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El ejército estaba organizado en base al sistema decimal, en unidades de diez, cien, mil y diez mil
hombres, cada una con sus respectivos jefes. El jefe supremo del ejército era el Inca o el Príncipe
Heredero. Los jefes de mayor graduación eran los Apus-quipays Cada cuerpo marchaba bajo su
emblema particular que simbolizaba la región de su procedencia, pero todos portaban el
estandarte imperial llamado el Suntur Paucar que contenía a los colores del arco iris.
LAS ARMAS
Armas ofensivas
Que eran utilizadas en el ataque y entre las que destacan:
La honda, o huaraca que servía para arrojar piedras a distancias regulares.
La boleadora o liwi, que era una cuerda que terminaba en tres ramales, en cada uno
de los cuales se ataban piedras que, al ser lanzadas, juntamente con la cuerda,
derribaban al enemigo.
El arco y la flecha, que eran los que mayor se usaban.
La lanza, que terminaba en una punta de metal y que convenientemente arrojada
hería o mataba al enemigo.
La makana o porra, que terminaba en puntas en forma de estrella, hecha con
material de bronce o de piedra.
El hacha, que era confeccionada de piedra pulimentada con mango de madera.
Armas defensivas
Que eran utilizadas en la defensa personal. Entre éstas encontramos:
Las humachinas o cascos, que eran confeccionados de madera o de metal y que
cubrían la cabeza.
Los chalecos, que, a manera de petos rellenos de algodón, protegían el tórax.
El escudo o rodela, que también era de metal y usado por los grandes jefes. Los
soldados usaban escudos de cuero.
Conquista pacífica
Por la cual se enviaban embajadas que hacían ver al pueblo o tribu por conquistar, las ventajas
de pertenecer al Imperio, su organización política y administrativa, su religión e idioma.
Ofrecían, en cambio, respetar las costumbres de la región y a sus autoridades. Si el pueblo
aceptaba, el Inca (o su representante) y su ejército ocupaban pacíficamente el territorio. Acto
seguido enseñaban a aplicar nuevas técnicas en las construcciones y en la agricultura; se
construían canales y caminos; se procedía a la distribución de la tierra de acuerdo a los sistemas
del imperio y se nombraba o ratificaba en sus cargos a las autoridades, quienes se sometían y
prometían fidelidad.
Conquista violenta
La conquista de manera violenta se utilizaba sólo en el caso de que los habitantes de la zona por
conquistar, no aceptasen las propuestas de sometimiento pacífico, rechazando a las autoridades
imperiales y a sus embajadas. Entonces, el ejército con el Inca y sus jefes a la cabeza, entraban en
acción, disputándose, palmo a palmo, y en forma sangrienta el territorio. Los jefes rebeldes eran
ajusticiados con suma crueldad. El pueblo era destruido y los sobrevivientes pasaban, a ser
yanacunas. Con posterioridad se iniciaba la labor de reorganización y de incorporación
al Tahuantinsuyo.
En una u otra forma los incas trataron de mantener las costumbres de la zona conquistada,
imponiéndoles, básicamente, estos tres elementos: obediencia al Inca, Señor del Cusco; hablar el
idioma quechua y adoración al Sol o Inti.