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LA NUEVA GESTIÓN PÚBLICA EN

ESPAÑA
El objetivo de esta práctica, es la de realizar un análisis general de la situación en las
administraciones españolas respecto de la Nueva Gestión Pública (NGP en adelante).
Para ello, nos serviremos de una serie de ejemplos de políticas con fundamento gerencial
explícito, o cuya naturaleza nos permite constatar que se enmarcan dentro de la NGP. El
trabajo de García Sanchez (2007), La nueva gestión pública: evolución y tendencias, será
nuestro punto de partida: más concretamente su esquema titulado como el presente trabajo.
Al final del trabajo, se muestra dicha tabla de la cual nos serviremos a continuación.

Antes de exponer las políticas y sus resultados, es necesario ubicar el punto de partida de la
Administración española. De este modo, en contraposición de administraciones como la
inglesa o la neozelandesa, España junto a Francia han realizado reformas de tipo
incrementalista. Esto es, “introducción de pequeños cambios como sería la autogestión
administrativa, una clara delimitación de los políticos en la administración, alta estabilidad en
la función pública, y sistemas de promoción basados en méritos.” (García Sanchez, 2007)

Así, España es un país cuya gestión pública difiere en principio de la NGP. No obstante, a
continuación se da una lista de políticas, cuyo sustento se entiende que es el gerencialismo.

Sobre transparencia:
- Cartas de servicio: Este recurso es planteado de modo que solvente las carencias
derivadas del fenómeno de asimetría de la información, que suelen darse entre el
proveedor del servicio y el que lo recibe. De esta manera, los ciudadanos saben el
servicio que prestan las administraciones y la calidad que deben esperar de ella.
También, “hacen explícita la responsabilidad que los gestores públicos asumen ante
los grupos de interés.” (Gimeno Ruiz, 2017) El principal problema de estas cartas
viene debido a que no son obligatorias, además de que su implantación es desigual a
nivel local. Por otra parte, se ve necesario elaborar algún tipo de marco para la
coordinación interadministrativa.
- Libro de quejas y sugerencias: Tiene un sentido similar a las cartas, solo que esta
herramienta se enmarca más dentro de la participación ciudadana que de la
comunicación externa. Además, existe un buzón virtual por lo que se permite realizar
preguntas y comentarios de forma telemática.

Sobre racionalización cultural:


- Gestión por objetivos: A raíz del artículo 6 de la ley de transparencia (19/2013), se
puso sobre la mesa la urgencia de un sistema de dirección por objetivos. “Las
Administraciones Públicas publicarán los planes y programas anuales y plurianuales
en los que se fijen objetivos concretos, así como las actividades, medios y tiempo
previsto para su consecución. Su grado de cumplimiento y resultados deberán ser
objeto de evaluación y publicación periódica junto con los indicadores de medida y
valoración, en la forma en que se determine por cada Administración competente”.
Esta fue la manera en la que se expuso brevemente la gestión por objetivos en la
administración pública. Resaltan aspectos propios de la NGP: la concreción de los
objetivos, establecimiento de sistemas de medición y evaluación periódica a modo de
control. Sin embargo, pese a los esfuerzos de esta ley, junto a los de la IGAE y la
CORA (Intervención General de la Administración del Estado y Comisión para la
Reforma de las Administraciones Públicas) el sistema de dirección por objetivos deja
mucho que desear: principalmente debido a que la interpretación del mencionado
artículo deja libertad para considerar obligatorio o no esa ‘tarea’.
- Presupuesto por programas: Con la finalidad de dotar de racionalidad al gasto, en
1984 se introdujo el sistema presupuestario de eficiencia (orden ministerial de 17 de
junio de 1983): se pasaba de un presupuesto de carácter orgánico o administrativo a
otro por programas. Las administraciones afectadas debían definir objetivos y asignar
indicadores de seguimiento, así como realizar análisis de rentabilidad económica y
social. En definitiva, suponía una transformación demasiado técnica y complicada en
comparación con el proceso de asignación presupuestaria incrementalista, la cual no
requería de ninguna elaborada justificación racional. Por otro lado, la falta de
incentivos hizo mermar cualquier esperanza de aquellos gestores que veían con
buenos ojos esta iniciativa. (Sanchez Revenga, 2005)

Sobre racionalización normativa:


- Comisión interministerial de simplificación: Los motivos por los cuales se creó esta
comisión obedecen a dos máximas: mejorar las relaciones de la Administración con
los ciudadanos y favorecer la competitividad del sector económico. Como se expuso
en el RD 670/1999, de 23 de abril: “debe tener como prioridades aquellas parcelas de
la actividad administrativa que más inciden en la vida diaria de los ciudadanos, así
como las orientadas a la creación de empleo, las prestaciones sociales y, en general, a
todas aquellas áreas que redunden en un impulso de la actividad económica porque
cualquier ineficacia relativa a la actuación pública disminuye la competitividad
nacional”. La simplificación de los procesos es por tanto doble. El claro énfasis sobre
la competitividad tiene su razón de peso en el argumento de la eficiencia, obtenida de
la rivalidad y que proporciona múltiples opciones evitando así cualquier tipo de
monopolio.

Conclusiones:
I. España cuenta con una administración de tipo incrementalista, lejos de la noción de
gestión gerencialista.
II. No obstante, cuenta con varios aspectos que poco a poco se van haciendo hueco en la
administración. Destacan sobre todo los relativos al control de la gestión por parte de
los ciudadanos y su participación, y la implementación de sistemas de medición y
estandarización de objetivos.
III. Han sido múltiples los intentos de reforma que pretendían enfocar la administración
desde el punto de vista de la eficiencia y la disminución de los costes, sin embargo la
reticencia de funcionarios o el mal planteamiento por parte de los políticos ha hecho
que muchos de estos esfuerzos se queden en papel mojado.

Bibliografía:
Sánchez, I. M. G. (2007). La nueva gestión pública: evolución y tendencias. Presupuesto y
gasto público, 47(2007), 37-64.
Ruiz, A. G. (2017). Las cartas de servicio como instrumento para el desarrollo de la
información integrada en las entidades públicas. Revista española de control externo, 19(57),
129-169.
https://www.tcu.es/repositorio/c43fbe2f-a819-447b-b7a1-ce3f66c28add/57GimenoRuizCarta
sservicio.pdf
Naveira, A. M. N. (2015). El funcionamiento de la Administración bajo un sistema de
dirección por objetivos: una necesidad y un nuevo enfoque para los Órganos de Control.
Revista española de control externo, 17(49), 39-63.
https://www.tcu.es/repositorio/7161d004-3d44-4446-8bc4-154055148e26/N49NaveiraFuncio
namientoAdministracion.pdf
Sánchez Revenga, Jaime. El Presupuesto Por Programas En España. Vol. 23. Madrid ::
Colegio de Economistas de Madrid,, 2005. Print.
https://privado.cemad.es/revistas/online/Revistas/0105.pdf/123
Mas, J. T. (2000). La simplificación procedimental en el ordenamiento español. Revista de
administración pública, (151), 39-76.
https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/17491.pdf
IV.

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