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Organizaciones no inscritas y la persona jurídica

Si bien la asociación no inscrita no cuenta con personalidad jurídica, estas son


consideradas como sujeto de derecho e incluso se encuentran reguladas por el Código
Civil.

El Código Civil reconoce la figura de la asociación no inscrita a través del artículo 124°.
Según Aliaga (2009), estas pueden ser definidas como aquella “agrupación de personas
(naturales o jurídicas) que actúan conjuntamente con fines no lucrativos, pero que no han
cumplido con la 'formalidad' de su inscripción registral”. Su reconocimiento se deriva del
derecho de asociación establecido por la Constitución Política del Perú. Dicho artículo no
especifica que para ejercer el derecho sea necesario contar con la inscripción registral.

Por tal motivo, y remitiéndose a la teoría tridimensional de las asociaciones, podemos


afirmar que la asociación no inscrita cumple con la dimensión sociológica-existencial y la
dimensión axiológica, mas no posee una dimensión formal. Es decir, si bien la asociación
cuenta con los elementos de la conducta humana intersubjetiva y está enfocada a la
búsqueda de valores jurídicos, a este tipo de asociación le falta el elemento de la
inscripción en el registro correspondiente.

Falta de personalidad jurídica

Este elemento faltante es el que caracteriza a este tipo de asociaciones, y es el elemento


del cual se deriva su falta de personalidad jurídica, ya que, como se menciona en el
artículo 77° del Código Civil, “la existencia de la persona jurídica de derecho privado
comienza el día de su inscripción en el registro respectivo, salvo disposición distinta de la
ley”.

En ese sentido, si bien no se considera a la asociación no inscrita como una persona


jurídica, esta si es reconocida como sujeto de derecho, desde el momento en que se
haya manifestado la voluntad constitutiva de los fundadores de crear una organización de
personas.

Ahora bien, como explica Sessarego (2001) el sujeto de derecho “es un ente al cual se le
imputan situaciones jurídicas subjetivas, es decir, derechos y deberes”.[2] En este
sentido, si bien la asociación no inscrita no posee personalidad jurídica, si tiene la
capacidad para ser titular de derechos y deberes, para relacionarse con terceros, con sus
propios integrantes, u otros interesados. La única diferencia con la asociación inscrita es
que los derechos y deberes que recaigan sobre este tipo de asociación recaerá sobre la
pluralidad de sus miembros, no sobre una sola persona (la persona jurídica).

Funcionamiento de la Asociación

Según el artículo 124 del Código Civil, “el ordenamiento interno y la administración de la
asociación que no se haya constituido mediante escritura pública inscrita, se regula por
los acuerdos de sus miembros, aplicándose las reglas establecidas en los Artículos 80º a
98º, en lo que sean pertinentes”.

En este sentido, la asociación no inscrita se rige principalmente por los acuerdos de sus
miembros, su estatuto, y las normas que le sean aplicables del Código Civil. Asimismo,
según el artículo 92, los miembros de la asociación cuentan con el derecho a impugnar
los acuerdos que consideren ilegales.

Por otro lado, respecto a la representación de la entidad en algún proceso penal, el último
párrafo del artículo 124 establece que la asociación no inscrita será representada por el
presidente del consejo directivo o por quien haga sus veces. De esta manera, se busca
garantizar su derecho, como sujeto de derecho, a poder ejercer o reclamar sus derechos
ante los órganos jurisdiccionales.

El fondo común y la responsabilidad solidaria

Debido a su condición particular, y para poder proteger a aquellos terceros que se


relacionen con la asociación no inscrita, el legislador creó una serie de mecanismos que
buscan dotar de cierta protección a las relaciones con terceros que realice la asociación
no inscrita.

El primer mecanismo contemplado es el del fondo común. En este sentido, el artículo 125
del Código Civil establece lo siguiente:

Artículo 125º.- Los aportes y las cuotas de los asociados, así como los bienes que
adquiera la asociación, constituyen su fondo común. Mientras está vigente la asociación
no se puede pedir la división y partición de dicho fondo, ni el reembolso de las
aportaciones de los asociados.

Dicha medida se deriva del hecho de que las asociaciones no inscritas, al igual que
cualquier otra persona jurídica, necesita contar con un patrimonio establecido que le sirva
como base para la realización de sus fines. Cabe destacar que dicho fondo común es
propiedad de todos los integrantes de esta asociación; no obstante, ninguno de estos
puede disponer unilateralmente de este fondo ni es propietario de una parte alícuota
(Aliaga, 2009). Asimismo, además de servir como fondo para la realización de los fines
de la asociación, también funciona como garantía para responder las obligaciones que la
asociación establezca con terceros, según el artículo 126 del Código Civil.

Adicionalmente, el mencionado artículo 126 también establece la responsabilidad


solidaria de quienes actúen en nombre de la asociación, posean estos la calidad de
representantes o no. Dicha medida encuentra su justificación en la necesidad de proteger
a aquellos terceros que se relacionen con la asociación no inscrita, pues de no existir la
responsabilidad solidaria, el cumplimiento de las obligaciones de esta asociación
carecería de garantías suficientes.

Así, del análisis de dicho artículo se puede deducir que la ratio legis de dicha medida “es
la de inducir a la regulación de este tipo especial de sujeto de derecho para que se
regularice en una persona colectiva, debido a que es más conveniente para sus
integrante” (Espinoza como se cita en Aliaga, 2009).

ASOCIACIÓN, FUNDACIÓN Y COMITÉ NO INSCRITOS

CARACTERÍSTICAS GENERALES

Las Organizaciones de Personas No Inscritas realizan su actividad como si fueran


personas jurídicas, con la diferencia que las primeras, no han cumplido con todos los
requisitos legales para obtener su debido reconocimiento. Ambas constituyen un conjunto
de personas que se organizan en la búsqueda de un fin valioso. Sin embargo, la falta de
inscripción dificulta la prueba de su capacidad y representación, pero eso no las anula del
tráfico jurídico.

ASOCIACIONES NO INSCRITAS

Es una organización de personas que realiza un esfuerzo mancomunado en búsqueda de


una finalidad no lucrativa. Esta regula su organización interna y administración con los
acuerdos de sus miembros, además de ello, se le aplicarán las normas de la asociación.
No son personas jurídicas, pero si cuentan con una relativa subjetividad, que les permite
tener un fondo común, adquirir bienes, celebrar contratos y actuar en procesos judiciales
mediante la representación del presidente del Consejo Directivo.

FUNDACIÓN NO INSCRITA

Es un sujeto de derecho autónomo, destinado a la realización de un fin social, pero que


no ha cumplido con la formalidad legal de la inscripción. La falta de inscripción del acto de
constitución faculta a que el Consejo de Supervigilancia de Fundaciones, el Ministerio
Público, o quien tenga legítimo interés, tome las acciones correspondientes para lograr
dicha inscripción. Mientras dure el proceso de inscripción, los miembros son
responsables solidarios de la conservación de los bienes afectados.

COMITÉ NO INSCRITO

Es aquella agrupación de personas que se organizan para recaudar aportes del público y
destinarlos a una finalidad altruista, pero no que no ha cumplido con la formalidad de
inscribirse en el registro. Esta organización se rige por los acuerdos de sus miembros,
que asumen la responsabilidad solidaria por la gestión de los aportes, así como de su
conservación y aplicación a la finalidad establecida. La representación judicial del comité
no inscrito la tiene el Presidente del Consejo Directivo, o quien haga sus veces.

ASOCIACIÓN Y FUNDACIONES CONSTITUIDAS EN EL EXTRANJERO: SU


RECONOCIMIENTO EN EL PERÚ Y SU REPRESENTACIÓN

Las personas jurídicas que se hayan constituido válidamente en el extranjero, serán


reconocidas por nuestro ordenamiento, permitiendo que su constitución, organización,
funcionamiento, disolución y liquidación se lleven a cabo bajo las disposiciones
establecidas por el ordenamiento correspondiente, esto es, el del país en el que se
constituyeron (art. 2073 CC). Sin embargo, si desean llevar a cabo las actividades que
corresponde a su objeto social, entonces tales actos se rigen por la norma nacional; y, en
tal sentido, será exigible la inscripción en el Registro de Personas Jurídicas. Para tal
efecto, deberá acreditarse la vigencia de la persona jurídica, del estatuto u otro
instrumento equivalente en su país de origen, del representante que otorga el acto y la
designación del apoderado en el país.

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