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Por tanto, todo en la vida fue creado para ser adoración porque Dios dijo que si
comes o bebes o haces otra cosa - todo en la vida, hazlo para mostrar cuán
valiosa es la gloria de Dios para ti. (1 Corintios 10.31).
El dinero y las posesiones son parte importante de la vida, y por tanto Dios quiere
que sean parte esencial en la adoración. Por tanto, la manera en que adores con tu
dinero y tus posesiones es obtenerlas, usarlas y perderlas de una forma que
muestre cuánto valoras a Dios - no al dinero. De esto trata este texto. Y por tanto es
en realidad un texto sobre la adoración.
Ahora bien, hay lugar para la adoración corporal - lo que hacemos aquí juntos el
domingo por la mañana. Y las mismas definiciones se mantienen aquí como en cualquier
otro lugar:
Las formas de adoración son actos que expresan como atesoramos a Dios
internamente (predicación y escuchar la palabra de Dios, adoración, alabanzas,
ofrendas, compartir la Cena del Señor, y mucho más) Uno de estos actos de adoración
congregacional aquí en Nueva Jerusalén es lo que llamamos "la ofrenda" - un
momento posterior a la predicación de la Palabra cuando adoramos con nuestro dinero,
desprendiéndolo de nuestras manos y ahorros, para la misión y ministerio de Cristo.
Este acto particular del servicio de adoración, es una parte pequeña del patrón
mayor de adoración con nuestro dinero que hacemos cada día, cómo lo ganamos,
gastamos, ahorramos o damos nuestro dinero.
El texto de hoy, Lucas 12.32-34, tiene que ver con el patrón extenso de cómo
adoramos con nuestro dinero, y por implicación se relaciona con qué hacemos
con nuestro dinero en la adoración. Veamos algunos de los puntos principales en el
texto, apliquemos a nuestras vidas en general y a nuestra ofrenda en particular.
La razón por la cual Dios quiere que no temamos acerca del dinero y las
posesiones es porque no afanarse magnificaría cinco grandes cosas acerca de
Dios.
No tener miedo sería eco de cuánto valoramos estas cinco cosas acerca de Dios. En otras
palabras, no tener miedo se convertiría en un acto interno hermoso de adoración.
Primero, no tener miedo muestra que atesoramos a Dios como nuestro Pastor.
Segundo, no tener miedo muestra que atesoramos a Dios como nuestro Padre.
"No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre os ha placido daros el reino."
No solo somos su manada pequeña; también somos sus hijos y él es nuestro Padre.
El significado de esto es claro en el verso 30:
"Porque todas estas cosas buscan las gentes del mundo; pero vuestro Padre sabe que tenéis
necesidad de estas cosas."
"No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre os ha placido daros el reino”.
De modo que, si confiamos en Dios como Pastor, Padre y Rey, y no tenemos miedo
de dinero y posesiones, entonces mostraremos cuán real y precioso es Dios para
nosotros en todas estas maneras. Dios será adorado.
Cuarto, no tener miedo muestra cuán libre y generoso es Dios.
"No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre os ha placido daros el reino."
Finalmente, no tener miedo muestra que atesoramos a Dios como alguien feliz.
"No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre os ha placido daros el reino."
Es "placentero". Le place darte el reino. Dios quiere hacerlo. Le hace feliz hacerlo. No
todos tuvimos padres como éste - que amaban darnos cosas, que les hacía felices
dar en vez de recibir. Pero eso no importa, porque ahora podemos tener un Padre
así, y Pastor y Rey. Confía en él como tu Padre a través de la obra reconciliadora de
Jesús, y lo encontrarás como Padre.
Así que el primer punto de este texto es que debemos atesorar a Dios como
nuestro Pastor, Padre y Rey, quien es generoso y feliz de darnos el reino de Dios -
darnos el cielo, darnos vida eterna y gozo, y todo lo que necesitamos para llegar allí. Si
atesoramos a Dios de esta manera - si confiamos en él - estaremos libres de
miedo y Dios será honrado. Este es el fundamento del resto del texto y de este sermón.
Lo que vendrá es posible debido a esta promesa
"Vended lo que tenéis y dad limosna; haceos bolsa que no se envejezcan, tesoro en los cielos
que no se agote, donde ladrón no llega, ni polilla destruye."
Enfoca por un momento las palabras: "Vended lo que tenéis". ¿A quién le hablaba?
El verso 22 da la respuesta:
“Dijo luego a sus discípulos: Por tanto, os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué
comeréis; ni por el cuerpo, qué vestiréis”
"Jesús dijo a sus discípulos". Pero, estas personas no eran ricas. No tenían muchas
posesiones. Pero aun así les dice: "Vended lo que tenéis". No dice cuánto deben
vender.
“Jesús, oyendo esto, le dijo: Aún te falta una cosa: vende todo lo que tienes, y dalo a los
pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme.”.
Vende todo lo que tienes.
"Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes
doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado".
"como tenía una heredad, la vendió y trajo el precio y lo puso a los pies de los apóstoles.".
La Biblia no nos dice cuántas posesiones vender. ¿Pero por qué habla de vender
posesiones en principio? ¿Por qué? Dar limosnas - usar tu dinero para mostrar amor
a aquellos que carecen de lo necesario en la vida y que no tienen el evangelio (necesidad
de la vida eterna) -es tan importante que, si no posees activos líquidos para dar, debieras
vender algo para poder dar. Pero ahora piensa lo que esto significa en el contexto.
Estos discípulos no son pobres personas ricas con poco efectivo pero cuyo dinero
está en certificados o propiedades. La mayoría de personas como éstas, de hecho,
usualmente tienen grandes ahorros. Pero Jesús no dijo: "Saca algo de tus ahorros y
da limosna." Él dijo: "Vende algo, y da limosna." ¿Por qué? La presunción más
simple es que estas personas vivían tan cerca de la pobreza que no tenían
efectivo para dar y tendrían que vender algo para poder dar.
“Al ver Jesús que se había entristecido mucho, dijo: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino
de Dios los que tienen riquezas!”
En Lucas 8.14 Jesús dice que las riquezas "ahogan" la palabra de Dios. Por ello, los
cristianos deseamos entrar al reino mucho más de lo que queremos riquezas. Y
no queremos que la palabra de Dios sea ahogada en nuestra vida. Así que hay un
impulso fuerte para simplificar y no acumular.
De modo que el segundo punto es que confiar en Dios como nuestro Pastor, Padre y
Rey conlleva un impulso tremendo hacia la sencillez más que a la acumulación.
Esto hace fluir adoración desde el lugar secreto e interno del corazón hacia más
acciones visibles para la gloria de Dios.
El tercer punto del texto es que el propósito del dinero es maximizar nuestro tesoro en el
cielo, no en la tierra. Verso 33 otra vez:
"Vended lo que poseéis, y dad limosna; haceos bolsas que no se envejezcan, tesoro en los
cielos que no se agote, donde ladrón no llega, ni polilla destruye."
¿Cuál es la conexión aquí entre vender posesiones y poder suplir las necesidades
de otros (la primera parte del verso), y acumular tesoro en el cielo para ti mismo
(al final del verso)?
La conexión parece ser que la manera de hacer bolsas que no envejezcan y la manera de
hacer tesoros en el cielo que no se agotan es vendiendo tus posesiones para suplir las
necesidades de otros. En otras palabras, simplificar tus posesiones por causa del
amor en la tierra maximiza tu gozo en el cielo. No pierdas este punto
profundamente radical. Es la forma en que Jesús piensa y habla todo el tiempo.
Tener una mente en las cosas de arriba produce diferencia radicalmente amorosa
en este mundo. Las personas que están más poderosamente persuadidas de que lo
importante es tesoro en el cielo, no gran acumulación de dinero aquí, son las
personas que constantemente soñarán con formas de simplificar y servir, simplificar
y servir, simplificar y servir. Ellos darán, darán y darán. Y por supuesto, trabajarán,
trabajarán y trabajarán, como Pablo dice en Efesios 4.28:
"para que ellos tengan qué compartir con el que padece necesidad."
La conexión con adoración es ésta: Jesús nos manda a acumular tesoros en el cielo,
esto es, maximizar nuestro gozo en Dios. Nos dice que la manera de lograrlo es
vender y simplificar por el bien de otros. De modo que él motiva simplicidad y servicio
al conectarlo con nuestro deseo de maximizar gozo en Dios.
Ahora bien, el último punto del texto en esta mañana es el siguiente: Tu corazón se
mueve hacia lo que atesores, y Dios quiere que te muevas hacia él. Verso 34:
"Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón."
Nos dice la razón del por qué atesorar en los cielos: porque donde esté vuestro
tesoro, ahí estará también tu corazón. Si tu tesoro está en el cielo, con Dios, luego
entonces allí estará también tu corazón.
¿Qué es lo que este verso, aparentemente tan simple, nos dice en realidad?
Es un hecho que la palabra "tesoro" significa "el objeto deseado." Y es un hecho que
la palabra "corazón" significa: "el órgano que anhela". Así, lee el verso ahora:
"Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o
estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas."
Servir al dinero es desear el dinero y perseguir todos los beneficios que las
riquezas pueden dar. El corazón se va tras del dinero. Pero servir a Dios significa
desear a Dios y perseguir todos los beneficios que Dios nos da. El corazón va en
pos de Dios. Esto es adoración: el corazón tiene deseo de Dios y le busca como el tesoro
por sobre todos los demás.
CONCLUSION
Concluyo con sencillez al relacionar estos cuatro puntos con el acto de adoración que
llamamos "la ofrenda." Este momento y este hecho en nuestro servicio será nuestra
adoración, no importa la cantidad - desde las dos blancas de la viuda hasta los
miles de un millonario - si al darlo dices desde tu corazón:
1) Por este medio, confío en ti, Dios, como mi alegre y generoso Pastor, Padre y
Rey, de modo que no temeré cuando tenga menos dinero para mí al suplir
necesidades de otros.
2) Por este medio, resisto la increíble presión de nuestra cultura de acumular más
y más, y echo mi suerte junto al impulso de sencillez para el bien de otros.
3) Por este medio, hago tesoros en el cielo y no en la tierra para que mi gozo en
Dios se maximice por siempre.
4) Con esta ofrenda declaro que, como mi tesoro está en el cielo, mi corazón va en pos
de Dios.