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EL MAL USO DE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS Y SU GESTIÓN EN EL AULA

MÓDULO 2 - PARTE 2

Tecnologías de la información
y la comunicación:
MENORES EN LA RED

INTRODUCCIÓN
En el módulo 1 tratamos varias cuestiones transversales a este tema que hemos llamado
“Menores en la red”. Por un lado, los datos de uso de Internet y dispositivos TIC por parte de los
más jóvenes, y por otro, algún aspecto relativo al marco legal y a las condiciones de uso de las
RRSS.

Vamos a ampliar esta información y a ver cómo la red, usada con fines perversos, puede ser una
extensión de problemas ya existentes en la vida offline.
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Información personal
La información de carácter personal es la piedra angular sobre la que orbita nuestra “vida”
online. Es fuente de negocio y también un riesgo si se usa con malas intenciones. Recabar o
difundir información de carácter personal de manera inadecuada puede poner en riesgo al que
sufre esta situación o directamente puede suponer infracciones penales para aquellos que hacen
un uso inadecuado.

El catálogo de delitos que se pueden cometer a través de internet por los menores, al igual que
por los adultos, es variado e incluiría delitos relativos a:

● Intromisión en la intimidad.
● Contra la propiedad intelectual, industrial.
● Apología del terrorismo.
● Incitación al odio y a la violencia.
● Delitos de odio.
● Etc...

Veamos ahora aquellos delitos que están directamente vinculados a la utilización de la


información personal como elemento que los generan o propician y que pueden afectar de
manera significativa al desarrollo natural de los menores.

El incremento de los delitos cometidos por menores a través de internet, especialmente


aquellos que tienen vinculación con el uso de información personal, está viviendo un
incremento exponencial, no sólo en su realización sino también en su cobertura informativa.
Vamos a ver en qué consisten el cyberbullying, cyberbaiting, grooming y sexting y a qué figuras
delictivas pueden dar lugar. Todas estas figuras tienen como denominador común una situación
de acoso y un uso delictivo de la información personal.

Hay que aclarar que, bajo estas denominaciones, que no aparecen en el Código Penal, se
integran unas conductas que pueden dar lugar a varias figuras delictivas, cuyas consecuencias,
además de las producidas por las concretas acciones que se realicen, van a depender de la edad
de los menores.

La Ley Orgánica 1/2015, de 30 de marzo, que modifica de manera importante el Código Penal, ha
reforzado el principio del interés superior del menor y dispensa una mayor protección a las
víctimas de estos delitos, especialmente si se trata de menores, y ha introducido algunas
novedades que afectan a la tipificación de los delitos en los que se puede incurrir en los casos de
cyberbullying y ciberacoso, cyberbaiting, grooming y sexting que conviene tener presente.
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Acoso escolar
Las figuras delictivas que pueden componer el acoso escolar están recogidas en nuestras leyes, y
concretamente las que se pueden dar con el cyberbullying son:

- Delitos de amenazas: artículos 169 a 171 del CP: cuando se amenaza a una persona o a
alguien de su familia o con el que esté íntimamente relacionado con causarle un mal,
constituya delito o no, por ejemplo, de revelar o difundir hechos referentes a la vida
privada del amenazado o relaciones familiares que no sean públicamente conocidos y
puedan afectar a su fama, crédito o interés. Puede implicar una pena de privación de
libertad que oscila entre los tres meses y los cinco años, dependiendo de las
circunstancias de la amenaza.
- Delitos de acoso (coacciones): el artículo 172 ter del Código Penal castiga con prisión
de tres meses a dos años o multa de seis a veinticuatro meses al que acose a una persona
llevando a cabo de forma insistente y reiterada, y sin estar legítimamente autorizado, de
manera que altere gravemente el desarrollo de su vida cotidiana, entre otras las
siguientes acciones:
● La vigilancia, la persecución o la búsqueda de cercanía física.
● El establecimiento o el intento de establecer contacto con la persona acosada a
través de cualquier medio de comunicación.
● La adquisición de productos o mercancías, o la contratación de servicios, o hacer
que terceras personas se pongan en contacto con la persona acosada mediante el
uso indebido de sus datos personales.
● Atentar contra su libertad.

Cuando la víctima sea una persona especialmente vulnerable por razón de edad,
enfermedad o situación se impondrá la pena de prisión de seis meses a dos años.

- Delito contra la integridad moral: el artículo 173.1, párrafo primero, del CP: el que
infligiera a otra persona un trato degradante, menoscabando gravemente su integridad
moral, será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años.
- Delito de calumnias: artículos 205 y 207 del CP: achacar a una persona la comisión de
un delito, sabiendo que no es cierto. Está castigado con pena de prisión de seis meses a
dos años o multa de doce a veinticuatro meses si es con publicidad y, en otro caso multa,
de seis a doce meses e indemnización por daños y perjuicios.
- Delito de injurias: artículos 208 y 210: consiste en humillar, insultar, ofender a un
tercero de manera que lesione su dignidad, menoscabando su fama o atentando contra la
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propia estima. Se castiga con multa de tres a siete meses y de seis a catorce si se realiza
con publicidad.
- Delitos de descubrimiento y revelación de secretos: se castiga con la pena de prisión
de tres meses a un año o multa de seis a doce meses el que, sin autorización de la
persona afectada, difunda, revele o ceda a terceros imágenes o grabaciones
audiovisuales de aquélla que hubiera obtenido con su anuencia en un domicilio o en
cualquier lugar fuera del alcance de la mirada de terceros, cuando la divulgación
menoscabe gravemente la intimidad personal de esa persona. Pena que se impondrá en
su mitad superior cuando la víctima fuera menor de edad o una persona con
discapacidad necesitada de especial protección o los hechos se hubieran cometido con
una finalidad lucrativa (sexting).
- Delito de inducción al suicidio: artículo 143.1 del CP: castigado con pena de prisión de
cuatro a ocho años.
- Delito de agresiones y abusos sexuales y embaucamiento sexual a menores:
(artículo 178 y 183 del CP, respectivamente). Merece hacer mención especial a la
modificación introducida con la reforma del Código Penal en el artículo 183 bis, que
establece que: “1. El que a través de internet, del teléfono o de cualquier otra tecnología de
la información y la comunicación contacte con un menor de dieciséis años y proponga
concertar un encuentro con el mismo a fin de cometer cualquiera de los delitos descritos en
los artículos 183 y 189 (abusos y agresiones sexuales a menores de 16 años), siempre que tal
propuesta se acompañe de actos materiales encaminados al acercamiento, será castigado
con la pena de uno a tres años de prisión o multa de doce a veinticuatro meses, sin perjuicio
de las penas correspondientes a los delitos en su caso cometidos. Las penas se impondrán en
su mitad superior cuando el acercamiento se obtenga mediante coacción, intimidación o
engaño. 2. El que a través de internet, del teléfono o de cualquier otra tecnología de la
información y la comunicación contacte con un menor de dieciséis años y realice actos
dirigidos a embaucarle para que le facilite material pornográfico o le muestre imágenes
pornográficas en las que se represente o aparezca un menor, será castigado con una pena de
prisión de seis meses a dos años”.

En estas conductas son relevantes las modificaciones del Código Penal que se han
llevado a cabo por la Ley Orgánica 1/2015, de 30 de marzo, elevando la edad del
consentimiento sexual de 13 a 16 años.

Responsabilidad penal para el acosador

- Menor de 14: a los menores de 14 años no se les va a exigir responsabilidad penal por
los posibles delitos que cometan, son inimputables, pero ello no excluye que puedan
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producirse otras consecuencias, por ejemplo, podrían dar lugar a la responsabilidad civil
de los padres o tutores por todos los perjuicios que se hayan podido causar a otras
personas. Si la denuncia llega al Ministerio Fiscal se remitirá testimonio de lo actuado a
la dirección del centro donde se produzcan los abusos para que se tomen medidas para
poner fin a los abusos y proteger a la víctima.
- Mayor de 14 pero menor de edad: se podrá exigir responsabilidad penal y civil
conforme al Código Penal, por proceso penal no ordinario. De 14 a 18 años los menores
tienen responsabilidad penal por la comisión de todos los delitos tipificados en el
Código Penal, en los términos establecidos en la Ley Orgánica 5/2000, de 12 de enero, de
responsabilidad penal de los menores, que establece las medidas que pueden
imponérseles por la comisión de delitos como amonestaciones, prestaciones en
beneficio de la comunidad, realización de tareas socioeducativas, permanencia en el
domicilio durante el fin de semana, el internamiento…, además de la responsabilidad
civil que pueda exigirse por daños y perjuicios causados y de la que responden
solidariamente sus padres y tutores.
- Mayor de 18: se podrá exigir responsabilidad penal y civil conforme al Código Penal,
por proceso penal ordinario, regulado en la Ley de Enjuiciamiento Criminal.

Responsabilidad civil

La culpa no será únicamente del acosador, y se podrán exigir responsabilidades por acción o
negligencia (culpa in vigilando).

- De los profesores: si no han adoptado medidas para evitar, paliar o erradicar la


situación de acoso (artículo 1903 del Código Civil).
- De los padres: como tutores legales y por tanto responsables de los actos ilícitos de sus
hijos (artículo 1903 del Código Civil).

Responsabilidad administrativa

La Administración, como responsable de los centros educativos públicos, puede ser considerada
responsable de los daños y perjuicios causados por la situación de acoso.

Como vemos, las consecuencias de un uso inadecuado o inconsciente de la información


personal en internet por los menores pueden llegar a ser extremadamente graves, por lo que se
requiere que se les eduque en un uso sostenible de los servicios que ofrece internet, haciéndoles
ver, sin alarmarlos, que pueden acabar cometiendo un delito, las consecuencias que ocasiona en
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las víctimas, y las responsabilidades que se pueden derivar para ellos, así como para sus padres y
tutores.

Del mismo modo es importante sensibilizarlos de que pueden llegar a ser ellos las víctimas de
los delitos si no son cuidadosos con la información personal que transmiten. Podéis echar un
vistazo a la última Campaña en contra del acoso realizada en nuestro país.

Cyberbullying
Según Quicios (2007, 2009) el cyberbullying y el ciberacoso mantienen una misma definición:
“hostigar, molestar, intimidar o amenazar a personas o entidades usando medios informáticos”.
La diferencia es que el cyberbullying se produce entre menores y en el ciberacoso participa al
menos un adulto en uno de los extremos.

Según la encuesta realizada por Save the Children en 2019 a 400 jóvenes de toda España, más de
las tres cuartas partes de los encuestados han sufrido violencia online durante su infancia. El
47%, incluso más de un tipo. Los tipos más habituales en España fueron el ciberacoso con un
40%, una práctica que sufrieron por primera vez entre los 8 y los 9 años, y que afecta en mayor
medida a las niñas que a los niños. Mientras la mayoría fue por parte de un amigo o compañero
del colegio, en casi el 16% de los casos se trató de una persona desconocida.

Por tanto, el cyberbullying es el uso de los medios telemáticos (Internet, telefonía móvil y
videojuegos online principalmente) para ejercer el acoso psicológico entre iguales. Contiene
tres elementos en la acción violenta:

● Intencionalidad.
● Repetición sistemática.
● Indefensión de la víctima.

¿Por qué es especialmente grave el cyberbullying respecto al bullying?


La dificultad del menor para comprender la importancia del significado de respeto a uno mismo,
respeto al otro, privacidad, información sensible, etc., provoca que el menor realice actividades
en internet sin poder valorar a priori el alto riesgo que conlleva para uno mismo y para los
demás. Como hemos comentado tantas veces hasta ahora, hace falta una educación específica
en TICs.

Por su parte, el acoso online tiene un efecto desinhibidor del comportamiento. La facilidad para
el anonimato otorga una gran sensación de poder sobre la víctima, y la no percepción directa e
inmediata del daño causado por la propia distancia física que otorga la red, anulando la empatía
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y las restricciones sociales habituales del contacto cara a cara, son dos de las características más
definitorias del acoso online.

Además, el hecho de que sea una actividad más privada, más oculta, sobre todo a los ojos de los
adultos cercanos (los acosadores por miedo al castigo y las víctimas por miedo, vergüenza o por
pensar que podrán gestionarlo por ellos mismos), dificulta enormemente su detección y
actuación.

Otra característica distintiva con el bullying es que el acoso continúa fuera del horario escolar,
también en el momento de ocio, con las redes sociales, a través del e-mail o el WhatsApp. Es un
acoso que es más sistemático y estable, sencillo, anónimo, y percibido como menos peligroso.

En el cyberbullying la sensación de acoso es constante. Lo que en el bullying tradicional se


puede solucionar con un cambio de colegio en su versión cibernética puede perseguir a la
víctima en tiempo y espacio indefinidos. La inseguridad y angustia es constante, sobre todo
cuando se trata de videos o fotos comprometidas.

Respecto al control de contenidos compartidos en redes sociales y aplicaciones de mensajería,


una vez publicados, los contenidos se hacen incon­trolables, imposibilitando a la víctima tener
conocimiento acerca de quién lo ha podido ver o quién tiene copias del mismo, y desconocer si
el evento se ha detenido o no se volverá a repetir. Pero no sólo se hace incontrolable para la
víctima, también para el acosador, o simplemente para el que inicia “la cadena”.

Aunque es frecuente que el cyberbullying sea una consecuencia de un acoso previo en la vida
real, cada vez se dan más casos de acoso únicamente cibernético sin paralelismo en un espacio
físico.

Lo más preocupante y la diferencia principal entre el acoso cara a cara y el acoso ejercido a
través de internet, es que en este último está descrito un mayor riesgo de que la víctima sufra
depresión grave y suicidio.

¿Cómo se manifiesta el cyberbullying?


Puede ir desde el envío de mensajes privados, a un post que se hace público en las redes
sociales, e incluso hasta la usurpación de la identidad, también en casos en los que la víctima no
está en las redes sociales, pero se utiliza su imagen o su nombre.

Situaciones:
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● Colgar en Internet una imagen comprometida (real o efectuada mediante fotomontajes)


datos delicados, cosas que pueden perjudicar o avergonzar a la víctima y darlo a conocer
en su entorno de relaciones. Ej: foto borracho para humillar.
● Dar de alta, con foto incluida, a la víctima en un web donde se trata de votar a la persona
más fea, a la menos inteligente… y cargarle de puntos o votos para que aparezca en los
primeros lugares. Ej: se coge la imagen de una persona para humillarla públicamente.
● Crear un perfil o espacio falso en nombre de la víctima, en redes sociales o foros, donde
se escriban a modo de confesiones en primera persona determinados acontecimientos
personales, demandas explícitas de contactos sexuales… Ej: usurpación de identidad
para atormentar.
● Dando de alta la dirección de correo electrónico en determinados sitios para que luego
sea víctima de spam, de contactos con desconocidos… Ej: usurpación de datos
personales para hostigar.
● Usurpar su clave de correo electrónico para, además de cambiarla de forma que su
legítimo propietario no lo pueda consultar, leer los mensajes que a su buzón le llegan
violando su intimidad. Ej: usurpación de datos personales para amenazar.
● Provocar a la víctima en servicios web que cuentan con una persona responsable de
vigilar o moderar lo que allí pasa (chats, juegos online, comunidades virtuales…) para
conseguir una reacción violenta que, una vez denunciada o evidenciada, le suponga la
exclusión de quien realmente venía siendo la víctima. Ej: trolear para atormentar y
molestar a la víctima.
● Hacer circular rumores en los cuales a la víctima se le suponga un comportamiento
reprochable, ofensivo o desleal, de forma que sean otros quienes, sin poner en duda lo
que leen, ejerzan sus propias formas de represalia o acoso, conocido como Gossiping. Al
final del tema, como anexo, veremos algo más de este fenómeno. Ej: mentir para
humillar.
● Enviar mensajes amenazantes por e-mail o SMS, perseguir y acechar a la víctima en los
lugares de Internet en los se relaciona de manera habitual provocando una sensación de
completo agobio. Ej. para amenazar a la víctima.

Fuente

Perfiles participantes
El acosador

La gran mayoría de los que hacen cyberbullying tienen entre 10 y 18 años. Utilizan el rechazo y
el ataque público hacia otros para intentar reafirmarse, controlando o machacando a otros
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menores. Buscan tener siempre el control de la situación ejerciendo poder sobre la víctima. La
falta de empatía hacia la víctima es clara y manifiesta. No es necesario que posean fuerza física
intimidante, la capacidad de manipular situaciones sociales, organizar grupos que apoyen sus
conductas y utilizar medios indirectos para agredir son suficientes para generar situaciones de
acoso.

La mayor parte de los acosadores dice no ser consciente del daño que infligen, que califican de
"broma". Hasta que no ven los efectos que provocan en las víctimas, no se percatan. Suelen
pertenecer a comunidades virtuales y poseen un buen manejo de las nuevas tecnologías. Suelen
usar los blogs, las redes sociales, el correo electrónico y los sistemas de mensajería instantánea,
siendo la difusión de fotografías editadas uno de los métodos más empleados. Pueden dar la
cara o permanecer en el anonimato mientras realizan conductas violentas de acoso, amenaza,
aislamiento social y fomento de actividades delictivas.

Por otro lado, es sorprendente la cantidad de menores que, habiendo sido víctimas de
'cyberbullying', después son capaces de reproducirlo sobre otros compañeros y someterles a la
misma tortura.

En cualquier caso, establecer un perfil es de poca utilidad, y debemos evitar entrar en la


comparación con el típico “matón de clase”. Los acosadores en red responden a diversos perfiles
y motivaciones, y cualquiera podría ser acosador. Las TICS han proporcionado herramientas de
forma que alumnos que nunca se hubieran atrevido a hacerlo en la vida real lo hagan online,
amparados en esa sensación falsa de anonimato e impunidad.

El agresor

El menor que es agresor debe saber, en primer lugar, que lo es. Debe saber que, si ha participado
en la publicación de comentarios crueles o amenazantes, si ha enviado fotografías humillantes,
o si ha contribuido a cualquier otra actividad con el fin de hacer daño a otro compañero (por
ejemplo, crear perfiles falsos en redes sociales), entonces, ha hecho cyberbullying.

Debemos averiguar que le ha llevado a ese comportamiento. Puede ser la ignorancia (de la ley),
la falta de empatía (a nivel moral), falta de un juicio previo (le resulta gracioso, una broma y por
tanto no tiene importancia), o por una cuestión psicológica (falta de autoestima o necesidad de
reconocimiento o estatus).

En función del grado de acoso que cometa las medidas irán desde la formación en empatía y
gestión de emociones hasta la psicoterapia propiamente dicha.
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La víctima

Responden también a un perfil variado. Normalmente son elegidas por los acosadores debido a
que las perciben como débiles emocional y físicamente, que se sienten o son diferentes y
quienes no van a tener el apoyo de sus iguales, pues estos los han dejado de lado. Es decir, son
fácilmente identificables por aquellos que van a molestarlos.

El acoso escolar se suele producir en una etapa especialmente compleja, en la que se está
formando la personalidad, y estas experiencias pueden generar traumas de por vida.

Las secuelas más comunes ante un caso de cyberbullying son depresión, ansiedad y fobia social.
Las somatizaciones son habituales. En el futuro puede haber dificultad para relacionarse con la
gente.

La víctima no confía fácilmente su sufrimiento por:

● Vergüenza.
● No querer ser un chivato.
● No saber defenderse.

Artículo relacionado: estudio de la relación del cyberbullying con sintomatología depresiva,


abuso de sustancias y de Internet, durante la adolescencia

¿Cómo hablar con el menor que es víctima?

Ante un caso en que se es víctima de bullying suceden siempre una serie de comportamientos y
de cogniciones características que son altamente ineficaces. Debemos argumentar con el menor
para que abandone estos comportamientos y cogniciones y adopte otras más adaptativas.

Ineficaces Eficaces
● Parálisis ● Búsqueda y apoyo de iguales y adultos
● Dejar pasar el tiempo ● Aserción de respuestas
● Miedo ● Evitación de situaciones
● Confrontación virtual problemáticas
● Sumisión ● Bloqueo de las vías de comunicación
● Indiferencia ● Documentación del caso
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El abordaje que se haga con el menor debe ser desde el punto de vista emocional,
comprendiendo lo que le sucede, evitando culpabilizar y transmitiendo confianza. Debe saber
que son los adultos de alrededor los que pueden ayudarle a salir de la situación.

Los espectadores

Aquellos que no participan directamente, pero consienten (o incluso alientan la agresión,


pasando de espectador a reforzador). Normalmente el espectador tiene miedo de ser víctima,
por lo que salir en su defensa es un riesgo. Los juegos de poder cobran vital importancia y es
mejor consentir un abuso que intervenir, por las posibles consecuencias.

Por ejemplo, en el cyberbullying serían aquellos que ante un acoso vía Facebook o grupo de
WhatsApp leen la conversación, pero no defienden ni hacen nada para evitarla.

Los reforzadores

Tampoco participan directamente, pero apoyan, animan o ríen al acosador y sus actos. Son
cómplices del acoso.

En el caso del cyberbullying, y siguiendo el ejemplo anterior, serían los que dan un Me Gusta en
el Facebook, los que se ríen de la situación, etc.

El ayudante

Participa directamente, pero digamos que no lleva “la voz cantante” en la agresión. No la inicia,
sólo participa si el agresor la empieza. Son cómplices y participantes.

El grupo

Los mecanismos de grupo y la desindividualización que se produce en ellos, ampliamente


estudiados por Festinger, y que gracias a Olweus fueron llevados y demostrados en el bullying,
también se pueden producir en su versión cibernética.

Algunos de estos mecanismos son el contagio social (muchos lo hacen y no pasa nada, es
divertido), la debilitación del control y de las inhibiciones contra tendencias agresivas (muy
significativa en Internet, donde estamos más que acostumbrados a ver comportamientos
verbales agresivos), la división de la responsabilidad (si muchos lo hacen no es malo, y si lo
fuera somos tantos que la responsabilidad es repartida, y por tanto relativizada), la difusión de
la responsabilidad (por acción o inacción se permiten ciertos hechos que nunca se permitirían si
estuvieran solos) y los cambios graduales cognitivos en la percepción del acoso y de la víctima
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(si alguien es víctima continuamente y por varios agresores, la percepción de la víctima se lleva
a un plano en que es deshumanizado y que incluso “se lo merece”).

Todos estos mecanismos pueden contribuir a la comprensión y explicación del por qué ciertos
estudiantes que normalmente son agradables y no agresivos participan en acoso sin mayores
problemas.

Señales de alarma
El menor puede mostrar una sintomatología variada, viendo afectada su salud física y sobre
todo psicológica. Cómo lo más probable es que no verbalice lo que sucede, debemos estar
atentos a las manifestaciones comportamentales que se salgan de lo normativo, tales como:

En la vida familiar

● No quiere asistir al colegio, refiriendo que le duele algo (dolor de cabeza, dolor de
barriga, etc.), cuando lo que realmente siente es miedo y ansiedad por encontrarse con
su ciberacosador.
● Amanece cansado, porque no duerme bien. Refiere pesadillas.
● Enuresis. No controla los esfínteres.
● Cambios de humor sin ningún motivo aparente: irritabilidad, tristeza, llanto… Estos
cambios de humor suelen producirse tras una conexión a internet.
● Falta de comunicación más allá de la habitual en estas edades. Ante preguntas
relacionadas con su actividad en redes sociales se producen reacciones bruscas o
silencios significativos

En el ámbito escolar

● El rendimiento escolar ha bajado debido a la falta de atención y concentración.


● Acude con aspecto cansado a la escuela.
● Está taciturno, triste.
● Aislado de sus compañeros.

Aspectos legales
La única 'ventaja' del ciberacoso es que deja rastro, por ejemplo, mediante cookies, mediante la
dirección IP o a través de otros mecanismos. En el cyberbullying es preciso recopilar siempre esa
evidencia electrónica. Se puede hacer un pantallazo, imprimirlo o contactar con la red social
para que guarden esa información. Suele ocurrir que cuando el acosador sabe que está siendo
monitorizado cesa su agresión.
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Tal y como recoge la Asociación Nacional de Protección de datos en su Guía para Formadores
del año 2016: “cuando el menor es víctima de una situación de acoso es muy importante que no
elimine información. El registro de llamadas de un terminal móvil (incluyendo las llamadas con
número oculto), los mensajes de correo electrónico, SMS, MMS, etc., son evidencias que
facilitan información a los especialistas a la hora de identificar a un acosador y, en su caso,
perseguirlo. Es necesario concienciar al menor para que conserve toda la información que
permita acreditar ante las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad los hechos que causan daño al menor.
Los mensajes o cualquier evidencia que pueda ayudar a identificar al causante de un delito se
deben conservar tal y como fueron recibidos. Así mismo, el reenvío de los mensajes o las copias
de los mismos puede suponer la pérdida de valiosa información para la identificación del
acosador, lo que dificultará la labor de los investigadores al realizar análisis de las posibles
pruebas o evidencias que acrediten una situación de acoso”.

Otros fenómenos relacionados

Happy Slapping: fenómeno de grabación en dispositivos móviles de pequeños abusos (tales


como bofetadas, empujones), a compañeros de colegio para después colgarlo en redes sociales.

Este fenómeno es especialmente grave, principalmente por la trivialización de la violencia. Esta


se ejerce por diversión, se le resta importancia por ser pequeños abusos y se deshumaniza a la
víctima, pues esta es sólo un medio para llegar a un fin, que es la humillación pública, ya que
muchos de estos videos se alojan en páginas accesibles para cualquiera, o simplemente el video
se envía por aplicaciones de mensajería.

La difusión de la responsabilidad en este caso es otro tema importante. Tanto los que ejercen la
violencia directa, como los que son agentes pasivos en clase o en las redes son responsables por
acción y omisión.

Gossiping: hace referencia a la creación de foros y salas de chat sobre cotilleos y rumores del
colegio o instituto. Se pueden usar para injuriar o calumniar a compañeros de escuela. Aquí
vemos como un fenómeno de transmisión de rumores deriva en uno de cyberbullying.

Las denuncias por calumnias y acoso de alumnos y profesores se han contado por decenas y la
Generalitat de Cataluña ha activado un plan de información en escuelas y colegios
universitarios, para concienciar a los alumnos de la importancia del derecho al honor y la
intimidad frente a la libertad de expresión que permite la tecnología.

El fenómeno de transmisión de rumores tiene varias particularidades, veamoslas:


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● Normalmente es anónimo. En su funcionamiento son los administradores del sitio los


que publican los mensajes que les transmiten. Ello deriva en que ellos son los únicos que
saben quién escribe qué, y si publican mensajes de acoso dirigidos a otra persona son
cómplices del delito.
● Esto deriva también en una difusión de responsabilidad ilusoria en el que escribe el
mensaje acosador. Como al final los que deciden si se publica o no son otros, él no ha
hecho nada malo.
● La víctima además se sabe acosada, pero no por quién. Sabe que en su
clase/colegio/instituto están sus acosadores, pero no sabe quiénes son, lo que añade una
carga emocional aún más grande.
● A veces se empieza como un juego, fomentado por el anonimato y con un objetivo de
broma pesada. Caso real: se comenta en una de estas páginas que X persona tiene
hepatitis. El rumor se extiende rápidamente, lo que lleva al rechazo inmediato del
entorno hacia esta persona, que finalmente debe someterse a pruebas y llevar los
informes a clase.

Ciberacoso o Cyberstalking
Las formas más comunes en las que se realiza este acoso mediante las nuevas tecnologías son:
acusaciones falsas, seguimiento, amenazas, robo de identidad y destrucción o manipulación de
datos. También incluye la explotación de menores, ya sea sexual o de otro tipo. Acosador y
acosado son adultos, aunque los acosados también pueden ser menores.

Generalmente el cyberstalking no lo comete un extraño, sino alguien conocido. Puede tratarse


de un ex, un antiguo amigo o un desconocido. Es muy habitual que lo sufran las víctimas de
violencia doméstica. Puede manifestarse como acoso sexual, contacto inadecuado o,
simplemente, una forma de molesta atención a la vida personal y familiar del afectado.

Denunciar ante un acoso cibernético es fundamental, la policía cuenta con unidades


especializadas y el ciberacoso está tipificado como delito. Guardar una copia de todos los
mensajes o las imágenes online que puedan utilizarse como prueba, ya sea imprimiendo o con
pantallazos, son las pruebas que las autoridades necesitan. De hecho, enseñe a sus hijos cómo
utilizar la función "imprimir pantalla" u otras funciones del teclado para guardar capturas de
pantalla.
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Cyberbaiting
Consiste en provocar a los profesores, hasta que pierden el control, para luego grabar esas
reacciones en video y subirlas a la red, para humillarlos de esta manera. Es decir, algo similar al
cyberbullying, pero en lugar de ser otro menor el acosado, lo es el profesor o profesora. Se
burlan de algún defecto o característica física o de sus reacciones para después ridiculizarlos en
las redes sociales. Y esto son atentados al honor, o amenazas, o injurias, y todo ello está
tipificado en el código penal. Y a diferencia de otros tipos de acoso, en el que existe un aparente
anonimato, este comportamiento sucede siempre dentro del ámbito escolar, con lo que es más
fácil identificar y localizar a sus autores.

Os dejamos 2 links a sendos artículos del perito informático Pablo Duchement, estamos seguros
que os resultarán de utilidad:

Manual de reacción a las agresiones a profesores

Capturas a profesores en videoclases

Cyberbullying: medidas a tomar


Las medidas a tomar dependen siempre del momento del conflicto. En los tres primeros niveles
se realizan intervenciones preventivas, de formación a profesores, padres, y alumnos. Se trabaja
la empatía y la asertividad, la gestión de emociones y a aceptar las diferencias entre unos y
otros.

En los niveles intermedios (3 y 4) se pueden realizar programas de alumnos ayudantes,


estrategias de mediación escolar, de atribución de responsabilidades... y a nivel individual hay
programas de resolución de problemas, de mejora de la empatía…, o psicoterapia directamente.
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Nivel de conflicto Medidas

5 – Extremo (chantajes…) Se requiere intervención policial


Intervención psicológica en ambas partes
Medidas disciplinares y/o legales

3 – Manifiesto (burlas, amenazas…) Intervenciones directas

1 - Leve (pequeños malentendidos…) Intervenciones preventivas

La labor de prevención
La prevención en el uso de la tecnología es el principal argumento que padres y educadores
deben enseñar a los más jóvenes. Al igual que se recomienda conducir de manera defensiva,
manejarse por la red debe ser lo mismo.

Las principales conductas que debemos enseñar son:

● Comunicación familiar adecuada: es en el hogar, con la familia, dónde se enseñan los


principales valores. Establecer niveles adecuados de comunicación con los hijos, de
forma horizontal, de forma que nosotros sepamos, y ellos sepan, de los deseos,
esperanzas, temores, objetivos, etc., que todos tenemos, no sólo ayuda al día a día en la
convivencia, sino también en los momentos y en los temas “complicados” que aparecen
en el desarrollo normativo de cualquier menor. Los niveles adecuados de comunicación
no se pueden crear cuando se les necesita, sino que deben estar consolidados para
cuando se les necesite. El problema principal es la dificultad de crear esta comunicación,
por lo que las familias no suelen ser eficaces en labores preventivas.
● Enseñanza en valores: que los más jóvenes sepan manejarse a nivel emocional,
sabiendo reconocer sus emociones y las de los demás es uno de los principales
aprendizajes para un desarrollo social exitoso. La capacidad de empatizar, el tener una
sensibilidad desarrollada, sirve entre otras muchas cosas para tener espíritu crítico, para
saber lo que es adecuado y lo que no, y por tanto para saber cuándo una situación es
injusta para alguien.
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● Hacer de la mediación y del modelo restaurativo el eje de resolución de conflictos:


enseñando que el ojo por ojo no tiene cabida en la sociedad organizada y civilizada.
Resulta fundamental que familia y escuela vayan en esta dirección y con los mismos
objetivos de resolución.

¿Y respecto a la tecnología?

● Educar en el funcionamiento técnico, en los peligros presentes y posibles, establecer


normas de uso, adecuar las edades a la tecnología (la tecnología debe adaptarse al niño,
no al revés), y enseñar, no sólo el concepto y uso de la justicia restaurativa, sino también
que hay consecuencias por un uso inadecuado en forma de castigos y sanciones, tanto
legales, como familiares y escolares.

El centro educativo
Desde el centro educativo es desde dónde se deben tomar las medidas pertinentes tanto en
materia preventiva como de actuación ante un caso de cyberbullying.

En la Comunidad Valenciana existe el PROTOCOLO ORDEN 62/2014, de 28 de julio , en el que se


especifican las acciones a tomar y se facilita una plantilla para tomar la información.

Por nuestra parte, y aunque consideramos útil el protocolo ofrecido por la CV, vamos a tratar de
ahondar en algunas cuestiones para enriquecer este o cualquier otro protocolo, de forma que los
educadores podáis tener todas las herramientas e información disponibles.

Volviendo a la prevención desde el centro educativo, nos gustaría destacar algunas medidas de
aplicación propuestas por el profesor José María Avilés para casos de cyberbullying y grooming,
siendo estas medidas técnicas, físicas y educativas de prevención contra el abuso.

Las relacionadas con la autoafirmación conllevan:

● En el alumnado: que aprenda a responder asertivamente ante el abuso.


● En la comunidad educativa (familias y profesorado): que lo haga mediante la
visualización de medidas como la «Declaración antibullying en la comunidad educativa»
o los protocolos de actuación previstos para cuando esto suceda.
18

Las organizativas implican:

● Organizar el centro escolar contra el cyberbullying, creando un grupo de personas


estables que trabajen contra el acoso.
● Contando entre el profesorado con conocedores que canalicen y faciliten la información
y el funcionamiento técnico de mecanismos y dispositivos.
● Disponer de sistemas anónimos y seguros de comunicación de los casos.
● Contar con estructuras estables entre el alumnado que se ocupe de ayudar en esos casos.

Las de inserción curricular pasan por:

● Hablar, tratar, escenificar y debatir la naturaleza, riesgos, gestión y consecuencias de


estos casos en el transcurso escolar, en las clases, entre alumnado y profesorado.
● Adoptar metodologías como el análisis de casos, el roleplay, las técnicas narrativas,
como medios que faciliten esa inserción en el currículum del alumnado por parte del
profesorado en sus clases.

Las que tienen que ver con la gestión adecuada de los casos conllevan:

● Protocolos previamente establecidos y coordinados en la comunidad educativa entre los


centros y las familias.
● Información y formación al profesorado, familias y alumnado de una correcta gestión de
las emociones en el espacio virtual.
● La adopción de códigos online correctos y hábitos de buenas prácticas.
● Entrenamiento en practicar la coherencia con ejercicios de paralelismo entre las
actuaciones de la vida virtual y las de la vida real (trasladar a la vida virtual consejos de
la vida real como el «no hables con extraños»).
● Pautas educativas de reacción, el qué hacer y qué no hacer cuando esto pueda suceder,
tanto por parte del alumnado como de sus familias.
● Desconfiar de las habilidades e iniciativas personales para manejar esas situaciones.
● Búsqueda de ayuda en los adultos y/o en los iguales capacitados o dispuestos a ello para
ayudar a gestionar estos casos.
● Mejorar el conocimiento por parte del personal sanitario y del pediatra particularmente
para que sean capaces de realizar un diagnóstico precoz. Ante síntomas psicosomáticos
sin causa aparente siempre debe ser interrogado el menor sobre situaciones de acoso
que ha podido padecer en internet o en el centro escolar.
19

Las que se refieren a la evitación del riesgo tienen que ver con minimizar los intentos
de abuso y evitar las situaciones de riesgo. En este sentido:

● Implementar acciones que dificulten que a los menores lleguen personas con esas
intenciones, que pasan por educar al menor en lo que tiene que ver con la gestión de la
comunicación, de sus datos personales, imagen e intimidad; que sepa reaccionar (qué no
hacer) y a quién acudir cuando hay una sospecha de que eso pudiera estar pasando.
● Que conozca los riesgos de las prácticas adictivas online y de la filiación a comunidades
de riesgo (anorexia, suicidio).
● Utilizar mecanismos físicos y técnicos en la red y en los aparatos para dificultar el acceso
fácil al menor.
● Identificar y perseguir a las personas que buscan estas situaciones (grooming).

Las que tienen que ver con la búsqueda de ayuda pasan por:

● La elaboración de una red en la comunidad escolar que haga tareas preventivas contra el
cyberbullying, fomentando cibermentores o equipos de ayuda entre el propio alumnado.
● Constitución de escuelas de familias y reuniones de familias que aborden estos temas.
● Asesoramiento en instancias superiores o de fuera de la escuela.
● Apoyo logístico y asesoramiento técnico en los casos que lo requieran.

Fuente: Guía del Ciberacoso de Inteco

Links de interés:

PDA Bullying

Grooming
El grooming son conductas y acciones deliberadamente emprendidas por un adulto a través de
la red (redes sociales, chats, foros, blogs, …), mediante un perfil falso (edad, nombre, sexo…
ficticios), con el objetivo de ganarse la amistad de un menor de edad, con el fin de disminuir las
inhibiciones del niño y poder abusar sexualmente de él o buscar la introducción del menor al
mundo de la prostitución infantil.

Los adultos que realizan esta práctica, llamados groomers, se hacen pasar por menores para
poder contactar con ellos, ganarse su confianza, y lograr que le envíen fotos o vídeos
comprometidos: con desnudos o actitudes sexuales explícitas, con las que luego chantajeará
20

online a la víctima para conseguir un abuso en la realidad. El groomer se convertirá en


pederasta cuando consiga abusar sexualmente del menor.

El adulto se presenta como alguien amable e interesante, y engaña a la víctima haciéndole creer
que tiene los mismos gustos e inquietudes.

Después intentará distanciar al menor de sus padres y amigos mediante críticas o mentiras.
También realizará halagos continuos, incluso regalos para crear la situación de deuda con el
menor y empezar a realizar peticiones.

El grooming es un proceso que comúnmente puede durar semanas o incluso meses, variando el
tiempo según la víctima. En estas semanas o meses el groomer se va ganando la confianza del
menor antes de comenzar a introducirse en la temática sexual de una manera más evidente.
Cuanto más dure el proceso normalmente el peligro es mayor ya que el/la menor habrá bajado
ya en buena medida sus defensas y lo considerará un amigo (o amiga) más.

Fases:
1. El adulto procede a elaborar lazos emocionales (de amistad) con el menor. Tratará de
conocer sus gustos, preferencias y crear una relación con el objeto de alcanzar la
confianza del posible afectado En algunos casos, a través de internet pueden simular ser
otro niño o niñas.
2. La fase de formación de una amistad incluye con frecuencia confesiones personales e
íntimas entre el menor y el acosador. De esta forma se consolida la confianza obtenida
del menor y se profundiza en información sobre su vida, sus gustos y sus costumbres.
3. El adulto va obteniendo datos personales y de contacto del menor.
4. Utilizando tácticas como la seducción, la provocación, el envío de imágenes de
contenido pornográfico, consigue finalmente que el menor se desnude o realice actos de
naturaleza sexual. (En ocasiones hay una fase previa en la que se obtienen fotos
comprometidas con las que realiza el chantaje para obtener más fotos o trasmisión de
tocamientos en directo).
5. Entonces se inicia el acoso, amenazando con difundir esta información a través de
diferentes medios (plataformas de intercambio de vídeos, redes sociales, etc.) y/o
enviarla a los contactos personales del menor, chantajeando a la víctima para obtener
cada vez más material pornográfico o tener un encuentro físico con el menor para abusar
sexualmente de él.

Ejemplo
21

Cómo detectarlo
En general el menor cuando está siendo víctima de un caso de grooming no informa a los padres
o educadores, principalmente por vergüenza y por pensar que si accede una última vez a las
pretensiones del acosador, éste cesará en su comportamiento.

Por tanto, estar atento al menor y a los pequeños comportamientos que se salgan de lo habitual
puede ayudarnos a detectar si el menor está sufriendo este problema.

Cambios en los hábitos en relación a diferentes ámbitos:

● En el uso de dispositivos o de Internet.


● En la asistencia a clase, por ejemplo, ausencias pobremente justificadas.
● Abandono o ausencia en actividades hasta ese momento preferidas.
● Altibajos en los tiempos de estudio y en el rendimiento del trabajo escolar.
● Variaciones en las actividades de ocio habituales.
● Modificación de los hábitos alimenticios.
● Disminución de la capacidad de concentración y de su mantenimiento.
● Ocultamiento especial cuando se comunica por Internet o teléfono móvil.

Cambios en el estado de ánimo

● Cambios de humor.
● Momentos de tristeza, apatía o indiferencia. Inusuales actitudes de relajación y tensión,
incluso de reacción agresiva.
● Explosiones momentáneas de agresividad.

Cambios en sus relaciones

● Cambios extraños en el grupo de personas con las que se relaciona y/o repentina
pobreza, ausencia de amistades y de relaciones sociales.
● Falta de defensa o exagerada reacción ante supuestas bromas u observaciones públicas.
Estos comentarios pueden parecer inocuos a ojos de los adultos, pero contar con otros
significados para el menor.
● Miedo u oposición a salir de casa.
22

● Excesivas reservas en la comunicación.


● Cambios en sus grupos de amigos, en ocasiones cambios radicales.
● Variaciones en la relación con los adultos, en cuanto a su frecuencia y la dependencia de
ellos.
● Variabilidad de los grupos y personas que tiene como referentes o modelos a seguir e
imitar.

Cambios y síntomas físicos y psicosomáticos

● Modificaciones en su lenguaje corporal ante la presencia de determinadas personas:


hombros encorvados, cabeza gacha, falta de contacto en los ojos, rechazo de la presencia
pública, etc.
● En la ocupación de espacios escolares: cercanía a adultos, miedo a los recreos, ocupación
de rincones, paredes y espacios protegidos y controlables visualmente, etc.
● Manifestaciones de enfermedad o dolencias frecuentes.
● Lesiones físicas frecuentes sin explicación razonable. También debe considerarse la
pérdida y/o deterioro de pertenencias físicas.
● Mareos frecuentes con síntomas no comunes.
● Dolores de cabeza o de estómago que no ocasionan despertares nocturnos pero que
impiden realizar actividades normales como el ir al colegio.
● Diarreas frecuentes sin ir acompañadas de vómitos o fiebres.

Fuente: Guía S.O.S contra el Grooming de INTECO

Protocolo de actuación
Una vez detectado el caso de grooming, caben tres formas de poner en conocimiento de las
autoridades la situación ocurrida.

La primera y más importante es denunciar ante los organismos pertinentes. Se puede denunciar
ante tres instancias:

● Policía (Brigada de Investigación Tecnológica) / Guardia Civil (Grupo de Delitos


Telemáticos) / Policías Autonómicas: aunque la denuncia se tiene que hacer de forma
presencial, se puede acudir con el formulario de denuncia cumplimentado:
● Juzgado de Guardia
● Fiscalía de Menores
23

En este sentido, destaca la importancia de aportar, si es posible en el mismo momento de la


denuncia, pruebas del acoso, por ejemplo, en forma de conversaciones grabadas o capturas de
pantalla de los mensajes que se hayan recibido.

En el caso de los menores, la denuncia formal la tienen que interponer en su nombre las
personas legitimadas para ello, que son los padres, los representantes legales del menor o el
Ministerio Fiscal en caso de ser alertado por otras personas (incluido el menor). Así, en el caso
de que un profesor u otra persona llegase a detectar una situación de estas características
debería ponerse en contacto con los padres o responsables del menor para que actúen en
consecuencia, o en caso de ser necesario informar a las autoridades

La segunda, poner en contacto de la Policía, Guardia Civil o policías autonómicas, a través de


unos formularios online, los hechos ocurridos. Es una buena forma de mantener el anonimato,
ya que no se tiene que aportar ninguna prueba de identidad, aunque se recomienda al menos
dejar una dirección de e-mail.

Y la tercera, acudir a ONG´s o instituciones dedicadas a la lucha del ciberacoso o a la protección


del menor online. Al igual que la segunda opción, estos no son vías de denuncia formal, sino
más bien de facilitación de información.

El menor está en una situación en que la vergüenza, el miedo y el arrepentimiento son


sentimientos preponderantes, por lo que evitar culpabilizar y que sienta el apoyo de los adultos
es clave para evitar un trastorno psicológico. Ya habrá tiempo de analizar qué ha sucedido y por
qué.

Algunos consejos para evitar y actuar en estos casos

● Prevenir: evitar que el groomer obtenga el elemento de fuerza con el que iniciar el
chantaje. No proporcionar imágenes o informaciones comprometedoras a nadie ni situar
las mismas accesibles a terceros. Se ha de pensar que algo sin importancia en un
determinado ámbito o momento puede cobrar en otro contexto. Mantener una actitud
proactiva respecto a la privacidad.
● Actuar: cuando se comienzan a recibir amenazas e intimidaciones, o cuando se
descubre que un adulto está manteniendo contacto con un menor con fines sexuales.
○ No ceder al chantaje en ningún caso puesto que ello supone aumentar la posición
de fuerza del chantajista dotándolo de un mayor número de elementos como
pueden ser nuevas imágenes o vídeos eróticos o pornográficos.
24

○ Pedir ayuda. Se trata de una situación nueva y delicada que conlleva gran estrés
emocional. Contar con el apoyo de una persona adulta de confianza es
fundamental.
○ Mantener la cabeza fría. No perder el control. Olvidar “broncas” y proteger.
Guardar todas las pruebas. Y denunciar.
○ Limitar las posibilidades del groomer. Cambiar contraseñas y buscar malware.
Aumentar la configuración de privacidad. Limitar el uso de la red social, juego, o
plataforma a través de la cual se ha producido el acoso.
● Intervenir: a la hora de la intervención se abren varias formas de actuación. Se debe ser
cuidadoso en este momento, pues de nuestra actuación se pueden derivar varias
consecuencias legales, tanto para el supuesto acosador como para nosotros.

Hay que aclarar que no hacer nada y dejar correr la situación, pensando que terminará, es una
mala opción. Las situaciones de acecho sexual rara vez terminan por sí mismas, siendo habitual
la reincidencia en el acoso incluso en momentos muy distantes en el tiempo. Además, las
consecuencias para el menor afectado serán incluso mayores.

Como padres o educadores nuestro conocimiento sobre el funcionamiento legal puede no ser
todo lo exhaustivo que requiere la situación. A lo largo de Internet, libros, guías, opiniones de
expertos, noticias, etc…, hay opiniones que van desde interponer la denuncia como primera
opción hasta la labor “detectivesca” para reunir pruebas, identificar, etc.

Creemos que poner en conocimiento de las autoridades es el primer paso y más importante, así
como la búsqueda y recopilación de pruebas para apoyar nuestra denuncia. Es posible que en
nuestro intento de ir más allá de esto incurramos en ilegalidades que permitan al acosador salir
indemne.

Todos hemos visto noticias en que alguno de los progenitores se hace pasar por un menor para
identificar al acosador de su hijo/a y luego se interpone la denuncia. Aunque cada caso es
diferente y la manera de abordarlo también, debemos ser cuidadosos. En nuestro intento de
ayudar y proteger, podemos estar incurriendo en una ilegalidad o permitiendo que el acosador
“escape”. Recopilar y denunciar creemos que es la mejor manera de actuar.

La prevención del cyberbullying y el grooming en las instituciones


Es fundamental hacer charlas, talleres y todo tipo de actividades orientadas a informar sobre el
problema y a ofrecer soluciones. Cuanta más información tengamos como padres y profesores
más conscientes podremos ser de los factores que generan el problema y podremos actuar antes
25

de tiempo. Así como los menores, que cuanto más conscientes sean del problema y de la
posibilidad de sufrirlo podrán prevenir o intervenir en caso de que lo estén sufriendo.

Colegios

● El Plan director: para solicitar ayuda se puede acudir a las delegaciones de Participación
Ciudadana de la Policía o a través del correo seguridadescolar@policia.es
● Prevención: en los centro educativos se debería dialogar con los niños, niñas y
adolescentes sobre cómo usan Internet, qué les interesa, sus experiencias, darles otros
puntos de vista y debatirlos con ellos. Sería muy útil familiarizarse con las nuevas
tecnologías y los programas de comunicación que los chicos utilizan y prevenir a los
menores de edad acerca de la veracidad de los contenidos de Internet. Enseñar al menor
de edad a que no revele información personal.
○ A la hora de educar a los menores en el uso de Internet, es importante tener en
cuenta que esta labor debe estar integrada como una parte más de su educación y
asumirlo como un aspecto más de su vida. Por lo tanto, al “mirar antes de cruzar”
se debe añadir el “piensa antes de publicar” y aspectos como la importancia y la
trascendencia que puede tener la información que se publica, el concepto de
privacidad o el de respeto en la vida virtual al igual que en la real.
○ Concienciar a los niños, niñas y adolescentes que cuando “chatean” con personas
que no conocen (aunque sean supuestos “amigos de sus amigos”) no deben dar,
ni pedir, datos personales (dirección, teléfono, apellido, nombre de su escuela,
horarios) o cualquier información que puedan identificarlos. Informar sobre los
riesgos que pueden derivarse de chatear con desconocidos y de hacer citas reales
con extraños.
○ Alertar a los alumnos sobre los riesgos de enviar fotografías desnudos o con poca
ropa, pues se puede hacer un uso indeseado de la imagen de los niños/niñas y
adolescentes.
○ Prevenir de la información que publican en comunidades o redes sociales.

Precauciones en casa

● Es necesario estar informados y dispuestos siempre a aconsejar. Educar en el miedo


nunca es aconsejable, pero sí en los peligros existentes.
● Establecer normas de uso es vital en cuanto a horarios, apagar el móvil en el colegio o al
acostarse, etc.).
● Enseñar a los menores a no rellenar formularios que pidan datos personales. En caso de
que lo necesiten para acceder a algún contenido, antes deben comentárselo a los padres.
26

Igual que en el mundo no digital, no deben dar datos personales o íntimos a personas
desconocidas y deben saber cómo configurar la privacidad de los sitios que visitan.
● Hacer ver al menor que puede explicarnos si alguien le está haciendo sentir incómodo, o
si es víctima de algún tipo de acoso o intimidación, y que esto no tendrá una
consecuencia negativa para él.
● Mantener el ordenador actualizado. De la misma forma que hacemos un mantenimiento
de nuestro coche por seguridad, hacerlo de nuestros ordenadores.
● El niño debe entender que no hay que aceptar regalos de extraños. Las estafas son
comunes en Internet, deben evitar promociones, responder mensajes a cambio de
participar en sorteos, etc.
● Cuidado con las redes WIFI públicas.
● Tenemos que intentar que el niño entienda que las redes sociales (Facebook, Twitter,
Instagram, Tik-tok, …) son para mayores de 14 años, y sobre todo, que no son
imprescindibles.
● Tener el ordenador en un espacio común para toda la familia y tener interés por los
contenidos que visita el menor en cualquier dispositivo con conexión a internet.
● Además, es fundamental que los padres y educadores sepan cómo funciona Internet, las
aplicaciones o programas que hay disponibles, las formas de acceso, etc. De esta manera,
la orientación en la prevención y en la reacción ante los problemas que surjan será
mucho más efectiva.
● Partiendo de este punto, se les debe tener al día tanto de los riesgos que hay en el uso de
las nuevas tecnologías como de las formas de evitarlos mediante buenos hábitos,
herramientas y análisis de las páginas que visitan o archivos que descargan.

Sexting
Es el envío de fotos y/o vídeos (también texto), de contenido sexual o erótico, producidos por el
propio remitente y enviados voluntariamente a otras personas, normalmente a través de
aplicaciones de mensajería. Normalmente a personas conocidas, en las que se confía. Esto lleva
a no pensar en las posibles consecuencias, y la percepción del riesgo desaparece. Además, existe
una gran facilidad gracias a las nuevas tecnologías para enviar o recibir fotos de tipo sexual o
erótico. No se debe confundir el envío de vídeos de índole pornográfico con el término sexting.

Una vez subida una foto a internet es imposible mantener el control sobre ella, eliminarla
completamente o recuperarla. Recordemos el vídeo del módulo 1 “piensa antes de publicar”.
27

El término sexting implica dos variables importantes. Por un lado, implica voluntariedad (el
emisor envía el contenido sexual propio al receptor de manera voluntaria). Por otro lado,
principalmente a través de los medios de comunicación, también se usa el término para referirse
a la distribución ilícita del contenido.

La mayoría de los estudios definen dos tipos de actuaciones de sexting:

● Sexting activo: el/la menor se realiza fotos a sí mismo/a en posturas sexys, provocativas
o inapropiadas.
● Sexting pasivo: el/la menor recibe dichas fotos de personas de su entorno. Según Save
the Children, este tipo de sexting sin consentimiento afectó al 3,74% de los encuestados
en alguna ocasión, algunos de ellos en más de 6 ocasiones. Algo que sucedió en torno a
los 14 años, principalmente por parte del niño o niña con la que salían.

Hay que matizar que no todas las prácticas de sexting acaban generando consecuencias
negativas (siempre hablando de adultos). Es considerado por muchas personas como una forma
divertida de mantener una relación de pareja activa sexualmente. Sin embargo, aquellas
personas que practican sexting deben ser muy cuidadosas con lo que envían porque siempre
existe la posibilidad de que el contenido sexual del mensaje sea visto por personas que estén
fuera de la relación sentimental.

¿Por qué un menor se saca fotos eróticas?


Existen diversos motivos por los cuales un menor decide enviar fotografías de contenido erótico
a sus amigos, e incluso desconocidos. Veamos algunas:

● Falta de percepción de lo que es la identidad digital: nadie enseña el buen uso de


Internet. No hay una comprensión real del concepto de privacidad, de la protección de
datos, de las consecuencias de los actos en Internet.
● Ingenuidad propia de la edad: muchos adolescentes no miden el alcance de enviar ese
tipo de fotos, sólo cuando ya es tarde.
● Facilidad: WhatsApp o Snapchat. Ahora hay opciones que permiten enviar una imagen
que dure un tiempo límite en el terminal del receptor. Pero con una captura de pantalla
se salva esta limitación. Se crea una falsa sensación de seguridad.
● Confianza: se cree en la buena voluntad de la persona que recibe el mensaje. Aquí
siempre se hace el matiz de si son personas de confianza o no. Hay que inculcar que no
importa ese hecho, el que hoy es de confianza mañana puede no serlo. Y si aun así se
28

decide mandar la foto, no mostrar la cara ni nada que haga que se pueda reconocer a la
persona.
● Autoconfianza: el adolescente cree que puede resolver cualquier incidencia,
sobrevalorando su capacidad de respuesta ante cualquier amenaza, sobre todo si se
produce en un entorno tecnológico.
● Presión Social: la adolescencia es una etapa en la que es muy importante ser aceptado
por un grupo social determinado. “Si los demás lo hacen, yo también”. También el hecho
de coquetear, llamar la atención de la persona que le gusta, popularidad, etc., son
factores que incitan al sexting.
● Por compromiso: para muchos puede ser una señal de compromiso o confianza hacia
un amigo. Enseñar que el sexo o la sexualización de la conducta no es la moneda de pago
cuando hay un “compromiso” o deuda con alguien. Si fuera así, estaríamos colocando al
receptor del material en una situación de poder, más propia del chantaje.

Los destinatarios de las imágenes de sexting son principalmente personas del entorno
inmediato del menor, ya sea pareja, amigos, alguien que les atrae… También hay ocasiones en
que los destinatarios son desconocidos.

Aspectos legales
Las leyes españolas de pornografía infantil para adultos también son aplicables a adolescentes
de entre 12 y 18 años.

Artículo 197.7 CP:

“7. Será castigado con una pena de prisión de tres meses a un año o multa de seis a doce meses el
que, sin autorización de la persona afectada, difunda, revele o ceda a terceros imágenes o
grabaciones audiovisuales de aquélla que hubiera obtenido con su anuencia en un domicilio o en
cualquier otro lugar fuera del alcance de la mirada de terceros, cuando la divulgación menoscabe
gravemente la intimidad personal de esa persona.

La pena se impondrá en su mitad superior cuando los hechos hubieran sido cometidos por el cónyuge
o por persona que esté o haya estado unida a él por análoga relación de afectividad, aun sin
convivencia, la víctima fuera menor de edad o una persona con discapacidad necesitada de especial
protección, o los hechos se hubieran cometido con una finalidad lucrativa”.

El sexting, cuando implica de alguna manera a menores, puede causar muy diferentes
problemas con la ley, principalmente:

● La producción, posesión y distribución de pornografía infantil.


29

● Los delitos contra la intimidad por uso de datos personales o revelación de secretos.
● Y, en casos más específicos, delitos contra la libertad sexual y corrupción de menores.
● Prácticas de cyberbullying de las que se derivan, claro está, otro tipo de
responsabilidades legales.

En resumen:

● Desnudez de un menor, delito de pornografía infantil. No importa que estemos hablando


de dos menores que voluntariamente se han intercambiado material propio.
● No se puede tener nudes sin consentimiento de su protagonista.
● No se puede difundir, publicar o compartir, sin consentimiento de su protagonista,
nudes que hayan sido facilitados por terceros.
● No se puede difundir, publicar o compartir a destinatarios secundarios, sin
consentimiento de su protagonista, nudes que hayan sido facilitados por la misma
persona que los protagonice, incluso aunque la tenencia por parte del destinatario
inicial haya sido conocida y consentida.
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https://twitter.com/PDuchement?s=20&t=CoVCRo6CkEtAII6wxEw3Uw
31

¿Se debe evitar su práctica o se deben prevenir sus riesgos?


Aconsejar ante los riesgos para prevenirlos es seguramente el medio más eficaz; primero porque
reducimos la posibilidad de que se produzcan los peores escenarios, y segundo, porque puede
llevar a no incurrir en su práctica.

El adolescente debe tener claro, y ello se consigue con una educación en nuevas tecnologías,
que todo lo que se publica, se envía o se comparte escapa a su control. A partir de ahí, depende
del destinatario o destinatarios, y no siempre.

● Enseñar a que eviten mandar material propio: primero por los riesgos que conlleva y
segundo como una muestra de respeto por su cuerpo y sobre todo por su intimidad.
Aclarar que es un juego que puede salir caro, se otorga PODER a otra persona sobre
nuestra intimidad. Confiar en la palabra de alguien no es suficiente (las palabras se las
lleva el viento, las imágenes permanecen). Y en el peor de los casos, si se decide enviar
una imagen, que no se vea la cara ni nada que pueda hacer que se le reconozca. PENSAR
ANTES DE ENVIAR.
● Enseñar a no difundir el material que les hayan enviado: recibir una imagen de
alguien no te da derecho a distribuirla ni compartirla. Hay motivos éticos y legales para
no hacerlo.
● Enseñar a no ser cómplices: recibir y reenviar material de terceras personas te
convierte en cómplice. Si promueves estas prácticas con tus acciones, risas u omisiones,
también eres responsable. Si callas, tu silencio ayuda a los acosadores y hace más daño a
la víctima. Si recibes algo en tu teléfono, bórralo. Te evitarás problemas y estarás
haciendo lo correcto.

A los adolescentes también se les debe aclarar que el uso, manipulación y distribución de
material pornográfico de menores de edad es un delito y puede tener graves consecuencias
legales. Desnudez y minoría de edad, delito de pornografía infantil. La pornografía infantil es un
delito cuando se crea, se posee o se distribuye.

Para los padres y educadores: si un menor ha enviado una foto íntima y esta ha empezado a
distribuirse, denunciar es el paso para intentar parar la cadena. Cuanto más tiempo pase más
difícil será retirar la imagen de internet.

Sexting e igualdad de género


Si ponemos en perspectiva todos los fenómenos descritos en las últimas páginas, observamos
que es la figura de la mujer la protagonista y mayor perjudicada. Hemos visto su rol en el mundo
32

de la pornografía, tanto en los contenidos legales, como en los ilegales (porno-venganza,


¿alguien ha visto alguna vez una web de este tipo con hombres?), así como en el sexting, donde
siempre es la mujer la que sufre el estigma si sus fotos son puestas a libre disposición en la red.

Lo preocupante es la normalización de este tipo de actos, donde hombres y también mujeres


participan. Se lucha por una igualdad de género que al menos en la red, y principalmente en el
tema sexual, no existe.

Ejemplos tenemos muchos, aquí en España tuvimos el caso de dos futbolistas que difundieron
un video de carácter sexual realizando un trío con una chica que NO consentía la difusión del
mismo. Lo primero que se hizo en la red, aparte de la masiva difusión del video, fue identificar a
la chica y compartir su identidad.

Otro ejemplo que nos gustaría destacar es el de la siguiente noticia, un caso flagrante de la
sociedad retrógrada en la que vivimos, con una ley que no funciona como debe y una sociedad
más pendiente del chiste fácil que de fomentar la empatía.

Redes Sociales
En este apartado vamos a hacer un pequeño análisis de algunas RRSS que, mal usadas, suponen
un peligro real para todos, menores o no. Es un buen momento para echar un vistazo a la tabla
de condiciones de uso de RRSS que presentamos en el módulo 1.

Aspectos legales
Podemos observar en la tabla que las RRSS establecen una edad mínima de uso de 14 años. ¿Qué
significa esto? En realidad algo sencillo: el menor es el gestor de su privacidad. Si cumple con
las condiciones de la plataforma, el contenido es válido. Esto quiere decir que aunque los
tutores legales no quisieran que ese contenido estuviera online, prevalece la voluntad del menor
(artículo 8.1 del reglamento General de Protección de Datos).

Caso diferente es el de los menores de 14. Si los padres quieren que se publique y los menores
de 14 años no, se publica con contadísimas excepciones (si entra en conflicto otros derechos,
como el derecho al honor del menor). Si los padres no quieren que se publique y los menores de
14 años sí, no se publica.

En España, por tanto, un menor de 14 años, no debería, legalmente, tener una cuenta en
ninguna red social. La importante cesión de datos personales que supone a la empresa (a la red
social) es lo que lo impide. Pero, bajo la responsabilidad y consentimiento de los tutores legales,
podrían tener cuentas de las que sean responsables y gestores legales estos últimos.
33

Suponemos que solo hace falta echar un vistazo a nuestro entorno para ver cuántos menores de
años tienen perfiles activos en redes sociales, sin control ni tutorización de ningún tipo.

Por último, y volviendo a la tabla, en la parte de abajo rezaba el siguiente texto: aunque la
propiedad de lo que se sube es del usuario, automáticamente al aceptar los términos y
condiciones en la creación de una cuenta, se otorga una licencia de uso mundial, gratuita, no
exclusiva, sublicenciable y transferible sobre todo el contenido subido, a la plataforma en
cuestión. Es diferente en el caso de que un usuario de la plataforma se otorgue la autoría de un
material que sea tuyo y se lucre por ello, siendo esto denunciable vía penal y reportable en la
plataforma en cuestión, pero sin responsabilidad alguna del uso fuera de ella.

Recordamos esto para aclarar un tema relativo a las fotografías publicadas en redes sociales y el
derecho a la propia imagen. ¿Son públicas mis fotos publicadas? No. ¿Aunque las tuviera en mi
perfil público? Tampoco. Ceder nuestras fotos a la plataforma que sea no es indicativo de que la
estemos cediendo a nadie más y mucho menos para un uso fuera de esas plataformas. Es decir,
las fotos publicadas en nuestras redes sociales no son públicas y no están a disposición de los
demás. Nadie puede utilizar/descargar/capturar y compartir por sus propios medios o re-subir a
la web imágenes de ti sin tu consentimiento previo.

En la sentencia número 91/2017 del Tribunal Supremo, la jurisprudencia dice:

“Que en la cuenta abierta en una red social en Internet, el titular del perfil haya subido una
fotografía suya que sea accesible al público en general, no autoriza a un tercero a reproducirla […]
sin el consentimiento del titular”.

Tenemos derechos sobre nuestra imagen, quizás no tanto como deberíamos pero más de lo que
pensamos.

Otra cuestión sería, por ejemplo, las conversaciones de WhatsApp. ¿Es legal hacer capturas de
pantalla y compartirlas? ¿Compartir audios? Dejamos este artículo para aclarar la cuestión,
pero, en resumen, si estás compartiendo esa información y estás exponiendo datos personales o
vulnerando el derecho al honor de la otra parte, puedes estar violando la ley.

Instagram
Cada vez hay más estudios que relacionan a Instagram con problemas de autoimagen y ansiedad
y depresión, y documentales que ponen de manifiesto la “mentira” que vemos publicada en
forma de vidas ideales.
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Instagram no es sólo esto, y hay espacio para todo tipo de contenidos, muchos de ellos útiles y
que responden a necesidades normales, pero no podemos omitir que puede suponer un riesgo si
entramos en un espiral de comparaciones, donde casi siempre saldremos perdiendo. Tenemos
que enseñar que hay una parte de ficción, que vemos lo que nos quieren enseñar, y no la
realidad. Si los jóvenes creen que lo que ven representa la realidad estricta (cuerpos perfectos,
dinero, seguidores, etc, etc…) vendrán los problemas que señalan los estudios mencionados.

Facebook
Durante este mes de septiembre, el Wall Street Journal ha estado publicando los llamados “The
Facebook Files”, revelando en ellos las malas prácticas de la red social durante estos años. Por
ejemplo, que usuarios de alto perfil (políticos, atletas, influencers), puedan saltarse las normas
de la red social evitando el proceso de moderación de contenidos habitual.

Pero lo más destacable, que además ha servido para que se le compare con la industria del
tabaco, ha sido el cambio de algoritmo que sucedió en 2018, que tenía como objetivo combatir la
bajada de interacciones de los usuarios, pero que el tiempo demostró que solo servía para
premiar el contenido polémico, generando odio y discusiones (lo que conlleva más
interacciones). Facebook se negó a volver a cambiar el algoritmo por miedo a que las
interacciones volvieran a bajar (de ahí la comparación con la industria del tabaco, el cáncer, y
cómo ocultaron esta información durante décadas).

Pero quizás lo más interesante, es que Facebook ha realizado estudios que revelan cómo
Instagram (recordemos que Facebook es dueña de Instagram) afecta a sus millones de usuarios,
sobre todo adolescentes, por los motivos que hemos revelado más arriba. De hecho, se estaba
desarrollando una aplicación llamada Instagram Kids, una versión para niños, que ha sido
cancelada a raíz de esta investigación. Facebook ha respondido con dos notas de prensa: link -
link.

TikTok
Probablemente la app más polémica, por ser realmente las más peligrosa. Nos cuesta encontrar
un motivo para justificar que un menor tenga cuenta activa. Consideramos que los riesgos
superan a los beneficios por mucho. Esto no quiere decir que no se pueda hacer un uso seguro,
pero requiere de un ejercicio activo de configuración de la app y sobre todo de una supervisión
exhaustiva por parte de los responsables del menor. ¿Por qué decimos esto?
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“Mantener a nuestra comunidad a salvo es nuestra mayor prioridad. Hemos llegado a un acuerdo
con el Garante (de la protección de datos) y desde hoy vamos a tomar medidas adicionales para
apoyar a nuestra comunidad en Italia. A partir del 9 de febrero, enviaremos de nuevo a cada usuario
de Italia nuestro ‘age gate proccess’ (proceso de control de edad), y solo los usuarios mayores de 13
años podrán seguir utilizando la aplicación después de pasar este proceso. Además, estamos
desarrollando un nuevo botón de ‘denunciar’ para permitir a los usuarios que reporten cuentas que
puedan ser de menores de 13 años, que serán revisadas por nuestro equipo y eliminadas, en el caso
de que sea necesario. No hay una línea de meta cuando se trata de proteger a nuestros usuarios,
especialmente a los más jóvenes y nuestro trabajo en esta área tan importante no se detiene. Por
ello, continuamos invirtiendo en las personas, los procesos y la tecnología que nos ayuda a mantener
nuestra comunidad como un espacio seguro para la expresión positiva y creativa.”

Alexandra Evans, Head of Child Safety de TikTok para Europa.

Este es el comunicado que lanzaba TikTok tras la sentencia por el fallecimiento de una niña
italiana de 10 años como consecuencia de uno de sus retos virales. Lo cierto es que este
comunicado, lejos de resultar tranquilizador, pone de manifiesto que TikTok sabe que hay
menores de 13 años usando su aplicación, que no puede ejercer ese control y lo deja en manos
de los propios menores, y que ha esperado a que suceda una situación así para poner remedio, al
menos en Italia.

Otros riesgos son la presencia de bailes sexualizados, compartir sin pensarlo bien datos
personales, etc…, toda una oportunidad para los groomers que campan a sus anchas. Pasaos por
cualquier vídeo de algún menor bailando y echad un ojo a los comentarios. En abril de 2020, la
Policía Nacional española ya advertía de que los pedófilos buscan a menores de edad en TikTok.

Los esfuerzos de TikTok han sido grandes en los últimos 2 años para garantizar, o al menos
mejorar la seguridad en su plataforma. Aún así, no terminamos de ver claro sus ventajas frente a
sus riesgos.

Como publica en un estudio Statista, la presencia de niños más pequeños en redes sociales es
una realidad, hay un 47,7 % de usuarios de 4 a 15 años en Instagram y un 37,7 % en TikTok.
Hablar con los jóvenes sobre la plataforma, sobre los contenidos que ven y suben, y configurarla
adecuadamente son los primeros pasos para garantizar una experiencia segura, y por supuesto,
garantizar, al menos, los 14 años. De hecho, hay quien directamente recomienda no usar la app
por la supuesta violación a la privacidad que hace.
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Reflexión final
A pesar del temor que pueda haber suscitado este repaso a los principales riesgos a los que se
pueden enfrentar los más pequeños en internet, conviene no dejarse llevar por el miedo. Es
clave que nosotros, como adultos, nos formemos en el tema para poder educar.

Somos modelos de conducta para nuestros alumnos e hijos, y por tanto la primera fuente de
información. Por otro lado, y tal como venimos sosteniendo a lo largo del curso, no funciona la
prohibición (lo cual no significa que haya que permitir todo). Debemos tratar de ofrecer recursos
y pensamiento crítico.

Se debe enseñar el buen uso de las nuevas tecnologías, de la misma forma que se enseñan otro
tipo de valores y conductas. No podemos esperar que aprendan solos y que además lo hagan
bien.

Explicarle qué son los ajustes de privacidad, cómo sospechar de perfiles falsos, cómo
tapar la webcam, por qué no podemos fiarnos de correos electrónicos que nos piden
contraseñas y datos bancarios ni subir fotos donde aparezcan ellos u otros menores a las
redes sociales.

Si no tenemos este conocimiento informático, conviene actualizarse, superar la barrera


tecnológica y aprender nociones básicas para hablar su lenguaje.

También ayuda a la seguridad digital establecer límites -como instalar el ordenador en el salón y
no en el cuarto del niño, marcar horarios para estudiar con la tablet y horarios de ocio y respetar
ambas partes los acuerdos establecidos.

Si se crea un clima de confianza el menor podrá acudir a nosotros cuando tenga un problema
por grave que sea.

¿Cómo lo gestionamos en el aula?


Debemos conocer todos los recursos que tenemos disponibles. Todos sabemos que hay
limitaciones, tanto personales (no podemos saberlo todo), sociales (a pesar de toda la
promoción en prevención, hay muchos casos de cyberbullying, sexting o grooming que se
ignoran por miedo al estigma) o administrativos (tenemos una ley que, aunque ha avanzado,
aún no está madura, y sobre todo, no hay protocolos estandarizados). Seguramente, y a pesar de
todo ello, el mayor problema es el de las diferentes sensibilidades ante el tema, y nos referimos
a cualquiera de las vertientes que hemos visto a lo largo del tema. Diversas noticias nos
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confirman la dificultad de gestionar estas situaciones. Se está avanzando, tanto a nivel legal,
como, sobre todo, a nivel social, pero queda camino.

Bajo nuestro punto de vista, y tal y como hemos señalado, lo importante es conocer los recursos
existentes, no sólo para poder aplicar soluciones, sino principalmente para educar en prevenir.

Como educadores debemos modelar y desarrollar las competencias digitales, pero también las
sociales y ciudadanas, para lograr una autogestión ética.

Los padres no pueden quedar fuera de esta educación, y han de implicarse. Los centros
educativos han de involucrar a los padres en los procesos de información, formación y
sensibilización sobre el uso saludable y razonable de las TIC por niños y adolescentes.

Debemos tener muy clara una cosa: los menores van a asumir riesgos. Siempre. Y más en la red,
donde se sienten cómodos y protegidos.

Ya que este curso está orientado a las nuevas tecnologías y principalmente a la que es el núcleo
de todas estas nuevas formas de comunicación, que es la red, lo principal es aprender a vivir en
ella, y eso deben aprenderlo los jóvenes, pero también los educadores y los padres.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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