0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
10 vistas10 páginas
Este resumen describe la interacción de un usuario con un dependiente en un departamento de atención al cliente. El dependiente da instrucciones confusas sobre cómo llegar a diferentes departamentos y ofrece un regalo de una cámara invisible que viene con un manual incomprensible. Cuando el usuario pide hablar con un supervisor, el dependiente evade la solicitud diciendo que están en una reunión indefinida. El resumen captura la naturaleza engañosa y absurda de la interacción a través de la perspectiva del frustrado usuario.
Este resumen describe la interacción de un usuario con un dependiente en un departamento de atención al cliente. El dependiente da instrucciones confusas sobre cómo llegar a diferentes departamentos y ofrece un regalo de una cámara invisible que viene con un manual incomprensible. Cuando el usuario pide hablar con un supervisor, el dependiente evade la solicitud diciendo que están en una reunión indefinida. El resumen captura la naturaleza engañosa y absurda de la interacción a través de la perspectiva del frustrado usuario.
Este resumen describe la interacción de un usuario con un dependiente en un departamento de atención al cliente. El dependiente da instrucciones confusas sobre cómo llegar a diferentes departamentos y ofrece un regalo de una cámara invisible que viene con un manual incomprensible. Cuando el usuario pide hablar con un supervisor, el dependiente evade la solicitud diciendo que están en una reunión indefinida. El resumen captura la naturaleza engañosa y absurda de la interacción a través de la perspectiva del frustrado usuario.
En el desangelado edificio, las blancas baldosas del suelo recién vitrificadas
relucen hasta perderse de vista y cada paso de Horacia retumba con el sonido de diez. Las modernas oficinas institucionales aún huelen a pintura fresca y al sudor compacto de los albañiles que apenas unas semanas antes terminaron la quinta reforma de los últimos dos años. Aquí y allá se alinean mesas vacías, equipadas con teclados y monitores de última generación, y a Horacia le cuesta recorrer la sala hasta el mostrador donde aguarda un sesentón de aspecto soñoliento. USUARIO: Estoy buscando el departamento de Reclamaciones. DEPENDIENTE: Lo quitaron ayer. USUARIO: ¿Cómo que lo quitaron…? Concerté cita hace unos días. ¿Qué departamento es este? DEPENDIENTE: El General… El de Mentiras. USUARIO: ¿Cómo? DEPENDIENTE: El de mentiras… USUARIO: ¿Cómo que el de Mentiras? DEPENDIENTE: Sí. El de mentiras…, no nos haga repetir las cosas dos o tres veces que después nosotros cobrar solo cobramos una. Y vamos, no haga colas que hay mucha gente esperando. USUARIO: (Mira soprendida como que no hay nadie). —Pero dónde tengo que ir? DEPENDIENTE: Pase por el pasillo a la izquierda, luego a la derecha, luego a la derecha de nuevo y luego todo recto hacia el fondo y luego a la izquierda. (USUARIO repite entre dientes el trayecto, lo dibuja mentalmente con el dedo hasta que recorre el trayecto y regresa al mismo punto). DEPENDIENTE: (Se pone unas gafas. Fuerza una amplísima y exagerada sonrisa). Buenos días: bienvenido al departamento. de Atención al USUARIO. USUARIO: Ayer concerté una cita. Dos horas hablando con la operadora automática. Dos de musiquita, dos marcando numeritos con distintas opciones, porque lo intenté hacer por Internet, pero se colgaba en la última página, después de haber rellenado las dieciséis anteriores. DEPENDIENTE: Dígame su nombre. USUARIO: Horacia Huertas Santos. DEPENDIENTE: Santos con hache, ¿no? USUARIO: ¿Cómo que con hache? ¿Cómo va a ser con hache? DEPENDIENTE: Es que no aparece. Ni como Horacia, ni como Huertas ni como Santos. ¿No la pediría con otro nombre? USUARIO: ¿Por qué iba a pedirla con otro nombre? DEPENDIENTE: A veces pasa. Hay gente que pide la cita para su para su hijo o para su marido. USUARIO: Era una cita para mí y la pedí con mi nombre que es Horacia Huertas Santos. DEPENDIENTE (Sin dejar de sonreír): Si le podemos ayudar en algo más… USUARIO: Cómo que en algo más. ¡No me ha ayudado en nada! DEPENDIENTE: Que tenga una buena tarde. (Dándole un montón de papeles). USUARIO: Qué es esto. DEPENDIENTE: La encuesta de satisfacción. Si la rellena, le regalamos una miniminiminiminiminiminicámara. USUARIO: ¿Solo por rellenar esto? DEPENDIENTE: Sí. Y además entrará en el sorteo de un fabuloso viaje. USUARIO (Toma las hojas y comienza a rellenar): No se crea que por ello evitarán la reclamación. (Leyendo). DEPENDIENTE: Bueno, bueno. Deje de protestar y rellene, lo importante es rellenar. USUARIO: Piden muchos datos. DEPENDIENTE: Los necesarios. USUARIO: ¿Los necesarios para qué? DEPENDIENTE: Los necesarios para que olvide por qué ha venido. USUARIO: Pensamientos negativos, fantasías eróticas, perversiones, depilación de zonas íntimas, color preferido... ¡Ja! No pienso revelar cuál es mi color preferido. DEPENDIENTE: Si no rellena algún dato no tiene derecho a la miniminiminiminiminiminicámara. USUARIO: ¿Y si algo no lo sé? DEPENDIENTE: Pues se lo inventa como hacen todos. USUARIO: ¿Y de que les sirve que me invente algo que no es verdad? DEPENDIENTE: Son encuestas, puede inventárselo todo que no hay problema. Después nosotros ya sacamos conclusiones. Lo que no puede es dejarlo en blanco. USUARIO (Suena el tictac de un reloj que marca el paso del tiempo). Por fin. Han pasado dos horas y media qué barbaridad.
DEPENDIENTE (Coge los papeles y empieza a poner cuños como un loco
también en cámara rápida hasta que USUARIO lo detiene). USUARIO: Lleva una hora y veinte minutos estampando sellos. DEPENDIENTE: Tiene que estar bien registrado, si no, en auditoría nos crujen. Como falte un sello, ¡uf como falte un sello…! Lo peor que nos puede pasar es que falte un sello. (Sigue poniendo sellos como loco hasta que termina). USUARIO: ¿Ya? DEPENDIENTE: Ya. (Mira de soslayo y pone un sello más): Faltaba la fecha. (Le pone un par de sellos más. Otro. Esconde los papeles). Bien, muchas gracias por haber colaborado con nosotros, en garantía de la ley de protección de datos le informamos que esta conversación está siendo grabada. USUARIO: Qué conversación. DEPENDIENTE: La nuestra. USUARIO: ¿Y qué garantía de protección de datos si he debido responder a…? ¿Qué datos faltan por proteger? DEPENDIENTE: Es un trámite. Nos lo exige la ley. La ley de defensa del consumidor. (Sonriente y excesivamente amable, mete la mano por debajo de la mesa). ¡Y ahora, gracias por su colaboración, aquí tiene su obsequio!: la miniminiminiminiminiminicámara premium prime vip con 257 opciones de grabado y efectos especiales, autoreverse, alta definición, sumergible, antichoque, incorpora el sistema power-lendi-travel-comes GX enfoque automático y generación de imágenes ficticias. Valorada en dos millones cuatrocientos doce mil ciento vientisiete euros con dieciocho céntimos! (La coge con los dedos pulgar e índice y la coloca sobre la mesa. Hace un gesto con las dos manos señalándola). USUARIO (Mirando extrañado): ¿Dónde está? DEPENDIENTE: Ahí. Sobre la mesa. USUARIO: Yo no veo nada. DEPENDIENTE: Es una miniminiminiminiminiminicámara. USUARIO: ¿Tan miniminiminimini que no la capta el ojo humano? DEPENDIENTE: En la discreción está el precio. Por eso es tan cara. USUARIO: ¿Y cómo la voy a usar si no la veo? DEPENDIENTE: Ya le dije que es automática. USUARIO: Automática. Muy bien. ¿Cómo empiezo a grabar? DEPENDIENTE: Tendrá que leer el manual de instrucciones. (Sacando varios volúmenes grandísimos y dejándolos sobre la mesa. Se le nota en la voz el esfuerzo). Aquí está. USUARIO: ¿Este es el manual de instrucciones? DEPENDIENTE: Resumido. USUARIO: Todo lo que han escatimado en cámara lo han puesto en el manual. (Lo hojea). ¡Está en japonés! DEPENDIENTE: Es coreano. No sea torpe. ¿No sabe coreano? USUARIO: No. DEPENDIENTE (Moviendo la cabeza como recriminándolo): Es que… ¿y cómo va por ahí sin saber coreano? USUARIO (Un poco avergonzado): Pues… DEPENDIENTE: ¿De verdad no sabe? USUARIO: No. ¿Y usted? DEPENDIENTE: Yo no compro miniminiminiminiminiminicámaras coreanas. USUARIO: Yo tampoco. Me la regalan al rellenar encuestas. DEPENDIENTE: Hay una traducción del manual, pero nos la tendrá que devolver. USUARIO: ¿Devolver? DEPENDIENTE: Sí. Ya le dije que hay «una» traducción. Solo una. (Saca unas hojitas de las que dan como manual de USUARIO en cualquier pequeño electrodoméstico) Aquí está. Tenga esta hoja. USUARIO: ¿Aquí está todo o es un resumen del resumen más resumido? DEPENDIENTE: Está todo, por supuesto. Se lo aprende y así sabrá cómo usarla. USUARIO: Primero tendré que aprender cómo cogerla. (Leyendo el manual). «SX Máquina de entre compra útil en lluvia momentos por de bienvenido grabe GM enhorabuena». ¿Qué narices significa esto? DEPENDIENTE: Es el manual traducido. Usted sígalo al pie de la letra. Y vamos (con una sonrisa) que hay mucha gente esperando. USUARIO (Girándose para mirar y tras comprobar que no hay nadie. Mira al dependiente y vuelve a mirar hacia detrás): ¿En serio? Debe de ser miniminiminiminiminiminigente. DEPENDIENTE: Llévese su cámara y que pase usted muy buenas, buenísimas tardes y feliz Navidad y feliz cumpleaños. USUARIO: No es Navidad y no es mi cumpleaños. DEPENDIENTE: Para cuando sean. USUARIO: ¿Sabe lo que le digo? Que son ustedes unos estafadores y que puede meterse esta miniminiminiminiminiminicámara y sus manuales por el culo… Mire, mire lo que hago con su… miniminiminiminiminiminicámara, la cojo con dos dedos y la tiro a tomar por el… DEPENDIENTE (Sigue el movimiento con la cabeza como si rebotara en varios sitios y la recoge de nuevo con dos dedos): Uf. La atrapé. Menos mal que es irrompible. Si no la quiere, puede renunciar y le regalamos un coche eléctrico, acuático, volador, subterráneo, e… e… ¡invisible!… Puede elegir el color. Incluso puede ser de su color favorito. USUARIO: Quiero hablar con su superior. DEPENDIENTE: Tendrá que ir a Dirección, entonces. USUARIO: Dónde está Dirección. DEPENDIENTE: Por el pasillo a la izquierda, luego a la derecha, luego a la... USUARIO (Interrumpiéndolo) Vale, vale, que imbécil estoy. No sé cómo se me ha ocurrido preguntar. (Da dos pasitos y regresa). Muy bien. Ya estoy a aquí. DEPENDIENTE: No. No vale. Tiene que ir de verdad, a los de Dirección no se les pueden gastar bromas. No son bromistas ellos. Son… son… son (despectivo) Dirección. USUARIO: Muy bien, pues me marcho. Adiós, adiós. (Da las vueltas y regresa). Ya estoy aquí. Supongo que es Dirección. DEPENDIENTE: Sí. USUARIO: Es usted el director. DEPENDIENTE: No creo que tarde. USUARIO: ¿No cree que tarde el director? DEPENDIENTE: No. No creo que tarden en hacerme director. Si quiere esperarse… USUARIO: Mejor hablo con el director actual. DEPENDIENTE: Está en una reunión. USUARIO: Ah. ¿Y cuánto tardará en salir? DEPENDIENTE: Tres, cuatro, cinco... USUARIO: Minutos. DEPENDIENTE: ¿Minutos? USUARIO: ¿Horas? (EL DEPENDIENTE escucha «horas y se ríe aún más. A carcajadas). USUARIO: ¿Días? (DEPENDIENTE no puede parar de reírse le pide con la mano que no siga. Al fin se recompone. Respira hondo). DEPENDIENTE: Ay. Qué momento. Perdón. Pero es que… (limpiándose las lágrimas). Pues no se sabe cuánto puede durar la reunión. Pueden ser semanas. Meses. Años… Hay directores que nunca vuelven de sus reuniones. (Vuelve a reírse). Si es algo muy, muy, muy urgente puede ir a buscarlo a la sala de juntas. USUARIO: A la sala de juntas. ¿Y dónde está…? No. No me lo diga. El pasillo a la izquierda, luego a la derecha… Conozco mejor este camino que el de mi casa… (Hace como que lo camina mientras DEPENDIENTE parece distraído). Ya estoy aquí. DEPENDIENTE: En realidad nunca se ha marchado. USUARIO: Pues sí, en realidad nunca me he marchado. Y ya no me voy a ir más. Quiera o no quiera, voy a hablar con el director. DEPENDIENTE: Muy bien. USUARIO: ¿Es usted? DEPENDIENTE: No. USUARIO: Pues dígale que salga. DEPENDIENTE: Que salga de dónde. USUARIO: De la sala de juntas; esto es la sala de juntas, ¿no? DEPENDIENTE (Riéndose): ¡No! USUARIO: Entonces… entonces dónde narices estoy. DEPENDIENTE: En el departamento de Mentiras. USUARIO: Cóóóómo. Esto es… DEPENDIENTE: Pero no se preocupe, tenemos una buena noticia. Ha sido usted elegida en el sorteo y le ha tocado ¡el gran viaje! USUARIO: ¿El gran viaje? DEPENDIENTE: ¡Si! USUARIO: ¿No un miniminiminiminiviaje? DEPENDIENTE: Nooooo. Nada de un miniminiminimini viaje. Un gran viaje. El gran viaje. USUARIO: ¿Uno de esos fantásticos viajes como el que les dan las farmacéuticas a los médicos por recetar sus medicamentos? DEPENDIENTE: Mejor, mucho mejor. Un viaje como… como el que regalan los médicos a los pacientes. Un viaje que acabará con todas sus preocupaciones. Sus reclamaciones se resolverán al instante y no se acordará de ellas nunca más. Firme. USUARIO: ¿Firmar? DEPENDIENTE: Es gratis. (En voz más baja). Pero debe firmar ya. Firme, firme, firme que se le acaba el plazo en diez segundos, nueve, ocho, siete, seis... USUARIO: Vale, vale… ¿aquí? (Firmando). DEPENDIENTE: Y aquí. (USUARIO firma). Y ya puestos, firme aquí también. Y aquí. Enhorabuena. Y aquí. USUARIO: Muy bien. Por lo menos un gran viaje para terminar con esto. DEPENDIENTE: En efecto. (Saca una botellita): Aquí está. Tenga. USUARIO: ¿Esta botellita es el gran viaje? DEPENDIENTE: Sí. USUARIO: No parece muy grande. Ni muy viaje. ¿Es un viaje virtual? Como ahora todo es virtual… DEPENDIENTE: No. Nada de virtual. Esto es tan real como la vida misma. Ande, ande, tómeselo y verá. USUARIO: ¿De verdad piensa que voy a tomar esto porque usted me lo diga? DEPENDIENTE: Si no se lo toma estará dando vueltas y vueltas todo el tiempo mientras lo llevan de un lado a otro y no resolverá nada. ¿Quiere pasar el resto de su vida así? USUARIO: ¡No! DEPENDIENTE: Además, le ha tocado. USUARIO: Puedo renunciar. DEPENDIENTE: No. No puede renunciar al gran viaje. Puede renunciar a todo lo demás, pero no al gran viaje. Ande. USUARIO (Vuelve a mirar hacia detrás. Abre la botella, la huele): No sé… DEPENDIENTE: Vamos, no se haga de rogar. Nos hace padecer a todos y padece usted también. Adelante. ¡Vamosssss! ¿Quiere que lo envíe al departamento de Reparaciones? USUARIO: No, por favor. No más departamentos. DEPENDIENTE: Diez, nueve, ocho, siete… USUARIO (Hablando rápido por la premura de la cuenta atrás): Si me lo tomo, me garantiza que podré salir de aquí y todo se arreglará. DEPENDIENTE: Todo. Seis, cinco, cuatro… USUARIO: ¿Y cómo puedo fiarme? Esto es el departamento de Mentiras. DEPENDIENTE: Pero ha llegado la hora de la verdad. Ande… De un trago. Tres, dos, uno. USUARIO (Apurado): ¡Está bien! ¡Está bien! (Lo bebe y se lleva la mano a la cabeza). Ya. DEPENDIENTE: Muy bien. Genial. USUARIO: Uf, estoy un poco mareado, estoy… (Se desploma estrepitosamente. Suena música celestial. Se despierta y su voz es más cavernosa). ¿Qué ha pasado? Me siento, me siento muy ligero, como si no me pesara el cuerpo. ¿Puedo… puedo marcharme ya? DEPENDIENTE: Sí. Por supuesto. Es usted un alma libre. USUARIO: ¡Por fin! Se acabó la función. DEPENDIENTE: La función siempre termina con defunción. «A fin de cuentas, todo es un chiste». Charles Chaplin