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LEYENDA DEL ARBOL DEL ESQUIVEL.

ARBOL:
Soy el árbol del Esquivel, también llamado El árbol de la Virgen. Te voy a contar una historia que
para muchos es leyenda, yo la viví y quiero compartirla contigo, eres niño y los niños tienen el
poder de mirar y creer lo que los adultos no pueden.

¿De dónde soy? No lo sé, porque era muy pequeño cuando me colocaron dentro de una caja
acompañado de una imagen de la Virgen de la Soledad. El viaje en carretera fue largo hasta llegar
a mi destino, te contare mi historia:

Hace muchos años después de la llegada de los españoles con nuño de guzmán un matrimonio de
ancianos que vivían al otro lado de donde se encontraba el templo del hospital o mejor conocido
como la santa cruz estaban tranquilamente en su hogar cuando unos caminantes pasaron y les
pidieron posada para poder pasar la noche, los ancianos aceptaron.

A la mañana siguiente al irlos a buscar para ofrecerles de desayuno ya no se encontraban en el


lugar lo único que encontraron fue una caja que al verla los ancianos pensando que regresarían los
caminantes la guardaron para entregarla, pero conforme pasaban los días de la caja salía un
perfume asombroso nunca antes percibido, por tal motivo los ancianos mandaron llamar al
cofrade quien la destapó, incrédulo, vio su contenido: un busto de la Virgen de la Soledad y una
pequeña plantita a su lado.

A la imagen le hicieron el cuerpo que faltaba y la colocaron en el altar del Hospital. Al árbol lo
plantaron en el atrio, no antes de haber sido cuidado por las hermanas Esquivel, unas señoras muy
amables. De ahí vino el nombre el árbol del ESQUIVEL.

El árbol fue colocado en el atrio del templo con el pasar de los años se convirtió en un frondoso
árbol que florecia por marzo y abril, su aroma se esparcía por todo santa cruz recordando el
milagro de la llegada de la Virgen de ahí se decidió nombrar a este bello pueblo santa cruz de las
flores.

Esa es mi historia, han pasado cuatrocientos años y mi tronco, seco y carcomido por el tiempo,
parece muerto, pero yo sigo viviendo en mis hijos, uno ésta junto a mí, florece cada año
llenándose de las pequeñas flores blancas parecidas al jazmin estrella,. El perfume es el mismo que
exhalé prodigiosamente y sigue difundiéndose por el aire para recordar la dulzura del amor de la
virgen.

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