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Viviendo El Enigma Consideraciones Respecto Al Diálogo Entre Psicoanálisis y La Estética.
Viviendo El Enigma Consideraciones Respecto Al Diálogo Entre Psicoanálisis y La Estética.
Trabajo de Grado
Resumen
Para lograr lo anterior se abordará en primer lugar cuáles son las bases epistemológicas del
el uso del mito, el papel del simbolismo en ambas disciplinas y los aportes que se pueden
hacer al arte desde el psicoanálisis. Por último, se abordarán los planteamientos teóricos y
prácticos que surgieron de este diálogo, mostrando un modelo propuesto por algunos
autores, así como las cualidades estéticas que tiene el proceso analítico.
Palabras Clave.
Tabla de contenidos
Justificación y pertinencia………………………………………………………………...5
Metodología………………………………………………………………………………7
Objetivos………………………………………………………………………………….7
Introducción………………………………………………………………………………8
Discusión…………………………………………………………………………………...66
Bibliografía………………………………………………………………………………...72
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 4
En su libro Estética, la cuestión del arte Oliveras (2005) retoma la reflexión hecha
por Jauss respecto a una anécdota que le cuenta Sócrates a Fedro. En esta, el padre de la
filosofía cuenta cómo al pasear junto al mar en su juventud se encontró una vez con un
hombre, sin embargo al verse incapaz de contestar estas preguntas: “el joven Sócrates
decide, finalmente, arrojar el extraño objeto al mar. Y al hacerlo, como señala Jauss, “se
Esta anécdota que puede llegar a parecer trivial resulta decisiva a la hora de
entender una fuerte tensión que existe dentro de la historia del pensamiento de occidente,
pues como bien lo decía irónicamente Whitehead la filosofía occidental es una serie de
certezas exigida por una tradición racionalista que imperó en gran parte de la historia, y que
tuvo su epítome en la aparición de la ilustración, contra una tendencia del pensamiento que
búsqueda del conocimiento. Esta experiencia estética sufrida por Sócrates, y que fue
rechazada rotundamente por él, muestra como este problema ha estado desde el inicio de la
del Psicoanálisis, puesto que es una disciplina que nace en el seno de la sociedad ilustrada
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 5
europea, representando sus valores y derroteros intelectuales, pero que a su vez bebe
continúan una fuerte tradición crítica al imperio de la razón. Así pues, es necesario
frente (o trabajando de la mano) a la razón absoluta, y que pretende encontrar otras formas
de acercarse a aquel objeto desconcertante que se busca conocer, bien sea el metafórico
encontrado por Sócrates, o también el misterioso inconsciente descubierto por Freud, que
psicoanálisis con la estética, disciplina filosófica que tiene varios elementos que aportar a la
hora de construir una clínica y una teoría psicoanalítica. Para esto, el presente trabajo de
psicoanálisis y la estética, y como esta última puede aportar elementos para la construcción
Justificación y pertinencia
resolución hallada por Jauss para la encrucijada socrática, planteando que “de tener que
elegir otra vida, [Sócrates] se convertiría en artista, con lo cual termina aceptando la “feliz
incertidumbre” que rechazó en su juventud” (Oliveras, 2005, p.p. 82). Esta tensión
“irresoluble” permite respuestas, caminos que lleven a un diálogo y sirva como motor para
la construcción del pensamiento. Es por esto que resulta pertinente retomar estas
teórica.
tanto así es la integración hecha de una perspectiva estética más amplia con esta disciplina
reflexión estética, y que además toma elementos de esta para consolidarse como saber y
construcción, estas reflexiones respecto a su propia naturaleza resultan útiles para estas
renovaciones.
Por otro lado, en este trabajo se pretende también reivindicar el diálogo con una
se ha olvidado los valiosos aportes que puede hacer la filosofía al estudio de la mente, y se
cree que esta está ya superada, como si la psicología se hubiese emancipado del todo
realidad”. Por esto mismo, no solo resulta de alta importancia el puente interdisciplinar que
se pretende exponer en este trabajo, por el retorno a pensadores que nos puedan ayudar a
vislumbrar nuevos futuros en el psicoanálisis, sino también por la misma reflexión hecha
que problematiza este abandono hecho por la psicología de los saberes teóricos debido a la
pretensión cientificista que tiene, y cómo es posible retomar otros elementos no empíricos
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 7
para construir una disciplina psicológica no solo fuerte conceptualmente, sino también
eficiente en la práctica.
Metodología
Este trabajo de grado consiste en una revisión sistemática de textos y autores que
pues se pretende llevar a cabo una lectura crítica de los conceptos trabajados a partir de la
Objetivos
Objetivo General:
Objetivos específicos:
epistemológica.
Introducción
los grandes aportes del psicoanálisis. A pesar de los trabajos preliminares, tiene su hito
que afectan profundamente la historia humana, por lo que es menester de esta “nueva
psicología” generar recursos nuevos para pensar estos acontecimientos. Sin embargo, esta
disciplina es resultado necesario de una larga tradición filosófica y científica que indaga
sobre la constitución psíquica y humanística del hombre. Y precisamente, dado este alto
impacto que tuvo en la sociedad, mucho se cuestiona sobre las bases epistemológicas que
sustentan las teorías propuestas por Freud, en sus principios, y en general por todos los
alegando que debido a esto sus teorías pierden fuerza explicativa1. No obstante (y a pesar
de las resistencias iniciales del mismo Freud que buscaba cientificidad en su nuevo método)
parte de la originalidad que trajo consigo el psicoanálisis es precisamente una nueva forma
de acercarse a la mente humana. Por lo anterior, en el presente capítulo se expondrá por qué
resulta importante relacionar la base del psicoanálisis con los planteamientos estéticos2
1
No debemos olvidar que el afán por el método científico es relativamente reciente, pues toma especial
fuerza con el nacimiento del proceso de la ilustración.
2
no meramente como disciplina que estudia lo bello, sino como una base para el conocimiento sensible
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como posible pilar del psicoanálisis. El primer punto habla sobre las bases epistemológicas
sensible” (como lo denomino Schiller), que da cuenta del funcionamiento psíquico humano
como algo que no es completamente asible por la racionalidad pura. En segundo lugar, se
podría hablar de una cierta inspiración en elementos estéticos para la construcción del
psicoanálisis, en el cual existen puntos ya trabajados por la primera disciplina que retoma la
segunda. Se podría entender también como una de las preocupaciones conjuntas de ambas
disciplinas. Así pues, en tercer lugar, se vería cómo a partir de estas bases, existen autores
que proponen un modelo teórico estético, que no solo da cuenta del método, sino que
también aporta explicaciones sobre el funcionamiento anímico del hombre. En cuarto lugar,
clínico actualmente.
“...La música, los estados de felicidad, la mitología, las caras trabajadas por el tiempo,
ciertos crepúsculos y ciertos lugares, quieren decirnos algo, o algo dijeron que no
hubiéramos debido perder, o están por decir algo; esta inminencia de una revelación,
influencia que tuvo en Freud el proyecto de la ilustración. Así, puede decirse que era fiel a
proyecto de emancipación del hombre a través del uso exclusivo de la razón. Sin embargo,
no sería justo afirmar que el psicoanálisis es una disciplina completamente ilustrada, puesto
de su momento (el establecimiento de un método más riguroso), sino también sus propios
planteamientos teóricos tambalean los cimientos de esta tradición. Como bien es sabido, el
universales se plantea un abordaje particular, puesto que buena parte del conocimiento que
se construye surge a partir de la experiencia de los casos clínicos, conocimiento que si bien
puede ser generalizable para formular postulados teóricos, no puede llevar a leyes
universales que expliquen el psiquismo, por lo que pretende construir un cuerpo teórico con
ciertos pilares fundamentales que al ser comprobados pueden mantenerse para comprender
Por otro lado, la aparición del inconsciente resulta en un golpe fuerte a las
aspiraciones de una razón total, que lograra abarcar todos los aspectos de la vida y que
llevara por medio de su guía al conocimiento completo del mundo, puesto que implica que
existen aspectos constitutivos del psiquismo que no solo no son gobernados por la razón,
sino que además se escapan a su escrutinio. En el texto Una dificultad del psicoanálisis
Freud (1917) muestra cómo el narcisismo de la humanidad ha sufrido tres grandes heridas:
la ofensa cosmológica, debido a los trabajos de Copérnico que rebatieron la idea de la tierra
como centro del universo; la ofensa biológica, a partir de la teoría Darwiniana que le quita
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 11
al humano el lugar privilegiado respecto al resto de las especies; y por último la ofensa
las pretensiones ilustradas, puesto que todos los impulsos y acciones no se ven sometidos
completamente al dominio único de la razón. El alma vista desde esta teoría se constituye
de los instintos y de las relaciones con el mundo exterior” (Freud, 1917, p.p. 2435), por lo
basta con el dominio de la razón para dirigir la vida anímica del hombre, e incluso podría
decirse que tampoco el solo uso de esta sea suficiente para comprender el funcionamiento
psíquico del hombre, con toda su multiplicidad de movimientos y tensiones, y sea necesario
conocimiento que está construyendo sino es solamente por medio de la razón. Es aquí
cuando la estética puede prestar elementos valiosos para encontrar un punto que no solo
logre fundamentar sus conocimientos teóricos, sino que se ajuste en mejor medida al
método propuesto. Schiller en sus Cartas sobre la educación estética del hombre se plantea
principios universales para sustentarla (como logró hacer Kant con la razón), pues este
filósofo observaba que todo juicio sobre lo bello es uno basado en la experiencia, lo que
llevaría a que “una explicación de la belleza se tiene por fundada sólo porque concuerda
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 12
con el dictamen del sentimiento en los casos particulares, siendo así que, si hubiese
dictamen del sentimiento sólo porque concuerda con la explicación de lo bello” (Schiller,
S.F, p.p. 48). En otras palabras, no existiría principio que logre determinar si un juicio
“racionalidad sensible” que logre establecer una comunicación entre la racionalidad pura y
la sensibilidad. Esta se da en la experiencia estética, la cual “(…) enlaza los dos estadios
contrapuestos del sentir y el pensar” (Schiller, 1990, p.p. 261), sin asumir que se da una
resolución completa, pues afirma que “[…] enlaza dos estados que están opuestos entre sí,
y que nunca podrán llegar a constituir una unidad” (Schiller, 1990, p.p. 261). En una
palabra, se mueve entre la búsqueda de unidad entre sentir y pensar y la asunción de que
paciente que no está fundamentado solamente en la razón, pues se ponen en juego otros
elementos que deben ser captados por la sensibilidad. Así pues, no solo por medio de la
razón el terapeuta debe buscar la verdad oculta del paciente, sino que debe ser preciso
tomar otras herramientas más propias de la sensibilidad para llegar a esta. Gracias a esta
comprensión de aquellos afectos que no pueden ser captados del todo por la razón, sin que
esta indagación se abandone por completo. Para comprender mejor lo anterior, puede
Al respecto, nos dice Schiller que cuando una cosa se refiere directamente a “nuestro estado
sensible, esta es su cualidad física”; cuando ella se refiere “al entendimiento y proporciona
conocimiento, esta es su cualidad lógica”; y cuando se refiere “a nuestra voluntad y [es]
considerada como un objeto de elección para un ser racional, esta es su cualidad moral” (285).
Pero cuando una cosa se refiere “a la totalidad de nuestras diferentes fuerzas, sin ser un objeto
determinado para ninguna de ellas en particular, esta es su cualidad estética” (ibd.). Y esto es
así, porque en la disposición estética el hombre se ve afectado por su sensibilidad, por su
entendimiento y por su moral, pero ninguna de estas afecciones actúa de manera determinante
en el modo de ser del hombre. (Cadahia, 2016, p.p.14)
Así pues, el método clínico psicoanalítico exige del terapeuta lo que la filósofa
argentina denomina “disposición estética del hombre”, puesto que en el marco terapéutico
problema teórico del psicoanálisis. Así pues, en otro apartado, el autor alemán afirma
respecto a las reglas para determinar la belleza que estás deben estar sometidas al genio
creador, pues es este el que las va creando en su obra. Si bien es concebible una búsqueda
de principios universales para lo bello, esta se daría a partir de la experiencia, por lo que
“sólo tiene, por ello mismo, la autoridad restringida de las ciencias empíricas” (Schiller,
S.F, p.p. 50). En este sentido, todo aquel conocimiento que se piense elaborar sobre la
belleza, debe ceñirse primero al “método según el cual ha de ser instituida y muestre luego
su ámbito y sus límites.” (Schiller, S.F, p.p. 50). De este modo, si se sigue el paralelo
humana, se ve de forma clara cómo es preciso que todo cuerpo conceptual que pretenda dar
cuenta de estos temas debe surgir a partir de un método experiencial, tal cual como se
el artista y el tercero analítico propuesto por Ogden (2014), llevando a que la teoría
analítica surja del proceso de análisis mismo, del trabajo terapéutico, tal y como el artista es
de quien se desprenden las reglas para determinar lo bello. Estas reglas se van
ese artista descrito por Schiller, en las cuáles la misma relación terapéutica va conformando
Se puede ver como se está ya lejos de una clínica solo de la razón, y cómo es
preciso tener en cuenta aspectos de la sensibilidad (estéticos) para poder entender el modelo
de abordaje psicoanalítico. Sin embargo, queda aún incierto el papel práctico que puede
constituirse en una ciencia que logre llegar a universales, ¿Cómo puede hablarse de un
método que pueda garantizar, por lo menos en cierto medida, una “cura” para el paciente?,
entonces verse el psicoanálisis como una propuesta ética más que como una tecnología3, en
Para entender mejor este punto, puede recurrirse a uno de los primeros pensadores
de la ética y estética (incluso antes de que esta fuera conocida por este nombre) como lo es
frecuentemente la preocupación socrática por una mejor forma de vida. En esta búsqueda,
3
Entendiéndose ésta como la puesta en práctica de un método científico, es decir, que hace uso de un
cuerpo teórico pre-establecido y lo aplica a un objeto externo
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pretendía acceder al conocimiento que yacía dentro del individuo por medio de la
dialéctica. Sin embargo, este diálogo no consistía meramente en un tratado respecto a los
conceptos trabajados, sino que se iba construyendo poco a poco a partir de la interlocución,
sin dejar de lado nunca la influencia que tenían estos conocimientos en la vida del
estaba marcada también por otras facultades fuera de la razón, pues como se ve claramente
marcada por diversos recursos metafóricos como el mito (concepto clave para entender la
psicoanálisis busca llegar a cierto tipo de verdad por medio de su método. Esta verdad
descrita por Freud como la verdad histórica del sujeto hace referencia a cierto conocimiento
método empleado es igualmente similar a la dialéctica socrática, pues por medio de este
diálogo entre la pareja analítica se busca traer figuras metafóricas que logren dar cuenta del
4
La evolución de este concepto es particularmente importante para el psicoanálisis, no solo para entender
los movimientos propios del encuadre clínico, sino dentro de la misma teoría del funcionamiento de la
psique humana.
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 16
observó, en todos los casos es necesario retomar elementos más allá del entendimiento para
emoción. Así pues, es por medio de los diversos elementos que conjugan el psicoanálisis y
no solo del uso de una razón exacerbada lo que le otorga la efectividad al método, y le da la
ve en nuestros tiempos, que es la que pone en duda la efectividad clínica del método
tampoco a la lógica del mercado imperante. En este sentido, como lo manifiesta Ángela
Calvo (1994), se produce un quiebre en la modernidad que por un lado lleva al individuo a
pensarse a sí mismo, a hacer de su vida un objeto de escrutinio de la razón, pero que por
otro escinde al sujeto en varias dimensiones separando el ámbito de los fines sociales
(marcado por el cálculo, lo que la autora denomina el “gerente”) del ámbito personal,
marcado por hechos concretos y emociones. Esto puede llevar a que haya otro tipo de
exigencias respecto a la labor terapéutica, pues esa búsqueda de sí mismo debe enmarcarse
Es claro entonces cómo pueden aparecer dudas respecto a la efectividad del método
analítico, pues muchos de sus elementos de encuadre van en contravía de las formas
relacionales impuestas por la sociedad capitalista, en las que prima la autosuficiencia del
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individuo que busca que no dependa de nadie más para alcanzar sus fines, y que además
tenga una distribución de tiempo y energía que corresponda a la inmediatez que exige el
mercado. Capato, Herrera, Mogollón y Arias (2009) citando a Minuchin (2000) muestran
cómo las dinámicas de la sociedad actual llevan consigo la necesidad de inmediatez que no
permite el pensamiento reflexivo, eliminando también los tiempos de espera pues se busca
una descarga inmediata, por lo que “Se trata de un problema deseante, puesto que a la
singular en pro de un interés impuesto desde una exterioridad con ánimo de lucro” (Capato,
Herrera, Mogollón y Arias, 2009, p.p 11). Así pues, debe tenerse en cuenta este contexto al
afirmar que la clínica psicoanalítica no resulta efectiva, ya que este término estaría
planteados para la terapia, que son más cercanos a la construcción a través de la elaboración
el que se permita un reflexionar conjunto sobre aspectos de la vida anímica del sujeto,
capitalista.
estéticos que tuvieron los principales pensadores del psicoanálisis a la hora de elaborar sus
propias teorías. Autores como Meltzer afirmaban en gran medida que su planteamiento
teórico “se deriva del autoanálisis del impacto de obras de arte reales (y uno podría decir
“el mundo” mismo) junto con sus intereses de larga data en la filosofía de la ciencia y en la
historia de las ideas” (Williams, 1978, p.p. 1), así como la gran influencia que tuvo su
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elementos que se toma de la tradición estética5 y son más recurrentes en la obra Freudiana
Es notorio ver cómo los principales postulados teóricos de Freud son presentados a
mítica como Narciso, Eros, Tanatos, entre otros, son usados para explicar principios
textos como Tótem y tabú y El malestar en la cultura, que sirven de punto de partida para
contexto ilustrado, por lo que los elementos de esta eran un recurso que estaba a su entera
disposición. Son tan importantes estos elementos, que Drivet (2010) afirma que “la
literaria tiene en Freud tanta o más importancia que su formación biológica (neurológica).”
5
Se habla del mito dentro de la estética debido a su carácter metafórico que no da cuenta de la realidad de
manera directa, sino que hace uso de recursos literarios para explicarla. Freud plantea también a manera de
duda si el mito se usa como forma de satisfacer un placer estético, “Cabe preguntarse si es lícito creer que la
actividad formadora de mitos ensaya (como un juego, se diría) la figuración — disfrazada mediante
expresión corporal— de procesos anímicos por todos conocidos, pero de extremo interés, sin otro motivo
que el mero placer de la figuración” (Freud, 2006, “Sobre la conquista del fuego”, p.p. 177. Citado en Drivet,
2010, p.p. 233). Se ve el puente que tiende Freud entre la figuración del mito y el campo de la estética.
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 19
Pero más allá de esto, Drivet (2010) presenta como posible punto de inflexión que
que hace de la infancia, etapa que estaba relegada a un papel de ingenuidad e inocencia
debido a las pretensiones ilustradas de la mayoría de edad, que concebía al niño casi como
un “adulto incompleto”, por lo que era inconcebible atribuirle características propias de los
mayores como la sexualidad. De esta forma, Drivet (2010) afirma que en un primer
momento se buscó fundamentar su teoría a partir del mito, precisamente como forma
atenuante de explicación de un fenómeno que era bastante sensible, a tal punto que generó
servía primordialmente para justificar una teoría que iba en contra de, si se quiere, la
mitología imperante vienesa (meramente patriarcal) en la que el niño era un ser despojado
de sexualidad y maldad.
Sin embargo, no puede atribuirse la función del mito simplemente a un temor por
parte del padre del psicoanálisis respecto a la opinión sus contemporáneos, pues no se debe
olvidar que él mismo tenia presente la pretensión cientificista de su modelo. A partir de sus
relacionarse con el conocimiento, y “la lógica del mito se hace inteligible siguiendo el
modelo del análisis de los sueños, los actos fallidos y los lapsus, lo cual prueba que unos y
otros pueden entenderse como formaciones del inconsciente” (Drivet, 2010, p.p. 232).
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 20
inconsciente puede romper el relato consciente. El mito, entonces, resulta en uno de los
recursos más coherentes con la teoría para expresar los resultados de sus diversas
investigaciones. Sin embargo, Drivet (2010) va más allá al afirmar que Freud tiene una
visión del mundo que refiere “a lo inaccesible de la “verdad material” en cuanto tal, [sino
relación con las cuales organizamos la realidad: (Drivet, 2010, p.p. 222). Partiendo de una
perspectiva en la que las lógicas inconscientes median la relación del sujeto con el mundo,
narrativa de su entorno, el mito se produce de una forma más “real” que las diversas teorías
científicas.
mitologías para explicarlo, y asumir esto implica que la explicación a partir de los mitos
sobre la psique tenga igual relevancia que otros acercamientos al mundo: “Si “la verdad
tiene estructura de ficción”, cualquier perspectiva materialista que vaya más allá de un
de la relevancia del mito en la praxis humana.” (Drivet, 2010, p.p. 229). Aquí yace detrás la
forma en la que Freud se relaciona con la historia, puesto que no se toma la historia (o su
disciplina) como un elemento casi etéreo y ajeno al hombre, sino que se debe comprender
histórica. Así, se ajusta a las dinámicas del inconsciente una construcción dinámica y no del
todo certera (como el mito) para explicar los problemas conceptuales a los que nos
enfrentamos.
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 21
psicoanálisis debe recurrir a estrategias que se escapan a la razón total, y debe tomar
inconsciente, este debe valerse de elementos que le permitan plasmar su teoría sin las
escenario en el que el afán empírico de su contexto (no podemos olvidar que el positivismo
nace en el círculo de Viena) le impedía dar una completa explicación de sus teorías, pues lo
llevaría a tener que operacionalizar y comprobar conceptos tan multiformes como por
De esta forma Freud utiliza el mito a forma de lo que Drivet (2010), retomando a
Schelling, llama tautagoría, es decir, algo que “enuncia aquello que no puede en ningún
caso formularse de otro modo” (Drivet, 2010, p.p. 227). No solo es imposible formular sus
descubrimientos de otra forma debido a su talante conceptual, sino por la misma forma de
investigación propia del psicoanálisis, pues se toma esta como una disciplina que, basada
en la praxis, busca ir hilando sus conocimientos para que puedan retornar al campo de la
acción. El mito, en su carácter dinámico y simbólico, permite expresar de una manera más
Sin embargo, es necesario precisar cómo (al igual que Schiller en lo expuesto en el
primer capítulo de este texto) Freud no ve el uso del mito como una contraposición
completa a la razón, sino como un elemento necesario para complementarla. Así pues, el
uso de mitos en Freud constituye también un cierto reproche a la ilustración. Freud trae su
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propia mitología a forma de respuesta a una crítica (que guarda en su núcleo una afirmación
cientificista, es en sí misma una mitología, puesto que no nos es dado como humanidad6 el
contacto con el objeto mismo a conocer, sino que tenemos que acceder a este a través de
particular con el objeto de conocimiento que busca tratar, que no necesariamente representa
por sí mismo el método más idóneo de relacionarnos con el mundo, sino que se ha venido
del conocimiento. De esta manera, los mitos freudianos otorgan una mirada a contrapelo de
no pueden ser pensados en esa lógica, si se quiere como movimiento dialectico de la razón,
en el que se contrapone una racionalidad sensible del mito para poder expresar aspectos que
culturales no conduciría así a la eliminación del mito (…) sino a una ampliación de la razón
6
Respecto a esta incapacidad, se puede retomar la siguiente cita; “El mito no alude indirectamente a un real
reductible a la alquimia físico-química, sino que da voz al núcleo mítico de nuestro ser” (Drivet, 2010,
p.p.230). Se recuerda entonces como el mito puede ser un recurso para entender la forma que el individuo
se relaciona con el mundo.
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 23
(un Logos que integre lo inconsciente como una de sus dimensiones inmanentes, un Logos
“incorporado”) anhelada expresamente por Freud.” (Drivet, 2010, p.p. 234). Freud ve esto
como consecuencia natural de su proceso, como lo expresa la siguiente cita en una carta
dirigida a Fliess
¿Puedes imaginarte lo que son los “mitos endopsíquicos”? El más reciente engendro de mi
trabajo mental. La oscura percepción interna del propio aparato psíquico incita a ilusiones
futuro y a un más allá. La inmortalidad, recompensa, todo el más allá son figuraciones de
Como lo muestra Drivet (2010) el mito tiene un tránsito en Freud, pues pasa de ser
una “hipótesis conjetural” propuesta en Tótem y tabú, donde tiene como función el
remitirse a la génesis de la conformación social humana para poder explicar cómo esta
científico” usado “para fundamentar su hipótesis a partir de “los resultados del análisis de la
praxis humana” (Drivet, 2010, p.p. 230). Es importante tener en cuenta entonces, que Freud
de los múltiples mecanismos que podemos usar para acercarnos a la verdad, pues “Lo que
por medio del cual pretende fundamentar sus hipótesis que surgen de los resultados del
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 24
pretende llegar a formulaciones de la psique humana que puedan ser aplicables a todos,
teniendo en cuenta las particularidades propias de cada historia. El mito surge como
hecho por Drivet (2010) entre el papel de los recuerdos encubridores en la reconstrucción
Ambas son maneras de acceder al origen, que es indispensable para el estudio freudiano de
En cada sujeto se conjugan estas partes, en las que se expresa una suerte de
histórica (que muestra el resultado de los procesos culturales y biológicos en cada persona)
se recurre al mito como forma de postular explicaciones teóricas que dan cuenta de los
procesos que hay detrás de esta etiología, que como muestra Badia (2007) es uno de los
papeles principales del mito, “Que se refieren al estudio sobre las causas de los seres y de
las cosas. Explican el origen de los seres y de las cosas.” (Badia, 2007, p.p. 38). Así, el uso
del mito serviría como una manera específica de acercarse al conocimiento que se pretende
postular. Se puede retomar a Platón para comprender este punto, pues tal como lo afirma
Badia (2007) para el filósofo griego el mito cumple una función particular.
Los mitos son más bien instrumentos de persuasión, recursos didácticos, dialécticos7, y a la vez
literarios, a los cuales recurre para desarrollar, ampliar, aclarar, y en algunos casos incluso,
7
Las itálicas las propongo yo
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 25
Se propone que el uso del mito de Freud se da también de una forma didáctica, pero
no haciendo referencia a la búsqueda de mayor comprensión por parte del lector, sino como
similares. Por un lado, en ambos autores está en juego una forma de plantear los
argumentos para que estos tengan un impacto en la vida práctica, éticamente. Así, el
psicoanálisis busca su construcción teórica para un saber clínico aplicado, por lo que, a
pesar que se construye un cuerpo conceptual fuerte que no puede ser desmeritado, estos
buscan tener una influencia en el mundo práctico. Además, Como se trabajó en el primer
apartado del capítulo, los postulados teóricos del psicoanálisis son en cierta medida
intuitivos, por lo que requiere de un medio de expresión que haga justicia a esta naturaleza.
Una base estética del conocimiento fundamentada desde el mito, que es más cercano a lo
literario, nos muestra cierta forma de comprensión del mundo mas no necesariamente
intenta explicarlo.
absoluto y estático, por lo que es necesario de un lenguaje metafórico que logre expresar
esta lógica inconsciente de los pacientes que deriva en el corpus teórico. Así pues,
posiblemente el uso de Edipo para explicar el funcionamiento psíquico del niño en cierta
etapa del desarrollo sea necesario debido a aquellos elementos propios de la tragedia que
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 26
de estos elementos.
partiendo de la diferenciación del símbolo con el signo. El autor afirma que mientras que el
signo apunta hacia las referencias verbales que permiten la comunicación, el símbolo
Para comprender esto mejor, Williams retoma autores del romanticismo como
Goethe quien, volviendo a Platón, veía la función del símbolo “para representar el ideal o la
idea como visto y reconocido dentro de la instancia particular.” (Williams, 1978, p.p. 3). La
para los poetas del siglo XIX, pues permitía la construcción del individuo a la par de su
desenvolvimiento cultural. Esto, afirma Williams, fue tomado por los poetas como un
proceso estético que es “eje fundamental del nuevo énfasis sobre el individuo, que
necesitaba ser educado para volverse sí-mismo” (Williams, 1978, p.p. 3).
la mente humana, algo que trabajó Melanie Klein en su análisis de niños pues observaba
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 27
que por medio del lenguaje y el juego “estaba observando los orígenes de la mentalidad
aquel lugar en la transferencia” (Williams, 1978, p.p. 7). Esta génesis simbólica de la
psique humana es trabajada por Susanne Langer por medio de una teoría del arte, en la cual
se muestra cómo las representaciones artísticas buscan expresar con sus formas propias
algo que va más allá del lenguaje, como se expresa en la siguiente cita
Las formas de arte nos ayudan a “concebir” nuestros sentimientos y nuestra vida de
sentimientos, a través de sus tensiones, ritmos, resoluciones, e interjuego espacial. Es en
éstas cualidades formales que residen su significado y no en ningún contenido discursivo o
significado parafraseable. Éste es el caso aún – o especialmente- cuando el medium es
verbal, como en un drama o una poesía (o psicoanálisis) (Williams, 1978, p.p. 4).
De esta forma, el lenguaje artístico permite la expresión del mundo interno de quien
lo expresa, sin que tenga que ceñirse estrictamente solo a su significado, sino que hace
parte de un juego en el que se expresan las tensiones propias de los afectos y pensamientos.
Sucede de manera similar en el proceso analítico, puesto que el lenguaje metafórico que se
utiliza en las sesiones pretende mostrar estas dinámicas internas del paciente más que dar
artística representan “una idea que está siendo escuchada o vista sentimentalmente por
medida el oyente o espectador (el paciente, pero también el analista)” (Williams, 1978, p.p.
5). Podría decirse entonces que se constituye un lenguaje privado en la consulta, donde se
descubren y construyen los símbolos particulares que se están dando en esa relación
dinámica que es el análisis, tal y como Langer afirmaba respecto al lenguaje particular de
cada obra de arte para la expresión simbólica individual, más allá de los signos estipulados.
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 28
a aquello que tiene que decir esta disciplina respecto al arte, lo que es comúnmente
denominado Psicoanálisis aplicado. Sin embargo, hay que abordar este campo con
particular cuidado debido a las diversas problemáticas que trae consigo. En primer lugar, la
relación de la teoría analítica con las distintas ramas del arte (especialmente con el arte
visual y la literatura) ha tenido limites bastantes difusos. El mismo Freud aborda en varios
momentos de su vida varias obras y artistas como objeto de trabajo, pero hace siempre la
crítico, sino por el contrario tratará de aportar elementos de su saber para ampliar la mirada
común en épocas posteriores a Freud, lo que ha llevado a que autores ajenos a la práctica
clínica analítica (base fundamental para poder hablar de teoría en esta disciplina) se
Esto representa al menos una dificultad, pues al hacer uso de estos elementos fuera de su
de otras disciplinas (como la filosofía o la historia del arte, por ejemplo), generan que se
Lo anterior genera otra dificultad, ya que tampoco es claro cuáles son los aportes
que podría dar el psicoanálisis como tal a la comprensión del arte. Por un lado, puede
hablarse del estudio del “genio creador”, y de cuáles podrían ser las disposiciones anímicas
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 29
que propician que este pueda crear su obra, teniendo en cuenta además que lo podría
experiencia estética propiamente dicha que sean explicados desde las teorías psicológicas
del psicoanálisis. Por último, tendría que delimitarse cuáles son las posibilidades de
relación entre el psicoanálisis y la obra de arte como tal, para ver cuáles elementos de la
teoría analítica pueden ser útiles en la interpretación de distintas expresiones artísticas (ya
estética. Desde Kant (uno de los pioneros en la estética moderna) esta preocupación sale a
flote, puesto que le dedico un apartado en su obra La crítica del juicio a la investigación de
cómo se dan los procesos de creación, y cómo se puede plasmar esto en la figura de un
artista. Sin embargo, Freud es desde el principio reacio a la indagación del autor a partir de
parricidio (1928) al afirmar que de las distintas facetas que se tienen de este escritor ruso,
“el análisis tiene que rendir las armas ante el problema del poeta” (Freud, 1928, p.p. 3004).
Esto muestra como el problema principal del psicoanálisis con el artista no yace en las
habilidades creadoras como tal, lo que hace al sujeto genio creador, sino hace referencia a
infantil de Leonardo Da Vinci (1910), en donde se propone hacer cierto análisis del carácter
del artista italiano para tener luces respecto a su vida artística. En este texto se revela
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 30
igualmente la relación “simbiótica” que tiene el psicoanálisis y el arte, pues afirma que el
emprender la labor de indagar sobre una figura de tal talante como la de Da Vinci, “abriga
un extraordinario interés por todo aquello que tales modelos puedan descubrirle, y opina
que nadie es tan grande que pueda avergonzarse de hallarse sometido a aquellas leyes que
rigen con idéntico rigor tanto la actividad normal como la patológica” (Freud, 1910, p.p.
1577). En otras palabras, se busca plasmar aquel funcionamiento psíquico planteado desde
el psicoanálisis en un sujeto excepcional, no solo con el ánimo de darle más fuerza a sus
argumentos, sino también de mostrar cómo esta explicación de la mente humana logra
abarcar toda la amplia gama de funcionamientos psíquicos, yendo de las más problemática
De esta forma, uno de los principales aportes que se da en este texto es respecto a la
comprensión de las distintas disposiciones pulsionales que tenía la vida sexual de Da Vinci.
Freud (1910) muestra de manera documental cómo el artista italiano no tenía una actividad
sexual muy intensa, lo que lo lleva a afirmar que esta energía libidinal se invertía en otros
objetivos más allá de la descarga sexual. Esto lo explica debido a la prevalencia del instinto
“No se hallaba Leonardo desprovisto en absoluto de pasiones ni carecía del divino rayo, que
mediata o inmediatamente es la fuerza impulsora –il primo motore- de toda actividad humana.
Pero había convertido la pasión en ansia de saber y se entregaba a la investigación con la
tenacidad, la continuidad y la profundidad que se derivan de la pasión. Luego, una vez llegado
a la cima de la labor intelectual alcanzando el conocimiento, deja libre curso al afecto retenido
durante el proceso intelectivo, como se deja volver a un río el agua tomada de él por un canal,
después de haber utilizado su energía” (Freud, 1910, p.p. 1584)
De esta forma se observa como hay una distribución particular de las energías
pulsiones del sujeto, bebiendo principalmente del instinto sexual pues “resulta susceptible
de sublimación; esto es, puede sustituir un fin próximo por otros desprovistos de todo
la figura del artista. Concepto introducido en el texto Las pulsiones y sus destinos (1915),
Freud muestra como uno de los caminos de las pulsiones es la sublimación, en la cual los
instintos sexuales no tienen una descarga directa en su objeto propio, sino que se derivan en
otros que generan una satisfacción parcial, alejada de la sexual. Brainsky (1998) define este
Un proceso que comienza con la des-sexualización, en busca de fines más elevados, o sea
que hay inhibición en el fin y también en lo que concierne a la forma de la gratificación
instintiva. Tanto la sublimación como los instintos inhibidos en su fin corresponden a
modificaciones que, bajo la influencia del yo y del superyó, permiten gratificaciones maduras.
(Brainsky, 1998, p.p. 125)
Este destino era para el autor colombiano un mecanismo que no solo facilitaba la
creación de cultura, sino que insertaba al sujeto en esta. De esta manera, representaba un
camino particular de las pulsiones, pues no solo permitía un desarrollo psíquico individual
anterior resulta en una forma de descarga predilecta, sobre todo cuando se trata del acto
creativo. Por esto mismo puede entenderse la creación haciendo una génesis de las
como la desagresivización y la deslibidinización de las cargas, que pueden dirigirse entonces hacia
la construcción de un objeto nuevo, el cual conserva vínculos medulares con el objeto original”
distribuye sus pulsiones, cuáles son sus objetos predilectos y cómo se da el juego entre los
diversos instintos, que se puede esbozar la faceta creadora. Brainsky (1998) concuerda con
Freud al afirmar como una de las pulsiones (aparte de las sexuales) de mayor importancia
en este proceso es el ansia de saber, ya que al estar íntimamente relacionada con el yo,
logran que el sujeto canalice toda la energía sexual constreñida y pueda dar vía a una
la hora de entender el talante del artista, sino también en la misma comprensión clínica del
artista le permitiera una mayor comprensión y desarrollo de la teoría psicoanalítica. Por una
sublimación puede tomarse como destino predilecto de las diversas pulsiones, y debería
representa un juego sublimatorio en el que el analista (de manera análoga a la figura del
obtiene una satisfacción moderada de sus propios impulsos inhibidos en su fin” (Brainsky,
1998, p.p. 127), satisfaciéndose así también la pulsión de conocimiento, en la que hay una
8
Sin embargo, hay que precisar que Freud en el texto Consejos al médico en el tratamiento psicoanalítico
(1912) hace la salvedad que no todas las personas son capaces de llegar a la sublimación. Así mismo,
Brainsky (1998) diferencia diferentes tipos de sublimación según núcleos neuróticos, narcisistas entre otros,
por lo que no puede afirmarse que pueda fomentarse toda de la misma manera en los distintos aparatos
psíquicos.
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 33
aparición de este fenómeno se da cuando nos vemos enfrentados a fenómenos que ponen en
juego todas las facultades propias de la razón, pero que se ve inhibido en cuanto nunca
logra asir por completo el objeto, causando que no se pueda conceptualizar y, por tanto,
psicoanálisis, pues “La sublimación en Freud lleva consigo la renuncia triste a los objetos
de lo perdido.” (Brainsky, 1998, p.p. 128). No solo resulta importante esta búsqueda en el
marco terapéutico, sino también muestra como en gran parte la motivación del artista se da
la obra del autor se da debido al carácter neurótico del autor ruso, surgido debido a la
tormentosa relación que llevaba con su padre. Por último, en el texto Un recuerdo infantil
de Goethe en “poesía y verdad” Freud (1917) lanza, después de hacer un recorrido de las
relaciones primarias del autor alemán en su infancia, la afirmación “Y así, Goethe hubiera
podido encabezar su biografía con una observación como ésta: «Toda mi fuerza tiene su
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 34
raíz en mi relación con mi madre.>>” (Freud, 1917, p.p. 2438) expresando claramente la
importancia del desarrollo infantil para entender el surgimiento de un autor tan importante
como Goethe. Sin embargo, es importante recalcar que estos descubrimientos hechos por
Freud siguen estando enmarcados en las propias limitaciones que él dijo que tenía respecto
la explicación del “genio creador”, pues sabía que no lograría nunca llegar a una
preguntarse respecto a las particularidades propias del artista que le permite usar sus
sublimación que tal vez otros individuos no logren conseguir. El mismo Freud (1907/08) se
hacia esta pregunta en El creador literario y el fantaseo, pues afirma que frente a la
pregunta respecto a de dónde toman los poetas sus recursos para la creación literaria, se
encuentra con la dificultad que ni los mismos escritores podrían saberlo. Sin embargo, el
autor también señala ciertos procesos psíquicos comunes que preceden o son paralelos a la
creación propia de los poetas. Precisamente en este texto el autor nos muestra dos
juego y el fantaseo.
Las actividades rectoras del niño y del poeta serían muy similares, “pues se crea un
mundo propio o, mejor dicho, inserta las cosas de su mundo en un nuevo orden que le
agrada” (Freud, 1907/08, p.p. 127). De esta forma, Freud afirma que tanto el niño como el
poeta crean un mundo cargado de afectos que, si bien lo toman como si fuese cierto, logran
separarlo efectivamente de la realidad. Este hecho es fundamental, pues otros autores como
pueda movilizar los afectos, tanto en la audiencia como en el autor, pero sin que caiga en
una especie de delirio en el que se confunde la realidad, puesto que “del mundo poético
derivan muy importantes consecuencias para la técnica artística, pues muchas cosas que de
ser reales no depararían goce pueden, empero, depararlo en el juego de la fantasía” (Freud,
Se observa entonces cómo el niño en el juego moviliza varias cargas afectivas que
le generan placer, particularmente impulsadas por el deseo de ser adulto, pues sus juegos
tienden a regirse por las ganas de crecer. Así pues, Freud (1907/08) plantea la dificultad de
que un sujeto abandone algo que le genera goce, por lo que estos juegos se transforman en
fantasías o sueños diurnos. Sin embargo, las características del fantaseo en el adulto
al mundo, el adulto se ve dominado por un principio de realidad que le obliga a ocultar sus
fantasías. El motivo de este ocultamiento lo explica Freud (1907/08) desde los contenidos
Si bien hasta este punto puede hacerse una especie de genealogía de la evolución de
la fantasía, aun no queda claro cómo este proceso se diferencia en la creación poética y un
sujeto cualquiera que tiene ensoñaciones diurnas, pues el mismo Freud advierte que no
consiste solo en comunicarlas ya que si se hiciera “no podría depararnos placer alguno
mediante esa revelación. Tales fantasías, si nos enteráramos de ellas, nos escandalizarían, o
al menos nos dejarían fríos.” (Freud, 1907/08, p.p. 134). Para el autor austriaco,
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 36
que genera placer en el espectador y en el autor, y la narración de los sueños diurnos por
otras personas (por ejemplo, neuróticos) que generan desagrado y vergüenza, yace la
Para lograr esta diferencia, el artista hace uso de dos recursos en particular; por un
presentando tal cual la ensoñación que tuvo, sino deformándola por medio de recursos que
la hagan agradable. Por otro lado, “nos soborna por medio de una ganancia de placer
puramente formal, es decir, estética, que él nos brinda en la figuración de sus fantasías.”
(Freud, 1907/08, p.p. 135). Estas figuraciones formales con las cuales el poeta nos presenta
sus ensoñaciones son las que generan el placer, mas no el contenido de estas9, es decir, lo
que depara el disfrute estético es la manera en la que el poeta logra estructurar y presentar a
su público las fantasías que tiene, y no el contenido de esas fantasías en particular, pues
audiencia. Representa entonces una forma particular de goce, que Freud define de la
siguiente forma.
A esa ganancia de placer que se nos ofrece para posibilitar con ella el desprendimiento de
un placer mayor, proveniente de fuentes psíquicas situadas a mayor profundidad, la
llamamos prima de incentivación o placer previo. Opino que todo placer estético que el
poeta nos procura conlleva el carácter de ese placer previo, y que el goce genuino de la obra
poética proviene de la liberación de tensiones en el interior de nuestra alma. (Freud,
1907/08, p.p. 135).
9
Freud insinúa también que gracias a la forma en las que disfrutamos de las ensoñaciones diurnas del poeta
somos capaces de disfrutar las propias sin vergüenza o arrepentimiento, no solo debido a que el contenido
de nuestras fantasías se remite a nuestros deseos inalcanzados, sino también porque el fantaseo como tal
representa un placer para el hombre.
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 37
En este sentido, cuando se pregunta respecto el por qué una persona termino siendo
poeta sería similar a preguntarse por el devenir neurótico o psicótico de cualquier sujeto. En
otras palabras, no tendríamos por qué diferenciar el artista como si fuese un ser iluminado,
poseído por cierto éxtasis o poseedor de algunos atributos innatos particulares que le
permiten la creación prodigiosa, sino debe ser entendido en el mismo sentido que cualquier
otro camino que puede tomar la vida anímica del sujeto. En este sentido, la disposición
particular que tiene cada individuo de sus pulsiones tiene que ser entendida en su historia
de vida, desde el bagaje psíquico dado por las condiciones particulares en las que creció el
sujeto, y que configuran cierto “perfil” que puede derivar en cualquiera de los caminos
Así como existe una movilización pulsional en el artista que lleva a la creación de
una obra, se da de forma paralela una respuesta afectiva por parte del público que recibe
este producto, por lo que el psicoanálisis tiene elementos valiosos que aportar a la hora de
principio, podría decirse que el psicoanálisis freudiano no se interesó mucho por indagar
autor que pueden ayudar a comprender cuáles son los procesos que se dan cuando se está en
10
Es importante tener en cuenta que la pretensión del psicoanálisis no es el de encasillar sino comprender la
vida anímica de los individuos, por lo que no podríamos hablar más que de ciertas características
constituyentes que llevan a un individuo a ubicarse dentro de estas categorías, sin que implique un
completo estatismo o la imposibilidad de movilidad entre estas.
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 38
El autor griego mostraba cómo el público que presenciaba las obras trágicas podía vivir una
afectiva, que culminaba en una “purga” producto de la redención que vivía el protagonista.
El público lograba un alivio emocional al ver como el personaje trágico lograba anteponer
sus virtudes ante las vicisitudes de la vida, y lograba contraponer estas ante las pasiones que
transformación psíquica.
descubrimiento del Edipo muestra cómo la tragedia no solo tiene como fin la descarga
emocional, la purga que genera un alivio placentero, sino también busca “ordenar la vida
superior en el alma, la inteligencia (nous)” (Figueroa, 2014, p.p. 265). Podría verse en este
cambio psíquico, que guía a una conformación particular de la vida ética del individuo
terapéutico que plantearon Freud y Breuer de este concepto. Figueroa (2014) muestra cómo
suceso traumático” (Figueroa, 2014, p.p. 266). Se observa entonces la íntima relación de la
de los sueños afirma que “Si Edipo Rey conmueve a un auditorio moderno… debe haber
algo que hace resonar en nuestro interior, una voz..., su destino nos conmueve porque bien
hubiera podido ser el nuestro, porque el oráculo emite la misma maldición sobre él y sobre
nosotros” (Freud, 1900, la interpretación de los sueños citado en Figueroa, 2014, p.p 267).
indiferenciable11 el resultado producido en un sujeto que presencia una obra trágica y uno
movilización de los afectos, aspecto que también comparte con el marco terapéutico. Sin
estos afectos. Por lo anterior, el autor austriaco decide modificar su propuesta terapéutica
11
No hay que perder de vista que la catarsis en la terapia y en la tragedia tienen distintas intencionalidades,
formas de actuar y niveles de alcance, por lo que se afirma que son casi indiferenciables en cuanto la
transformación psíquica que pretende por medio de la descarga afectiva.
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 40
descarga de los afectos reprimidos, sino también descubrir cierta lógica inconsciente que
Sin embargo, estos espacios que permiten la movilización del pensamiento no son
ajenos al arte. Capato, Herrera, Mogollón y Arias (2009) muestran como el cine constituye
rodea, logrando una movilización del pensamiento que puede llevar a la transformación
psíquica del espectador, o por lo menos a romper la quietud que caracteriza la cultura
actual. En este sentido, si bien existe un nivel de descarga, los autores la oponen con el
experiencia fílmica como un lugar que permite un espacio para pensarse así mismo a través
de la experiencia del otro, y que posibilita también la construcción de nuevas formas de ver
el mundo. Se trata, como afirman los autores, del arte como experiencia “que permita
generar pensamiento crítico en torno a la realidad que se está viviendo, o mejor dicho, para
ante las diversas realidades que atraviesan a cada ser humano.” (Capato, Herrera, Mogollón
extenderse en cierto modo a otros dominios del arte, particularmente los concerniente a la
ficción. La ficción es concebida por los autores como “invención de lo real, ya que una de
presentárselas al espectador (Keating, citado por Cuesta 2006)” (Capato, Herrera, Mogollón
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 41
y Arias, 2009, p.p 6). La ficción aparece como un espacio de construcción, que no sirve
la vida psíquica del individuo, teniendo así amplia relación con el concepto de fantaseo
característica del cine que busca agradar líricamente al individuo, sino, por el contrario,
promueve la movilización del pensamiento del sujeto, con aquello que surge en la presencia
de un producto artístico. Sin embargo, a pesar de ver cuáles son algunos de los efectos del
arte sobre una persona, aun no queda del todo claro cuál es la naturaleza de la denominada
experiencia estética. Previo al abordaje de este tema hecho por el psicoanálisis, existe un
autor que sirvió de inspiración a esta disciplina para plantear muchos de los conceptos no
solo sobre la movilidad psíquica en la contemplación del arte, sino también en cierto punto
para entender cuáles son las dinámicas pulsionales que hay detrás.
En su texto La crítica del juicio, Kant explora aquello que constituye lo bello y el
momento de este texto, el autor alemán especifica varios tipos de juicio a partir de cuál es la
satisfacción que se consigue a través de estos. Define así los juicios acerca de lo agradable,
que se ciñe específicamente a la sensación producida por el objeto que se busca, por lo cual
es particular de cada individuo y limitado a los sentidos. Por su parte, los juicios sobre lo
a un concepto por medio de la razón, siendo el fin del movimiento de las facultades lo que
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 42
genera placer. Así pues, “lo agradable y lo bueno, concuerdan (…), ambos en que están
Pero el juicio que es de interés para la estética, el juicio del gusto, se diferencia de
estos porque no tiene una intencionalidad en asir un objeto, sino se constituye como un
libre juego de las facultades, que carece de concepto y de interés teórico, pero que lleva a la
reflexión, en cuanto esta sea entendida como la movilización de las capacidades. Lo que se
ánimo, en el cual existe un sentimiento de “completud” respecto al objeto que busca las
facultades, es decir, como si estas estuvieran hechas para conocer el mundo exterior,
aunque al final no logre hacerlo. Estos juicios descritos por Kant tienen como antesala el
placer, pues “indican tres relaciones diferentes de las representaciones con el sentimiento
de placer y dolor, con referencia al cual nosotros distinguimos unos de otros los objetos o
No solo es claro cómo esto representa una forma de entender cómo un sujeto se
posiciona frente a lo bello, sino que se puede ver cómo el psicoanálisis pudo nutrirse de
estos planteamientos para fundamentar su teoría pulsional. En Las pulsiones y sus destinos
Freud (1915) propone ciertas características que tienen las pulsiones; la perentoriedad, que
hace referencia al “factor motor, esto es, la suma de fuerza o la cantidad de exigencia de
trabajo que representa.” (Freud, 1915, p.p. 2042), es decir, la forma en la que estas
satisfacción de este buscando “la supresión del estado de estimulación de la fuente del
instinto.” (Freud, 1915, p.p. 2042). Por último, está el objeto que es la cosa por medio de la
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 43
cual se busca satisfacer el fin. En este punto Freud es claro al afirmar que el objeto no se
Así como en Kant existe una intencionalidad de los distintos juicios que buscan la
satisfacción a partir de sus condiciones particulares, para Freud existen también ciertas
tendencias que movilizan el actuar en la búsqueda del placer, distanciándose tan solo el
lugar donde ubican estas facultades, pues mientras que para Freud surgen de la unión entre
lo instintivo y lo psíquico, para Kant parten de la razón12 como condición previa al placer.
Podría afirmarse, entonces, que en la experiencia frente a lo bello el sujeto está poniendo en
objeto, pero a diferencia de otros momentos de la vida anímica, se hace sin mayores
objetual.
no se dan siempre de forma pasiva y agradable, sino que puede darse la misma experiencia
sublime, el cual, si bien comparte con el del gusto su capacidad reflexiva sin la búsqueda de
12
Es esta otra muestra de cómo el psicoanálisis representa una herida en el proyecto ilustrado, pues si bien
en forma es muy similar a lo propuesto por Kant, derroca la tiranía de la razón dándole un lugar de
relevancia a lo biológico en el hombre, es decir, a su parte animal.
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 44
determinado por la cualidad del objeto que se percibe sino por su cantidad, por la sensación
de grandiosidad que se escapa a las facultades propias del hombre. Mientras que lo bello
impulsa la vida, pues se percibe esta como algo hecha para nuestro entendimiento, en lo
sublime paree que el mundo está fuera de nuestras capacidades, por lo que existe un
movimiento más hacia el interior propio del sujeto. Además, existe una amplia diferencia
en cuanto la satisfacción propia de cada capacidad, como lo ilustra Kant en la siguiente cita:
También esta última satisfacción es muy diferente de la primera, según la especie, pues
aquella (lo bello) lleva consigo directamente un sentimiento de impulsión a la vida, y, por
tanto, puede unirse con el encanto y con una imaginación que juega, y esta , en cambio (el
sentimiento de lo sublime), es un placer que nace solo indirectamente del modo siguiente:
produciéndose por medio del sentimiento de una suspensión momentánea de las facultades
vitales, seguida inmediatamente por un desbordamiento tanto más fuerte de las mismas; y
así, como emoción, parece ser, no un juego, sino seriedad de la ocupación de la
imaginación. (Kant, 1991, p.p. 237).
Este apartado respeto al sentimiento estético parece estar más desarrollado por
la estética (definida como ciencia sobre las cualidades de nuestra sensibilidad) al indagar
sobre aquellos impulsos emocionales que son el insumo de esta disciplina filosófica. Sin
embargo, muestra cómo se ha pretendido ligar la estética con lo bello, aquello relacionado
con las emociones positivas, dejando de lado los sentimientos negativos que pueden surgir
también en el hombre.
siniestro. Para delimitar este concepto, el autor se embarca en una disquisición etimológica
partiendo del presupuesto inicial que lo siniestro “seria aquella suerte de espantoso que
afecta las cosas conocidas y familiares desde tiempo atrás” (Freud, 1919, p.p. 2484). Para
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 45
genera esta sensación en las personas. El primero de esos recorridos deriva en una segunda
definición, a saber, “todo lo que debía haber quedado oculto, secreto, pero que se ha
Dentro de la segunda vía, la de los ejemplos sobre lo siniestro, Freud (1919) recurre
a la propuesta hecha por Jentsch respecto a “la duda de que un ser aparentemente animado,
sea en efecto viviente; y a la inversa: de que un objeto sin vida este en alguna forma
animado” (Freud, 1919, p.p. 2488) recurriendo particularmente al ejemplo del cuento El
arenero de E.T.A Hoffman. Al indagar respeto a cuáles son los aspectos principales de esta
obra que generan en el lector el sentimiento angustioso de lo siniestro, Freud (1919) llega a
la conclusión que no surge de una duda intelectual respecto a lo que está detrás de lo
ocurrido en la narrativa, como proponía Jentsch, sino que va ligado al retorno de angustias
infantiles, de temores primarios que se activan al leer el relato. El bagaje clínico con el que
llega el autor, le permite observar que detrás del temor del protagonista por perder sus ojos
se encuentra un miedo aún más primitivo, el de la castración. Sin embargo, Freud (1919) da
un paso extra y afirma que lo siniestro no solo se produce por el retorno de las angustias
Para ahondar más en esa aparente contradicción, Freud (1919) trae otro recurso
literario que produce esta experiencia siniestra, y es “el tema del “doble” o el “otro yo””
(Freud, 1919, p.p. 2493). Este elemento surge, en primera instancia, de un elemento
narcisista primigenio, en el cual tanto niños como civilizaciones primitivas buscan asegurar
características propias en otro igual a mí para que perduren. Sin embargo, producto del
desarrollo psíquico, el elemento del doble surge también como forma de proyectar en una
parte del yo características infantiles que se creían superadas o fantasías propias del yo
ideal, para así poder juzgarlas como objetos “separados”. En ambas explicaciones, se
observa que el carácter siniestro del doble recae en “que el “doble” es una formación
perteneciente a las épocas psíquicas primitivas y superadas, en las cuales sin duda tenía un
evolución del sentimiento yoico, en una regresión a la época en que el yo aún no se había
enmarcado netamente frente al mundo exterior y al prójimo” (Freud, 1919, p.p. 2495). Esta
fase del yo recuerda a un texto posterior de Freud (1929) El malestar en la cultura donde el
autor hace referencia a un sentimiento “oceánico” donde los individuos, frente a temas
como la religión, retornan a esas primeras etapas donde el yo no se diferenciaba del mundo.
Esto sentimientos van de la mano con el sublime kantiano, pues nos enfrentamos a la
inmensidad producida por una indiferenciación con el mundo, pero además porque, tal y
como lo dijo el filósofo, hace que nos volquemos hacia nuestro interior.
Sin embargo, estos elementos que retornan no solo hacen referencia a las pulsiones
referentes a la vida. Es preciso aclarar como lo siniestro también se da cuando retorna una
1919, p.p. 2496). Las experiencias estéticas son entonces capaces no solo de movilizar los
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 47
mecanismos eróticos sino también los tanaticos que nos condenan a la repetición, a la
reprimido, aquello que fue familiar pero que se tornó extraño debido a este destino
pulsional. Sin embargo, esto no sería posible si no se diera una ruptura en el principio de
realidad, que logra borrar el límite entre el espacio de fantasía propiciado por la obra y la
Estas reflexiones acerca del sujeto espectador propuestas por el psicoanálisis tienen
repercusiones en la teoría del arte. Acorde con el espíritu del siglo XX14, el psicoanálisis
promueve que el sujeto receptor de la obra pase de una visión meramente contemplativa a
una más activa, en la que artista y público tienen una función co-creadora en la obra. Como
que ambos elementos de la relación juegan un papel activo en la interpretación del mensaje
de crear nuevas realidades frente al objeto estético que tiene frente así. Este carácter
reflexivo del espectador frente a la obra no desestima el carácter de goce que puede sentir
con esta, pues como se ha visto, el placer es el principal motor de la experiencia estética.
13
Freud menciona por medio de algunos ejemplos aspectos propios del pensamiento del niño como lo es e
animismo, el pensamiento mágico y la sobrestimación narcisista.
14
Siendo este un punto de quiebre con la teoría Kantiana sobre el gusto.
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 48
Sin embargo, tal como lo advierte Jauss (1972) en Pequeña antología de la experiencia
estética, no se debe partir del presupuesto que “la actitud de goce con el arte sea una cosa, y
como aquellos negativos (respecto a lo siniestro o sublime) nos enfrentamos ante una
misma realidad; existe una movilización pulsional, una especie de búsqueda, que encuentra
como resultado la imposibilidad de asir el objeto. Así, en el primero nos enfocamos hacia el
mundo, revitalizando las pulsiones de vida que nos llevan a buscar en este el objeto de
descarga, pero nos encontramos con que no podemos concretar ese fin en ningún objeto
particular, y en el segundo (sublime y siniestro) nos volvemos hacia nosotros mismos, hacia
estos elementos.
del mundo. Sin embargo, no debe tomarse esto como una afirmación desesperanzadora,
sino que por el contrario reafirma la vida, puesto que en el mismo movimiento de volcarse
hacia esos objetos (internos o externos) yacería el placer. En este sentido, la experiencia
estética mostraría cómo es el medio mismo lo que revitaliza al individuo, mas no la meta
alcanzada. El individuo como espectador representa una forma de vida pretendida por el
psicoanálisis; el de movilizar el deseo para que este siga en su búsqueda como motor de la
conciernen al psicoanálisis respecto al arte es este tal vez uno de los más explotados. Desde
la creación del psicoanálisis, la obra de arte ha estado íntimamente ligada a esta disciplina,
como una vía regia de acceso al inconsciente. Sin embargo, con el avanzar de la disciplina
volcaron a esta con la intencionalidad de analizarla por medio de preceptos propios del
psicoanálisis. Pero no solo esto, sino también otras disciplinas comenzaron a apropiarse de
estos elementos para hacer análisis exégetas de obras particulares, o simplemente para
idea expresada directamente en el discurso, es decir, no podemos asumir que aquello que
logramos encontrar en la obra por nuestra propia interpretación sea aquello que quiso decir
análisis de la obra, pues si bien es cierto que existen ciertos conceptos del psicoanálisis que
clínico desde donde surge la teoría analítica, la construcción simbólica que construye el
15
Con este término no me refiero a una voluntad consciente meramente, sino a un deseo que puede ser
igualmente inconsciente
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 50
Por su lado, en el análisis detallado de una obra de arte se da la relación en una sola
vía, pues el analista se enfrenta a un objeto ajeno del cual puede aplicar interpretaciones sin
comprender el mensaje oculto detrás. Si bien esto no puede desmeritar tal ejercicio, sí es
importante entender esto para poder comprender las delimitaciones que se tienen cuando se
lleva a cabo. Por esto mismo, puede decirse también que en esta aplicación particular del
psicoanálisis respecto al arte es donde menos se puede apreciar una base estética tal y como
reflexiona frente a la obra, viviendo una experiencia estética, sino que el analista se
transforme en crítico que busca por medio de la teoría dilucidar ese objeto oscuro que
decodificar la obra completamente, es uno de los riesgos que se corre, por lo que se debe
recordar lo recalcado por Freud al afirmar que existen aspectos de la obra que no son
completamente del dominio del analista, y que, si así lo fueran, debería buscarse hasta
cierto punto guardar ese “secreto” que permite precisamente la experiencia estética. Así
pues, el ejercicio podría ceñirse a un carácter didáctico en el cual la obra pueda reflejar
aspectos de la vida anímica del hombre, sin perder la capacidad emancipadora que puede
Este fenómeno plantea el interrogante respecto a cuáles podrían decirse que son los
dominios propios del psicoanálisis respecto a la obra. Es imposible negar la gran influencia
que tuvo el psicoanálisis como doctrina del pensamiento en el siglo XX, por lo que sería
casi imposible pedir una delimitación completa respecto otras disciplinas cercanas como lo
es la filosofía, puesto que como se ha visto a lo largo de todo el trabajo, no se puede negar
cómo se han aportado conceptos valiosos una a la otra, creándose un lenguaje compartido
que permite abordar algunas problemáticas de forma conjunta (aunque desde distintos
frentes).
ambiguo. En muchas ocasiones este autor se separó abiertamente del arte, por ejemplo, en
la carta a Breton escrita en el año 1932 en la cual afirma que “yo mismo no soy capaz de
aclararme qué es y qué quiere el surrealismo. Quizá no estoy hecho para comprenderlo, yo
que estoy tan alejado del arte” (Freud, 1932). Freud es enfático a lo largo de su obra al
reseñar los límites del psicoanálisis respecto a la obra de arte. En lo que a la obra freudiana
concierne, la obra de arte tiene su principal relevancia en cuanto al contenido que pueda
presentar, y a cómo este puede expresar ciertos funcionamientos anímicos propios del
hombre.
Sin embargo, en el texto El Moisés de Miguel Ángel Freud (1913) afirma que se
embarca en el análisis de la obra debido al impacto que ésta le puede producir, por lo que
busca comprender este efecto que causa en el espectador. Pero el autor muestra un
inconveniente clave a la hora de intentar comprender este fenómeno, y es que las más
cada espectador. Es por esto que Freud debe comprender qué es aquello que nos emociona
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 52
de la obra, puesto que no puede ser meramente algo que descifrar ya que no existe común
Lo que tan poderosamente nos impresiona no puede ser, a mi juicio, más que la intención
del artista, en cuanto él mismo ha logrado expresarla en la obra y hacérnosla aprehensible.
Sé muy bien que no puede tratarse tan sólo de una aprehensión meramente intelectual; ha de
ser suscitada también nuevamente en nosotros aquella situación afectiva, aquella
constelación psíquica que engendró en el artista la energía impulsora de la creación (Freud,
1913, p.p 1876).
al espectador no solo una idea, sino un estado afectivo, propio del artista que dio creación a
ese objeto. Por lo anterior, no debe verse a la obra como aquel objeto que ha de ser
descifrado, sino frente al cual se debe vivenciar una experiencia que nos coloque en una
Sin embargo, esta comunicación no siempre es del todo eficiente, puesto que no se
da de forma directa sino a través de varios simbolismos. Es por esto que Freud (1913)
insiste en la necesidad del análisis en las grandes obras, pues es preciso interpretar por qué
se vivió dicho estado emocional. Para explicar esto, recurre a una de las obras con mayor
presencia en toda su obra, Hamlet. El autor afirma que se han hecho exhaustivas
interpretaciones de esta obra, más sin embargo el psicoanálisis da una explicación de por
qué causa tanto impacto en el público; en esta obra se plasman los mismos mecanismos
psíquicos descritos en la propuesta Edípica del desarrollo sexual. Así, la obra llega a los
mecanismos primigenios del hombre, generando que esto sea lo más impactante para el
espectador.
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 53
Es por lo anterior que por medio de expresiones artísticas Freud encontró un buen
lugar para desarrollar sus conceptos, no solo porque mostraban que aquello que él planteaba
sobre el psiquismo ya había sido encontrado someramente por otros en la historia, sino
también porque le permitía ver puestos en escena mecanismos internos del individuo, que
son difíciles de mostrar de otra forma. Similar a este planteamiento, Deleuze y Guattari
como “lo que se conserva, la cosa o la obra de arte, es un bloque de sensaciones, es decir un
compuesto de preceptos y de afectos” (Deleuze & Guattari, p.p. 164), resaltando que tras de
ese bloque se encuentra siempre el enigma. Así pues, mientras la obra expresa una serie de
atribuirle cierta explicación (nunca completa) de las dinámicas que esta obra genera.
Partiendo de esto es que se ha llegado a una concepción del arte como “síntoma”.
como una expresión de la vida anímica del creador, o incluso de una disposición cultural de
bien el síntoma es lo que hace singular a cada individuo, Joyce logró encarnar en él el
síntoma, representando lo individual (Lacan, 1975, p.p. 7). Esto fue trabajado también de
forma parcial por Walter Benjamin, quien en su texto La obra de arte en su época de la
reproductibilidad técnica hace un paralelo en cómo las herramientas técnicas del cine
permitieron indagar acerca del inconsciente óptico, así como el psicoanálisis representa una
estrategia para dar cuenta del inconsciente pulsional (Benjamin, 2008, p.p. 77-78). Si bien
la intención del autor al hacer este paralelo era otra, de aquí podríamos desprender cómo el
arte también puede representar una herramienta para comprender el inconsciente pulsional,
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 54
puesto que pone en juego una serie de sensaciones y, como el mismo Benjamin (2008) lo
dice, afectos populares que logran mostrar la vida pulsional de los individuos de formas
humano, ya no sólo como lo planteado en el apartado del artista que muestra las
mecanismos básicos que compartimos todos los seres humanos. Es decir, en el producto
artístico logramos ver nuestra parte humana, como un espejo que nos muestra nuestro
bagaje filogenético. Pero no sólo se limita a mostrar lo biológico; también resulta una
expresión del espíritu de la época, por lo que representa una imagen de una suerte de
Tal vez uno de los ejemplos más explícitos es la tarea emprendida por Charlotte
Beradt en la cual se propuso recopilar los sueños que tenían las personas en el marco de la
Alemania nazi entre guerras. Didi-Huberman (2012) afirma al respecto cómo la autora
"recogió todo un corpus de sueños con vistas a ofrecer algo así como un documento
psíquico del totalitarismo, del terror político en cuanto que proceso obsesivo hasta en lo
más profundo de las almas” (Didi-Huberman, 2012, p.p. 104), que no buscaba representar
vivencia psíquica de su época para tratar de transmitir eso a quien quisiere escucharlo,
reivindicando así no solo la idea detrás de los escritos sino sobre todo el estado emocional
que se experimentaba.
Donald Meltzer. Este autor americano da un paso más al proponer una perspectiva del
desarrollo teórico.
Bion, y a partir del concepto de la transferencia muestra la evolución de estos. Así pues, en
analítica pues el objetivo primordial era acceder a la génesis de las neurosis, por lo que este
proceso se presentaba como un impedimento para que se diera pie a una rememoración de
Por otro lado, Klein muestra la transferencia como una “personificación” de los
objetos internos, por lo que el estudio de estos últimos se vuelve más relevante en la
introyectadas con los objetos construidos en su mundo interno. Se considera a este como
modelo teológico ya que “se basa en la idea de que las personas tienen algo así como una
“religión” en la que sus objetos internos cumplen el papel de “dioses” con funciones
reguladoras en el mundo interno.” (Ungar, 2000, p.p. 3). Esto implica que a medida que el
niño va construyendo su mundo interno transita por diferentes etapas, siendo la primera el
Infierno pues la falta de integración de los objetos internos generaría alta ansiedad en el
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 56
construidas con la realidad, proceso que resultará fundamental para la teoría Meltzeriana.
Por último, la autora expone la teoría Bioniana, que plantea el desarrollo como “un
las vivencias, de las experiencias emocionales, sobre las que es necesario pensar.” (Ungar,
2000, p.p. 4). Esta mente, sin embargo, no se construye del todo a sí misma, sino que lo
confusos del mundo. Surgen pues tres afectos que guiarán el desarrollo del niño; el amor, el
odio y el deseo de conocer, al que se le opondría una parte mentirosa de la personalidad con
principal motor del desarrollo infantil. Existe en el bebé un Conflicto estético al enfrentarse
con el pecho materno, pues “como representante de la belleza del mundo, coloca al bebé de
entrada en una situación de conflicto. Las emociones puestas en juego ante el impacto de la
belleza lo sobrepasan y espantan.” (Ungar, 2000, p.p. 5). A pesar que la presencia de la
madre es para el niño una experiencia de la belleza, esta genera un impacto emocional que
conflicto “entre lo que puede ser percibido, el exterior bello y lo interior, que no es
observable, es desconocido, enigmático” (Ungar, 2000, p.p. 5). Se instala entonces una
pregunta sin respuesta respecto a si el interior es tan bello como el exterior, pues este
último puede ser captado por los sentidos mientras el primero es una interrogante. Esta
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 57
naturaleza son indicados por las intensas emociones y sensaciones que despierta y no por la
razón.” (Levy, 2017, p.p.6). Esta experiencia marcará la construcción psíquica del sujeto de
ahí en adelante, e impondrá como máxima que “la belleza implica el contacto con la
soportarla.” (Ungar, 2000, p.p. 6). Sin embargo, esto no implica que se abandone esta
búsqueda, pues precisamente esta experiencia conjuga las tres vertientes propuestas por
Bion (amor, odio y deseo de conocer), en antagonismo con las tres vertientes falsas. El
amor por el conocimiento seguirá siendo el motor del desarrollo mental, pero se asume “la
Es por esto que el proceso de simbolización toma un papel relevante, pues la madre
debe buscar, volviendo al lenguaje Bionaniano, retomar esos elementos beta del niño que le
otras palabras, se busca que aquellas emociones que resultan enigmáticas en el niño, debido
muestra cómo Meltzer toma distancia de Bion pues este último se ciñe estrictamente a la
dimensión verbal (lo que se ha denominado anteriormente como el signo), dejando de lado
función alfa permitiría la resolución de dichas tensiones que se presenta en el sujeto por la
incomprensión del mundo externo respecto a los elementos internos que no comprende,
Se sigue de esto una clara aplicación en el ámbito clínico, puesto esta incertidumbre
señala, esta imposibilidad de acceso completo al otro debe generar una nueva forma de
construcción del conocimiento, en el que “el analista, está disponible para comprender pero
Levy (2017) rescata que el analista debe llevar a cabo una función similar a la madre en
aquellos elementos que le generan malestar. Y esto implica una actitud particular con los
pacientes, “un estado mental más cercano al onírico que al proceso secundario” (Levy,
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 59
2017, p.p.3), en el que debemos dejarnos inundar con sus matices para, a partir de los
Sin embargo, es importante resaltar nuevamente que como partimos de una postura
que no permite el conocimiento completo del otro, este contacto analítico se da a partir de
la intuición que nos permita reflejar de cierta forma el funcionamiento interno del
individuo. Por lo anterior, a partir de estos postulados teóricos propuestos por Meltzer, se
desarrollan también ciertas características concernientes al método que sean coherentes con
consecuencias que tiene este modelo estético propuesto por Meltzer respecto al trabajo
En primer lugar, la autora afirma que, a partir de este nuevo modelo, el encuadre
tiene como punto central el “estado mental del analista” (Ungar, 2002, p.p. 8), puesto que
esta disposición del terapeuta genera en el paciente una nueva “postura” mental en la cual
todas sus demandas tendrán “como respuesta una actitud de receptividad y disposición a
conformación de la pareja analítica tiene que tener como base la flexibilidad del analista, el
cual debe posicionarse como un agente que escucha y reflexiona respecto de lo que trae el
sujeto a las sesiones sin responder a esto con una postura de conocimiento completo, que
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 60
pretende explicar plenamente aquel sentido oculto detrás del discurso del paciente, acorde
observación, sin que represente una teoría cerrada de la vida del consultante que no le
permita tener la disposición estética propia de la terapia, pues “en el sentido del paradigma
estético, cualquier teoría que uno tenga sobre sí mismo, por mejor que sea, va a ser una
en este mismo marco, de una verdad parcial obtenida a partir de la construcción conjunta
más que un saber certero. Esta comunicación debe incluir también una metacomuncación,
la cual debe velar por mostrar por medio de la actitud del terapeuta aquello que el analista
no puede decir en palabras. A pesar de no haber una completa comunicación, puede haber
interacción, y es aquí donde toma relevancia la transferencia. Se muestra algo que no puede
comunicarse, pero que al aparecer y ser mostrado, puede elaborarse conjuntamente. “El
(Ungar, 2002, p.p. 9). Se abre de nuevo el paralelo hecho por Langer al lenguaje artístico, el
cual lleva a una experiencia estética en la cual se pretende que se puede llegar a acceder a
algún conocimiento que en últimas no se da del todo. La autora muestra como “Esa
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 61
paradoja estética podría ser el corazón del posible modelo estético: parece que algo va a
instaura con mayor fuerza aquello que el analista puede observar, mas no articular, por lo
Esto tiene desde luego consecuencias en la noción de cura, puesto que “como
desplegando.” (Ungar, 2002, p.p. 11). Por lo anterior, la finalidad del análisis en este
modelo es mucho más cercana a la idea de que el individuo logre continuar su desarrollo y
se apropie de aquellos elementos que no ha logrado integrar, llevándolo así a que pueda
pensar por sí mismo (internalizando la función continente y la función alfa según Bion).
Esto plantea de nuevo la pregunta que ha atravesado la filosofía por la mejor forma de vida,
pues “Se basa más en una posición ética de que cada persona puede ser dueña absoluta de
de su propio self, haciéndose responsable tanto de sus actos como de sus deseos” (Ungar,
práctica, sino que podemos tomarla como lo hace Didi-Huberman (2012) contraponiéndola
frente a una postura en el que se plantea un horizonte “que se extiende inmenso e inmóvil
más allá de nosotros” (Didi-Huberman, 2012. p.p.89), y que plantea ciertos preceptos
estáticos que se erigen como verdades absolutas, se debe proponer una economía de la
experiencia que toma elementos propios del devenir cercano de cada individuo para
las imágenes que surgen fugaces en lo cotidiano para poder revalorizar la experiencia y
experiencia clínica particular, de las imágenes que pueden surgir en ese proceso, antes que
buscar respuestas en una “lejanía teórica”. Son precisamente estas imágenes a las que hace
referencia el autor francés, las que constituyen los elementos más importantes de análisis en
verdades ocultas. El ejemplo tal vez más claro de esto son los sueños, que aparecen en las
sesiones como contenido que trae un significado detrás, pero que debe ser tenido en cuenta
respecto a lo que representa en esa experiencia analítica particular, para buscar por medio
de éstas esta liberación planteada por Didi-Huberman (2012) (que en el marco analítico
seria la reapropiación de aquellos elementos inconscientes del paciente que le son ajenos,
para construir nuevas formas de vitalidad). Por esto, esta experiencia se enmarcaría en una
creación de estas por medio del arte; se trataría de dos caras de la misma moneda, mientras
internos similares. Esto tiene como consecuencia que de la búsqueda de consulta por parte
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 63
del paciente que puede experimentar ciertas carencias dentro de su vida, el análisis logre
cercana a la clínica que puede servir como ejemplo para ilustrar lo dicho y que sirve
llevan a cabo sesiones en una institución escolar16. A partir de unos encuentros iniciales,
que se vieron hasta cierto punto influenciados por la poca motivación que tenía el joven por
estar ahí, empezaron a surgir elementos relevantes para el análisis, siendo uno de estos la
dificultad que tenía él para poder plasmar sus emociones en palabras, es decir, para poder
cual el pudiera expresar aquello que quería y yo pudiera entender estos elementos para
llevar a cabo alguna retroalimentación. Sin embargo, a lo largo de todas las sesiones, el
música en su vida, puesto que afirmaba que “solo se sentía vivo cuando estaba escuchando
16
Si bien esto tiene implicaciones frente al encuadre, se intentaba en la medida de lo posible que este fuese
estático para que se mantuvieran las condiciones mínimas necesarias para la intervención.
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 64
música”, pero a pesar de ser recurrente este tema, nunca había tenido un papel relevante en
una canción que tenía muy presente en ese momento de la vida. La letra de la canción era
bastante diciente respecto a las situaciones particularmente que lo llevaron a ser remitido a
acompañamiento psicológico, pero no solo eso, sino que expresaba en cierta medida la
postura del joven respecto a este problema. A partir de esta sesión las canciones se
canciones que traía eran una forma de expresar toda la carga afectiva tempestuosa que tenía
Pero no sólo le servía como expresión, sino también como forma de organización,
puesto que cuando se escuchaba una canción de forma conjunta en el encuentro, lograba
entender un poco más lo que sentía, llevando a que la conversación que teníamos respecto
al contenido (tanto lírico como musical) de la canción era en verdad una reflexión respecto
a su propia vida anímica. Estas nuevas dinámicas marcaron un cambio significativo no sólo
en el sentido que daba vías de entendimiento nuevas respecto a sus procesos internos, sino
él, y afirmaba que era un espacio que esperaba en la semana pues le permitía hablar de
aquello que tanto le gustaba. Además se pudo ver una mayor movilización en la vida
psíquica de él, expresada en otros elementos como cambios en la vida fuera de terapia o en
del acompañamiento que no pueden ser narrados debido a que hacen parte de esas esferas
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 65
que son difíciles de aprehender, que hacen parte de la experiencia analítica pero que no
logran tomar forma del todo para ser plasmados del todo en un relato organizado.
A partir de este ejemplo se observa cómo puede darse un abordaje clínico a partir de
objeto artístico podía aprovechar esta fuerte experiencia estética para intentar movilizar su
propia vida anímica, y le servía para encontrar plasmado en estos objetos elementos
importantes de su vida interna, llevando a que pudiera hacer un abordaje distinto de estos.
Además, la canción representaba para él una comunicación con los artistas que los crearon,
cercanamente ligados a su yo ideal, por lo que era importante retomar esta relación basada
en el goce artístico para poder construir las reflexiones alrededor de su vida psíquica. Por
último, tal como se dijo anteriormente, la obra de arte se convirtió también en una vía
privilegiada del inconsciente para llevar a cabo la expresión emocional que tanto
en ese momento (es decir, en su función catártica), así como una excelente manera de
establecer formas de comunicación con los demás, de las cuales también carecía17.
sujeto ajeno a mí, y frente al misterio que era para el mismo adolescente su vida anímica,
17
Es particularmente importante resaltar como la música era subestimada por los otros cuando la traía a
colación, y casi nadie lograba entender no solo el papel fundamental que jugaba está en la estructuración
psíquica que estaba construyendo el joven, sino como también era su única forma de decirle a los demás las
cosas, siendo incluso también a veces un pedido de atención y auxilio.
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 66
me propuse a abordarlo de tal manera que pudiera “decodificar” esto que quería encontrar.
En otras palabras, pensé que la mejor forma de ayudarlo era tratar de descifrar y estructurar
estas emociones que le eran ajenas, como si se tratara de develar un sentido oculto frente a
una fachada. Sin embargo solo fue en el momento que trajo algo que aparentemente trataba
de otra cosa (letra de canciones de otros compositores) que se pudo generar una verdadera
relación que llevo a la movilidad del adolescente. Tuve entonces que enfrentarme a las
canciones buscando entender cómo representaba un símbolo, una metáfora de aquello que
él buscaba expresar. Tenía también que preguntarme que despertaban estas canciones en
mí, que afectos movía, pero respecto a por qué se daba esta reacción en cuanto a un otro
que las trajo18, para poder construir un significado conjunto de lo que representaba. Así
pues, se generaba una reflexión compartida que permitía lanzar hipótesis y que llevaban a
que existiera movimiento tanto en las sesiones, como en la vida anímica del joven.
Discusión
Las discusiones que se han hecho en este trabajo respecto al diálogo entre el
psicoanálisis como forma de entender la mente humana y las diversas formas que sustentan
que ha ido elaborando, y cómo ha tomado elementos prestados de la estética para construir
18
Resulto de gran utilidad que la música que le gustaba a él no era la que yo más escuchaba antes, puesto
que cada canción que traía a sesión era nueva para mí, y la abordaba a partir del hecho que fue él quien la
presentó.
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 67
metodología propia.
cómo es su propia naturaleza la que exige nuevas herramientas que le permitan acercarse al
este sentido, no se trata de negar una perspectiva científica que también hace parte del
esta disciplina. Por la misma propuesta lógica del inconsciente, resultaría inoficioso
teórico y práctico, que se ajuste a un mundo interno que no puede ser comprensible en su
fluctuantes. El hecho que resulte innegable la existencia del inconsciente, no implica que
para poder entenderlo se deba recurrir a formas que cometan injusticias con su naturaleza.
Para poder acercarse a esta estructura inconsciente, es preciso un proceso de traducción que
haga uso de figuras que permitan que pueda irrumpir en el relato consciente (es decir,
símbolo. Estas figuras metafóricas dan cuenta del juego pulsional que está detrás, sin la
Es por esto mismo que la perspectiva estética representa un aporte valioso para la
plasma de forma clara la racionalidad sensible propuesta por Schiller, ya que permite
conjugar los elementos de la razón pura y lo sensible, que logran abordar de forma más
como se ha tenido que nutrir inevitablemente del ámbito estético. Por un lado, ha hecho uso
través de la estructura metafórica del mito ha ilustrado muchos de sus preceptos, debido a la
descubrimientos permite que puedan ser aplicables en los casos particulares sin que se
estático que espera ser aplicado, sino que se constituyen mecanismos dinámicos que están
construcción de nuevas formas de vida, aspecto que en últimas puede constituir una de las
principales objetos de estudio de la estética, una vía regia de acceso al inconsciente, por lo
teóricos que pretende explicar. Freud dijo que mucho de lo que el proponía podía hallarse
con anterioridad en poetas, que, si bien no le daban el manejo teórico riguroso propio de
una disciplina psicológica, sí dilucidaban los mecanismos de la vida anímica con una
sorprendente claridad. Por eso resultaba fundamental dedicar un apartado al estudio del arte
por parte del psicoanálisis, puesto que a partir de esta relación, surgieron en ocasiones
recurre a Hamlet o Edipo para explicar componentes de la vida psíquica del hombre, se
puede encontrar esta relación en otros lugares del estudio del arte. Así, por ejemplo, el
estudio de los afectos movilizados en el espectador de arte dio pie a que se desarrollaran
conceptos fundamentales en la teoría, tales como la catarsis, que fue el primer principio de
la terapia, así como la experiencia estética sufrida frente a una imagen figurativa artística
que sirvió como fundamento a Meltzer para proponer una teoría psicogenética de la mente.
Por su lado, para comprender uno de los destinos de las pulsiones, la sublimación, y otras
forma en la que este mecanismo funcionaba en los artistas, pues en estos podría verse
expresada de forma más ilustrativa. Así mismo, la obra de arte como tal representa una
historia personal del artista y el interjuego que se da con el espectador, sino también el
bagaje filogenético y cultural del hombre, por lo que por medio de estas imágenes se puede
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 70
práctica analítica.
cómo estos pueden resultar importantes para hablar de una eficiencia práctica del
psicoanálisis. De nuevo se parte del presupuesto básico de que la verdad que se trabajará en
la terapia no es única, y que el fin de esta no es el develar una realidad oculta tras la
narración del paciente, ni mucho menos de imponer una propia del analista. Por el
contrario, se pretende llegar a una construcción conjunta (entre analista y analizando) que
permita reflexionar respecto a los distintos modos de vida posibles, una apuesta ética que, sí
requiere el indagar el enigma que representa la vida interna del paciente, pero no con el fin
teniendo en cuenta perspectivas figurativas que puedan dar cuenta de los movimientos
pulsionales del individuo, mas no que lleguen a explicarlos. De nuevo, se hace necesario
utilizar todas las herramientas disponibles (las de la sensibilidad como las de la razón) para
poder contemplar esa realidad buscada. Por esto, la pareja analítica debe simbolizar estas
dinámicas psíquicas, creando una imagen simbólica (tal y como una obra de arte) que
pueda servir como imagen del paciente, y en general de la relación terapéutica, que
permitan la reflexión y reelaboración de los objetos internos del individuo. Existe pues una
función co-creadora en la obra de arte por parte del espectador, pues crea nuevas realidades
frente al objeto estético, y esa potencia creadora se busca también en el análisis, ya que de
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 71
esa verdad que va surgiendo de la pareja analítica se busca que tenga implicaciones en la
Por esto mismo puede extenderse el paralelo del encuadre clínico al espacio
ficcional que genera el contemplar algo bello, puesto que hay una movilización de energías
libidinales que no solo generan placer, sino que también dan espacio para la elaboración del
manera distinta; tanto el análisis como la experiencia estética busca que haya una movilidad
pulsional que sirva como motor de vida, pues no importa asir esa verdad buscada, sino que
esa constante búsqueda representa la base para la vida psíquica del hombre, lo que
Se alza entonces como mayor certeza el que, al igual que al enfrentarnos al hecho
estético, al hablar del análisis estamos en el campo de la incógnita. Por esto mismo, este
resulta un tema imposible de cerrar, por lo que las reflexiones aquí propuestas pretenden
precisamente movilizar el pensamiento y mostrar que, al aceptar que se debe vivir frente a
Así, frente al objeto misterioso que se encontró Sócrates en el mar cuando era joven,
sucumbiendo a los cantos de sirena que puede representar la razón, en su afán de dilucidar
completamente el misterio, y que puede impedir un deleite que construye nuevas formas de
estar en el mundo.
Viviendo el enigma: Diálogo entre Psicoanálisis y Estética 72
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