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2023 - 11 DD351 - Trab. Prác. - Adicción y Conductas de Riesgo
2023 - 11 DD351 - Trab. Prác. - Adicción y Conductas de Riesgo
ACTIVIDAD PRÁCTICA
1. Luego de estudiar el caso descrito, elige uno de los tres personajes principales (Sara
Goldfarb, Harry Goldfarb o Marion) y realiza:
a) Diagnóstico DSM-V
Referencias:
Se cumple el criterio.
No se cumple el criterio.
Tabla 1.3
Fuente: Elaboración propia.
Especificaciones:
(En remisión temprana o en remisión sostenida)
Especificaciones:
Especificaciones:
(Gravedad actual)
La gravedad del trastorno por uso de opioides experimentado por Harry puede considerarse
como "grave". A lo largo de la película, se observan los siguientes síntomas:
2. Dedicación de tiempo a actividades relacionadas con las drogas: Harry pasa gran parte
de su tiempo buscando opioides y realizando actividades ilegales para obtener dinero
para las drogas, como el robo de objetos.
Estos seis síntomas ilustran cómo Harry experimenta un trastorno por uso de opioides de
gravedad "grave" en la película.
Diagnóstico: Trastorno por Consumo de Opioides Grave; F11.2 según DSM 5 (2013); 304.00
según CIE-10 (1992)
La heroína, una sustancia psicoactiva sintética pero de origen natural que ha causado estragos
en la vida de numerosas personas, se ha convertido en un tema de interés tanto desde una
perspectiva clínica como cultural. Como lo afirman Isabella Cruz Marín, María Del Pilar Murcia
Zorrilla y Johnny Javier Orejuela Gómez en su estudio de 2019, la heroína es un opiáceo que ha
estado presente en la sociedad desde hace décadas. Esta poderosa sustancia ha sido objeto de
estudio y preocupación debido a sus efectos en el sistema nervioso central, que pueden
generar cambios significativos tanto a nivel físico como psicológico (Cruz et al, 2019).
En "Réquiem por un sueño," la película dirigida por Darren Aronofsky, se retrata de manera
impactante el consumo y abuso de la heroína. Los personajes principales de la película, Harry,
Marion y Tyrone, experimentan una intensa relación con esta sustancia adictiva que los lleva a
una espiral de autodestrucción. La heroína se convierte en una fuente de placer, euforia y
escape de la realidad para estos personajes, pero a medida que avanza la trama, los efectos
destructivos de la droga se hacen evidentes en sus vidas (Cruz et al, 2019).
Uno de los aspectos más notorios de la heroína es su capacidad para crear dependencia en
quienes la consumen. Los personajes de la película, después de su primer encuentro con la
droga, se sienten impulsados a continuar consumiéndola para evitar el síndrome de
abstinencia. Este síndrome se manifiesta en forma de malestar emocional, insomnio,
irritabilidad y ansias intensas de conseguir más heroína. En el film, este aspecto se hace
evidente cuando los personajes buscan desesperadamente conseguir más heroína para aliviar
sus malestares, como cuando recurren al robo de objetos personales de Sara, la madre de
Harry (Cruz et al, 2019).
Además, la película ilustra cómo el consumo de heroína puede llevar a la pérdida de control y
la necesidad de incrementar la dosis para experimentar el mismo efecto placentero que tenían
al principio. Los personajes en "Réquiem por un sueño" caen en una espiral de consumo cada
vez más destructiva, lo que se refleja en sus comportamientos compulsivos y su pérdida de
control sobre su propia vida (Cruz et al, 2019).
La heroína, como se retrata en la película, no solo afecta la esfera física y sanitaria de los
personajes, sino que también tiene un impacto devastador en su vida personal, familiar y
social. Los personajes experimentan un deterioro progresivo en sus relaciones, abandonan sus
sueños y metas, y se sumergen en un mundo de caos y desesperación. La adicción a la heroína
se convierte en el centro de sus vidas, y su búsqueda incesante de la droga los lleva a
situaciones peligrosas y autodestructivas (Cruz et al, 2019).
Consideraciones Adicionales
La heroína, ese opioide devastador que ha cobrado una presencia ominosa en la sociedad, se
origina en un proceso químico que comienza con la morfina clorhidrato. Esta morfina se
somete a la combinación de anhídrido acético y calor, dando como resultado dos formas
distintas de heroína. La primera, conocida como heroína marrón, se utiliza para el consumo a
través de la inhalación o el fumado, mientras que la segunda, la heroína clorhidrato, de aspecto
blanco, se administra principalmente a través de la vía intravenosa (Smith, 2012). Estos
métodos de consumo, desgarradoramente representados en la película, son testimonios vivos
de la versatilidad de esta sustancia adictiva.
No obstante, la triste realidad que enfrentan los personajes de "Requiem por un Sueño" va más
allá de los distintos métodos de administración de la heroína. Se encuentran al borde de un
precipicio en constante riesgo de sobredosis. La sobredosis de heroína es una amenaza letal,
un estado que no siempre lleva a una muerte instantánea, sino que puede conducir a un
estado de sopor y, en última instancia, a una insuficiencia respiratoria aguda potencialmente
mortal (Kerr et al., 2008). Los personajes de la película experimentan este peligro de manera
vívida, lo que sirve como un recordatorio impactante de la peligrosidad de la heroína en la vida
real.
La epidemia de heroína y opioides que se observa a nivel global es alarmante. El aumento en el
consumo de heroína y otros opioides es un problema de salud pública que ha llegado a niveles
críticos en todo el mundo (Degenhardt et al., 2013). Las consecuencias son devastadoras, ya
que los opioides, incluida la heroína, representan una parte significativa de las muertes
relacionadas con el consumo de drogas. La Unión Europea no escapa a esta triste realidad, y la
heroína se ha convertido en la sustancia opioide más consumida en el mercado de drogas
europeo (EMCDDA, 2020). Incluso en países con tasas de consumo de heroína aparentemente
más bajas, como Colombia, los impactos en la salud y el riesgo de muerte siguen siendo
considerables (Fernández et al., 2001).
Para responder a esta pregunta, imaginemos que la trama de la película continúa y Harry es un
paciente en recuperación de adicciones, dentro del enfoque de terapia ocupacional:
4. Planificación de actividades saludables: Una vez que Harry haya registrado sus
actividades, puede colaborar con su terapeuta ocupacional para planificar un horario
que incluya más actividades saludables y significativas. Esto podría incluir actividades
recreativas, sociales, educativas o laborales que lo mantengan ocupado de manera
positiva y ayuden a llenar el vacío que solía ocupar la adicción (Peral, 2017).
El Cuestionario Ocupacional es una herramienta valiosa para que Harry tome conciencia de sus
actividades diarias, identifique actividades significativas, detecte patrones de comportamiento
y planifique una rutina saludable. Al colaborar con su terapeuta ocupacional, Harry podría
utilizar esta información para apoyar su proceso de recuperación y trabajar hacia una vida más
equilibrada y significativa en su camino hacia la recuperación de la adicción (FUNIBER, 2007).
6. Conexión con el entorno social: Los roles a menudo están relacionados con la
interacción social. Al explorar sus roles, Harry puede considerar cómo estos roles
impactan sus relaciones con otras personas. Esto puede ser especialmente relevante
en la recuperación, ya que construir y mantener conexiones sociales saludables es
fundamental (Carpena, 2022).
3. Impacto del entorno: Una parte importante del VQ se enfoca en cómo el entorno
influye en la motivación y la voluntad de una persona. Harry puede considerar cómo
los factores ambientales, como las amistades, la familia, el trabajo o el acceso a
sustancias, pueden afectar su determinación para mantenerse en recuperación. Esto
puede ayudarlo a identificar áreas en las que necesita apoyo adicional o cambios en su
entorno (Chavarri et al, 2017).
El Cuestionario Volicional es una herramienta valiosa que podría ayudar a Harry a evaluar y
comprender su motivación, autoeficacia y cómo su entorno afecta su voluntad de mantenerse
en recuperación. Este instrumento facilita la identificación de áreas que requieren atención y
apoyo, lo que puede ser fundamental en su camino hacia una vida libre de adicciones. Al
colaborar con un terapeuta ocupacional, Harry puede utilizar los resultados del VQ para
desarrollar estrategias efectivas que fortalezcan su compromiso con la recuperación y aborden
los desafíos que pueda encontrar.
La utilización de estos instrumentos, como el Cuestionario Ocupacional (OQ), el Listado de
Roles y el Cuestionario Volicional (VQ), en el contexto de la recuperación de Harry de las
adicciones, puede proporcionar una comprensión más profunda y precisa de varios aspectos
importantes de su vida y proceso de recuperación. Aquí se profundiza en cómo estos
instrumentos pueden ser valiosos para Harry y su terapeuta ocupacional:
Se ha propuesto una interesante perspectiva que categoriza las variables cognitivas en tres
niveles distintos: pensamientos automáticos superficiales, procesos cognitivos intermedios y
estructuras cognitivas profundas, también conocidas como esquemas cognitivos. Los
pensamientos automáticos corresponden al diálogo interno que una persona mantiene,
reflejando respuestas automáticas ante situaciones específicas. Por otro lado, los procesos
cognitivos influyen en cómo percibimos, codificamos, interpretamos y recordamos el entorno
que nos rodea. Por último, los esquemas cognitivos representan patrones relativamente
estables mediante los cuales interpretamos los eventos y situaciones. (Beck, Wright, Newman y
Liese, 1993).
• Esta creencia encuentra eco en la película a medida que los personajes buscan
emociones intensas y se sienten atrapados en una rutina de dependencia.
• Los personajes de la película utilizan las drogas como una vía para enfrentar el
dolor emocional y la adversidad en sus vidas.
• La película muestra cómo los antojos y las urgencias ejercen un fuerte control
sobre los personajes, impulsándolos a buscar la siguiente dosis.
• Esta creencia sugiere que el individuo percibe la sustancia como un recurso vital para
mantener su bienestar psicológico y emocional.
• Esta creencia implica que la sustancia es vista como un remedio para aliviar el
sufrimiento emocional y mental.
f) La convicción de que, a menos que se haga algo para satisfacer el deseo o neutralizar la
angustia, esta persistirá y probablemente empeorará.
• Aquí, la persona siente que debe satisfacer sus antojos o enfrentar la angustia
emocional de lo contrario esta empeorará con el tiempo.
Es relevante destacar que estas creencias pueden variar de un individuo a otro, pero tienden a
organizarse en áreas críticas relacionadas con la autoeficacia, las expectativas de resultados y
las atribuciones de causalidad (FUNIBER, 2007).
Pensemos sobre las ideas anteriormente planteadas, asociándolas a la película “Requiem por
un Sueño”. Por ejemplo, la relación de Harry Goldfarb con la heroína ilustra cómo la creencia
de que la sustancia es la única vía para aumentar la creatividad y productividad puede conducir
a un patrón adictivo. Harry, un talentoso artista, inicialmente utiliza la droga con la expectativa
de que mejorará su capacidad creativa, pero esta creencia lo sumerge en un ciclo destructivo
de abuso de sustancias.
De manera similar, Marion Silver refleja la idea de que la droga proporcionará placer y
excitación. Su búsqueda incesante de la euforia y el placer a través del consumo de drogas la
lleva a un camino de adicción y autodestrucción.
En cuanto a Sara Goldfarb, su creencia en que la dieta de las píldoras la hará sentirse más
deseable y valiosa muestra cómo las expectativas de resultados positivos pueden influir en el
consumo de sustancias, incluso si estas sustancias son prescritas.
Las atribuciones de causalidad también son evidentes en la película. Por ejemplo, los
personajes pueden atribuir su consumo de drogas a factores externos, como la presión social o
la falta de oportunidades, lo que refuerza su sensación de falta de control. Estas atribuciones
pueden verse en las experiencias de Tyrone y su historia de vida en el contexto del tráfico de
drogas.
Al explorar estas dinámicas en "Requiem por un Sueño", podemos comprender cómo estas
creencias influyen en el comportamiento adictivo de los personajes y cómo estas creencias a
menudo los atrapan en un ciclo autodestructivo. La película ofrece una poderosa
representación de cómo las creencias disfuncionales moldean las vidas de aquellos que luchan
con la adicción a las sustancias.
La autoeficacia es un concepto central en este contexto, refleja el juicio de una persona sobre
su capacidad para lidiar con éxito en situaciones desafiantes o de alto riesgo. Individuos con
alta autoeficacia creen que pueden afrontar la vida sin necesidad de recurrir al consumo de
drogas, mientras que aquellos con baja autoeficacia pueden percibir que dependen de las
sustancias para funcionar (López et al, 2002). Por lo general, una autoeficacia más alta se
asocia con un menor riesgo de consumo de sustancias. La noción de autoeficacia, que
desempeña un papel central en este contexto, se manifiesta a lo largo de la película y refleja el
juicio de una persona sobre su capacidad para afrontar con éxito situaciones desafiantes o de
alto riesgo. Los personajes de la película exhiben niveles variables de autoeficacia, lo que tiene
un impacto significativo en sus relaciones con las sustancias adictivas. Por ejemplo, Harry
Goldfarb, a pesar de su talento artístico, experimenta una baja autoeficacia al principio y
percibe que necesita la heroína para sobrellevar su vida. Su adicción es un reflejo de esta
creencia inicial en su propia incapacidad para funcionar sin la sustancia.
De manera similar, Marion Silver, cuya búsqueda constante de euforia y placer a través de las
drogas la sumerge en una adicción cada vez más profunda, ilustra cómo las expectativas de
resultados positivos pueden impulsar el consumo de sustancias. Su creencia en que las drogas
le proporcionarán la felicidad y la satisfacción contribuye a su caída en la adicción.
Las expectativas de resultados, por otro lado, se refieren a las anticipaciones de las personas
acerca de los efectos de una sustancia adictiva. Las expectativas de resultados positivos pueden
actuar como un impulsor del consumo de sustancias (González et al, 2012). Por ejemplo, si
alguien espera que consumir una droga le haga sentirse bien, es más probable que recurra a
esa sustancia. En la película se pueden observar claramente las expectativas de resultados
positivos como un impulsor del consumo de sustancias a través de los personajes y sus
experiencias. Por ejemplo, Harry, tiene la expectativa de que consumir heroína le
proporcionará un escape de su vida monótona y le permitirá experimentar una sensación de
bienestar y placer. Esta expectativa positiva lo lleva a consumir la droga de manera recurrente,
a pesar de los graves riesgos y consecuencias negativas que conlleva su adicción.
Marion Silver, también ilustra este principio. Marion busca constantemente la euforia y el
placer a través del consumo de drogas, creyendo que le brindarán la felicidad y la satisfacción
que anhela. Estas expectativas de resultados positivos son un poderoso motivador para su
adicción, y a medida que la trama avanza, la vemos cada vez más inmersa en una espiral
descendente de consumo de sustancias.
Las atribuciones de causalidad también desempeñan un papel crucial, ya que reflejan las
creencias de una persona sobre si el uso de la droga se debe a factores internos o externos. Las
atribuciones de causalidad pueden influir significativamente en el proceso de tratamiento
(Pérez, 2002). Por ejemplo, si alguien atribuye su consumo de drogas a factores externos, como
la influencia de su familia, puede sentir que no tiene control sobre su consumo y estar en una
posición pasiva. En contraste, si atribuye su consumo a factores internos, como una debilidad
personal, puede ser más propenso a sentirse responsable y buscar el cambio. En la película, las
atribuciones de causalidad también se manifiestan. Por ejemplo, cuando los personajes
atribuyen su consumo de drogas a factores externos, como la influencia de su entorno social o
la presión de los traficantes, se sienten atrapados en un ciclo de consumo sin control. La
percepción de que su adicción es el resultado de influencias externas puede llevarlos a adoptar
una actitud pasiva y a renunciar al cambio.
Por otro lado, aquellos personajes que asumen una atribución de causalidad interna,
responsabilizándose de su adicción como una debilidad personal, pueden sentirse más
motivados para buscar el cambio y la recuperación.
Estas creencias nucleares se pueden dividir en dos categorías en relación con la película. En
primer lugar, están los esquemas nucleares relacionados con la supervivencia personal, el
logro, la motivación, la libertad y la autonomía, que son visibles en los personajes y sus
aspiraciones. En segundo lugar, existen creencias relacionadas con la conexión con otros
individuos o grupos y con el sentimiento de ser querido o aceptado, lo que se manifiesta en las
relaciones interpersonales de los protagonistas. En situaciones específicas de la película, estas
creencias pueden activarse, generando emociones que influyen en su comportamiento adictivo
(González et al, 2012).
Además, la película demuestra que, aunque varias personas compartan la misma cognición
sobre un evento, no todas experimentarán el mismo malestar psicológico. La relación
individual de cada personaje con sus pensamientos y emociones juega un papel fundamental
en esta variación. En este sentido, las metacogniciones, que son procesos y estructuras
cognitivas responsables del monitoreo y control de las cogniciones, influyen en la experiencia
de cada personaje en la película, lo que aporta una capa adicional de complejidad a sus luchas
con la adicción (Tobar, 2017).
El enfoque cognitivo-conductual proporciona una sólida base teórica para analizar cómo las
creencias y cogniciones son fundamentales en la evolución del consumo de sustancias, así
como en la recuperación y prevención de recaídas. Este enfoque terapéutico es esencial para
abordar las creencias disfuncionales y transformar los patrones de pensamiento de las
personas, lo que resulta en una recuperación exitosa y un bienestar psicológico duradero. La
película "Requiem por un Sueño" ilustra claramente esta dinámica a lo largo de sus personajes
y sus luchas con la adicción, ofreciendo un reflejo vívido de cómo estas creencias impactan sus
vidas y experiencias (Revelo, 2013).
Dada la complejidad de los desafíos que enfrenta Harry en su lucha contra la adicción, un
enfoque cognitivo-conductual que incorpore estas estrategias de intervención puede ofrecerle
las herramientas necesarias para superar su adicción y lograr una recuperación exitosa. Estas
técnicas abordan tanto los aspectos cognitivos como los comportamentales de su adicción,
brindándole un enfoque integral para su tratamiento (Tobar, 2017).
Siguiendo los lineamientos planteados por Tobar (2017), un posible modelo de intervención
terapéutica para Harry desde el enfoque cognitivo-conductual, se centraría en abordar su
problema de adicción a las drogas y ayudarlo a mantener la abstinencia. El objetivo principal de
esta intervención sería promover el cambio en su comportamiento y cogniciones relacionadas
con el consumo de sustancias, fomentando su recuperación y evitando recaídas.
El objetivo final de este modelo de intervención sería ayudar a Harry a abstenerse del
consumo de drogas, desarrollar habilidades de afrontamiento efectivas, prevenir recaídas y
promover una mejor calidad de vida. La combinación de estas estrategias cognitivas y
conductuales contribuiría a su recuperación y a mantener la abstinencia, además de mejorar su
bienestar emocional y social (Tobar, 2017).
En la viñeta clínica se pueden identificar varias creencias que parecen sostener el consumo de
drogas. Estas creencias pueden variar en profundidad, desde pensamientos automáticos hasta
creencias nucleares más arraigadas.
Nivel de pensamientos automáticos (superficial):
1. "Me hacen sentir muy bien": Esta es una creencia superficial que refleja el placer
inmediato que el paciente experimenta al consumir drogas.
2. "Cuando veo que alguien más lo hace, es como si quisiera formar parte de la
muchedumbre": Esta creencia también es de nivel superficial y sugiere la influencia de
la presión social y el deseo de pertenecer a un grupo.
Nivel intermedio:
3. "Una vez más no te hará daño": Esta creencia refleja una justificación que el paciente
utiliza para permitirse consumir drogas nuevamente. Puede estar relacionada con la
minimización de riesgos.
4. "El precio que pagas por no consumir es tener estos impulsos, y éstos, ciertamente,
son un fastidio": Esta creencia refleja cómo los impulsos de consumo pueden generar
malestar cuando el paciente intenta abstenerse.
5. "Me siento mejor conmigo mismo cuando no tomo coca": Esta creencia refleja una
percepción más arraigada de sí mismo y cómo se siente en relación con el consumo de
drogas. Puede ser considerada una creencia nuclear relacionada con la autoestima.
6. "Mi vida es una mentira": Esta creencia apunta a una profunda disonancia entre la
imagen de sí mismo cuando consume drogas y su verdadera identidad. Puede
relacionarse con creencias nucleares sobre la identidad y la autenticidad.
Es importante destacar que estas creencias pueden variar en intensidad y significado para el
paciente, y pueden estar en constante cambio durante el proceso terapéutico. Identificar y
abordar estas creencias en diferentes niveles es fundamental para ayudar al paciente a
comprender los factores subyacentes que mantienen su consumo de sustancias y trabajar en
su modificación.
Las creencias nucleares relacionadas con la adicción abarcan una amplia gama de aspectos,
incluyendo la funcionalidad del consumo, como pensamientos permisivos hacia el mismo, y las
atribuciones acerca de la capacidad de recuperación o la utilidad del tratamiento. Entre estas
creencias, las expectativas de autoeficacia y los resultados tienen un impacto significativo en el
craving y, en consecuencia, en la eficacia del tratamiento (Chicharro, Pedrero y Pérez, 2007;
DiClemente, Fairhurst y Piotrowski, 1995).
Este análisis detallado aporta una comprensión más profunda de cómo las creencias en
diferentes niveles influyen en la adicción y el tratamiento, destacando la importancia de
abordar estas creencias en la terapia cognitiva de las adicciones (Martínez et al., 2012).
En el caso, el paciente menciona que usar drogas lo hace sentir bien y le permite integrarse con
los demás. Estas creencias pueden considerarse como "creencias disfuncionales" relacionadas
con el consumo, similar a lo que se discute en el texto. El texto señala que las creencias
relacionadas con la funcionalidad del consumo y las expectativas de autoeficacia tienen un
gran impacto en el craving y el curso del tratamiento. En el caso clínico, estas creencias se
relacionan con el deseo de consumir drogas y la motivación del paciente para dejar de hacerlo.
Además, el texto de Martínez et al. (2012) sugiere que las creencias pueden cambiar a lo largo
del tratamiento. En el caso clínico, vemos al terapeuta trabajando con el paciente para explorar
estas creencias y hacerlas conscientes. El terapeuta también identifica cómo las creencias
influyen en el comportamiento del paciente, como darle permiso a sí mismo para seguir
consumiendo. Esto es coherente con la idea de que la modificación de las creencias nucleares
relacionadas con la adicción es esencial para la recuperación, como propone el modelo
cognitivo.
El diálogo clínico proporcionado ilustra con precisión esta ambivalencia. El paciente señala
tanto las ventajas como las desventajas relacionadas con el uso de drogas. Menciona que el
consumo de drogas le brinda un breve bienestar y la sensación de integración en un grupo
social que también consume sustancias. Esta percepción de ventajas del consumo refleja la
teoría del "balance de decisiones" en el MT, donde los individuos tienden a evaluar los pros y
los contras del cambio y pueden experimentar resistencia debido a la percepción de beneficios
asociados con el consumo (Prochaska y DiClemente, 1983).
Al mismo tiempo, el paciente reconoce las ventajas de no consumir drogas, como el ahorro
económico, la claridad mental, la motivación para trabajar y la capacidad de mantener
relaciones familiares. Estas percepciones reflejan el proceso de identificación de "beneficios
anticipados" del cambio, donde el individuo comienza a reconocer los posibles aspectos
positivos de abstenerse del consumo de sustancias (Prochaska et al., 1992). La identificación de
estas ventajas proporciona una base sólida para fomentar la motivación hacia el cambio.
Es importante destacar que la ambivalencia puede ser una fuente de conflicto interno para el
individuo. La teoría del cambio de conflicto de Janis y Mann (1977) proporciona una lente útil
para comprender este conflicto. Según esta teoría, cuando un individuo se enfrenta a
decisiones difíciles, como el cambio de comportamiento, puede experimentar una lucha
interna entre los pros y los contras. Esta lucha puede prolongar la permanencia en la etapa de
contemplación o incluso llevar a una recaída si no se aborda adecuadamente.
Por lo tanto, la terapia en esta etapa debe centrarse en la exploración de las ventajas y
desventajas, el reconocimiento de las creencias permisivas y la gestión de la ambivalencia. La
terapia motivacional, desarrollada por Miller y Rollnick (1991), es un enfoque ampliamente
utilizado en esta etapa para ayudar a los individuos a explorar sus motivaciones para el cambio
y resolver la ambivalencia. La terapia motivacional se basa en la empatía, la aceptación y la
colaboración, lo que facilita un entorno de apoyo para el paciente (Rollnick y Miller, 1995).
La TCC es ampliamente utilizada para tratar trastornos por consumo de sustancias debido a su
enfoque en la identificación y modificación de pensamientos y comportamientos
disfuncionales que contribuyen a la adicción. Este enfoque permite a las personas abordar la
ambivalencia y tomar decisiones más informadas y saludables en relación con el uso de drogas
(Beck, 1993; Ellis, 1976; Meichenbaum, 1977).
La revisión y la práctica repetida de estas estrategias son esenciales para ayudar al paciente a
tomar decisiones más saludables en el futuro y evitar el consumo de drogas (Beck, 1993; Ellis,
1976; Meichenbaum, 1977). El terapeuta también proporciona tarjetas de recuerdo que
contienen las ventajas y desventajas del consumo de drogas como recordatorios visuales para
el paciente, lo que refuerza el proceso terapéutico (Beck, 1993).
Entonces, otra perspectiva desde la que sostenemos que debería realizarse la intervención, en
el encuadre de la TCC, es la rehabilitación cognitiva, que se encuentra enmarcada en la nueva
generación de terapias neurocomportamentales que consideran los sustratos biológicos
subyacentes a las manifestaciones psicopatológicas. El enfoque va más allá de la remisión de
los síntomas y busca modificar los mecanismos neuropsicológicos subyacentes a la adicción.
Esto resalta la importancia de tratar no solo los síntomas, sino también las causas subyacentes
(Pedrero-Pérez et al., 2010).
Diversos modelos han sido propuestos para abordar la rehabilitación cognitiva de manera
efectiva. Uno de ellos, el Neuropsychological Educational Approach to Cognitive Remediation
(NEAR), se ha diseñado para pacientes con psicopatología sin daño cerebral primario y se
centra en el aprendizaje optimizado y la mejora del funcionamiento sociocognitivo en
actividades de la vida diaria. Este enfoque resalta la importancia de personalizar la
rehabilitación según las necesidades del paciente (Pedrero-Pérez et al., 2010).
Estudios realizados en pacientes con dependencia alcohólica han demostrado que las técnicas
de rehabilitación cognitiva pueden mejorar significativamente el compromiso con el
tratamiento, la adhesión y el rendimiento cognitivo. Los pacientes que recibieron
entrenamiento cognitivo mostraron mejoras en áreas como el procesamiento de la
información, la toma de decisiones y las habilidades visuoconstructivas. Estos resultados
sugieren que la rehabilitación cognitiva puede complementar y mejorar los tratamientos
tradicionales para las adicciones (Pedrero-Pérez et al., 2010).
Según los autores Allen et al. (2010), los déficits cognitivos que son comunes en pacientes con
dependencia alcohólica parecen responder de manera satisfactoria a técnicas de rehabilitación
cognitiva. Sin embargo, es importante señalar que hasta ese momento, no se habían
demostrado de manera concluyente los beneficios de incorporar la rehabilitación cognitiva en
programas de tratamiento tradicionales.
Roehrich y Goldman (2010) llevaron a cabo un estudio que asignó aleatoriamente a sujetos con
dependencia alcohólica a diferentes condiciones, incluyendo terapia cognitiva estándar. Los
resultados mostraron que los grupos que recibieron terapia cognitiva mejoraron
significativamente en la adquisición de contenidos terapéuticos y en su rendimiento cognitivo,
lo que sugiere que la inclusión de técnicas de rehabilitación cognitiva puede aumentar la
eficacia del tratamiento.
Goldstein et al. (2010) llevaron a cabo un estudio con pacientes diagnosticados con
dependencia alcohólica y otros trastornos del eje I. Los resultados mostraron que los sujetos
asignados a la terapia cognitiva experimentaron mejoras significativas en el procesamiento de
la información, la toma de decisiones y las habilidades visuoconstructivas, lo que respalda la
efectividad del entrenamiento cognitivo en el tratamiento de personas adictas al alcohol.
En el caso clínico, el paciente presenta dificultades cognitivas, como olvidar las tareas del
tratamiento, comprender las instrucciones y mantener la motivación. Estos desafíos son
precisamente los que la rehabilitación cognitiva se ha diseñado para abordar. La evidencia
presentada sugiere que, al incorporar estrategias de rehabilitación cognitiva en el tratamiento,
es probable que el paciente experimente mejoras significativas en su funcionamiento cognitivo.
Este resultado no solo facilitaría la realización de tareas terapéuticas, sino que también podría
aumentar su compromiso con el tratamiento y su capacidad para tomar decisiones informadas
sobre su recuperación.
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