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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN SUPERIOR


UNIVERSIDAD EXPERIMENTAL “FRANCISCO DE MIRANDA”
BARINAS ESTADO BARINAS
MORFO FISIOLOGÍA III

LA
SENSIBILIDAD

BACHILLERES:

DOCTOR. ADRIÁN MAST YULIMAR MARTÍNEZ C.I: 31358525

NAYIBY DARWICHE C.I: 31021654

AURORA DÍAZ C.I: 30221688

SECCIÓN: 8

BARINAS, OCTUBRE DEL 2023


LA SENSIBILIDAD:

La información sensitiva que llega al Sistema Nervioso Central (SNC), se denomina


sensación; la percepción es la idea consciente de una sensación. El término sensibilidad
general se refiere a las sensaciones de temperatura, dolor, tacto, presión, vibración y
propiocepción (posición corporal). Los
receptores sensitivos generales están distribuidos por todo el cuerpo.

Estas sensaciones llegan a la corteza sensitiva primaria, o corteza somato sensitiva, a través
de las vías sensitivas: 1) la vía de la columna posterior; 2) la vía espinotalámica, y 3) la vía
espinocerebelosa.

Los sentidos especiales son el olfato (capacidad olfatoria), el gusto (capacidad gustativa), el
equilibrio, la audición y la visión. Las sensaciones proporcionadas por células receptoras
especializadas que son más complejas estructuralmente que las de la sensibilidad general.
Estos receptores se localizan en órganos de los sentidos complejos, como el ojo o el oído.
La información es proporcionada a centros situados en todo el encéfalo.

LOS RECEPTORES SOMÁTICOS:

Un receptor sensitivo es una célula o prolongación celular especializada


que controla las condiciones del organismo o del entorno externo. La estimulación del
receptor altera directa o indirectamente la producción de potenciales de acción en una
neurona sensitiva.

Los receptores sensitivos representan la interconexión entre el sistema


nervioso y el entorno interno y externo. El sistema nervioso se basa en datos sensitivos
precisos para controlar y coordinar respuestas relativamente rápidas a estímulos
específicos

Los receptores sensitivos controlan las condiciones tanto en el interior del


organismo como en el entorno externo. Cuando es estimulado, un receptor pasa la
información al sistema nervioso central. Esta información, denominada sensibilidad, llega
en forma de potenciales de acción con una fibra aferente (sensitiva).

Un sistema de clasificación más detallado divide los receptores sensitivos


generales en cuatro tipos de acuerdo con la naturaleza del estímulo que los excita:

• Los nocirreceptores: responden a una variedad de estímulos generalmente


asociados con daño tisular. La activación del receptor causa la sensación de dolor.
• Los termo receptores: responden a los cambios de temperatura
.
• Los mecano receptores: son estimulados o inhibidos por distorsión física, contacto
o presión sobre sus plasmalemas

• Los quimiorreceptores controlan la composición química de los líquidos corporales


y responden a la presencia de moléculas específicas.

➢ Nocirreceptores:

Los nocirreceptores, o receptores del dolor, son especialmente frecuentes en las porciones
superficiales de la piel, en las cápsulas articulares, en el periostio de los huesos y alrededor
de las paredes de los vasos sanguíneos. Existen pocos nocirreceptores en otros tejidos
profundos o en la mayoría de los órganos viscerales. Los receptores del dolor son
terminaciones nerviosas libres con grandes campos receptivos. Como consecuencia, a
menudo es difícil determinar el origen exacto de una sensación dolorosa.

Existen tres tipos de nocirreceptores:

• Receptores sensibles a las temperaturas extremas


• Receptores sensibles a la lesión mecánica
• Receptores sensibles a sustancias químicas disueltas, como las liberadas por las
células lesionadas.

Sin embargo, los estímulos térmicos, de presión o químicos muy intensos excitarán los tres
tipos de receptores

La sensación de dolor rápido, o dolor punzante, está producida por cortes profundos o
lesiones similares. Estas sensaciones alcanzan el SNC muy rápidamente, donde
desencadenan frecuentemente reflejos somáticos.

También se transmiten a la corteza sensitiva primaria y así reciben atención consciente. La


sensación dolorosa cesa sólo después de que ha finalizado el daño tisular.

Sin embargo, la adaptación central puede reducir la percepción del dolor mientras los
receptores del dolor aún son estimulados.

La sensación de dolor lento, o dolor urente y sordo, deriva de los mismos tipos de lesiones
que la sensación de dolor rápido. Sin embargo, la sensación de dolor lento comienza más
tarde y persiste más tiempo que la sensación de dolor rápido.
Por ejemplo, un corte en la mano produciría una sensación inmediata de dolor rápido,
seguida algo más tarde de dolor lento.

La sensación de dolor lento provoca una activación generalizada de la formación reticular y


el tálamo. El individuo posee consciencia del dolor, pero únicamente tiene una idea general
del área afectada.

Una persona que experimenta sensación de dolor lento a menudo se palpará el área en un
intento de localizar el origen del dolor.

La sensibilidad dolorosa de los órganos viscerales se transmite por los nervios sensitivos
que alcanzan la médula espinal con las raíces dorsales de los nervios espinales

Esta sensibilidad dolorosa visceral a menudo se percibe como si se originara en las regiones
más superficiales que están inervadas por estos mismos nervios espinales

➢ Termo receptores:

Los receptores de temperatura se encuentran en la dermis de la piel, en los músculos


estriados, en el hígado y en el hipotálamo. Los receptores para el frío son tres o cuatro
veces más numerosos que los receptores para el calor. Los receptores son terminaciones
nerviosas libres, y no existen diferencias estructurales conocidas entre los termo
receptores para el frío y para el calor. La sensibilidad térmica se conduce a lo largo
de las mismas vías que llevan la sensibilidad dolorosa. Se envía a la formación reticular, el
tálamo y (en menor extensión) a la corteza sensitiva primaria. Los termo receptores son
receptores fásicos. Están muy activos cuando cambia la temperatura, pero se adaptan
rápidamente a una temperatura estable. Cuando se entra en un aula con aire
acondicionado un día caluroso de verano o en una biblioteca cálida una tarde fresca de
otoño, la temperatura parece desagradable al principio, pero la incomodidad va
desapareciendo a medida que se produce la adaptación.

➢ Mecanoreceptores:

Los mecanorreceptores son sensibles a los estímulos que estiran, comprimen, retuercen o
distorsionan sus plasmalemas. Existen tres clases de mecanorreceptores:

• los receptores táctiles proporcionan la sensibilidad al tacto, la presión y la vibración

• los barorreceptores (baro, presión) detectan los cambios de presión en las paredes
de los vasos sanguíneos y en porciones del aparato digestivo, reproductor y urinario
• los propiorreceptores controlan la posición de las articulaciones y los músculos y
son los receptores sensitivos generales más complejos.

➢ Quimiorreceptores:

Los quimiorreceptores son neuronas especializadas que pueden detectar pequeños


cambios en la concentración de sustancias químicas o compuestos específicos. En general,
los quimiorreceptores responden sólo a las sustancias hidrosolubles y liposolubles que
están disueltas en el líquido circundante. Las neuronas de los centros respiratorios del
encéfalo Responden a la concentración de iones de hidrógeno (pH) y de dióxido de
carbono (Pco2) en el líquido cefalorraquídeo. Las neuronas quimiorreceptores se
encuentran en los cuerpos carotideos, cerca del origen de las arterias carótidas internas a
cada lado del cuello, y en los cuerpos aórticos entre las ramas principales del cayado
aórtico. Estos receptores controlan la concentración de dióxido de carbono (Pco2) y
oxígeno (Po2) de la sangre arterial. Las fibras aferentes originadas en los cuerpos
carotideos y aórticos alcanzan los centros respiratorios viajando con los nervios craneales
noveno (glosofaríngeo) y décimo (vago). Estos quimiorreceptores tienen un papel
importante en el control reflejo de la respiración y la función cardiovascular.

DERMATOMA:

El término “dermatoma” es una combinación de dos palabras del idioma griego antiguo;
dermis o dermatos que significa piel y tomos que significa corte o segmento delgado. Un
dermatoma es un área de piel inervada por una sola raíz dorsal de un nervio espinal. Tanto
estas raíces como los dermatomas están organizados en segmentos, y debido a esto el
término dermatoma hace referencia a la inervación segmentaria de la piel en las diferentes
regiones del cuerpo humano.

Mapa de dermatomas:

Los mapas de dermatomas muestran la distribución sensorial de cada dermatoma en las


diferentes regiones del cuerpo humano. Los clínicos pueden evaluar la sensibilidad cutánea
con un mapa de dermatomas como una manera de localizar daños, lesiones en nervios
espinales, y para determinar la extensión de la lesión.
Es importante enfatizar que los mapas de dermatomas existentes son, en el mejor de los
casos, una estimación de la inervación segmentaria de la piel, ya que muchas áreas de la
piel suelen estar inervadas por al menos dos nervios espinales. Por ejemplo, es improbable
que exista un entumecimiento si solamente una raíz dorsal es afectada. Debido a que cada
punto de la piel es inervado generalmente por al menos dos nervios espinales, se
necesitaría que al menos dos raíces dorsales vecinas estén afectadas para que ocurra dicho
entumecimiento.

Cara, cabeza y cuello:


Hay tres dermatomas de la cara, cada uno de los cuales está inervado por una de las tres
ramas del nervio trigémino (V par craneal) y no por los nervios espinales

• División oftálmica del nervio trigémino (V1) - frente y nariz


• División maxilar del nervio trigémino (V2) - piel sobre los pómulos y el maxilar
• División mandibular del nervio trigémino (V3) - piel sobre la mandíbula, incluyendo la piel de
la zona delante de la oreja.
Los otros dermatomas de la cabeza y el cuello son inervados por los nervios espinales C2-C4.

• C2 - Vista superior de la cabeza posterior


• C3 - Vista anterior y posterior del cuello en su parte superior; parte posterior de la
cabeza
• C4 - piel superficial y anterior a la fosa supraclavicular y parte posterior del cuello
• C1 - si existiera, inervaría el área pequeña en la parte posterior del cuello, cercano a la
protuberancia occipital externa.

Extremidades superiores:
Los dermatomas de las extremidades superiores son inervados por los nervios espinales C5-
T2.
• C5 - se extiende sobre la cara lateral del brazo
• C6 - lado radial del antebrazo y el pulgar
• C7 - aspecto central de la porción posterior del antebrazo y el dedo medio
• C8 - lado ulnar del antebrazo y la mano y el meñique
• T1 - se extiende al aspecto medial del antebrazo y la porción distal del brazo
• T2 - aspectos medial y proximal del brazo que se continua hacia la axila
Tórax y abdomen:

Los dermatomas del tórax y el abdomen están delimitados desde T2 hasta T12.

• T3 - se extiende a nivel inferior de la axila, tanto anterior como posterior


• T4 - anteriormente a nivel del pezón
• T5 - anteriormente justo inferior al pezón
• T6 - anteriormente a nivel de la apófisis xifoides
• T7-T9 - distribuido uniformemente entre el espacio entre T6 y T10
• T10 - anteriormente a nivel del ombligo
• T11 - distribuido uniformemente por la parte anterior entre los dermatomas de T10
y T12
• T12 - anteriormente justo superior a la cintura pelviana

Extremidades inferiores y genitales:

Los dermatomas de las extremidades inferiores están inervados por los nervios espinales
de L1-S5

• L1 - posteriormente incluye la piel a nivel lateral de la vértebra L1; envuelve por su


parte anterior a la ingle y el área de la cintura pélvica por la parte superior al
conducto inguinal
• L2 - Cubre en su parte anterior al muslo, inferior al conducto inguinal
• L3 - Se encuentra uniformemente entre L2 y L4, extendiéndose por la vista medial
del muslo y la pierna
• L4 - Se curva anteriormente desde la vista lateral del muslo hasta la vista medial de
la pierna y pie. Incluye la rodilla, la cara medial del dedo gordo y el maléolo medial
• L5 - Vista anterolateral del muslo envolviendose anteriormente a nivel de la rodilla
para cubrir la vista anterolateral de la pierna. Incluye la vista dorsal y plantar del pie,
la cara lateral del dedo gordo y los dedos 2, 3 y 4 del pie.
• S1 - se extiende hasta la vista posterolateral del muslo, región poplítea, y la pierna
hacia el maléolo lateral, borde lateral del pie, talón y el quinto dedo del pie.
• S2 - se extiende desde las nalgas hasta la vista posteromedial del muslo, región
poplítea y la pierna. En su parte anterior incluye al pene y al escroto
• S3 - Posteriormente incluye la vista medial de las nalgas, la región perineal;
anteriormente incluye al pene y al escroto
• S4 - Región perineal y genitales
• S5 - Región perineal; la piel propia y adyacente al ano
VÍAS DE CONDUCCIÓN DE LA CABEZA Y EL CUERPO: TACTO, DOLOR Y TEMPERATURA.

La comunicación entre el SNC, el SNP y los órganos y sistemas periféricos incluye vías que
transmiten la información sensitiva y motora entre la periferia y los centros superiores del
encéfalo. Cada vía ascendente (sensitiva) o descendente (motora) consta de una cadena de
tractos y núcleos asociados

Vía de la columna posterior:

La vía de la columna posterior, o vía lemniscal medial, lleva información muy localizada de
la piel y el sistema musculo esquelético en relación con la sensibilidad propioceptiva
(posición), táctil fina, a la presión y vibratoria. Esta vía también lleva información acerca del
tipo de estímulo, el lugar exacto de estimulación y cuándo comienza y finaliza el estímulo.
Por ello esta vía también proporciona información acerca del «qué», el «dónde» y
el «cuándo» de estas sensaciones.

Vía espinotalámica:

La vía espinotalámica conduce la sensibilidad al dolor y la temperatura y


la sensibilidad táctil «grosera» y a la presión. Las neuronas espinotalámicas de primer
orden entran en la médula espinal y hacen sinapsis en las astas posteriores. Los axones de
las neuronas de segundo orden cruzan al lado opuesto de la médula espinal antes de
ascender en los tractos espinotalámicos anterior y lateral. Estos tractos convergen en
los núcleos ventrales posterolaterales del tálamo. Las fibras de proyección de las neuronas
de tercer orden llevan después la información a la corteza sensitiva primaria. Ambos lados
de la médula espinal tienen tractos espinotalámicos anterior y lateral.

Vía espinocerebelosa:

La vía espinocerebelosa lleva la información propioceptiva relacionada con la posición de


los músculos, tendones y articulaciones al cerebelo, que es responsable de la coordinación
fina de los movimientos corporales. Los axones de las neuronas sensitivas de primer orden
hacen sinapsis con las neuronas de segundo orden de las astas posteriores de la médula
espinal. Los axones de estas neuronas ascienden en los tractos espinocerebelosos anterior
y posterior.
SENSIBILIDAD EXTEROCEPTIVA, PROPIOCEPTIVA Y VISCEROCEPTIVA:

Los receptores de la sensibilidad general están diseminados por todo el organismo y tienen
una estructura relativamente simple. Un esquema sencillo de clasificación los divide en
exterorreceptores, propiorreceptores e interorreceptores.

• Los exterorreceptores proporcionan información acerca del entorno externo en


forma de sensibilidad al tacto, temperatura y presión y de los sentidos especiales
más complejos de la vista, el olfato y el oído.

• Los propiorreceptores controlan la posición corporal y el movimiento de los


músculos estriados y las articulaciones.

• Los interorreceptores controlan las condiciones en el interior del organismo,


controlan los aparatos digestivo, respiratorio, cardiovascular, urinario y reproductor
y transmiten la sensibilidad a la presión profunda y al dolor, así como la gustativa,
otro sentido especial.

Los datos de los exterorreceptores y propiorreceptores son transportados por las neuronas
sensitivas somáticas. La información interoceptiva es transportada por las neuronas
sensitivas viscerales.

Entre las vías ascendentes, las vías de la sensibilidad exteroceptiva, así denominadas
porque reciben las informaciones del mundo exterior, cuando llegan a la corteza cerebral
se hacen conscientes.

Las vías de la sensibilidad propioceptiva nos informan de nuestra postura y de nuestros


movimientos, nacen en los huesos, articulaciones y músculos. Estas vías transportan un
tipo de sensibilidad generalmente inconsciente, pero indispensable para permitir a nuestro
cuerpo adaptarse en cada instante a sus actividades motoras.

La sensibilidad de las vísceras o interoceptiva discurre a través de vías menos numerosas y


más difusas.

Exteroreceptores:

Los receptores cutáneos o exteroceptores, así denominados porque son el origen de las
vías exteroceptivas, son sensibles a los estímulos de origen externo: táctiles, térmicos,
dolorosos o de presión.
Se distribuyen a diferentes niveles en el espesor de la piel. La capa más superficial, es decir,
la epidermis, contiene fibras arborizadas con extremos libres, que son consideradas los
órganos del dolor.

A su lado, otras arborizaciones que presentan discos (discos de Merkel) son sensibles al
tacto ligero.

Otros órganos del tacto, los corpúsculos de Meissner, se sitúan en contacto con el estrato
papilar. Sus fibras en hélice, rodeadas de una cápsula, responden a la deformación de la
papila en el tacto más intenso.

Los corpúsculos de Meissner se encuentran en gran número en la palma de las manos, en


la planta de los pies, en los órganos genitales y en el pezón.

En la dermis se sitúan los receptores de los estímulos térmicos: los corpúsculos de Ruffini
para el calor y los corpúsculos de Krause para el frío.

Más profundamente, en la hipodermis, antes de o entre el panículo adiposo abundante en


esta capa de la piel, se encuentran los exteroceptores sensibles a la presión:

• pequeños corpúsculos de Golgi, que son redondeados y perciben las presiones


poco intensas.

• grandes corpúsculos de Pacini, que tienen forma de balón de rugby, están


constituidos por laminillas concéntricas y son sensibles sólo a las presiones fuertes.

De esta manera, esquemáticamente, la piel puede dividirse, de superficie a profundidad, en


tres pisos con órganos especializados en cada uno dolor y tacto, temperatura y presión.

Propioceptores:

Los propioceptores están situados en la vecindad de los huesos, de las articulaciones y de


los músculos o de sus tendones. Son numerosos en el periostio, la cápsula articular y los
ligamentos, y adoptan formas diversas, que muchas veces son análogas a las que presentan
algunos exteroceptores: terminaciones libres, corpúsculos de Ruffini y de Pacini, son
sensibles al dolor y a la presión o a la tensión. Los propioceptores de los músculos y
tendones nos informan sobre su estado actual; son los husos neuromusculares los que,
comprimidos por las fibras musculares, miden el grado de contracción. Los corpúsculos
tendinosos de Golgi, que se estiran en el proceso de alargamiento tendinoso, proporcionan
también indicaciones sobre el esfuerzo desarrollado.
Interoceptores:

Los interoceptores se hallan anexos a los vasos y las vísceras. Los interoceptores arteriales
forman anillos y espirales en la adventicia y son sensibles al dolor o a la dilatación. Los de
las vísceras forman bien plexos, bien arborizaciones libres, que se excitan por la distensión
o irritación visceral

TACTO DISCRIMINATIVO: ESTEREOGNOSIS, DISCRIMINACIÓN DE


DOS PUNTOS Y TOPOGNOSIS:

El tacto es el sentido corporal mediante el cual se perciben el contacto o la presión de las


cosas sobre la piel y se distinguen ciertas cualidades que tienen, como la forma, el tamaño,
la rugosidad, la dureza o la temperatura.

Tacto discriminativo puede permitir distinguir la distancia entre dos estímulos simultáneos,
reconocer los objetos por su forma (estereognosia) o localizar el punto estimulado
(topognosia).

RECEPTORES CUTÁNEOS (MECANORECEPTORES):

Los mecanorreceptores son sensibles a los estímulos que estiran, comprimen, retuercen o
distorsionan sus plasmalemas.

Existen tres clases de mecanorreceptores:

• Los receptores táctiles proporcionan la sensibilidad al tacto, la presión


y la vibración

• Los barorreceptores detectan los cambios de presión en las paredes


de los vasos sanguíneos y en porciones del aparato digestivo, reproductor
y urinario

• Los propiorreceptores controlan la posición de las articulaciones y los músculos y


son los receptores sensitivos generales más complejos.

➢ Receptores táctiles:

Los receptores táctiles varían en complejidad estructural desde las simples terminaciones
nerviosas libres hasta complejos sensitivos especializados con células accesorias y
estructuras de sostén.
Los receptores para el tacto y la presión finos proporcionan información detallada acerca
de una fuente de estimulación, incluyendo su localización exacta, forma, tamaño, textura y
movimiento.

Estos receptores son extremadamente sensibles y tienen campos receptivos relativamente


limitados. Los receptores para el tacto y la presión groseros proporcionan una escasa
localización y poca información adicional acerca del estímulo. Pueden subdividirse en dos
grupos: receptores no encapsulados (terminaciones nerviosas libres, discos táctiles y plexos
de la raíz del pelo) y receptores encapsulados (corpúsculo táctil, corpúsculo de Ruffini y
corpúsculo laminado).

➢ Receptores no encapsulados:

Las terminaciones nerviosas libres son frecuentes en la capa papilar de la dermis. En las
áreas sensitivas, las ramas dendríticas penetran en la epidermis y contactan con las células
de Merkel del estrato germinativo

Cada célula de Merkel se comunica con una neurona sensitiva a través de una sinapsis
vesicular que incluye una terminación nerviosa expandida conocida como disco táctil
(también denominado disco de Merkel). Las células de Merkel son sensibles al tacto fino y
la presión. Son activas de forma tónica y extremadamente sensibles y tienen campos
receptivos limitados. Las terminaciones nerviosas libres también se asocian a los folículos
pilosos.

➢ Receptores encapsulados:

Los corpúsculos táctiles grandes y ovalados (también denominados corpúsculos de


Meissner) se encuentran donde la sensibilidad táctil está extremadamente bien
desarrollada. Son especialmente frecuentes en los párpados, los labios, la punta de los
dedos, los pezones y lo genitales externos. Las dendritas están muy enrolladas y
entremezcladas, y se encuentran rodeadas por células de Schwann modificadas. Una
cápsula fibrosa rodea todo el complejo y lo ancla en la dermis. Los corpúsculos táctiles
detectan el tacto ligero, el movimiento y la vibración; se adaptan a la estimulación un
segundo después de que se produzca el contacto.

➢ Los corpúsculos de Ruffini:

localizados en la dermis, también son sensibles a la presión y la distorsión de la piel, pero


son activos de forma tónica y muestran poca o ninguna adaptación. La cápsula rodea un
núcleo de fibras de colágeno que se continúan con las de la dermis circundante.
Las dendritas están entremezcladas en la cápsula con las fibras de colágeno. Cualquier
tensión o distorsión de la dermis arrastra o retuerce las fibras de la cápsula, y este cambio
estira o comprime las dendritas fijadas a ella y altera la actividad en la fibra aferente
mielinizada.

➢ Los corpúsculos laminados:

(también denominados corpúsculos de Pacini) son receptores encapsulados


considerablemente más grandes. La prolongación dendrítica se sitúa en una serie de capas
celulares concéntricas. Estas capas protegen la dendrita virtualmente de toda
fuente de estimulación diferente de la presión directa. Aunque tanto los corpúsculos
laminados, como los corpúsculos de Ruffi ni, responden a la presión, los corpúsculos
laminados se adaptan rápidamente mientras que los de Ruffini se adaptan con bastante
lentitud.

Estos receptores están distribuidos por toda la dermis, principalmente en los dedos, las
mamas y los genitales externos. También se encuentran en las fascias superficiales y
profundas, en los periostios y las cápsulas articulares, en los mesenterios, en el páncreas y
en las paredes de la uretra y la vejiga urinaria.

La distribución de la sensibilidad táctil dentro del SNC tiene lugar a través de la vía de la
columna posterior y las vías espinotalámicas.

La sensibilidad táctil puede estar alterada por infecciones periféricas, enfermedades y


lesiones de las vías aferentes sensitivas o centrales, y existen pruebas clínicas importantes
que valoran la sensibilidad táctil.

➢ Barorreceptores:

Los barorreceptores son receptores de estiramiento que controlan los cambios en la


presión. El receptor consta de terminaciones nerviosas libres que se ramifican en los tejidos
elásticos de la pared de un órgano hueco, un vaso sanguíneo, o el aparato respiratorio,
digestivo o urinario. Cuando se modifica la presión, las paredes elásticas de estos
conductos u órganos se estiran o retraen. Los barorreceptores responden inmediatamente
a un cambio de presión.

Los barorreceptores controlan la presión arterial en las paredes de los vasos principales,
incluyendo la arteria carótida (en el seno carotídeo) y la aorta (en el seno aórtico). La
información proporcionada por estos barorreceptores tiene una función fundamental para
regular la función cardíaca y ajustar el flujo sanguíneo hacia los tejidos vitales.
Los barorreceptores de los pulmones controlan el grado de expansión pulmonar. Esta
información se transmite al centro de ritmicidad respiratoria, que establece el ritmo de la
respiración. Los barorreceptores del aparato urinario y digestivo desencadenan una serie
de reflejos viscerales, como la micción.

➢ Propiorreceptores:

Los propiorreceptores controlan la posición de las articulaciones, la tensión en los tendones


y ligamentos y el estado de la contracción muscular. Generalmente, los propiorreceptores
no se adaptan a la estimulación constante. Los husos musculares son propiorreceptores
que controlan la longitud de los músculos estriados.

TRANSDUCCIÓN Y ADAPTACIÓN

La adaptación es una reducción de la sensibilidad en presencia de un estímulo constante.


La adaptación periférica (sensitiva) se produce cuando los receptores o neuronas sensitivas
alteran sus niveles de actividad. El receptor responde intensamente al principio, pero
después la actividad a lo largo de la fibra aferente disminuye gradualmente, en parte
debido a la fatiga sináptica. Esta respuesta es característica de los receptores fásicos, que
también se denominan receptores de adaptación rápida. Los receptores tónicos muestran
poca adaptación periférica y también se llaman receptores de adaptación lenta.

La adaptación también tiene lugar en el interior del SNC a lo largo de las vías sensitivas. Por
ejemplo, unos pocos segundos después de la exposición a un nuevo olor, la percepción
consciente del estímulo virtualmente desaparece, aunque las neuronas sensitivas aún están
bastante activas. Este proceso se conoce como adaptación central. La adaptación central
generalmente incluye la inhibición de núcleos a lo largo de una vía sensitiva. A nivel
subconsciente, la adaptación central limita adicionalmente la cantidad de detalles que
llegan a la corteza cerebral. La mayor parte de la información sensitiva entrante es
procesada en centros a lo largo de la médula espinal o el tronco del encéfalo,
desencadenando potencialmente reflejos involuntarios.

Los receptores sensoriales son células nerviosas altamente especializadas y diferenciadas,


(se dice que son neuronas modificadas), que tienen la capacidad de ser activados por
estímulos del ambiente (interno o externo).

Su función es la transducción sensorial, y convertir algún tipo de energía en una señal


química o eléctrica, que pueda viajar por el SN para su procesamiento. Es decir que el
receptor sensorial transforma un determinado tipo de energía en otro. Por ej., la energía
aplicada sobre la piel, es captada por mecanorreceptores y transformada en corriente
nerviosa, de igual manera los termorreceptores, los fotorreceptores de la retina o los
quimiorreceptores de la mucosa nasal o de los botones gustativos. Luego de recibir el
estímulo, el receptor es capaz de generar un potencial generador, llamado Potencial de
Receptor, el cual es el cambio de potencial de membrana de la terminación nerviosa
del receptor, que es capaz de originar un impulso nervioso aferente como resultado de un
determinado estímulo (es el comienzo de la sensación).

Cuando la información sensitiva llega al SNC, se canaliza en función de la localización y la


naturaleza del estímulo. A lo largo de las vías sensitivas los axones transmiten la
información desde el punto A (el receptor) hasta el punto B (una neurona en un lugar
específico de la corteza cerebral). La conexión entre el receptor y la neurona cortical se
llama una vía marcada. Cada vía marcada lleva información relacionada con una
sensibilidad específica (tacto, presión, visión, y así sucesivamente) desde los
receptores de una parte específica del cuerpo. La identidad de la vía marcada activa indica
la localización y la naturaleza del estímulo.
La transducción es la propiedad que poseen los receptores de convertir diferentes formas
de energía (estímulos) en señales eléctricas, de forma que a éstas las interpreta el SNC

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