Medellín, F. Alcaldía, S. Despacho del Alcalde, SS. Comunicaciones, C. 48, L. 2, f. 45.
181.  Fesquet 92-96.
182.  Alain Gheerbrant, L´Eglise Rebelle d´Amérique Latine (Paris: Seuil, 1969) 215. La traducción es nuestra.
183.  Tomás Eloy Martínez, “Los dos Concilios de Medellín”, Primera Plana (Buenos Aires) 3 sep. 1968.

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Medellín (rojo) 1968 Compromiso con el mundo

Imagen 38. Panorámica del Seminario Mayor, ubicado en el oriente de la ciudad de Medellín. “Lo alto de esta montaña donde se encuentra este Seminario en el que estamos
Gabriel Carvajal. Medellín, 1967. Positivo (Poliéster): 9 x 12 cm. Biblioteca Pública Piloto. congregados, se ha convertido en una especie de Sinaí; porque aquí estamos oyen-
do la voz del Señor y porque allá abajo nos esperan nuestros pueblos.
Debemos, pues, bajar de este monte con decisión y coraje para anunciar al Pueblo
de Dios que nos aguarda impaciente, una buena nueva: la de la renovación de
América Latina […]”.185

Así pues, un grupo de tres cardenales y veinte obispos, en representación de


diferentes países de América, celebraron un acto litúrgico para hacer visible la
presencia del episcopado ante el pueblo de dios de Medellín. Pero la celebración
en el estadio Atanasio Girardot estuvo pasada por agua, contó con poca asisten-
cia y escaso fervor del público, de manera que resultó un estruendoso fracaso en
comparación con las misas masivas del Papa en Bogotá, en la semana anterior, y
con las fiestas religiosas tradicionales de la Iglesia en Antioquia (Imagen 40).186
El domingo 1.º de septiembre, los obispos tenían programadas visitas a dis-
tintos lugares de la ciudad, en una jornada que permitiría el encuentro de los
pastores con el pueblo. No está claro si esta actividad fue realizada por la mayo-
ría o por una minoría de obispos, pues la información al respecto es muy frag-
mentaria. Es probable que muchos participantes estuvieran inmersos en diver-
sas tareas o tomando un descanso, puesto que el ritmo de trabajo fue intenso y
hasta altas horas de la noche durante varios días. Por cuanto sabemos, Cándido
Padín, obispo de Lorena y connotado progresista de Brasil, visitó el barrio Las
Estancias, y Octaviano Márquez, arzobispo de Puebla y destacado anticomu-
A juzgar por las imágenes de televisión, la nueva liturgia se implementó nista —quien por esos mismos días había llamado desde Medellín al presidente
durante las ceremonias en la capilla del Seminario, ubicado en una colina aisla- Gustavo Díaz Ordaz, en nombre de la jeraquía mexicana, para apoyar la repre-
da de los centros poblados de la ciudad (Imagen 39).184 Sin embargo, el ensayo sión brutal del movimiento estudiantil— estuvo en un “barrio pobre de verdad”
de compartir este nuevo ritual con el pueblo resultó fallido. El Instituto de Litur- en Belén Rincón.187 Monseñor Gerardo Valencia Cano, obispo de Buenaventura
gia Pastoral del Celam había programado como parte central de la conferencia y el más progresista de los prelados colombianos, acompañó a un grupo en ayu-
una “participación numerosa y activa del pueblo católico de Medellín” para el no y a su movimiento de No-Violencia en Santo Domingo Savio. Allí respondió
viernes 30 de agosto, cuarto día de la liturgia, cuando el tema sería “la Iglesia, las preguntas de los jóvenes presentes sobre el curso que tomaría la conferencia,
creadora de un mundo nuevo”. En la misa de la mañana, Juan Landázuri, carde- dio la bendición a un matrimonio de pobladores y, al medio día, concelebró la
nal de Lima y copresidente de la conferencia, dijo:

185.  Citado por Parada 207-208.


184.  Teletigre, “Noticiero Teletigre”, Medellín, 28 de agosto de 1968 (Película: 16 mm.) FPFC, Bogotá, SA4- 186.  Gabriel Pulecio Mariño, “Nueva derrota del triunfalismo”, El Tiempo (Bogotá) 31 ago. 1968: 14.
3IIB: Pietaje 30. 187.  Santiago José Ospina, “El dialogo de los obispos con el pueblo”, El Colombiano (Medellín) 3 sep. 1968: 17.

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Medellín (rojo) 1968 Compromiso con el mundo

Imagen 39. Imagen 40. Plano de la ruta del recorrido de los prelados el 30 de agosto. Policía Nacional.
Concelebración de la Medellín, 1968. Plano (papel): 26,5 x 32 cm.
misa en la II Conferencia Archivo Histórico de Medellín.
General del Episcopado
Latinoamericano.
Noticiero Teletigre.
Medellín, 1968.
Película 16 mm.

misa con Gabriel Díaz.188 “Sobre esteras, con gentes de todas edades, todos en
espíritu de Iglesia, conversamos muchas cosas. La misa acompañada de guita-
rra y con cantos verdaderamente del pueblo y verdaderamente religiosos, ma-
ravillosa”, comentó Valencia Cano a la prensa.189 En la sede del arzobispado,
al otro lado de la ciudad, Helder Cámara habló ante un centenar de personas
sobre la No-Violencia como acción organizada por un cambio gradual de las
estructuras sociales, económicas, políticas y culturales de América Latina. Hay,
dijo, una violencia institucionalizada que priva de la dignidad a muchos seres
humanos: “Pero si yo no invito a la violencia para responder a esta violencia es

188.  Gabriel Pulecio Mariño, “Dos asambleas y un propósito: la renovación de la Iglesia”, El Tiempo (Bogotá) 2
sep. 1968: 27; García, “Congreso de no-violencia se celebrará en Medellín”, El Tiempo (Bogotá) 2 sep. 1968: 27.
189.  Santiago José Ospina, “El dialogo de los obispos con el pueblo”, El Colombiano (Medellín) 3 sep. 1968: 17.

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Medellín (rojo) 1968

por mi convicción de que en los próximos años una guerra liberadora servirá
de pretexto a los grandes para una guerra imperialista”. Además consideró que
las masas sumidas en la miseria y la explotación “no están preparadas para la
violencia sino para ser sus víctimas”. Hablando en portugués, Cámara respon-
dió preguntas sobre el curso de la conferencia, la represión de los gobiernos, la
incomprensión del compromiso de los sacerdotes jóvenes con los pobres, entre 6. Miseria que clama al cielo
otros temas.190 Finalmente, ofició una misa “revolucionaria” con la presencia de
jóvenes estudiantes y obreros disidentes de la ciudad.191
Desde el punto de vista ceremonial, organizativo y comunicativo, la conferencia
fue un éxito. La producción y la publicación del documento de Medellín constituye- Durante la conferencia de Medellín, las autoridades buscaban mostrar la
ron, como estaba previsto, un hecho histórico para la Iglesia de América Latina. Con cara positiva y moderna de la ciudad a los casi trescientos invitados y sus comi-
todo, en el contacto cotidiano con los medios fue la forma principal de escenificar su tivas, a los periodistas internacionales y los turistas que llegaban a la ciudad.193
compromiso con el mundo, mientras las actividades pastorales de masas y la inte- La policía organizó un detallado plan para cuidar el ingreso al Seminario, di-
racción con los feligreses fueron, por decir lo menos, accidentadas y fragmentarias. solver mítines y actos públicos contrarios al gobierno, detener cualquier sospe-
La distancia de los pastores y su pueblo podría explicarse, solo en parte, por el cerco choso y decomisar materiales “subversivos” que pudiesen llegar a manos de los
informativo y las medidas de seguridad erigidas por las autoridades para controlar jerarcas latinoamericanos. Esto incluía un plan detallado para cada evento de la
la protesta social. Las graderías vacías del estadio durante la concelebración de la conferencia: la llegada al aeropuerto, las deliberaciones en el Seminario Mayor,
misa de masas representan esa desconexión de la palabra y la práctica, y sinteti- el recorrido de los prelados por la ciudad, un acto público de masas en el estadio
zaron de forma elocuente los problemas que encontró la Iglesia posconciliar, con y la misa de clausura en la basílica metropolitana.194 Las órdenes de inteligencia
un claro sesgo iluminista, para hacer sensibles la ritualidad y la fe renovadas en un apuntaban a descubrir sujetos con “doctrinas foráneas”, en especial comunistas
medio social tradicional. Como veremos a continuación, en Medellín se produjeron y seguidores del padre Camilo Torres, que podían realizar actos para alterar
diferentes actos que desafiaban abiertamente el férreo control policial del evento. el orden público. Para el efecto, los agentes encubiertos deberían establecer si
En manifestaciones, asambleas y misas, estudiantes, pobladores urbanos, obreros, existían planes de las organizaciones sociales para efectuar manifestaciones o
sacerdotes e intelectuales buscaron la comunión del pueblo católico con la Iglesia y mítines, distribuir propaganda subversiva contra el gobierno y hacerla llegar
presentaron una imagen alternativa de la realidad social colombiana, marcada por a los participantes de la conferencia: “En caso afirmativo, quiénes los planean?
la miseria, la violencia y la injusticia. Estas jornadas populares demuestran que los En qué forma se llevaría a efecto? Cuándo y dónde?” (Imágenes 32, 35 y 40).195
habitantes de la ciudad no fueron solo espectadores sino protagonistas de esta his- La información recopilada por la junta técnica de inteligencia militar
toria, impugnando y contestando desde las calles, los cafés, los barrios y las plazas y comunicada por el DAS al alcalde de Medellín señala que cinco sacerdotes
los significados públicos de la conferencia y escenificando en la práctica el mensaje de distintas parroquias de la ciudad —entre quienes solo identifica a Vicente
de Medellín: “El reino se construye diariamente en el mundo. Se va realizando en Mejía (Imagen 41)— realizaban reuniones para difundir el programa del Frente
cada hombre y en la comunidad. Cada hombre es la morada de Dios, su templo”.192 Unido, organización liderada por Monseñor Germán Guzmán Campos que se

193.  Javier Darío Restrepo, “El mundo católico, pendiente de Medellín”, El Tiempo (Bogotá) 27 ago. 1968: 8.
190.  “Monseñor Cámara condena la violencia”, El Tiempo (Bogotá) 2 sep. 1968: 26. 194.  Marco Vinicio Prieto Reyes, “Orden de servicios 021. Control de celebraciones del CELAM”, Medellín,
191.  “Misa revolucionaria ofició monseñor Cámara”, El Tiempo (Bogotá) 2 sep. 1968: 26. 23 de agosto de 1968. AHM, Medellín, F. Alcaldía, S. Despacho del Alcalde, SS. Informes, C. 7, L. 1, ff. 60-71.
192.  Instituto de Liturgia Pastoral-Celam 25. 195.  Marco Vinicio Prieto Reyes, “Orden de servicios 021”, f. 73.

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Medellín (rojo) 1968 Miseria que clama al cielo

Imagen 41. Vicente Mejía. Anónimo. Medellín, siglo XX. Pintura (oleo/tela): 49 x 59 cm. identificaba con la plataforma política que representó Camilo Torres Restrepo
Colección José Muñoz.
hasta poco tiempo antes de pasar a la clandestinidad. Según las fuentes de in-
teligencia, entre junio y julio Mejía sostuvo contactos con Sigifredo Vázquez,
Juan Usuga, D. Durango, Marcos González y Javier Higuita, al parecer activistas
comunistas de tendencia marxista-leninista vinculados con un grupo guerrille-
ro maoísta, que se reunían en un taller de fundición situado en la calle Cundi-
namarca. A través de esta red, Mejía trajo a Medellín quince ejemplares de un
libro de divulgación sobre el Vaticano II, Plataforma Conciliar, publicado en
Cali por el sacerdote Manuel Alzate.196 La circulación de este libro, cuestionado
por la jerarquía, cobra significado en la medida que la reunión de Medellín tenía
como tema, precisamente, la transformación social de América Latina a la luz
del Concilio Vaticano II.197 La visita del Papa y la conferencia del episcopado
se presentaba entonces como un escenario para poner en evidencia las con-
tradicciones sociales y llamar la atención sobre uno de los grandes problemas
abordados por el Concilio, apuntalados por la encíclica Populorum Progressio
(1967) y reiterados en las conclusiones de Medellín: “la miseria que margina a
grandes grupos humanos. Esa miseria, como hecho colectivo, es una injusticia
que clama al cielo”.198
En vísperas de la II Conferencia del Episcopado Latinoamericano, el al-
calde y el secretario de gobierno de Medellín explicaron en una junta de inte-
ligencia su plan de erradicación de los tugurios y anunciaron la elección de un
nuevo inspector de policía encargado de ejecutar los desalojos.199 Las autorida-
des tenían un grupo especial de policía dedicado al control de los tugurios, que
prestaba algunos servicios de seguridad frente a robos, tráfico de marihuana,
problemas domésticos y riñas callejeras. A la vez, estaba encargado de evitar
la invasión de terrenos, la construcción de casas con materiales duraderos y,
por supuesto, debía informar de la actividad de agitadores “subversivos” en las

196.  Jaime Rodríguez Nieto, “Oficio 05426/DAS.ANGOP Relación de informaciones sobre el presbítero José
Vicente Mejía Espinosa”, Medellín, 4 de septiembre 1968. AHM, Medellín, F. Alcaldía, S. Despacho del Alcal-
de, SS. Informes, C7, L. 1, ff. 43-44.
197.  “El arzobispo de Cali rechaza el libro de levita”, El Espectador (Bogotá) 25 may. 1968:1 y 4A. Ver también:
“Lanzarán ‘Catecismo de Alzate’ para sustituir al ‘Catecismo de Astete’”, El Tiempo (Bogotá) 5 ago. 1968: 8.
198.  II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, La Iglesia en la actual transformación de Amé-
rica Latina a la luz del Concilio (Bogotá: Celam, 1968) V. 2, 51.
199.  Octavio Arizmendi Posada, Alberto Hauzer Laverde y otros, “Reunión de la Junta de Inteligencia
Seccional”, Medellín 23 de julio de 1968. AHA, Medellín, F. Gobernación, S. Secretaría de Gobierno (Ramos),
C. 38, L. IV Brigada, sf.

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Medellín (rojo) 1968 Miseria que clama al cielo

comunidades.200 A través de estos agentes dispuestos en el terreno, las autori- cantidad de “familias piloto” involucradas en el proceso.203 Pero en la práctica,
dades habían sido ya informadas sobre la presencia entre los tugurianos de la como en los planes de erradicación anteriores, la selección de familias siguió el
Central Nacional Provivienda, organización popular de orientación comunista mismo patrón de restricciones religiosas y respeto por la autoridad: “se les exige
con presencia en el norte de la ciudad, cuyos miembros estaban excluidos de los la siguiente documentación: cuatro recomendaciones —sacerdote, carabinero,
programas y eran acusados por las autoridades de instigar a los pobladores a vecino y patrón—, certificado de catastro a los que proceden del área urbana y
desacatar los reglamentos.201 el mismo certificado departamental a los que vienen del área rural, certificados
Entre los meses de julio y agosto, Casitas de la Providencia activó el nuevo de salud y partida de matrimonio”.204
plan de erradicación de tugurios cerca del centro urbano y en el margen occi- En octubre, el director de la fundación, Iván Uribe Jaramillo, informó que
dental del Río Medellín, cuyos habitantes serían trasladados en parte al Barrio ese año se habían erradicado 270 tugurios.205 Sin embargo, solo unas cuantas
Efe Gómez, ubicado en el extremo noroccidental de la ciudad. Paradójicamente, familias fueron trasladadas al nuevo barrio, mientras muchas otras fueron des-
entre quienes llegarían a ser adjudicatarios en Efe Gómez, muchos estaban ins- alojadas y excluidas de la adjudicación de viviendas, por ser observadas como
talados en sus tugurios hacía menos de dos años y en su mayoría habían llegado refractarias al cambio, inmorales o peligrosas desde el punto de vista político
allí desde Santo Domingo Savio, Popular y, sobretodo, Villa del Socorro, donde (por ejemplo, no podía otorgarse vivienda a gente problemática, prostitutas y
vivían como “arrimados”. Para formular y poner en práctica el nuevo plan de miembros de la Central Nacional Provivienda).206 Hay suficiente evidencia para
erradicaciones, Casitas de la Providencia realizó en marzo de 1968 un censo, afirmar que muy pocos desalojos se registraron hasta junio y que la mayoría de
según el cual en 695 hogares encuestados habitaban 4.446 personas: en Tenche las erradicaciones se realizaron en julio y agosto de 1968. Las erradicaciones
contaron 155 tugurios con 997 habitantes; junto a la Biblioteca Pública Piloto, emprendidas, con una cuidadosa selección de los sectores que serían afectados,
46 tugurios con 270 habitantes; en Ferrocarril y Estación Villa, 147 tugurios con fueron programadas con miras a la reunión de los obispos latinoamericanos,
824 habitantes; en La Iguaná, 148 tugurios con 1.008 habitantes; en Bosque, 9 como una estrategia para invisibilizar la pobreza ante los ojos del mundo. Pero
tugurios con 84 habitantes; junto a la Clínica Luz Castro, 13 tugurios con 74 ha- esta vez los desalojos encontraron una resistencia organizada en diversos pun-
bitantes; en Santander, 152 tugurios con 967 habitantes; en Villa Tina, 21 tugu- tos de la ciudad. Contrario a los supuestos de orden moral y la prédica anti-
rios con 205 habitantes; y en Villa Liliam, 4 tugurios con 37 habitantes.202 En la comunista promovidos por las élites antioqueñas, en el espacio abierto por la
medida que el problema identificado en Villa del Socorro fue la selección y pre- conferencia de Medellín en 1968, sacerdotes católicos se convirtieron en líde-
paración de la gente, las trabajadoras sociales de la fundación propusieron un res de la resistencia contra las erradicaciones, en actores fundamentales en la
nuevo programa de “rehabilitación” crítico del uso de la fuerza, la exclusión de urbanización por medio de invasiones y en constructores de movimientos de
parejas “ilegítimas”, la selección de los adjudicatarios por el número de hijos y la izquierda revolucionaria en Medellín.

200.  Darío Porras Figueroa, “Oficio 386/MDN-PN-DPA-EC-119. Informe de actividades en los tugurios de 203.  Nora Luz Arredondo Díaz, Cecilia Moreno Pérez y Rocío Atehortúa Botero, “Criterios de selección”, ff.
la ciudad de Medellín”, Medellín, 17 de junio de 1968. AHM, Medellín, F. Alcaldía, S. Despacho del Alcalde, 156-158.
SS. Informes, C. 7, L. 1, ff. 129-134. 204.  Nora Luz Arredondo Díaz, Cecilia Moreno Pérez y Rocío Atehortúa Botero, “Características de cada
201. Fundación Casitas de la Providencia, “Acta 93. Junta Directiva Casitas de la Providencia”, Medellín, 12 de una de las familias que han sido trasladadas por la Fundación Casitas de la Providencia a la urbanización Efe
marzo de 1965. AHM, Medellín, F. Alcaldía, S. Despacho del Alcalde, S. Actas, C. 17, L. 3, ff. 150-153; Marcos Gómez”, Medellín, 26 de agosto de 1968. AHM, Medellín, F. Alcaldía, S. Despacho del Alcalde, SS. Comuni-
Giraldo Montoya, “Oficio N°174 a Luis Alfonso García, Secretario General de la Gobernación”, Medellín, 30 caciones, C. 17, L. 4, ff. 42-43.
de marzo de 1968. AHM, Medellín, F. Alcaldía, S. Secretaría de Gobierno, S. Correspondencia, C. 719, L. 6, 205.  Iván Uribe Jaramillo, “Carta del Director de la Fundación Casitas de la Providencia a Pablo Emilio Cas-
ff. 183-184. taño, jefe del Departamento de Presupuesto”, Medellín, 9 de octubre de 1968. AHM, Medellín, F. Alcaldía,
202.  Departamento de Servicio Social, Fundación Casitas de la Providencia, “Censo de las zonas de tugurios”, S. Despacho del Alcalde, SS. Comunicaciones, C. 17, L., 4, f. 17.
Medellín, abril de 1968. AHM, Medellín, F. Alcaldía, S. Despacho del Alcalde, SS. Comunicaciones, C. 17, L. 206.  Nora Luz Arredondo Díaz, Cecilia Moreno Pérez y Rocío Atehortúa Botero, “Criterios de selección”,
4, ff. 161-168. ff. 157-158.

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Las labores de los sacerdotes en los tugurios de Medellín tuvieron notorie- Imagen 42. Viernes Santo sangriento, 8 de abril 1966. Orama. Bogotá, siglo XX.
Pintura (oleo/madera): 240 x 150 cm. Centro Nº 1, Central Nacional Provivienda.
dad pública luego de un intento de desalojo realizado por la policía en el marco
del programa de erradicación trazado por Casitas de la Providencia. En efecto,
una carta circular firmada por la denominada Junta Directiva de los ocupantes
de los tugurios Estación Villa, Carabineros y Carrilera, informó a los tuguria-
nos de la ciudad que “los Reverendos Padres Vicente Mejía y Jorge Giraldo,
ofreciendo sus vidas nos salvaron del desahucio que a las 9 a.m. del Lunes de
esta semana había sido decretado por la Inspección Primera Civil Municipal”.
Además, llamaba a la resistencia, a no firmar documentos y a “no desocupar
ningún tugurio, hasta que la Sociedad, hoy avergonzada con los tugurios, garan-
tice techo para cada una de las familias ocupantes de los tugurios”.207 Cuando el
alcalde Jaime Tobón Villegas y el secretario de gobierno Augusto Vázquez Díaz
llegaron para apoyar la erradicación en la mañana del 5 de agosto, encontraron
un grupo de pobladores reacios al desalojo y cada uno de los ranchos ador-
nado con banderas de Colombia. En una de las paredes, escrito a mano sobre
papel, podía leerse: ¡“Señores: dónde se encuentran los derechos del hombre?”!
La prensa que comentó los sucesos al día siguiente presentó las banderas y los
letreros como evidencia de la presencia de agitadores entre los tugurianos: “Las
zonas de tugurios en mención se hallaban embanderadas. La seda del tricolor
contrastaba con la miseria de las chozas”.208 Y en efecto, las banderas izadas en
momentos de invasión o desalojo de terrenos, como símbolo de soberanía po-
pular sobre el territorio y defensa contra la intervención violenta de la policía,
constituían una práctica de resistencia difundida en diversos lugares de Améri-
Sin embargo, el hecho que más llamó la atención del alcalde de Medellín no
ca Latina. Las banderas eran empleadas como símbolo de lucha por la Central
fueron las banderas sino la presencia en la zona de los sacerdotes Mejía y Giraldo,
Nacional Provivienda, como en el caso de la toma de tierras que en 1961 dio
quienes tomaron la vocería ante los medios de comunicación para asegurar que
vida al barrio Policarpa Salavarrieta, en Bogotá, y en la defensa de ese asenta-
solo veintisiete familias serían trasladadas a nuevas viviendas y que otras cien que-
miento contra los desalojos del Viernes Santo Sangriento, el 8 de abril de 1966
darían desamparadas con los desalojos. En compañía de un grupo indeterminado
(Imagen 42). De la misma forma, los símbolos patrios eran empleados desde
de seminaristas, estudiantes, sindicalistas católicos y activistas comunistas, los sa-
hacía más de una década en Santiago de Chile, donde el pabellón nacional on-
cerdotes lograron evitar los desalojos y dar visibilidad pública al plan de erradica-
deaba siempre en las tomas de terreno.209
ciones liderado por la alcaldía y ejecutado por Casitas de la Providencia.210 Frente
a estos hechos, la fundación solicitó al arzobispo Botero Salazar que amonestara a
207.  Jesús Antonio Torres, Óscar Y. Gutiérrez, Orlando Rojas y Rubén Darío Correa, “Alerta”, Medellín, 9 de
agosto de 1968. AHM, Medellín, F. Alcaldía, S. Despacho del Alcalde, SS. Comunicaciones, C. 17, L. 4, f. 115. los sacerdotes, “que actuando en nombre de la curia y aprovechando su autoridad
208.  “Causa Fricciones Intentos de Desocupación de Tugurios”, El Correo (Medellín) 6 ago. 1968: 1 y 7.
209.  Mario Garcés, Tomando su sitio. El movimiento de pobladores de Santiago, 1957-1970 (Santiago de Chile:
LOM, 2002). 210.  “Causa Fricciones…” 7.

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sacerdotal, vienen sublevando a los habitantes de los tugurios de la zona de la ca- Por una posilga [sic] que nos proporcione la forma de vivir como humanos á la
rrilera, para que no acepten la selección hecha por esta institución”.211 lucha con los Reverendos Padres Mejía y Giraldo, organizaciones obreras, gremia-
Un comentarista de la prensa local afirmó que la erradicación de tugurios les, estudiantiles y populares”.213
era parte del esfuerzo del gobierno para maquillar las ciudades y esconder la
La organización de la resistencia surtió efecto y se comenzó a gestar un mo-
miseria en vísperas de la llegada de los obispos latinoamericanos, según la es-
vimiento ciudadano apoyado por el Comité de Unidad de Acción Sindical,
trategia que ya había sido denunciada para sacar de las calles a los gamines de
con la participación de estudiantes, pobladores, obreros y sacerdotes. En las
Bogotá con miras a la visita del Papa. El alcalde reclamó en una extensa carta
semanas siguientes diversos funcionarios informaron sobre reuniones “sub-
de rectificación por la supuesta falta de información sobre los planes de erradi-
versivas” que promovían la desobediencia pública y la crítica a las políticas del
cación y negó categóricamente alguna intención de invisibilizar los problemas
gobierno. El 12 de agosto, las trabajadoras sociales de Casitas de la Providen-
sociales.212 Los planes, como argumentaba el alcalde, habían sido puestos en
cia informaron dificultades para convocar gente a sus reuniones y adelantar la
marcha en el primer semestre del año con el inicio de las obras de construc-
selección de las familias beneficiarias en los tugurios de Tenche, asentamiento
ción en el barrio Efe Gómez, la realización de los censos en los tugurios y la
muy cercano al aeropuerto de la ciudad donde arribarían los obispos latinoa-
elaboración de los criterios de selección de los adjudicatarios. Pero el tiempo
mericanos.214 Según la trabajadora social Nora Luz Arredondo Díaz, ese 18 de
y los lugares de ejecución de los desalojos avalan la observación de sacerdotes,
agosto se realizó una asamblea en Villa del Socorro convocada por dirigentes
habitantes de los tugurios y un sector de la prensa, que criticaron la erradicación
comunitarios, sacerdotes y miembros de la Central Nacional Provivienda, en
como parte del montaje de la escenografía del poder en la ciudad para recibir a
la cual se eligió una nueva Junta de Acción Comunal opuesta a las políticas del
“los visitantes de agosto”.
gobierno de la ciudad.215 Por su parte, el director de Casitas de la Providencia
La preocupación de las autoridades se vio reforzada por el llamado de aler-
denunció la labor de agitación en el barrio “modelo” Villa del Socorro: “El
ta de los tugurianos para realizar una reunión de pobladores, sindicatos y estu-
Padre Mejía en reuniones públicas está haciendo aseveraciones que fuera de
diantes:
ser mendaces, y altamente ofensivas por su trato al señor Alcalde instan abier-
“Los ocupantes de Tugurios del Sector antes mencionado hacemos un fervoro- tamente a revelarse [sic] contra las autoridades municipales”.216
so llamamiento a los demás ciudadanos que se vieron obligados por su extre- En la tarde del 20 de agosto se realizó en el barrio Caribe la asamblea con-
ma pobreza a construir tugurios para albergar a sus humildes familias, que se vocada después del frustrado desalojo de principios del mismo mes. A esa reu-
dirijan a los Reverendos Padres ya citados, solicitándoles su protección y nos nión asistieron unas quinientas personas procedentes de diversos tugurios de
acompañen en unión a estos verdaderos representantes de la Iglesia en la solici- la ciudad, según informaron los agentes de Seguridad y Control infiltrados en
tud que hacemos a todos los sindicatos y agremiaciones, para que se reúnan en el evento. La concentración fue liderada por los representantes de los barrios
fecha anterior al 14 de los corrientes, para que llevan a cabo la solidaridad con Humberto Chávez, Arturo Vallejo y José Taborda, el sacerdote Vicente Mejía y
sus hermanos de clase, hoy abocados al desalojo[…]

213.  Jesús Antonio Torres, Óscar Y. Gutiérrez, Orlando Rojas y Rubén Darío Correa, “Alerta”, f. 115.
214.  Nora Luz Arredondo Díaz, Cecilia Moreno Pérez y Rocío Atehortúa Botero, “Carta a Jaime Tobón Vi-
211.  Nora Luz Arredondo Díaz, Cecilia Moreno Pérez y Rocío Atehortúa Botero, “Carta de Casitas de la llegas, alcalde de Medellín”, Medellín, 12 de agosto de 1968. AHM, Medellín, F. Alcaldía, S. Despacho del
Providencia al arzobispo de Medellín, Tulio Botero Salazar”, Medellín, 8 de agosto de 1968. AHM, Medellín, Alcalde, SS. Comunicaciones, C. 17, L. 4, f. 108.
F. Alcaldía, S. Despacho del Alcalde, SS. Comunicaciones, C. 17, L. 4, ff. 119-120. 215. Nora Luz Arredondo Díaz, “Carta a Jaime Tobón Villegas”, Medellín, 23 de agosto de 1968. AHM, Mede-
212.  Jaime Tobón Villegas, “Carta a Alberto Aguirre Ceballos”, Medellín, 13 de agosto de 1968. AHM, Mede- llín, F. Alcaldía, S. Despacho del Alcalde, SS. Comunicaciones, C. 17, L. 4, f. 102.
llín, F. Alcaldía, S. Despacho del Alcalde, SS. Comunicaciones, C. 17, L. 4, ff. 109-113. El alcalde se refiere a 216.  Iván Uribe Jaramillo, “Carta a Augusto Vásquez”, Medellín, 19 de agosto de 1968. AHM, Medellín, F.
una nota de Alberto Aguirre publicada en El Diario (Medellín) 9 ago. 1968. Alcaldía, S. Despacho del Alcalde, SS. Comunicaciones, C. 17, L. 4, f. 104.

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el dirigente nacional de Provivienda Mario Upegui. En su intervención, Upegui agosto, el cura recorrió varias zonas de la ciudad para convocar líderes de otros
señaló la necesidad de exigir la dotación de vivienda por parte del gobierno an- tugurios a una nueva reunión al final de la tarde, en el barrio Caribe, donde unas
tes de cualquier desalojo y llamó a unir filas en torno al cura Mejía para rechazar treinta personas recibieron instrucciones para organizar una concentración pú-
cualquier acción por parte de la policía y el ejército. En su intervención, Vicente blica, masiva y pacífica, en que exigirían al gobierno viviendas “higiénicas” y
Mejía pidió mantenerlo al tanto sobre los movimientos de las autoridades y así, “modernas”.219 Y fue así que un día de agosto de 1968, cientos de tugurianos,
ante la eventualidad de nuevas acciones de erradicación, pedir la solidaridad de encabezados por Vicente Mejía y acompañados por líderes sociales, realizaron
los sindicatos agrupados en la Acción Sindical y de los estudiantes. Allí anunció una escenificación simbólica de su miseria y fueron al encuentro de los obispos
la realización de un censo de población sobre la situación de los tugurios, con latinoamericanos:
información sobre nupcialidad y analfabetismo, entre otros: “Estos datos, siguió
“Los días de la Asamblea, que fueron convocados todos los obispos, los tugu-
diciendo el Padre Mejía, con el fin de presentarlos a la Conferencia Episcopal
rianos hicimos la gran marcha del barrio Caribe hacia el Seminario. Fuimos a
Latinoamericana, para que los jerarcas de la Iglesia, se den cuenta exacta de las
pie, regresamos a pie y no nos oyeron. Los obispos se quedaron unos durmien-
injusticias sociales que viven esos núcleos humanos de esta ciudad de Medellín”.
do, otros en tertulias, otros haciendo oración y otros preparando charlas para la
Asimismo, invitó a los asistentes a escenificar su pobreza ante los obispos, como
conferencia; al Obispo solo le pasaron la onda: ‘por ahí está Vicente loqueando y
un llamado del pueblo para recordarles su compromiso con el mundo: “—Que
molestando con los tugurianos’. La concentración de los tugurianos, la caminata,
todos deben asistir a esa manifestación, mostrando su miseria, y que deben lle-
fue una cosa muy sencilla, convocada voz a voz, fuimos muy modestamente en un
var a todos sus hijos harapientos y desnutridos, para que los señores que asistan
desfile. Llegamos al Seminario. Éramos marginales y nadie le puso importancia
al CELAM, y los turistas que visitan la ciudad con tal motivo, se puedan dar
pero nosotros dejamos el testimonio; no fue apoteósico el desfile sino de gente de
exacta cuenta de sus verdaderas necesidades”.217
calidad, todos los líderes colombianos y gentes de barrios populares. Creo que no
El cura Vicente Mejía continuó su trabajo de movilización de los tuguria-
llegamos ni a quinientas personas, pero dejamos un testimonio. Nos regresamos
nos en la parroquia del barrio Caribe. Hasta allí se trasladaron dos agentes de
en forma organizada del Seminario a Caribe. Pasamos por todo el centro de la
Seguridad y Control, quienes informaron sobre misas, bailes, proyecciones de
ciudad, muy desilusionados porque no recibimos ningún apoyo, ni siquiera un sa-
cine y visitas realizadas por el sacerdote y su comunidad durante los días 24, 25
ludo de la Conferencia Episcopal. Yo iba rodeado, escoltado por mucha gente, por
y 26 de agosto. El sábado 24, el sacerdote habló a la comunidad sobre los proble-
todo el pueblo, por los dirigentes tugurianos y las mujeres aguerridas marchando
mas generados por los desalojos, manifestó su incredulidad ante las promesas
como escuadrones, cuando la policía nos rodeó pero no nos atacó”.220
del gobierno y llamó a la solidaridad con los “hermanos de los diferentes tugu-
rios de la ciudad”. En la noche realizó un baile en la casa del poblador Eduardo Este testimonio confirma que la manifestación se realizó, pero permaneció
Posada —con la asistencia de unas setenta personas— para recolectar dinero invisible para los jerarcas católicos. Como lo anotó con amargura el periodista
destinado a la parroquia. En las misas de la mañana, el mediodía y la noche del francés Henri Fesquet, pese al llamado de los obispos para resaltar el significado
día siguiente, Mejía repitió el mismo mensaje de la víspera e instó a la feligresía social del evangelio, en la práctica los prelados se mantuvieron ajenos a los pro-
para ofrendar hasta “la última gota de su sangre” por los más pobres.218 El 26 de blemas concretos de los pobres de Medellín.221 Sin embargo, otra movilización

217.  Fabio Gallego Jaramillo, “Oficio 2644/DSC. Informe de la Sección de Orden Público, relacionado con Alcaldía, S. Despacho del Alcalde, SS. Comunicaciones, C. 17, L. 4, ff. 37-38.
las últimas actividades subversivas que se están adelantando en esta ciudad”, Medellín, 21 de agosto de 1968. 219.  Marco Vinicio Prieto Reyes, “Oficio 7911/PN.DPA.SICE/578. Transcripción informe”, Medellín, 30 de
AHM, Medellín, F. Alcaldía, S. Despacho del Alcalde, SS. Comunicaciones, C. 17, L. 4, ff. 39-41. agosto de 1968. AHM, Medellín, F. Alcaldía, S. Despacho del Alcalde, SS. Comunicaciones, C. 17, L. 4, f. 36.
218.  Fabio Gallego Jaramillo, “Oficio 2719/DSC. Informe de las labores realizadas por la Sección de Orden 220.  Entrevista con Vicente Mejía.
Público durante los días 24, 25 y 26 del presente mes”, Medellín, 27 de agosto de 1968. AHM, Medellín, F. 221.  Fesquet 63-64.

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Medellín (rojo) 1968

se produjo una semana después, bajo la orientación de organizaciones obreras


católicas, cuando la Acción Sindical convocó “A todos los trabajadores y de-
más fuerzas populares de Antioquia, a la gran concentración que se realizará el
próximo Domingo 1.º de Septiembre a las 10 de la mañana en el Coliseo Cubier-
to de Medellín”. La convocatoria apuntaba a la concreción de un frente de lucha
de diversas organizaciones obreras y populares contra el Fondo Nacional del 7. Cristo en las Calles
Ahorro, el alza en las tarifas de los servicios públicos, la contrareforma laboral
y el alto costo de vida.222 Pero también debía ser, como en efecto sucedió, una
oportunidad para hacer visibles las demandas populares en el contexto de la
II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano. Entre agosto y septiembre de 1968, la prensa nacional e internacional in-
formó sobre las reuniones de un grupo de sacerdotes, estudiantes, sindicalistas
y pobladores para avivar el debate público sobre la situación política y social de
América Latina y presentar sus inquietudes a los invitados de la II Conferencia
del Episcopado Latinoamericano. Tales actividades, denominadas “Anti-CE-
LAM” por algunos periodistas y calificadas como “conspirativas” por la policía
política, fueron observadas con desconfianza por las autoridades civiles, reli-
giosas y militares. Pero precisamente las misas, ayunos y asambleas populares
realizadas al margen del programa oficial, como espacio para la disidencia y la
voz de la gente del común, constituyen uno de los hechos religiosos, políticos y
sociales más importantes de Medellín, en la medida que escenificaron el debate
público y la reflexión de sacerdotes, obreros, estudiantes y pobladores urbanos
durante la conferencia.223
Según el testimonio de Gabriel Díaz, durante los días de la conferencia se
improvisaron asambleas en diferentes lugares de la ciudad: “No fue algo dema-
siado bien preparado por nosotros, solamente era el deseo, el sueño, la ilusión
de que no pasara desapercibido el acontecimiento” (Imagen 43).224 La idea era
informar al público sobre los avances de los debates en la conferencia y llevar las
opiniones del pueblo de Medellín a los oídos de los jerarcas religiosos. La con-
vocatoria estuvo a cargo de sacerdotes y laicos con representación en diversos
sectores sociales: Óscar Vélez, encargado del sector obrero; Vicente Mejía, de
los tugurianos, y Gabriel Díaz, de los ocupantes de terrenos en la periferia de
la ciudad. Además, “estaban como simpatizantes con nosotros, de parte de los

222.  Jairo Gutiérrez, “Boletín Prensa y Radio. Vespertino”, Medellín, 29 de agosto de 1968. AHM, Medellín, F. 223. Dussel 236.
Alcaldía, S. Despacho del Alcalde, SS. Informes, C. 46, L. 1, f. 146. 224.  Entrevista con Gabriel Díaz.

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Medellín (rojo) 1968 Cristo en las calles

Imagen 43. Gabriel Díaz. Anónimo. Santo Domingo (Antioquia), 1968. Imagen 44. Una monja revoluciona la montaña. Jaime Muñoz. Medellín, 1968
Fotografía (papel): 10 x 8 cm. Colección Gabriel Díaz. Impreso (papel). Cromos.

universitarios, Álvaro Sanín, y también Santiago Pérez, que era capellán de la encarnada en la pobreza. Hasta allí había llegado también, enamorado de la
Universidad de Antioquia”.225 Uno de los principales espacios de encuentro de monja Rosaleen, el blasfemo poeta nadaísta Gonzalo Arango (imagen 44).226
este grupo era la parroquia de Santo Domingo Savio, que en el curso de 1968 se El 29 de agosto el café La Bastilla albergó una “rueda de prensa” —a la ma-
había convertido en lugar de peregrinaje permanente para profesionales jóvenes nera de las comparecencias diarias de los obispos en el Seminario—, reunión a
y estudiantes de la Universidad Pontificia Bolivariana, misioneros extranjeros, la cual acudieron unas cien personas y varios corresponsales internacionales.
monjas y estudiantes del elitista colegio Mary Mount, situado en El Poblado, Según los agentes de inteligencia que llegaron al lugar, el objetivo de la reunión
quienes visitaban el barrio en búsqueda de una nueva experiencia evangélica era “que todos los ciudadanos pudieran tomar parte activa en ella y expusieran

226.  Gonzalo Arango, “Una monja revoluciona la montaña”, Cromos (Bogotá) 15 jul. 1968: 16-19; Entrevista
225.  Entrevista con Gabriel Díaz. con Gabriel Díaz.

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Medellín (rojo) 1968 Cristo en las calles

sus pensamientos e ideas acerca de la Conferencia […], sacar conclusiones de Imagen 45. Edificio La Ceiba, localizado en el centro de Medellín, ubicado sobre la Avenida La
Playa, con calle Junín. Gabriel Carvajal. Medellín, [1967-1980].
estas deliberaciones y hacerlas llegar al Presidente del CELAM para que sean
Negativo (poliéster): 9 x 12 cm. Biblioteca Pública Piloto.
discutidas allí”.227 También se presentó un congreso de la No-Violencia, que se
realizaría hacia octubre en el barrio Santo Domingo Savio, donde un grupo de
sacerdotes y laicos esperaban contar con la asistencia de activistas por la paz
y personalidades religiosas de diversos países del mundo.228 El café La Basti-
lla era un escenario profano, frecuentado a menudo por políticos y artistas
locales, donde se instaló un micrófono para escuchar la opinión del público
mientras entre las mesas circulaban el café y el licor. No es de extrañar, enton-
ces, que la discusión fuera muy heterogénea. Uno de los moderadores afirmó:
“Creemos que frente a la violencia se opone una no-violencia evangélica”.229
El político local Jorge Tobón Restrepo, cuyo discurso fue uno de los más co-
mentados por los periodistas, afirmó que “la única solución para los problemas
de Colombia era la revolución violenta contra las oligarquías y esperaba poder
contribuir con los grupos guerrilleros a formar dicha revolución antes de mo-
rir”. Fabio Cadavid, expresidente del sindicato de Coltejer, fustigó a los empresa-
rios y se quejó de las condiciones de vida de los trabajadores. Además denunció
que había sido despedido de la empresa por reclamar los derechos colectivos.
El obrero Virgilio Piedrahíta, miembro de la junta directiva del sindicato de
tejidos Rosellón, hizo una alabanza a Camilo Torres y Ernesto “Che” Guevara,
por su búsqueda de una revolución de sentido igualitario y redentor para las
clases populares. Un periodista boliviano valoró la conferencia como un espacio
para transformar las estructuras de la Iglesia e iniciar una revolución pacífica,
que consideró más conveniente para América Latina.230 Según Henri Fesquet,
amén de las posiciones a favor y en contra de la violencia revolucionaria, los
presentes reclamaban a los obispos por el ambiente demasiado clerical de la
conferencia.231 El sacerdote y periodista Martín Descalzo, menos benévolo, cali-
ficó la reunión como una “revolucioncita de segunda categoría”: “Las cosas que
allí se dijeron puede el lector fácilmente imaginárselas: las palabras ‘opresión’,

227.  Jaime Rodríguez Nieto, “Informe 05419/DAS.ANT:GOP.-0375. Informe sobre una rueda de prensa pú-
blica”, Medellín, 31 de agosto de 1968. AHM, Medellín, F. Alcaldía, S. Despacho del Alcalde, SS. Informes, C.
7, L. 1, ff. 56-57.
228.  “Un aspecto de la reunión efectuada ayer”, El Colombiano (Medellín) 30 ago. 1968: 17.
229.  Javier Darío Restrepo, “Se tomaron ‘La Bastilla’”, El Tiempo (Bogotá) 30 ago. 1968: 15.
230.  Jaime Rodríguez Nieto, “Informe 05419, ff. 56-57
231.  Fesquet 62.

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‘oligarquía’, ‘Iglesia esclavizada por los ricos’, ‘riquezas de los obispos’ abun- autoritarismo eclesial y la exclusión social para dar paso a una nueva manera
daron copiosamente, sin que faltara la voz que clamó contra la ‘inutilidad del de ser religiosa, signada por un testimonio vital y un evangelio encarnado.234
viaje pontificio’”.232 Al día siguiente, los agentes de inteligencia detectaran la presencia de sin-
Horas después de terminado el fallido acto litúrgico de los obispos en dicalistas en la sede de la conferencia. En efecto, Heliodoro Agudelo Rivera,
el estadio Atanasio Girardot, unas cuarenta personas se congregaron en la presidente de la Acción Sindical Antioqueña, líder visible del sindicalismo cató-
fuente de soda del edificio La Ceiba (Imagen 45). Ese día, los asistentes de- lico independiente y miembro del Comité Ejecutivo de la Clasc, fue detectado
cidieron denominar tales reuniones como “Asambleas Populares Cristianas”. en el Seminario identificado como periodista. Según las fuentes de inteligencia,
El fervor periodístico de la noche anterior en La Bastilla había decaído, pues Agudelo Rivera era “un sindicalista de trayectoria completa […] que adelanta
en la asamblea solo estuvieron presentes tres corresponsales extranjeros. En la campaña para formar la Unidad de Acción Sindical de Antioquia, apoyada
cambio, los agentes de la inteligencia colombiana llegaron cumplidos y toma- por varias Confederaciones Sindicales, en contra de todas las leyes que dicta el
ron atenta nota de lo ocurrido. Esta vez, el propósito era “hacer públicos los gobierno, para refutarlas y atacarlas […]”, quien podría obtener información
conceptos de algunos laicos […] y exigir a la Iglesia por medio de proclamas y sensible de la conferencia y emplearla de manera estratégica para la organiza-
manifiestos una posición más radical y sincera respecto a la miseria del pueblo ción y la protesta obrera.235 Es probable que esta fuera una práctica común para
latinoamericano y los problemas sociales y económicos de toda índole”. Entre salvar el cerco policial y de agentes encubiertos que protegían la conferencia. De
los participantes identificados por los espías estaba el dirigente del Partido acuerdo con el testimonio de Gabriel Díaz, en los primeros días de la conferen-
Demócrata Cristiano Cristian Restrepo Calle, el empleado bancario Óscar cia él logró colarse al seminario con una escarapela que decía “Obispo de Santo
Gómez y la estudiante de la Universidad de Antioquia Lucía Pérez Tobón. Domingo”.236
En la asamblea, presidida por dos universitarios, estudiantes de bachillerato El 31 de agosto, a las 8:30 pm., en el Parque de Bolívar se celebró una nueva
dieron a conocer las conclusiones de una reunión en el Liceo de la Universi- reunión de las asambleas populares cristianas, a la que asistieron alrededor de
dad. Con un tono fuerte y anticlerical, los estudiantes del Liceo consideraron 70 personas, entre ellas cuatro periodistas extranjeros y camarógrafos de cine.
a la Iglesia como responsable de la miseria y cómplice de la explotación del Allí se pidió reconocer a Camilo Torres como el forjador de la cultura en Co-
pueblo, se declararon adversos a las instituciones eclesiásticas y exhortaron a lombia, la abolición del concordato con el Vaticano y la necesidad de llevar a
dejar el catolicismo para adoptar otros credos. Ese día, uno de los temas más los campesinos las inquietudes sociales por medio de conferencias dominicales
tratados fue la educación: en la asamblea popular se atacó la educación en en los pueblos. Por último, acordaron solicitar a la conferencia la abolición del
manos de la Iglesia y su dedicación a las clases dominantes. Finalmente, los concordato y hacer llegar una copia de la carta del Sindicato de Trabajadores
asistentes convocaron la asamblea para el día siguiente en el Parque de Bolí- de Carbones San Fernando a los obispos.237 En su vigorosa carta, los mineros
var y acordaron elaborar un documento para dar a conocer a los obispos las denunciaron las condiciones denigrantes de trabajo a las que estaban sometidos
opiniones del pueblo de Medellín.233 Al parecer, ese documento corresponde e instaron a los obispos a condenar “enfáticamente y en primer término, la
a una carta abierta de la asamblea popular cristiana a la conferencia del epis-
copado, en la cual exigían evitar soluciones de compromiso y decidirse por 234.  El documento aparece trascrito de manera fragmentaria en Parada 216-217.
un cambio de las estructuras de la Iglesia, pues solo así podrían abandonar el 235.  Jaime Rodríguez Nieto, “Informe 05423/DAS.ANT.GOP-0379. Infiltración sindicalistas CELAM”, Me-
dellín, 2 de septiembre de 1962. AHM, Medellín, F. Alcaldía, S. Despacho del Alcalde, SS. Informes, C. 7, L.
1, ff. 52-53.
232.  Martín Descalzo, “En el CELAM, los frutos del CEI”, El Tiempo (Bogotá) 3 sep. 1968: 5. 236.  Entrevista con Gabriel Díaz.
233.  Jaime Rodríguez Nieto, “Informe 05420/DAS.ANGOP-0379. Informe sobre reunión efectuada en la 237.  Jaime Rodríguez Nieto, “Informe N° 05425: Informe de una asamblea en el Parque de Bolívar”, Medellín,
fuente de soda del edificio ‘La Ceiba’”, Medellín, 3 de septiembre de 1968. AHM, Medellín, F. Alcaldía, S. 3 de septiembre de 1968. AHM, Medellín, F. Alcaldía, S. Despacho del Alcalde, SS. Informes, C. 7, L. 1, ff.
Despacho del Alcalde, SS. Informes, C. 7, L. 1, ff. 54-55. 49-50.

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Imagen 46. Carta abierta a los participantes de la Conferencia del Episcopado. violencia de las clases poseedoras contra las clases desposeídas, la violencia bru-
Sindicato de Trabajadores de Carbones San Fernando. Amagá (Antioquia), 30 de agosto de 1968.
tal que hoy ejercen en Colombia y en casi toda Latinoamérica los empresarios,
Manuscrito (papel). Archivo Histórico de Medellín.
los poseedores de la tierra y demás medios de producción y los gobiernos anti-
populares que han encadenado su gestión a la política trazada por el gobierno
imperialista norteamericano”(Imagen 46).238
La cuestión de la violencia planteada de manera directa por los mineros de
Amagá fue uno de los ejes del debate político internacional a finales de los años
sesenta, en el contexto de la guerra en Vietnam, la invasión de Estados Unidos a
República Dominicana y las dictaduras militares en Argentina y Brasil. En 1968,
más que un debate abstracto, se trataba de una situación cotidiana que se vivía
en las calles de Estados Unidos, México, Brasil y Uruguay, donde la violencia
de las fuerzas policiales y parapoliciales eran empleadas para frenar la protesta
masiva —y a veces violenta— de los estudiantes. Los movimientos de liberación
nacional en Asia y África, así como de grupos guerrilleros en todo el continente
americano, enarbolaban la resistencia armada como antídoto contra la ocupa-
ción colonial y la dominación imperialista. En el campo religioso, la conversión
de Camilo Torres de sacerdote a guerrillero y su muerte en combate fue vista
por los sacerdotes jóvenes como suprema consagración revolucionaria y dis-
posición al martirio. Asimismo, la presencia de Camilo fue uno de los grandes
dilemas que enfrentó el Papa en su primer viaje a América Latina. Grupos laicos
y religiosos de todo el continente se habían pronunciado sobre este tema, mu-
chos a través de cartas o manifiestos y otros a través de la acción directa, como
los ocupantes de la catedral de Santiago de Chile que clamaban “por una Iglesia
junto al pueblo y sus luchas”, y protestaban la presencia del Papa como una for-
ma de legitimar un régimen violento y represivo en Colombia.239 La encíclica
Populorum Progressio —cuya discusión había convocado la primera reunión de
un grupo de religiosos en la finca Golconda del municipio de Viotá, Colom-
bia— contenía un pasaje explícito que dejaba abierta las puertas a la rebelión
contra situaciones extremas de injusticia. Sin embargo, en su discurso a los
campesinos del día 23 de agosto y luego en apertura de la conferencia el 24 de
agosto de 1968, Pablo VI buscó saldar esta discusión al afirmar que “ni el odio,

238.  Sindicato de Trabajadores de Carbones San Fernando, “Carta abierta a los participantes del CELAM”,
Amagá (Ant.), 30 agosto de 1968. AHM, Medellín, F. Alcaldía, S. Despacho del Alcalde, SS. Informes, C. 7,
L. 1, f. 51.
239.  “Revuelta en la Iglesia de Chile”, El Tiempo (Bogotá) 12 ago. 1968: 1 y 11.

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ni la violencia, son la fuerza de nuestra caridad”.240 Esta discusión continuó y fue vinieron y la policía dijo: ‘si no permiten, todos vamos a la cárcel’. Entonces todos
uno de los temas centrales que rodearon a la conferencia en Medellín, como lo fuimos a la cárcel. El camión se volteó de todo el gentío que quería ir a la Cárcel.
ejemplificaron las insistentes preguntas sobre el cambio de posición del Papa en La lucha se prologó por varios días y de allí, como era victoriosa esa lucha, se salió
una rueda de prensa en la que participaron, entre otros, los obispos brasileños adelante, prácticamente se ganó la causa contra el urbanizador pirata”.243
Helder Cámara y Angelo Rossi, el provincial de los jesuitas Pedro Arrupe, el
Después de esta acción colectiva de No-Violencia, la comunidad construyó
obispo colombiano Gerardo Valencia Cano y los sociólogos Renato Poblete y
a mediados de 1968 su iglesia en Santo Domingo Savio, en un terreno tomado
Pierre Bigó. Allí, Cámara enfatizó que las palabras del Papa no significaban un
por el cura párroco del lugar. La iglesia fue erigida por la comunidad organizada
rechazo a la protesta ilegal o a la desobediencia a través de la No-Violencia. A
en una Junta de Acción Comunal como “Casa del pueblo de Dios”: contaba con
su vez, Bigó sugirió entender las palabras del Papa a los campesinos en rela-
un pequeño altar, acompañado por una caja fuerte emplazada como sagrario;
ción con la prolongada violencia que había devastado los campos colombianos
tenía adobes como bancas y estaba construida toda con cemento y ladrillo a la
(Imagen 47).241 Al final, en el documento de Medellín, los obispos adoptaron
vista.244 Tal como era debatido por aquellos días en la conferencia de Medellín,
una posición transaccional, que condenaba por igual la violencia revolucionaria
un sector de la Iglesia latinoamericana buscaba despojarse de los signos exterio-
como método de acción frente a la injusticia y la violencia institucionalizada
res de riqueza, amplificar con el ejemplo la prédica del amor a los pobres y rei-
que buscaba defender un orden político y social injusto.242
terar su compromiso de solidaridad con el sufrimiento humano.245 A juzgar por
Como hemos visto, la violencia fue un tema debatido por los participantes
las fotografías y los testimonios orales, esta construcción de la comunidad de
en las asambleas populares cristianas de Medellín. A la vez, los organizadores
Santo Domingo Savio era buen ejemplo de una arquitectura religiosa renovada
más activos —o quizá más visibles— de las asambleas eran parte de un colectivo
por la integración armónica con el hábitat popular, con un simbolismo religioso
cristiano de No-Violencia conformado por estudiantes, profesionales, obreros,
que entrañaba una visión histórica de la salvación:
curas y monjas, articulado con la parroquia del barrio Santo Domingo Savio. La
No-Violencia activa y evangélica fue puesta en práctica, según Gabriel Díaz, en “Y allí es cuando se pone el Cristo de ladrillo con el que se hizo el Congreso de
contra de un urbanizador ilegal y la policía local: la No-Violencia, que [después] el cardenal López Trujillo mandó tumbar. Este
Cristo se llamó el Cristo de 49 pesos. Porque en realidad costó 49 pesos. Ladrillo
“[…] muchas formas de No-Violencia que eran muy combativas enmarcan el tra-
y cemento. El trabajo lo hicimos entre todos. Se hizo bajo la orientación y con-
bajo de lucha del barrio Santo Domingo, apoyando la recuperación de la tierra
ducción, la dirección artística de Saúl Montoya. No lo hace él, lo hace con toda la
para los campesinos. En algún momento llega la policía y el urbanizador pirata
gente, empieza a pedirles materiales y empiezan a construir. Fue concebido como
tenía esbirros, vigilantes, para que nadie construyera con ladrillos. Hubo un mo-
expresión de que es a partir de la realidad como se construye la esperanza, como
mento en que la fundadora del barrio, la consideramos fundadora, comenzó a
se construye la utopía. Es partiendo de la realidad, de lo que hay, de lo que existe,
hacer un banqueo —a abrir brechas para poner ladrillos— y la policía vino, ella
y no partiendo de dogmatizaciones y de conceptualizaciones en el aire, como se
tenía un bracito quebrado y la sacaron del bracito quebrado y vino la policía y
construye el reino”.246
la violentó. Entonces yo reaccioné muy fuerte, con No-Violencia, oponiéndome
a eso y todo el barrio me acompañó. Entonces llamaron la policía ya en masa,
243.  Entrevista con Gabriel Díaz.
244.  E.I.N, “Barrio de Medellín se convierte en piloto para la aplicación del Concilio Vaticano II”, El Correo
240.  “El Papa condena la violencia, la revolución y la injusticia”, El Colombiano (Medellín) 25 ago. 1968: 11; (Medellín) 14 sep. 1968: 5.
“La violencia no es evangélica ni cristiana”, El Colombiano (Medellín) 25 ago. 1968: 13. 245.  “Recomiendan a obispos no vivir en palacios”, El Tiempo (Bogotá) 3 sep. 1968:19. Ver: II Conferencia
241.  “Piden precisiones sobre política de la Iglesia”, El Correo (Medellín) 30 ago. 1968: 30. General del Episcopado Latinoamericano, La Iglesia, V. 2, 210.
242.  II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, La Iglesia, V. 2, 51,71-74. 246.  Entrevista con Gabriel Díaz.

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Imagen 47. Conferencia de prensa: participan el obispo brasileño Helder Cámara, el provincial El domingo 1.º de septiembre, hacia el mediodía, se efectuó en el coliseo
de los jesuitas Pedro Arrupe, el obispo colombiano Gerardo Valencia Cano, y los sociólogos Renato
cubierto la concentración obrera y popular convocada por el Comité Coordina-
Poblete y Pierre Bigó. Carlos Rodríguez. Medellín, 1968. Fotografía (papel): 17,8 x 12,2 cm.
Archivo Histórico de Antioquia. dor de la Unidad de Acción Sindical.248 Asistieron a este evento entre mil y dos
mil personas, trabajadores, habitantes de tugurios y representantes de los ba-
rrios Popular, Santa Cecilia y Villa del Socorro. Aunque esta sería una moviliza-
ción social organizada para escenificar la situación social de Colombia y llamar
la atención de la conferencia, al coliseo no asistió ningún obispo. De acuerdo
con los informes de inteligencia del DAS, los discursos se caracterizaron por
su tinte unionista y antigubernamental: Carlos Bedoya Tabares, perteneciente
a la central sindical Utratexco, filial de la UTC, abogó por la unidad sindical a
escala nacional para luchar contra los programas del gobierno colombiano que
estaban lesionando a los trabajadores; Alfredo Molina, de Utran, se opuso a la
reforma laboral; Arnaldo Quiceno Larrea, de Fedeta, calificó las altas tarifas de
los servicios públicos como un abuso inmoderado de las Empresas Públicas de
Medellín; Alberto Gómez V., se manifestó en contra de la creación del Fondo
Nacional del Ahorro, porque lesionaba los intereses y cesantías de los trabajado-
res; Alberto Valencia denunció el estatuto del servidor público por violar el de-
recho constitucional de la libre asociación y contratación colectiva; y Heliodoro
Agudelo Rivera, dirigente de la ASA, manifestó su oposición al Decreto 939 que
limitaba el derecho de huelga, “única arma de la clase proletaria para la defensa
de sus conquistas”.249
En un aplaudido discurso, el cura Vicente Mejía sostuvo, parafraseando
a Helder Cámara, que los reclamos de gente contra la opresión y la injusticia
El 30 de agosto el grupo de no violencia presentó una carta abierta a la conferen-
tendrían lugar con la Iglesia, sin ella o contra ella: “Hoy es el momento de pedir
cia, en la cual anunció un ayuno de 48 horas en el barrio Santo Domingo Savio,
que la Asamblea de los obispos diga a su Iglesia y sus ministros cómo presen-
como un acto de solidaridad con la gente que vivía hambrienta y en condiciones
tar al pueblo un Cristo que le ofrezca su mirada y no le vuelva la espalda, de la
indignas, cuya voz no podía llegar a oídos de los obispos. El ayuno y la oración
manera que lo presenta todavía cuando predica la resignación”. Habló sobre la
buscaban la unidad espiritual del pueblo de dios y la comunión con todos aque-
violencia y la expoliación de grandes propietarios agrarios, que conducían a
llos que luchaban en América por la liberación y la justicia, así como contribuir
los campesinos a migrar hacia las ciudades y ocupar tierras para construir sus
al trabajo de los jerarcas y prevenirlos contra una visión pastoril y complaciente
ranchos, “condenándolos a subsistir con pequeñas ventas en los sectores comer-
del evangelio.247
ciales en donde son combatidos como vendedores ambulantes o estacionarios, en

248.  Jairo Gutiérrez, “Boletín Prensa y Radio Vespertino”, Medellín, 29 de agosto de 1968. AHM. F. Alcaldía,
S. Despacho del Alcalde, SS. Informes, C. 46, L. 1, f. 146.
247.  Neander, “Al margen de la conferencia episcopal. Grupo de cristianos en campaña de no violencia”, El 249.  Jaime Rodríguez Nieto, “Informe 05422/DAS.ANT.GOP-0377. Informe laboral”, Medellín, 3 de septiem-
Colombiano (Medellín) 2 sep. 1968: 18. bre de 1962. AHM, Medellín, F. Alcaldía, S. Despacho del Alcalde, SS. Informes, C. 7, L. 1, ff. 47-48.

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Imagen 48. Vista aérea del estadio


Atanasio Girardot y el coliseo de la
ciudad.
Medellín, 3 de noviembre de 1968.
Negativo (poliéster): 9 x 12 cm.
Biblioteca Pública Piloto.

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la misma forma que son combatidos los ocupantes de tugurios y de tierras, sin
tener en cuenta las causas que los tienen sometidos a este estado de miseria”. El
cura Mejía declaró, de forma enfática, que si la lucha por un hogar digno para
los destechados significaba seguir el ejemplo de Camilo Torres, él se declaraba
camilista, a pesar de la persecución y las difamaciones en su contra: “Estamos
librando una batalla cristiana y esa batalla solamente la ganaremos por la uni- 8. Golconda
dad de todos los campesinos y obreros de Colombia, tal como lo proclamaba
el padre Camilo Torres, cuya lucha no fue en vano porque nosotros la conti-
nuaremos iluminados por sus enseñanzas”.250 Y concluyó con un llamado a la II
Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, en nombre de los mar- En la homilía de clausura de la conferencia de Medellín, el obispo anfitrión,
ginados y en conjunto con las organizaciones sociales presentes, para mostrar monseñor Tulio Botero Salazar, declaró qué allí se iniciaba un movimiento de
un camino de acción práctica y levantar la bandera de la justicia, de manera que transformación social y espiritual con proyección en América Latina.253 El pre-
“la Iglesia de América Latina se transforme en la Iglesia del pueblo, por todos los sidente del Celam, Avelar Brandão, afirmó en el acto de clausura del evento:
medios adecuados a las circunstancias” (Imagen 48).251 “Nuestra palabra —la palabra de todos nosotros: que la América Latina conti-
Unos meses después, en diciembre de 1968, Vicente Mejía y Gabriel Díaz, núe su marcha por los caminos de la historia”.254 En sus conclusiones, el pleno
viajarían hasta Buenaventura, en la costa del Pacífico, para suscribir junto a de los obispos latinoamericanos hizo un llamado categórico tanto al clero como
otros sacerdotes el documento de Golconda, que propondría una interpretación a los laicos para participar en la trasformación social: “estamos en el umbral de
radical del mensaje de Medellín y sellaría el compromiso de algunos sacerdotes una nueva época de la historia de nuestro continente. Época llena de un anhelo
colombianos y españoles con la causa revolucionaria. Gonzalo Arango, otrora de emancipación total, de liberación de toda servidumbre, de maduración per-
sacrílego y ahora místico, parecía contento con la “rebelión de las sotanas”. Se- sonal y de integración colectiva”.255 Al terminar la reunión en el seminario de
gún el poeta, lo mejor que podía hacer el clero era “poner a Cristo de moda otra Medellín se encendió una gigantesca cruz iluminada que se podía observar en
vez en el mundo”: “Todos los signos indican que el cristianismo volverá a la van- toda la ciudad: “Esta noche se ha encendido una gran luz. La acabáis de contem-
guardia de la historia, enarbolando símbolos de espiritualidad, dignidad huma- plar. Una luz que es una cruz gigantesca. Una cruz que es una luz inmensa, que
na, justicia económica”. Y consideraba, de forma paradójica, a los curas rebeldes proyectará sus rayos sobre toda nuestra América Latina”.256
como sus sucesores: “En todo esto que está sucediendo, veo la continuación de Sin embargo, la apropiación de los postulados de Medellín por el público en
la rebeldía que nosotros iniciamos hace diez años con el Nadaísmo, ahora en un Colombia fue limitada. Durante esos días un periódico local impuso un silencio
plano más creador y con profundas implicaciones sociales y morales”.252 informativo y, pese al llamado que hiciera el arzobispo de Medellín para levan-
tar el veto, se negó a publicar noticias sobre las deliberaciones de la conferencia
“por cuanto nuestra línea de pensamiento no coincide con ella”.257 La gran misa
250.  Existen varias versiones fragmentarias de este discurso. La más completa, traducida aquí por nosotros, es
la de Gheerbrant 218, quien pudo ser la fuente de otros autores. En la versión de Fesquet 65, dice: “si proceder 253.  Tulio Botero Salazar, “Medellín sede de transformación integral de la América Latina”, El Colombiano
de manera que tengan derecho a un techo los que se encuentran sin vivienda, es ser camilista, entonces yo (Medellín) 6 sep. 1968: 20.
lo soy. Esta decisión la he tomado en conciencia, ante Dios. Continuaremos la lucha de Camilo Torres”. La 254.  Citado por Parada 335.
inteligencia colombiana transcribió este fragmento, similar al de la versión de Gheerbrant. 255.  “Documento del episcopado pide cambios sociales en clima de paz”, El Tiempo (Bogotá) 8 sep. 1968:
251.  Gheerbrant 219-220. 20-22 y 28.
252.  Gonzalo Arango, “Hace meses que no te escribo pero no te olvido”, [Bogotá], [1968-1969]. BPP, Medellín, 256.  Citado por Parada 334.
F. Archivo Nadaísta, FamiliaGA 0028. 257.  Javier Darío Restrepo, “Obispos buscan aportar ‘testimonio profético’”, El Tiempo (Bogotá) 5 sep. 1968: 8.

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pública planeada en el estadio fue un desastre, con escasa asistencia y problemas en Medellín”.263 Sin embargo, la utilización en el documento de un método de
logísticos, que bien podrían traducir los temores de que las concentraciones pú- análisis social observado como marxista y su rápida desautorización por la alta
blicas se convirtieran en actos de protesta. El recibimiento de las conclusiones jerarquía eclesial produjo el rechazo generalizado de las clases dirigentes y los
de Medellín por parte de la jerarquía eclesiástica colombiana también fue parco medios de comunicación. Muy pronto comenzaron las presiones y las amenazas
o de franco rechazo.258 El presidente de la república avaló en abstracto la prédica de amonestación, de manera que al inicio de 1969, Tulio Vélez, Wilfer Ángel e
del cambio y la justicia social, pero criticó el uso de categorías de las ciencias Ismael Mejía abjuraron de Golconda y solo quedaron como representantes del
sociales que podían interferir en labores temporales exclusivas de técnicos y movimiento en Medellín Gabriel Díaz, Vicente Mejía y Óscar Vélez.264
economistas.259 La respuesta de los sacerdotes rebeldes fue radicalizar su discurso e imple-
En cambio, la apropiación más radical de Medellín provino del grupo sacer- mentar nuevas acciones. A finales de enero de 1969 se reunieron en Cartagena una
dotal Golconda. En junio de 1968, un grupo de sacerdotes se había reunido en la docena de sacerdotes, quienes en una declaración pública en nombre de Golconda
finca Golconda, en Viotá, para evaluar la encíclica Populorum Progressio. En di- rechazaron la expulsión por el gobierno de los misioneros españoles Manuel Pérez
ciembre, después de concluida la conferencia de Medellín, se realizó una nueva y José Antonio Jiménez, quienes habían llegado en compañía de Domingo Laín a
reunión en una base militar de Buenaventura, donde fue suscrito un documen- vivir en los tugurios de Cartagena, continuando así el trabajo iniciado años antes
to por medio centenar de sacerdotes y monseñor Gerardo Valencia Cano. Los con los trabajadores inmigrantes en Francia y los habitantes pobres de la frontera
sacerdotes de Medellín fueron, después de los de Bogotá, los más numerosos: de República Dominicana con Haití. Hacia finales de 1968, los curas españoles
firmaron Vicente Mejía, Gabriel Díaz, Wilfer Ángel, Tulio Vélez, Óscar Vélez, habían movilizado la comunidad de su barrio para evitar el desalojo de la gente de
Ismael Mejía.260 Federico Carrasquilla, quien había participado en la primera San José, un tugurio que se vería afectado por obras de remodelación urbana en
reunión de Golconda, no suscribió el texto y en adelante sostuvo una postura Cartagena. Este hecho parece haber desatado la ira de los notables locales, quienes
crítica por el viraje revolucionario que había cobrado el movimiento.261 Los fir- presionaron al gobierno para encontrar medios legales que permitieran sacarlos
mantes del documento acogieron las conclusiones conciliares y episcopales que del país. Expulsados Pérez y Jiménez, hubo una nueva reunión de Golconda en el
demandaban una nueva relación de la Iglesia y el mundo, una vida religiosa y Colegio Mary Mount de El Poblado, donde se discutió la situación del grupo en
una actividad evangelizadora mucho más comprometida con el ser humano en Medellín. Allí estuvo también Domingo Laín, cuando al parecer visitó Santo Do-
sus dimensión social, económica y política. También plantearon puntos de vista mingo Savio, poco antes de realizar una heterodoxa Semana Santa con símbolos
polémicos sobre el subdesarrollo, el imperialismo, la explotación de los obre- revolucionarios en Bogotá, que encolerizó a la jerarquía y permitió al gobierno
ros, las fuerzas armadas, la reforma agraria y la violencia institucionalizada.262 expulsarlo del país a finales de abril de 1969. Un año después, en febrero de 1970,
Como bien lo notó Javier Darío Restrepo, en el documento de Golconda “es los misioneros españoles regresarían clandestinamente a Colombia para seguir el
notoria la preocupación por señalar que cada una de sus apreciaciones e ideas ejemplo de Camilo Torres en el Ejército de Liberación Nacional.265
ya se encontraban en los documentos papales o en los del episcopado reunido La decisión adoptada por los misioneros españoles fue consecuente con el
giro radical que tomó un sector de Golconda en 1969. Aunque en el grupo había
258.  Ricardo Arias Trujillo, “El episcopado colombiano en los años 1960”, Revista de Estudios Sociales 33 desacuerdo con respecto a si era necesario que todos los sacerdotes tomaran
(2009) 83-87.
259.  “Acabaremos con el contrabando dijo el presidente Lleras en su alocución de anoche”, El Tiempo (Bogotá)
4 sep. 1968: 1 y 16. 263.  Restrepo, La revolución 41.
260.  Golconda, “Segundo encuentro del grupo sacerdotal de Golconda. Documento final”, Golconda, el libro 264.  Entrevistas con Gabriel Díaz y Vicente Mejía; Fuerzas Armadas de Colombia, “Boletín para la Junta de
rojo de los “curas rebeldes”, ed. Anita Weiss y Octavio Belalcázar (Bogotá: Cosmos, 1969) 113-124. Inteligencia Nacional (JIN) No. 009”, Bogotá, 18 de marzo de 1969. AGN, Bogotá, F. Ministerio del Interior, S.
261.  Entrevista con Carasquilla. Despacho del Ministro, C. 117, Carpeta 881, ff. 105-112.
262.  Golconda 113-124. 265.  Restrepo, La revolución 211 y 294.

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las armas en la guerrilla, la violencia revolucionaria era vista como una prueba escucharon a Mejía hablar sobre el encuentro de Golconda como un signo de
suprema de disposición al martirio y compromiso con los pobres. También hizo compromiso de la Iglesia con el cambio social y un llamado a crear un frente
camino en este periodo el uso de la fuerza para enfrentar los desalojos o invadir revolucionario del pueblo. Las autoridades policiales mantuvieron al tanto de
tierras y construir nuevos barrios para la gente sin casa. Al parecer, el ala más los hechos a la curia metropolitana: este y otros informes de inteligencia de la
radical de Golconda hacía parte de un selecto grupo conspirativo vinculado de policía (F2) llevaban siempre una nota marginal que decía: “Trasladar a arzo-
forma heterogénea con la insurgencia. A nivel nacional, el movimiento se fue bispo Medellín”.268
decantando y quedó en manos de los curas Noel Olaya, Luis Currea, René Gar- En febrero de 1969, diversas organizaciones políticas y sociales habían pro-
cía, Manuel Alzate y Vicente Mejía, acompañados de los sacerdotes españoles gramado una “Semana Camilista” en Medellín, en conmemoración del tercer ani-
Carmelo García y Domingo Laín y la monja estadounidense Carol O’Flynn. versario de la muerte del cura guerrillero. Sin embargo, antes del inicio de los
Aunque Gerardo Valencia Cano figuraba como inspirador del movimiento, di- actos, el sábado 8 de febrero se produjo un nuevo intento de erradicación de los
versos testimonios señalan que su intervención fue moderada y esporádica. Los habitantes de los tugurios ubicados en Estación Villa y su traslado forzado a Santo
líderes más visibles de Golconda eran el padre René García, en el plano político, Domingo Savio. Hasta el primero llegó Vicente Mejía, quien en compañía de su
el padre Noel Olaya, en el teológico, y el matemático Germán Zavala —laico y hermana Julieta y otras cinco personas opusieron resistencia a la acción de las
ateo—, en la organización de masas y la acción revolucionaria. autoridades: “El levita, invitaba a los moradores de ese sector, para que armados
En enero de 1969, en el contexto de los reclamos de sindicatos y organi- de palos, piedras, latas, etc., impidieran la acción legal”.269 Según el testimonio de
zaciones vecinales por el aumento de precios en los servicios, en especial en el Vicente Mejía, “para mí era imposible oponerme físicamente y no dejé de hacer
trasporte, el padre Manuel Alzate encabezó las protestas cívicas en los barrios una pataleta, repulsa; se abalanzó toda la policía, en seguida se abalanzó el pue-
populares de Cali.266 Luego del anuncio hecho por la curia sobre su retiro de la blo y eso era una montonera. Salí con la sotana rota, herido…”.270 El cura Mejía
parroquia del barrio Alfonso López, centenares de personas se manifestaron fue detenido junto con Julieta Mejía, Jesús Tuberquia, Surmelida Pereañez Rúa
para evitar su trasladado y, como retaliación, fueron excomulgados por el ar- y Margarita Abaunzo Agudelo, y luego trasladados a una inspección de policía.
zobispo de la ciudad. Cuando el cura finalmente abandonó la parroquia San Poco después de su detención, habitantes del barrio Caribe se congregaron de ma-
Alberto Magno, el 13 de febrero, unas diez mil personas asistieron a su despedi- nera pacífica frente al calabozo en señal de protesta: “prontamente se repartieron
da.267 Al mismo tiempo que se registraban las protestas por el costo de vida en boletines mimeografiados, en donde se ‘exigía’ la libertad inmediata del sacerdote,
Cali, el 13 de enero de 1969 Vicente Mejía encabezó una pequeña marcha desde y se criticaba a las autoridades, con falsas versiones, por el procedimiento realiza-
el Seminario Mayor hacia el barrio Caribe. Los manifestantes, que portaban do. El responsable de tales boletines fue detenido de inmediato”.271
pancartas, banderas y flores, gritaban vivas a Mejía y Camilo y consignas contra Pese a estos hechos, el domingo 9 de febrero se realizó el desfile inaugural
el alza en el trasporte, el gobierno y la oligarquía nacional. Cuando llegaron a su de la Semana Camilista. Unas sesenta personas que portaban afiches del Che
destino, luego de la presentación de una banda de música, doscientas personas Guevara y Camilo Torres gritaron vivas a sus héroes y lanzaron improperios

266.  Comité Sindical Interfederal del Valle, “Carta a Rodrigo Lloreda Caicedo, gobernador del Departamento 268.  Jaime Hernán Rodríguez Nieto, “Informe 0014/DAS.ANT.GOP. Diligenciamiento orden verbal”, Me-
del Valle”, Cali, 7 de enero de 1969. AGN, Bogotá, F. Presidencia de la República, S. Despacho Sr. Presidente, dellín, 13 de enero de 1969. AHA, Medellín, F. Gobernación, S. Secretaría de Gobierno (Ramos), C. 38, L.
SS. Sindicatos, C. 181, Carpeta 1, ff. 1-2. Policía Nacional, sf.
267.  AFP, “Verdadero plebiscito recibe el cura rebelde de Cali”, Cali, 8 de febrero de 1969. AHM, Medellín, F. 269.  Fabio Gallego Jaramillo, “Oficio N°0388/DSC. Informe a Bernardo Ruíz Velásquez, Secretario de Gobier-
Radioperiódico Clarín, T. 357, f. 483; AFP, “Centenares de personas fueron excomulgadas en Cali a raíz del no Municipal”, Medellín, 17 de febrero de 1969. AHM, Medellín, F. Alcaldía, S. Secretaría de Gobierno, SS.
problema con el padre Manuel Alzate”, Cali, 13 de febrero de 1969. AHM, Medellín, F. Radioperiódico Clarín, Informes, C. 791, L. 7, ff. 100-101.
T. 358, f. 175; AFP, “El padre Manuel Alzate abandonó la parroquia en Cali acompañado de 10 mil feligreses”, 270.  Entrevista con Vicente Mejía.
Cali, 13 de febrero de 1969. AHM, Medellín, F. Radioperiódico Clarín, T. 358, f. 218. 271.  Fabio Gallego Jaramillo, “Oficio N°0388/DSC”, f. 101.

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contra el gobierno. El lunes, en el barrio Caribe, unas doscientas personas, en- Imagen 49. Documental sobre Camilo Torres. Consejo Superior Estudiantil. Bogotá, [1966].
Impreso (papel): 49 x 36,5 cm. Archivo General de la Nación.
cabezadas por el sindicalista Fabio Cadavid, exigieron la libertad del sacerdo-
te y los otros detenidos. El martes se congregaron apenas veinte personas y la
concentración fracasó. El miércoles, en el local del sindicato de los trabajadores
de las Empresas Públicas de Medellín, unas cien personas vieron una película
sobre Camilo Torres (Imagen 49). Después los estudiantes presentes invitaron
a levantar un busto al cura guerrillero en la Universidad Nacional de Colombia.
El mismo día, ciento cincuenta personas marcharon desde el Parque de Bolívar
hacia la plazuela Nutibara, donde estudiantes y sindicalistas fueron disueltos
por la policía. El jueves, finalmente, Vicente Mejía recuperó la libertad. Frente
a la residencia de su familia en el sector de Laureles, se reunieron seiscientas
personas para acompañar al sacerdote hasta el barrio Caribe. Según el informe
de Departamento de Seguridad y Control, luego de marchar juntos a través de
la autopista, en el barrio Caribe, “se manifestó al levita, en una forma impre-
sionante, la solidaridad y adhesión a la lucha que él ha comenzado”. En una
tribuna pública improvisada, los oradores criticaron al gobierno y llamaron a
la revolución. Mejía dijo haber sido golpeado y ultrajado por la policía junto a
su hermana, Julieta, quien todavía se encontraba detenida. Cuando ella llegó en
la noche, recién liberada, fue envuelta en la bandera de Colombia y recibida en
medio de gritos y aplausos por unas dos mil personas.272
Poco después, los curas de Golconda planearon una Semana Santa de pro-
testa, con celebraciones en las cuales aparecía articulada la liturgia católica con
mensajes revolucionarios, en un momento ritual muy significativo para el pue-
blo colombiano. Por cuanto conocemos, la protesta se realizó solo en barrios
de Bogotá y, sobre todo, en Medellín, pues Manuel Alzate decidió no pronun-
ciar discursos en Cali argumentando la ausencia de libertad de expresión.273
En Medellín, según Gabriel Díaz, esta fue una Semana Santa “combativa, dura
y fuerte”, en la que se proclamaron los derechos del pueblo.274 Con el apoyo de
los sindicatos, la liturgia de la tarde del Viernes Santo, 4 de abril de 1969, fue
trasmitida por radio, en vivo desde el barrio Caribe, donde el cura Vicente Mejía

272.  Fabio Gallego Jaramillo, “Oficio N°0388/DSC”, ff. 101-102.


273.  Caracol, “El llamado ‘cura rojo’ de Cali se autoprohibió la pronunciación de discursos en Semana Santa
porque falta libertad de expresión”, Cali, 30 de marzo de 1969. AHM, Medellín, F. Radioperiódico Clarín, T.
362, f. 560.
274.  Entrevista con Gabriel Díaz.

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reunió una multitud en la iglesia y sus alrededores. La emisión por radio per- En principio el padre Vicente Mejía no aceptó el cargo en Yolombó y reci-
mitió al sacerdote saludar en público a la gente de diversos barrios populares de bió el apoyo decidido de varios sindicatos de la ciudad.279 Mejía y Díaz se ne-
la ciudad e incentivó a que otros fueran para ser mencionados y reconocidos. garon a dejar las parroquias y se apoyaron en las comunidades de sus barrios
En su Sermón de las Siete Palabras, Vicente Mejía pregonó la necesidad de la para negociar con el obispo: “Cuando a mi me cambian del barrio me demoré
revolución social y la toma del poder por el pueblo: tres meses para irme porque la gente no quería. Entonces la gente optó por se-
cuestrarme. Entonces hubo, pues, un autosecuestro, sí, porque yo permití eso,
“La pasión de Cristo, la pasión del pueblo; la crucifixión de Cristo, la crucifixión
porque yo permití que me dejaran allá. Y vigilado, para que la curia no me
de nuestro pueblo; la resurrección de Cristo, la resurrección del pueblo.Y ¿cuál es
llevara”.280 El 10 de abril, trescientos estudiantes, obreros y tugurianos, encabe-
la resurrección del pueblo? La revolución, que el pueblo va a ganar y va a triunfar.
zados por Francisco Mosquera, realizaron un mitin frente a la sede de la Arqui-
La Semana Santa, la pasión de Cristo, la gran pascua y recuerdo de la pasión,
diócesis de Medellín, para exigir a las autoridades eclesiásticas que revocaran el
muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo. ¡Eso era lo que tenía que pasar
traslado. Allí se escuchó el pregón: “los enemigos del pueblo son las autoridades
el pueblo! El pueblo ya había sufrido, estaba como muerto, el pueblo resucitaría y
eclesiásticas, civiles y militares”. Cuando los manifestantes impidieron el tráfico
tendría que tomarse el poder”.275
y amenazaron con lanzar piedras, la policía disolvió la multitud.281 Ese mismo
Ensayos de nuevas liturgias fueron detectados días después por las jerarquías día, los sacerdotes René García, Luis Currea, Noel Olaya, Luis Antonio Gallar-
eclesiásticas en el colegio Mary Mount de Bogotá, donde se realizaba un “ágape do, Alfonso Vanegas, Abel Giordana, Gabriel Díaz, Héctor Parrado y Domingo
eucarístico” con pan tostado consagrado en vez de hostias. El escandalo en este Laín suscribieron una carta de protesta por el retiro de Vicente Mejía y otros
colegio elitista de Bogotá llevó a la separación del plantel de varias monjas, in- sacerdotes de sus parroquias. Según la información de inteligencia, el 11 de abril
cluida la estadounidense Carol O’Flynn.276 seiscientos estudiantes de la Universidad Nacional se reunieron para escuchar
En el contexto de un duro conflicto entre sectores de la Iglesia, partida- a René García y Luis Currea, quienes acompañados por Domingo Laín, afirma-
rios y contrarios a las ideas posconciliares, monseñor Tulio Botero Salazar ron que “los curas rebeldes de Colombia están en pie para lanzarse a la revolu-
había obrado con prudencia, y si no alentaba, por lo menos toleraba el trabajo ción por un cambio profundo de las estructuras vigentes”.282
de los curas en las parroquias populares. Pero aunque fuese sensible a las ideas En una reunión celebrada en la Universidad Distrital de Bogotá, con una
y prácticas renovadas de la Iglesia, esto no significaba que el obispo estuvie- presencia estimada en quinientas personas, García habló sobre las perspecti-
se dispuesto a trastocar los espacios de poder de las élites antioqueñas.277 La vas del movimiento revolucionario y denunció la reciente expulsión del país de
participación activa de los curas de Golconda en la movilización social y sus Domingo Laín. También anunció que los curas de Golconda preparaban una
vínculos ideológicos con la insurgencia, así como las presiones de jerarcas y
élites locales, terminaron por convencerlo de sancionar a los sacerdotes. El 279.  “El padre Vicente Mejía no acepta cargo en la parroquia de Yolombó. Según se dijo viajó a Cali”, Medellín,
9 de abril de 1969. AHM, Medellín, F. Radioperiódico Clarín, T. 363, f. 414; “La Federación de Trabajadores
obispo dispuso que Vicente Mejía fuera trasladado de Caribe al municipio de de Antioquia se pronuncia sobre el traslado del padre Mejía”, Medellín, 10 de abril de 1969. AHM, Medellín,
F. Radioperiódico Clarín, T. 363, f. 440; “El sindicato único de Coltejer solicita a la curia reconsiderar traslado
Yolombó y Gabriel Díaz, de Santo Domingo Savio a San Antonio de Prado, en del padre Mejía”, Medellín, 15 de abril de 1969. AHM, Medellín, F. Radioperiódico Clarín, T. 364, f. 235.
la zona rural de Medellín.278 280.  Entrevista con Gabriel Díaz; “350 niños del barrio Santo Domingo Savio se quedaron sin escuela por el
traslado del padre Gabriel Díaz”, Medellín, 13 de mayo de 1969. AHM, Medellín, F. Radioperiódico Clarín,
T. 367, f. 176.
275.  Entrevista con Vicente Mejía. 281.  Fabio Gallego Jaramillo, “Oficio N°0899/DSC. Informe a Bernardo Ruíz Velásquez, Secretario de Go-
276.  Arturo Abella, “Nuevas revelaciones sobre el caso de Marymounth”, El Tiempo (Bogotá): 22 abr. 1969: 3 bierno Municipal”, Medellín, 14 de abril de 1969. AHM, Medellín, F. Alcaldía, S. Secretaría de Gobierno, SS.
277.  Aramburo Siegert 507. Informes, C. 791, L. 7, ff. 89-91.
278.  Víctor Widerman, “Carta a Vicente Mejía”, Medellín, 7 de abril de 1969. Archivo personal Vicente Mejía, 282.  Alfredo Camacho Ramírez, “Síntesis de la reunión en la Junta de Inteligencia Nacional”, Bogotá, 15 de
Ibarra, Ecuador. abril de 1969. AGN, F. Ministerio Interior, S. Secretaría General, C. 250, Carpeta 2348. f. 109.

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marcha de los desposeídos para conmemorar el día del trabajo el 1.º de mayo.283 En junio de 1969, la radio parroquial sirvió como sede para organizar un paro
En esa celebración en el barrio Florencia de Bogotá, René García, Luis Currea y cívico en el municipio de Yolombó —idea que se extendió a los municipios de
Alfonso Vanegas concelebraron una misa en homenaje a Camilo Torres. En el Yondó y San Roque— contra el mal servicio y los altos costos de la energía eléc-
acto, con la asistencia de mil personas, un representante de los barrios presentó trica.287 El paro fue conjurado por la acción oportuna de las autoridades, pero
su testimonio: “Hoy he abierto los ojos y me he dado cuenta que ser cristiano la situación del cura en Yolombó empeoró con rapidez.288 El 22 de agosto Tulio
no es solamente obrar de acuerdo a la religión, sino que es indispensable tener Botero Salazar reclamó la presencia de Vicente Mejía en Medellín, pero este se
conciencia del actual estado en que vive la clase humilde y trabajadora, en un resistió a dejar el pueblo y terminó fortificado en la iglesia, donde la feligresía
país en donde estamos siendo explotados para enriquecer una minoría. Recla- lo “secuestró” para evitar su partida.289 Después de varias jornadas tensas en la
mamos lo que es nuestro, es decir, lo que nos pertenece”. Terminada la misa, un iglesia, con el pueblo rodeado por policías y soldados, el 31 de agosto el cura
grupo de teatro barrial presentó las obras tituladas “La muerte de un guerrille- al final accedió a dejar el pueblo y fue conducido a Medellín bajo protección
ro” y “Trabaja pueblo trabaja”. En esa actividad estuvieron presentes, entre otros, militar.290
Germán Zabala y Carol O’Flynn, quienes por esos días eran el centro de un Durante su breve estancia en Yolombó, Vicente Mejía había visitado varias
escandalo por su trabajo revolucionario en el colegio Mary Mount.284 veces Medellín, en especial al barrio Caribe, donde se estaba formando el Frente
A pesar de las protestas de diversos sectores sociales, los sacerdotes Gabriel de Oprimidos, encabezado por el agitador popular Aníbal Grisales.291 En una
Díaz y Vicente Mejía fueron trasladados a nuevas parroquias hacia mediados rueda de prensa celebrada el 2 de junio de 1969, Vicente Mejía dijo que lo esta-
de 1969. En San Antonio de Prado, Gabriel Díaz encontró grandes dificultades ban inculpando de formar guerrillas, pero que eso no era cierto y solo estaba a
para incorporarse a la nueva comunidad y, cuando lo logró, al poco tiempo fue favor de los desposeídos.292 Según otras fuentes de inteligencia, Mejía manifestó
removido por celebrar en Navidad una novena con canciones de protesta. Al su decisión de ingresar a la guerrilla “si ese era el único camino de luchar por
parecer, él tomó distancia de las actividades de Golconda.285 Entre tanto, Vicen- la libertad del pueblo colombiano”. En el mismo barrio, la inteligencia policíaca
te Mejía tuvo un paso fugaz y combativo por Yolombó, donde ya había estado había detectado reuniones clandestinas, de supuesta orientación marxista, rea-
a principios de los años sesenta. Según la policía local, el cura recién llegado lizadas los jueves y los sábados en las casas de Elvia de Beltrán y Jesús Ortiz.293
recorría las zonas rurales del municipio agitando sus ideas: “que el pobre debe El cura párroco de Caribe, Andrés Jaramillo, quien servía como informante de
liberarse de la opresión de los ricos, que el pobre debe comer en la mesa del rico
y que además debe romper las cadenas de la esclavitud en que lo tiene el rico”. 287.  Enrique Novoa Martínez, “Oficio 6245/PN.DPA.F2/248. Transcripción oficio sobre paro cívico”, Me-
dellín, 25 de junio de 1969. AHA, Medellín, F. Gobernación, S. Secretaría de Gobierno (Ramos), C. 38, L.
Estas correrías, observadas como subversivas, llevaron a los notables del pueblo Policía Nacional, sf.; Juan Tolosa Chirinos, “Boletín de novedades 125/PN.DPA.F”/256”, Medellín, 28 de junio
a solicitar la destitución del cura. Para justificar su reclamo, el alcalde de Yolom- de 1969. AHA, Medellín, F. Gobernación, S. Secretaría de Gobierno (Ramos), C. 38, L. Policía Nacional, sf.
288.  Juan Tolosa Chirinos, “Boletín de novedades 136/PN.DPA.F”/256”, Medellín, 11 de julio de 1969. AHA,
bó, Carlos Muñoz Arboleda, dijo que el sacerdote, además de promover la revo- Medellín, F. Gobernación, S. Secretaría de Gobierno (Ramos), C. 38, L. Policía Nacional, sf.
289.  “Citado el padre Vicente Mejía por el arzobispo de Medellín para el lunes”, Medellín, 22 de agosto de
lución, era “muy bebedor de aguardiente, baila con las mujeres y las enamora”.286 1969. AHM, Medellín, F. Radioperiódico Clarín, T. 377, f. 118; “Aun no ha salido Vicente Mejía de Yolombó.
Anoche hubo manifestación…secuestrado…”, Medellín, 25 de agosto de 1969. AHM, Medellín, F. Radiope-
riódico Clarín, T. 377, f. 261.
283.  Alfredo Camacho Ramírez, “Síntesis de la reunión en la Junta de Inteligencia Nacional”, Bogotá, 29 de 290.  Entrevista con Vicente Mejía.
abril de 1969. AGN, F. Ministerio Interior, S. Secretaría General, C. 250, Carpeta 2348. ff. 95. 291.  “El llamado frente de los oprimidos del barrio Caribe hace defensa del padre Mejía”, Medellín, 30 de junio
284.  Alfredo Camacho Ramírez, “Síntesis de la reunión en la Junta de Inteligencia Nacional”, Bogotá, 6 de de 1969. AHM, Medellín, F. Radioperiódico Clarín, T. 371, f. 487.
mayo de 1969. AGN, F. Ministerio Interior, S. Secretaría General, C. 250, Carpeta 2348, ff. 1-4. 292.  Juan Tolosa Chirinos, “Boletín de novedades 129/PN.DPA.F”/256”, Medellín, 3 de julio de 1969. AHA,
285.  Entrevista con Gabriel Díaz. Medellín, F. Gobernación, S. Secretaría de Gobierno (Ramos), C. 38, L. Policía Nacional, sf.
286.  Luis Alberto González Rivera, “Oficio 5835/PN.DPA.AY/578. Transcripción de un informe al gober- 293.  Fabio Gallego Jaramillo. “Oficio N°1570/DSC. Informe a Bernardo Ruíz Velásquez, Secretario de Go-
nador del departamento”, Medellín, 14 de junio de 1969. AHA, Medellín, F. Gobernación, S. Secretaría de bierno Municipal”, Medellín, 5 de julio de 1969. AHM, Medellín, F. Alcaldía, S. Secretaría de Gobierno, SS.
Gobierno (Ramos), C. 38, L. Policía Nacional, sf. División Administrativa de Orden Ciudadano, C. 791, L. 7, ff. 61-63.

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Imagen 50. Fotografías barrio Francisco Antonio Zea, invasión de tugurios en terrenos del ICT. Imagen 51. El Tugurio de Dios. Gabriel Tobón. Medellín, julio de 1974.
Anónimo. Medellín, [1970]. Aerofotografía (papel): 22 x 16 cm. Archivo Histórico de Medellín. Plano (papel): 70,5 x 102 cm. Colección José Muñoz.

habitantes y advirtió que con la ayuda de los sindicatos y los estudiantes, “con
la fuerza de todos ellos unidos”, resistirían los embates de las autoridades.295 En
los siguientes meses, con la ayuda de Aníbal Grisales y tomando provecho del
las autoridades, denunció que el 24 de agosto un estudiante la arrebató el mi-
periodo preelectoral, Vicente Mejía acompañó la resistencia al desalojo de los
crófono en el púlpito durante la homilía y dijo al público que los habitantes
tugurianos y dirigió el proceso de organización de la comunidad del barrio, que
del barrio no estaban de acuerdo con su doctrina y deseaban seguir en la línea
después adoptó el nombre de Lenin (Imagen 50).296 Años después, en 1973, la
revolucionaria de Vicente Mejía.294 De regreso a la ciudad, el domingo 31 de
comunidad organizada en el Comité Popular del barrio Lenin comenzó a erigir
agosto, Vicente Mejía celebró una misa en la iglesia del barrio Caribe. En el ser-
un templo que representara las luchas y sufrimientos de los “condenados de la
món llamó a la resistencia contra el desalojo de los tugurios del barrio Alfonso
tierra” en Medellín: el Tugurio de Dios (Imagen 51).
López y, terminada la homilía, en compañía de cientos de personas se trasladó
a los tugurios en las inmediaciones del hospital La María, donde habló a los
295.  Fabio Gallego Jaramillo. “Oficio N°2142/DSC. Informe a Bernardo Ruíz Velásquez, Secretario de Gobier-
no Municipal”, Medellín, 8 de septiembre de 1969. AHM, Medellín, F. Alcaldía, S. Secretaría de Gobierno, SS.
294.  Fabio Gallego Jaramillo. “Oficio N°2073/DSC. Informe a Bernardo Ruíz Velásquez, Secretario de Informes, C. 791, L. 7, ff. 44-45.
Gobierno Municipal”, Medellín, 30 de agosto de 1969. AHM, Medellín, F. Alcaldía, S. Secretaría de Gobierno, 296.  Comité Popular del barrio Lenin, “El barrio Lenin y su historia”, Medellín, 15 de julio de 1986. CDPM,
SS. Informes, C. 791, L. 7, ff. 46-47. Medellín. Historias de mi barrio, f. 1.

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El final del año 1969 estuvo marcado por un auge de la movilización social Imagen 52. Ciudad Universitaria. Gabriel Carvajal. Medellín, 20 de abril de 1969
Fotografía (papel): 9 x 12 cm. Biblioteca Pública Piloto.
en el campo y la ciudad, por la movilización estudiantil en los principales cen-
tros de educación superior del país y por la pugna política entre los partidos de
gobierno agrupados en el Frente Nacional y la oposición articulada en torno a
la Alianza Nacional Popular (Anapo) por las elecciones presidenciales que se
celebrarían el 19 de abril de 1970. El grupo Golconda comenzó a dividirse por la
estrategia a seguir en las elecciones, pues mientras Germán Zavala y René Gar-
cía impulsaban la idea de apoyar la candidatura de Gustavo Rojas Pinilla, otros
como Carmelo García y Vicente Mejía insistían en la abstención. En esa época
preelectoral una gran agitación social se produjo en las universidades, por el
rechazo del estudiantado a la creciente intervención de las fundaciones nor-
teamericanas y organizaciones financieras internacionales en las instituciones
de educación superior en Colombia. A finales de mayo, Medellín se había visto
sacudida durante tres días por violentas manifestaciones estudiantiles contra la
presencia en Colombia del vicepresidente de Estados Unidos, Nelson Rocke-
feller, quien realizaba una gira por América Latina. Cuatro mil estudiantes de
las universidades Nacional y de Antioquia se manifestaron contra la guerra en
Vietnam y el imperialismo, y se enfrentaron con piquetes policiales, dejando un
saldo de decenas de heridos entre manifestantes y uniformados.297 Frente a estos
hechos, los curas rebeldes enviaron un mensaje de adhesión al estudiantado.298
Como veremos a continuación, la inauguración de la Ciudad Universitaria de
la Universidad de Antioquia en Medellín, programada para noviembre de 1969,
fue el epicentro del conflicto por la presencia norteamericana en la educación
en Colombia y marcó la última acción pública conjunta de los sacerdotes de
Golconda (Imagen 52).
En octubre de 1969, los curas de Golconda iniciaron una gira por las prin-
cipales universidades del país. En la Universidad del Valle, con sede en Cali, se
Plaza de Caicedo para conmemorar la muerte del Che Guevara.299 Mejía regresó
realizó un encuentro popular al que asistieron René García, Manuel Alzate y Vi-
a Medellín el 11 de octubre y en los días siguientes se esperaba la llegada de los
cente Mejía. El 8 de octubre, Vicente Mejía participó en una manifestación en la
otros sacerdotes de Golconda, incluyendo esta vez a monseñor Gerardo Valen-
cia Cano. Entre tanto, estudiantes y trabajadores sindicalizados preparaban un

297.  Luis Alberto González Rivera, “PN.DPA.F2 Boletín informativo policivo nº 10”, [Medellín, junio de
1969]. AHA, Medellín, F. Gobernación, S. Secretaría de Gobierno (Ramos), C. 38, L. Policía Nacional, sf.
298.  Fabio Gallego Jaramillo. “Oficio N°1346/DSC. Informe a Bernardo Ruíz Velásquez, Secretario de Go- 299.  Fuerzas Armadas de Colombia, “Informaciones para la Junta de Inteligencia Nacional (JIN)”, Bogotá, 14
bierno Municipal”, Medellín, 7 de junio de 1969. AHM, Medellín, F. Alcaldía, S. Secretaría de Gobierno, SS. de octubre de 1969. AGN, Bogotá, F. Ministerio del Interior, S. Despacho del Ministro, C. 120, Carpeta 894,
División Administrativa de Orden Ciudadano, C. 791, L. 7, ff. 72-74. ff. 1-12.

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ruidoso recibimiento a los curas.300 El acto de Golconda en la Universidad de distribuir propaganda subversiva en Gachantivá, Boyacá.307 García y O’Flynn
Antioquia estaba programado para el jueves 16 de octubre a las 5 de la tarde. fueron expulsados del país en medio de motines y asonadas de feligreses que
Sin embargo, entre el 15 y el 16 de octubre de 1969, agentes de inteligencia del protestaban por su detención.308
Estado detuvieron a Vicente Mejía en el barrio Caribe, mientras Manuel Alzate, La inauguración de la ciudadela de la Universidad de Antioquia estaba pre-
René García y Luis Currea fueron capturados a su llegada al aeropuerto de Me- vista para el 9 de noviembre de 1969, con la presencia del presidente Carlos
dellín (según Vicente Mejía, Valencia Cano fue advertido de su detención y no Lleras Restrepo. La construcción de la nueva sede universitaria fue financiada
tomó el avión).301 En diferentes zonas de la ciudad, fueron detenidas personas en más del 50% con un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo y
calificadas como agitadoras en los tugurios: los trabajadores sindicalizados de representaba entonces un símbolo de la modernización de la ciudad. Según el
las Empresas Públicas de Medellín Rodrigo Marulanda Castaño, Arnulfo León Departamento de Seguridad y Control, había gran inconformidad entre el estu-
Arango Morales y Jesús Alfonso Zapata Zapata; los dirigentes populares Aní- diantado frente a la programada inauguración oficial de la Ciudad Universitaria:
bal Grisales, Miguel Ángel Ardila González, Óscar Javier Marulanda Castaño “Los estudiantes están dispuestos, según sus propias manifestaciones a sabotear
y Samuel Tobón; y los estudiantes Yiocel Restrepo Cardona, Manuel Álvaro cualquier acto que se lleve a cabo en esa fecha, y lanzar huevos, tomates y otros
Fernández Pinzón y Carlos Eduardo López Castaño.302 Según las autoridades, artículos contra el presidente, mas, no atentar por otros medios contra su inte-
los curas, los sindicalistas y los tugurianos estaban organizando una invasión gridad personal y la de su comitiva”.309 El 20 de octubre, en el teatro al aire libre
con tugurios a la recién construida ciudadela de la Universidad de Antioquia.303 de la Universidad de Antioquia, se reunieron estudiantes y trabajadores, con la
De acuerdo con algunos testimonios, los curas fueron golpeados por agentes de presencia de una delegación del Valle del Cauca, para discutir la situación de los
inteligencia del Estado cuando intentaron ser trasladados.304 La golpiza recibida dirigentes sociales y religiosos detenidos. En su intervención, el dirigente del
y los treinta días de arresto a los que fueron sometidos rápidamente se convir- sindicato de Coltejer, Fabio Cadavid, afirmó: “Esta es la hora en que el estudian-
tieron en noticia nacional.305 Aunque el arzobispo hizo un llamado retórico a las tado ha sabido tomar conciencia de la problemática nacional. Los estudiantes
autoridades civiles para disipar las sospechas sobre malos tratos, el inspector de deben comprender y exigir que la Universidad sea abierta para las clases popu-
policía informó que había usado la fuerza con el visto bueno de la jerarquía.306 lares […]”. El estudiante Jorge Restrepo, de la Universidad de Antioquia, recla-
Semanas después, en noviembre, agentes de inteligencia detuvieron al cura es- mó por el carácter extranjerizante de los programas de estudio universitarios y
pañol Carmelo García y a la monja estadounidense Carol O’Flynn, acusados de denunció que cuando obreros y sacerdotes deseaban unirse a los estudiantes,
“eran separados por la fuerza pública, relegándolos a unos inmundos calabo-
300.  Fabio Gallego Jaramillo. “Oficio N°2465/DSC. Informe a Bernardo Ruíz Velásquez, Secretario de Gobier- zos”. La asamblea concluyó con un llamado a la formación de brigadas revolu-
no Municipal”, Medellín, 13 de octubre de 1969. AHM, Medellín, F. Alcaldía, S. Secretaría de Gobierno, SS. cionarias para organizar al pueblo en los barrios.310 Días después, aparecieron
División Administrativa de Orden Ciudadano, C. 791, L. 7, ff. 38-39.
301.  “Vicente Mejía Espinosa detenido. También otros veinte dirigentes”, Medellín, 15 de octubre de 1969. carteleras en los muros: “Lleras asesino! Fuera Lleras! Lleras al paredón!”. En
AHM, Medellín, F. Radioperiódico Clarín, T. 382, f. 258; Entrevista con Vicente Mejía.
302.  Policía Nacional, “Relación de detenidos en Medellín 15-X del /69”, Bogotá, 30 de octubre de 1969. AGN,
ese ambiente de descontento, agentes de inteligencia escucharon a estudiantes
Bogotá, F. Ministerio del Interior, S. Despacho del Ministro, C. 112, Carpeta 829, ff. 42-43.
303.  “Secretario de Gobierno habla de trato para los curas rebeldes”, El Correo (Medellín) 23 oct. 1969: 7. 307.  “Incomunicados el padre Gracia y la ex profesora”, El Tiempo (Bogotá) 13 nov. 1969: 3.
304.  “Ruiz Velásquez y Abad Gómez entablan polémica por frase”, El Correo (Medellín) 25 oct. 1969: 3. 308.  “El sacerdote Gracia abandona el país”, El Tiempo (Bogotá) 26 nov. 1969: 6: “Cura rebelde promueve
305.  “Empezó a actuar comisión del senado de la república: el problema de los curas rebeldes”, El Correo motines en Gachantiva”, El Tiempo (Bogotá) 25 nov. 1969: 1 y 30.
(Medellín) 24 oct. 1969: 10E. 309.  Fabio Gallego Jaramillo. “Oficio N°2528/DSC. Informe a Bernardo Ruíz Velásquez, Secretario de Gobier-
306.  “Llamamiento a las autoridades para que eviten toda sombra de injusticia o arbitrariedad en el trato a no Municipal”, Medellín, 21 de octubre de 1969. AHM, Medellín, F. Alcaldía, S. Secretaría de Gobierno, SS.
los sacerdotes detenidos, formuló hoy el señor arzobispo”, Medellín, 20 de octubre de 1969. AHM, Medellín, Informes, C. 791, L. 7, ff. 32-34.
F. Radioperiódico Clarín, T. 382, f. 477; “El inspector Salgado dice que la curia arquidiocesana autorizó usar 310.  Fabio Gallego Jaramillo. “Oficio N°2531/DSC. Informe a Bernardo Ruíz Velásquez, Secretario de Gobier-
la fuerza contra los curas de Golconda”, Medellín, 21 de octubre de 1969. AHM, Medellín, F. Radioperiódico no Municipal”, Medellín, 21 de octubre de 1969. AHM, Medellín, F. Alcaldía, S. Secretaría de Gobierno, SS.
Clarín, T. 383, f. 48. División Administrativa de Orden Ciudadano, C. 791, L. 7, ff. 35-37.

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Medellín (rojo) 1968 Golconda

decir: “Vamos a izar el pabellón de los EE.UU, ya que está Universidad es de los Imagen 53. “Por la publicación y difusión de este cartel, en que se evidencia un homenaje al Cristo
subversivo que ama la juventud, el F2 encarceló y rapó de sus cabellos bíblicos a los hermanos
Yanquis y no del Gobierno Colombiano”.311 En ese momento se estaba gestando
Alberto y Horacio Marín, Propietarios de la galería El Escarabajo Dorado. Se ha denunciado que
un movimiento estudiantil en la Universidad de Antioquia contra la elección en pueblos y veredas por donde pasan los hippies distribuyendo para subsistir esta imagen también
del decano de la Facultad de Derecho y por la continuidad en el cargo de Carlos se les está apresando, decomisando sus pertenencias y rapándoles los cabellos”.
Anónimo. Bogotá, 1970. Impreso (papel): 35 x 25 cm. Biblioteca Pública Piloto.
Gaviria Díaz, que se convirtió en una parálisis total en el mes de noviembre y
precipitó la intervención del Ejército tres días antes de la inauguración de la
Ciudad Universitaria.312 Según la inteligencia militar, se estaría preparando una
asonada contra Carlos Lleras durante su visita a Medellín, con la supuesta parti-
cipación de activistas de izquierda, pero dirigida por elementos regionalistas de
derecha opuestos a las políticas del gobierno nacional.313
El 26 de octubre se realizó en el barrio Las Colinas de Bogotá la reunión de
un “Comité Pro-Liberación de sacerdotes, obreros y estudiantes comprometi-
dos con el pueblo”, para preparar el mitin que se realizaría el 1.º de noviembre.314
En una carta dirigida al presidente, vecinos de barrios populares reclamaron la
libertad de los curas: “Hace quince días están presos cuatro de nuestros pasto-
res de la Iglesia buenos y santos, sin que nuestro gobernante tome conciencia
de que no es humano hacer detener a estos predicadores de la palabra divina;
dejando a los barrios sin párroco”.315 Finalmente, ante su negativa a salir de la
prisión para evitar el escándalo y al reiterar su compromiso revolucionario, los
sacerdotes René García, Luis Currea, Vicente Mejía y Manuel Alzate fueron re-
tirados de sus parroquias y exonerados de sus tareas pastorales (Imagen 53).316
Una vez liberados, los sacerdotes siguieron actuando en el plano político, sobre
todo en torno a las elecciones presidenciales del 19 de abril de 1970. Sin embar-
go, como movimiento sacerdotal, Golconda había dejado de existir por contra-

311.  Fabio Gallego Jaramillo. “Oficio N°3047/DSC. Informe a Bernardo Ruíz Velásquez, Secretario de Gobier-
no Municipal”, Medellín, 31 de octubre de 1969. AHM, Medellín, F. Alcaldía, S. Secretaría de Gobierno, SS.
División Administrativa de Orden Ciudadano, C. 791, L. 7, ff. 25-26.
312.  “Durante 24 horas ocupó el ejército predios de la U de A”, El Correo (Medellín) 6 nov. 1969: 11.
313.  Ricardo Charry Solano, “Boletín de la Junta de Inteligencia Militar correspondiente a la semana corres-
pondida entre el 29 de octubre y el 5 de noviembre de 1969”, Bogotá, 5 de noviembre de 1969. AGN, Bogotá,
F. Ministerio del Interior, S. Despacho del Ministro, C. 120, Carpeta 894, ff. 79-82.
314.  Guillermo Rodríguez Guzmán, “Informaciones para la Junta de Inteligencia Nacional”, Bogotá, 28 de
octubre de 1969. AGN, F. Ministerio Interior, S. Despacho de Ministro, C. 117, Carpeta 878, ff. 26-34.
315.  [Comunidad de los barrios], “Carta a Sr. Dr. Presidente de la República, Carlos Lleras Restrepo”, Bogotá,
4 de noviembre de 1969. AGN, Bogotá, F. Presidencia de la República, S. Secretaría Privada, SS. Religiones,
C. 99, Carpeta 1, f. 90.
316.  “Sancionadas las dos cabezas visibles del grupo Golconda”, El Correo (Medellín) 1 dic. 1969: 7; “Sacerdo-
tes sancionados insisten en su rebeldía”, El Correo (Medellín) 3 dic. 1969: 1.

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Medellín (rojo) 1968

dicciones internas, por la suspensión de varios de sus integrantes colombianos


y la expulsión del país de todos sus miembros extranjeros. En 1972, monseñor
Gerardo Valencia Cano murió en un accidente aéreo. En los siguientes años,
varios curas rebeldes fueron amonestados, se retiraron del sacerdocio y fueron
llevados a consejos verbales de guerra. Vicente Mejía, estuvo en Medellín du-
rante los años setenta para colaborar en la creación de los comités populares de Conclusión
los barrios Lenin y Fidel Castro, con los cuales creó una cooperativa de tugu-
rianos. Gabriel Díaz se dedicó a labores de educación y promoción popular con
organizaciones no gubernamentales. Durante dos décadas más, los pobladores
de Santo Domingo Savio y Popular siguieron realizando rituales colectivos de Medellín 1968 es un hito fundamental en la historiografía de América La-
protesta, vigorizados por la presencia de sacerdotes como Iván Moreno y Fede- tina: representa el compromiso de la Iglesia Católica con la historicidad de los
rico Carrasquilla. pueblos y las demandas de cambio político y social en el continente. Pero desde
el mismo momento en que se realizó este evento comenzó a gestarse una sin-
gular confrontación sobre su significado: entre aquello que podía ser visto y
dicho sobre la situación social y política de América Latina; entre los discursos
que condenaban la pobreza y la dificultad para escuchar las quejas concretas de
los sectores populares; entre el gran despliegue de la comunicación por medios
masivos y los límites para la interacción de los jerarcas de la Iglesia con la gente
y entre la proyección continental del evento y su escaso impacto en la feligre-
sía local. Medellín 1968 es un símbolo en disputa, un momento al vaivén del
recuerdo y el olvido sobre el que vale la pena volver como referente claro del
carácter conflictivo y plural de la memoria social.
Medellín 1968 constituye una zona de contacto que permite observar cómo
actores, tecnologías e instituciones trasnacionales han sido apropiados, resis-
tidos o resignificados por la gente en las ciudades. En este sentido, se debe en-
tender este libro como una investigación histórica en el campo de los estudios
sociales y culturales, que busca tomar una posición crítica en la arena de dis-
puta sobre el proceso de globalización, pregonado por los poderes económicos
y políticos estatales y trasnacionales como forma trascendente de la sociedad
contemporánea. Existen profundas asimetrías sociales en la producción de las
imágenes del mundo contemporáneo. En la sociedad de consumo de masas y
el espectáculo que se configuró en la segunda mitad del siglo XX, se supone
que los actores sociales populares son un público espectador de la televisión
y la radio o que están presentes de forma anónima en las escenificaciones de

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Medellín (rojo) 1968 Conclusión

masas, pero no participan en la producción de los contenidos de la comunica- naria para la toma del poder. Incluso algunos sacerdotes y monjas se sumaron
ción a escala mundial. Sin embargo, como lo hemos demostrado aquí, en 1968 a las filas de la insurgencia armada, comprendida entonces como una forma de
un público insumiso, disidente, buscó conquistar barrios, calles, plazas de las consagración suprema a la causa popular, exaltación hasta el martirio del legado
ciudades para mostrar, con sus acciones, visiones alternativas de sí mismos y evangélico y medio eficaz para el advenimiento del reino celestial en la Tierra.
de la sociedad, que contestaban abiertamente las representaciones de una so- En Colombia, muchos sacerdotes encargados de desarrollar el programa
ciedad no conflictiva y las miradas pastoriles sobre los pobres emanadas del tecnopastoral de la Iglesia sufrieron una rápida trasformación durante su ex-
poder estatal y eclesial. Las protestas sociales de este Medellín (rojo) de 1968 se periencia misional entre los pobladores urbanos. En Medellín las élites habían
comprenden en un contexto de desobediencia pública y violencia callejera en trazado un modelo de integración social que asignaba un papel fundamental a
diferentes lugares del mundo, dirigidas contra el conformismo de la Guerra Fría la Iglesia —y con ella a la moral religiosa— para regular los conflictos sociales
y protagonizadas por nuevos actores sociales. relacionados con la industrialización y la masificación de la ciudad en la prime-
La movilización religiosa en comunidades urbanas fue uno de los principa- ra mitad del siglo XX. Este fue el mismo fundamento de los programas de erra-
les mecanismos para expresar el descontento social en las jornadas de agosto y dicación de tugurios implementados desde finales de los años cincuenta. Tras la
septiembre de 1968. Desde finales de la segunda guerra mundial, la Iglesia Cató- Revolución Cubana y con la evidencia de presencia de activistas comunistas en
lica buscó aplicar las técnicas misionales aprendidas en los dominios coloniales los vecindarios de la ciudad, los tugurianos que antes eran vistos como pobres
de Asia y África para difundir el cristianismo entre un pueblo neopagano —es indignos e incorregibles, comenzaron a ser objeto de tratamiento sistemático
decir, pagano con supersticiones cristianas— y contrarrestar la influencia del por las autoridades. La administración planeó entonces el desalojó de los habi-
comunismo en el proletariado industrial de las ciudades europeas. En América tantes del centro urbano y su traslado al barrio modelo Villa del Socorro, donde
Latina no se llegó a implementar la práctica de sacerdotes dedicados al trabajo deberían ser custodiados y protegidos hasta adquirir unos valores cívicos, hábi-
en las industrias y, en cambio, tuvo mayor fuerza la noción de residencia territo- tos de trabajo y capacidad de ahorro normalizados por las élites políticas, em-
rial, que buscaba establecer lazos orgánicos con las comunidades en un contexto presariales y religiosos de la ciudad. Para cuidar el comportamiento de los tugu-
de crecientes conflictos sociales relacionados con los procesos de inmigración rianos en su nuevo hábitat y asegurar su integración no conflictiva en la ciudad,
y masificación en las ciudades. Después de la Revolución Cubana, esta técnica las autoridades nombraron a Vicente Mejía como vicario de Villa del Socorro.
pastoral contó con un nuevo impulso por la movilización de personas, informa- Sin embargo, a mediados de los años sesenta el misionero urbano transformó
ción y tecnología procedentes de Estados Unidos y Europa, dirigidas a contener su visión religiosa y sus prácticas pastorales en contacto con la vida cotidiana y
la amenaza de agitación comunista en América Latina. En los años sesenta la el trabajo de los habitantes del barrio, influenciado por la palabra renovadora
Iglesia envió sacerdotes, algunos extranjeros y otros jóvenes educados en Eu- de Germán Guzmán Campos y el misticismo revolucionario de Camilo Torres
ropa, para seguir el ejemplo misionero y compartir la experiencia, las luchas Restrepo. Paradójicamente, este pastor encargado de resguardar la moral de los
y los sufrimientos de los pobres en los nuevos asentamientos de las ciudades. tugurianos y su adhesión al orden social, se convirtió en un catalizador de los
Pero muchos clérigos y laicos que trabajaban en comunidades urbanas fueron ocupantes de tierras que a través de diversos medios colonizaron el nororiente
más allá de la promoción social o los servicios religiosos que les fueron enco- de Medellín para fundar los barrios Popular y Santo Domingo Savio. En el es-
mendados, se radicalizaron políticamente y formaron movimientos de izquier- pacio construido por las élites para domesticar las masas comenzó a observarse
da cristiana en conflicto con las autoridades civiles y eclesiásticas. Desde finales una práctica renovada que articulaba las formas de vida de los pobres con la
de los años sesenta, grupos de católicos en diferentes lugares de América Latina imaginería cristiana y que permitía el empleo de rituales religiosos como formas
abogaron por un cambio social radical y plantearon una estrategia revolucio- de resistencia y movilización colectivas de los pobladores urbanos. A finales de

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Medellín (rojo) 1968 Conclusión

la década, otros sacerdotes también decidieron ir a vivir en los barrios y trabajar tuvieron mayor fuerza en sectores sociales afectados por los procesos de masifi-
con los habitantes de los asentamientos periféricos, como parte de la estrategia cación y secularización, sectores que la Iglesia buscaba conservar o atraer para
de la Iglesia para recrear un vínculo orgánico con las nuevas comunidades y asegurar la continuidad de su poder pastoral en el mundo contemporáneo.
extender su labor pastoral a la creciente población localizada en la periferia de la El Congreso Eucarístico y la II Conferencia del Episcopado Latinoameri-
ciudad. En diversas ciudades de Colombia, los sacerdotes abocados al trabajo en cano adquirieron relevancia especial por la presencia de Pablo VI en Colombia:
los barrios populares constituirán el núcleo más activo de Golconda, movimien- esta fue la primera visita de un Papa a América Latina, donde vivía más de una
to sacerdotal que encarnó una interpretación radical del mensaje del obispado tercera parte de la población del orbe católico. Estos eventos, reforzados con
latinoamericano reunido en Medellín. la figura pontificia, buscaban escenificar la presencia renovada de la Iglesia en
A principios de 1968 el Celam presentó el documento preparatorio de Me- América Latina. Sin embargo, en la medida que se trataba de eventos trasna-
dellín en el que redefinía la misión de la Iglesia en América Latina. Allí obser- cionales, los poderes civiles y eclesiásticos colombianos quisieron emplearlos
vaba la miseria, la exclusión y la dependencia de una gran parte de la pobla- también para proyectar una imagen positiva del país ante el mundo. La visita
ción como los principales retos para los católicos en el continente. A su vez, el del Papa a Bogotá, en especial, implicó cambios en la infraestructura urbana,
Celam planteó la necesidad de actualizar las estructuras de la Iglesia ante los un gigantesco despliegue militar y el empleo de nuevas tecnologías en Colom-
cambios suscitados por la transición de una sociedad tradicional a una sociedad bia: para el evento, cuyos principales actos fueron trasmitidos por televisión
masificada, individualista, pluralista y secularizada. Muchos de estos procesos —en vivo y en directo, vía satélite, a todo color— a diferentes partes del mundo,
también estaban ocurriendo en Medellín, donde en los años sesenta se produjo la ciudad había sido maquillada con cuidado, efectivos militares y agentes de
una crisis de las formas de control social basadas en la moral religiosa, como lo civil estaban atentos para sofocar cualquier manifestación de descontento, los
indican el debilitamiento de los patronatos obreros en las fábricas y el fracaso mendigos fueron retirados de las calles y confinados en albergues temporales
de barrios modelo para los tugurianos. En esta década fue visible la emergen- para evadir la mirada curiosa de peregrinos y espectadores. La preocupación
cia de la juventud como sector social diferenciado, una relativa liberación de la del gobierno nacional, apoyado por la prensa nacional, era enfrentar la “mala
sexualidad y el placer femenino, una mayor participación de las mujeres en la prensa” extranjera que se empeñaba en mostrar las desigualdades y los conflic-
política y la educación, cuestionando la intervención de la Iglesia católica en la tos en el país, sin reconocer las reformas oficiales en los campos económico y
familia, la subjetividad y el cuerpo. En la ciudad se evidenció la proliferación social. El gobierno amonestó y censuró varios corresponsales internacionales y
de expresiones artísticas que fueron censuradas y condenadas por una Iglesia la prensa colombiana estuvo presta para contrarrestar informaciones conside-
muy conservadora, así como una mayor difusión de publicaciones subversivas radas negativas para la imagen de Colombia. Al final, el espectáculo de masas
y de nuevas lecturas de la realidad amparadas en las ciencias sociales. También y la trasmisión del evento por televisión fueron un éxito propagandístico para
en los años sesenta se resquebrajó el férreo control establecido por la curia so- el gobierno, hasta el punto que comenzó a discutirse la necesidad de crear una
bre las formas de organización y protesta de los trabajadores, lo que permitió agencia especial para combatir la “mala prensa” y promocionar una marca pu-
la existencia de un sindicalismo confesional independiente de las directrices blicitaria del país ante el mundo.
patronales. En Medellín (rojo) 1968 los sindicatos independientes y los tugu- La II Conferencia del Episcopado Latinoamericano, inaugurada por el Papa
rianos, acompañados por jóvenes estudiantes, intelectuales y sacerdotes, fueron en Bogotá antes de partir hacia Roma, comenzó sus labores en Medellín el 26 de
los encargados de constituir un espacio público para cuestionar la autoridad y agosto de 1968. De acuerdo con los preparativos del Celam, este evento encar-
presentar puntos de vista críticos sobre la realidad social y política de América naría métodos de trabajo, concepciones religiosas, rituales colectivos y estrate-
Latina. La insatisfacción y la protesta se expresaron en términos religiosos y gias de comunicación del catolicismo posconciliar. En esa medida, los obispos

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Medellín (rojo) 1968 Conclusión

trabajaron durante diez días, relativamente aislados de la ciudad y concentra- prostitutas, una masa informe a la espera de la acción redentora de la Iglesia
dos en el Seminario Mayor, siguiendo puntualmente un programa que incluía misionera que bajaría una vez más de la montaña a la ciudad para traer la buena
ponencias especializadas, comisiones, debates y plenarias para la elaboración nueva.
y aprobación del documento final. En las celebraciones se ensayó una nueva Hemos demostrado a través de una amplia investigación con diversos re-
liturgia con textos en castellano, acorde con los postulados del documento pre- gistros históricos, que en la zona de contacto trasnacional configurada en Co-
paratorio de Medellín y preparada especialmente para el evento con melodías, lombia con ocasión de la visita del Papa y la II Conferencia del Episcopado
plegarias y oraciones recién aprobadas por la Iglesia o adaptadas de diversas Latinoamericano, diversos actores sociales buscaron presentar sus demandas al
tradiciones religiosas del mundo. El contacto cotidiano con reporteros de radio, gobierno y hacer escuchar sus voces ante el mundo. A pesar del dispositivo mili-
prensa y televisión a través de comparecencias diarias fue la estrategia para pre- tar y de inteligencia para evitar manifestaciones públicas y la circulación de pu-
sentar las deliberaciones al público y demostrar el compromiso de los prelados blicaciones subversivas, muchos colombianos mostraron de diversas formas su
con el mundo. Sin embargo, las actividades pastorales —la celebración de masas inconformidad y desobediencia a la autoridad en el contexto de la visita papal.
y la presencias de los obispos entre la feligresía local— que también estaban También en otros países del continente se produjeron tomas y asambleas cristia-
previstas como parte esencial del programa, solo llegaron a realizarse de manera nas que cuestionaban la presencia del Papa y reclamaban una posición definida
parcial y con escaso impacto en la ciudad. de la Iglesia frente a la injusticia en América Latina y una condena inequívoca
La aprobación y la publicación del documento de Medellín evidenció el de la violencia imperialista de los Estados Unidos en diversas partes del mun-
control sobre las instituciones episcopales y una mayor apropiación de los dis- do. En Colombia, las tomas de colegios y universidades en Santander fueron
cursos posconciliares por parte de los sectores progresistas y moderados con secundadas por protestas estudiantiles en diferentes ciudades del país, situación
respecto a los grupos más conservadores de las jerarquías latinoamericanas. Sin que el gobierno enfrentó con el cierre de instituciones y la detención de activis-
embargo, la debilidad de la pastoral de masas, la falta de comunión con el clero tas. Según informes de inteligencia, en Bogotá se preparaban desfiles gremiales,
nativo y la feligresía local son hechos significativos porque, precisamente, en campañas de propaganda contra el gobierno, paros sindicales e invasiones de te-
los debates de la conferencia y luego en el documento de Medellín los obispos rrenos. En 1968 la imagen de Camilo Torres Restrepo vagó, literalmente, como
moderados y progresistas pregonaron una Iglesia abierta al mundo moderno, un cadáver insepulto por los barrios, las calles y plazas de Colombia. En julio, la
menos concentrada en los asuntos celestiales y más comprometida con los pro- curia tuvo que intervenir para evitar la realización de un paro nacional convo-
blemas terrenales de la gente, una Iglesia capaz de comprender la historia y las cado por las centrales obreras. Los sindicalistas colombianos entendían que esta
luchas concretas de los pueblos como partes fundamentales en la construcción escenificación del poder ante el mundo era también una oportunidad para la
del reino de dios. Esta retórica del compromiso con el mundo y la ausencia resistencia, para recuperar el espacio público como escenario de la protesta so-
efectiva de interacción entre el episcopado y la feligresía, fueron observadas de cial, la lucha contra del Estado de Sitio y por la conquista de mayores libertades
forma crítica por parte de la prensa internacional, oponiendo el mundo hermé- ciudadanas. En Bogotá y Medellín, muchas voces y manifestaciones disidentes
tico y espiritual de las deliberaciones religiosas al mundo conflictivo y profa- fueron silenciadas en los medios de comunicación o controladas por la acción
no de la ciudad. Pero esa misma observación crítica de la prensa internacional preventiva o represiva del gobierno. No puede exagerarse, pues, la capacidad de
solo reiteraba una imagen preestablecida —dirigida a un público que imaginaba estos actores sociales para cambiar una agenda de comunicación que fue con-
América Latina como un lugar exótico y violento, es decir, como un territorio trolada de manera cuidadosa desde el poder. Sin embargo, a pesar de estas limi-
de misión— sobre el papel pasivo de este pueblo neopagano en una ciudad so- taciones, observamos un esfuerzo consiente de actores sociales disidentes para
brepoblada, habitada por seres desesperados, miserables, niños hambrientos y contestar en las calles, en los barrios y en las plazas las imágenes no conflictivas

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Medellín (rojo) 1968 Conclusión

sobre Colombia y presentar puntos de vista alternativos sobre la realidad social creían que las ideas del pueblo podían ser llevadas a la montaña para iluminar
y política de América Latina. a los obispos, mientras el seminario pensaban que el pueblo debería esperar la
En Medellín, frente a los planes de desalojo de tugurios en vísperas de la buena nueva en la ciudad y que sería de la montaña al valle como se propagaría
conferencia, comenzaron a gestarse conatos de rebeldía entre sus habitantes, en- la luz de una Iglesia renovada. Así, Medellín encarna una contradicción que
cabezados por sacerdotes y con la solidaridad de estudiantes y trabajadores. Por hasta ahora ha sido descuidada en la historiografía latinoamericana: quienes
esos días circulaban en la ciudad, como libros clandestinos, las primeras inter- en la conferencia hablaron en nombre de los pobres, sobre la historicidad de
pretaciones del Concilio Vaticano II y sus denuncias de la miseria como pecado los pueblos y la necesidad de una Iglesia solidaria con las luchas de la gente, no
colectivo. Entonces Vicente Mejía organizó una manifestación de los tugurianos, reconocieron ni tuvieron en cuenta las múltiples demandas de participación de
una escenificación de la pobreza en Medellín que debería llamar la atención de los los actores sociales de Medellín.
obispos latinoamericanos. Así se expresaba, claramente, el propósito de mostrar Las jornadas populares de Medellín 1968 tienen un doble significado para
en público la miseria que en Bogotá y Medellín había sido llevado a las sombras una escritura de la historia que busca asumir una posición crítica en los deba-
para presentar la mejor imagen de Colombia ante el mundo. Y en efecto, centena- tes contemporáneos sobre la globalización. Por una parte, en la historiografía
res de personas de los tugurios marcharon hacia el Seminario Mayor, pero nadie colombiana, y en especial la antioqueña, las consecuencias políticas y teoló-
allí —salvo la policía— los recibió, nadie los vio ni los escucho. Durante varias gicas del mensaje de Medellín —o al menos su interpretación en un sentido
jornadas sacerdotes y laicos realizaron diversos actos que buscaban el debate pú- revolucionario—, han justificado el olvido de este evento trasnacional, el más
blico sobre la conferencia. En el café La Bastilla, en la fuente de soda del edificio La importante realizado en la ciudad desde el punto de vista de la historiografía la-
Ceiba y en el parque de Bolívar, trabajadores, mineros y estudiantes presentaron tinoamericana. Volver sobre Medellín (rojo) 1968 significa cuestionar la imagen
sus posiciones sobre los problemas del país, criticaron la Iglesia, discutieron sobre pastoril y sin conflictos que los discursos oficiales de la ciudad —y de Colom-
la violencia e hicieron múltiples llamados a los obispos para comprometerse con bia— buscan vender ante el mundo, así como recordar que los espacios abiertos
las luchas del pueblo. En la capilla de ladrillo de Santo Domingo Savio donde se por la tecnología y la globalización están sujetos a disputas y pueden ser apro-
erigía el Cristo de los 49 pesos, un grupo de No-Violencia dirigido por el cura piados y contestados por distintos actores sociales. Por otra parte, la separación
Gabriel Díaz realizó un ayuno evangélico en solidaridad con la gente hambrienta entre la conferencia y la experiencia de la vida social, entre el discurso radical
de la Tierra, con las luchas de los pueblos por su liberación y la justicia, para con- sobre los pobres y la desconexión con las masas, parecen haberse perpetuado
tribuir con el ejemplo evangélico a las tareas de los obispos y prevenirlos contra en una historiografía latinoamericana que presenta a Medellín 1968 fuera de su
una visión paternalista y estéril del evangelio. El 1.º de septiembre de 1968 una contexto, su historia y su tiempo en la ciudad. Interpretar la historia de Medellín
multitud de obreros y tugurianos colmó el coliseo de la ciudad para denostar del a partir de Medellín significa, en términos profanos, dar protagonismo y escu-
gobierno, criticar la resignación cristiana y exigir la construcción de una Iglesia char las voces de quienes en la historiografía solo aparecen como masas anóni-
adecuada a las necesidades del pueblo. mas o como parte de la escenografía de los grandes acontecimientos, hombres y
La información disponible coincide en afirmar que en las jornadas popu- mujeres con nombre y voz propia que en los barrios, las plazas y las calles de la
lares del Medellín (rojo) 1968 se expresó de manera reiterada que las opiniones ciudad reclamaron ser parte de esa historia y exigieron un espacio en el mundo.
del público en la ciudad deberían ser llevadas a los obispos y tenidas en cuenta El Cristo de los 49 pesos de Santo Domingo Savio simboliza esa ciudad en la
en sus deliberaciones. De hecho, no se trataba de peticiones sumisas, sino de Tierra donde la esperanza y la utopía están hechas con los mismos materiales de
una exigencia de diversos actores sociales para ser escuchados cuando se estaba las casas de la gente. Su llamado a la historia y al mundo sigue siendo, en el más
hablando de los pobres y en nombre del pueblo latinoamericano. En la ciudad amplio sentido, el mensaje y el testimonio de Medellín.

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Imagen 54. Cánticos de la celebraciones litúrgicas de la Conferencia. Medellín, 1968.
Impreso (papel). Celam.

Fuentes y bibliografía

1. Fuentes primarias
1.1. Fuentes orales
Broderick, Joe, entrevista realizada por Óscar Calvo. Bogotá, 28 de septiembre y 4 de
octubre de 2011.
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dellín, 27 noviembre de 2010.
Díaz, Gabriel, entrevista realizada por Óscar Calvo y Mayra Parra. El Retiro, 19 de junio,
17 de julio y 22 de agosto de 2011.
Mejía, Vicente, entrevista realizada por Óscar Calvo. Ibarra (Ecuador), 21-25 de febrero
de 2012.

1.2. Fuentes manuscritas


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Fondo Ministerio Interior, Sección Despacho del Ministro.
Fondo Presidencia de la República. Sección Despacho Sr. Presidente.
Fondo Presidencia de la República. Sección Secretaría Privada.
Fondo Presidencia de la República. Sección Secretaría General.
Archivo Histórico de Antioquia (AHA), Medellín.
Fondo Gobernación. Sección Secretaría de Gobierno.
Archivo Histórico de Medellín (AHM), Medellín.
Fondo Alcaldía, Sección Despacho del Alcalde
Fondo Alcaldía, Sección Departamento Administrativo de Planeación.
Fondo Alcaldía, Sección Secretaría de Gobierno.
Archivo personal Vicente Mejía, Ibarra, Ecuador.
Biblioteca Pública Piloto (BPP), Medellín.
Fondo Archivo Nadaísta.

165
Medellín (rojo) 1968 Fuentes y bibliografía

Casa del Teatro, Medellín.


Biblioteca Gilberto Martínez, Colección Archivo vertical, 1967-1969. 2. Bibliografía
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