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Soberanía, seguridad y
defensa
Docente: Bachiller:
Duglas Villamizar Andrea Delgado
C.I: V- 30.321.420
Sección:
D02
Introducción
La soberanía es el poder de un estado o de un gobierno para ejercer el
control autónomo sobre su territorio, su gobierno y su población. Este concepto
tiene diversas interpretaciones y aplicaciones, pero en general, se define como el
derecho de un gobierno de establecer y ejercer su autoridad en un ámbito
determinado.
Uno de los aspectos más importantes de la soberanía es el control
territorial, donde se establece que un estado tiene la facultad de determinar sus
fronteras y proteger su territorio. Otro aspecto de la soberanía es el de ejercer la
autoridad política y legal sobre los habitantes de un país, que se conoce como
soberanía interna.
El siguiente aspecto importante es el de la soberanía externa, que se define
como el derecho de un estado a mantener relaciones con otros estados y
organizaciones internacionales. La soberanía externa permite a los estados
mantener su independencia e integridad frente a otros países. En general, la
soberanía es un principio básico del sistema de relaciones internacionales.
¿Qué es Soberanía?
En ciencias políticas y derecho internacional, se entiende por soberanía a la
suma del poder político, supremo e ilimitado, que posee un Estado independiente
y que le confiere la autoridad necesaria para tomar autónomamente sus propias
decisiones a todo nivel. Dicha autoridad reside tradicionalmente en la nación, el
pueblo o el Estado mismo, y se encuentra contenido en la Constitución Nacional.
Esto no debe interpretarse hoy en día como un alegato a favor del
autoritarismo o del absolutismo típico del Antiguo Régimen monárquico. Por el
contrario, como explicó el filósofo francés Jean-Jacques Rousseau (1712-1778) al
hablar del contrato social, toda forma de Estado consiste en la transferencia del
poder de autodeterminación de los pueblos a su gobierno.
De esta manera, los gobiernos ejercen ese poder para brindar bienestar a la
población, así como protección común. Siguiendo este principio, en la Constitución
Francesa de 1793 se establecía que “la soberanía reside en el pueblo”.
De manera similar, se entiende como soberano a todo Estado facultado para
tomar por sí mismo sus propias decisiones, sin estar supeditado a ningún otro por
motivos de coloniaje o dependencia. Esto implica que nadie puede tomar por un
Estado soberano decisiones respecto a sus aspectos internos.
Tipos de Soberanía
Puede hablarse de tipos de soberanía, dependiendo del aspecto del poder
político que se trate, por ejemplo:
Soberanía política: Aquella que tiene que ver con la organización política
interna de un Estado, la cual se encuentra determinada por las reglas de su
Constitución.
Soberanía económica o financiera: Cuando se refiere a la determinación
de las reglas económicas propias del sistema de una nación o país, o al
manejo de sus activos económicos y la administración de sus finanzas.
Soberanía alimentaria: Referida a la capacidad de un Estado de producir
sus propios alimentos y alimentar a su pueblo sin depender de terceros.
Soberanía tecnológica: Es la que tiene que ver con la capacidad de un
Estado de producir o manejar la tecnología necesaria para sus operaciones
sin requerir de terceros.
Soberanía militar: La referida al manejo de las fuerzas armadas de una
nación y a la defensa de sus límites territoriales.
¿Qué es Estado?
Se entiende por Estado la organización humana que abarca la totalidad de
la población de un país, estructurada social, política y económicamente mediante
un conjunto de instituciones independientes y soberanas que regulan la vida en
sociedad.
Dicho de otro modo, un Estado equivale al conjunto de atribuciones y
órganos públicos que constituyen el gobierno soberano de una nación, y en
ocasiones el término es usado también para referirse a la nación como un todo: el
Estado argentino, el Estado palestino, etc. Para que un colectivo humano
organizado sea reconocido como un Estado, deberá contar con ciertas
condiciones, pero también con el reconocimiento internacional de sus pares.
Todos los Estados, entonces, deben poder contar con capacidad de:
Exteriorizar su poder: Es decir, lograr el reconocimiento de sus
congéneres por la fuerza si fuera necesario.
Institucionalizar su poder: Esto significa poseer instituciones coercitivas
que mantengan el orden y que consoliden los métodos de sucesión en el
poder político, sean los que sean.
Administrar una identidad colectiva: Los pobladores de un Estado deben
sentirse parte de un todo organizado y mayor que sus propias
individualidades o familias, y deben compartir una tradición, un relato
fundacional, una serie de símbolos patrios, etc.
Población: Ningún Estado existe sin una población que lo integre, por grande
o diminuta que sea, o por diversa que ésta pueda resultar en materia cultural,
racial o lingüística.
Territorio: Todos los Estados poseen un territorio y unas fronteras que
delimitan su área de soberanía y ejercicio de ley, de la de los Estados vecinos.
Dicho territorio es suyo para administrar, ceder, proteger o explotar
económicamente de la manera que mejor le parezca, siempre y cuando no
ponga en jaque los territorios vecinos.
Gobierno: Todo Estado debe contar con instituciones firmes y duraderas para
gestionar la vida en sociedad, así como con autoridades para regirlas y
métodos soberanos para decidir quién ejercerá dicha autoridad en su territorio.
Dicho gobierno ejercerá la política y la administración del Estado por un tiempo
definido en base a las reglas jurídicas, culturales y políticas de la población.
Soberanía: Ningún Estado existe si otro toma por él sus decisiones, así que
todo estado requiere de autonomía y de fuerza para ejercer y defender sus
decisiones. De no poseerlo podremos estar frente a una colonia, un Estado
asociado u otras formas de dominación de un Estado sobre otro.
¿Qué es Nación?
En un sentido amplio, una nación es cualquier comunidad histórica y
cultural humana, capaz de brindar a los individuos un sentido de identidad que los
diferencie de los individuos pertenecientes a otras culturas. Habitualmente cuenta
con un territorio que considera propio.
En ese sentido, puede hablarse de una nación para significar un Estado, un
país, un territorio, una etnia, un pueblo o una raza, dependiendo de las
consideraciones del caso.
Lo que hoy por hoy entendemos como nación (las naciones-Estado), surgió en
la segunda mitad del siglo XVIII, junto al de patria y al nacionalismo. Se considera
su punto de nacimiento la Revolución Francesa de 1789, cuando cayó el
absolutismo del Antiguo Régimen que otorgaba a los monarcas poder absoluto.
En contraposición, surgió la soberanía de los ciudadanos (el “pueblo” o la
“nación” de los franceses), de acuerdo a los lineamientos filosóficos de la
Ilustración: si antes el Rey era el Estado, ahora lo es “la nación”, y por ende se
habla del nacimiento del Estado-nación.
Con el nacimiento de la nación, nació también el amor a la misma, que es el
nacionalismo. Así se formó el concepto de lo nacional, en oposición a lo foráneo.
Características de un territorio
Todo territorio se caracteriza por:
Constituye la parte física de un ordenamiento sociopolítico (país, nación,
Estado, etc.), en base a la cual se delimitan sus fronteras y por ende su
área de autoridad.
Es finito, tiene límites claros que marcan su inicio y/o final.
Generalmente abarca una porción de superficie terrestre, junto con sus
accidentes geográficos (montañas, ríos, lagos, mares, etc.).
Es administrado por una entidad política, que a lo interno determina su
organización, división, identificación, etc.
Territorio nacional
El territorio es un elemento del Estado, como lo es también la población o
la identidad cultural de sus habitantes. En este caso, el territorio es la porción de la
Tierra que le corresponde legalmente administrar a una nación, tomando en
cuenta el suelo, el subsuelo, las aguas presentes en ello y el espacio aéreo.