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Slavoj Zizek: “El capitalismo de hoy se

acerca más al neofeudalismo que al


neoliberalismo”
Entrevista

Es una estrella del rock de la filosofía, y su método –en el que se mezclan Marx y el
psicoanálisis de Lacan con los ejemplos de series, películas y novelas populares, sean
Matrix , La invasión de los ultracuerpos , la ópera Parsifal o la serie de detectives Castle
– ha creado escuela. El esloveno Slavoj Zizek (Liubliana, 1949), un histrión de discurso
imparable y siempre brillante, director internacional del Instituto Birbeck para las
Humanidades de la Universidad de Londres, publica en España Hegel y el cerebro
conectado (Paidós), reflexión sobre el futuro de la condición humana en un momento en el
que Elon Musk quiere conectar los cerebros a ordenadores, e Incontinencia del vacío
(Anagrama), sobre la filosofía, la diferencia sexual y la crítica de la economía política.

Covid, guerra, crisis climática, populismo... ¿Las crisis que vivimos


están relacionadas?

Todas son momentos de la expansiva reproducción del capitalismo global actual. No


quiero utilizar la palabra neoliberalismo porque estoy de acuerdo con mi amigo Yanis
Varoufakis en que el capitalismo de hoy es menos neoliberal de lo que pensamos, se
acerca más al neofeudalismo. Unas cuantas megacorporaciones privatizan campos
enteros de bienes comunes. Ahora en Twitter decide Elon Musk. Antes de la
pandemia la línea oficial era que no se podían subir los impuestos, no podíamos
gastar mucho, sería una catástrofe económica. ¿Es consciente de cuánto dinero se ha
imprimido para controlar los efectos de la pandemia? No confíe en los dogmas
neoliberales. Y si imprimimos tanto para el covid o la guerra, también lo podemos
imprimir para la sanidad. No digo que debamos abolir el capitalismo, es muy
productivo. Pero en una situación de guerra, calentamiento, epidemias, se puede. La
crisis sanitaria en Reino Unido supone ya urgencias atendidas en 20 horas o más. La
catástrofe está aquí. Y el Estado debe intervenir brutalmente. En una guerra no
puedes esperar a que el mercado te traiga las armas. Diría que hasta cierto punto el
capitalismo se está aboliendo a sí mismo yendo en una dirección que no puede ser
justificada con lo que llaman racionalidad de mercado. Elon Musk quizá inventó algo,
pero reunió antes del error de Twitter 300.000 millones de dólares, más que el PIB de
muchos países. No se puede decir que esa riqueza refleje su creatividad. El mercado a
solas funciona mal.
En cualquier caso, estos dos últimos años las políticas económicas
ya han roto muchos tabús.

El teórico socialdemócrata alemán Streeck dice que el problema es que el capitalismo


hoy se está desintegrando, pero no en el sentido marxista sino en algo que puede ser
peor. Lo razonable es reforzar lo que Peter Sloterdijk llama democracia social
objetiva: que la educación gratuita o la sanidad universal sean parte del orden
constitucional mande quien mande. Y para lograrlo el próximo paso necesario es
controlar los enormes flujos de dinero que se mueven libremente. A la vez,
necesitamos nuevas formas de globalización real. Para una megacrisis ecológica solo
sirve una respuesta coordinada. O volveremos a una versión peor del capitalismo con
pequeños núcleos de riqueza rodeados de pobreza y caos.

Cooperar parece difícil con una guerra fría con China y Rusia
invadiendo Ucrania.

Es una catástrofe, pero no es solo un conflicto entre Rusia, China y el Occidente


liberal. Hay una brecha que recorre todos los países. Recuerde los apoyos de Putin en
Occidente, Le Pen, sus relaciones con Trump. El capitalismo liberal lleva dos décadas
en crisis desde el 11-S. Wang Huning, autor cercano a Xi Jinping, escribió un libro
fantástico, América contra América . Dice que admira el dinamismo de EE.UU., pero
que vio en él una catástrofe social. Hoy tenemos dos tipos de capitalismo, autoritario
o populista, contra la democracia liberal estándar, y es un conflicto global. Hace un
par de meses Trump dijo que si la gente es traicionada por las elites tiene derecho a
tomar el poder con violencia. Significa que nos acercamos también en Occidente a
alguna especie de guerra civil. Y lo que más me preocupa es la suerte del sur global.
No subestime el impacto de la propaganda rusa allí.

Cuando Putin dice que lucha por el alma de Rusia, ¿la ideología es
real o una mera excusa?

Muchos realistas dicen que toda esa locura religiosa ortodoxa es solo para conquistar
un trozo de Ucrania. Es una visión naif. Desde Hitler sabemos que la ideología no es
solo ideología. El antisemitismo podía ser una excusa para la expansión, pero millones
fueron sacrificados. La estrategia rusa es lograr más que un trozo de Ucrania. Putin
repitió hace un día que es un régimen neonazi. ¿Cómo tolerarlo? Luchan por
reconstruir alguna forma de imperio.

Otro peligro que denuncia es el autoritarismo digital .

La libertad que nos dan los medios digitales es una libertad falsa, todo está controlado
por algoritmos que nos empujan en ciertas direcciones. El horror para mí es que en
los buenos viejos días del totalitarismo por lo menos sabíamos que éramos
controlados.
Ahora lo horrible es que donde piensas que eres libre somos controlados, regulados y
manipulados. La no libertad más horrorosa es la que experimentas como libertad.

Elon Musk habla de conectar cerebros a ordenadores. ¿Seremos


semidioses o siervos?

Si tiene éxito, perderemos lo que usualmente designamos como libertad humana. No


solo controlaremos máquinas, también seremos controlados. Y al final, los medios
digitales son parte de cierta realidad. Yuval Harari dice que el peligro inmediato es
que los ordenadores no nos controlarán directamente, sino que habrá gente que
controlará los ordenadores y otra será controlada por ellos. La lucha social sigue ahí.

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