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es una agrupación de
personas, ya sean naturales o
jurídicas sin fines de lucro
que no cumplieron con un
Las asociaciones no inscritas y su proceso administrativo dado.
Por tal motivo, y remitiéndose a la teoría tridimensional de las asociaciones, podemos afirmar
que la asociación no inscrita cumple con la dimensión sociológica-existencial y la dimensión
axiológica, mas no posee una dimensión formal. Es decir, si bien la asociación cuenta con los
elementos de la conducta humana intersubjetiva y está enfocada a la búsqueda de valores
jurídicos, a este tipo de asociación le falta el elemento de la inscripción en el registro
correspondiente.
En ese sentido, si bien no se considera a la asociación no inscrita como una persona jurídica,
esta si es reconocida como sujeto de derecho, desde el momento en que se haya manifestado
la voluntad constitutiva de los fundadores de crear una organización de personas.
Ahora bien, como explica Sessarego (2001) el sujeto de derecho “es un ente al cual se le
imputan situaciones jurídicas subjetivas, es decir, derechos y deberes”.[2] En este sentido, si
bien la asociación no inscrita no posee personalidad jurídica, si tiene la capacidad para ser
titular de derechos y deberes, para relacionarse con terceros, con sus propios integrantes, u
otros interesados. La única diferencia con la asociación inscrita es que los derechos y deberes
que recaigan sobre este tipo de asociación recaerá sobre la pluralidad de sus miembros, no
sobre una sola persona (la persona jurídica).
Funcionamiento de la Asociación
Según el artículo 124 del Código Civil, “el ordenamiento interno y la administración de la
asociación que no se haya constituido mediante escritura pública inscrita, se regula por los
acuerdos de sus miembros, aplicándose las reglas establecidas en los Artículos 80º a 98º, en lo
que sean pertinentes”.
En este sentido, la asociación no inscrita se rige principalmente por los acuerdos de sus
miembros, su estatuto, y las normas que le sean aplicables del Código Civil. Asimismo, según el
artículo 92, los miembros de la asociación cuentan con el derecho a impugnar los acuerdos que
consideren ilegales.
Por otro lado, respecto a la representación de la entidad en algún proceso penal, el último
párrafo del artículo 124 establece que la asociación no inscrita será representada por el
presidente del consejo directivo o por quien haga sus veces. De esta manera, se busca
garantizar su derecho, como sujeto de derecho, a poder ejercer o reclamar sus derechos ante
los órganos jurisdiccionales.
El primer mecanismo contemplado es el del fondo común. En este sentido, el artículo 125 del
Código Civil establece lo siguiente:
Artículo 125º.- Los aportes y las cuotas de los asociados, así como los bienes que adquiera la
asociación, constituyen su fondo común. Mientras está vigente la asociación no se puede pedir
la división y partición de dicho fondo, ni el reembolso de las aportaciones de los asociados.
Dicha medida se deriva del hecho de que las asociaciones no inscritas, al igual que cualquier
otra persona jurídica, necesita contar con un patrimonio establecido que le sirva como base
para la realización de sus fines. Cabe destacar que dicho fondo común es propiedad de todos
los integrantes de esta asociación; no obstante, ninguno de estos puede disponer
unilateralmente de este fondo ni es propietario de una parte alícuota (Aliaga, 2009). Asimismo,
además de servir como fondo para la realización de los fines de la asociación, también funciona
como garantía para responder las obligaciones que la asociación establezca con terceros, según
el artículo 126 del Código Civil.
Así, del análisis de dicho artículo se puede deducir que la ratio legis de dicha medida “es la de
inducir a la regulación de este tipo especial de sujeto de derecho para que se regularice en una
persona colectiva, debido a que es más conveniente para sus integrante” (Espinoza como se
cita en Aliaga, 2009).