Viajando por Ruta 1 se llega a una intersección en el kilómetro 164, en el Departamento de
Colonia. Doblando hacia el Sur, se pasa por el Barrio Riachuelo, y si se continúa un poco más, se llegará a las canteras. Uno de los encantos más exclusivos de Riachuelo es, sin duda y precisamente, estas canteras. La más grande e imponente, y a su vez la más cercana, se encuentra a cinco minutos de caminata desde la calle. Son enormes piletas de piedra que se llenaron con agua de napa totalmente cristalina cuando las excavaciones llegaron a una profundidad tal que irrumpió el agua. La cantera principal tiene casi 4000 metros cuadrados y 14 metros de profundidad. Aquí la gente viene a nadar y siempre están los audaces que se tiran de clavado desde las rocas más altas, que sobresalen hasta llegar a unos diez metros. Por ser un espacio totalmente natural, su acceso para nadar es restringido: sólo hay dos sitios donde la naturaleza permite salir en forma cómoda. Es una atracción que suele congregar a buceadores profesionales. En realidad, en Riachuelo las canteras son dos: una que está en actividad hoy día, llamada propiamente “Canteras de Riachuelo”, y otra ya cerrada que recibe el nombre de Cantera de “La francesa”. La explotación de ambas sumadas se remonta al menos a comienzos del siglo XX.